Siniestro amor
Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.
Esta obra se reserva en su totalidad los derechos de autor, prohibida su copia o uso.
Una historia AU (universo alterno) solo tomo prestado los personajes, no necesariamente deben apegarse a sus personalidades.
Advertencia: está clasificada para mayores de edad, puede contener violencia física o emocional así como escenas eróticas y lenguaje soez.
—O—
Nabiki se encontraba dentro del carro con las manos temblorosas, entre sus dedos estaba la memoria que Ranma le había entregado minutos atrás. Intentaba con dificultad recuperar el ritmo normal de su respiración, por su mente pasaba la nítida imagen de su hermana menor contándole una verdad siniestra y cruel, los ojos vacíos de Akane, su voz quebrada y las consecuencias que trajo saberlo ponían a la fría y calculadora castaña en una posición que odiaba, ella le llamaba "debilidad" y era algo que no podía permitir sentir.
Buscó entre su bolsa algún cigarrillo suelto, necesitaba la nicotina para menguar esas ansias o un buen trago de whisky pero recordó que todo su tabaco había caído al suelo en la habitación del hospital.
—¡Maldita sea mi suerte! — exclamó golpeando el volante, entonces entraba una llamada a su móvil, era Ryu…
—Al fin contestas, estoy a punto de ir a buscarte— decía el hombre con tono preocupado.
—No puedo hablar— pudo decir con la voz entre cortada.
—¿Qué sucede? Tu padre está a punto de estallar, ya no puedo contenerlo más— decía Kumon lleno de urgencia.
—Dile que voy en camino— colgó sin más, dejando a su amigo con la palabra en la boca.
Tendo sabía que si escuchaba esa memoria, no podría conducir… así es que puso el pie sobre el acelerador y emprendió el viaje de regreso a la casona, su padre la esperaría y ella debía darle un informe detallado de su hermana menor que hasta ahora él no tenía idea de nada, o eso creyó…
—O—
Casona Tendo, la noche anterior…
El patriarca de la casa usaba tres teléfonos móviles, uno era exclusivo para comunicarse con sus tres hijas, el segundo era "laboral" allí tenía los contactos de la gente que le servía, de sus fieles esos que estaban dispuestos a todo, ya que Soun pagaba muy bien esos favores. El tercer y último teléfono lo había adquirido hace tan solo unos cuantos meses… hasta ahora no había recibido ni una sola llamada, pues solo tenía un contacto, uno que trabajaba para él desde las sombras.
Esa noche bebía un buen sake en soledad, gustaba meditar acompañado de su licor favorito, algo no andaba bien con sus hijas y lo presentía. El hombre no era idiota y por algo llevaba más de treinta años en el negocio de la mafia, sin embargo en cuanto a su familia siempre cojeaba, primero su esposa y ahora sus hijas… recordar la traición de Kasumi le hacía hervir la sangre, su primogénita decidía su futuro sin preguntarle nada. Pero como buen padre dominante le hiso la vida a cuadritos, penas, sudor y sangre tuvo que vivir la mayor de las Tendo para poder casarse y aún con todo su padre hasta el día de hoy no acepta ese matrimonio y mucho menos el fruto de ello, su nieta.
No obstante, cuando su hija del medio decidió estudiar economía y finanzas no le pareció del todo mal, además de que Nabiki siempre estaba a su lado muy enterada del negocio familiar. La dulce niña traviesa dejaba su inmadurez para convertirse en toda una mujer de la mafia, ella era su mayor orgullo. Pero no era lo que le llenaba el podrido corazón que tenía, no, su hija menor no quería nada con él y eso le mellaba en lo más profundo de su ser, desde que la traicionera de su madre según sus propias palabras, había muerto, Akane nunca fue la misma. Notaba que el brillo se apagaba, triste y llorando por los rincones de la casa, Soun detestaba esa faceta "débil" de su pequeña pues le recordaba la depresión que tuvo Naoko cuando este la obligó a regresar con él.
Las tres tenían mucho de aquella mujer, esa que solo obtuvo como un trofeo, la que solo llenó su orgullo cuando le dijo "sí acepto" su ego estaba desbordando puesto que había quitado del camino a Kimura, ese "patético pusilánime" jamás podría con él, no. Sin embargo la vida le dio un giro impresionante cuando se enteró de que Naoko llevaba en su vientre un hijo de él, su peor enemigo. Y todavía era un varoncito, ese que siempre soñó y que la "muy condenada nunca le dio" típica frase que escuchó su esposa por años.
Sus tres niñitas eran todo lo que tenía, las amaba, a su manera. Pero ese amor tenía un límite, la traición, esa jamás la pasaría por alto. Y fue así que esa noche recibió la llamada que esperaba nunca llegara…
—¿Qué deseas? — preguntó en cuanto contestó.
—Soun… tanto tiempo — dijo la voz al otro lado de la línea.
—Habla, no estoy de humor— replicó el hombre fastidiado, en el fondo sabía lo que podría decirle.
—Bueno… déjame decirte que tu querida niña es muy difícil de matar— comenzó diciendo alterándolo al instante.
—¡De qué hablas maldito infeliz! — exclamó poniéndose de pie.
—Ya lo sabes ¿no? El ataque a la casa de tu hija…
-Si tuviste algo que ver con eso…
—A mí no me amenaces, no te conviene ¿recuerdas?
—A mis hijas nadie las toca, el acuerdo se rompe si lo haces.
