Por tu propio bien, que no me entere de quien eres...

- Esto es guerra. – Yo acababa de entrar a mi dormitorio, con mi precioso pelo negro azabache y rizado, cubierto de una sustancia gelatinosa y pegajosa verde, que cierto "graciocillo" había decidido colocar en la puerta del baño de las prefectos, esperando que "alguien" (dichosa mi suerte) decidiera abrir la dichosa puertecita y darse de bruces, o mejor dicho, darse un bañito con esa cosa asquerosa que en esos momentos me cubría casi por completo.

En menos que canta un gallo, me planté en mi habítación, más concretamente salí disparada hacia el espejo del cuarto de baño para poder evaluar los daños de "esa cosa" que tenía por encima.

- Que asco... – Dibujé una mueca de profunda repugnancia, mientras miraba con mis ojos verdes la chica que me devolvía la mirada desde el espejo. Mi usualmente melena de pelo negro, y "más o menos" domado, estaba en esos instantes como si acabara de meter los dedos en un enchufe (los muggles me entenderán, y para el que no sepa lo que es uno, no se lo aconsejo). Posé mi mano en el cabello, e inmediatamente se quedó pegada a esa sustancia pegajosa, que ya me estaba sacando de quicio. – Juro que si me entero de quien ha sido el artífice de la broma, me las va a apagar con creces. – Uii y no lo sabe bien... con Chris Makfers no se mete nadie, pobrecito de quien lo intente.- Ahora bien, mi mano derecha pegada a esa asquerosa sustancia, y ni modo para separarla de mi cabello, las llevamos buenas. En un intento de despegar mi mano derecha, empleo la fuerza de la izquierda, con tan mala suerte, que ésta se queda pegada a la otra. "POR MERLÍN", lo que no me pase a mi... empiezo a dar vueltas por el cuarto de baño haber si me topo con algo que me sea de utilidad para salir de esa situación un tanto, embarazosa. Llego a la altura de la bañera, y más o menos me las arreglo para abrir el grifo del agua caliente (ya os podéis imaginar las maniobras que tuve que hacer...) una vez lo abro, me doy cuenta de que el agua comienza a salir por la alcachofa (o la parte inalámbrica que tienen las duchas, espero que me entendáis) y como el agua salía con mucha presión, comenzó a dar vueltas descontroladamente y poniendo todo el baño empapado de agua (yo diría que bastante semejante al de Mirtle la llorona). En un intento de llegar al grifo para cerrarlo, mis pies me fallaron y fui a dar de bruces con el suelo. – AUCH. – Aún me duele, con solo acordarme. En esto que yo con mi "pose" en el suelo encharcado de agua, con mi falda bastante más subida de lo normal, la camiseta mojada y pegada a mi cuerpo, y a esto hay que sumarle que estaba boca arriba... Lo peor que me podía pasar es que algún chico entrara al baño y me viera en ese estado.

Dicho y echo, pero mejor pensado, hubiese sido mejor tropezarme con los merodeadores en persona. Pero claro... si es que mi suerte es envidiable... apareció Rita Skeeter, con su sonrisa triunfal, (menuda portada, debió pensar la muy jodia). Sacó su cámara y tras unos 4 o 5 flashes, que me dejaron ciega, desapareció. No fue ni para echarme una mano... juro solemnemente que de esta me vengo Rita... ¿Ahora qué? Me dije para mí misma, ojalá que lleguen Lily, Crystal o Cathy...

Al parecer, mis súplicas fueron escuchadas y la pelirroja asomó la cabeza por el marco de la puerta.

- CHRIS! – Corrió hacia mí la pelirroja, alarmada por el estado en el que me encontraba. – ¿Qué te ha pasado? – Me preguntó al llegar a mí, y ayudarme a incorporarme, a la vez que ella se mojaba su túnica (teniendo en cuenta como estaba yo y el suelo de la habitación era lógico..).

- Es una historia algo larga de contar... – Susupiré yo, de bastante mal humor. – Sino te importa... ¿me podrías ayudar a quitarme esto? – Pregunté yo a Lily,señalando mi cabeza, haciendo pucheros y con carita de perro degollado.

- EVANESCO – La sustancia pegajosa desapareció, y mis manos pudieron quedar libres al fin.

- Gracias amiga. – Contesté con un gran abrazo.

- Menuda la que has montado Chris...No te podemos dejar sola ni un momento. – La que hablaba era Crystal, con una preciosa sonrisa en los labios, desde el marco de la puerta, evaluando el desastre que había en esos instantes en el baño.

