Un nuevo líder
Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.
Esta obra se reserva en su totalidad los derechos de autor, prohibida su copia o uso.
Una historia AU (universo alterno) solo tomo prestado los personajes, no necesariamente deben apegarse a sus personalidades.
Advertencia: está clasificada para mayores de edad, puede contener violencia física o emocional así como escenas eróticas y lenguaje soez.
—O—
El cementerio no es ni será el mejor escenario para nadie, Ranma se despedía en silencio y con profundo dolor de su querido amigo Kimura, quien vino a hacerle compañía en sus primeros años de cárcel, el hombre que lo contuvo y lo escuchó cuando la angustia y la desesperación tras los barrotes de prisión lo volvían loco. Yamamoto era más que un amigo, el hombre poseía poder y ese mismo fue quien lo sacó de allí, brindó protección e incluso lo buscó cuando lo declararon inocente.
Su espíritu se veía quebrantado, le reprochaba a la vida tanta maldita suerte y es que ¡cuándo le daría un respiro! Creció sin su padre, vivió en una humilde casa con su madre quien no pudo verlo aspirar a más, todo debido a un ruin monstruo que le quitó todo cuánto amaba. Y ahora, su padre putativo yacía dentro de una urna nuevamente por traición, por deslealtad, por ambición…
Fue en busca de su asesino más solo encontró traidores que le protegían, ¿por qué? ¿Por qué tanta lealtad a un infeliz que no lo merecía? Ajustició con sus propias manos a cada infame que le seguía otorgando favores, fueron dos días sin dormir de búsqueda interminable, de gritos y sangre derramada más el último hombre soltó la información que tanto buscaba… Taro era protegido por Soun y eso le provocó un escozor en el corazón del tamaño de un volcán.
Cuando regresó a casa su sed de venganza sobrepasaba cualquier límite, estaba muy alterado pero supo controlarse frente a la mujer que se le coló en el corazón… Akane insistía en saber y en estar cerca suyo, finalmente cedió ante la pasión, la hizo suya y acabó con esa tensión sexual que los recorría constantemente. Sin embargo, ese tiempo de amor y entrega no es para siempre, debía darle el último adiós a Yamamoto y ni en el mejor de los contextos imaginó que los dos asesinos que más odiaba irían a presentarse frente a él.
Cuando oyó la voz de Taro reclamarle por la casa y que la abandonara quería provocarle el mayor de los dolores, se dio el gusto de cortarle la piel al arrancarle de cuajo el tatuaje que representaba a la familia de Kimura. Pero eso no sería suficiente, claro que no, en la mafia la traición se paga vida por vida y él no sería la excepción.
No obstante su intención se vio interrumpida, un documento le era entregado en sus manos y cuando sus ojos leyeron las primeras líneas sentía como la sangre le fluía de golpe por cada extremidad de su cuerpo.
Todo mundo lo veía expectante, Soun lleno de intriga lo miraba desafiante y Taro pues seguía en el suelo mientras los hombres cubrían su gran herida en el brazo.
—Bueno, Akane te vienes conmigo —masculló su padre acercándosele.
—No la toques, no oses siquiera pensarlo —replicó Ranma cuando este dio el primer paso.
—¿Quién te crees que eres mocoso estúpido? tu protector está muerto ya no tienes nada ni a nadie, eres patético. Mi hija merece algo mucho mejor que tú ¡maldito ex convicto! —escupió lleno de sorna, en ese momento Ranma se echó a reír, Akane lo veía angustiada.
—¡Mátenlo! ¡Haz algo Soun! —gritaba Taro cobardemente.
—¡Cállate maldito traidor! —Gritó Akane disparando al aire, todo mundo se silenció —Si no te meto una bala es solo porque no me corresponde quitarte la vida, miserable —agregó la única fémina del lugar.
—Deja ya esa pose hija, si no vienes conmigo por las buenas lo harás por las malas. ¡Quítate de mi camino, bastardo! —gritó empujando a Ranma quien lo tomó por el cuello del abrigo que llevaba puesto.
