Ya estoy por aquí otra vez… se que me tardé un poquito, pro aquí me tienen con este tercer capi que me salió un poquito mas largo que los otros dos )
MUXAS GRACIAS A MONIK, A SOFIA, ANA Y ALEVIVANCOV POR SUS RR. Ya saben que gracias a ellos voy a continuar con el fic… además me hacen muy muy felizzzz.
Ahora si…aquí les dejo el capi…
Nota: Cada que se encuentren con esto: -cambio-, es cambio de situación.
CUANDO LAS COSAS SUCEDEN III
Contratos
- Son las diez de la mañana papá! Debí haberme ido de aquí hace una hora- decía una chica algo desesperada después de mas de tres intentos fallidos por liberarse de la charla con su padre.
- Espera cariño, solo te enseño la foto que nos sacamos tu madre y yo con Simon Saenz hace tres semanas, fue un gran cliente… No imaginas cuanto me pagó sólo por la extracción de una muela!
- No papá, no lo sé, pero sabes que?...- "Respira Hermione, respira", pensaba la chica para tratar de calmarse -… ¿Qué te parece si hablamos cuando regrese esta bien? Ahí si quieres me cuentas tooodo lo que quieras… ¿Qué te parece?
- Bien, pero…
- Si verdad?... A mi también me gusta la idea… bueno papi nos vemos en la noche- se despidió Herms dándole un rápido beso en la mejilla y tomando su bolsa sin darle tiempo a replicar – Adiós mamá!- grito finalmente antes de cerrar la puerta.
Esa situación se repetía desde que llegó de Brighton y era difícil para ambas partes. Por un lado sus padres habían estado esperando ansiosos esa visita y aun creían que tenían una niña de quince años a quien estar cuidando día y noche, y por el otro estaba ella: Hermione Jane Granger con veintitrés años cumplidos y la completa capacidad de valerse por si misma como prácticamente lo había hecho desde hacia cuatro años cuando llevaba un año en la universidad y consiguió trabajo. Y no es que no quisiera a sus papás ni mucho menos, pero la costumbre de estar "sola" tanto tiempo ya la habían convertido en una persona absolutamente independiente, simplemente no se acostumbraba a su antigua vida familiar.
" OK, Herms… tienes menos de media hora para llegar…y tendrás que usar magia, pero aquí hay mucha gente…Aghh!...que suerte la tuya!" Caminaba apresuradamente a unas cuadras de su casa volteando impaciente hacia todos lados en busca de un lugar donde poder aparecerse . "Bip bip bip…", un agudo sonido proveniente de su bolsa llamó su atención, era su celular.
- Si? – Contestó…- Hola Cristian! - …. - No… digo, si - … - Aja - … - Si si si! Lo encontré! - … - Claro! No podía esconderse de mi por tanto tiempo… - … - Tengo un plan, no puedo contártelo - … - El me sigue queriendo, yo lo se…- … - Se lo que hago - … - Si, yo se que así será - … - ¿No me crees? - … - Pues piensa lo que quieras, ya verás que puedo… - … - Si si, está bien - … - Yo te hablo entonces - … - Bye, cuídate mucho - … - Je… gracias, adiós! – Y colgó.
Conoció a Cristian hace tres años en una de las fiestas de la universidad. A primera vista le pareció un chico bastante apuesto, de esos que la mayoría de las chicas busca. Para su buena suerte, esa noche ella no iba con pareja y ni el tampoco, por lo que no les quedó de otra que charlar durante toda la noche, y durante las siguientes semanas se siguieron frecuentando. Ahora lo podía considerar uno de sus mejores amigos.
Pasó por un pequeño restaurante muy poco concurrido, "Perfecto" pensó. Pidió solo un helado de crema. Sin que nada lo notara, lo desapareció y entró al baño que para su fortuna, estaba desocupado; sacó su varita y después de un curioso movimiento de esta, se desvaneció.
