Holas, como estan? espero que esten bien, perdon por la demoraaaa si se ke fueron como dos semanas sin saber na de mi pero la Universidad me esta colapsado y no he tenido tiempo para actualizar esta historia, ni sikiera escribir un capitulo T.T Pero bueno aki esta al fin terminadoooo el capitulo 4 (uff vaya ke costo terminarlo u.u)
Mmmm me preguntaron ke son los manitas, son cuando por ejemplo tu papa se pone a arreglar cosas, son mas bien personas diestras manualmente ke se las dan de "maestros" (no maestros de profes, sino ke maestros de no se po carpintero, gafiter, ese tipo)...
Ke mas... A de veras.. Ruroini Kenshin no me pertenece.. snif
mmm ke mas este es un Universo alterno... si ke las personalidades de los personajes estan un poco cambiadas (aunke he tratado de acerlas las mas iguales posible)
simbologia varia...
negrita y (): mis cometnarios.
cursiva: dialogos entre los personajes.
ahora los dejo con un nuevo capitulo...
Nos vemos abajooooo
Casi Perfecto.
Capitulo cuatro.
Kaoru contempló cómo Kenshin se marchaba. Se tenía que haber imaginado que la iba a dejar a ella sola con aquel lío. Probablemente recuperaría su caro celular y se marcharía a casa. Un tiburón de las finanzas no se lo pensaría dos veces.
Exasperada, continuo recogiendo agua, retorciendo la esponja encima del cubo. Después de unos pocos minutos, casi no se notaba la que había quitado, a ese paso estaría allí toda la noche.
Entonces, oyó que la puerta principal se abría de nuevo y se escucharon pasos. Durante un segundo, pensó que Kenshin había vuelto para ayudarla, en vez de eso, él se dirigió a su despacho y luego hacia el baño, que estaban en dirección opuesta. Seguramente, él estaba dando gracias al cielo porque ella hubiera estado allí para poder recoger el teléfono y utilizar el baño.
Kaoru, completamente agotada, se pasó una mano por la frente. Si Kenshin se hubiera ofrecido a ayudarla, tal vez habría podido terminar a tiempo para irse a casa y poder descansar unas horas.
- ¿Qué esperabas?.- musitó ella retorciendo la esponja una vez más.
Sin embargo, unos minutos más tarde oyó que los pasos se dirigían a la cocina. Kaoru se dio la vuelta y quedo helada con lo que vio, no solo Kenshin había vuelto para ayudarla, sino que se había cambiado de ropa. Kaoru se puso de pie lentamente, limpiándose las manos en los jeans. En vez de su habitual traje de diseño, él llevaba una camiseta roja y unos pantalones cortos. (n/a: yo kero ver... ghia babosa)
Estaba diferente. Menos formal, pero igualmente peligroso. Aquel hombre era un bombón, siempre había sabido que era guapo, y acababa de darse cuenta de que era demasiado atractivo como para estar a solas con él.
- Gracias por tu comprensión, Aoshi.- le decía Kenshin al celular.- Lo sé, es muy importante que nos reunamos. Ishin Shishi quiere trabajar contigo. ¿Qué te parece mañana por la noche?. Genial.- añadió, después de una pausa.- Hasta mañana entonces.- Kenshin apretó el botón para apagar el celular y luego miro a Kaoru.
- ¿Por qué has vuelto?.- preguntó ella.
- Para ayudarte. ¿Es que no tienes un trapero?.
Sí, pero no puedo encontrarlo.- respondió ella, aturdida, no acababa de entender que hubiera cancelado una reunión de negocios para ayudarla a limpiar el suelo.- Esa cita parecía muy importante.
- Conseguí cambiarla para otra ocasión.- dijo él, mientras Kaoru no salía de su asombro. Entonces, él se dirigió al pequeño armario donde se guardaban los suministros, resbaló un poco en el suelo y con una sonrisa, se deslizó deliberadamente a través de la habitación hasta que se detuvo en seco contra el armario.
