Sin contemplación
Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.
Esta obra se reserva en su totalidad los derechos de autor, prohibida su copia o uso.
Una historia AU (universo alterno) solo tomo prestado los personajes, no necesariamente deben apegarse a sus personalidades.
Advertencia: está clasificada para mayores de edad, puede contener violencia física o emocional así como escenas eróticas y lenguaje soez.
—O—
Hace muchos años atrás Tokio, casona familia Yamamoto…
Toda su vida se reducía a lo único que conoció, la mafia japonesa, entre la lealtad y la familia siempre al borde del filo y con mucho pesar Yamamoto Kimura comprendía que hasta el hombre más leal tenía su precio. Tenía unos veinte años cuando recibió o más bien heredó el negocio familiar, allí conoció a mucha gente, a sus aliados y a sus enemigos. Uno en particular siempre buscó la forma de quitarle todo cuanto apreciaba y lo consiguió.
Excelente líder y acreedor de una estratosférica suma de dinero Kimura tenía una debilidad llamada Naoko Tadashi, la mujer era muy sencilla pero estilaba elegancia y muy buena educación. Apartada del mundo de la mafia Naoko conoció a Kimura en una de las tantas y elegantes fiestas que la familia Yamamoto ofrecía en aquellos años, fue un flechazo a primera vista, sin embargo alguien más ya tenía sus ojos puestos en la hermosa dama.
Cuando Soun Tendo se enteró del buen gusto de su enemigo de toda la vida, hizo de todo para poder conquistarla, incluso salvó al padre de Naoko de quedar en la calle. Muy agradecida decidió acceder a una de sus tantas invitaciones a cenar, y poco a poco la tímida cercanía entre Kimura y ella se esfumaba como la espuma del mar.
El tiempo pasó y finalmente se anunciaba la boda, la unión de Tendo con la mujer que lo cautivó desde muy joven. Hundido en su mal de amores y con una buena botella de whisky, Kimura maldijo y odió con todo su ser al despreciable de Soun quien se valió del dinero para conseguir el amor de Naoko. Recordaba con mucha tristeza la primera sonrisa que le robó, las largas conversaciones entre ambos ya que ella era muy culta y siempre tenía un tema por el cual debatir. Ese abrazo furtivo que lo descolocó y luego, su primer beso, ese que lo terminó de convencer de que ella era la indicada. Sin embargo, la vida, el destino y específicamente Soun le quitaba toda oportunidad convirtiéndose en el dueño del corazón de Naoko, quien cedió a la presión y al cariño que este hombre le otorgaba "desinteresadamente"
Naoko Tadashi celebraba sus nupcias un día hermosamente primaveral, el clan Tendo se consolidaba y por supuesto pronto vendrían los herederos, solo que ella nunca le dio varones, tres hermosas niñas tuvieron en sus años de casados.
Debido a todo lo anterior, cada clan usó su poder a conveniencia dividiendo los territorios. Yamamoto se apartó todo lo que pudo de él, respetando la decisión de la única mujer que lo vio feliz en sus años de juventud. Mientras que Soun buscaba la forma de arruinarlo por completo, cosa que consiguió brutalmente años después.
Cuando Kimura supo de la existencia de sus hijas, decidió dejar los sentimientos de lado. Se enfocó en el negocio y pronto su clan retomaba la posición que siempre tuvo, pasaron los años y ese hermoso ramillete que creó Naoko creció, Akane la menor, tenía quince años cuando comenzó a notar la ausencia de su madre en casa.
La vida les daba otra oportunidad, un reencuentro inesperado entre Kimura y Naoko encendió esa llama que jamás se extinguió.
El matrimonio Tendo venía mal hace mucho tiempo, ante la exigencia de Soun porque le diera un varón y la delicada salud de Naoko luego de parir tres niñas, este la rechazó despreciándola en infinidad de veces, prefería encamarse hasta con la servidumbre con tal de humillarla por no darle "honor" a su apellido, a su clan. Entonces la señora Tendo comenzó una aventura muy peligrosa, Kimura estaba feliz pero desató su furia al enterarse de los agravios que recibió su amada todos esos años.
Naoko como buena conciliadora, no olvidando que seguía atada a él y que además Soun era el padre de sus amadas hijas, le suplicó que no le hiciera nada. Kimura lo tuvo en sus manos, el francotirador que tenía contratado lo tuvo bajo su afilada vista y pudo desaparecerlo con solo presionar el gatillo… tiempo después esa decisión le pesaría toda la vida.