—Llegó tu hora viejo decrépito, sí soy un bastardo es precisamente porque acabaste con la vida de mis padres, si soy un ex convicto es porque te aseguraste de que me inculparan de la muerte de mi madre, pero con ella no, no dejaré que te lleves a mi futura esposa porque ella será una Saotome, y seguirá viviendo conmigo en esa casa porque soy el único heredero de la fortuna Yamamoto —finalizó.
Los ojos de Soun lo veían con odio y recelo, no lo podía creer…
—¡Mentiroso, mátalo ya, deja de hablar Tendo cumple con tu palabra! —gritaba Taro en medio de su dolor.
—¡Silencio! —gritó Soun, tomando las manos de Ranma para que lo soltase— ¡Has sentenciado tu muerte! Por fijarte en mi hija, por entrometerte en mis negocios y porque se me da la gana.
—Ya veremos quien se muere primero —musitó Ranma sin soltarlo.
—¡Disparen a matar, solo quiero a mi hija viva! —gritó el vejete sin más.
Tanto los hombres de Tendo como los de Yamamoto se enfrentaban con armas de fuego, Haru quiso correr con Akane al tomarla de su mano pero ella se negaba y en el forcejeo ambos cayeron al suelo.
—¿Qué crees que haces? —preguntó Akane.
—Ranma dijo que te sacara de aquí —respondió.
—Yo sé usar armas, fui policía no tienes que protegerme —replicó ella ofuscada por la situación.
Entre balazos y hombres caídos pudo ver a Ranma quien se disponía a pelear mano a mano con su padre.
—Akane mira —gritó Haru al ver que podían salir por un pasillo.
—No puedo dejarlo solo —musitó.
—Él sabe defenderse —este tomó su mano y ambos se pusieron de pie.
Alcanzaron a correr muy poco, Taro se interponía en su camino…
—¿A dónde vas tan aprisa? —cuestionó con cara de pocos amigos.
—Déjame pasar, esto no te incumbe —respondió Haru.
—Vaya, ha crecido el preferido de papá… ¡deberías respetar a tus mayores! —vociferó en un grito, Akane enojada fue y le dio vuelta la cara de una bofetada.
—¡Maldito infeliz! ¡Asesino! ¡Pelea conmigo a ver si puedes! —chilló a viva voz, el sujeto ni lo dudó y lanzó su primer golpe pero su herida le impedía moverse con destreza y Akane esquivaba sus puños.
—¡Akane, no lo hagas! —gritaba Haru nervioso, en el suelo ya habían muertos y el hedor a sangre se esparcía por el aire.
Taro intentaba tomarla del cuello pero ella le daba de puños en la boca, la nariz y hasta en un ojo…
—¡Maldita Tendo; por qué no te quedas quieta! —gruñía entre dientes.
—¡Vete al infierno!
—Si no fuera porque tu querido papi te quiere de regreso en casa ya te habría disparado.
Entonces este la aprisionó entre sus brazos, Akane forcejeaba para zafarse cuando una bala pasó por su lado hiriendo a Haru quien intentaba ayudarla justo en el cuello, los ojos miel del chico vieron a su amada estupefacto, le ardía la piel y por inercia llevó su mano hasta donde le dolía, esta quedó manchada de su sangre.
—Hirieron a tu hermano —aseguró Akane removiéndose y este la soltó.
—No somos nada, solo compartimos un apellido.
—Imbécil, ¿no vas ayudarlo?
—Muerto me sirve más que vivo, el clan Yoshida será mío —masculló con sorna
—¡Eres despreciable! —gritó Akane sacando su arma, quería meterle una bala entre ceja y ceja pero entonces Ranma se acercaba con la cabeza ensangrentada.
—Debemos irnos —dijo tomándola de la mano.
—¡Hey ex convicto, la casa Yamamoto es mía! —gritó Taro con el labio partido por el golpe que Akane le había propinado.
Ranma se giró y de una sola patada lo botó al suelo, se inclinó sobre él y pasó la punta de su arma por alrededor de su rostro…
—Kimura me dejó todo, ¡púdrete! —entonces le disparó en la oreja, justo en el lóbulo destrozándole la carne, el grito de dolor enmudeció a todo mundo, se tocaba la piel y la sangre se escurría por entre sus dedos —dale este mensaje al cobarde de Soun, iré por él incluso a esa casa que tanto adora y que le quitó a mi padre, lo buscaré y cuando lo encuentre deseará haberse muerto antes.