- ¿No te recuerdo a Tom Cruise en ropa interior?.- preguntó él con una sonrisa.
- No sé supongo.- respondió ella, mientras pensaba que él era mucho más guapo que Tom Cruise. Incluso, los pies, ya que iba descalzo, resultaban atractivos. Era tan intimo, tan personal verle los pies desnudos... Con mucho esfuerzo, ella apartó la mirada y lo miro a la cara.
Kenshin también la miraba a ella. A pesar de la escasa luz, que provenía de la única ampolleta que había en la cocina, Kaoru sintió que él la recorría con la mirada de arriba abajo, la respiración se le aceleró y sintió que el deseo se apoderaba de ella.
Tras apartar la mirada, se arrodilló y empezó a recoger agua de nuevo.
- No tienes por qué ayudarme.
- Claro que tengo que hacerlo.- dijo él arrodillándose a su lado con otra esponja.- Sé que no me tienes mucha estima, pero no pienso dejarte sola con todo este jaleo.- Kaoru se quedó sorprendida, aquello era algo nuevo para ella. Siempre había pensado de Kenshin solucionaba las cosas a golpe de talonario.
- ¿Qué pasa?.- preguntó él, perplejo ante el modo en que ella lo miraba.
- Me sorprende que hayas regresado.
- Incluso los ogros tienen momentos de bondad.- respondió él concentrándose en el trabajo.
- Tú no eres ningún ogro.
- Pues no me pareció que creyeras eso esta tarde, de hecho, me parece que fue eso exactamente lo que pensaste de mí un ogro de primera clase.
- Bueno, puede que no tanto.- bromeó ella, con una sonrisa.- Tal vez de menor categoría...
- Lo siento no quería ofenderte diciéndote lo que te dije sobre las posibilidades de conseguir ese dinero a tiempo.
- No es que me ofendieras exactamente.- dijo ella retorciendo la esponja.
- Pero te molestó lo que dije.
- No me gusta que nadie me diga que hay algo que no pueda conseguir.
- A nadie le gusta eso.
- Exactamente. Si sólo pudieras entender...
- Si bueno, tal vez lo entiendo. También hay cosas que son importantes para mi.
- ¿Cómo que?.- preguntó ella, con una esperanza de que él fuera humano. Kenshin dudó y Kaoru contuvo el aliento esperando que él dijera lo que le importaba. Pero no lo hizo, solo se encogió de hombros.
- ¿Se te han ocurrido algunas ideas para conseguir dinero?.- preguntó él. Kaoru se sintió algo desilusionada porque pensaba que le iba a revelar algo importante sobre él, pero no insistió en el tema. Sabia que algunas veces, las personas prefieren guardar su intimidad.
- Los ancianos están pensando en ello. No estoy segura de que ninguna de las ideas que se me han ocurrido ahora vaya a funcionar.
- Cuéntamelas.
- ¿Por qué?. No crees que yo sea capaz de sacar esto adelante.
- No tenia ningún derecho a decirte lo que te dije.- dijo él mirándola con intensidad. Kaoru se sorprendió aun más. Él era tan diferente aquella noche... Para empezar había admitido que había cometido un error y además, estaba mostrando interés en sus planes.
- Gracias por decirme eso.- respondió ella.- Sé que será muy difícil de conseguir pero...
- Tienes que intentarlo. Sí lo entiendo.
- Tu también lo intentarías.
- Claro, me encantan los desafíos. Bueno ¿Qué ideas se te han ocurrido?.
- Un maratón, pero caminando, un bazar, una subasta en la que, más que subastar objetos, subastaríamos citas. O al menos esto fue lo que me dijo el que lo sugirió.
- ¿Subastaríamos a los solteros?.
- Si. Él pensó que las damas del centro podrían estar dispuestas a soltar un buen dinero por salir a pasar una noche romántica en la ciudad.
- No puedes culpar al hombreo por intentarlo.- añadió él guiñando un ojo.