Un año pudieron guardar en secreto su adúltera relación, cuando Soun se enteró de la traición de su señora esposa desató su ira en todo la extensión de la palabra, mandó atacar todo lo que le pertenecía a Yamamoto, incendió dos de sus mejores casas, y asesinó a muchos hombres leales que sirvieron por años a la familia. Pero la peor parte se la llevó Naoko, ese día nunca lo olvidaría la más joven de los Tendo.
El patriarca Tendo tomó a su esposa y desahogó su furia maltratándola con absoluta cobardía, la amenazó y la escupió insultándola como si fuera la puta más barata de todo Japón, le dijo que si no la mataba era por las "niñitas" y que agradeciera que aún tenía compasión por ella. Pero que vería con sus propios ojos como Kimura moriría, porque le cortaría la lengua y cada parte de su cuerpo, ese sería el final que Tendo le daría al amante de su esposa.
Los días, las semanas y los meses transcurrieron en completa soledad para Naoko, se sentía muerta en vida y sus tres hijas se dieron cuenta de que algo no andaba bien. Por su parte Kimura hacía todo lo posible para ir por ella, pero no era nada fácil.
En esa habitación de fríos colores pasó dos semanas en cama su trémulo cuerpo no recuperaba bien de los crudos golpes que había recibido por parte de su esposo. Sus hijas exigían verla, más el padre se encargó de enviarlas lejos para que no insistieran en su cometido. Soun Tendo siempre fue ese tipo de hombre manipulador, como jefe de su clan todo estaba bajo su cuidado, todo lo sabía, nada se le escapaba y eso su esposa lo sabía.
Naoko prefería lanzarse al vacío antes que este dañara a sus hijas, o peor aún, a Kimura quien le había dado el año más cálido de toda su existencia.
Un mes completo pasó antes de que Soun permitiera que la señora de la casa volviera a comer en la mesa principal junto a sus hijas, el ambiente era tenso, sus hijas no sabían el por qué.
Completamente incomunicada Naoko se rendía, lloraba amargamente en los jardines de su hermosa casa, las flores morían con cada lágrima derramada de sus ojos y sus hijas vieron como su madre se apagaba lentamente.
Pero todo eso cambiaría, la ocasión perfecta se dio un día como cualquiera. Exactamente seis meses después, la señora Tendo visitaba a un médico pues tenía muy mal dormir debido a la depresión, vigilada por los guardias del clan quienes fueron despachados a mejor vida en un pestañear por los hombres de Yamamoto. Kimura lideraba su rescate y en cuanto ella lo vio desmayó de la pura impresión, pues tres meses atrás Soun le entregaba en una bolsa los dedos del hombre que amaba. Así es, el patriarca Tendo había engañado a Naoko para que pensara que su querido amante estaba bien muerto.
Yamamoto no podía concebir el estado de su buen amor, fue con todo en contra de Soun, y le dijo que si apreciaba su vida no buscaría más a Naoko. La disputa entre ambos clanes traspasaba cualquier límite, la guerra estaba declarada y cualquier paso en falso sería el fin de uno de ellos.
Naoko vivió un año y medio más, alejada de sus amadas hijas pero en compañía y protección de Kimura. Sin embargo ese pequeño oasis de felicidad sería disuelto, un día Soun la llamó, con los nervios a flor de piel su todavía esposa contestó. "Vamos a vernos, con las niñas presentes. Te extrañan y no puedo seguir mintiéndoles" dijo convenciéndola.
Resuelta y decidida tomó uno de los coches que Kimura tenía a su disposición, el gran detalle era que Naoko tenía cinco meses de embarazo, sí. La mujer llevaba en su vientre al descendiente del clan Yamamoto, un varoncito que crecía sano y fuerte bajo el yugo protector de su padre. Mientras ella conducía emocionada por ver a sus hijas recibió una última llamada, nuevamente era Soun…
"Supe que llevas un engendro de él en tu vientre" escupió lleno de odio, automáticamente frenó en un semáforo, su sexto sentido le decía que algo no andaba bien. Vamos… ¿acaso te cortó la lengua el ratón? Hablaba burlón pues la respiración acelerada de Naoko le decía que la tenía como un ratón asustado, tal y como siempre la quiso ver, más aún cuando se enteró de que llevaba un hijo de él… "le diré a las niñitas que preferiste a ese inmundo bastardo antes que a ellas, nadie se burla de Soun Tendo"
La llamada finalizó y con ello su vida, cuando Naoko alzó la vista vio a un camión gigante embestirla a toda velocidad, no tuvo tiempo de reacción, el coche fue expulsado violentamente al menos veinte metros más allá. Dejando su último respiro en esa fatídica llamada.
