Traición

Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Esta obra se reserva en su totalidad los derechos de autor, prohibida su copia o uso.

Una historia AU (universo alterno) solo tomo prestado los personajes, no necesariamente deben apegarse a sus personalidades.

Advertencia: está clasificada para mayores de edad, puede contener violencia física o emocional así como escenas eróticas y lenguaje soez.

O—

Hospital Psiquiátrico…

Sadashi miraba al joven hombre con mucha emoción, sus momentos de lucidez eran cada vez menores pero en ese momento reconoció esos hermosos ojos, sí, su querida amiga Nodoka estaba justo ahí.

—Te vi en una fotografía hace muchos años… apenas eras un chiquillo —musitó bajito, pero no lo suficiente como para no ser oída.

—¿Usted conoció a mi madre? —preguntó muy curioso el azabache.

—Claro que sí, Nodoka y yo fuimos amigas desde que ella conoció a Genma —respondió.

—Ah… comprendo, yo no sabía de su existencia, discúlpeme —pidió Ranma.

—Es que pasaron cosas que nos alejaron, pero siempre el destino volvía a juntarnos y tú ya habías nacido cuando eso sucedió —contestó la anciana.

—¿Usted recuerda cuando mi madre fue a trabajar a casa de los Tendo? —preguntó sin rodeos, Sadashi volteó y miró nuevamente por la ventana.

Ranma le dedicó una mirada a Liang quien observaba todo desde la puerta.

—Le dije que no lo hiciera, que era una mala idea— comenzó a decir con tono de reproche— pero ella… siempre fue terca, me llevaba la contra en todo e igualmente se metió en esa casa, en ese ¡infierno! —exclamó apoyando su mano en el vidrio.

Los nubarrones en el cielo daban aviso de lluvia, el ambiente era tenso y misterioso cuando los primeros goterones cayeron sobre la ventana, Sadashi suspiró pesadamente.

—Tu madre solo pasó penurias en esa casa, todo lo que venga de los Tendo es maldad pura… ella tenía muchas dudas y pensó que yendo a esa casa encontraría respuestas.

—¿Y las encontró? —interrumpió Ranma un tanto ansioso.

—¿Tú qué crees?

—Yo vine, porque necesito saber la verdad, no puedo vivir con esa incertidumbre por favor ¡ayúdeme! —suplicó expectante.

—Cuando tu padre murió a Nodoka se le derrumbó su vida… eras pequeño e indefenso, apenas lograban afirmarse económicamente luego de haber quedado en la calle, tu padre se esforzó y logró armar un hogar, humilde, pero un hogar después de todo. Preocupada de que no te faltara nada, comenzó a trabajar, la pensión de viudez solo cubría gastos básicos y ella no permitiría que pasaras hambre. Pasaron muchos años hasta que supo que ese infeliz, esa escoria de Tendo vivía en la misma casa que un día fue de ella. ¿Imaginas cómo se sintió al ver que ese hombre ordinario, tenía una fortuna impensada y era dueño de lo que un día fue su hogar?

—Entonces, es verdad — musitó Ranma más para sí.

—Una espina en su corazón no la dejaba ni siquiera dormir, dudas, malos pensamientos, decidió un día ir a verlo, le pidió trabajo y él… le encargó a sus hijas. La paga no era mala y ella terminó encariñándose con esas mocosas. Pero no pasó mucho tiempo antes de que notara los negocios sucios de Tendo, lento pero seguro Nodoka comprendió que le había pedido trabajo a un demonio, el hombre era un témpano de hielo con sus hijas había ocasiones en que las trataba con total indiferencia… se encamaba con la servidumbre incluso iban las mejores putas de Japón. Tu madre intentó mantener un perfil bajo, sin embargo el muy patán tenía sus cinco sentidos puestos en ella.

—Eso quiere decir que mi mamá descubrió algo importante ¿verdad?

—Ella descubrió todo, no sé si desees seguir escuchando —replicó caminando hasta su cama, Liang le ayudó a recostarse.

—Quizás debería continuar otro día —mencionó la enfermera, Ranma asintió apenado pero Sadashi interrumpió.

—No sé si podré volver a contar su historia, nunca imaginé que su hijo vendría a mí —soltó la anciana con sus ojos lagrimosos.

—Si usted lo desea, seguiré escuchándola —comentó Ranma, la abuela suspiró y tomó una buena bocanada de aire para continuar.

—Nodoka supo que ese mafioso le robó a tu padre hasta el último yen y con papeles en mano fue a reclamarle.

—¡¿Por eso le quitó la vida?! —exclamó lleno de furia.

—No —contestó tajante Sadashi— Soun se burló en su cara, rió a carcajadas y le preguntó si lo iba a denunciar, siempre en un tono cínico e irónico terminó advirtiéndole que si lo hacía le quitaría lo que más amaba, a ti — aseguró la abuela.

—¡Maldito mal nacido! —gruñó muy exasperado.

—Debes ser fuerte hijo —la anciana tomó la mano de Ranma y le dio un apretón —tu madre soportó muchas cosas para que la ira y el resentimiento de ese rufián no te tocara. Al tiempo de saber que Soun les había robado, descubrió que él también era culpable de la muerte de su esposo, eso no lo pudo tolerar y llena de rencor lo enfrentó. Soun Tendo lo admitió sin ningún ápice de arrepentimiento, hasta dijo que tu madre le había dado lástima y que por eso la dejó como nana de sus hijas.