—Tranquilízate… esto solo fue un susto, ya sabes que tu hija no estaba sola, Saotome la sigue a donde va.
—¿Saotome? — cuestionó Soun.
—El heredero del clan Yamamoto, el hijo de aquella mujer que mandaste a matar.
En ese momento Soun abría los ojos un tanto sorprendido, sabía que Kimura tenía nuevo heredero pero no que el hombre era nada más que el hijo de Nodoka. Esa mujer le traía muy malos recuerdos, tanto que el vaso de sake lo lanzó lejos haciéndolo trizas contra la pared.
—Ese bastardo, debió matarlo el inepto de Fujita hace años— soltó de cuajo.
—Por cierto… Suzuki Fujita está bien muerto.
—¡Cómo! — exclamó Tendo.
—¿No ves noticias viejo decrépito? — soltó sin más el hombre.
—¡Puto mal nacido! Me respetas, aún no nace el hombre que insulte a Soun Tendo ¿me oyes?
—No empieces con tus formalismos porque sabes que esto lo hago por un bien común, cuando acabe con él… luego vienes tú.
—Ven por mí y te juro que mis balas te dejarán la cabeza como un colador ¿comprendes? — dijo lleno de sorna Soun.
—Esto es lo último y no sé si vuelva a llamar… — dijo el hombre misterioso— tus hijas saben la verdad— el silencio fue un tanto perturbador, Soun tomó la botella de sake y bebió un buen trago — sabía que eso te pondría en jaque, pero eres el gran Tendo, el mejor mafioso de todo Japón ¿no? Soluciónalo, porque en estos momentos Nabiki va camino a enfrentarte y sí, Akane es la otra que lo sabe pero pronto le dirán a la mayor, todas tus hijas sabrán la clase de lacra que eres.
Y entonces colgó…
Soun bajó el celular desde su oído y lo dejó caer sobre la afelpada alfombra, todo calzaba, ahora comprendía el hermetismo de Nabiki y por qué no le llamaba.
—-¡Maldito Fujita! — gritó dando vueltas el escritorio, estaba enfurecido.
Sus guardias entraron de inmediato, este hiso unas llamadas y mandó averiguar si era cierto, todo se corroboraba dos horas después. Efectivamente Fujita estaba muerto, la policía no hallaba culpables pero entre sus pares sabían que era obra del clan Yamamoto.
Esa noche sería larga y tediosa… debía hacer algo para revertir el daño que le había causado ese bastardo de Saotome, un nuevo nombre a su lista de enemigos. El joven heredero sería el próximo en su lista, pero de muertos.
—O—
Por la mañana…
A una cuadra de la casona Tendo estaba Nabiki estacionada escuchando el audio que estaba guardado en la memoria, sus orbes se llenaron de lágrimas al oír como su padre daba la orden de "embestir el coche" donde iba su madre. Su cabeza quería explotar, su corazón estaba destrozado y su espíritu quebrantado… todo lo que su hermana le contó más temprano era cierto y fue peor cuando su mente trajo un recuerdo que yacía oculto bajo siete llaves.
Echada sobre el volante llorando a mares Nabiki recordó una llamada que oyó hace muchos atrás…
"Quiero que la elimines, sin titubeos solo pon tu camión ahí y acelera"
"Nadie se burla de Soun"
Fueron algunas de las frases que recuerda de ese día, ese fatídico día… su padre les había dicho que verían a mamá pero tan solo una hora después cambiaba de opinión diciéndoles que la mujer prefería al hombre con el que la engañaba que a ellas…
Le dolía tanto el pecho que abrió la puerta del carro para poder respirar aire puro, sentía que se asfixiaba dentro, sobre todo cuando supo que su madre estaba embarazada al momento de su muerte.
Era una ola de sentimientos, mucho dolor pero también ira… Nabiki tomó valor y bajó del coche posando sus tacos sobre la acera, abrió el maletero y tomó la gata que llevaba consigo. Caminó decidida hasta la casona, los hombres abrieron sus puertas en cuanto la vieron pero les extrañó ver a su a su jefa sin coche y con muy mala cara.
A zancadas largas atravesó todo el ante jardín, los hombres abrieron la puerta principal y ella entró. Miró alrededor y recordó los lugares en donde antes estaban las fotografías de su madre, en muchas aparecía con ella y sus hermanas, en otras rodeada de flores. Todos esos recuerdos habían sido quitados de la casa el día que Naoko murió, el mismo día que su padre mandó a matarla.
Arrastró la pesada gata por el suelo, causando un rayón grande… Y sin más comenzó a destrozar todo el salón principal, el estruendo era tremendo. Mesas, hermosos jarros de porcelana colección especial de su padre y todo cuanto se cruzara en su camino fue hecho trizas por la pesada herramienta de fierro, los guardias llamaron a Ryu quien se encontraba en su escritorio al otro lado de la casa, el hombre corrió a ver con sus propios ojos lo que sus guardias le habían dicho.
En cuanto llegó vio a una Nabiki fuera de sí, estaba como poseída y enajenada.
—¡Nabiki basta! — exclamó él trayéndola de regreso.
La mujer se detuvo y lentamente buscó la voz del hombre dueño de su corazón, cuando estos cruzaron miradas Ryu notó que su querida amiga estaba devastada.
Se acercó a ella pero esta alzó la gata…
—¡No te me acerques! ¡Largo todo mundo no quiero ver a nadie, esta es mi puta casa y hago lo que se me plazca! — gritó histérica.
