Iba caminando por la calle. Llovía y hacía frío. Sakura estaba apurada por llegar a la casa y comer algo caliente y tomar un largo baño relajante. Pero la fuerte ventisca que sopló, hizo volar lejos su paraguas, corriendo tras él para recuperarlo, pero en el proceso, se había empapado con la lluvia.

—No puedo tener un peor día —dijo mientras perseguía el paraguas y vio que quedó metido en una boca de lluvia. Enganchado, no iba a seguir siendo arrastrado, pero era ese momento donde tenía que agacharse y recogerlo. Fue entonces cuando sintió una presencia detrás de ella que la sujetó del cuello y la hizo ponerse de pie. La mujer había seguido aquellas instrucciones sin mostrar ningún tipo de oposición, sin embargo, en cuanto sintió que algo le rozó el cuello, lastimando de manera superficial su piel, con la palma abierta, le dio un golpe en la mandíbula con todas sus fuerzas, quitándose de encima a aquel hombre.

Se alejó unos pasos, quedando en medio de la calle para verlo bien y luego, salir corriendo antes de que la atrapara. Tapó su cuello con su mano mientras iba tan rápido como podía y de vez en cuando, miraba detrás suyo cerciorándose de que no la siguiera. Sin embargo, chocó con alguien. Atontada por el golpe, cerró los ojos y se tomó un par de segundos en abrirlos y disculparse con aquella persona, sin darse cuenta de que era el mismo hombre que había intentado morderla antes.

Sakura miró hacia atrás y retrocedió con miedo. Ella estaba segura de haberlo perdido atrás no entendía cómo había llegado tan rápido ahí, incluso, antes que ella.

—No hay escapatoria —dijo él con aquella voz grave y profunda, que le erizó la piel, pero a su vez, endulzó sus oídos.

Ella, seguía retrocediendo lentamente, con las manos en sus bolsillos, hasta que llegó a la vereda y lo vio lo suficientemente cerca de ella. Itachi se agachó sonriendo, mostrando sus colmillos y entonces, ella sacó el botecito de gas pimienta y se lo roció en los ojos, luego, se lanzó a correr y no paró hasta que dejó de escucharlo gritar. Agradeció haberlo sacado de su bolso para meterlo en su bolsillo de lo contrario, no habría logrado escapar.

Al llegar a casa, estaba completamente empapada y había perdido su paraguas además de llevarse un terrible susto en la calle ¿podría ser un peor día?

Escurrió su cabello en la entrada y luego de quitarse los zapatos y dejar el abrigo en la entrada, fue directo a preparar el baño.

Al salir, secando su cabello con una toalla, se sintió mucho mejor, estaba más relajada, lista para comer algo ligero e ir a dormir, ¡lo necesitaba! Así que ni siquiera se tomó la molestia de preparar la cena, buscó una de las comidas instantáneas que tenía y se sirvió sin mayor problema, luego, fue a la cama esperando que el siguiente día fuera mucho mejor que ese.

A mitad de la noche, sintió algo frío en la cama. Sakura atinó a buscar las mantas y taparse, sin embargo, sintió algo frío encima de ella, además del viento que entraba por su ventana. Molesta porque ni dormir podía, abrió los ojos y se encontró con el mismo sujeto que había visto en la tarde, encima de ella a punto de morderla. Su reacción fue rápida y antes de que él hiciera nada, ella tiró una patada que le dio justo en la entrepierna y lo hizo caer de la cama del dolor. Ella se sacudió las sábanas y mantas y saltó de la cama quedando del otro lado. Inteligente como era, se dio cuenta de que él estaba cerca de la puerta y ella, contra la pared. Además de que ahora no tenía ninguna otra arma, nada más que sus puños y ya: estaba perdida. Quiso salir corriendo y lo vio levantarse con expresión de dolor.

—Nunca se me escapa una presa —dijo Itachi poniéndose de pie. Sakura, tragó saliva y agarró su alhajero. No iba a matarlo con eso, pero tenía toda la intención de romperlo en su cabeza de hacer falta.

—Seré la primera —aseveró ella levantando el alhajero que sostenía con ambas manos.

—No puedes huir por siempre —dijo Itachi desapareciendo y apareciendo detrás de Sakura, sosteniendo sus muñecas. La caja cayó de sus manos en cuanto las manos firmes de él la sostuvieron. Quiso zafarse, pero la fuerza que tenía era demasiado.

—¡Suéltame!