- cambio-
- Si señora…. Ya le dije que estaré ahí antes de las once - … - Gracias, ahí estaré. – Colgó el teléfono, afuera de la cabina unas diez personas estaban formadas esperando a que se desocupara. Había tardado más en hacer funcionar ese tonto aparato que en hablar con quien tenía que hacerlo. Quedaba comprobado un vez más que lo suyo no era lo muggle.
Y era tarde, Draco Malfoy estaba retrasado para una cita demasiado importante. Tomó el autobús que lo dejaría en su destino. Era sábado, por lo que no debía preocuparse por el tráfico. Una vez sentado, se recargó en el cristal de la ventana y pensó… Se dirigía al mismo lugar en el que había estado algunas semanas atrás. Pero ahora era diferente, no era el mismo tipo débil de esa vez. Claro, se había dejado llevar por el sentimentalismo, pero de ninguna manera las cosas se iban a quedar así. Ya tenia todo calculado: Selene volvería con él a como fuera lugar, así tuviera que mudarse enfrente de su departamento… Miró su reloj, eran las diez con veinticinco y el camino tomaría mínimo media hora así que cerró los ojos, no había dormido bien por lo que una siesta no le caería mal.
- cambio-
Varios árboles la rodeaban y algunos arbustos la ocultaban perfectamente. Se había fijado en ese lugar por si alguna vez debía usar ese método, nunca pensó que fuera tan pronto. Sin embargo, el lugar al que se dirigía quedaba a unas cuadras de donde estaba, por lo que debía caminar un poco. Salió del parque como si nada, estaba semivacío al igual que las calles que lo rodeaban. Sin duda a aquella pequeña ciudad le faltaba mucho para parecerse a Londres y a pesar de eso, el lugar era lindo, la calma que se sentía ahí jamás se podría encontrar en la otra gran metrópoli; pero de eso se trataba y en eso se caracterizaban los suburbios que rodeaban el centro de Inglaterra.
Sacó de su bolso su agenda, la hojeó por unos segundos antes de encontrar la dirección que buscaba… "Bien Hermione, aya vas" pensó antes de dar un suspiro y encaminarse con paso firme al lugar señalado. Después de unos minutos, llegó. Eran varios edificios de no más de cinco pisos, a simple vista sencillos y poco lujosos. Estaban marcados con diferentes letras en la puerta principal de cada uno (A, B, C … ) y pintados de un color naranja que hacia una extraña combinación con el azul de las columnas que los sostenían; de la mayoría de los pequeños balcones colgaban macetas repletas de diferentes tipos de plantas y en una que otra ventana alcanzó a distinguir ropa colgada. Fue recorriendo la banqueta pasando a lado de los edificios, buscaba el "E" y sin problema llegó a él. Revisó una vez su agenda y pulso el timbre con el número 8. Esperó…
- "Quien!" – la voz de una mujer contestó casi al instante por el altavoz de la puerta
- Ahmm… Hola, buenos días. Soy Hermione Granger… vengo a ver lo del departamento, hable por teléfono hace dos días y me pidieron que me presentara hoy a esta hora… - respondió Herms acercándose lo más posible al aparato.
- Ah si, claro… la estaba esperando… espere un minuto, enseguida voy a abrirle…
- No, no se preocupe, la puerta está abierta, nada más quería cerciorarme que aquí era, enseguida subo… - Mintió la joven. La puerta estaba cerrada, pero al ver que no había gente cerca, no le importó usar su varita y abrirla rápidamente.
El departamento quedaba en el cuarto piso, subió por el elevador. La puerta con el número 8 se encontraba justo saliendo de él. Tocó con los nudillos un par de veces. Una voz desde dentro exclamó:
- Pasa muchacha, está abierto!
Hermione giró la perilla y entró. En seguida estaba una pequeña sala, los sillones al igual que todos los demás muebles estaban cubiertos por sabanas de distintos colores; junto y sin ninguna división había lo que parecía ser un sencillo comedor y al fondo de este la cocina que parecía ser el único sitio sin cubrir. Una mujer de unos cuarenta años y de complexión robusta la esperaba sonriéndole recargada en una de las paredes de la sala, tenía en la mano algunas hojas y un cuadernillo extraño.