- Si, bueno, podría ser la solución al problema que él tiene para conseguir citas, pero no creo que sea la solución que el centro necesita. Bueno, sea lo que sea lo que se nos ocurra, tiene que ser pronto. Necesito contarles nuestros planes a la municipalidad.
- Eres una mujer lista, se te ocurrirá algo.
- Gracias.
- Cuando lo decidas, dile a los del ayuntamiento que es eso lo que vas a hacer. No les preguntes. Siempre es más fácil pedir perdón que pedir permiso.
Él sonrío de una forma que hizo estragos en el metabolismo de Kaoru. Aquella sonrisa le invitaba a compartir algo con él. Todavía seguía sin creer que hubiera cancelado una reunión por ella. Era tan fácil hablar con él aquella noche, que Kenshin parecía irresistible. Parecía realmente interesado en lo que ella, tenia que decir, lo que era un potente afrodisiaco.
Poco a poco, la sonrisa fue desapareciendo de los labios de él y se fueron oscureciendo sus ojos. Kaoru sintió que el deseo se volvía a apoderar de ella. ¿Quién hubiera pensado que un hombre como Kenshin pudiera afectarla de aquella manera?.
Tras dejar la esponja, él se puso de pie y extendió una mano hacia ella. Kaoru no tuvo que preguntar lo que estaba haciendo. Lo sabia perfectamente.
Tras tomarle la mano, ella se puso de pie.
- Esto es una muy mala idea.- dijo ella, pero no pudo resistirse cuando él puso las manos en las caderas y tiro de ella, hasta que su cuerpo estuvo contra el de él. Kenshin olía a gloria, como una tentación.
- Sí lo sé.- susurró él besándole el cuello.- ¿Quieres que me pare?.
Kaoru dio un paso atrás, lo suficiente como para que le permitiera mirarlo. Un deseo que había nacido de algo poderoso. Segura de su decisión, le puso la mano en la mejilla, animándole a que se acercara.
- Diablos...- Musitó ella, un segundo antes de que él la besara.
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Había esperado que él la besara con urgencia, pidiendo más que lo que daba. Sin embargo, con mucha ternura, le acaricio los labios. Se movía con agonizante lentitud de un lado a otro, mordisquiandola suavemente, lo suficiente como para volverla loca.
Aquella tortura le llegó al lama. La mayoría de los hombres con los que había salido últimamente, la habían besado como si hubieran estado jugando al fútbol. Pero Kenshin no.
Inclinando la cabeza, ella recibió más directamente aquel beso. Él la hacia sentirse no solo deseada, sino que adorada. Kenshin la abrazó, estrechándola contra su cuerpo. Con un suspiro, ella entreabrió los labios para que él pudiera deslizarle la lengua en la boca y encontrarse con la de ella. El ritmo de aquel beso hizo que el pulso de Kaoru se acelerara, recordándole lo sola que había estado desde hacia tiempo. Aquel beso era un fuego lleno de promesas.
A continuación, él le tomó la cara entre las manos. Kaoru sintió el contacto que había entre ellos, pechos, piernas... Sabia que estaba besando a un hombre que no era el adecuado para ella; pero no podía evitarlo. Aquel beso, sí era lo que ella necesitaba.
Por fin ella echó hacia atrás la cabeza, separando los labios de los de él. Durante un momento, había esperado que él protestara, podía leer la frustración que se reflejaba en el rostro de él cuando se apartó de ella. Tenía las manos apretadas en puño y el rostro tenso.
- No había planeado que esto ocurriera.- dijo él finalmente.
Kaoru asintió, entendiendo por fin lo que había pasado entre ellos. Kenshin Himura la había besado y ella le había devuelto el beso. Y le había gustado, además, quería que él volviera a besarla.
- ¿Es que no vas a decir nada?.- preguntó él.
- ¿Qué hay que decir?. Solo nos hemos besado porque es tarde y estamos los dos cansados.- mintió ella volviendo a tomar la esponja.