- Verás... – Un rubor apareció por mis mejillas, ahora bien, ¿Cómo le explicaba yo a Crystal lo que me había pasado? Si hay suerte y la pillas de buenas, los mismo se ríe de la historia. Lo malo es que la pilles de malas pulgas...

- Déjalo Chris, esto lo arreglo yo en un santiamén. – Dijo Lily, que una vez más me sacaba de un apuro, me dedicó un guiño y con un par de movimientos de varita, el baño quedó reluciente. Esta chica era una maestra en el arte de dominar la varita.

- Te has salvado... – Rió Crystal desde la puerta, y fue hacia mí. – No me mires con esa cara de cachorito abandonado Chris, conmigo no funciona. – Me quedé helada, me funcionaba con todo el mundo, vale... menos con Crystal, a esta chica no le puedo mentir. – Venga tontita, sabes que si me enfado contigo es porque te quiero mucho, y no me gustaría que te pasara nada malo.

- Lo sé...

Ahora bien, creo que sería bastante apropiado que os dijera un poquito de mis compañeras de habitación y mis mejores amigas:

Lily Evans: ¿Qué decir de esta chica? Divertida, extrovertida, simpática, y sobretodo muy alegre. En cuanto a su físico, es envidiable: curvas perfectas y muy bien proporcionadas, además de una cara angelical, con sus ojos verdes esmeralda impactantes, con los que tenía conquistado el corazón de muchos chicos. Su melena rojiza y lacias, que le caía sobre los hombros, y le llegaba a la mitad de las espaldas. Aunque como anteriormente he dicho, Lily suele ser una chica adorable... toda persona tiene algo que la saca de sus casillas, y en el caso de la pelirroja, eran un grupo de chicos que iban a su mismo curso, y que eran conocidos por todos como los Merodeadores. Pero peor aún, cuando se trataba de James, con la sola mención del chico de pelo negro azabache, la dulce Lily Evans daba paso a una fiera, capaz de todo...

Por otro lado, estaba Crystal: su físico era muy semejante al de Lily, con la diferencia de que ella tenía unos ojos negros profundos, y una corta melena castaña, que le caía delicadamente sobre los hombros en forma de pequeñas ondas. Ahora bien, cuando hablamos de carácter ... esta chica lo tiene sobrado, si la pillas de buenas es: encantadora, amable, simpática... Pero de lo contrario... es como un abomba de relojería apunto de estallar. Dando paso a una Crystal tozuda y con muy malas pulgas. Además, al igual que Lily no soportaba a los Merodeadores. Pero el que peor le caía era Sirius Black. (Sin nombrar a Petegrew que no lo traga ni su madre).

El trío lo completaba Cathy: de pelo rubio con una larga melena lacia. Unos hermosos ojos azules cielo. En cuanto a su físico, era algo más baja que las demás y un poco más regordeta, pero eso es lo que dice ella... la verdad es que es normal, ni una foca ni un maniquí. Respecto a su carácter, es un encanto, dulce, cariñosa, comprensiva, serena... Así podría estar un rato, pero he de deciros que por culpa de su carácter pacifista a tenido alguna que otra bronca con mi amiga Crystal... como seguro que veréis más adelante...

Bueno , ahora se supone que debería describirme yo... Me llamo Chris, soy amiga de este grupo de chifladas... (vale chicas lo digo con mucho cariño :P). Me considero una chica alegre, optimista, y muy buena amiga. Pero claro, si me ponen de malas... puedo llegar a ser muy muy mala... quedan avisados. Al igual que mis amigas no tolero a ese grupo de egocéntricos llamados Merodeadores, (vale, reconozco que están buenos...) y al igual que Crystal no soporto a Sirius, el único que parece medio buen apersona es Remus... es un encanto, pero sus amigos lo corrompen...

Dejando de lado la situación del cuarto de baño y de decir tonterías que a nadie les importan :P ...

- Oye Sirius, ¿Qué hiciste con el cubo de las babas que quería tirar Hagrid de aquellas repugnante cosa de tres cabezas? – Decía James, mirando a su amigo con una gran sonrisa pícara.

- ¿Yo? – Se hizo el aludido Sirius, que mostró su sonrisa inocente, que tenía cautivado el corazón de la mitad del alumnado femenino de Hogwarts. Pero como el moreno de pelo azabache lo conocía a la perfección... decidió contestarle. – Pues digamos que quería darle una sorpresita a cierta persona que sabía que saldría del baño de prefectos. – Sentenció con una sonrisa pícara.