—Por favor Nabiki, escúchame— suplicó Ryu con voz grave.
—No quiero, no quiero hacerlo— respondió alzando la herramienta para romper una colección de tazas de té chino que tanto apreciaba su padre.
En ese momento Ryu se lanzó a atraparla con sus brazos, ella había bajado el arma…
—Cálmate, dime qué sucede cómo te ayudo por favor— gritó desesperado, ella se removía como un animal salvaje.
—Fue él Ryu… él, mi madre — apenas hablaba, la voz se le quebraba pero no lloraba, no se permitiría romper en llanto delante de él y menos de su progenitor.
Entonces se oyó la voz grave del dueño de casa… Soun Tendo asomaba a la escala, pedía explicaciones de semejante escándalo. Nabiki zafó de Ryu y caminó el centro de la casa, desde la mitad de la escala su padre se detuvo en cuanto la vio, la castaña lo miraba con desprecio y llena de ira contenida, él patriarca supo que su amada hija se había enterado de todo.
—Nabiki ¡¿pero qué carajos te ocurre niña?! — exclamó en esa pose de amo y señor.
La mujer respiraba hiperventilada, Kumon se acercaba por detrás su propósito era quitarle la maldita herramienta de las manos. Los guardias estaban alrededor expectantes esperando ordenes…
—Dile a todos que se vayan— dijo ella sin siquiera parpadear, su padre la vio con profundidad.
—¡¿Quién te crees que eres para darme ordenes mocosa insolente?! — bufaba Soun enojado por la osadía de su hijita, pero para Nabiki era el descaro absoluto.
—Si no lo haces hablaré delante de todos ¿quieres que se enteren? — preguntó ella alzando la gata en su mano, su padre alzó una ceja y gritó…
—Todos largo de aquí, necesito hablar con mi hija— terminó cediendo ante la petición no porque se lo pidiera, sino por su orgullo.
—Nabiki entrégame esa cosa— pedía Ryu, ella lo miró de forma fatal. Nunca en su vida había visto a Nabiki tan iracunda, estaba nervioso y no sabía si dejarlos solos pues Soun podía ser muy violento si lo provocaban.
—¡Vete Ryu! — pidió Soun.
—¡Quédate! — Gritó Nabiki — Quiero que escuches, quiero que seas testigo de esto— agregó ella desafiante— Dime una cosa papá ¿no tienes remordimiento? ¿O el peso de tu consciencia es tan liviano que vives como si nada sucediera?
—¿De qué hablas? — cuestionó este bajando lentamente los escalones que le quedaban.
—Mi madre murió porque tú quisiste que fuera así— soltó de cuajo haciendo que la mandíbula de Ryu se fuera hasta el piso, este tocó su brazo en un imberbe intento para bajar los ánimos, ella levantó el vestido por un costado de su pierna y sacó el arma que portaba.
Apuntó a Ryu sin titubeos dejándolo frío y estático…
—No te muevas, no intentes interrumpir esto solo quiero que escuches ¿comprendes?
—Hija baja esa arma, a la familia no se le apunta — escupió Soun irónicamente.
—¿A no? ¿Pero sí te sirve un camión por ejemplo? — en ese momento Tendo apretó la mandíbula y bajó los últimos escalones.
—¿De dónde sacas ese disparate?
—¡Deja de negarlo que me asquea el cinismo y lo sabes! — replicó ella iracunda.
—Nabiki Tendo más te vale que bajes ese tono porque…
—¿Me harás lo mismo que a mamá? — cuestionó ella y en ese instante sus ojos se ensombrecieron.
Soun recordó a Naoko reclamándole su falta de amor… en ese tono desafiante que su hija usaba ahora, no lo toleraba, la sangre le hervía y quería callarla de una sola vez.
—¡Cómo te atreves! — gritó acercándosele pero ella alzó la herramienta y se la lanzó a los pies.
El ambiente era tan tenso que se cortaba con solo respirar, Ryu estaba impactado por la forma en que Nabiki enfrentaba a su padre y también por lo que revelaba…
—¡Toma la maldita gata e intenta callarme! — chilló ella proponiendo un mal peor.
El patriarca miró el objeto en el suelo y entonces miró hacia su lado derecho, notando el desastre que provocó hace instantes su querida hija.
—Jamás podría hacerte daño, eres mi sangre— recalcó pasando por el lado de la herramienta.
Nabiki temblaba de furia, su padre era todo para ella… pero no podía negar que no era una blanca paloma. Saber esa verdad cambiaba todo, su madre las dejó cuando más la necesitaban y no fue por un accidente, no, fue planeado y premeditado.
—¿Cómo pudiste mandar asesinar a tu esposa, la madre de tus hijas? — Cuestionó ella— estaba embarazada papá, ese niño pudo ser…
—¡No lo digas! Eso es solo conjeturas, no hay certeza de que…
—Tengo pruebas por un demonio, deja de negarlo por favor, solo acaba con esto de una buena vez — dijo acercándose a él, tomó sus manos acomodó el arma entre sus manos y la presionó contra su pecho— Silénciame, porque no podré soportar vivir con esa cruel verdad— dijo con los ojos enrojecidos, Soun la miró impactado ¿acaso su hija le estaba pidiendo que la eliminara?
—Hija mía, te amo más que a nada en este mundo nunca podría hacerte daño— dijo con voz melancólica— sin embargo— continuó esta vez mirándola a los ojos — esta osadía tuya no será fácil de olvidar— agregó alzando el arma y tirándola lejos.
