Holas... lo prometido es deuda y aki esta el tercer capitulo de Casi perfecto... Perdon por la demoraaaa, pero por x problemas no pude terminarlo antes u.u , espero ahora poder actualizarles la prox semana un nuevo capitulo (aer si la universidad me deja tiempo u.u)
Bueno sin mas ke deicr... nos vemos abajoooo!
aaaah se me olvidaba, ya saben rurouni Kenshin no me pertenece (para mi desgracia)
negrita y (): mis comentarios.
cursiva: dialogos.
"..." : pensamientos personajes...
Casi Perfecto.
CAPITULO 3.
Kenshin estudio la estantería de madera que tenia en las manos y miró la pared delante de él. ¿Seria muy difícil colgar un estante tan pequeño?. Aquello no era reparar nada, después de todo, clavar un par de clavos en la pared no era nada del otro mundo, él podría hacerlo, sin duda.
Lo mismo que realizar aquel trabajo durante dos meses. No seria tan difícil, además siguiendo la filosofía de Ishin Shishi, cuando se encontraba en una situación negativa que no podía cambiar, siempre encontraba una manera de convertirla en positiva. Y eso seria lo que iba a hacer con el trabajo en el centro de ancianos.
Revolviendo en la caja de herramientas que Kaoru le había dejado, sacó un par de clavos. Aquello sería fácil si Kaoru estuviera con él. Sin embargo, ella había salido a recoger unos suministros y le había dejado una nota pidiéndole que pusiera aquel estante.
Sin dudarlo un minuto, tomó el clavo y de un golpe lo metió del todo en la pared.
- Necesitaras un taco.- Kenshin se dio vuelta y se encontró con que Hana Sakuragui estaba detrás de él.
- ¿Cómo dices?.
- Ese clavo no sirve para nada a menos que no lo agarres bien a la pared. Necesitas un taco.
- No me han dicho que no se pueden decir tacos aquí.
- ¡No es una palabrota, sino una pequeña herramienta!- Exclamó Hana, dando una risotada, mientras rebuscaba en la caja de herramientas.- Aquí no tienes ninguno. Te diré lo que haremos, tú saca el clavo de la pared mientras yo voy a ver si puedo encontrar uno en el armario de los suministros.
Kenshin suspiró. Tal vez no fuera tan fácil como había pensado en un principio. Sacaría el clavo de la pared y luego le pediría a Hana que lo ayudara. Él tenia un graduado en Economía. ¿Qué tenia que ver eso con colgar una estantería?.
Donde debería estar él era en su despacho y no allí, haciendo de manitas para una belleza pelinegra. De todos modos, intentó calmarse y buscar algo positivo en aquella estancia en aquel centro.
Automaticamente, la imagen de Kaoru le vino a la cabeza. Kenshin sonrió, pero desechó aquellos pensamientos. Fuera lo que fuera Kaoru Kamiya, no significaba nada positivo en aquella ecuacion. Ella solo era una distracción, aunque muy atractiva.
Sin embargo lo que si era positivo era la apreciación que Kogoro habia hecho de su trabajo en el centro. Si Kenshin le hacia feliz, tenia muchas probabilidades de que el viejo lo eligiera a él cuando se retirara. Los dos meses siguientes Kenshin tendria que trabajar mucho pero podia hacerlo, ademas no creía en los esfuerzos a medias. Habia visto a su padre hacerlo muchas veces como para dejar que eso le pasara a él.
Intentó apartar la imagen de su padre, largo tiempo olvidada. Kenshin nunca pensaba en Hiko Himura. Nunca. Sin embargo, aquello era lo que estaba él sacando de aquel lugar. Kaoru y su centro le hacian pensar en locuras, sobre su trabajo, su vida... Sobre su padre.
Probablemente era porque Kaoru se sentia desilusionada con él, algo que no loe habia ocurrido durante años, no le habia ocurrido desde la ultima vez que habia hablado con su padre.