—-¡Ese desgraciado no tiene límites!

—No, nunca los tuvo ni los tendrá. Nodoka estaba destrozada pero ella seguía levantándose cada mañana para asistir a esas niñas que sufrían la pérdida de su madre. Fue entonces que comenzó a acosarla…

—¡Qué! —exclamó fuera de sí, Ranma caminaba como león enjaulado por toda la habitación.

—Pronto perderá su lucidez —mencionó Liang a Ranma.

—Espero pronto unirme a mi amiga —-admitió Sadashi— creo que moriré antes de saber que ese hombre haya dejado de existir —agregó.

—¿Ese hombre, Soun, tocó a mi madre? —Preguntó con mucha dificultad, el silencio de la abuela comenzaba a desesperarlo — ¡Dígame si abusó de ella! —exigió alterado.

—Lo intentó en muchas ocasiones, pero tu madre se defendió con uñas y dientes—contestó finalmente— su jefe nunca obtuvo nada de Nodoka y eso le melló el orgullo, su hombría, era un sucio y ordinario hombre que se hizo rico robándole a su amigo quien le ofreció trabajo, lo dejó entrar a su hogar y luego de quitarle la vida se dedicó a atormentar a la viuda… —la abuela soltó varias lágrimas antes de continuar, Liang la socorrió al notar que estaba un poco alterada.

Ranma estaba con la sangre hirviendo, su cabeza iba a explotar, ahora comprendía el empecinamiento de su madre en trabajar para esa familia, siempre tuvo un objetivo y no pudo abandonar a esas niñas, únicamente porque el bastardo la tenía amenazada con hacerle daño a él. Llevó sus manos a la cabeza, miraba el suelo lleno de angustia y pensó ¿Cómo pudo soportar tanto? Soltó el nudo de su corbata y es que comenzaba a faltarle el aire.

—En verdad agradezco mucho su tiempo —habló tomando valor. Sadashi lo miró con mucha tristeza…

—Termina lo que tu madre no pudo… —esbozó con una sonrisa cansada— fíjate en el cuello de esa alimaña, tiene una gran cicatriz— Ranma la miró impresionado— fue tu madre, esa marca la dejó ella defendiéndose de él ¡acábalo, sin piedad! —asintió e hizo una reverencia para despedirse de ella.

Sus piernas lo llevaban hacia la salida, apenas pisó el pasillo Liang lo alcanzó…

—Disculpe pero ella quiere que le entregue esto —comentó mostrando un trozo de papel doblado en cuatro, el ojiazul lo recibió y finalmente se fue.

Estuvo varios minutos dentro del carro, con ese diminuto papel entre sus manos, no se sentía bien y decidió leerlo una vez llegase a casa. Encendió el motor y emprendió el viaje, había sido mucha información y nada era bueno, toda su vida seguía girando en torno al apellido Tendo, el odio por él aumentaba con cada segundo, sobre todo la escuchar a la abuela decir que acosó a su madre constantemente.

Siguió ignorando las llamadas que entraban a su móvil, lejos de ser intencional y es que su mente estaba dispersa, cuando las rejas de acero del portón de la casona Yamamoto se abrieron, notó que una mujer lo esperaba con mala cara, detuvo el coche y bajó la ventanilla…

—¡¿Por qué no contestas el celular?! —chilló molesta.

—¿Llamaste? Yo… no me di cuenta —respondió apenas, Akane notó que algo le pasaba.

—Esto es importante —se apresuró a decir su socia, pero él venía tan cabizbajo que ella se preocupó.

—Hablemos dentro de la casa ¿sí? —ella vio como el coche avanzó hasta la entrada principal.

Ranma bajó y entró a la casa sin esperarla, cuando Akane llegó adentro vio que este estaba instalado en la sala de estar con una botella de whisky. Con la vista fija en los cubos de hielo que tenía su vaso, su mirada era muy triste, tanto, que sintió que no era buen momento para decirle lo que había descubierto.

—¿Qué sucede Ranma? —preguntó curiosa y algo preocupada.

—No tengo mente para nada en estos momentos, ¿podemos hablar después? —pidió mirándola fijamente.

—Creo que sí, pero entonces bebamos juntos —respondió ella acercándose hasta él, tomó otro vaso con hielo y sirvió dos dedos de whisky.

Tres vasos del delicioso sabor del añejado whisky bastaron para que Ranma rompiera el silencio…

—Sabes, hace tanto tiempo que no sé lo que es un momento de felicidad, todo me sabe amargo, incluso este costoso whisky escoses—comenzó a decir, Akane le prestaba toda su atención— diez años en ese sucio lugar buscando una explicación a mi destino y de pronto saber la verdad… —se tomó un largo minuto para continuar, sus ojos azules se enrojecieron una lágrima gruesa y caliente quemaba su mejilla derecha, tomó su cuarto vaso de whisky y bebió antes de continuar— saber esa verdad quema, cada día es como un peso sobre mi pecho y me cuesta buscar aliento para seguir, para vivir —finalizó viéndola a los ojos.

—¿Por qué me dices esto? —preguntó su socia.

—Porque hoy supe más atrocidades de tu padre —respondió— creo que podré morir en paz solo si sé que él se fue antes —agregó.

—Eres muy joven… luego de esto, puedes tener una vida.

—Mi único propósito es acabar con él, es irónico que ahora mismo esté diciéndote esto, deberías irte Akane — mencionó.

—Eso intenté hacer ayer…

—No me refiero a eso, sino a que no sigas escuchándome —replicó.