- Con que Hermione- dijo bajito y extendiéndole la mano para saludarla.
- Si, mucho gusto – respondió enseguida la joven y se acercó a ella a estrecharle la mano.
- Pues, entre más rápido mejor ¿No?
- Si, por supuesto…
- Me dices que tiene veintitrés… estudias.. ¿Qué estudia?
- Historia
- Extraña carrera, pero bueno… No se si te comenté lo del pago de la renta. La primera semana de cada mes y por cada día de atraso se incrementa un cinco por ciento, lo que vendría siendo… - la mujer comenzó a anotar algunas cosos en su libreta…
- Si, ya me lo había dicho. Estoy de acuerdo. Mejor muéstreme el departamento.. ¿Las habitaciones son estas? – la chica señaló hacia el pasillo a la derecha de la sala…
- Ehmm, bueno, solo hay una habitación, es la de la puerta del fondo. Las dos de enfrente son las del baño y el estudio respectivamente.
- Podemos pasar a verlas?
- Claro, claro… Adelante.
Entraron a la primera puerta. Hermione escudriño un poco la habitación. Había una ventana que daba a uno de los otros edificios…
- Y si no me equivoco ese es el condominio "F"…
- Si
- Que departamento es el que está justo al frente?…
- No se muchacha, supongo que el siete… también tiene poco que se mudaron ahí un par de jóvenes mas o menos de tu edad…
- En serio! Que casualidad no cree? – Exclamó Hermione con una voz descaradamente fingida – "Casualidad? Si claro!" pensó.
- Pues si tu lo dices… "Esta niña si que es extraña"
La exgriff se quedó unos minutos más observando desde la ventana tratando de ver por detrás de las cortinas de la ventana del departamento que tenia al frente.
- Ejem… si quieres pasar a ver la habitación y el baño…
- Ah? No, no se apure no es necesario… y bien, donde tengo que firmar?
- Traes todos los papeles que te pedí?
- Comprobante de ingresos, identificación, hoja de pago, carta de… - y numeró un sinfín de documentos de arrendamiento.
- Trajiste el avalo de residencia?
- ¿?
- Si, es un documento en el que se le…
- Ya se lo que es… usted en ningún momento me comento de eso…
- Bueno, es lo primero que se pide en este tipo de contratos (NA: En realidad Yukihyo no tiene ni idea de cómo son estas cosas así que si algo no les cuadra ya saben porque… todo lo estoy inventando P). Supuse que usted lo sabría y por eso…
- Me ve con cara de ser alguien que cambia constantemente de casa!… - No podían dejarla así, llevaba todo dispuesta a pagar de una vez el contrato y la primera renta para que a más tardar en dos días pudiera mudarse.
- Perdóname muchacha es que yo… lo siento, pero sin esa hoja no hay contrato. Solamente que vallas por ella y regreses más tarde, yo te espero…
- Mas tarde, resulta que tengo compromisos ... " 1, 2, 3, 4… cálmate… un día más, no pasa nada…" Mañana vengo, a esta hora, no creo que venga alguien más o si?
- No, claro que no je je - respondió nerviosa la mujer ante la actitud tan cambiante de Hermione – Entonces mañana nos vemos por aquí… y por cierto, mi nombre es Margaret Williams
- Bien señora Williams, entonces lo único que faltaba era ese papel? – "ese estúpido papel" pensó.
- Si, solo ese… si quieres de una ves déjame los demás para que no tengas que estar cargándolos – la mujer trataba de sonar lo más amable posible, no le gustaría presenciar una vez el extraño comportamiento de la joven…
- No, muchas gracias, no es necesario… Es todo verdad?
- Si
- Entonces, hasta mañana… y por cierto, creo que ya debería de quitar ese anuncio de "se renta" que esta en la puerta del edificio, ya no es necesario que esté ahí…
- Buena idea… si, mandaré a alguien que lo haga…
- No será necesario, yo me encargo. Bueno, ahora sí, hasta luego – Hermione camino hacia la puerta y salió de la habitación. Segundos después Margaret escucho la puesta principal cerrarse. Aliviada se recargó en el escritorio y dio un fuerte suspiro.
