"Nunca sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es la única opción que te queda"-Bob Marley.


El animal estaba a unos pasos de ellos, aulló de nuevo, fue lo más increíble, desde su interior se prendió en llamas. Ambos temblaron, jamás, ni en sus sueños más desquiciados imaginaron algo semejante.

Ambos se prepararon para el momento en que la bestia se acercara lo suficiente para un ataque, aquí no habrían emboscadas, era un ataque frontal ya que, el olfato del animal era lo suficientemente agudo para saber que dos humanos le esperan tras esas paredes de madera. Kagome contuvo el aliento, si su fuego los tocaba arderian hasta los huesos, el fuego de un lobo vampírico era similar a lava hirviendo, apoyó ambas manos en la ventana, ¿Qué hacer?

Necesitarían ayuda, lo sabía, sabía lo que un lobo de esa índole podía hacer.


-Mamá- la niña jaló el abrigo de su madre para llamar la atención.Naomi le miró.

-¿Qué sucede querida?- preguntó sonriendo.

-¿Qué hacemos tan lejos de casa?- preguntó algo asustada, era la primera vez que excursionaba fuera de las paredes de Nightshadow, era comprensible su temor infantil.

-Tu padre está buscando algo querida- contestó la madre ahora viendo a su esposo quien lidera la excursión.

Era casi la hora del ocaso, en invierno, con tan poca luz solar podían salir, aunque fuera de día ya que las nubes actúan como una cortina, siempre muy bien abrigados, no por el frío, ya que, al ser espectros no sienten frío o calor pero nunca se sabe dónde aparecerá ése escurridizo rayo de sol. Excepto su niña especial de Sangre Pura.

De repente, el padre les da una señal para parar, se agachó, había encontrado lo que buscaba, tocó la nieve con sus manos listo a lanzarse al ataque. Kagome miró a su padre y madre, sus ojos preguntaban lo que no se atrevía a hacer. Naomi le pidió callar con el dedo índice en su boca y un leve "Schhh"La niña se quedó callada, escuchando sus respiraciones y los sonidos del bosque que era demasiado joven para identificar. Su padre tomó impulso y se lanzó al ataque. La niña escuchó rugidos, ruidos extraños, gemidos de su padre; hasta que su padre volvió con un animal entre sus brazos, lo desplomó a sus pies tiñendo la nieve blanca de carmín.

-Kagome- le ordenó -Muerdelo- sus ojos rojos cambiaron a los azules que representaban la herencia a su hija.

-Ese animalito está muerto- suspiró con algo de pena ¿Por qué su papá había hecho eso?.

-No hija, aún no muere, se está desangrando- sonrió -No morirá si lo muerdes, tu sangre especial puede salvarlo...

La niña dudó, pero la sonrisa de sus padres terminó por convencerla, fue hasta el cuerpo del lobo, estaba débil pero sintió su respiración, abrió la boca mostrando sus colmillos y le mordió. El animal se retorció de dolor gimiendo, la niña se alejó asustada aferrándose a la falda de su madre, hasta que la bestia se puso de pie, Sota estaba satisfecho con el resultado. El lobo rugió, sus ojos ahoran eran las llamas de una fogata.Su padre silbó, el animal retrocedió, agitó la cabeza y se echó. La niña vio todo impactada.

-Tu veneno le dio nueva vida hija- le extendió la mano para que la tomara y así regresar a casa.

Los primeros copos de nieve caían a cuenta gotas mientras la familia regresaba a casa. Ése día Kagome aprendió que la Sangre Vampírica Pura era especial, más de lo que imaginaba y por éso, tenía prohibido morder o darle de beber a cualquier ser vivo ese preciado nectar que provenía directamente de su linaje oscuro de muertos en vida.


El lobo aulló, se precipitó hacia ellos, Sesshomaru apretó el mango de su espada, parecía que vendría por él primero.

Todo pasó relativamente rápido, escuchó la carrera del animal, sus patas contra el suelo de tierra, luego un zarpazo en la madera, él rodando hacia la izquierda quedando en medio del camino totalmente expuesto, la bestia yendo hacia él para atacar con sus fauces, Miroku gritar "Cuidado" y luego la mandíbula del animal acercarse con su boca tan negra como una noche sin estrellas. No supo qué sucedió pero al parecer su cuerpo reaccionó por inercia, le propinó tremendo y tajante golpe con su espada en la mandíbula inferior logrando que su mordida se desviara, apenas y le rozó el hombro.

Miroku apareció por detrás para golpearlo con su espada en la espalda. El animal se tambaleó pero no parecía lastimado aparentemente su piel era muy gruesa, dio tres pasos hacia atrás para exhalar una especie de humo, estaba embravecido, ambos hombres se prepararon para el contraataque.

Exhala de nuevo, se les queda viendo a ambos y arremete con sus garras, Miroku lo esquiva, Sesshomaru se hinca para evitar un buen golpe a la cien. La bestia cae en sus patas delanteras, da vuelta y sus patas traseras tocan suelo, exhala de nuevo.

Kagome sabía lo que se avecinaba, corrió escaleras abajo lo más rápido que pudo, buscó entre los utensilios de la taberna algo que le pudiera servir mientras todos le observan confundidos. Tazas, platos y vasos vuelan en todas direcciones.

-¡¿Es que no tienen nada de plata aquí?!- gritó fuera de sí.

Escuchó afuera la pelea, era cuestión de tiempo.

-¿Para qué?- preguntó el anciano dueño del lugar.

-Para protegerlos de morir- dijo finalmente.

Todos se vieron las caras confundidos mientras la muchacha sigue buscando y afuera suenan las espadas, los rugidos y las almas de dos hombres en peligro.

El animal corrió a toda velocidad golpeando en un costado al cazador, cayó al suelo sin aliento, su amigo hubiera querido ayudarlo pero la bestia le propinó una patada con sus patas traseras que le quebró dos contillas, Miroku estaba de espaldas sobre el suelo tratando de asimilar el golpe y el dolor. Sesshomaru recuperó su postura, empuñó la espada. El animal era listo y aprendía muy rápido, pensó que volvería a atacar pero sorpresivamente se quedó frente a él con sus ojos de fuego viéndole fijamente, exhala de nuevo humo por sus fosas nasales y sus fauces, parecía se preparaba para algo. Taisho sudó frío, sentía la tensión de anticipo a algo malo, amagó a moverse pero el animal tomó aire para finalmente exhalar fuego desde el interior de sus entrañas prendidas con las llamas infernales.

Sesshomaru observó impotente la llamarada acercarse hacia él. Cerró los ojos cubriéndose la cara con sus brazos esperando el calor del fuego. Al abrirlos se encontró con Kagome, sosteniendo un escudo con fuerza para evitar ambos murieran calcinados.

Continuará...

Hasta aquí chicas

Espero lo disfrutaran.

Qué más pasará?

Sepanlo en el próximo episodio.

Besitos a todas