—Yo no soy quien para darte ni un tipo de consejo, creo que el hecho de que no me desprecies de alguna forma es un castigo —argumentó probando su primer vaso de whisky.

—Te lo dije una vez, yo no te odio —contestó.

—Deberías —aseveró ella.

—Dime una cosa ¿qué sientes por mí? —preguntó girando para verle tomándola por sorpresa.

—Yo… —Ranma abrió los ojos esperando una respuesta— ¿A qué te refieres?

—Odio a tu padre y quiero que padezca la peor de las muertes…

—Ah, eso —ella parpadeó varias veces y se sintió torpe al pensar en otras posibles situaciones— apenas soporto saber que llevo su sangre— respondió mirando el suelo como si eso la llenara de vergüenza— él siempre mostró favoritismo hacia mí, eso me hacía sentir mal con mis hermanas, muchas veces le reclamé pero a él no le importa, dice que nos ama y que todo lo hizo por nosotras… es terrible llevar este apellido, tuve muchos problemas en la policía, mis compañeros me despreciaban porque según ellos "gozaba de ciertos privilegios" pero me esforcé mucho en mi carrera, siempre di lo mejor y no me arrepiento, me apena esa parte de mi vida —aseguró.

—¿Por qué? te veías apasionada en el puerto esa noche, de seguro te gustaba ese trabajo.

—Porque no puedo vivir haciéndole justicia a otros sabiendo lo despiadado que fue con mi madre.

Ranma iba por el quinto vaso de whisky, sus mejillas estaban coloradas y suspiraba cada vez más lleno de pesar…

—No bebas más —pidió Akane quitándole la botella de la mano.

—¡Hey! —Gruñó— tomas muy enserio tu papel… estoy seguro de que soy el peor novio del mundo, un puto desastre —soltó refregándose el rostro, Akane pensó "no lo eres" aunque sea una mentira la relación.

Entonces se puso de pie pero el piso se le movió y volvió a sentarse…

—Creo que dormiré aquí —comentó.

—Te ayudaré a subir —replicó ella pasando su brazo por sobre su hombro.

—¿Qué haces? Apenas te recuperas —Akane lo ignoró y se puso de pie de un solo impulso, sí, le dolía el cuerpo pero no tanto como su alma, verlo así de quebrantado le recordó ese día en la bañera… las cicatrices de ese día todavía la acompañan en sus muñecas.

—Solo camina ¿sí? —un paso tras otro hasta llegar a las escaleras, Ranma no dejaba de verle la cara y aunque ella hacía un gran esfuerzo él no pudo alejarse.

Una vez llegaron arriba, él bajó sus brazos y trastabilló hacia adelante pero no cayó…

—No me sueltes —dijo ella en reproche, este volteó y comenzó a ver unas tres Akane, sus sentidos estaban notablemente afectados por el licor.

—¿Akane? —preguntó señalando a "una de ellas" avanzó torpemente cayendo sobre su socia quien chocó su espalda contra la pared del pasillo.

—¡Quédate quieto! —chilló ella, pero en cuanto alzó los ojos se encontró con esos azules que hace un momento estaban enrojecidos.

Se quedaron quietos mirándose por unos segundos.

—Eres muy hermosa —soltó él moviendo un mechón de cabello que caía sobre uno de sus ojos, Akane tragó duro, se sentía nerviosa en esa situación.

—Veo que el alcohol te hizo efecto —respondió chasqueando la lengua, lo empujó despacio y tomó su mano para llevarlo hasta su alcoba— solo duérmete, de seguro mañana ni recuerdas cómo es que llegaste aquí —agregó Akane dejándolo a los pies de la cama, pero él no la soltó y ella cayó sobre su cuerpo, otra vez.

—Quédate conmigo —dijo casi en suplica, ella intentó pararse pero él la abrazó de improvisto, Akane podía oír su corazón el cual latía fuertemente— te diré algo… llevaba diez años sin poder dormir bien, mis noches eran tristes, llenas de nostalgia y soledad.

—¿Ranma?

—Ya casi, desde esa noche en que te quedaste dormida sobre esta misma cama, ya sabes… regresé y tú parecías un ángel, recuerdo que me dormí vigilando tu sueño y nunca me había pasado algo así, no sé, pero tu presencia me ayuda, me siento menos solo —soltó provocando que una tímida lágrima cayera por la mejilla de Akane, este no la vio.

Luego de eso, el silencio fue absoluto, Akane lentamente se deshizo de su agarre en cuanto sintió la respiración acompasada de Ranma, retiró sus zapatos y lo tapó con una colcha. Fue hasta la puerta y cerró pasando el pestillo, bajó la luz de la lámpara a tenue y volvió a checar si dormía, estaba profundo, se acomodó a su lado y casi por acto reflejo acarició su frente.

—Si pudiera, te acompañaría siempre para acabar con ese sentimiento — susurró casi imperceptible, se inclinó hasta él y tomó su rostro con sus manos depositando un breve y suave beso sobre los labios de Ranma.

Pronto el sueño también la invadió y juntos durmieron una vez más.

O—

En otro lugar Tokio…

—No puedo creer lo que me dices —decía Soun golpeando la mesa de aquella cafetería clandestina.

—Pues si me crees o no me tiene sin cuidado, solo vengo a advertirte que las cosas se pondrán muy feas.

—Ese bastardo de Saotome ¿crees que podrás con él? —preguntó Soun.