Si Hiko Himura pudiera verlo en aquellos momentos... Kenshin Himura, vicepresidente de Ishin Shishi Electronics, intentando colgar un estante. Su padre le habia dicho cientos de veces que dejara los estudios y empezara un oficio. De aquel modo, podría trabajar solo cuando él quisiera. Sin embargo, al contrario de su padre, a Kenshin no le asustaba el trabajo duro.
Y no habia fallado en nada desde que se marchó de la casa de su padre cuando tenia 18 años. Y no estaba dispuesto a empezar con un estante. De un modo y otro conseguiría salir con éxito de aquel voluntariado.
- Ya verás, Kaoru Kamiya.- musitó él.- Yo voy a cambiar muchas cosas en este lugar.
Utilizando la parte del martillo que sirve para agarrar los clavos, intento sacarlo de la pared. Tuvo que tirar un par de veces, pero, al fin, enganchó el clavo y lo sacó con todas sus fuerzas... Pero en lugar del clavo, descubrio que tenia un agujero enorme en la pared.
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Kaoru miró el agujero que habia en la pared y luego miro a Kenshin.
- Lo siento. Pero la verdad es que no se me dan demasiado bien las reparaciones.
- Ya me doy cuenta.- Respondió ella, que no sabía su reír o llorar.
- Con un poco de madera lo arreglaremos.- digirió Hana.
- ¿Estas bromeando?. Mi perro podría pasar a través del agujero.- Kaoru reconocio aquella voz como la de Yumi. Ella se tragó su enfado por el desperfecto que habia hecho Kenshin y se volvio a mirar a los ancianos.
- No es tan grave.- se obligó a decir ella.- Lo arreglaremos.- Antes de empezar una discución Kaoru se encaminó a su despacho. Deberia haberse dado cuenta de que Kenshin no era del prototipo de "manitas". Sin embargo, nunca se hubiera imaginado que colgar un estante fuera tan dificil.
- Me siento mal por lo del agujero.- dijo Kenshin, que la habia seguido al despacho, mientras cerraba la puerta.- Yo pagaré lo que cueste repararlo.
- No te preocupes. Probablemente yo pueda arreglarlo. Se me da bien ese tipo de cosas.
- Parece que lo que se me da bien a mi es romperla.- dijo el sentandose en una silla.
- Ya me estoy dando cuenta.- replicó ella, sentandose en su sillon. Al mirarlo volvió a darse cuenta de lo guapo que era Kenshin. Ademas aquel aspecto avergonzado le hacia parecer más atractivo si aquello era posible, y eso era peligroso, muy peligroso.
- Anoche estuve pensando y me di cuenta de que nos estabamos equivocando por completo.- dijo ella.
- ¿Sobre qué?.- preguntó él quitandose el yeso de los pantalones de diseño.
- Sobre el tema de las donaciones. Necesitamos mucho dinero y muy rapidamente. Para hacer eso necesitamos organizar algo para recaudar fondos.
- Eso me parece algo complicado. ¿Y el dinero que te conseguí ayer?.
- No me malinterpretes, lo hiciste fenomenal, pero a menos que te dé un ataque de tacos y me tengas que pagar varios miles de yenes por ello, no tendremos suficiente.
- ¿Tienes experiencia en organizar actos para recaudar fondos?.
- No, pero aprendo rapido y estoy segura de que a los ancianos se les ocurriran muchas ideas. Ademas, según me parece, a ti se te da bien organizar cosas.
- Algunas personas no les parece que eso sea positivo.- dijo él con una sonrisa.
- Ademas, algunas personas han decidido que tu talento puede sernos de mucha ayuda.- replicó ella, bromeando.
- Entonces. ¿Qué sacas tú, de todo esto si consigues el dinero¿Te van a ascender?.
- Aquí no funcionamos asi.- replicó ella, muy seria al ver que el tiburon habia vuelto a emerger.- Olvidate de que te he sugerido la idea. Deberia haberme imaginado que no lo entenderias.
- ¡Demonios Kaoru...!
- Un yen.
- De acuerdo. Tal vez acabaré por aprender.
- Estoy empezando a tener mis dudas.