—¿O qué? —dijo acercando su boca a su cuello, lamiendo el lastimado que había quedado de su primer encuentro. Sakura se estremeció cerrando los ojos, sacudiendo la cabeza.

—Yo… yo… ¡Te morderé! —gritó con todas sus fuerzas y al hacer la cabeza hacia atrás, le dio un cabezazo a Itachi, haciendo que soltara y ella cayera sobre la cama, adolorida por el golpe que había recibido.

Itachi volvió a renegar ¡era la presa más difícil que había tenido! Pero no estaba dispuesto a rendirse, aunque a este paso, iba a necesitar ser mucho más rápido y eficiente o de lo contrario, iba a salir por partes de aquella habitación.

La muchacha, a pesar del dolor que la hizo tambalear, se puso de pie y corrió hacia la puerta, pero antes de que pudiera agarrar el picaporte, él apareció frente a ella evitando que escapara. Los ojos negros la miraban con una seriedad que no tenían antes: estaba molesto y a ella se le acababan las ocurrencias. Retrocedió mirando a su alrededor, nada podía ayudarla y gritar estaba descartado. Dudaba de que alguien llegara rápido a su casa, hasta eso, el vampiro ya la habría matado. Sólo había una opción: llegar a la ventana. Ella siguió su camino, despacio mientras él avanzaba a su mismo ritmo, sabía que uno de los dos haría un movimiento rápido que desatara de nuevo la persecución, así que ella tenía que tomar la delantera de alguna manera.

Sakura fue rápida y corrió hacia el escritorio, empujándolo hacia Itachi y agarró su desodorante y lo roció en su cara: era la segunda vez. Arrojó el bote y corrió hacia la ventana, subiéndose al alfeizar y mirando al vacío.

—Es morir asesinada por un vampiro o un par de huesos rotos —se dijo a sí misma con miedo, pero al voltear y ver que él se acercaba, no tuvo muchas más opciones, cerró los ojos y saltó, procurando no caer de cabeza o realmente, iba a morir. Ella sabía que el golpe le iba a doler la vida, pero lo prefería. Sin embargo, no llegaba. Ella no esperaba que fuera tan largo, pues, apenas estaba en un segundo piso, por lo que debería haberse estrellado ya. Pero al abrir los ojos, vio que el vampiro la sostenía en brazos.

Ver eso le puso los pelos de punta, pues, tampoco lo había sentido, pero estaba decidida a no seguir con él, empujándolo apenas abrió los ojos.

—¡Suéltame! —vociferó y ambos tambalearon en el aire. Itachi hizo un esfuerzo por sostenerla, pues, Sakura estaba a punto de resbalar de sus brazos y a la altura que estaban los dos ahora, sí se iba a matar.

—¡¿Acaso quieres morir?! —le respondió él molesto aferrando su mano a la cintura de la mujer mientras ella seguía haciendo fuerzas para separarse.

—¡Por supuesto que no! No me dejaré matar por ti —dijo casi al borde de las lágrimas, pero sin perder un ápice de fuerzas.

Él vio una abertura cuando sus brazos flaquearon y aprovechando esa oportunidad, mordió su cuello. Ella intentó quitarlo, pero con el dolor que los colmillos provocaban al hundirse en su piel, las fuerzas se iban yendo.

La sangre escurría por la comisura de los labios de Itachi mientras bebía todo lo que podía hasta quedar satisfecho.

—No quiero… —murmuró Sakura perdiendo la conciencia cuando él terminó de beber.

Itachi relamió sus labios y la sujetó mejor ahora que ella no oponía resistencia.

—Eres un hueso difícil de roer —dijo al verla dormir. Se detuvo y ambos quedaron flotando en el aire hasta que él decidió volver sobre sus pasos y dejarla de nuevo en su vivienda.

Había sido una experiencia dura, una de las más difíciles desde que tenía memoria ¡pero lo había conseguido! Y esperaba que aquella muchacha pudiera darle cacerías tan emocionantes como la que había tenido el día de hoy.

La acomodó en la cama y la vio dormir un momento, antes de acomodar todo como si nunca hubiese sucedido nada. Luego, se fue de la habitación con la promesa de volver por la revancha. Un amanecer desconocido empezaba para los dos, con la promesa de volver más interesante el destino que les deparaba… un incierto futuro, lleno de emociones.


¡Hola, gente bella! ¿Cómo están? Espero que de maravillas. Les compartó este fic que hice para Coky. Me demoré un montón, quería hacer algo romántico y si no eran angst, era parodia... acabé con este, espero que te guste 3.

¡Un abrazo!