—Claro que sí, somos como hermanos, después de todo nos adoptó el mismo desgraciado —soltó con una sonrisa malvada su joven acompañante.

—No me importa lo que hagas, no toques a mi hija —replicó Tendo lleno de seriedad.

—No puedo asegurarte eso —masculló con sorna, en ese instante el patriarca del clan lo tomó por el cuello de la camisa.

—No es una advertencia Taro, es una amenaza, sé muy bien tus objetivos y podría derrumbar tus planes metiéndote plomo ahora mismo —los ojos rasgados del sujeto se abrieron grandes al oírlo —que tú me hagas el favor de eliminar a ese mal nacido no cambiará mi forma ni estilo de vida, aunque podría llegar más lejos con mis negocios.

—Eso no será posible, sabes bien que ese clan será mío… tomaré fuerza y ya no se llamará así, al fin seré reconocido.

—¿Qué harás con tu hermano? —pregunto Soun con mirada malvada.

—Hablas de ¿Haru? Pues… siempre ha sido muy manipulable, de seguro estará muerto de miedo cuando llegue a reclamar lo que me pertenece, los Yoshida seremos dueños de la mitad de Japón —sentenció desde el borde de su taza de café.

—Bien, llámame e iré por mi hija —finalizó Soun poniéndose de pie.

Taro lo vio desde su asiento y habló…

—Espera, ¿por qué confías en mí? —Cuestionó— podría traicionarte ¿no? —agregó.

—Mocoso estúpido… tu avaricia es grande pero jamás se comparará conmigo, ¿sabes cuánto tiempo tardé en acabar a Kimura? —Taro frunció el ceño.

—¿De qué hablas viejo decrépito? Si Kimura está bien vivo…—Soun soltó una carcajada por todo lo alto.

—Cuando le quité lo que más amaba, mi mujer y a esa cosa que llevaba en su vientre, ese día acabé con Kimura Yamamoto. Ese hombre ya no tiene alma, deambula entre nosotros únicamente porque yo lo he permitido, porque saberlo sufrido y sin esperanza alimenta mi espíritu. Que tú Taro Yoshida, quieras quitarlo de esta dimensión ayudas a que yo no manche mis manos con su asquerosa y despreciable sangre.

Fue entonces que el hombre mayor giró dándole la espalda, acompañado de una cantidad no menor de guardias se retiró del lugar.

Taro por su parte, disfrutaba la situación aunque Soun era molesto, ya vería si con el tiempo también se desharía de él.

O—

Casona Tendo, anochecer…

Nabiki se encontraba trabajando en su oficina, con los últimos acontecimientos había postergado varias "reuniones" tenía la vista cansada de pasar tantas horas frente al computador, cuando al fin terminó quedó viendo el portarretrato que tenía sobre su escritorio, en él aparecía con sus hermanas y Ryu, tenían no más veinte años por ese entonces… un sentimiento de nostalgia la invadió, extrañaba a Kasumi y a su pequeña Naoko, su hermana mayor no se comunicaba con ella, eso quería decir que las instrucciones que dejó a su amigo en Estados Unidos las había tomado en serio. La castaña tenía claro que Soun intervenía su teléfono, además de tenerla vigilada, si Kasumi se comunicaba con ella sería su fin. Pensó que esperar a lo menos un año sería prudente, pero quizás tengan que ser más.

De pronto interrumpía en su oficina su padre.

—Hija, me dijo la empleada que no has comido, llevas el día entero entre estas cuatro paredes —comentó con tono de preocupación, uno muy cínico por cierto.

—Tengo mucho que hacer, pero ahora iré a descansar —respondió seca.

—No me preguntarás ¿dónde estuve? —soltó Tendo, claro que quería saber, pero no le mostraría importancia.

—¿Me lo dirás? —cuestionó perspicaz su hija.

—Antes siempre cuestionabas mis salidas, ya veo, estás pendiente de otros asuntos, del compromiso por ejemplo —Nabiki rodó los ojos fastidiada por su comentario.

—Ese hombre que elegiste por esposo, es un puto cretino masoquista ¿lo sabías? —escupió sin poder contenerse.

Luego de una corta carcajada este la vio impaciente…

—Tatewaki es inteligente, joven y vigoroso, dale una oportunidad —mencionó.

Nabiki se puso de pie y caminó sigilosa hasta quedar a un lado de su padre.

—Si tu querido Kuno intenta tocarme, te lo enviaré castrado y en pedacitos —Soun la vio de soslayo y ella se retiró sin siquiera despedirse.

Nabiki caminó rápidamente pasando por la sala principal, miró fugaz hacia el comedor y lo vio, su casi "novio" estaba observándola desde una silla, se apresuró a subir las escaleras y en cuanto llegó arriba este la alcanzó.

—¿No cenarás con nosotros? —preguntó, ella se deshizo de su agarre.

—Eres definitivamente el hombre más imbécil que he conocido hasta ahora —soltó fastidiada.

—¿Por qué el insulto?

—He sido jodidamente descortés contigo, no me interesas en lo más mínimo —respondió.

—Qué pena, porque tú a mí sí —replicó.

—¿Cómo dices? —cuestionó incrédula.

—Mientras más me rechazas más me gustas, soy de gustos especiales —masculló cerca de su oído.

—Tienes la posibilidad de estar con cualquiera ¿por qué yo? Es más, si quieres revolcarte con alguien solo hazlo, no me importas.