- Mira Kaoru, yo no lo he dicho con la intension que tú lo has entendido. Lo que me parece es que un acto de recaudar fondos supone mucho trabajo extra para ti, especialmente su tu no vas a sacar nada de ello.
- No todo en este mundo tiene que ver con sacar algo.
- Claro que si. Todo el mundo quiere algo, es parte de la naturaleza humana.
Kaoru se sintió completamente desilusionada. El que era un tiburon de las finanzas, no dejaba nunca de serlo. Lentamente ella lo estudió, tomandose su tiempo. Kenshin nunca apartaba la mirada, ella sabía que, de nuevo, lo habia sorprendido. No habia duda de que muy pocas personas podían mantenerle la mirada a Kenshin Himura, sin embargo, Kaoru nunca se amedentraba por nada pero despues de unos minutos, sintió que algo nuevo entraba en la entraba en la ecuacion, algo poderoso.
Algo sexual. Aquella sensacion se habia apoderado de ellos, bailando por la habitacion. Aturdida Kaoru parpadeo, rompiendo el contacto ocular que habia entre ellos. Sin embargo, aquella sensacion no desapareció. El aire de la habitacion era pesado, como si algo fuera a ocurrir.
Al final, los dos hablaron al mismo tiempo.
- Me imagino...
- Kaoru ¿Por qué no...?
Los dos se detuvieron en seco y se miraron fijamente. De vez en cuando Kaoru conocia a un hombre que le interesaba. En esos casos, si él era agradable, ella solia salir con él. Pero si pertenecia a un tipo equivocado, ella se olvidaba de él. Yo no habia ninguna duda, Kenshin pertenecia al tipo equivocado.
Desgraciadamente, Kaoru comprendió que Kenshin no era un hombre facil de ignorar. Era demasiado atractivo...
¿Por qué tenia que pasarle eso a ella, cuando la vida era ya bastante complicada?.
Kenshin siguió mirando a Kaoru, preguntandose que sería lo que le habria pasado. Un minuto antes él habia estado discutiendo con ella y al siguiente todo habia cambiado. Despues de unos tensos momentos él dijo:
- Me estabas hablando del acto para recaudar fondos.
- Eso es. De recaudar fondos. Todavía no se me ha ocurrido nada, pero estoy segura de que a los ancianos se les ocurrira alguna idea.
- ¿Vas a preguntarle a todas esas personas lo que creen que deberias preparar?. Eso te llevará mucho tiempo.
- Los fondos son para su nuevo centro. ¡Claro que pienso preguntarles lo que les gustaria hacer!.- exclamó ella indignada.- Sigo sin creer que este sea el lugar apropiado para ti. Parece que te cuesta tanto implicarte con la gente... Ayer casi no saliste de la oficina en todo el dia.
Kenshin pensó que no se merecía aquello. Tenia que reconocer que no se habia mezclado con los ancianos, pero habia estado trabajando y habia sacado algo de dinero. Ademas habia hablado con Hana y con aquellas dos mujeres, Yumi y Kaede.
- Salí cuando tuve que organizar lo de los almuerzos que faltaban.- dijo él, con un tono algo infantil.
- Es cierto, gracias.- Kenshin habia oido pocas veces que alguien le diera las gracias con menos sinceridad. Aquello habia sido dificil de imaginar unos momentos antes. Entonces parecia que Kaoru estaba a punto de darle una patada en el trasero y cerrar la puerta detrás de él.
- Te das cuenta, me mezcle con ellos.- insistió Kenshin.- De acuerdo, tal vez no lo suficiente.- añadió al ver el modo en que ella lo miraba.- Pero intentaré mejorar.
Kenshin se dio cuenta de lo que ella estaba pensado. Sabia que ella queria deshacerse de él pero probablemente, ella no tenia elecccion alguna para elegir a sus voluntarios.
Igualmente, él tampoco tenia eleccion. Sino queria poner en peligro su ascenso, tenia que seguir allí. Fuera lo que fuera lo que los separaba, parecia estar unidos de algun modo. Sin embargo, Kenshin esperaba que no fuese asi, trabajando en el centro de ancianos se sentia totalmente perdido.