—¡Tú la asesinaste sin prejuicios, dilo de una buena vez! — exclamó golpeando su pecho, la castaña sentía que la cabeza le iba a explotar, las piernas le flaqueaban y las fuerzas iban escurriéndose rápidamente.
En ese momento entraron más guardias, no eran los mismos que se habían ido…
Tomaron a Nabiki por ambos lados, ella ni siquiera pudo forcejear algo le clavaban en el cuello haciendo que perdiera la consciencia, mientras Ryu se apresuraba a ir en su rescate un golpe certero en la nuca lo dejaba fuera de servicio.
Soun estaba devastado, moralmente se sentía ruin. Se preguntaba si un día su hija lo comprendería, todo había sido por el futuro de las tres… ¿qué habrían dicho de él y de ellas al saber que su madre tenía un hijo con su peor enemigo? Era inconcebible pensar siquiera en la remota posibilidad, ellas las herederas de su clan y ese sucio hijo concebido en medio de una infidelidad. Jamás sería el hazme reír de nadie, hizo lo que creyó correcto aunque ello contrajera tanto sufrimiento para terceros…
—O—
Horas después, hospital…
Akane dormía gracias al sedante que le habían aplicado, Ranma por su parte continuaba a su lado. El joven heredero estaba un tanto ansioso, cada cinco minutos miraba la pantalla de su celular esperando alguna noticia de su enemigo. Si todo salía como lo había planificado su "infiltrado" en la casa Tendo pronto le traería la buena nueva.
Fue entonces que el llamado de Kimura entraba en su móvil…
—Hijo ¿cuándo regresas a casa? — fue lo primero que salió de su boca.
—En cuanto pueda convencerla, apenas lleva un día aquí y no ha sido fácil— respondió el ojiazul observando el dormir de la chica.
—Me preocupa que lleves tantas horas allí, en cualquier momento llega Soun con sus hombres y no quieres que te envíe apoyo— reprochaba Yamamoto.
—Ese desgraciado debe estar muy ocupado con Nabiki como para venir aquí— respondió con sorna.
—La menor es la que más le interesa, irá por ella y no sé si puedas contra él— insistía su mentor.
—Está bien, si no despierta en una hora la sacaré de aquí…
—¿En serio quieres usarla en esto? — insistió Yamamoto.
—Sí.
—Entonces prepararé todo para su llegada— dijo Kimura.
—No… esperemos un poco— se apresuró a decir Ranma.
—¿Por qué? — cuestionó el líder de su clan.
—Porque quiero jugar un rato…
—Ah… comprendo, muy bien seguiré esperando y llámame si necesitas ayuda.
—Así será— finalizó.
En cuanto colgó la llamada la voz de Akane lo trajo de regreso…
—¿A qué quieres jugar Ranma? — preguntó mirándolo profundamente, este quedó estático pensando en qué decir pero la verdad era que no tenía motivos para ocultárselo.
—Quiero que tu padre sufra— comenzó a decir— y tú eres perfecta para que eso suceda— agregó haciendo que los ojos almendrados de Akane se abrieran de par en par.
—Ya entiendo… por eso dijiste que podía ayudarte ¿no?
—Escucha Akane, tú no estabas en mis planes pero la vida se ha encargado de juntarnos. Ya sabes la verdad, ¿vas a dejar las cosas así? — Cuestionó Ranma junto a una pausa— dime si eres capaz de vivir con ello porque yo no, y no me detendré ni por ti ni por nadie ¿comprendes?
—Escucha lo que dices, me estás pidiendo que me una en tu venganza y nada más y nada menos que en contra de mi padre— concluyó en lo cierto.
—¿Qué esperabas? Que ahora sepas la verdad de cómo fueron las cosas no será un impedimento para mí.
—Tú no eres como ellos Ranma… podemos buscar justicia y…
—No te desgastes, no tengo tiempo para esto— dijo un tanto fastidiado ante la insistencia de la chica por la palabra "justicia" — esta vez, será un adiós definitivo entre nosotros.
—Lo sé— respondió cabizbaja.
—Ya no nos debemos nada, solo te daré un consejo: no te cruces en mi camino porque saldrás lastimada— finalizó.
La mujer vio como tomaba su elegante chaqueta y caminaba hasta la puerta, Ranma no la volvió a mirar y en completo silencio salió de la habitación.
Desde ese momento en adelante Akane se sintió completamente sola, el tiempo de echarse a llorar ya había pasado. En parte Ranma tenía mucha razón, debía tomar una decisión…
—O—
Una hora después casona Yamamoto…
Kimura se alegró mucho de ver llegar a Ranma a casa, sin embargo este venía solo. El semblante serio de su joven discípulo le decía que la menor de los Tendo no había accedido a su petición, si bien era una posibilidad, pensó al igual que Saotome que la chica querría vengarse de su padre.
Muy cansado Ranma pidió que no lo molestaran, fue directo a su habitación a dormir. Había sido una noche larga… pese a que su intento había sido un absoluto fracaso se sintió bien de salvarle la vida, claro está, el favor estaba pagado.
Se recostó sobre su acolchada y mullida cama, abrió el nudo de su fina corbata y suspiró pesadamente… necesitaba dormir, mañana sería un gran día pensó. Y con eso en mente cerró sus ojos.