Le temblaba la mano. ¿Qué le había dicho Kaede¿Qué los hombres eran como sombreros?. Bueno, en lo que se refería a Kaoru, no necesitaba un sombrero, aunque fuera uno que besara tan bien como Kenshin.
Entonces, se arrodilló y siguió recogiendo el agua, consciente de que él la seguía mirándola. ¿Qué quería que dijera¿Qué fue un beso fantástico¿Y que?. Se habían besado sí, el problema era que ella ya no podía seguir considerándole como un traje y un trabajo, sabía que deseaba a Kenshin y se odiaba por aquella debilidad.
- Tú debes un yen.- dijo él.
- ¿Cómo?.- preguntó ella, volviéndose para mirarlo.
- Que has dicho un garabato.- Kaoru parpadeó. ¿De que estaba hablando?. Ella no decía garabatos casi nunca, solo cuando... ¡Dios mío! Él tenia razón, así había sido. Kaoru volvió a concentrarse en el agua, para no tener que mirarlo.
- Así fue, así que pagaré.
Kenshin se acercó a ella y tomó su esponja, empezando a limpiar el agua otra vez con fuertes y enérgicos movimientos. Kaoru le miro las manos, eran fuertes. Sintió que un escalofrío le recorría la espalda. Los movimientos que hacia con la esponja eran de lo más sugerentes... Kaoru no pudo dejar de preguntarse como seria que aquellas manos la acariciaran con la fuerza que él agarraba aquella esponja...
- Yo pagaré ese yen por ti.- dijo él.
- Puedo pagar yo sola.- respondió ella, dando gracias porque él la hubiera sacado de sus pensamientos.
- No, de verdad, me gustaría pagar.- insistió él poniéndole una mano en el brazo. Sin embargo, cuando ella se apartó de repente, él la agarró de inmediato.- ¿Qué te pasa?.
- Déjalo estar Kenshin.
- Pero si me ha gustado mucho ese beso. Creo que vale mucho más que un yen.- ella no sabia si protestar o echarse a reír. ¿Qué le pasaba a aquel hombre?.
Déjalo estar.- repitió ella.- Vamos a terminar con el suelo.
Al mirarlo, Kaoru sintió la misma sensación en el estomago que cuando él la había besado. De todos los hombres en el mundo¿por qué tenia que ser Kenshin el que la atrajera tanto?.
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Kenshin se sentó en la reunión, mirando fijamente los datos que había proyectados sobre la pantalla. No tenia ni idea de qué era aquello. En lo único en que podía pensar era en Kaoru, después de aquel beso, la situación entre ellos, se había hecho muy incomoda la noche anterior.
Él nunca había tenido la intensión de besarla., pero, una vez que había empezado, le había costado mucho parar. Ella había estado tan sugerente y dulce entre sus brazos...
Sin embargo, no era un estúpido. Sabia perfectamente que no debía implicarse con Kaoru, la noche anterior le había demostrado lo fácil que le resultaba cambiar de planes, aunque fueran de trabajo, para estar con ella. Si no tenia cuidado, acabaría como Sano y los otros ejecutivos, es decir, tendría que elegir entre su trabajo y su vida personal, fuera cual fuera la decisión que sus compañeros acabaran tomando algo salía perdiendo.
Sin embargo él, desde muy niño, había aprendido que si se trabaja duro, se conseguía ser alguien. Lo demás no era importante. De niño nunca había tenido nada y no estaba dispuesto a que aquello volviera a pasarle. Además, cuando estaba a punto de convertirse en el presidente de Ishin Shishi, no era el momento adecuado para ponerse a pensar con sus hormonas en vez de con la cabeza.
Se obligó a concentrarse en la reunión. Se trataba de un nuevo proyecto que iba con retraso y los empleados estaban proponiendo alternativas. Normalmente, le encantaban aquel tipo de presión. Le encantaba perseguir lo imposible, sin embargo, ese día era todo diferente.