Afortunadamente, solo sería durante dos meses. Katsura, prometio que volverian a hablar del tema pasados dos meses. Como mucho, eso suponia cuarenta horas de trabajo, dos horas al dia, él podría conseguirlo, ademas despues del dia anterior, solo le quedaban 39 dias. Entonces se le ocurrio algo.
- ¿Para cuando necesitas el dinero para las modificaciones?.- preguntó él con la esperanza de que aquel acto fuera para dentro de unos cuantos meses cuando el ya no estaria alli. (NA: Crees que te la hare tan facil... nuuuu si hago eso se me termina y no tendria chiste la historia XD)
- Solo tengo veintiséis dias si quiero conseguir en casa. Los dueños accedieron a darnos el plazo de un mes antes de ponerla en el mercado. Y entonces, estoy segura de que alguien la comprara enseguida.
- ¿Cuánto dinero necesitas?.
- Veinte mil yenes.
- Estarás de broma¿verdad?. No hay modo alguno de recaudar esa cantidad en tan poco tiempo. ¿Por qué no empezaste a recaudar el dinero antes?. Kaoru, maldita...- Kaoru parecía furiosa, Kenshin sabia que no estaba haciendo nada por ayudarla, pero su instinto le decia que era mejor que Kaoru siguiera sintiendo aversion por él. Cuando ella levantó en silencio una mano, él gruñó.
- Lo sé un yen.- dijo él sacando un billete de 5 yenes de la billereta.- Toma, estoy seguro de que acabaré debiendote eso antes de que acabe la tarde.
- No, no lo harás.- le espetó ella, poniendose de pie.- Ya te dijo ayer que aquí no se dicen tacos. Si te sirve de algo, yo no sabia que necesitaba todo ese dinero hasta hace dos dias. La municipalidad me dijo en primero lugar que se harian cargo de todos los gastos. Pero entonces, repasaron el presupuesto y se dieron cuenta de que no tenian suficiente dinero. Uno de los concejales me llamó a las cinco de la tarde de anteayer. Tú te presentaste ayer, asi que como podras ver, me he puesto manos a la obra en cuanto he podido.
- No hay modo alguno en el que puedas organizar algo de esas caracteristicas en tan poco tiempo.- dijo él.- Hay demasiados detalles de los que ocuparse.
- Yo lo conseguiré... y lo hare sin tu ayuda.
- De acuerdo.
- Bien, dado que voy a estar muy ocupada en mi despacho hoy, no podrás trabajar tú aquí. Por favor, vete con los ancianos. Varios de ellos estan jugando a las cartas, puedes jugar con ellos.
- Yo no sé jugar a las cartas.
- Pues ellos te enseñarán.- Entonces Kaoru sonrió, aunque el gesto más bien se parecia al de un perro cuando esta a punto de atacar y enseña los dientes. Kenshin se rebulló en su asiento, sin saber lo que hacer. Habian pasado años desde que alguien le habia dado ordenes de aquella manera. Yo como entonces, solo lo soportaba porque queria salir adelante.
- Las cartas no son mi estilo.- La falsa sonrisa de Kaoru no le desaparecio de los labios, pero por la expresion de los ojos Kenshin supo que ella estaba furiosa. Él estaba completamente seguro de que ella no le apreciaba en lo absoluto, lo que era una pena, porque ella le gustaba mucho a él. Kaoru tambien le soprendia, su fuerte personalidad no encajaba con su aspecto romantico y delicado. Fascinado, la vio inclinarse sobre la mesa y la oyó decir:
- Entonces, cambia tu estilo.
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Kaoru observó cómo Kenshin se marchaba del despacho. Debería haber esperado que el protestara por tener que ayudarla. En cierto modo ella no podia culparlo en realidad no habia muchas posibilidades de conseguir tanto dinero en tan poco tiempo. Sin embargo ella no queria admitirlo, por muy poco tiempo que quedara, debia intentarlo.