—O—
Al día siguiente…
El clan Tendo buscaba por cielo, mar y tierra a la menor de las hermanas. Por órdenes directas de Soun debían traerle a su hija sí o sí ante su presencia. Tenían una pista y con ello se acercaron hasta el hospital en donde ella se encontraba internada, no obstante cuando los hombres que trabajaban para la familia llegaron, la mujer se había ido. Sin esperar el alta ni nada Akane tomó sus pocas pertenencias y se marchó.
Soun estallaba de ira, una vez más Akane se esfumaba de sus narices y es que la chica solía hacerlo cada cierto tiempo. Efectivamente la mantenía vigilada incluso dentro de la policía, ofreció una muy buena recompensa a quien le trajera de regreso a su querida hijita.
Por otro lado, su hija del medio dormía profundamente debido a los sedantes a los que estaba siendo sometida. Esa era la forma de someter y dejar fuera de todo a Nabiki, sabía que había sido un golpe duro para ella enterarse de la verdad, pero tampoco tenía por qué aceptar una culpa que según él no la merecía. Naoko murió en su ley, y con eso él se lavaba las manos… lo que no dilucidaba era que su hija además de inteligente había aprendido demasiado de él.
Kasumi preocupada fue hasta la casa de su padre, luego de esa llamada con Nabiki había quedado muy preocupada y mucho más después de que esta última no contestara su teléfono. En cuanto llegó los guardias la detuvieron no permitiéndole ir hasta el cuarto de su hermana menor, decidida fue a hablar con su padre…
—Dime por qué no permites que vea Nabiki— dijo en tono exigente.
—Tu hermana está muy estresada, el médico la tiene con calmantes y ahora duerme profundamente— contestó como si nada.
—No me importa, quiero verla, quizás me necesite— dijo casi suplicante.
—Por favor hija, ¿desde cuándo te preocupa tu hermana? Sabes bien la personalidad y el carácter que ella maneja, estará bien. Creo que la enviaré a Europa, sí a Francia o adonde ella quiera necesita vacaciones— insistía, Kasumi no le creía. No era lógico lo que decía.
—¿Hasta cuándo me tratas como si fuera estúpida? — preguntó mirándolo fijamente, Soun la vio por el borde se su taza de café. Solo una vez Kasumi se había atrevido a hablarle de esa forma y nada terminó muy bien, su esposo, que en ese entonces era su novio terminaba casi muerto y tirado en un callejón.
—Mide lo que dices Kasumi— gruñó grave.
—Deja de advertirme porque ya no soy una niña, tampoco vivo contigo, formé una familia lejos de ti, lejos de todos tus "negocios" — sentenció.
—Tienes mi protección todavía, no lo olvides— arremetió.
—Una que no he pedido, yo no necesito de tus guardias, quiero llevar una vida normal junto a mi esposo y mi hija.
Soun miró hacia otro lado, se cruzó de brazos y se le tensó la mandíbula… no soportaba oír de esa pequeña que aunque le pesara llevaba su sangre.
Cuando Kasumi anunció su embarazo solo sus hermanas participaron activamente de esa dulce espera, Soun rechazaba completamente a su hija por desobedecerle al casarse con un hombre que no era de su agrado, Tofú era un hombre sencillo pero de esfuerzo. Sacó sus estudios adelante convirtiéndose en un profesional de la salud, se enamoró de la Tendo equivocada, decía él muy molesto ya que ninguna de sus hijas estaba disponible para él. Se desquitó con todo cuando Kasumi anunciaba su noviazgo y que se independizaría cortando así el cordón umbilical con papá. ¡Muerte al médico! Dijo en esos años al sicario de turno, sin embargo el joven Tofú luchó por su vida pudiendo sobrevivir.
Nabiki fue quien se encargó de que su padre no atentara nuevamente contra la vida del novio de su hermana, fue muy difícil pero ella lo supo convencer o más bien distraer del foco. Como consecuencia, Kasumi fue literalmente desterrada del clan Tendo, y pasó mucho tiempo antes de que la aceptara nuevamente en casa, no porque ella lo buscara, sino porque pese a todo extrañaba a su hija mayor, después de todo era su primogénita.
Cuando la volvió a recibir, Kasumi era madre de una hermosa niña de regordetes mejillas y ojos almendrados, muy característico de sus tres retoñas. Soun se emocionó al ver un bebé en casa, pero cuando la madre la nombró este cerró con candado la posibilidad de hacerle un espacio en su corazón, el bebé se llamaba al igual que su esposa traicionera, la pequeña Naoko era su primera nieta y él la odió desde el momento en que supo su nombre.
Y eso era algo que Kasumi lo tenía muy claro, y que nunca le perdonaría a su padre. El rechazo injustificado, arbitrario y cruel para con su amada hijita.
Ignorando lo que realmente sucedía en casa, Kasumi insistía en ver a su hermana. Soun cabreado de tantos reclamos terminó accediendo, permitiendo que esta fuera a verla…
La mayor de las Tendo se sorprendió al ver a su hermana acostada sobre su cama, tenía una bolsa de suero conectada a uno de sus brazos y su semblante era pálido y ojeroso, se veía enferma y ella no estaba en conocimiento de que así fuera.
Se acercó y tomó su mano, rápidamente dejó caer unas lágrimas… su corazón le dolía no solo porque veía en un estado deplorable a su familia sino que presentía que algo andaba muy mal. Primero Akane desaparecía y ahora ella estaba "enferma" ¿cómo ayudar? ¡Cómo sacarla de este infierno!