—Sueño con verte bajo mis sábanas, eres exquisita, excitante, con carácter… nada sumisa por eso me encantas.

—Eso no sucederá —rebatió con seguridad.

—¿Por qué no? Podemos divertirnos un rato, todos tenemos necesidades —la observó libidinosamente.

—Ya basta Kuno, aléjate de mí ¡cómo carajos hago para que entiendas! —chilló molesta.

—Nabiki, me gustas, te imagino como dueña de todo lo mío y sobre todo de mi amor —Tatewaki se acercó hasta su rostro y lo tomó con cuidado entre sus manos— ¿me regalas un beso? —preguntó sorprendiéndola.

—Kuno… —este se alejó un poco, tomó su mano y le besó el dorso.

—Sé que será difícil, pero me ganaré tu corazón lo juro —el hombre volteó y volvió a bajar las escaleras, Nabiki quedó atónita por su cambio de actitud, un escalofríos la sacudió por completo.

Continuó su andar hasta llegar a su alcoba, una vez aseguró la puerta exclamó…

—¡Maldito lunático!

Fue directo hasta su tocador y comenzó a retirar el pintalabios con un pétalo de algodón, miró como caía la noche desde su ventana y se preguntó si Ryu estaría bien. Había estado todo el día encerrada, porque estaba tan vigilada no solo por los hombres de su propio clan sino que Tatewaki ya hacía de las suyas dentro de la casa, prefirió no insistir en ir al hospital por miedo a que él tomara represalias en su contra, en el estado en que se encontraba su querido amor no tendría oportunidad de defenderse.

O—

Casona Yamamoto, media noche…

La tormenta eléctrica despertó a Ranma un tanto sobresaltado, se incorporó casi de inmediato miró a su alrededor un tanto confuso, de pronto una voz suave tocó la punta de los dedos de su mano…

—¿Estás bien? —era Akane.

—Sí, en realidad no ¿cómo llegué aquí? —preguntó notando que ella dormía en el otro extremo.

—Caminando, te ayudé un poco —respondió.

—Y ¿Kimura?

—Supongo que está durmiendo, ya pasó la media noche…

—Claro, tienes razón —aseveró tocándose la frente.

—Sigue durmiendo —susurró ella.

—Pero tú… necesitabas decirme algo, por eso me llamabas —la lluvia caía fuerte afuera— soy todo oídos —agregó acomodándose para prestar atención.

Akane lo observó dubitativa, no sabía si era el mejor momento para decírselo…

—Tengo sueño —soltó girándose para no verle, Ranma entre cerró los ojos y se acercó gateando hasta llegar a ella, cuando sintió su respiración lo bastante cerca alzó la vista y se encontró con él encima de ella.

—Ya se me pasó, solo dímelo —pidió exigente.

—Es que, no sé cómo lo tomarás —replicó su socia.

—¿Tan malo es? —Ella asintió— ¿se trata de ti?- preguntó curioso.

—No, esta vez no soy yo Ranma… es Taro —mencionó sorprendiéndolo.

Ranma se puso de pie, miraba a Akane cada tanto hasta que fue a sentarse a su lado.

—¿Te hizo algo? Porque le dije que no se acercara a ti —aseguró el ojiazul.

—De hecho sí, tuvimos una plática, pero intervino Kimura y no continuó.

—¿Entonces?

—Más temprano, Yamamoto me obsequió esto —respondió mostrándole las fotografías de su madre que tenía sobre la mesita de noche, el azabache las miró con detención— cuando regresaba a la habitación Taro me esperaba justo afuera, en el pasillo —agregó.

—Me tienes intrigado, solo habla ya —habló serio.

—Fue muy irónico, se burlaba de mí y del sentimentalismo barato que traía en mis manos —aseguró ella refiriéndose al obsequio— ¿Cómo sabía lo que traía? —se preguntó Akane.

—Estuvo espiándolos —concluyó Ranma.

—Luego me dijo que disfrutara el tiempo que me "quedaba" y eso me inquietó —comentó ella muy seria —desde que me caí por las escaleras, le pedí un favor a un amigo en la policía —Ranma enarcó una ceja ante su confesión.

—¿Un amigo?

—Sí, un ex colega que trabaja como criminalista, le pedí que investigara a tu querido "hermano"

—No tenías que hacer eso —soltó Ranma un poco ofendido con su actuar.

—Bueno, que tú lo aprecies no significa que yo también lo haga, el sujeto ha sido muy desagradable conmigo pero lo iba a dejar pasar hasta hoy, o más bien hasta hace unas horas.

—¿Qué quieres decir?

—Ranma, Taro no es la persona que dice ser… ese cambio de actitud ¿no te hace pensar que algo no anda bien?

—Es que no te quiere, no le caes bien, es más creo que no te soporta. Se comporta como un niño pequeño, mimado…

—No Ranma, no seas ingenuo —replicó Akane— ¿Quieres saber por qué le molesta tanto mi presencia? —preguntó de cuajo, este asintió.

Akane tomó su celular y se lo entregó en sus manos, Ranma vio varias fotografías de Taro un poco más joven, quizás antes de que Kimura lo recibiera en su clan. A su lado, iba un muchachito, un niño que se parecía bastante a él…

—Ese niño, creo que lo he visto antes —musitó el ojiazul.

-Es su hermano menor —respondió ella.

—¿Cómo? Él es hijo único, no puede ser…

—Lo es, ese niño ahora es un adulto aunque no sobre pasa los veinte años, se llama Haru Yoshida —el rostro de Ranma se transformó, ahora lo recordaba, la noche de su presentación en la fiesta conoció a ese mocoso.