—¡No podrás conmigo Ranma! ¡Revertiré lo que sea que hizo Kimura, te lo juro!
—No te quito la vida solamente porque tu sangre está viéndote —señaló el azabache.
Akane ayudó a Haru y con un trozo de tela de su vestido hizo presión en la herida de su amigo, Ranma se los llevó dejando en el suelo a un Taro mal herido y lleno de rencor.
Un coche los esperaba y se los llevó lejos de allí…
—¡Qué pasó! —chilló Akane al notar que Ranma sangraba de su cabeza.
—Estuve tan cerca de matarlo —respondió perdido en sus pensamientos.
—¿No pudiste?
—Uno de sus hombres me golpeó en la cabeza —contestó.
—¿Cómo puedes hablarle así? —cuestionó Haru al oír la conversación.
—No te entrometas —mencionó Akane.
—¿Crees que Akane no sabe la clase monstruo que es su padre?
—De todas formas, es su sangre ¿acaso no te apiadaste de Taro hace un instante?
—Sí, pero eso no quiere decir que lo vuelva hacer —replicó Ranma serio.
—¿Tanto lo odias?
—Asesinó al único que creyó en mí, tú no sabes nada de mi vida Yoshida, te dejaré en el hospital luego te las arreglas tú ¿entendiste?
—¡Ranma! —chilló Akane reprendiéndolo.
—Sabes que no estoy en condiciones de proteger más vidas, contigo es más que suficiente.
—Lo dices que si fuese una carga, no lo hagas puedo defenderme y cuidarme muy bien sola.
—No es lo que quise decir Akane…
—Ya basta los dos, detesto estar en medio de ustedes —aclaró Haru muy incómodo y pálido.
Ranma se acercó y le quitó la tela del cuello para verle la herida…
—Eres suertudo, solo rosó —dijo volviendo a ponerle la tela allí— presiona fuerte, un poco más a la izquierda y estarías muerto.
—Que considerado ¿no? —respondió Haru cerrando los ojos.
—Tú también tienes que verte esa herida, los dos irán al hospital —ordenó Akane.
Rápidamente el chofer los dejó en la urgencia del hospital más cercano, pero justo antes de bajar en la radio trasmitían la noticia de un tiroteo en el cementerio, la policía había encontrado a diez muertos todos sin identificación.
Ranma bajó sin esperar a nadie, estaba enojado, el golpe en la cabeza le hizo perder el equilibrio y caer al suelo sin poder terminar de estrangular al viejo Tendo. Estaba seguro de que si hubiesen estado solos, la historia sería muy diferente, aunque al menos se había dado el gusto de dejarle sus dedos marcados en la piel.
Una vez dentro, los atendieron al mismo tiempo. Haru con una dosis de antibiótico y un gran parche en el cuello y Ranma ocho puntos en la cabeza y descanso por al menos dos días, sin embargo eso no sería posible. Una vez listos salieron de allí rumbo al coche, el chofer los llevaba de regreso a la casona.
—¿Qué haces en mi carro?
—¡Ranma! —Chilló Akane— está herido, esa bala era para mí.
—Debe irse a su casa Akane, no me veas así.
—Me iré no te preocupes, solo necesito que mis hombres me escolten —replicó Haru.
—Tu hermano te quitará todo, ¿lo tienes claro? —soltó el azabache.
—EL no tiene nada que hacer en mi casa, renunció a todo hace mucho tiempo.
—No seas tonto Haru, Taro acaba de perder la fortuna de Kimura, yo soy el único heredero.
—¡En serio! —exclamó Akane sorprendida.
—El documento que me entregó ese hombre avala lo que digo —mencionó.
—No puede hacer nada mi gente es leal a mí, no se venderán con Taro.
—Eres muy confiado, Taro está bajo la protección de Tendo ¿aun dudas que no te despojará?
—Me defenderé —aseguró.
—Te diré una cosa, Taro morirá porque yo mismo me encargaré de eso, si este va por tu cabeza elimínalo o morirás.
—No sucederá…
—No te crees capaz de —Akane lo interrumpió.
—Basta Ranma, Haru no es como tú, no fue fácil para él ver cómo le despellejabas el brazo o como le disparabas.