Mientras sujetaba la mano de su hermana, Kasumi usaba la otra para secar las lágrimas que rodaban por sus mejillas. Miró alrededor y notó que había envases de jeringas usadas en un tacho de basura, la ventana y las cortinas cerradas, no había luz menos aire puro. Decidió abrirlas sin embargo no pudo, la mano de Nabiki la sujetaba firme, asustada la miró ansiosa y notó que la manguera estaba suelta…
Impresionada abrió sus ojos y quiso chillar pero la mirada fría de Nabiki la frenó…
—No hables fuerte— susurró.
—Dime que estás bien— dijo Kasumi echándose sobre ella a llorar.
Por unos largos minutos se quedaron allí, las dos lloraban, en silencio… porque nadie podía oírlas o se enterarían que Nabiki estaba bien despierta.
Una vez Kasumi se calmó, la castaña le pidió que asegurara la puerta, en cuanto regresó Nabiki se incorporó en la cama para hablar…
—Escucha, no hay tiempo para detalles— comenzó a decir— necesito que me hagas un favor— Kasumi la miraba con los ojos enrojecidos y con mucha atención.
—¡Habla ya! — exigió temerosa de lo que iba a oír.
—Necesito que te vayas lejos, que tomes a Naoko y a Tofu y se larguen de esta puta ciudad lo antes posible— Kasumi quedó estática— esto se trata de tu vida y la de tu familia, no te quiero cerca porque se viene una gran tormenta ¿comprendes?
—No es tan fácil— respondió Kasumi.
—Lo será, dile a Tofú que a esto me refería cuando le entregué esa puta libreta que no quería recibirme.
—Hermana me asustas, dime al menos la razón.
Nabiki suspiró pesadamente, cómo decirle una verdad tan dolorosa… recordó la cara de Akane cuando se lo dijo.
—Kasumi, esto no será para siempre— se apresuró a decir tomando sus manos.
—No, no, no — dijo la mayor negando frenética— no me digas esas cosas porque es lo mismo que dijo mamá el día que se fue… nunca más la volví a ver con vida, no imaginas lo que significa para mí esas palabras.
A Nabiki se le aguaron los ojos, pero tomó una gran bocanada de aire y sacó fortaleza…
—La vida de tu hija y de tu esposo están en peligro. No es seguro aquí en Tokio, váyanse a América allí tengo unos amigos, Tofú conseguirá trabajo y con el dinero que hay en esa libreta compran una casa y podrán vivir perfectamente dos años.
—¿Esto es por el clan, papá está en peligro? — insistía Kasumi en saber.
—Si yo te digo la verdad… ¿podrás salir de aquí sin que él se dé cuenta de que lo sabes?
—¿Tan grave es? — cuestionó con escalofríos por todo el cuerpo.
—Mírame… estoy "aparentemente sedada" por haberle enfrentado.
En ese momento Kasumi se puso de pie, caminó varias veces de un lado a otro sobándose los brazos, tenía miedo, mucho miedo de lo que su hermana podía decirle pero a la vez sentía que debía tomar entereza por su familia. Nabiki no le diría que se fuera a no ser que el problema fuese muy grande.
—¡Lo haré! — contestó llena de determinación.
Nabiki miraba hacia la puerta, esperando que alguien las interrumpiera…
—Akane está bien, ella sobrevivió y hasta ahora yo también— dijo poniendo más nerviosa a Kasumi— ¿recuerdas al clan Yamamoto? — su hermana asintió con vehemencia— pues el jefe de ese clan quiere matar a papá desde hace mucho… pero ahora tiene más motivos, y sobre todo a un socio que convirtió en heredero, este hombre era hijo de Nodoka— en ese momento Kasumi abrió sus ojos.
—La señora que nos cocinaba, oh sí, claro que la recuerdo… ella murió— dijo con tono triste.
—Pues esa señora tenía un hijo, cuando murió lo inculparon de su muerte— Kasumi se llevaba las manos a la boca horrorizada— recientemente, Akane descubrió que el asesino de ella… quien planeó su muerte fue papá— en ese instante Kasumi se sentaba a su lado, miraba a todos lados muy exaltada. No es que no supiera que su padre era capaz de eso, sino que no imaginaba que le hiciera daño a una mujer tan servicial como lo fue Nodoka Saotome.
—Entonces… ese niño ahora es un adulto que quiere vengarse ¿cierto? — concluyó en lo cierto la mayor de las Tendo.
—Así es, junto con eso este hombre descubrió otra verdad muy cruel…
—¡No puede ser! — exclamaba Kasumi.
—Hermana… siento tanto tener que decirte esto— dijo aguantándose las lágrimas, miraba el cielo de la habitación luego los ojos expectantes de Kasumi — mamá murió estando embarazada— soltó de cuajo, era como si el tiempo se detuviese… su hermana mayor palideció de súbito, vio como tragó duro ante sus palabras— ella… fue asesinada, no fue un accidente, ese camión la embistió por órdenes de nuestro padre— finalizó apenas.
Kasumi intentó hablar pero era como si la garganta se le hubiese cerrado, un suspiro lleno de clamor y angustia fue lo único que pudo emitir, sus lágrimas bañaron su rostro y Nabiki solo pudo contenerla, la abrazó con todas sus fuerzas esperando que aquel afecto fraterno ayudara a menguar el dolor que ahora sentía en su corazón.
Luego de un rato Kasumi alzó la vista a su hermana y la miró con tanta tristeza… ahora entendía el hermetismo de Nabiki, la insistencia de papá, el rastro perdido de Akane, todo, ahora todo le calzaba.