Con un suspiro se reclinó en la silla. Si iba a hacer aquello, necesitaba ponerse en marcha. Aquella tarde tendria que preguntarle a los ancianos que se les ocurria. Tendrian que organizar el acto para recaudar fondos el ultimo sabado del mes, lo que le daba 24 dias.
Kaoru sabia perfectamente que sería muy dificil conseguirlo, como muchas otras cosas en la vida. Incluso su padre, que odiaria la profesion que ella habia escogido para ganarse la vida, la admiraría por intentar conseguir lo imposible. Una vez le habia dicho que nada conseguia crearle tanta adrenalina como intentar alcanzar lo imposible. Eso era lo que ella iba a hacer, lucharia a fondo por conseguir lo que queria. Todo.
"O eres una optimista o una tonta". Musitó ella para si misma.
Se levantó y se dirigio a la sala principal para cuestionar a los ancianos para que le dieran ideas. ¿Cuál era aquel dicho?. "La unica diferencia entre un visionario y un loco era el modo de darse a conocer".
Kaoru se dijo que tendria que asegurarse de que se diera a conocer de forma demoledora.
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- ¿Les importaria si me uno a ustedes?.- preguntó Kenshin a Hana y a otro hombre que estaban sentados a la mesa mas alejada del despacho de Kaoru. Los dos hombres parecian estar embebidos el uno en el otro, asi que Kenshin penso que podria sentarse con ellos sin que lo molestaran. Media hora mas tarde, podria volver a hablar con Kaoru y tal vez disculparse. Kenshin se presentó él mismo al hombre que le dio la mano con una fuerza sorprendente.
- Soy Okina (NA: Alguien sabe el nombre o apellido de Okina, bueno por mientras lo dejare asip :P).- Dijo el hombre.- Menudo agujero has hecho en la pared...
- Si, lo hice con todas mis ganas.- bromeo Kenshin. Los dos hombres volvieron su atencion a las cartas y Kenshin sacó una silla. Durante varios minutos se sentó en silencio. Luego vio que Kaoru salia del despacho e iba de mesa en mesa hablando con cada uno de ellos. Su sonrisa era en aquellos momentos de lo más natural lo que le hacia parecer aun mas hermosa que de costumbre.
- Es una mujer estupenda.- Kenshin se volvio para encontrarse con la divertida mirada de Okina.
- Asi es.
- Y tampoco es nada fea.- insistio Okina, con un brillo picaro en los ojos.- Si yo fuera treinta años mas joven...
- Seguirias siendo demasiado viejo para ella.- intervino Hana.- Ademas aunque fueras de su edad, ella no saldria contigo. No ha accedido a salir contigo.- añadió mirando a Kenshin por encima de la montura de sus lentes.
- Yo no le he pedido que salga conmigo.- dijo Kenshin quien habia sido pillado de improviso.
- Pues eres un cobarde.- le espetó Okina.- ¿Es que todavia que no puedes sabes que no se puede ser timido con las mujeres?. Necesitas pedirselo antes de que otro tipo venga y se las lleve primero.
- Como si tu supieras de mujeres.- dijo Hana.- Ni siquiera puedes conseguir que Kaede salga contigo.
- Bueno pues tu tampoco has tenido mucha suerte. Y se lo has pedido con más frecuencia que yo.- Kenshin se relajó un poco, pensando que tal vez, los hombres se habian olvidado de él. Pero antes de que pasara mucho tiempo, la pareja se volvio a estudiarle a él, cansados de las criticas del uno al otro.
- Te gustan las mujeres¿verdad?.
- Si.- respondió Kenshin.
- Entonces, es mejor que te pongas manos a la obra. No sé cómo Kaoru sigue estando sola, pero de lo que estoy seguro es que tarde o temprano, vendra un tipo con suerte y se la quedará. Sera una magnifica esposa.
- Las mujeres ya no son asi.- dijo Hana.- ¿Es que acaso no ves la tele?. Las mujeres trabajan y tienen sus carreras, ya no necesitan casarse con nadie.
