CUANDO LAS COSAS SUCEDEN
Capitulo II
No me pidas ser tu amigo
AVISO: ESTE FF CONTIENE ALGUNAS COSILLAS DEL 6° LIBRO… ASI QUE SI NO LO HAN LEIDO…PUES YA SABEN
Salió del Callejón Diagon por el Caldero Chorreante, después de haber pasado a Gringots (no sé si esté bien escrito) y discutir mas de una hora con uno de los duendes creyó poco satisfactorio permanecer en ese lugar. Pero a decir verdad, en sábado no tenia muchas cosas importantes que hacer, caminó por calles de Londres que él conocía perfectamente y que en épocas pasadas (y tal vez todavía) le ayudaban a relajarse, a olvidarse de todo. Y es que no fue sino hasta después de 18 años de haber nacido, que tuvo la libertad de ver y recorrer el mundo a sus anchas, de conocer y descubrir todo lo que para él había estado prohibido y hubiera causado y peligro para él. Afortunadamente, esos tiempos ya habían pasado y los había mandado hasta lo más profundo de su memoria. Sin duda las circunstancias lo habían llevado a parar donde nunca imagino estar y con quienes menos se lo hubiese propuesto.
Después del sexto año en Hogwarts, su huída precipitada junto con Snape y su posterior reclutamiento en las filas de Voldemort, jamás imaginó estar como estaba ahora, el destino y las circunstancias le habían jugado una partida de lo más extraña e inesperada, pero que en esos momentos agradecía desde lo más profundo de si. La extraña muerte de Lucius a manos de su propio amo, llevo a que él, Draco Malfoy, fuera libre, que tuviera una nueva oportunidad de ser y de vivir. Aun se preguntaba si su padre tuvo la intención de morir con tal de que su único hijo tuviera lo que él nunca tuvo, y si así era (algo que en verdad añoraba), ese hubiese sido el único gesto de amor por parte de Lucius.
A esas alturas de su vida no sabia lo que aun se le venia encima, sin embargo no le importaba, había comprobado que las cosas nunca pueden ser tan malas después de todo, y que todo lo que pudiese venir ya no lo enfrentaría solo, tenia amigos, verdaderos amigos, personas que sin lugar a dudas se habían convertido en pieza clave de su vida (aunque a él, como todo buen Slytherin, le costaba admitirlo). Harry Potter, el Niño que vivió "estupido sobre nombre" –pensaba- y Ronald, la Comadreja, Weasley: ambos Griffindor, ambos insoportables en sus tiempos en Hogwarts, ambos amigos de los sangre sucia. "Sangre Sucia", ridículo prejuicio, a veces aun solía escuchar las voces de sus padres repitiéndole una y mil veces la importancia de la sangre, el orgullo de ser un Malfoy y la fortuna de estar con Voldemort, en el lado puro. "Idioteces". Sonaba irónico y contradictorio: Voldemort era mestizo y había hecho cosas inalcanzables para muchos, Snape también lo era y tenia mucho que admirarle, la misma madre de Potter pertenecía a esa clase, y fue capaz de vencer de algún modo el poder de Voldemort, y finalmente estaba Granger, la sabelotodo amiga de Harry y Ron, insoportable y extraña a mas no poder, pero debía admitir que era brillante. Por otro lado estaban los muggles seres inferiores que no merecen ser tomados en cuenta, sin magia ni habilidades especiales pero que…
Draco soltó una sonrisa irónica, precisamente él, educado bajo todos esos conceptos, había terminado enamorándose de un ser inferior, motivo por el cual en esos momentos su subconsciente lo había llevado una vez mas por esas calles, necesitaba despejarse, pensar y dejar de atormentarse. Pasó a lado de una chica tán parecida a ella que por un instante estuvo a punto de voltear y tomarla por la cintura, pero algo le dijo que no podia ser, que Selene, en esos momentos debía estar con ese asqueroso tipo, poca cosa, disfrutando de su nuevo departamento. ¡Su nuevo departamento, no llevaban ni dos semanas saliendo y ya habían decidido vivir juntos. A él le había costado más de tres meses convencerla y ahora ella sin más ni más, se iba con el primero que se le cruzaba. ¿Es que no importaban casi tres años de noviazgo? Claro que si, seguramente debía estar confundida por la decisión tan precipitada que ella misma había tomado. Claro! No aguantaría ni un mes viviendo con el idota ese y regresaría a él, y Draco Malfoy, bondadoso, la perdonaría por su falta y le haría jurar que jamás lo dejaría otra vez; y la pobre mujer, arrepentida, le diría que él seria el único. No había final más feliz y alentador para él. Todo debía salir de acuerdo a como se lo imaginaba, no había de otra, nadie podía dejar a Draco así como así, aunque por supuesto, el no le permitiría escapar tan fácil, amaba a esa chica y no se resignaría a perderla. Metió una mano al bolsillo de su chaqueta, de inmediato sintió un papelito doblado dentro de ella y recordó en seguida de qué se trataba. Lo sacó y lo desdobló, lo observó unos segundos innecesarios, ya que se había grabado de memoria su contenido:
16th Av., Lemon Town, Londres.