—Solo quiero saber ¿por qué? — preguntó con la mirada cargada de dolor, recordar la muerte de su madre era terrible, pero saber las circunstancias de cómo fueron las cosas era algo que no esperaba ni en sus perores pesadillas.
—Cuando lo enfrenté ni siquiera lo aceptó, se hacía el desentendido… pero tampoco lo negó. Mamá llevaba un hijo que no era de él, sino que de Kimura Yamamoto ahora ¿entiendes por qué lo hizo?
Kasumi tomó de los hombros a Nabiki y dijo…
—¡iMi Naoko! Mi niñita… ahora entiendo por qué no la quiere, ¿cómo puede ser tan cruel? — dijo Kasumi echándose a llorar desconsolada.
Justo en ese momento alguien irrumpía en la habitación, era Ryu quien al verlas cerró la puerta quedando dentro junto a ellas.
—Lo siento, si Kasumi no baja dentro de cinco minutos tu padre vendrá a verla y va a sospechar— dijo Kumon alertando a las hermanas.
Kasumi se puso de pie y fue directo hasta el baño, Nabiki se levantó con la ayuda de Ryu para seguirla, vio que su hermana se mojaba el rostro con agua fría…
—Dame tu maquillaje— dijo Kasumi conteniendo el deseo de llorar— debo verme bien para que no sospeche— aseveró haciendo que Nabiki sintiera un peso menos, con su hermana lejos de su alcance era una preocupación menos en su vida. Debía protegerla al costo que fuera necesario.
Solo dos minutos le tomó a Kasumi disimular la hinchazón de los ojos…
—No sé si te volveré a ver— dijo Nabiki seria.
—Lo haremos, te lo prometo— respondió Kasumi tomando aire para no echarse a llorar.
—Dile a mi niña que su tía la ama, que pronto la visitaré— dijo Nabiki estrechando en un fuerte abrazo a su hermana mayor.
Ryu miraba muy conmocionado la situación, Kasumi también era como una hermana para él… se habían criado juntos y ahora sabía toda la verdad, esa cruel y dolorosa verdad que separaba a las hermanas Tendo.
—Ryu te irá a dejar a la salida, escucha lo que te dirá es importante— ella asintió.
—Te amo— le dijo Kasumi al despedirse de su hermana menor.
Cuando esta cruzó la puerta Nabiki cayó de rodillas al suelo sumida en tristeza… no sabía si el futuro sería bueno con ella, permitiéndole volver a reencontrarse con su querida hermana y su sobrina.
Kasumi bajó las escaleras sabiendo que los ojos de Soun y de sus guardias personales estaban encima de ella, su padre la esperaba justo al terminar la escalera…
—Tardaste — dijo muy antipático.
—Me puse a ordenar su alcoba, la acompañé solo un momento. Estoy segura de que cuando despierte se sentirá mejor debido a los medicamentos ¿no crees padre? — habló muy disimuladamente.
—Claro hija, te lo dije… es solo estrés, Nabiki es fuerte como yo— aseveró.
Kasumi no lo soportaba más, ni un solo minuto allí. Quería salir corriendo e ir por su familia.
—Por favor llámame si necesitas algo— dijo como siempre, sin levantar sospechas padre e hija se despidieron.
Kasumi fue escoltada por el mismo Kumon, luego de que Soun le dijera que la llevara en coche hasta su casa facilitándole el recado que Nabiki le había pedido.
Las indicaciones eran muy sencillas, solo dependía de ella hacerlas al pie de la letra.
—O—
Ese mismo día por la noche, casa Yamamoto…
El mensaje de mi infiltrado llegaba al celular de Ranma decía "está viva, pero encerrada" sabía que el desgraciado de Soun no le haría daño a Nabiki. Aunque es probable que la mantenga bien dopada, pensó el azabache.
Su plan no iba del todo mal, aunque Akane no había querido acceder a su petición. Su instinto le decía que algo le daría un vuelco a esa decisión.
La familia Yamamoto se reunía a cenar, la larga mesa de manteles impecablemente largos estaba llena de la mejor comida de Japón, platillos de todo tipo aromatizaban el comedor. Todos a la mesa junto al cabeza, comían a gusto cuando uno de los guardias entraba bruscamente interrumpiendo el momento.
—¡He dicho que no me gusta que molesten cuando ceno! — exclamó Kimura golpeando la mesa.
—Señor, perdone mi mala educación pero hay una mujer afuera exigiendo ver a Ranma Saotome— señaló este mirando al aludido.
—¡Quién carajos te busca ahora! — exclamó Taro.
—Está desarmada, ella entregó el arma que traía— respondió el guardia— además dice ser Tendo Akane.
En ese instante Ranma se levanta de la silla ipso facto, mira a Kimura con una sonrisa en los labios…
—Crees que…— no pudo terminar.
—Escuchemos que viene a decirme— dijo Ranma tomando la copa de vino la cual llevó a su boca para beber un buen trago.
—Hazla pasar— dijo Kimura muy serio desde su lugar.
Tan solo un minuto después cruzaba la puerta Akane, no traía buen semblante…
—Creí que nos habíamos despedido— señala Ranma en cuanto la ve, ella lo mira con intensidad.
—Así fue— contestó— tuve que irme del hospital— comenzó a decir— no tengo a donde ir, en realidad sí… pero no es opción— repuso tajante.
—Esto no es un hotel, preciosa— dijo Taro desde su silla.
—Estoy aquí por Ranma, no por ti— señaló con desdén Akane.