- Yo no he dicho que necesitara casarse.- replicó Okina.- Pero una mujer como Kaoru, se enamorara y entonces querra casarse.
- En ese caso, ya puede él ser especial, porque ella lo es.- comento Hana. Kenshin asentía distraidamente sin dejar de mirar a Kaoru. Los hombres tenian razon. Ella era especial, pero era demasiado blanda, demasiado implicada con todo el mundo, algun dia le harian daño. Tal vez ya se lo habian hecho y por eso no estaba casada, o tal vez se pasaba el dia pensando en el centro. A Kenshin le resultaba increible que ella esperara conseguir tanto dinero en tan poco tiempo, pero la admiraba por ello.
- Entonces ¿quieres jugar?.- preguntó Hana.
- No. No sé jugar a la mayoría de los juegos.
- Bueno, no es un juego cualquiera el que estamos jugando.- dijeron ambos hombres riendo.
- ¿No?.
- No, estamos jugando poker.- dijo Hana.
Kenshin estaba a punto de aceptar cuando se abrio la puerta y Enishi Yukishiro, el alcalde entro en la sala. Kenshin conocia a aquel hombre bien. Era alto, de pelo blanco a pesar de ser joven, de buenas maneras. Era un politico nato.
Enishi Yukishiro no se dio cuenta de que Kenshin estaba alli cuando echó una sonrisa a los ancianos. Se detuvo al lado de Kaoru y le dijo algo. Aquella vision enojo tanto a Kenshin que se obligo a apartar la mirada. ¿Qué le importaba a él si Kaoru era amiga del alcalde?. Incluso, probablemente salian juntos pero nada de eso era asunto suyo.
Sin embargo tuvo que autocontrolarse mucho cuando vio que los dos se dirigian al despacho de Kaoru y tuvo que reprimir un exabrupto cuando Enishi cerro la puerta.
- Lo veo.- decia Okina, poniendo un billete de dólar encima de la mesa.- No puedo soportar a ese hombre, no es bueno para ella.
- ¿Salen juntos?.- preguntó Kenshin.
- Que yo sepa no, pero él siempre viene por aqui a invitarla a salir.- respondio Hana, poniendo otro dólar.- Un hombre deberia saber cuando dejar a una mujer en paz.
Kenshin no comento que tanto Okina, como Hana habian pedido salir a Kaede varias veces. En vez de eso, asintio, sin embargo el pensar que Kaoru estaba a solas con Enishi le estaba resultado demasiado dificil de soportar.
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- ¿Qué quieres decir con eso de que la municipalidad puede retirarnos los fondos para el nuevo centro?.- preguntó Kaoru paseando de arriba abajo del despacho -. Ya nos habian prometido ese dinero.
- Lo sé.- respondió Enishi, encogiéndose de hombros -, pero algunos de los concejales piensan que ese dinero deberia gastarse en otras cosa. Creeme, estoy tratando de interceder por ti, Kaoru. Pero afrontémoslo, nadie cree que puedas conseguir el dinero para las reformas. Y si tu fracasas, entonces es mejor que el centro renueve el alquiler que tiene aqui.
- Pero este edificio se cae a pedazos y es demasiado pequeño.
- Lo siento. La ciudad no tiene suficiente dinero. Si tu no puedes cumplir con tu parte entonces no habra nada que yo pueda hacer para ayudarte.
- Enishi, dile a los concejales que esperen hasta finales de mes. Tendre el dinero, te lo prometo.
- Tienes que afrontar los hechos.- dijo Enishi, poniendose de pie y alisando la chaqueta -. No puedes conseguirlo, eres solo una persona. No puedes conseguir todo ese dinero sin ayuda. Y, por mucho que yo te quiera ayudar, en este momento...
- Ya tengo ayuda.
- ¿Qué clase de ayuda?.
- La de los ancianos.