Departamento 28
304157349
Y recordó en seguida el día que se lo dio…
Flash back
- ¿Entonces? – pregunto un chico de cabello rubio
- ¿Entonces que? – cuestiono una muchacha de profundos ojos oscuros tratando de disimular.
- ¿Sigues enojada? – y el joven intentó rodearle la cintura. Ella se retiró.
- Es que no es eso Draco. Tu y yo sabemos de hace meses que nuestra relación no esta bien. Ya no somos lo mismo juntos… y yo ya no me siento como antes.
- Bueno cariño, pero eso es comprensible…Todas las parejas tienen sus tropezones, ahora nos tocó a nosotros, pero si ponemos de nuestra parte…. – la voz de Draco sonaba esperanzadora, pero fue cortada de golpe.
- No Draco, es que no logras entender? Estoy tratando de decirte algo, de la manera más sutil que puedo. Yo ya no… - la voz de Selene sonaba entrecortada, como si le costara trabajo decir las siguientes palabras- yo ya no te …
- No… no lo digas – Draco la miró a los ojos con mirada suplicante. No estaba dispuesto a oír de sus labios lo que estaba presintiendo.
- No me hagas decirlo y comprende… No quiero lastimarte… seria lo último que haría – la joven trató de acercarse a él tomándolo por los hombros. Esta vez él fue quien rechazo este gesto, su cara reflejaba dolor, se sentía desfallecer porque en verdad dolía. Puede que anteriormente hubiese experimentado la peor clase de dolores físicos, pero de todos ninguno se comparaba con lo que experimentaba en esos momentos.
- Pero tu no puedes…nosotros no podemos… – las palabras salían solas, no las pensaba, estaba abatido – dejarnos …- no pudo decir nada más, sentía la garganta seca y le ardía. Quería llorar, pero no lo hizo.
- Si Draco, si podemos, y creeme que será lo mejor para los dos – aunque mas clara, la voz de ella también reflejaba cierta pesadumbre que no podía aparentar y esconder tan fácil - …Pero sabes una cosa… - trató de sonreír y sonar mas animada, mientras tomaba la barbilla de Draco y le hacia levantar la vista hacia ella -… te juro que lo que hemos pasado son de las mejores cosas que me han sucedido, que fuiste, eres y serás una parte importantísima en mi vida… Draco, mírame – el chico había bajado de nuevo la vista – quiero que recuerdes bien esto y que te quede claro que lo que te estoy diciendo es completamente cierto. No quiero que me consideres una más, ni que pienses que jugué contigo…Draco? – Aunque los ojos de él estaban dirigidos a ella, su mente no, Selene lo conocía demasiado.
- Ya no hay más que decir verdad? – el rubio hablo quedo, casi imperceptible, los ojos se le veían enrojecidos pero aun ninguna lagrima escapaba de ellos.
- No Draco, nada… y es que… estoy con alguien mas
"Alguien mas" ¿Qué significaba eso? ¿Acaso le había estado mintiendo? ´¿Desde hace cuanto? No podía escuchar mas, algo no encajaba del todo… Miró a Selene clavando sus profundos ojos grises en ella. Se había jurado a si mismo no usar legeremancia con nadie (y mucho menos con ella) pero en este caso…
- No no no…! Quiero decir, conocí a alguien más, no hemos salido… aun, Draco, jamás te engañaría, es por eso que estoy hablando contigo – justo a tiempo. Draco se retractó de lo que iba a hacer, permaneció en silencio observándola.