¿Por qué había tenido que besar a Kaoru?. Aquel beso solo podría traerle complicaciones. La noche anterior ella le había dicho que aquel beso no significaba nada, pero ¿y si cambiaba de opinión?. Por la tarde tendría que decirle que no podía volver a besarla. Lo de la noche anterior había sido una aberración, algo para satisfacer la curiosidad.
Kenshin suspiró, preguntándose si Kaoru se creería aquella historia tan absurda. Probablemente no, la verdad era que había besado a Kaoru porque había querido hacerlo; pero no estaba dispuesto a que aquel beso le estropeara los planes, lo de la noche anterior no volvería a repetirse nunca.
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- Entonces¿qué tipo de sugerencias te dieron?.- preguntó Kaede entrando en el despacho y sentándose en una silla. Kaoru hojeó los papeles que le habían dado los ancianos el día anterior.
- Las nuevas ideas son un carnaval una noche de casino, y una gran venta de bollos y galletas.
- ¿Cuál vas a hacer?.
- Eso depende del grupo. A mi me da igual, mientras tenga potencial suficiente para conseguir el dinero. Esperare un día más para ver qué otras ideas se me proponen.
- ¿Le has preguntado a Kenshin lo que le parece a él?. Me parece un tipo bastante listo.
Aquel comentario puso a Kaoru en alerta. Su radar interno le decía que Kaede estaba intentando hacerle ver lo estupendo que era Kenshin. Sin embargo, ella sabia muy bien que él no necesitaba ayuda, la noche anterior se lo había demostrado de sobra.
- Le he mencionado que el centro planea montar un acto para recaudar fondos.- Kaoru estudió a la mujer y esperó pacientemente lo que se le venia encima. No tardó mucho, Kaede se mesó el cabello, sonrió a Kaoru y se inclinó sobre el escritorio.
- Querida, la razón verdadera por la que estoy aquí es porque Yumi y yo hemos estado hablando y pensamos... Pensamos que deberías pedirle a Kenshin una cita.
- ¿Una cita?.
- Sí. Las mujeres lo hacen hoy en día constantemente, pensamos que deberías pedírselo en vez de esperar que él te lo pida. Necesitas andar con seguridad en el mercado del matrimonio.
- ¿En el mercado del matrimonio?.- preguntó Kaoru, reprimiendo una sonrisa.
- No te burles de mí. Sé lo duro que es conseguir un hombre hoy en día. Tienes que tener en cuenta que los hombres son como peces.
- ¿Cómo peces?. Pensé que eran como sombreros.
- Son como peces.- afirmo Kaede, algo contrariada.- No debes dejarles saber que estar detrás de ellos hasta que los hayas pescado.
- Pero, si le pido que salga conmigo, sabrá que estoy detrás de él.
Kaoru, es que lo que tienes que hacer es pedirle una cita y una vez que él muestre su interés, tú simularas que ya no te interesa.
- Me parece algo manipulador.
- No te ofendas, pero esto no es como si estuvieras trabajando. Estoy segura de que no quieres pasarte la vida sola. Necesitas casarte y tener hijos antes de que sea demasiado tarde.- le explicó Kaede, inclinándose para sacar algo de su bolso. Cuando se incorporó tenia un libro entre las manos.- Le he pedido esto a una de mis nietas. Tiene toda clase de consejos que puedes utilizar para conseguir marido.
Kaede puso el libro encima de la mesa y se lo empujó hacia Kaoru, que lo contempló como si fuera una serpiente venenosa. Lentamente, se lo devolvió a Kaede.
- Muchas gracias, de verdad, pero Kenshin no me interesa de ese modo.- dijo Kaoru, aunque no le gustara mentir.
Aunque en realidad no era una mentira. A ella no le interesaba Kenshin a pesar del beso que habían compartido, él no era el hombre adecuado para ella, tal vez había cancelado una reunión por ella, pero vivía la vida demasiado deprisa para lo que le gustaba a Kaoru.