—-Dices que ellos dos… son hermanos, eso quiere decir que Taro sí tiene una familia —dijo más para sí el azabache, se sentía desilusionado y le costaba creer que todo este tiempo haya ocultado semejante situación.

—Siempre te doy malas noticias, pero creo que es importante que sepas quienes te rodean —aseveró su "novia"

Entre las fotografías había una más reciente, también había un certificado con el nombre real junto a su apellido, él era el primogénito de la familia Yoshida, su hermano Haru era el actual representante de su clan. Al parecer sus padres murieron en un viaje, según la información Taro dejó de ver a su hermano a la edad de diez años, cada tanto lo citaba y las fotografías eran prueba de ello.

—¿Por qué? para qué mintió, cuál es su… —de pronto una idea se le vino a la mente, no pudo terminar de formular su pregunta, Akane se acercó y tomó su mano.

—Kimura —señaló ella.

—¡No puede ser, debo alertarlo! —exclamó caminando hacia la puerta, Akane lo siguió y lo detuvo antes de que pusiera la mano sobre el pomo.

—Espera —dijo abriendo lo brazos interponiéndose en su camino.

—Akane, esto es importante, tengo un mal presentimiento…

—Kimura ya lo sabe —soltó de pronto dejándolo frío.

—¿Cómo?

—Fui a decírselo, porque tú no atendías mis llamadas, también pensé que estaba en peligro y le conté todo y le mostré las pruebas.

—¡Y por qué no me lo dijo cuando llegué!

—Porque está asimilando la noticia aunque él se había enterado solo dos horas antes de que yo fuese a decírselo —recalcó Akane sorprendiéndolo aún más.

—Si Kimura lo sabe, ¿por qué no ha hecho nada? ¡Hay que exigirle una explicación!

—Yo creo que eso, deberás charlarlo mañana con él.

—No puedo esperar —dijo tomándola de los hombros.

—Ranma son casi las una de la madrugada —entonces el cielo tronó fuerte trayéndolo en sí.

—No puedo creerlo… después de todo lo que Kimura ha hecho por él, ese idiota, lleva el tatuaje de la familia Yamamoto y es un Yoshida ¿cómo pudo? —se preguntaba Ranma.

—Pues tengo dos teorías ¿quieres oírlas? —preguntó Akane, este la siguió hasta la ventana. Su socia miraba como el cielo dejaba caer su lluvia con toda su fuerza, entonces giró a verle —la primera quizás no es mala, pienso que fue rechazado o hasta él se fue renegando su apellido y su ascendencia, entonces conoció a Kimura.

—Eso debe de ser, Taro lleva más años a su lado que yo, él le ha sido muy leal —respondió Ranma con un tono conciliador.

—Pero no te convence del todo ¿verdad? —Cuestiono la mujer muy seria, el silencio se hizo presente— mi segunda teoría, es que Taro desea quedarse con todo este clan. Sería una especie de traición por mero poder, Yamamoto es dueño y señor del norte de Japón y aunque los Yoshida mantienen buenos términos con ellos no es suficiente, el hombre es ambicioso y para ello, debe ganarse la confianza de su padre putativo y entonces dará el golpe final. ¿Entiendes a lo que me refiero Ranma?

Y sí que lo entendía, era precisamente eso lo que temía, un golpe bajo por parte de Taro incluía la vida de Yamamoto. ¿Se atrevería a tanto? ¿Sería tan despreciable como para traicionar la mano que le dio de comer? ¿Por qué de un tiempo a esta parte, todo le molesta?

-Yo no sé qué hará Kimura, pero sea cual sea su decisión definitivamente creo que él los traicionará —comentó Akane sin más.

—Tú no lo conoces…

—Ocultó que tenía una familia, tiene un hermano menor y vino aquí, por favor no te dejes llevar por el cariño que le tienes –refutó su socia.

—Debo pensar, debo meditar bien qué haré con él. Todo suma, siento que estoy pisando fondo, apenas digiero que Soun acosaba a mi madre y ahora esto —dijo más para sí.

—¡¿Qué dices?! —chilló ella sorprendida.

—Como lo oíste, todo lo que ya sabemos únelo a que no halló nada mejor que acosarla, ¡me hierve la sangre de solo imaginarlo! —Akane se sentó en la orilla de la cama, miraba el vacío y es que su padre no acababa de sorprenderla, ¿cuánta maldad hay en su corazón? Se preguntó tristemente de forma interna.

—Lo siento tanto —soltó tapándose el rostro, sentía vergüenza y repudio, cómo verle a la cara, a esos ojos que tristemente se apagaban cada vez que mencionaba el nombre "Soun"

Ranma se acercó a ella y se puso de cuclillas, intentó sacar sus pequeñas manos que cubrían su rostro pero Akane no lo permitió…

—No es tu culpa, él es una basura, tú eras una niña —comentó.

—Esto es terrible, estamos rodeados de personas que solo quieren vernos acabados… mi padre te hizo tanto daño Ranma, te arrebató lo que más amabas, dejó a tus padres en la calle, y no conforme con dejarla viuda la ¿acosa? Quizás que otros vejámenes sabremos más adelante.