—No es un niño, es el jefe de un clan mafioso ¿de qué rayos hablas Akane?
—¡Es su hermano por un demonio! —gritó Akane enojada.
El silencio se instaló entre los presentes, pronto llegarían a casa y ya verían qué hacer.
Casona Tendo…
Nabiki se encontraba encerrada en su alcoba, ante la visita constante de su ahora prometido prefería incluso trabajar desde allí asegurándose que no invadiera su espacio privado, era una tarde un poco fresca y la empleada le llevaba su té de bergamota favorito y de paso le avisaba que su padre había salido junto a Kuno y un grupo de hombres en varios coches.
La castaña disfrutaba del delicioso brebaje con una sonrisa en los labios, en cuanto la chica se fue se puso de pie y se vio en el espejo, era una oportunidad, acomodó su cabello y salió por el pasillo aprovechando que los guardias almorzaban.
Se dirigió con pasos sigilosos hasta la puerta de Kumon y sin siquiera tocar entró, pero Ryu no estaba por ningún lado, frunció el ceño y caminó por doquier hasta llegar al baño apoyó su mano sobre la puerta para ver si estaba dentro y un brazo largo y mojado la envolvió.
—¿Qué haces aquí?
—Quería verte, cómo me asustas ¿así? —le recriminó.
—Pudieron verte —replicó él.
—No hay nadie afuera —respondió ella girándose para verle y quedó encantada con lo que sus ojos le mostraban.
—Estaba tomando un baño cuando sentí la puerta.
—Es que usé esto —señaló la llave.
—Tu padre podría vernos, sabes que viene a visitarme.
—No está, ni él ni ese imbécil —Kumon abrió los ojos.
—Tu padre no sale de casa porque sí, ¿averiguaste a dónde? —preguntó pero ella estaba perdida en su desnudez.
—No me importa, no quiero hablar de él…
—¿Es en serio, la gran Nabiki no quiere ir un paso adelante?
—Solo quiero estar contigo ahora —contestó colgándose de su cuello.
—Es difícil contenerse…
—No lo hagas —susurró buscando sus labios, el hombre los tomó para sí y ella lo besó con pasión.
Entre besos acalorados llegaron a la cama, Nabiki cayó sobre el cuerpo desnudo de Ryu, era la primera vez que lo veía sin nada de ropa, estaba emocionada y excitada porque al fin daría rienda suelta a tanto deseo. Su menudo cuerpo se acoplaba perfecto a él, pudo sentir como los dedos de Ryu bajaban el cierre de su vestido mientras que sus piernas se acomodaban ahorcajadas sobre él, la castaña dejó de lado sus carnosos labios para besar el cuello y bajar lento por la clavícula hasta su endurecido pecho, ella se enderezó y este deslizo el vestido por sus largos brazos. Este se maravilló al ver el sexy brasier que adornaba el busto prominente de su amada, claro que ya la había visto en paños menores pero ahora era diferente, ahora ella sería suya así es que entusiasmado se enderezó y la volvió a besar mientras buscaba en su espalda soltar el encaje color cereza que la acompañaba.
En cuanto el brasier cayó sus redondos senos rosaron la piel húmeda y desnuda de su amante, a esas alturas nada lo detendría, Ryu clavó sus dedos en las suaves nalgas de Nabiki y la afianzó sobre su sexo endurecido, la erección hacía respingos dolorosos que buscaban saciedad. Sin embargo un poco de preámbulo era necesario, Nabiki enredó sus delgados dedos en la cabellera húmeda de Kumon y lo jaló fuerte hacia atrás con el único fin de degustar de su barbilla y del inicio de su cuello, el hombre caía rendido ante sus caricias y es que desde que su corazón se decidió por ella no podía evitar soñarla en su cama, esto era mucho mejor, sobre todo cuando entre ronroneos y jadeos de excitación terminó por rasgar la braga que traía, pudiendo sentir la humedad en pleno y que él provocaba en ella.
La mujer levantó la cola y su erección se clavó en su centro, ambos jadearon de puro gusto, era una delicia pero quería volver a repetirla y volvió a arremeter embistiéndolo fuerte, Kumón la miró intensamente…
—Hazme lo que quieras —musitó y ella sonrió feliz.