- Pues entonces… terminó, ya dijiste lo que querías decir, ya hiciste lo que tenias que hacer… que bueno, te quitaste un peso menos de encima no es así? – Por más que trato de sonar sereno y ocultar el sarcástico tono que resultaba en su voz cada vez que se sentía así, no pudo- vete por favor – tragó saliva con dificultad, sentía que miles de espinas pasaban lentamente por su garganta.
- Draco… no quiero terminar así.. No digas eso, comprende también como me siento yo… yo no…
- ¿¡Y QUE QUIERES QUE COMPRENDA! NO SEAS ABSURDA! – "tranquilízate, tranquilízate por favor" se repetía Draco continuamente – Por favor Selene, ya no hables, ya entendí esta bien?
- NO DRACO, NO HAS ENTENDIDO! – Las mejillas de Selene estaban enrojecidas y gruesas lágrimas comenzaban a escurrir por ellas – No quiero alejarte, te acabo de decir que eres importante… ¿Recuerdas lo que éramos antes de ser novios? – Draco asintió involuntariamente - … Éramos amigos… podemos volver a serlo.
NO, definitivamente no, era inconcebible. No podía ser así, después de tres años no se podía dar un salto en retroceso tan grande y difícil. Ninguno de los dos dijo nada. Selene esperaba una respuesta, Draco se perdía en sus pensamientos olvidando por un momento que estaba acompañado. Caminó hacia uno de los columpios del parque y se recargó de uno de los tubos quedando de espaldas a la chica. Un minuto, dos, tres, no sabia a ciencia cierta cuanto tiempo estuvo así hasta que un roce suave en el brazo lo regresó a la realidad.
- ¿Qué piensas? – Percibió una voz suave a su espalda - ¿Qué has…
-Suéltame – y se safó de ella girando para darle la cara y mostrarle lo vulnerable que estaba en aquellos momentos. Selene noto el llanto silencioso que Draco había estado experimentando minutos atrás y aun ahora una lágrima luchaba por no salir de sus ojos – no me hables, no me mires… no me pidas cosas imposibles, lo siento pero no puedo ser tu amigo, no después de esto.- Selene agachó la cabeza, la serenidad de las palabras del rubio solo podía significar una cosa y ella lo comprendió. Extendió una mano hacia su pálido rostro y limpió la húmeda mejilla de Draco con su pulgar, se acercó suavemente y le dio un beso en la mejilla. Él cerró los ojos, de nuevo, un nudo se formó en su garganta acompañado esta vez con unas tremendas ganas de abrazarla y rogarle que no lo dejara… - Adiós Draco – fue las últimas palabras que escucho de ella, resonaron en su cabeza taladrando e incrustándose en lo mas profundo de él. Sintió como la mano de la joven se inmiscuía en uno de los bolsillos de su chaqueta y se apartaba rápidamente. Aún tenia los ojos cerrados y un escalofrió recorría su espina dorsal. Entonces oyó como se alejaba, sus pasos resonaban rítmicamente en el adoquín del lugar. Aun le quedaba la esperanza que volteara a verlo y recordara, y se diera cuenta del grave error que cometía. Pero no fue así, unos metros adelante, una curva en el camino la hizo desaparecer de su vista. Había terminado. No pensaba, su mente estaba bloqueada. ¿Por qué? había amado como nunca antes a alguien y ese era el precio de su entrega. Caminó en dirección contraria, el otoño estaba en pleno apogeo y una brisa nocturna comenzaba a mover las hojas secas de los árboles haciéndoles caer al suelo. Draco se llevó las manos al los bolsillos, tal vez no hiciera tanto frío, pero sentía que todo el cuerpo se le helaba al contacto con ese viento, y para colmo aun debió recorre un buen tramo del parque hasta llegar a la salida. Sin embargo, no apuró el paso, no tenia prisa, nadie le esperaba esta vez. Sintió entonces algo dentro de la bolsa derecha de la chamarra, era un papel y sabia de quien era. Lo sacó y desdobló tranquilamente, frunció el seño al leer lo que decía. ¿Y para que quería que supiera su nueva dirección? De ninguna manera iría a verla. Miedo, enojo, desilusión, cobardía, o todo junto, no tendría la capacidad de verla de nuevo en esas condiciones. "PD: Mandaré a alguien por mis cosas" Menos mal.