Cuando Kimura se enteró de lo sucedido casi se volvió loco, no entendía por qué Naoko había salido de casa y sin guardaespaldas ¿qué hacía en ese coche y sola? Su corazón estaba destrozado, su amor de toda la vida se iba junto con su hijito, ese pedazo de cielo que le daba esperanza de gozar de una paternidad, una que se truncó de la forma más despiadada posible.
Y aún faltaba mucho más por contar…
—O—
Casona Yamamoto actualidad…
Cuando regresé a la casa encontré a Taro golpeando bruscamente la puerta del despacho de Kimura, me acerqué para saber lo que sucedía y de pronto se oyeron varias botellas quebrarse.
—¡Qué carajos sucede! — exclamé.
—Apenas te fuiste se volvió como loco, hace mucho tiempo que no lo veía así de afectado— decía Taro con la expresión pálida.
—¿Cuántas veces lo has visto así? — pregunté.
—Una sola— respondió escueto.
—¿Crees que se enojó conmigo? Dije más para mí cuando se oyó el ventanal principal hacerse trizas.
Con Taro nos vimos preocupados y de una sola patada abrimos la puerta, Kimura estaba sentado sobre el suelo con las manos ensangrentadas y el rostro lleno de lágrimas, su mirada estaba perdida.
Taro corrió a ver si se encontraba bien, aunque era evidente que no. Mientras observaba alrededor, pude notar que había roto la vitrina con licores que tenía allí. Y que había usado la misma silla de su escritorio para romper el ventanal.
—¡Kimura dime que estás bien! — Exigía saber Taro pero este no respondía— llamaré al médico.
—¡No! — gritó Kimura sin dejar de ver el espacio.
—Taro, ve por un botiquín— dije tocando su hombro, este asintió y corrió hasta afuera.
Me acerqué hasta él y me puse de cuclillas, lo miré a los ojos y con ambas manos lo obligué a que me viera.
—Esta es tu casa Kimura, toda tu gente incluyéndome estamos aquí por ti, porque te apreciamos.
—Eres demasiado bueno Ranma— dijo.
—Si consideras que no soy adecuado, dímelo— pedí— sin embargo, quiero ser sincero contigo, hay cosas que no comprendo y me gustaría saber más, si sabes a lo que me refiero.
Un silencio sepulcral nos invadió por largos minutos…
—Te lo contaré hijo, escucha hasta el final y decide si quieres seguir con esta venganza… porque contigo o sin ti, Soun Tendo morirá a manos de mi clan ¿comprendes?
En cuanto Taro llegó me entregó el botiquín, con sumo cuidado fui limpiando sus heridas, este soportaba el dolor, tenía trozos de vidrio en sus manos. Luego de asegurarme que las vendas quedaran bien puestas noté que Taro había limpiado el desastre. Entre los dos lo ayudamos a ponerse de pie, y lo dejamos sentado en su bergers favorito.
—Dile a mi gente que doble la vigilancia y que no quero interrupciones— dijo Kimura a Taro quien se iba cerrando la puerta cuando este le volvió a hablar— Quiero que regreses, necesitamos hablar— Taro asintió y me dedicó una mirada llena de confusión.
En cuanto regresó se acomodó a mi lado en el sofá…
—No les pediré comprensión tampoco que me compadezcan, pero luego de ver a esa mujer aquí… es de suma importancia que sepan el trasfondo del odio entre nuestras familias.
—Somos todo oído— dije con todos los sentidos puestos sobre él.
Bien… esto comenzó hace muchos años atrás, diría que ustedes ni siquiera nacían….