- No creo.- dijo Enishi, soltando una risita, que se apresuró a retirar cuando ella frunció el ceño -. Lo siento de todos modos te deseo suerte. Tambien tenia otra razon para pasar a verte. Me preguntaba si te gustaria cenar conmigo el viernes.- añadio, mientras abria la puerta. Kaoru seria capaz de hacer cualquier cosa para conseguir el dinero pero por mucho que apreciara a Enishi, este no le aceleraba el pulso.
- No puedo.
Sin querer miro hacia la sala y detuvo los ojos en un grupo que jugaba a las cartas en una mesa. Era Kenshin, cuando sintio que el corazon le latia más fuerte, gruñó en silencio. ¿Por qué no podria Enishi tener aquel mismo efecto en ella?. ¿Por qué se tenia que sentir atraida por un tiburon de las finanzas?. Definitivamente era un caso perdido.
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Completamente agotado para cuando salio de su despacho a las ocho, Kenshin abrio el mercedes. No se podia creer que todavia tuviera que ir a jugar al squash con un posible cliente aquella noche. Para cuando hubieran acabado, ya no podria moverse.
No podia seguir con aquel ritmo, pasandose gran parte del dia en el centro y luego yendo a trabajar a su oficina. Varias veces durante la tarde se habia sorprendido pensando en ella. Aquella tarea extra sobre su escaso tiempo le estaba volviendo loco.
Entonces se quito la chaqueta y la iba a colocar sobre el asiento del copiloto cuando le pareció que pesaba menos que de costumbre. Registró los bolsillos, buscando su celular, pero no lo encontro.
- Diablos.- dijo él recordando que lo habia dejado en el centro.
Como se habia quitado la chaqueta al llegar al despacho, no habia notado su falta. Al sentarse al volante del coche, penso en las opciones que tenia. Lo mejor era olvidarse del telefono y dirigirse al gimnasio. El centro ya estaria cerrado. Pero sin pararse a analizar los motivos, salio del estacionamiento y se dirigio al centro, para recuperar su telefono.
Cuando estaciono el auto al lado del centro vio las luces encendidas. Kenshin se dirigio a la puerta y llamó, sin esperar que nadie le abriera. De repente, la puerta se abrio de par en par y vio a Kaoru. Sin embargo, no se parecía en nada a la Kaoru que él conocía. Tenia el pelo alborotado, la cara manchada y la parte delantera de la camiseta mojada.
- ¿Qué diablos te ha pasado?.- preguntó Kenshin entrando antes de que ella pudiera impedírselo.
- Mira, no sé por qué estás aquí, pero estoy muy ocupada así que cuando termines de maldecir, déjame el dinero encima de mi mesa.- A continuación ella se dio vuelta para marchar en dirección a la cocina, con Kenshin pisándole los talones.
- En serio ¿qué a pasado?.- Al entrar en la cocina ella se echó a un lado para que lo viera con sus propios ojos.
- Ha estallado la tubería de debajo del fregadero. Gracias a dios estaba aquí para cortar el agua.
- ¿Has llamado a un fontanero?.
- Si, vendrá mañana a arreglar la tubería, y tu ¿qué estas haciendo aquí?.
- Se me olvido el celular.
- Esta en el cajón superior de mi escritorio. Lo encontré en la tarde.
- ¿Es que no puede esperar todo esto hasta mañana?.
- No, tengo que secar el agua antes de que dañe el suelo.
Kenshin miró la puerta, tenia que ir a encontrarse con un cliente sin embargo se dijo que solo un holgazán como su padre dejaría estancada a Kaoru en esa situación. Con la decisión tomada Kenshin salió al coche y saco sus ropas de ir al gimnasio del maletero. Si se iba a pasar las dos horas siguientes arrastrándose por el suelo, no estaba dispuesto a hacerlo con un traje armani.
Continuara...
Bueno aki les deje el tercer capitulo.. gomen por la demora pero ya esta arriba...
Muchas gracias por sus comentarios y sus reviews para todas las historas... espero poder pronto subir una nueva (aunke asi como voy uff mejor ladejo en pausa mientras me desocupo un poco de la u)
mmmm Bueno nos veremos en el prox capitulo
beshos
Matta ne..