Lo besó entrelazando sus lenguas mientras subía y bajaba por su falo ahogando gemidos sonoros en sus bocas, luego ella lo empujó hacia atrás y comenzó a montarlo enloquecida de placer, Ryu estaba perdido en sus caderas en cada sensual movimiento la fricción era explosiva ninguno deseaba parar, era un dulce juego de nunca acabar, sus pechos sonaban con bravura y a ratos este les dedicaba especial atención ya sea con sus dedos o con su lengua…
—¡Ah,ah,ah! —gemía ella sin reparos.
—No te detengas, ah, ah… —decía Kumon aferrándose a su culo.
Nabiki apoyó las manos en la cama y sin dejar de moverse sobre él se daba impulso para continuar, toda su carne invadía sus centro, el falo de Ryu la hacía delirar y pensó que se haría adicta al sexo, con él cogería a todas horas, pero entonces entre pensamientos candentes los papeles se invirtieron y este continuó penetrándola esta vez sobre ella.
Nabiki arruga la sábana entre sus manos mientras los empellones de su amante amenazan con romperla en dos de placer, siente la cabeza embotada y no logra hilvanar ningún pensamiento más que dejarse llevar por la lujuria, una brisa fresca entra por la ventana pero apenas la refresca y es que Ryu la posee con locura y tanto sus manos como su miembro son lava caliente quemándola por dentro y por fuera.
De pronto un toque en la puerta los interrumpe, pero este sigue moviéndose frenético y ella enreda sus piernas en él, nada podría quitarles el sublime orgasmo que está por venir, el segundo toque viene acompañado de una voz femenina, es la zorra de Kodashi, quizás escuchó el ruido, los gemidos, los resortes de la cama, sin embargo Ryu está tan inmerso en el cuerpo de su amada que ignora el molesto llamado, devora cada uno de sus pezones y la vuelve a besar.
—Me correré ah,ah,ah…
—Dámelo Nabiki, córrete conmigo —dijo entre húmedos besos y entonces ambos soltaron sus jugos, ella gimió de placer y él gruñó plenamente satisfecho.
Este cayó rendido sobre ella, y la fastidiosa mujer afuera no dejaba de llamar, enojado por su irrupción sacó su falo de su amante y caminó hasta puerta, tomó una toalla y la envolvió alrededor de su cintura.
Abrió la puerta y la miró furioso…
—¡Qué carajos quieres!
—Quería verte, pero noté que estás en compañía…
—¿Verme? —cuestionó Ryu.
—Claro, estás solo y yo también no hay nadie en casa al parecer ni la antipática de Nabiki —soltó en una carcajada intentando entrar, Ryu la giró y la empujó levemente para que diera la vuelta.
—Antes que nada, Nabiki sí está, trabaja en su habitación. Y no gracias, no me gustan las mujeres como tú —respondió.
—¡Perdón! ¿Cómo dices?
—Vete de aquí, no me interesas en lo absoluto —cerró la puerta en su cara y pasó el pestillo.
Nabiki se tapó bajo las sábanas y rió mordiéndola para no ser descubierta, no porque le importara esa mujer entrometida sino que no quería ser interrumpida en la mejor tarde de placer de su vida.
Kumon se metió bajo la colcha y ella se acomodó a su lado…
—Vamos hacerlo de nuevo —pidió entusiasmada.
—Creo que puede llegar...
—No lo digas, vamos a coger aquí y ahora, no solo quiero, necesito ser tuya hoy —insistió tomando su barbilla, este la besó impetuoso perdiéndose en su querer.
Casona Yamamoto…
Ranma estaba lleno de sentimientos encontrados, por un lado triste, por otro contento por el poder que Kimura le otorgaba aun después de muerto pero además había tenido la oportunidad de acabar con el infame de Soun y nada salió bien, para colmo Akane defendía a ese niñato a capa y espada cosa que comenzaba molestarle.
—Dejemos que Haru pase esta noche aquí —pidió Akane.
—No, ya le dije que debe ir a velar por sus intereses Akane —respondió Ranma sacándose la corbata y abriendo el cuello de la camisa.
—Ranma, está muy afectado ponte en su lugar.
—Tengo asuntos más importantes que preocuparme por ese novato.
