"Lo que se hace por amor está mucho más allá del bien y el mal."
–Friedrich Nietzsche.
Desde el principio de los tiempos se ha librado una batalla por las almas de los seres humanos, única especie creada a imagen y semejanza de su creador, con un alma que puede ser capaz de los actos más puros, limpios y abnegados, pero también caer en corrupción y corromperse. Los cielos y los infiernos anhelan esas almas que entregan poder, cada una es valiosa; ser humano implica todo un mundo de obstáculos, vivencias y decisiones. Desde que el hombre negó a su Dios, se le ha otorgado libre albedrío para decidir sobre su destino, pero… la libertad trae un precio enorme sobre ella.
—Bienvenido a casa hijo.—
—Madre... tengo un...—
—Puedo sentirlo, algo ha cambiado en ti — entorno los ojos. —, tú y esa mujer despiden un aura similar. —
La gran Irasue Taisho, la última de un linaje de sacerdotisas entrenadas para ser armas letales contra las bestias de la noche, ahora era madre de un vampiro.
—Siganme. —
Ella caminó a paso rítmico como toda una dama, Kagome recordó sus días en el castillo y a su madre enseñándole etiqueta, todo para ser una dama apropiada que agradara como adorno, sabía que jamás tendría hijos y mucho menos se casaría, pero eso no la excluía de aprender a ser una mujer vampiro apropiada, debía convertirse en el trofeo más bonito de todo el consejo, debía demostrar que era dócil y no peligrosa.
Llegaron hasta una salita donde la dama les invitó a sentarse y les sirvieron el té, entonces, los labios carmín de la dama finalmente se abrieron.
—¿Dejaste que te mordieran hijo?. — sorbe de su tacita de porcelana importada desde un remoto país llamado la India.
—No, no realmente Irasue. — contesta el nuevo ser.
—Deseo una explicación, porque no esperaba recibir en mis aposentos a dos vampiros, desde que sentí sus auras he debido bajar la barrera que cuida esta casa para evitar que sean lastimados. —
—Yo lo mordí, fue para evitar muriera...— Kagome se puso de pie y reverencio a la dama frente a ella. — , lo lamento muchísimo señora. Creí que le ayudaría y no pensé bien...— aprieta los ojos, sentía escozor y sabía que si seguía terminaría llorando e implorando le perdonara por su acto atroz.
—Comprendo.— dejó la tacita sobre la mesita de centro y se paró para estar cerca de la extraña mujer. —Tienes un aura vampírica débil, más sin embargo… pareces una humana. —
Separó los cabellos enmarañados y deslucidos del cuello de la chica para ver la marca en su cuello, no era mordida de vampiro, era algo sagrado, sabía que entonces su visita era por ese asunto y el que su hijo fuera una bestia del infierno ahora.
—¿En qué les puedo ayudar?. — volvió a sentarse.
—Sesshomaru fue mordido por la señorita Kagome, pero no sabemos qué consecuencias traería, ella es una "Sangre Pura" que fue envenenada para suprimir su sangre vampírica, más sin embargo, pudo transformar a Sesshomaru con su veneno. Quisiéramos saber si se puede revertir. — explica Miroku mientras los otros dos se ven a los ojos, uno sin importarle demasiado lo sucedido más allá del dolor leve en sus venas y una sensación extraña, casi magnética hacia la mujer y ella con vergüenza.
—¿Una sangre pura?, peculiar. — Irasue tronó los dedos y apareció el sirviente. —Trae el libro, el que está bajo llave en la vitrina Jaken. —
El hombrecito se retiró para volver al poco tiempo con un enorme libro completamente de oro con intrincadas y bellas imágenes en la pasta, ella lo abrió y comenzó su relato.
En el pasado, los demonios hacendieron hacia la tierra buscando las almas corruptas de los seres humanos, masacraron, violaron y quemaron el mundo sin piedad, hasta que los ángeles se apiadaron de la humanidad y descendieron para luchar contra los demonios, fue una batalla encarecida y sangrienta que involucró a los humanos en ella. Los ángeles le otorgaron a un puñado de humanos virtuosos algo de su poder espiritual mientras que los demonios llamaron a las criaturas que mejor se adaptaban al mundo humano y eran capaces de convertir con su mordida a los humanos en demonios.
Los "vampiros" eran fuertes, rápidos, despiadados, volaban como si fueran ángeles pero no usaban alas, se convertían en aire y trascendían el mundo físico, mientras que Los ángeles con sus poderes espirituales eran capaces de exterminarlos, para los humanos representaban una amenaza inmensa.