Cuando llego al apartamento, fue directo a la habitación, la que hasta hace sólo una noche compartiera con ella. Se tumbó en la cama quedando con las piernas y los brazos extendidos y la mirada hacia el techo. Olía a ella. Giró la cabeza hacia un lado encontrándose con un pequeño muñeco de peluche café claro y en forma de gato. A ella le encantaban los gatos. Se levantó de la cama, debía hacerlo o se quedaría en esa posición durante toda la noche. Sacó su varita de la bolsa interna de la chaqueta y con un ágil movimiento todas las pertenencias de Selene empezaron a aglomerarse en una esquina del cuarto.
Fin del FLASHBACK
Y seguía caminando, recordando. Ese mes ya había durado demasiado, demasiadas cosas en poco tiempo. No podía negar que aun dolía, y mucho y aun albergaba esperanzas "Sueños" en palabras de Weasley quien un sin fin de veces lo había tratado de convencer para que se apartara de eso. No podía.
Una semana después de su ruptura, las ansias y la curiosidad lo habían llevado a buscar la dirección que Selene le había proporcionado y dio con ella, en uno de los nuevos suburbios de Londres, el lugar era lindo, tranquilo y también por qué no, acogedor. No le fue necesario subir al edificio porque justo al cruzar la calle la vio llegar acompañada de un sujeto no mayor que ella, cabello castaño y piel un poco bronceada; y detrás de ellos otro hombre que cargaba varias cajas. Sabía que quería decir todo eso: Vivirían juntos. Simplemente estupido, no había mejor descripción. Pero esa noche, extrañamente no pudo pegar un ojo.
Iba distraído, no vio cuando un anciano se le atravesó pidiéndole limosna, ni cuando un chiquillo casi choca con él y fue hasta que oyó una voz conocida llamándolo que su mente regresó a su cuerpo. A unos metros de ahí una chica pelirroja le hacia señas con la mano y después se aproximó a donde él estaba.
- Hola Draco! – saludó la muchacha entusiasmada.
- Hola Weasley – respondió algo desanimado el rubio, algo que la chica notó enseguida.
- Hey, ya quita esa cara, ya llevas semanas así y si no…
- Un mes – cortó Draco confundiendo un poco a Ginny
- Que?
- Un mes, hace un mes que estoy así – Draco empezó a caminar con paso lento y las manos en los bolsillos y con un gesto hizo una invitación a Ginny para que lo acompañara.
- Pues ya olvídalo! Búscate a alguien más… que tal… Liz… o Samantha, es muy bonita, además de que ocupa un puesto importante en el ministerio y por lo tanto tiene dinero, también me enteré que su hermano es amigo de…
- No... Weasley, no es tan fácil. En estos momentos yo no quiero empezar una relación con alguien. Necesito tiempo, sabes a que me refiero ¿no?
- Si, entiendo, pero creo que vas por el camino correcto. En primera… ¿te has visto en un espejo últimamente? Luces mal, como enfermo; si el tiempo que quieres en realidad fuera para ti no estaría viéndote en el estado que estas ahora. Y en segunda, tú no tienes el más mínimo propósito de olvidarla, todo el tiempo estas pensando en ella, así no llegarás a ningún lado.
- Nunca has oído este dicho: La esperanza muere al último? Yo aun la tengo… y no me rendiré tan fácil…
- ¿Y que vas a hacer? Ir de rodillas y pedirle que todo vuelva a ser como antes? Mira, yo no sé bien como estan las cosas, Ron no me lo ha querido contar todo, pero por lo que se, ya no hay nada que hacerle.