—¡Maldita sea por qué carajos estás tan insoportable hoy! —gritó enojada dejándolo frío, se dirigió a la puerta y la cerró de golpe dejándolo solo en la habitación.
Una vez llegó abajo vio que Haru se iba…
—¡No te vayas!
—Akane, Saotome tiene razón, debo ir a ver mi casa mis cosas, lo que Taro dijo no fue una advertencia.
—Pero estás solo, mal herido…
—Llevo muchos años cuidándome, no te preocupes, estaré bien. Mis hombres son muy leales —sonrió.
Akane vio su parche en el cuello y miró su rostro, el chico tenía temple pero no lo suficiente, estaba segura que ante un enfrentamiento el infeliz de hermano lo mataría.
—Quédate esta noche ¿sí? —insistió.
—Acabo de oír el grito que le diste a Ranma, no quiero ser objeto de disputa entre ustedes.
—No lo eres, luego se le pasa es que anda sensible por su pérdida.
Haru tomó las manos de Akane, y la miró emocionado. Era la primera vez que alguien mostraba interés sincero en su persona. Le gustaba pero también la respetaba y ella nunca lo vería como hombre.
—Gracias —dijo inclinándose en una reverencia.
—¿Por qué? —lo vio confundida.
—Por ser tú, en verdad me alegras la vida —dijo descolocándola por completo, Ranma miraba la escena desde la escalera, la vena del cuello se le hinchaba.
—Llámame si pasa algo, sabes que puedes venir aquí. No enfrentes a tu hermano solo, podemos ayudarte.
—Lo sé –este se atrevió a besar el dorso de la mano de Akane y finalmente se fue.
Unos pasos bajando por las escaleras llamaron su atención, pero estaba enojada con él y le corrió la cara intentando huir.
—Akane, ese niño muere por ti ¿sabías?
—Solo es una enamoramiento, somos amigos se lo dejé muy en claro.
—¿Ah sí?
—No me hables, estoy molesta pudo quedarse pero tú lo enviaste solo a su casa.
—Comprende, Haru es un niño nacido y criado dentro de la mafia, tiene que estar presente en su casa eso le da fuerza a su clan.
—Pero estaba herido…
—También estoy herido, pero debo hacerme cargo de esto, necesito que el clan tome fuerza porque moralmente está muy cabizbajo.
—Ya quiero que acabe todo esto, me siento nerviosa, mi padre no se quedará tranquilo esperándote Ranma esto que sucedió hoy fue una provocación a su poder.
—¿Y qué? ¿Dudas de mis capacidades?
—Claro que no, pero ha sido tan perverso… no quiero perderte también.
—No quiero que te preocupes por mí, en algún momento esto arderá y deberé irme.
—¿De qué hablas, irte a dónde?
—Escucha, necesito que tu hermana salga de esa casa —Akane lo vio con terror.
—¿Qué piensas hacer?
—Lo obligaré a salir de su guarida, quemándola por completo.
Akane tuvo que sostenerse de la pared, las piernas le temblaron…
—Solo dime cuándo, para poder librarla de ese infierno.
—Pronto, que invente lo que sea pero que salga de allí a más tardar en dos días.
—Está bien, lo haré y luego qué…
—Luego necesito que desaparezcas del mapa, si Soun no muere entre las llamas vendrá por mí y no quiero que estés a mi lado.
—¡Me niego, puedes irte al demonio! —chilló.
—Akane, tu padre perderá la paciencia, preferirá verte muerta antes que conmigo ¿comprendes?
Ella lo sabía, muy en el fondo aunque su corazón tenía un ínfimo atisbo de esperanza.
De pronto uno de sus guardias los interrumpía…
—Señor, una llamada de Estados Unidos —Ranma miró a Akane frunciendo el ceño, recibió el teléfono lleno de desconfianza.
—¿Quién es? —preguntó antes que nada.
Una voz de mujer lo alarmó, era suave y tenía miedo, porque temblaba de solo hablar…
—Akane, por favor necesito hablar con ella —la aludida no sabía quién era, miraba a Ranma esperando una respuesta y este le entregó el teléfono, ella lo puso en su oído y entonces habló.
-¿Sí?