A medida que Kimura hablaba, la rabia me invadía y sentía que apenas comenzaba, a puertas cerradas y con el dolor a flor de piel, mi estimado Yamamoto nos contaba la historia de su vida y de cómo Soun se cruzó en su camino para desgraciársela. Ahora comprendía muchas cosas, sobre todo el rechazo absoluto hacia Tendo por parte de mí ahora clan. A veces los sentimientos pueden ir más allá y hacerte perder la razón, un amor que nunca pudo ser, así lo entendía. La mujer llamada Naoko era la madre de Akane y al parecer ni ella y mucho menos sus hermanas saben la verdad detrás de la muerte de su progenitora. Por eso Kimura perdió el control hace un rato, la menor de los Tendo es la vívida imagen de una joven Naoko, aunque quizás más intrépida.
Yo nunca me he enamorado, no entiendo ese sentimiento a plenitud. Sin embargo debió ser terrible enterarse que la persona que amas había muerto en ese "accidente" y que todavía su hijo en gestación no pudo tenerlo entre sus brazos.
Si yo odio a ese hombre por arrebatarme a la única familia que tenía, Kimura mucho más ya que le quitó a dos personas. Ese era el sentimiento que ambos compartíamos, luego de oírlo mi mente no estaba tranquila, tampoco mi corazón. Los recuerdos de mi madre pegaron con fuerza y estaba seguro de que detrás de la muerte de Nodoka había algo más…
Decidido, descubriría esa verdad a como dé lugar y Tendo pagaría por todo el daño causado.
—O—
Al día siguiente, casona Tendo…
Nabiki se encontraba en su habitación todavía, desde el día anterior que no había querido probar bocado y mucho menos ir a trabajar desde la oficina que el mismo Soun mandó a preparar para su adorada hija.
Estaba realmente deprimida, por la servidumbre se había enterado que Ryu estuvo en privado con su hermana menor y que se les veía muy cercanos, pensó en tomar una maleta e irse por una gira a Europa, pero los negocios de la familia quedarían en el aire y ella había trabajado demasiado como para tirarlos por la borda, luego pensó en ir y hablar con la verdad con su amigo, sin embargo creyó que no serviría de nada. Kumón no conocía otra voluntad que no fuera la de su padre, simplemente pensar en un "posible" era una fantasía de su mente. Además el hecho de que abriera su corazón no le aseguraba que fuese correspondido…
—¡Ash, maldito mal de amores! — exclamó lanzando el peine directo al tocador, el bonito espejo se trizó de inmediato— soy un desastre ¿desde cuándo me dejo vencer tan fácilmente? Tonto corazón te haré entender de alguna forma que ese hombre no es para ti— sentenció decidida.
Fue hasta su ropero y buscó un bonito vestido, atrevido como solo ella podía llevar. Mostrando sus bonitas y largas piernas, el color olivo le quedaba perfecto. Escogió uno de los tantos juegos de joyas que sus admiradores le enviaban, según la misma Nabiki eran un montón de idiotas esperando algo a cambio pero ella se divertía coqueteándoles solo con el fin de aumentar su ego, los regalos venían de la mano. Ellos sabían que Nabiki era de gustos refinados y que jamás le sacarías una sonrisa si no dabas algo a cambio.
Estaba lista para salir de su alcoba cuando tocaron a la puerta, ensimismada en los últimos retoques solo alzó la voz para que la empleada pasara…
—¿Te sientes mejor? — era la voz de su mal amor, su piel se enchinó con solo oírlo.
—¡Espléndida! — exclamó con esa cara de satisfacción que solía poner para que nadie supiera lo que realmente sentía.
—¿Vas a salir? — segunda pregunta.
—Tengo mucho trabajo, la jaqueca de ayer no me dejó salir de estas cuatro paredes ¿se te ofrece algo más? — cuestionó fría, Kumón la miraba intentando escudriñar en esos marrones, más solo encontró una hielera.
—Sí, una última… tu hermana quiere verte, me lo dijo ayer— eso la fastidió por completo pues confirmaba lo que la empleada le había transmitido— y… no quiero seguir con el tema— agregó dubitativo.
—¿Cuál tema? Entre nosotros no existe nada, limítate a tus actividades diarias, me llevaré un auto más tarde no quiero que me sigan, ¿te quedó claro? — finalizó dejándolo con la palabra en la boca.
La mujer salió veloz de allí, estaba tan enojada que había decidido dejar el trabajo de lado e iría a buscar un desahogo, lo que sea era mejor que verle la cara de idiota pensó.