Esa noche Akane dejó soltar parte de su angustia, entre llantos y el ruido de la lluvia ambos se acompañaron, Ranma daba palmadas suaves en la espalda de la menor de los Tendo, le dolía verla sufrir, porque tenía claro que el culpable de todo ese sufrimiento era él, Soun Tendo, un mal nacido que pronto vería caer su poder.

O—

Días después…

Ranma afinaba detalles para el gran evento al que había sido invitado, mientras elegía el arma que llevaría recordó lo que Kimura le dijo acerca de Taro, tan solo al día siguiente del descubrimiento que Akane hizo…

—¿Sigues confiando en él? —preguntó Ranma a su amigo, a su querido Yamamoto.

—No —respondió tajante— sin embargo, una parte de mí quiere creer que en realidad no tiene malas intenciones —aseveró Kimura.

—¿Qué haremos?

—Nada, él no sabe lo que nosotros sí, por lo tanto lo vigilaremos…

—Kimura, si Taro nos traiciona, tú serás su objetivo —se apresuró a decir el azabache.

—Tranquilo hijo —respondió dedicándole una sonrisa— si Taro lo hace, no será fácil, solo que quiero saber hasta dónde es capaz de llegar.

—No estoy de acuerdo, sabes que tiene hombres que lo siguen, él no estará solo, ¿qué haré si te hace algo? Esta venganza, es de los dos, no puedes dejarme ¡me niego!

—Escucha Ranma, no temas, después de todo solo estamos poniéndonos en el peor de los casos.

Un toque en su puerta lo espabiló, Ranma fue a ver quién era y la empleada le decía que el almuerzo estaba listo.

Por alguna razón no podía estar tranquilo, Akane tampoco, y desde ese día que había estado saliendo y ni él sabía qué hacía esas horas fuera de casa. Cuando llegó al comedor vio la mesa llena de deliciosa comida, Kimura en la cabecera, Taro a su derecha y él a su izquierda. Fue a acomodarse y comenzaron a comer, de pronto entraba Akane, venía llegando con un bolso deportivo que dejó en el suelo y que a ninguno de los presentes le pasó desapercibido…

—Disculpen el retraso, solo es ropa ¿quieren revisar? —preguntó muy casual, Taro levantó una ceja y le dedicó una mirada a Kimura que Ranma no pudo dejar pasar.

—Si no le crees anda a mirar —soltó serio el ojiazul.

—Basta, la novia de mi querido hijo dice que es ropa y le creo, comamos en paz —pidió muy ceremonioso.

Una vez Akane se sentó comieron, Kimura disfrutaba de la comida y Ranma jugaba con el arroz, Taro lo veía fijamente y Akane se molestó.

—Mañana en la fiesta de compromiso de mi hermana, estarán los Yoshida —soltó de pronto haciendo que la atención de Taro se centrara en ella. Ranma giró la cabeza y la quedo viendo…

—Los Yoshida son buenos aliados míos, aunque el muchacho no tiene mucha experiencia —comentó Kimura sin dejar de masticar un trozo de camarón.

—Sí, me causa intriga ese niño… pobre tan solo y con tremenda responsabilidad —arremetió Akane, en ese momento Taro soltó sus palillos.

—¿Qué sabes tú de ese "pobre niño"? no eres más que una aparecida, siempre viviste en una casa de cristal rodeada de lo mejor y ahora eres la novia de Ranma ¿qué conveniente no? —soltó muy ácido el hombre de ojos rasgados.

—¿Qué te preocupa? —cuestionó Akane limpiándose la boca con una servilleta— que pronto llegue un ¿heredero? —escupió mirándolo con ganas de ahorcarle.

Ranma se atoró con un grano de arroz ante el comentario de su "novia" Kimura lo miró sorprendido, no lo había pensado, si ellos están enamorados era lógico que ella quedara embarazada una sonrisa deslumbrante se dibujó en sus labios y es que pensar en ver unos piecitos corretear por los jardines de su casa era un sueño, uno que tuvo una sola vez y le fue arrebatado de la peor forma posible.

—¡Qué dices! —Exclamó Taro golpeando la mesa con ambas manos— estaba en shock y sumamente enojado, la unión de esos dos lo tenía al borde del colapso si apenas la soportaba mucho menos un "engendro"

Ranma no paraba de toser cuando Akane le pasó un vaso con agua…

—No tengo síntomas pero prometo decírtelo cuando lo confirme —soltó haciendo un guiño.

—¡Óyeme mujer! ¡Estás loca! —exclamó Taro.

Todos se callaron incluso Ranma dejaba de toser, Akane se puso de pie y lo miró altivamente y a sabiendas de que eso lo alteraría se inclinó hacia él por sobre la mesa, tomó un cuchillo de la fina vajilla y dibujó alrededor de sus dedos.

—Si me vuelves a decir loca —alzó la mano y la bajó tan rápido que nadie pudo reaccionar, clavando el cuchillo entre sus dedos— la próxima vez no fallaré.

Giró para ir por su bolso y se fue… Kimura soltaba una carcajada divertida.

—Esa mocosa tiene cojones, no sé cómo es que ustedes se enamoraron —mencionó Yamamoto muy risueño.

Ranma se levantó y corrió para alcanzarla.

—Akane ¿qué fue todo eso?

—Nada, quería provocarlo ¡maldito infeliz! —chilló ofuscada dando el primer paso en la escalera.

—Dame acá —dijo este quitándole el bolso, la miró impresionado por el peso de este.

—¿No es ropa verdad? —preguntó serio.