- Más te vale que no llegue a enterarse de que has sido tu... ya sabes el temperamento que se gasta la chica... – Suspiró James. Mientras cogía la snich por tercera vez en los últimos cinco minutos. Su fornido cuerpo se movía con total soltura en el aire, haciendo que fuera un excelente buscador, como lo demostraban los 5 años consecutivos que Gryffindor llevaba ganando la copa de las casas. Sus ojos verdes avellana, y su pelo negro azabache, causaban que tuviera al sector femenino de Hogwarts loquito por sus huesos.

- No se enterará... – Decía satisfecho Sirius, que volaba cerca de su mejor amigo, con la excepción de que al moreno le gustaba más ser golpeador. La blugger estaba a escaso medio metro del chico, y parecía inevitable el choque... pero Sirius mostrando su agilidad y destreza la golpeó con fuerza. – Y la pelota sale del campo... – Gritó eufórico el chico. Rememorando un partido de béisbol que había visto ese verano en casa de James, en una cosa llamada trelevisiog. Al igual que su mejor amigo, tenía un cuerpo de infarto, gracias al quiddich y a sus escapaditas en luna llena (Ya me entienden). Su pelo era moreno y lacio, algo largo, y unos preciosos ojos celestes, que iban a juego con su cara de niño travieso.

- CHICOS! – Gritaba Remus desde el suelo del campo de quiddich, a sus amigos que estaban unos 30 metros por encima de él.

Ambos bajaron rápidamente al ver a su amigo, y se situaron a ambos lados del licántropo.

- Esta noche, es la noche... se que no hace falta que os lo recuerde.. – Decía algo azorado.

- Tranquilo Remus, ¿cómo íbamos a olvidar una cita tan importante? – Bromeó Sirius, al chico de ojos avellana.

- No sé... Además venía a deciros que McGonagall os estaba buscando hace un rato. Al parecer han encontrado un Scregutor de cola explosiva en el baño de prefectos de Slytherin...

- Dime que ha sido Snape el afortunado... dime que ha sido él... – Pedía Sirius, a modo de pataleta de niño pequeño.

- Pues amigo creo que no... Le ha tocado a Filch, y no digamos de la señora Norris, sus maullidos han resonado por toda el ala oeste del castillo, y Filch a prometido venganza con los que han dejado en el baño, a "el engendro" como el lo ha bautizado.

- Jajajjajajajajajjaj – Se echaron a reír los dos morenos, ante una mirada severa del chico castaño.

- No es para que te pongas así Remus, reconoce que nos salió mejor de lo que pensábamos... Aunque he de decir que la idea de ver a Snape con sus pantalones hechos cenizas y enseñando eso calzoncillos tan monos que tiene de Minnie de Pooh es bastante tentadora... – Rió Sirius... haciendo que Remus se contagiara de su risa, y al final, los tres amigos acabaran reborcándose por el césped del campo de quiddich.

Volviendo a la habitación de las Gryffindor...

- Cathy, ¿has hecho los deberes de pociones? – Preguntaba Crystal a la rubia.

- Si ¿por? – Contestó distraída la chica, que estaba estirazada en su cama leyendo un gran tomo de Historia de la magia

- Para que me los dejes, es que no tengo ganas de ponerme ahora con la dichosa pociones multijugos... Aunque a decir verdad... puede que algún día la haga, para dar cierto merecido a un par de tipejos. ¿Qué opináis chicas?

- Pues yo me apuntaría... – Apoyé la idea de Crystal.

- Cuenta conmigo... – Se unió Lily... asomando una sonrisa maquiavélica por sus labios.

- ¿y tú Cathy?... – Preguntó la castaña de ojos oscuros, dirigiéndose a la aludida del grupo.

- ...

- CATHY! – Estalló la chica.

- ¿Sí? – Dijo la chica, asomando lentamente la cabeza por encima del libro que sostenía, pero con un rostro de total tranquilidad y serenidad.

- ¿Has escuchado algo de lo que hemos dicho? – Preguntó histérica Crystal, y madre mía, que estaba perdiendo el control... Lily y yo nos dedicamos una mirada cómplice, y decidimos que lo mejor era dejar a esas dos a solas, así que a hurtadillas, consiguieron salir de la habitación, donde parecía que una bomba estaba apunto de estallar. Una vez llegaron al final de las escaleras de los dormitorios de las chicas escucharon unas voces que les eran familiares...

- Remus, ¿A qué no sabes en qué se entretuvo esta tarde nuestro amigo? – Decía James al chico de ojos dorados, mirando de reojo a Sirius, y bajando la voz. Pero como se encontraban al pie de las escaleras de los chicos, las dos Gryffindors podían escuchar todo con claridad.

- ¿Otra más...? – Preguntó resignado el chico.

- Sip, en el baño de prefectos... – La cara de Remus se puso pálida, si le había echo algo a ella, más les valía que e sa noche no pegaran ojo...

