Fics de JustBeMe13 y tengo su permiso para traducirlo
nombre original: The Quest for a Dragon's Head
Nota de JustBeMe13:
Me inspiré en Dragones: Carrera al borde , Temporada 6, capitulo 10; La noche más oscura.
Tenía un escenario de "qué pasaría si" que disfruté mucho, pero sentí que era demasiado apresurado. Quería hacerlo mejor. Así que aquí está mi primera versión.
.
Hipo afiló cuidadosamente la hoja del hacha dorada que sostenía en su mano. Su pie espoleó la piedra de afilar mientras la movía hacia arriba y hacia abajo, haciendo que el hacha fuera cada vez más afilada. Tenía que ser perfecto, de lo contrario Patan le estaría regañándolo por eso y molestaria a su padre en el. A Hipo no le gustó eso, en absoluto.
-Oye, Hipo!-
El joven vikingo se giro para mirar a Patapez, que apareció detrás de él con una expresión de regocijo en su rostro y una pila de cartas en la mano. El adolescente de cabello castaño levantó la ceja y dejó de afilar por un momento para prestar atención a su amigo.
-Hola, Patapez ¿Qué pasa?- preguntó, curioso.
Patapez sonrió y levantó una tarjeta -¿Sabías que la hierba estornudatoria puede crecer hasta un metro de altura con un tallo peludo y hojas dentadas? Fascinante, ¿no es así?-
Patapez parecía más que emocionado y el adolescente más grande le dio una palmada en el hombro a su amigo. Hipo hizo una mueca, pero sonrió, feliz de que el otro hubiera encontrado un pasatiempo para mantenerlo ocupado.
-No, Patapez, no lo sabia. Pero mi vida ahora está completa con ese conocimiento- respondió Hipo.
El rubio resopló y guardó sus cartas, mirando el hacha que sostenía su amigo. Levantó una ceja y se volvió para mirar a Hipo con ella, una mirada de complicidad siguiéndolo de cerca.
-Lo sé- suspiró Hipo, todavía sonriendo -Solo espero que a Astrid le guste mi artesanía- se rió entre dientes con humor.
Patapez se encogió -Por supuesto que lo hará, Hipo, sabes cuánto aprecia cuando afilas su hacha favorita a la perfección-
Hipo asintió, colocando el hacha de nuevo en la piedra de afilar y continuó afilándola. Patapez lo observó trabajar durante unos minutos, señalando diferentes cosas y ayudando a alcanzar algunas mientras Hipo hacía su trabajo de manera experta.
Fue entonces cuando Patan decidió irrumpir, en voz alta, como de costumbre. Patapez gimió de molestia e Hipo se rió entre dientes de sus payasadas antes de fijarse el adolescente de cabello negro frente a él.
-¡Haddock! ¿Ya terminaste mi hacha dorada?- preguntó el engreído vikingo.
-Ya casi termino. He estado trabajando contra reloj- respondió Hipo, volviendo a afilar el hacha una vez más.
Patan gruñó, poniendo sus manos en sus caderas para mostrar que estaba molesto con el tiempo que tomó perfeccionar el hacha.
-Será mejor que sea perfecto, es mi regalo de compromiso para Astrid. A ella y a mí nos encantará- se regodeó. "Ahora agranda ese reloj, ¡debe estar listo para la semana que viene!-
-Haré lo mejor que pueda- dijo Hipo, suspirando pesadamente.
Detrás de él, Patapez no dijo nada, pero parecía listo para golpear a Patán en el suelo. Patapez e Hipo habían sido amigos desde que este último salvó al rubio de un ataque de Gronckle por pura suerte. Sus intereses compartidos por la naturaleza y la no violencia los acercó poco a poco, y a los diecinueve años se habían convertido en mejores amigos.
-Patan!-
Hipo se encogió y también Patapez cuando Estoico el Vasto entró en el taller, sonriendo al vikingo ocupante que tenía delante, quien le devolvió la sonrisa felizmente.
-¡Es bueno verte, he oído historias fantásticas sobre ti matando dragones!- dijo el gran Jefe con su voz retumbante.
Hipo observó cómo la cara de Patan se puso blanca como una sábana por solo un momento, antes de ocultar su angustia riéndose y una sonrisa. No es el Asesino de Dragones que todos piensan que es, solo era una farsa para volverse más popular. Y funcionó, ya que había estado con Astrid durante unos seis meses. Para ser honesto, Patan nunca había matado a un Dragón, y no lo haría, era demasiado cobarde para hacerlo.
-¡Ah, Jefe, eres tan gracioso! ¿Qué puedo decir? algunos de nosotros tenemos la facilidad y se ve que otros no lo tienen. Es una vergüenza- sonrió maliciosamente al decir eso.
Estoico se rió con ganas y le dio una palmada en la espalda al vikingo más joven, estando de acuerdo con él a pesar de que indirectamente estaban hablando de Hipo, que estaba allí. Patapez se apartó silenciosamente del camino, gimiendo algo en voz baja y escabulléndose. Hipo miró a su forma en retirada, infeliz por haberse quedado atrás solo, con dos de las personas más molestas de todo Berk.
-Hablando de matar dragones- comenzó Estoico, y Patan se despidió apresuradamente –Llego la hora, Hijo. Es hora de que salgas y finalmente mates a tu primer dragón-
Hipo se quedó boquiabierto –Pero…!- el empezó.
-No quiero oírlo, ya has dado demasiadas excusas estos años, y te deje hacer lo que querías. Pero ya es suficiente. Ahora llego el momento de la acción. ¡Es hora de que te conviertas en un hombre!- Estoico gruñó.
-Papá...- comenzó Hipo, solo para ser interrumpido de nuevo.
-¡Ssh!- Estoico siseó -Sin peros, estás haciendo esto. No regresaras si una cabeza de un dragón bajo tus brazos, hijo-
Estoico esperó una respuesta de su hijo atónito por un momento, antes de suspirar y negar con la cabeza.
-¿Trato?- preguntó.
Hipo se sintió más que derrotado y dejó caer la cabeza, asintiendo lentamente.
-¡Maravilloso!- Estoico dijo, aplaudiendo con una sonrisa, luciendo como si mil soles acabaran de iluminar su día.