Ryu por su parte notó el espejo roto en su alcoba, algo acongojado salió de allí pues fue él quien le había obsequiado esa reliquia hace un año. Sentía que Nabiki se le escapaba de las manos, era la primera vez que lo había enviado al demonio de la forma más elegante posible. La mujer no quería nada con él y eso le dolía muchísimo, comenzaba a preguntarse cuánto tiempo más soportaría sus desplantes… se supone que se convertirían en familia, esa boda no era más que un dolor de cabeza para Kumón.
—O—
Una hora después, casa de Akane…
Nabiki se encontraba estacionada frente a la casa de su hermana, llevaba exactamente diez minutos debatiendo si bajar o no cuando Akane le golpeó el vidrio asustándola.
—¡Maldita sea Akane! — exclamó ella.
—¿Entras? — preguntó su hermana menor.
Apenas puso sus tacones sobre el suelo comenzó a arrepentirse de conducir hasta allí…
—Qué bueno que viniste, no quería ir hasta allá— dijo Akane sirviéndole una taza de té caliente.
—Sí… algo me dijo tu noviecito— soltó llena de sorna.
—Deja la joda, sabes bien que ese matrimonio es un absurdo de papá.
—Como sea…
—Nabiki, quiero preguntarte algo — señaló con tono misterioso— ¿recuerdas a mamá? — la castaña dejó la taza sobre el platillo, la miró seria antes de contestar.
—Sabes que no me gusta hablar de ella, ¿por qué todo mundo quiere arruinarme el día hoy? — dijo muy cabreada.
—Hermana… ¿no la extrañas a veces? — insistió incomodándola por completo.
—Ella hizo su elección, prefirió al patán que tenía por amante— escupió Nabiki.
—Tienes razón… sin embargo solo conocemos esa versión, la que papá nos metió en la cabeza desde que éramos pequeñas.
—Dudas de papá… en realidad no me extraña viniendo de ti, rechazas todo lo que venga de la familia, es más no sé cómo es que aún me consideras tu hermana.
—No seas ridícula, no es que no ame a mi familia es solo que… no comparto su forma de vida, eso es todo— respondió Akane llena de nostalgia.
—Si tanto la extrañas ve a verla…
—Papá se dará cuenta, no quiero más problemas.
—Akane no te entiendo, en verdad— respondió su hermana. Bueno, cambiemos de tema ¿sí? — Ella solo asintió— quizás me vaya a Europa no lo sé aún…
—¿Vacaciones?
—No, necesito ver nuevos horizontes— respondió.
—Peleaste con Ryu ¿cierto? — Nabiki rodó los ojos de solo mencionarlo.
—¿Qué tiene él que ver conmigo? — cuestionó indignada.
—Todo, ustedes son la pareja perfecta— contestó Akane confundiéndola más.
—Hablas de tu futuro esposo, no vuelvas a decir esa idiotez.
—Te gusta lo sé, no lo admites porque no es tu estilo andar exhibiendo tus sentimientos— dijo la menor y ella se avergonzó de ser tan obvia.
—No me nombres a ese cretino, anda pendiente de su compromiso contigo no saques conclusiones porque no puede ser.
—¿Por qué? porque papá dice ¿lo contrario? — la increpó dejándola en silencio.
—Por todos los cielos, qué te sucede Akane, primero nombras a mamá y ahora a Ryu… ¿crees que soy la mejor persona para esa clase de sentimentalismo barato? Te diré algo, primero aunque el idiota de Kumón se fijara en mí, papá lo mata antes de que me ponga las manos encima y por lo de mamá… creo que ella igual estaría muerta.
—¡Nabiki!
—Sabes bien que ella jamás fue santo de su devoción, ellos… solo discutían. Si hay algo que he aprendido de Soun Tendo es que cuando algo le molesta lo elimina. ¿Sabes por qué no lo ha hecho con nosotras? — esa preguntó dejó paralizada a Akane, nunca vio tan fría y sincera a su hermana y lo peor, es que todo era verdad—Mientras le sea útil me dejará en paz, aunque contigo es otro asunto definitivamente— recalcó la castaña cruzándose de piernas.
—Papá jamás te haría daño a ninguna en realidad— se apresuró a decir Akane.
—¿Ahora estás de su lado? ¿Estás consumiendo drogas? — cuestionó histérica, se puso de pie y caminó de un lado a otro.