Hermione bajó rápidamente las escaleras, el enojo ya se le había pasado un poco. Mas bien se culpaba a ella misma el haber sido tan distraída y haberse olvidado de ése avalo. No era gran ciencia saber que se necesitaría ese tipo de documentos. Por Merlín! Si hasta en la comunidad mágica se requería una carta de esa índole. En fin, por un día no se iba a terminar el mundo. Ahora debía pensar en la reunión en la Madriguera, estar en ese lugar le recordaría tantas cosas… Al salir del edificio se encontró con el anuncio de renta. Una vez más el lugar estaba vacío y lo le fue difícil pronunciar un Evanesco haciendo desaparecer al instante el cartel. Sonrió para si y caminó una vez más hacia el parque…
- cambio-
Un repentino enfreno del autobús lo despertó sorpresivamente. Volteó todavía algo adormilado tratando de ubicarse. No reconocía el lugar. Se paró del asiento y fue hacia la puerta, ya iban muy pocas personas en el transporte. Su reloj de pulsera comenzó a sonar. Eran las once. Un hombre solo un poco mayor que él iba de pie con visibles intenciones de bajar en la próxima parada, sin dudarlo un poco, le preguntó…
- Ya pasamos la avenida decimosexta?
- Perdón? – el hombre iba un poco distraído.
- La avenida dieciséis… ¿Ya la pasamos?
- Si… hace unos minutos, en la ultima estación que pasamos… baje en la que sigue, la del parque Rosee, solo debe caminar unas cuantas cuadras…
- Si, bueno, muchas gracias… - "Genial Draco, ya es tardísimo y encima de todo, debes caminar…"
- Es aquí… - la voz del hombre le anuncio la llegada…
- Ah, gracias… y hasta luego… - Draco bajo del autobús de un salto, y sin esperar comenzó a andar en dirección contraria a la del camión.
Como lo había visto aquella vez, parecía que nadie vivía por aquella zona, las calles estaban en completo silencio, solo pasaba un auto de vez en cuando y se veía muy poca gente a pie. Estaba algo nervioso ¿Y si no lo esperaban? Necesitaba calmarse. Sacó de su mochila unos discman y se coloco los audífonos (NA: lo se, lo se… casi inimaginable). Encendió el aparato y siguió caminando. Llevaba la mirada fija en el suelo y solo en contadas ocasiones levantaba la vista para fijarse por donde iba. A medida que avanzaba reconocía un poco más. Desde donde estaba ya alcanzaba a ver los edificios naranja. Faltaba poco, bajó de nuevo la mirada, iba tarareando la canción… en verdad le encantaba esa música. No se dio cuenta que unos metros mas adelante otra persona iba igual de distraída que el y que un choque entre ellos sería inminente…
- cambio-
Y a pesar de que pasaban de las once de la mañana, ese lugar seguía vació, pensó que tal vez seria aburrido vivir así, pero no importaba, todo lo que hacia tenía un fin y todo lo que hacia siempre tenia conclusiones favorables para ella. Valdría la pena. Iba revisando los papeles que llevaba en la mano, por si alguno se le había olvidado con Margaret. No, tenía todos "menos en tonto avalo" pensó, y era un hecho que ese día no se dejaría de recriminar lo mismo. Se dispuso a meterlos a su bolso… Algo hizo que no fuera posible
- cambio-
"Estupendo" pensaba mientras escuchaba la melodía. Levantó la vista. Lo único que distinguió fue a alguien a muy pocos centímetros de él. No pudo detenerse y evitar empujar a quien sea que tuviera en frente. Algunos papeles que esta persona llevaba cayeron al suelo. El estar tan cerca le permitió reconocer a Draco, por el dulce olor, que se trataba de una mujer. No le miró el rostro.