- NO será...

- Si...

- Sirius... tu eres tonto. Ya sabes como se las gastan, más te vale que no se entere de que has sido tu... – Dijo alarmado el chico de ojos dorados, mientras se acercaba más a su amigo y le susurraba. – Mejor discutimos esto en la habitación... NO es muy seguro ir comentando estas cosas por aquí. Además, tu y James dentro de media hora tenéis que acompañarme a ver a la profesora McGonagall.. – Dicho esto, los tres chicos subieron apresudaramente hacia su habitación, bajo la atenta mirada de muchas chicas de la sala común, que suspiraban cada vez que los veían.

- Sirius Black... has firmado tu propia sentencia de muerte. – Murmuré yo en voz baja, mientras mis ojos verdes se inyectan de odio e ira.

- CATHY! ¡Deja de estar siempre en las nubes, estoy harta de que te comportes como si nada fuera contigo, te estoy hablando, podías hacerme un poco más de caso! ¿No te parece?

Lily y yo nos miramos resignadas, y asentimos. Una nueva bronca entre Crystal y Cathy, mejor dicho, era la primera la que siempre estallaba, ya que no había otra cosa en el mundo que le diese más coraje que ser ignorada mientras le habla a alguien, y eso era la especialidad de Cathy. Nosotras dos subimos hacia arriba saltando los escalones de dos en dos, hasta llegar a la habitación, donde Crystal seguía dando voces, y la rubia permanecía tranquilamente leyendo en su cama, en la misma posición que la habían dejado instantes antes.

- Silencius! – Grité esta vez yo. Dejando a Crystal sin habla, aunque después de hacerlo pensé si no habría sido una mala idea, ya que la chica estaba volcando sus ojos negros inyectados en furia sobre mí. Pese a que no articulaba sonido alguno, por el movimiento de sus labios pude entender "No sabes lo que has hecho Chris", creedme cuando os digo que ni en la peor película de susto se puede tener tanto miedo como el que tenía yo en esos instantes. – Esto... Crystal... cálmate... las voces... sala común... – No podía ni articular una frase que tuviera sentido, y lo peor de todo es que la castaña cada vez estaba más cerca de mí. Así que presa del pánico, me eché a llorar como una magdalena...

Al sentir que mis rodillas hacían contacto con el frío suelo de piedra, noté que una mano me acariciaba el pelo, y se agachaba para estar a mi altura, y suavemente me acarició las mejillas quitando las lágrimas de ellas.

- Lo siento Chris... – Dijo con voz dulce Crystal, a la que se le acababa de pasar el efecto del hechizo (¿Os he dicho que ese hechizo no seme da muy bien?).

- Snif, snif... – Levanté la mirada y me tropecé con los ojos negros de mi mejor amiga, que me miraban con cariño y algo de culpabilidad. – Lo... lo... siento... es culpa mía... a veces... soy muy ... sensible... – Dije yo con voz entrecortada.

- Vale, me he pasado... pero no te pongas así mujer... – Dijo la castaña haciendo que yo esbozara una sonrisa.

- Venga chicas... Esta noche tenemos planes... y nuestro objetivo son los Merodeadores... ¿Quién se apunta? – Preguntó alegremente Lily. Una vez más hacía que dejáramos atrás los malos momentos.

- YO! – Gritemos todas al inísono, y cuando digo toas, son todas. Con lo que Lily, Crystal y yo, nos quedemos mirando estupefactas a Cathy, que nos miraba con mucha curiosidad y expectación.

- Haber... creo que me he perdido algo... ¿tú? – Preguntó la pelirroja, a la rubia.

- Sip. – Dij o la chica con seguridad.

- ¿Y se puede preguntar por qué? – Me adelanté yo a Crystal, que todavía tenía la boca abierta.

- Pues que hace tiempo que no me divierto, y...

- ¿Y...? – Dijimos las demás a la vez.

- Si prometéis que la rata asquerosa esa de Petegrew recibe su merecido... yo os acompaño al fin del mundo.

- Así se habla! – Grité yo.

- Todas para una y una para todas... – Gritó Cathy, y todas coreamos a la vez.

- POR EL LC3 !

Notas de la autora: Bueno antes de todo, es mi primer ficc de los Merodeadores, espero que les haya gustado, y sobretodo les agradecería mucho sus comentarios o críticas. Un beso muy grande y hasta el siguiente capi...

- El castigo que recibirán los merodeadores por la bromita del excreguto de cola explosiva.
- La venganza de Las LC3
- ¿Se quedaran de brazos cruzados los Merodeadores?