—Nabiki cálmate, no es eso. Creo que cualquier padre no sería capaz de…
—¡Error! Creo que tu mente es frágil Akane, pero la mía no… ¿qué sucedió cuando Kasumi le dijo que se casaba? ¿Acaso la comprendió? ¿Le preparó la boda y la luna de miel? Mandó a asesinar a Tofu, y este quedó muy mal herido… sobrevivió porque el hombre fue fuerte. Y tuvieron que pasar muchos años para que dejara entrar a Kasumi a la casa de nuevo, su boda fue secreta y ni siquiera nosotras pudimos participar, no me vengas con esas mierdas que yo sé muy bien la clase de padre que tengo— finalizó.
—¡Entonces por qué lo sigues! Por qué decidiste quedarte a su lado no lo entiendo Nabiki, explícamelo— exigió Akane.
Ambas hermanas se sostenían la mirada, Akane estaba confundida pues siempre creyó que la castaña lo hacía por dinero y poder, sin embargo durante la discusión pudo notar cierto resentimiento por parte de ella para con su progenitor.
Nabiki la miró con los ojos aguados, se acercó y la tomó por el mentón…
—Hay muchas cosas que no tienes que saber Akane, sigue en lo tuyo y por sobre todo nunca dudes de mi amor por ti ¿comprendes?
—Me estás asustando— respondió.
—Escucha, cuando Kasumi enfrentó a papá… sufrió las consecuencias, cuando lo hiciste tú a los 18 años… él no hizo nada ¿entiendes por qué? —Otra amarga pausa— ¿Qué crees que me haría si le digo que me enamoré del prometido de mi hermana menor? — Akane abrió los ojos ante la sincera confesión de su hermana.
—Nabiki…— pudo susurrar apenas, sus mejillas estaban bañadas en lágrimas.
—No te entrometas en mis negocios, sigue con tu vida de policía que yo me encargaré de papá.
—Hermana… el clan Yamamoto lo quiere muerto.
—Eso no es novedad ¿de qué te extrañas?
—Es que… presiento que estoy a punto de encontrarme con algo que no me gustará— respondió la menor secando sus lágrimas.
—Entonces, no metas tus narices en donde no te llaman.
—Si algo sucede…
—Si algo sucede tú solo no mires atrás, cada quien cava su propia tumba ¿de acuerdo?
Con esa última frase Nabiki tomó su bolsa y se fue, dejando a su hermana en un estado de miseria, muy en el fondo sabía que si escarbaba en el pasado hallaría respuestas.
Nabiki condujo hasta un bar y pidió el whisky más caro, nunca se había sincerado de esa forma con nadie. Pensó que quizás si el líquido quemaba su garganta evitaría quebrarse al recordar aquella llamada que oyó hace tanto tiempo atrás…
—O—
Horas después…
La noche cubrió el cielo con su manto de oscuridad, Nabiki estaba completamente ebria cuando salió balanceándose de un lado a otro por el estacionamiento hasta su coche, totalmente fuera de sí condujo por la carretera a una velocidad impresionante. Pensó que si moría nadie la iba a extrañar, se pasó dos semáforos en rojo y es que a esa hora de la madrugada ya no andaba nadie por las vacías calles de Tokio. Pese a su estado logró llegar en una sola pieza a la gran casona Tendo, los guardias quienes no estaban acostumbrados a verla así la ayudaron a bajar, sin embargo ella los empujó insultándolos.
Avanzó tan solo unos metros y cayó de bruces sobre el césped, maldijo su mala suerte y volteó para ver el cielo. Sus suspiros los oyó el hombre que la traía enloquecida, ella vio sus piernas y comenzó a reír…
—¡Qué haces aquí! — exclamó al notar que venía muy tomada.
—Hoy día vi a tu prometida— soltó muy divertida mientras él la ayudaba a ponerse de pie.
—¿Fuiste con Akane? acaso… ¿condujiste así? — la increpó tomándola por los hombros.
—Suéltame ya, no eres mi padre para estar regañándome — dijo ella deshaciéndose de su agarre.
Kumón no quería seguirle el juego y mucho menos discutir, la tomó entre sus brazos y por la puerta trasera entró con sumo cuidado, si Soun la veía así se armaría un problema de proporciones.
Mientras subían las escaleras ella lo miraba fijamente y eso lo puso nervioso…
—¿Te crees perfecto?
—¿Ah? claro que no, mejor no hables que tu padre…
—¿Crees que alguien se fije en mí? — preguntó apoyando la cabeza en su pecho.