Ahora a la luz del día, Kaoru se daba cuenta de que la noche anterior, se debía haber sentido algo débil, estaba tan preocupada por el dinero que no era consciente de lo que hacia. El beso había sido el resultado de la falta de sueño y de un noble gesto de un hombre guapo.
- Quédatelo, por si acaso.- insistió Kaede, poniéndose de pie.- Nunca se sabe, podrías cambiar de opinión, en mi caso, tarde meses antes de que siquiera me dignara a mirar a mi esposo. Yo nunca pensé que él fuera adecuado para mí, entonces, un día apareció en un coche modelo Mercury nuevesito y saltó la chispa. Entonces vi lo que realmente era.
- ¿Un hombre guapo con un coche de vértigo?.
- Entre otras cosas.
Con eso, Kaede salió del despacho de Kaoru, dejando aquellas palabras flotar en el aire. Kaoru suspiro, Kaede se había equivocado, pero ella no lo estaba, Kenshin Himura no era el hombre adecuado para ella. Lo que había pasado la noche anterior había sido una equivocación. Además, en aquellos momentos, tenia demasiado entre manos como para dejarse llevar y ponerse a deshojar margaritas.
Entonces, tomó el libro de Kaede, con la intención de meterlo en el escritorio, pero la tentación se apoderó de ella, lentamente, empezó a pasar las hojas, deteniéndose al alcanzar el capitulo de cómo hacer que el sexo resultara interesante. El rubor le cubrió las mejillas, cuando vio una ilustración particularmente erótica, cerró rápidamente el libro y lo metió en un cajón.
Algo agitada, levantó la vista para mirar a través de la puerta del despacho. Se veía a Kenshin, hablar con Hana y con Okina, vestido con su habitual traje oscuro, muy caro, lo mismo que la camisa y la corbata. Le parecía increíblemente tentador, especialmente después de ver las imágenes de aquel libro.
Mientras él atravesaba la habitación, la sorprendió deteniéndose para hablar con otros ancianos mientras iba de camino hacia su oficina. Aparentemente, había hecho algunos amigos la tarde anterior. Con el deseo, Kaoru podía, pero pidió a Dios que no resultara ser también un buen tipo,.
Aquello le seria más difícil de superar.
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- Hola.- dijo Kenshin al entrar en la oficina.
Ella parecía algo sonrojada. ¿Y si estaba esperando que él le pidiera una cita?. No quería herir sus sentimientos, pero tampoco quería engañarla. Se sentó en una silla que había delante de ella, pensado en cómo conducir aquella conversación. Se ponía normalmente menos nervioso, cuando tenia que despedir a un empleado que teniendo que decirle a Kaoru que no quería salir con ella.
- Hola.- respondió ella, jugueteando con un clip.- Gracias por tu ayuda anoche.
- No fue ningún problema Kaoru, en cuanto a lo que pasó anoche...
- Oh sí... – respondió ella, tirando el clip destrozado a la basura, para luego lanzarle una alegre sonrisa.- ... Creo que deberíamos olvidar lo que pasó.
- ¿Te refieres al beso?.
- Eso es.- dijo ella, haciendo más amplia la sonrisa.
- Creo que es una buena idea.- dijo él.
- En realidad no fue nada más que un beso. Eso no significa nada.- continuo ella tomando otro clip, retorciéndolo de la misma manera que el anterior y tirándolo a la basura. Kenshin se rebulló nerviosamente en la silla. ¿Estaba ella nerviosa porque habían accedido olvidar el beso o acaso estaba preocupada de que él no estuviera dispuesto a olvidar lo que en realidad era uno de los mejores recuerdos que había tenido en años?.
- De acuerdo.- afirmó él.- Pero tú me pareces algo preocupada.
- No lo estoy, lo único es que no se me da tan bien este tipo de cosas como a ti.
- ¿Qué tipo de cosas?.