—No nos debemos favores— dijo Ranma poniéndose detrás de ella— no debiste dejar que te desarmaran mis hombres, estás débil no solo físicamente sino mental— indicó Ranma con reproche.
—Vine por la propuesta que me hiciste, lo haré— soltó Akane haciendo que Kimura escupiera el trozo de carne que masticaba.
Era como música para los oídos de Ranma, la señal que tanto esperaba había llegado a su casa más pronto de lo que pensó.
—Te preguntaré esto solo una vez— replicó él — ¿Estás segura? Porque tu padre morirá— aseguró lleno de sorna el ojiazul.
Akane lo miró fijamente como escudriñándolo…
—¡Sí! No puedo perdonarlo, no puedo vivir así— contestó la menor de los Tendo.
—Bien, en este preciso instante harás una prueba de lealtad a tu nuevo clan— dijo Ranma poniéndose en frente de ella— ¿traes tu teléfono? — preguntó.
—Sí— respondió.
—Márcale a tu padre— dijo casi en orden, ella frunció el ceño y sin dejar de verle sacó el móvil de su bolsillo.
—Ponlo en altavoz— pidió Ranma— quizás no lo sabes pero tu querido padre ofreció una cuantiosa recompensa por encontrarte— ella bufó molesta.
El timbre del teléfono marcando tan solo sonó tres veces, justo allí Soun contestó…
—¡Akane! — fue lo primero que se oyó, Kimura se levantó iracundo no soportaba oírle.
—No soy Akane— respondió Ranma.
—¿Quién carajos eres y por qué tienes el teléfono de mi hija? — cuestionó Tendo.
—En estos momentos soy y seré tu verdugo— respondió el heredero del clan Yamamoto.
—¡Si le has hecho algo a mi hija te mataré, suplicarás clemencia eso te lo juro! — exclamó lleno de ira, Akane no cabía con tanto cinismo por parte de su progenitor.
—Escucha bien Tendo, soy Ranma Saotome hijo de Nodoka Saotome ¿la recuerdas? — el silencio se hizo presente— claro que sí, pronto iré por ti— aseguró.
—¡Óyeme bien maldito hijo de! — nuevamente Ranma lo interrumpía.
—No tengo tiempo para viejos decrépitos y mal nacidos como tú, solo quiero decirte que tu amada hija está conmigo— dijo muy fastidiado.
—¡No lo creo!
—Akane… dile "hola a papi" — añadió este irónicamente.
—Soy yo— dijo apenas— Soun abrió los ojos enfurecido.
—¡Pero qué demonios haces con él! — exclamaba maldiciendo.
—Desde este instante tu hija no soporta tu voz… prepárate porque ella se convertirá en mi mujer— señaló dejando a todos con la boca abierta, sobre todo a la aludida quien no entendía la locura que decía Ranma.
—¡Eso jamás, no lo permitiré, ella tiene novio y es Ryu Kumon! No un bastardo como tú, adoptado por ese imbécil— dijo lleno de sorna Soun.
—Pues pronto sabrás noticias nuestras, sé que gustas de leer el periódico mientras tomas tu té verde — Soun miraba alrededor, se sintió observado cuando este mencionó su rutina de cada mañana— ¡Arruinaste mi vida y la de tu hija! — Exclamó fuerte Ranma— Yo seré la última persona que verás con vida— sentenció cortando la llamada.
Akane lo miraba impactada, Taro sonreía feliz, Kimura alzaba su copa ante la determinante obra de su hijo putativo.
Ranma por su parte, había disfrutado a concho esa conversación. Era el inicio de su venganza, un siniestro y perturbador "amor" sería una de las armas que tenía para derrocar a Tendo y su imperio hasta el final.
Continuará…
Nota del autor
Estimado lector, este capítulo salió un tanto largo y es que no quise cortarlo a la mitad. Era necesario para el desarrollo de la trama, sé que muchos quieren ver más protagonismo por parte de Akane y Ranma, no coman ansias que eso viene ahora. La historia involucra a muchos actores, comenzando por las tres hermanas Tendo.
Mucho dolor, ira y resentimientos se leyó en esta actualización. Debo decir que me saco el sombrero ante esta Nabiki, aguerrida, quien luchará hasta su último respiro por mantener con vida a sus hermanas.
Por otro lado Soun sigue siendo un antagonista detestable a más no poder. Dominante, prepotente e infeliz. Quiere manipular la vida de sus hijas así como intentó con Naoko, quien terminó yéndose de su lado encontrando así una cruel y devastadora muerte.
¿Quién es el infiltrado de Ranma en la casa Tendo?
¿Quién es el misterioso hombre que avisó a Soun de lo que sucedía?
La primera reacción de Akane ante la petición de Ranma es sumamente normal, pero algo sucedió para que ella fuera a buscarlo. Eso lo sabrán con detalle en el próximo capítulo.
¿Qué les parece lo que Ranma hizo con esa llamada?
Todos sorprendidos incluyéndola a ella, esto se pondrá muy bueno.
No se pierdan las actualizaciones cada sábado.
Muy agradecida de su compañía los invito a que dejen sus review, amo leerlos.
Muchos ya la vieron, pero tengo portada maravillosa (comisión) realizada por Heather Ran en IG. Síganla y vean sus maravillosos trabajos.
Acabo de actualizar "Prohibido Dormir" invitadísimos a leer.
Desde Chile una fanática más de Ranma ½
Sweetsimphony._