- Lo siento! – fue lo primero que le vino a la mente. Se arrodillo y comenzó a recoger lo que estaba en el suelo
- Fíjate por donde caminas… - la chica tampoco pudo ver el rostro de con quien había chocado, y lo único que le dio por decir fue esa frase un tanto… descortés. Ella también se arrodilló de inmediato para ayudar a alzar los papeles… - Ejem… lo siento… yo también iba distraída – y levantó la cara para ver a su interlocutor, este sin embargo ya había hecho lo mismo al distinguir la voz de Hermione…
Ambos se quedaron estáticos al verse.
- Granger! – preguntó Draco sorprendido. Herms no respondió enseguida estaba incluso más extrañada de encontrárselo por aquellos lugares.
- Ay no, lo que me faltaba… ¿Pero que demonios haces tu aquí? – preguntó de mala manera, sin siquiera haber escuchado lo que el rubio había dicho, mientras que le arrebataba los papeles que tenia en la mano…
- Yo?... Para tu información Granger, estamos en la calle, y puedo pasearme por donde se me de la gana – respondió Draco poniéndose de pie y extendiéndole la mano para ayudarla a hacer lo mismo… La chica solo lo miró con ojos fulminantes y se puso de pie por su propia cuenta.
- No necesito que me ayudes, gracias de todos modos. – habló con desdén una vez de pie.
- De nada, creí que ya se te habían olvidado los buenos modales. Ahora si no te importa, debo irme, tengo cosas más importantes que hacer… - y pasó por un lado con paso acelerado, dejándola en silencio, algo que provocó que el antiguo enfado volviera a surgir. En verdad detestaba a ese tipo. Respiró profundo, guardó los papeles que sostenía y siguió caminando rumbo al parque. No tenía ganas de esperar el autobús.
- cambio-
En menos de cinco minutos ya estaba frente al condominio marcado con la letra "E". Se le hizo raro no ver el anuncio pegado a la puerta pero no le tomó importancia pues seguramente ya era seguro el contrato que estaba a punto de hacer. No se molestó en tocar, ya conocía el departamento, lo único que hizo fue pronunciar mentalmente un hechizo para que la puerta se abriera. Subió las escaleras a zancadas saltándose uno o dos escalones, por lo que llegó enseguida al cuarto piso…
Sabia perfectamente qué puerta era, no había pierde (NA: Acá en Méx.: No había duda T.T): Número ocho frente a la puerta del elevador y con vista perfecta al departamento 7 del edificio "F". Estaba a punto de tocar cuando una señora robusta salió apresuradamente de la puerta marcada con el número 8.n La mujer se exaltó un poco al encontrarse a Draco frente a ella y por poco choca con el.
- Pero que susto me has dado muchacho! – Exclamó - ¿ Por qué no tocas la puerta?
- Eso era justo lo que iba a hacer Sra. Margaret (¬ ¬°) . Perdone el retraso, tuve algunos inconvenientes… pero ya estoy aquí ¿Tiene todo listo? – Draco hablaba algo entusiasmado a tiempo que empujaba poco a poco a Margaret una vez más dentro hasta la sala.
- Todo? – la mujer había encontrado repentinamente lo interesante que resultaba el suelo, ya que pegó los ojos en él y se puso muy nerviosa.
- Si, ya sabe, lo del contrato
- Pues mira… como llegaste tarde… pues vino alguien más y…
- Que! Pero si acabamos de hablar hace una hora! Y desde la vez pasada le había dicho que esto era algo seguro! No me puede hacer esto…
- Bueno muchacho… tú no has firmado nada y te había dicho que no eras el único interesado en este departamento. – decía Margaret entrecortando las palabras. Draco por su parte tenía ganas de lanzarle en ese mismo instante un Cruciatus. Respiró hondo unas tres veces antes de volver a hablar.
- ¿Quién?
- ¿Quién que?
- ¿Quién le rentó ya el departamento – en todo caso podría llegar a un acuerdo con esa persona. Naturalmente el dinero no sería inconveniente.