—Eres hermosa ¿por qué no?
—Todos quieren mi puto dinero, debería buscar un hombre que me quiera de verdad ¿no crees? —Este frunció el ceño, no entendía bien a Nabiki acaso ¿le gustaba alguien?
Cuando al fin llegaron a la alcoba Ryu la depositó sobre la cama con cuidado, quitó sus tacones y la observó.
—Descansa, mañana hablamos ¿sí?
—¿Crees que soy patética? — arremetió ella mirándolo con las mejillas coloradas de tanto beber.
—No estás en tus cinco sentidos en estos momentos, no digas nada de lo que te vayas a arrepentir— agregó Ryu.
—Ya es tarde— agregó tomándole unos dedos de la mano, este se volteó a verla— no me dejes sola Ryu… pidió cerrando sus ojos cansada, en cuanto su respiración se acompasó Kumón soltó su mano.
La cobijó con ternura y acarició su frente, su corazón latía fuerte por la mujer que dormía frente a él. Y se dijo así mismo que no sería capaz de dejarla sola nunca.
Se retiró en silencio y con algo de angustia regresó a su alcoba a dormir.
—O—
Casona Yamamoto…
Luego de la confesión de Kimura, Ranma había decidido tomar acciones. Hoy se cumplía la fecha límite para que Akane le diera razones para no ir tras la cabeza de su padre, sin embargo había ciertos asuntos pendientes que debía arreglar.
El día anterior lo había utilizado para recabar información acerca del conductor que le quitó la vida a Naoko, el muy desgraciado era dueño de un viñedo el cual tenía como bodega principal en el distrito de Koto.
Acompañado por su chofer, Ranma viajó hasta la mismísima sala de venta en donde Suzuki Fujita estaba a punto de comenzar su cata de vinos. El hombre daba órdenes a sus empleados cuando el nuevo heredero Yamamoto hacía su entrada por la puerta principal.
Fujita lo vio con desdén por la intromisión mal educada del joven…
—Debes esperar, esto aún no comienza.
—Esto recién comienza Fijita— señaló él con voz grave.
—¿Disculpa?
—Soy Ranma Saotome, del clan Yamamoto— el hombre abrió los ojos asustado.
—No conozco a ese clan por favor vete— pidió soltando el nudo de su corbata.
—Creo que sí, quizás puedas hacer memoria— insinuó el ojiazul.
—Llamaré a los guardias— dijo exaltado.
—¿Tus guardias? Se acaban de ir, de hecho esa gente que observa de fondo será mejor que se retiren. Fujita solo miró lleno de temor, siempre pensó que un día vendrían por él sin embargo era muy pronto.
—¿Qué quieres? — preguntó.
—Quiero la verdad— pidió Ranma decidido— dime ¿cuánto te pagó Soun Tendo por matar a su mujer?
—No sé de qué hablas— dijo nervioso.
—Habla ya, ¿acaso te hiciste rico de la noche a la mañana? — lo increpó mirándolo fijamente.
—Escucha, yo solo era un peón y luego me pidió que la matara yo solo hice mi trabajo y no pensé que me llamaría otra vez, hace diez años que no sé nada de Soun te lo juro.
—¿"Otra vez"? — cuestionó Ranma al notar que le hablaba de dos cosas diferentes.
—Hagamos un trato, yo te diré todo lo que sé pero a cambio me perdonas la vida— suplicó frotando las palmas y casi lloriqueando.
—Interesante…
—Soun me dijo que no importaba cómo, entonces en esos años yo conducía camiones. El me indicó el coche que debía embestir, yo no sabía que la mujer era su esposa y tiempo después me enteré que estaba embarazada eso aún me perturba— dijo de rodillas en el suelo.
—¿En serio? — Ranma se inclinó para verle los ojos— pero te veo muy exitoso, luego de asesinar a una persona inocente.
—Es que Tendo es muy persuasivo, luego de pagarme me dijo que no me fuera lejos por eso me asenté aquí, pero él quería más… yo no pude negarme y me dio la dirección de la otra mujer.
—¿Otra?
—Sí, sí, sí, lo juro, le pedí que buscara a otro sicario que me había retirado pero él me pagó muy bien esta vez dobló la suma y soy débil, el dinero mueve montañas tú debes entender ¿verdad?