—Claro que lo es, solo súbelo —pidió, miró de reojo y notó que Taro los observaba desde el arco de la entrada al comedor— vamos a practicar —soltó fuerte, Ranma la miró frunciendo el ceño, ella se acercó y le susurró en el oído— solo sígueme la corriente…

Ranma sonrió al igual que ella, y la tomó de la mano mientras subían las escaleras. Apenas cruzaron el umbral de la alcoba Ranma soltó a Akane y dejó el bolso sobre el suelo.

—No era necesario que dijeras todo eso —mencionó el ojiazul.

—Bueno, ya te lo dije solo quería provocarlo —replicó ella— además, somos novios qué tiene de malo hacerle pensar que tendremos un hijo —señaló ella tocándose el vientre.

—No hagas eso, no bromees con esas cosas —refunfuñó.

—Pero si es solo una broma, tú no sientes nada por mí, ¿cómo podríamos siquiera concebir uno? Porque los hijos no se hacen solo por dormir juntos, hay ciertos factores fisiológicos que deben concretarse.

—Basta Akane, no me des clases de educación sexual sé muy bien cómo se hace uno.

—Ah… veo que te incomoda, claro nunca en tu vida pensarías siquiera en tocarme, debo provocarte asco con todo lo que… -Ranma la tomó de la mano y la acercó a él por su diminuta cintura, ella se sorprendió tanto que sintió sus mejillas arder.

—Eres hermosa e inteligente ¿por qué no me provocaría tocarte? —soltó Ranma mirándola a la pupila con intensidad.

—Dije que era broma… —susurró despacito.

—No estoy bromeando —replicó Ranma rosando la punta de su nariz con la de ella.

—Bésame entonces —soltó Akane esperando su respuesta, él sonrió mojándose el labio inferior.

—¿Es un desafío? —preguntó sin dejar de verle a los ojos.

Estaban a un paso, sí, a solo uno de desatar toda esa tensión entre ellos, pero el móvil de Akane sonaba estrepitosamente acabando con el ambiente que ellos mismos habían propiciado. Ranma soltó su cuerpo y la dejó contestar la llamada, mientras ella hablaba con "alguien" este fue y abrió el bolso que le pidió subir. Lo primero que vio fueron unas blusas dos para ser exactos, debajo estaba lleno de armas y hasta unas esposas, las quedó viendo un poco sorprendido. Cuando ella colgó la llamada volteó y lo encontró con el objeto en sus manos…

—Deja eso —dijo quitándoselo.

—No sé si me guste usar eso —soltó haciendo que ella se avergonzara.

—¡En tus sueños! —chilló.

—¿Por qué trajiste todo eso? —preguntó.

—Lo necesito para la fiesta de mañana —respondió.

—Vamos a la postura de argollas, ¿qué te hace pensar que usarás eso?

—Todo es posible —comentó guardando las esposas dentro del bolso.

—Mañana, necesito que estés a la altura —habló Ranma llamando su atención.

—¿A qué te refieres? —cuestionó frunciendo el ceño.

—En esa fiesta estará Soun, quiero que vea como su hija se derrite de amor por mí, seremos la mejor pareja, lo siento por tu hermana pero creo que la opacarás —mencionó con decisión.

—No conoces a Nabiki… tengo un muy mal presentimiento, capaz y se acrimine con ese tal Kuno.

—Esta invitación es solo una pantalla, estoy casi seguro que hará uno de sus negocios en plena postura. Quiero arruinarle la sonrisa, ¿comprendes?

—Bien, mañana seré toda tuya —concluyó Akane, Ranma sonrió entusiasmado.

Esa última oración saliendo de la boca de Akane le agradó demasiado, ciertamente ella le importaba más de lo que esperaba y mañana en esa fiesta se lo demostraría.

Continuará…

Nota del autor

Estimado lector, agradecida de su apoyo cada semana espero les haya gustado este capítulo. Cada vez más cerca, los protagonistas han vivido el dolor en carne propia, cada quien a su modo. Comparten un solo objetivo y este los ha llevado a estar más juntos que nunca, ¿se gustan? Claro que sí, sin embargo los pocos espacios de romance quedan opacados por terceros ¿creen que habrá acción entre ellos el próximo capítulo?

¿Qué les pareció la confesión de la abuela Sadashi?

Sinceramente, Ranma no deja de sufrir por sus padres. Para quienes crean que Soun cambiará, creo que con esto les confirmo que no. Él es mi antagonista malvado, es cruel y despiadado, no esperen un final dulce y de reconciliación para él.

En cuanto a Nabiki, la hermosa y sensual castaña sigue esperando por su amado príncipe, o quizás su lobo feroz. ¿Podrá Kumon ayudarla a lidiar con ese compromiso?

Está revelado, ya saben quién es el informante de Soun ¿lo veías venir? Taro tiene intenciones muy malas para con el clan que lo acogió. ¿Qué hará ese Yoshida en medio de los Yamamoto?

Habrá fiesta y champagne, los mafiosos más poderosos de Japón se encontrarán nuevamente.

Pido disculpas a todos aquellos que esperaban ayer este capítulo, como saben cada dos semanas, público otra actualización de mis otros dos fic, lamentablemente ayer tuve problemas técnicos con mi computador y me fue imposible subirlo. Gracias por su apoyo constante.

Ayer logré publicar Dulce y embustero amor, invitados a leer el capítulo cuatro.

Si te gustó, te invito a dejar tu preciado review, amo leerlos.

Desde Chile una fanática más de Ranma.

Sweetsimphony._