- Ronald no debió contarte nada, eso luego lo arreglo con el – murmuró el chico m,ás para si que para ella – Y respondiendo a tu pregunta, no te lo voy a decir. Esta vez voy a hacer las cosas a mi manera. – su voz sonó mas fuerte y viva en la última frase.
- Si claro… - comentó poniéndole cara de incredulidad haciendo que el chico frunciera el ceño, a lo que ella buscó salida - y cambiando de tema – habló nerviosa - ¿Piensas ir mañana a la casa? Hace tiempo que mamá no te ve, se alegrará mucho si vas, solo procura hacer algo con eso – finalizo señalándolo refiriéndose a su aspecto – … si es que no quieres oír un gran sermón- agregó.
- No se Weasley, necesito hacer algunas cosas… además supongo que irá gente a la que no le agrado mucho que digamos, no quiero causar problemas.
- Mal pretexto Malfoy, ni tu te crees eso a estas alturas, eres tolerable, no creo que alguien tenga la intención de hacerte un cruciatus solo porque le caes mal.
- Si lo hay
- Y se puede saber quien?
- Granger
- ¿Ira Hermione! – cuestionó sorprendida
- Supongo ¿no? Hoy se quedó de ver con tu hermano y Potter, y tuvimos la desgracia de encontrarnos. El odio es mutuo.
- E infantil – agregó la pelirroja – deberían hacer una tregua, si lo lograste con Harry y Ron…
- Eso fue por necesidad, ya después las cosas cambiaron. Pero en este caso no hay nada que propicie lo mismo. Y bajo circunstancias normales ni ella ni yo tenemos interés de que así sea.
- Bueno ya, nos desviamos del tema ¿Iras o no? Por Herms no te preocupes, lo más seguro es que no vaya y se la pase con sus padres. Además, si no vas, Ron te matará.
- Je, eso me tiene sin cuidado – bromeó Draco mientras iban pasando por un café. – Yo invito – sugirió repentinamente señalando hacia el lugar.
- Pues ya que insistes… - siguió la corriente Ginny tomando por el brazo al joven y arrastrándolo al interior del local.
El sitio era pequeño, pero el ambiente que se sentía lo hacia acogedor y agregado el delicioso aroma que impregnaba todo, daba pie a una larga y amena conversación.
Draco miró su reloj de pulsera, habían pasado casi tres horas de que habían entrado. Ya había oscurecido, era hora de irse. Con una seña llamó a uno de los meseros para que le llevara la cuenta, buscó algo de dinero en el bolsillo del pantalón, esos muggles si que tenían extrañas formas de comprar y aun no se lograba acostumbrar del todo. Sacó una fajilla de billetes, tomó de ellos y el resto lo volvió a guardar sin darse cuenta que una pequeña nota había caído, sin embargo Ginny si lo percibió y se agacho a recogerla.
- ¿Y esto? – le extendió el papel al rubio una vez fuera de la cafetería. El palideció un poco (aun mas), pero en seguida recupero su postura. – De quien es la dirección?
-De nadie.
-¿, Entonces?
- Pues… solo supongamos que cambiaré de casa- sonrió y sacó la varita – Mañana nos vemos Wesley. – Y se apuntó a si mismo para desaparecer.
- ¿No piensas llevarme a mi casa?
- No, podrías hacer lo mismo que yo. Adiós. – y con un peculiar movimiento, desapareció.
- Pero que caballerosidad! – Exclamó Ginny indignada – "algunas cosas nunca cambian" – pensó. Por fortuna no había muggles cerca que hubieran podido ver a Draco. Aprovechó esto y, poniendo en practica la sugerencia de su antiguo acompañante, ella también desapareció.
TATATAAAAANNNN Ahí esta, el segundo capítulo- ¿Qué les pareció?
Se que esta medio raro. Sque no quiero poner todas las explicaciones de un jalon, si no se pierde lo interesante…
Y POR SUPUESTO: MUCHISIMAS GRACIAS A ALEVIVANCOV Y A MONIK MOONY POR SUS COMENTARIOS… ) ME HACEN MUY HAPPY (¬¬°)
WENO, PUES ESTONCES PROXIMAMENTE EL TERCER CAPI…
R E V I E W S!
POR
FAVOR!
ADIOSIN!