- Lo lamento, pero no puedo darte ese tipo de información… De cualquier modo, aun no lo rentan, a lo que me refería hace un rato es a que también estoy apuntote firmar con la otra persona, ya se lo dije, y francamente no quiero meterme en problemas… ¿Por qué no ves en el edificio "B"? Creo que ahí también están alquilando en el piso tres… y…
- Yo quiero este departamento… no se cómo le hace o qué le invente al sujeto que lo quiere, pero yo mañana estoy aquí a las diez para firmar el contrato… Es mas…- sacó la cartera del bolsillo trasero del pantalón y tomo de ahí algunos billetes grandes (que valen mucho…) – aquí tiene un adelanto, para que no me salga con sus… pretextos mañana…
- Pero mañana – replicó Margaret con voz casi inaudible pero que el ex-sly percibió perfecto desde la puerta.
- Mañana que?
- Este… mañana vendrá esa persona a la misma hora y…
- Pues así está mejor, yo me arreglo con ella.
- Francamente muchacho, lo veo un poco difícil… se trata de alguien muy terco no creo que… además también tiene el mismo interés que tú exclusivamente por este lugar… así que…+
- No es inconveniente Margaret, yo sabré como arreglármelas, tu solo encárgate de que esté aquí a la misma hora que yo ¿esta bien?... – La mujer asintió como autómata – Bueno, entonces hasta mañana…. – Draco salió cerrando la puerta suavemente.
Margaret, por segunda vez en menos de media hora, suspiro profundamente aliviada de que se hubieran marchado del lugar. Definitivamente, esos dos algo tenían en común. Lo mejor era salir de ahí y regresar a casa, debía prepararse para la tremenda discusión que tendría lugar al día siguiente.
Por otro lado, Draco ya había salido del edificio y caminaba hacia donde pasaba el autobús pensando mil y un maneras de hacer que las cosas salieran como el quisiera. Esta vez no sería la excepción. Le relajaba un poco el hecho de enfrentarse con un muggle… aunque algo, muy en el fondo, le decía que las cosas no serían tan fáciles como es creía. Tal vez sería bueno tomar el consejo de Weasley e ir a la Madriguera, necesitaba distraerse y qué mejor lugar que esa casa de locos. Era inconcebible ir a ese lugar y no salir de ahí retacado de buen humor.
- cambio-
Herms ya había llegado a su casa, sus padres se habían marchado "afortunadamente" pensó. Subió a su habitación y después de dejar sus cosas se aventó de lleno en la cama. Repasó mentalmente las cosas que tenia que hacer. Antes de ir a la Madriguera debía pasar al callejón Diagon a comprar un presente para Luna y Ron… Aun así le daba tiempo de tomar una pequeña siesta. Cerró los ojos y dejo ir su mente…cuando "Bip bip bip bip.." . "El celular" pensó con pesadumbre. Volvió a cerrar los ojos, no iba a contestar… una vez más el sueño la estaba venciendo.. "Bip bip bip…" Se levantó de golpe, fue hacia su bolso y tomó de mala gana el cel. que seguía sonando, estaba a punto de apagarlo, y lo hubiera hecho si no hubiese visto el numero que llamaba, no le quedó mas que contestar,
- Si? - … - Si soy yo - … - ¿Y ahora que? - … - Si si si, estoy tranquila - … - ¿Cómo! - … - Pero ya habíamos quedado. - … - No, yo mañana estoy ahí pero para firmar, nada más - … - Ya ya… mira mañana arreglamos todo… yo sabré que hacer… Bye.
Y colgó sin dar tiempo a replica alguna. Esa Margaret se la iba a pagar, pero mas aquél que había puesto los ojos en SU departamento. Encontraría la manera. Hermione Granger siempre se salía con la suya. El sueño se le había quitado, optó por tomar una ducha rápida y salir después al Callejón. Ahora si, la visita a la Madriguera seria fortificante.
Ahí lo tienen…Que les parece!
Ya saben, cualquier comentario solo puchen el botoncito de aca abajo… je je
Entonces… hasta la siguiente semana…
GRACIASSSSSSSSS
ATTE: YUKIHYO OUJIMALFOY
¡¡¡¡¡REVIEWS!
