Darcy lo esperaba en la cafetería. Estaba sentada en una de las mesas de la esquina, mirando por la ventana con expresión indiferente, aunque por dentro se debatía entre cosas que nunca había pensado sentir. Pasó la mano por su cabello asegurándose de que no había ningún mechón rebelde y dio un sorbo a su café mientras un suspiro nervioso salía de sus labios. Volvió la vista hacia la ventana y vio a Riven llegar corriendo a la cafetería. Ella, se irguió en su asiento y tragó saliva mientras mantenía las manos en su regazo.
«Actúa normal» se decía mentalmente mientras él caminaba hasta la mesa, agitado por haber corrido todo el camino hasta el punto de encuentro.
—Lo siento. La misión fue más larga de lo que esperaba —dijo él sentándose en la mesa, rascándose la nuca.
Riven estaba bajo su hechizo, por eso la mirada de esa manera tierna y se disculpaba con ella como si fuera una verdadera reina: la reina de la oscuridad.
—Vas a tener que esforzarte más si crees que te voy a perdonar solo con eso —dijo cruzando los brazos contra su pecho, sintiendo el latir desbocado de su corazón. No quería verlo y de verdad, demostrar que estaba molesta por estar más de media hora esperándolo. Era su segundo café y hasta se había comido una porción de tarta de frambuesas de la ansiedad que tenía.
El especialista se rascó la nuca sin saber qué decir.
—Haré lo que quieras —se resignó él, colocando un brazo sobre la mesa y apoyando su cabeza en la palma.
Darcy se sintió extraña y al mirarlo, vio esa expresión de arrepentimiento en sus ojos que le decía que estaba hablando en serio; estaba dispuesto a todo para que lo perdonara.
—Quiero otra cita —dijo ella y se sorprendió de sí misma al pedir algo como eso. Riven iba a ser su mejor herramienta para vencer a las hadas y las habilidades de ella servían para lograrlo. Pero, le importaba y eso era algo que se negaba a admitirlo pues, era parte de las Trix, la reina de la oscuridad. Ella era mala y salvo sus hermanas, nadie más podía ser importante para ella. Nadie.
—Dalo por hecho —dijo Riven con esa sonrisa que derrochaba confianza y se puso de pie, bordeando la mesa para sentarse a su lado. La rodeó con un brazo y la atrajo más a él, dándole un beso en la mejilla. Darcy por un momento, olvidó todo y quedó pensando en el beso que había recibido, mirando a su falso novio agarrar el menú y preguntarle qué es lo que quería de comer.
Darcy, por un momento, quiso deshacer su hipnosis, los hechizos, todo y se preguntó si de verdad podía llegar a ese nivel de intimidad con el Riven real. Ahora más que nunca, estaba segura de que ella era la hechizada y por un momento, ansío que todo eso fuera verdad.
Se acomodó los anteojos sobre el tabique y volvió a sonreír destilando arrogancia y malicia. Ella era eso y no iba a cambiar, pero por ahora quería pensar que sus sentimientos podían ser correspondidos y que aquella cita era real.
¡Hola, gente bella! ¿Cómo están? Espero que te guste, Kusubana, me vi Winx club hace poquito, así que aproveché a escribir esto. Puede estar un poco en OoC Riven por lo mismo del hechizo, pero... está.
Me gusta esta pareja y nunca había escrito al respecto. Espero haya salido bien.
¡Qué lo disfrutes!
¡Un abrazo!