—Me estás diciendo que existe una segunda ¿mujer? — Asintió frenético— ¿recuerdas su nombre? — preguntó con un mal presentimiento.
—No, no sé nada más solo sé que él quería que ella sufriera, era distinto a la anterior. La primera vez era un ajuste de cuenta, venganza creo. Pero la segunda no, fui hasta su casa y la ataqué desprevenida.
Ranma no sabía cómo mantenerse de pie, su sangre se enfrió de súbito al notar cierta similitud con su adorada madre.
—Ella… ¿se defendió? — preguntó con la mandíbula tiesa.
—Era una fiera, incluso después de varias puñaladas seguía tirando de mi ropa. Fui violento, porque así lo quería Soun lo juro. La casita quedaba en un sitio muy alejado, creo que nadie oiría sus gritos de dolor, me dijo que eliminara al hijo pero no estaba busqué por toda la maldita casa y no hallé al mocoso, eso es todo— finalizó.
Ranma lo tomó por el cuello y lo levantó asfixiándolo, el hombre era un infeliz que acababa de sentenciar su muerte.
—¿Sabes una cosa? Estás viendo a ese mocoso ahora— dijo fuerte, el tipo abrió los ojos impactado, las venas de su frente se hincharon y mientras el color de su cara tornaba roja, el sudor no daba tregua.
—Déjame vivir— suplicó casi sin aire.
—Nunca tuviste la oportunidad de redimirte— dijo Ranma tirándolo al suelo, tomó una de sus manos y fue quebrando dedo por dedo, los gritos de dolor del hombre no lo inmutaban en absoluto— Yo no hago trato con escorias como tú, hoy pagarás por la vida de esas dos mujeres y de ese niño, cuando llegues al infierno seguirás ardiendo y suplicando compasión.
En ese momento entraba una llamada a su móvil, Ranma contestó con la mirada perdida y su pie sobre la espalda de quien quitó la vida de su madre.
—Está todo listo— era Taro dándole la señal.
Ranma colgó sin decir nada, tomó al sujeto desde el cuello de la costosa chaqueta y lo arrastró afuera. De pronto las llamas asomaron, la enorme bodega de Fujita se quemaba rápidamente gracias a los tratos que hizo el clan Yamamoto con los guardias del dueño.
Mientras Fujita lloraba viendo como su "mina de oro" se la comía las llamas, Ranma sacó su arma y lo apuntó…
—Vas a caminar hasta la puerta y entrarás ¿me oyes? — dijo sin más.
El hombre temblaba de pies a cabeza y de pronto se orinó, era su fin y nunca imaginó que vendría a mano de aquel mocoso que Soun le pidió asesinara.
Giró y caminó hacia la entrada apenas abierta, el marco de la puerta cedió ante el calor de las llamas, pero igualmente este puso un pie en ese infierno. Se podía oír a lo lejos el ruido de las balizas de bomberos acercarse al sitio del suceso.
—¡Mírame Fujita! — Gritó Ranma iracundo— ¡pronto saludarás al mal nacido de Soun! — exclamó disparándole en el pecho, el hombre cayó al suelo herido de bala y cuando las llamas lo alcanzaron, se oyeron sus gritos desesperados.
Solo entonces el heredero de Yamamoto subió al lujoso coche y se marchó.
Esto era el inicio, apenas comenzaba el perfecto plan que había trazado. Si bien no esperaba semejante confesión, esto le daba el empuje final para acabar con el clan Tendo sin contemplaciones.
—¿A dónde lo llevo señor? — preguntó el chofer.
—Iremos a visitar a alguien… ya quiero ver su cara cuando sepa la clase de basura que es su padre.
Continuará…
Estimado lector espero haber despejado varias de sus dudas, ya saben mucho más. Y como pudieron leer, Ranma tomó el toro por las astas. Se acabó el diálogo y Akane se enterará de una verdad muy dolorosa.
Por otro lado pudimos notar otra faceta de Nabiki, quien sabe mucho de las fechorías de su padre. ¿Será que también supo que mandó a asesinar a su madre?
Kimura contó su historia, y tanto Taro como Ranma están dispuestos a todo por su "padre"
Pronto Soun se enterará de la muerte de Fujita ¿Cómo reaccionará?
Eso y mucho más en el siguiente capítulo. Si te gustó déjame tu preciado review, amo leerlos.
Desde Chile una fanática más de Ranma ½
Sweetsimphony._