—Hermana —la voz de Kasumi la desplomó por completo, era un grito desesperado de ayuda y ella estaba en otro continente.
—¡Kasumi, dime que Naoko está bien!
—Vienen por nosotros, estoy en Los Ángeles, mataron al amigo de Nabiki no sé qué hacer tengo tanto miedo.
—¡Dónde carajos está Tofu!
—Fue a un cajero, quiere que busquemos otro país pero ellos, esos hombres van tras nuestros pasos.
—¡¿Cuándo pasó eso?!
—Hace dos horas, íbamos a cenar y la casa era un desastre, papá viene por mí y creo que nos quiere a todos muertos.
—No sucederá, escucha ¿tienes cómo apuntar?
Akane le dio su número privado, Kasumi dijo que Nabiki le había entregado el número del clan Yamamoto y que si lo usaba preguntara por su hermana.
Cuando colgó temblaba de miedo, Ranma la abrazó pero no fue suficiente.
—¿Qué hago?
—Ubica a Nabiki, dile que debe ir por su hermana o su padre acabará con ella y su familia.
Akane se echó a llorar, tuvo que esperar largos minutos para poder reponerse y llamar a su hermana pero Nabiki no contestaba, la castaña aun no regresaba a su alcoba.
Una hora después…
—¡Qué sucede! —exclamó Nabiki por teléfono, en cuanto vio las tres llamadas perdidas.
—Kasumi…
—¡No puede ser!
—Llamó hace una hora atrás, lo siento Nabiki asesinaron a tu amigo —la castaña dejó caer una lágrima por su querida amistad, no merecía tanta crueldad sobre todo después de ayudarle a esconder a su hermana junto a su familia.
—¿Dónde está?
—En un motel, donde no hay necesidad de registros, van tras ella ¿qué mierda hacemos?
—Bien, tomaré un vuelo ahora mismo.
—Iré contigo…
—No Akane, sabía que llegaría este momento, debo proteger a Naoko mi pequeña no merece vivir en un basurero de motel.
—Pero necesitas apoyo, compra los pasajes avísame a qué hora sale el vuelo.
—Está bien, te cortaré antes de que note que me llamaste —ambas finalizaron la llamada muy angustiadas.
Nabiki gritaba enfurecida y salió rauda escaleras abajo a enfrentar a su padre.
Al otro lado de la ciudad, Akane preparaba un bolso bajo la atenta mirada de Ranma…
—Entonces te vas…
—Sí, dijiste que mi padre me buscaría creo que es una buena opción irme ahora.
—Espero que tu hermana se encuentre salva.
—Yo también, te juro que mataré a quien sea pero no permitiré que toquen a mi familia.
—Iré a dejarte al aeropuerto ¿cómo reaccionó Nabiki?
—Mal, muy mal… creo que le hará un espectáculo a mi padre.
—¡Estás bromeando!
—No la conoces, ella es capaz de todo.
—Akane, tu hermana podría morir, es decir está persiguiendo a Kasumi en Estados Unidos.
—Confío en ella, sé que llegará al aeropuerto de una pieza.
Ambos se vieron lleno de temores ¿qué sucedía si Soun perdía los estribos? Ahora era el nuevo líder de su clan y Tendo no daría tregua hasta acabar con él.
Continuará…
Estimado lector, recta final de esta historia, quizás unos tres capítulos más y se acaba esta vengativa historia de amor.
Un poco más corto que los anteriores pues la idea es ir zanjando cabos sueltos.
Nada va como esperan pero ya Ranma se decidió a eliminarlo a como dé lugar.
¿Podrán salvar a Kasumi? ¿Llegará Nabiki al aeropuerto? ¿Qué trama Soun?
Se viene un río de sangre derramada, atentos y gracias por leer cada actualización.
Si les gustó, déjenme sus preciados comentarios amo leerlos.
Desde Chile una fanática más de Ranma.
Sweetsimphony._
Pd: la app de Fanfiction no está notificando a los lectores que posean Hotmail, estuve dos semanas esperando mis correos y nada. Tuve que cambiar el correo de notificación a gmail, no sé el motivo pero espero puedan hacer el cambio. Si estás registrado es muy fácil, solo debes entrar a tu configuración y cambiar el correo.
¡Abrazos virtuales y éxito a todos!