- Lo de flirtear. Tú probablemente has besado a cientos de mujeres.- cuando ella extendió la mano para tomar otro clip, él se inclinó sobre ella y le puso la mano encima de la suya.
- Solo para que conste, yo no he besado a cientos de mujeres. Yo te besé a ti porque quise.- añadió aunque supo que muy bien podría estar cavándose su propia tumba.
Kaoru lo miró y él sintió que le fallaba el equilibrio, de todas las cosas del mundo¿por qué había tenido él que admitir algo como aquello. Intentó dar marcha atrás, luchando por encontrar algo que decir. No podía admitir que ella hubiera estado allí arrodillada, con un aspecto tremendamente sexy y que lo siguiente que había sabido era que la tenia entre sus brazos y la estaba besando. No tenia elección, tenia que acabar con la discusión, había demasiado en juego. Su trabajo, su cordura...
- Kaoru, creo que los dos estamos de acuerdo en que el beso era más intenso de lo que nosotros habíamos esperado.- dijo él lentamente.- Pero creo que también estaremos de acuerdo en que no deberíamos mantener una relación.
- No tenemos ninguna relación, solo fue un beso.- Kenshin supo que debería sentirse aliviado al ver que ella estaba de acuerdo con él, pero es que había sido un beso estupendo. Enojado consigo mismo por tener aquellos pensamientos dijo.
- Creo que tenemos que acordar no besarnos más en el futuro. Personalmente me parece demasiado peligros y los dos tenemos otras cosas en las que concentrarnos, así que necesitamos estar de acuerdo en esto.
- Mou, eso suena casi oficial.- dijo Kaoru frunciendo el ceño.- ¿Quieres que firme un contrato en el que prometa no besarte?.- Kenshin se paso la mano por el pelo. Ella no parecía ser tan indiferente como había parecido en un principio, aquel asunto se estaba haciendo muy difícil.
- Muy graciosa. No, lo único que no quiero es que nos distraigamos de lo que es importante. Tenemos que concentrarnos en conseguir ese dinero para el nuevo centro.- Kaoru tuvo que admitir que él tenia razón. Los dos tenían planes que no podían verse afectados por nada.
- De acuerdo. No habrá más besos.
- Perfecto. No habrá más besos.- Aquellas palabras sonaron vacías y Kenshin se dio cuenta de que lo mismo le pasaba a él. ¿Qué le pasaba?. Estaba consiguiendo lo que quería, debería estar saltando de alegría.
- ¿Es necesario que nos demos la mano en este trato?.- preguntó Kaoru.
- No creo que sea buena idea que nos toquemos ahora.- respondió Kenshin poniéndose de pie.
- Si probablemente tengas razón.- Kaoru tomó otro clip. Kenshin se dio cuenta de que trabajar allí iba a ser una pesadilla.
- Supongo que podemos intentar ser amigos.- dijo ella, destruyendo por completo el clip.
- Supongo que si.- afirmo él con un hilo de voz.
- Si, creo que si.
Amigos. Tal vez no era la solución perfecta, pero era mejor que verse implicados en una relación. Y, aunque estaba seguro de que Kaoru seria una amante estupenda, también lo estaba de que seria una amiga perfecta. Y acaso¿ no le venia bien a cualquier hombre una amiga?.
CONTINUARA...
Holas de nuevo.. ke les parecio? al fin huboi un beso pero al parecer nuestros nindos protagonistas estan confunfidos... oson tan ciegos ke no se dan cuenta de lo ke realmente sienten uff ke problemon...
Bueno quiero agradecer a toooodos los reviews que me han mandado.. snif eso me hace muy filiz T.T y espero ke me signa mandando mas porque me encantan y me dan animos suficientes pa continuar jejejeje
Bueno saludos para tooodas las chicas con las ke hablo por msn ke son de fanfiction jajaja es genial hablar con ustedes..
Bueno sin mas ke decir... nos vemos en la proximaaaaa
Matta ne...