Finalmente la guerra se acabó, los ángeles dieron su vida para enterrar a los demonios en las profundidades del infierno de donde jamás debieron salir, pero quedó un pequeño grupo de vampiros, estos se escondieron ante la amenaza de ser purificados; emergieron con el tiempo, los Sangre Pura son los descendientes directos de esta casta maldita de monstruos sirvientes del averno y las sacerdotisas y sacerdotes, son los descendientes de aquellos escogidos para extirpar del mundo las criaturas de la noche...
La dama cerró el libro. Miró a ambos.
—Pero yo no soy hija de dos sangre pura, nací de mi madre quien fue mordida como mi padre. —
—Entre menos sangre humana hay en un cuerpo, más fuerte es como vampiro, Naraku, a diferencia de ti, si es hijo de dos demonios descendientes directos de este linaje, tú eres pura, pero llevas la humanidad perdida de tus padres. — acaricia el libro recordando innumerables batallas para limpiar el mundo del mal, y ahora nuevamente la oscuridad se fortalecía, su poder ya no era lo mismo desde que se casó pero ayudaría.
—¿Significa que pudieron usar brebajes de sacerdotes para suprimir su sangre vampírica?. — habla Sesshomaru.
—Sí, pero yo puedo arreglar eso, siempre y cuando no represente un peligro. — los vio amenazante.
Los tres sabían que esa mujer era capaz de asesinarlos en pro de proteger al mundo de la amenaza.
Kagome miró a Sesshomaru y a Miroku, estaba decidida a matar a su hermana y Naraku, no permitiría que el mundo ardiera en llamas por ellos y necesitaba poder, el poder que su antiguo yo podía darle, debía ser un vampiro de nuevo, debía ser el ama que alguien como Sesshomaru necesitaba y debía fortalecerse, debía terminar con todo eso, con lo que su propia raza comenzó, se vengaría.
Asintió decidida.
—Bien, ya no soy una mujer joven así que necesitaré de todo mi poder para lograr extirpar lo que llevas dentro, una vez que lo haga, si haces algún movimiento, te mataré. —
Los dos hombres permanecieron callados parados algo retirados de ellas, mientras Irasue le pedía a la chica sentarse en el sofá y descubrirse el cuello; aunque era solo un poco de piel, Sesshomaru sintió una ráfaga de deseo inmenso, como si ella estuviera desnuda sobre el sofá para él. Cerró los ojos suprimiendo el instinto, sabía que el deseo sexual era básico en un vampiro y más ante su dueño, pero él no iba a sucumbir ante esos reflejos primitivos, él aspiraba a algo diferente.
"—Lograré algún día me digas, Te amo, también. —"
Aspiraba a ese sentimiento que no logró experimentar con Sara, anhelaba honrar su memoria de tal forma que la primera mujer que tocara, fuera por amor, y solo por amor.
Irasue acercó las uñas afiladas de sus dedos medio e índice, los incrustó de tajo en la marca de la mujer quien chilló de dolor. Sesshomaru reaccionó al llamado de su "ama" pero fue retenido por Miroku. La sacerdotisa introdujo más sus dedos hasta que llegaron hasta la vena que buscaba, concentró ese poder que ha protegido y ostentado desde que ha tenido memoria, los presentes observaron horrorizados como Kagome gritaba de dolor mientras de sus ojos, nariz, oídos y boca sale un líquido negruzco de un horrible olor. Sesshomaru tuvo que cerrar los ojos para evitar atacar a su propia madre y Miroku trataba de contenerlo lo mejor posible.
Kagome sintió en carne viva ser quemada desde dentro mientras el líquido era expulsado de a poco, sentía que moriría ahogada o por el dolor pero resistió viendo a Sesshomaru, la persona que ahora representaba su razón para vivir, la persona que comenzaba a ser especial para ella, revistió porque debía demostrar que podía representar una "ama" digna de él y debía vivir, ella viviría por sobre cualquier obstáculo porque tenía un propósito y a personas a las cuales proteger. El ardor quemó en sus venas hasta que la sacerdotisa retiró los dedos, Kagome se puso de pie y tambaleó cayendo sobre la alfombra vomitando, no veía más ni podía escuchar nada y de repente, perdió conciencia de todo a su alrededor; se desmayó.
—El líquido ha salido, ahora volverá a ser lo es realmente. — centro su atención en su hijo.
El cazador fue con la mujer, la tomo en sus brazos y limpió cualquier rastro de esa asquerosidad de su rostro, luego la abrazó contra su pecho, Irasue sintió en su corazón entonces que el camino de Sesshomaru sería distinto al de ella o su difunto esposo pero lo aceptaría, más allá de ser soldado y ama, ellos parecían…
Continuará...
Espero que les guste chicas, se vienen más interacciones entre sessh y Kag, entrenamientos y batallas, poco a poco nos acercamos al nudo de la historia.
Sus comentarios son el motor que me motiva a seguir *insertar caritas*
