Capítulo 2 "Uno para el otro"
Azize caminó al lado de la camilla en la que llevaban al único soldado que había sobrevivido al ataque en la mezquita… por suerte, ella había tomado sus signos vitales y se había dado cuenta…
Lo habían operado y estaba más estable, aunque muy grave…
Cerró la puerta que comunicaba el pasillo con la zona de cuidados intensivos y de pronto su cuerpo se erizó al ver a Cevdet, terminando de subir las escaleras, con su traje de coronel griego…
-Azize…- le dijo él- ¿Cómo salió la cirugía? ¿Está vivo? ¿Cómo está?
Ella se quedó un poco entrecortada al verlo, sin saber bien qué decir, se suponía que entre ellos las cosas no estaban del todo bien porque él era un traidor…
-¿Por qué lo preguntas? - dijo para ganar tiempo y se perdió en sus ojos. Necesitaba que él le dijera qué debía decir para que nadie supiera lo que realmente ocurría…
-Es importante para nosotros… debemos saber…- le dijo y la miró con seriedad, no había nadie demasiado cerca, pero ambos sabían que no se podían relajar.
-Creí que lo preguntabas porque te interesabas por un oficial turco…- le dijo y vio en sus ojos una señal de aprobación, evidentemente él quería que ella discutiera, que se resistiera…
-No puedo esperar, Azize, necesito saber si vivirá…- le dijo de mala manera, y luego bajó la vista, algo incómodo por el maltrato.
-No puedo decírtelo…- dijo ella en voz baja.
Cevdet miró hacia todos lados, la tomó del brazo y la arrastró hasta una habitación en la que no había nadie…
-Lo siento…- le dijo y la soltó. Ella se quedó mirándolo y luego él se acercó más, para poder hablar en secreto- Azize… necesito que ese hombre hable…
-Habría que esperar a que se despierte…
-No entiendes… esto no es lo que parece… más allá de que me enviaron a investigar los griegos, esto parece obra de un infiltrado en el ejército otomano…
-¿Qué dices?
-Eso es lo que se sospecha… no hubo ninguna misión para matar a esos soldados…
-El soldado Yusuf está muy grave, Cevdet, recién sale de la cirugía… despertarlo ahora sería matarlo…
-Mi vida… tú sabes que esto es de vida o muerte… necesito hablar con él…
-No, Cevdet… estás confundiendo las cosas… yo estoy de tu lado, pero no permitiré que mates a uno de los nuestros… sea cual sea tu misión…
-¿Me obligarás a maltratarte? No tengo opción, Azize… debes entender…
-¿Y tú no me entiendes a mí?
-Esto no tiene que ver contigo o conmigo… necesito cumplir mis órdenes, pero no del ejército griego… sino del otomano… ¿me vas a ayudar o no?
-Haz lo que tengas que hacer… pero no cuentes conmigo para matar a un inocente…
-Esto… cariño… es la guerra… ha muerto y va a seguir muriendo mucha gente inocente… y gente que no lo es tanto… incluso nosotros dos… y nuestros hijos… lamento que no puedas entender…
-Cevdet…
-Lo siento… voy a tener que tratarte como no querría hacerlo…- dijo y luego de mirarla un momento, salió a buscar a alguien que pudiera ayudarlo.
Azize lo siguió en silencio, todavía pensando en qué sucedería y si Cevdet se atrevería a utilizara ese pobre hombre para su misión… más allá de todo, no podía creer que su marido, ese hombre justo y de buen corazón tuviera que matar y torturar a sus propios compañeros para cumplir con su misión…
Cevdet amenazó al médico en jefe y lo obligó a utilizar una droga para despertar al soldado Yusuf…
Ella vio como todo sucedía en cámara lenta, realmente no podía creer lo que veía…
Cuando logró encerrar a Cevdet con el médico en jefe en la despensa, donde buscaban la droga para despertar al soldado, pensó que quizás eso ayudaría a que él pensara en otra opción y al ver entrar a Tevfik, por un momento, pensó en decirle toda la verdad… aunque no estuviera segura de que él estaba al tanto…
Sin embargo, algo en su interior le recordó las palabras de Cevdet de que sólo podía confiar en ella y se calló la boca…
Finalmente, Cevdet pudo salir de la despensa y a pesar de que ella le había pedido ayuda a Tevfik para impedir que Cevdet hiciera algo de lo que luego pudiera arrepentirse, se encerró con el soldado y lo interrogó, y cuando salió, lo vio manchado de sangre y el soldado estaba muerto…
Una sensación de desasosiego la invadió… si esto, que había comenzado hacía tan poco ya se había cobrado la vida de un inocente, Azize no podía estar segura de poder manejar las cosas… y quizás los superiores de Cevdet, los que le habían pedido que no le contara la verdad a ella estuvieran en lo cierto, no por ponerse en peligro, sino por aceptar todo lo que él debía hacer para cumplir la misión…
-Eres un monstruo…- le dijo entre dientes y él la miró con seriedad y pasó a su lado, buscando escaparse, porque tampoco se sentía la mejor persona del mundo…
Le costó mucho reponerse y cuando lo hizo, le pidió al médico en jefe que la dejara volver a casa…
Al llegar tuvo una gran discusión con sus hijos, realmente estaba dispuesta a hacer de cuenta que no sabía nada de lo que Cevdet le había contado, pero cargar con la muerte de un inocente era mucho para ella…
Se sintió desilusionada, ella había pensado que las cosas serían distintas… que solo tendría que fingir que su marido era un traidor… pero la vida de otros era un peso demasiado grande…
Se crispó cuando escuchó los golpes suaves en su ventana un rato más tarde… ¿qué quería él? ¿no se había dado cuenta de su angustia?
Se levantó de mala gana y fue hasta la ventana… él esperó que la abriera y cuando iba a entrar ella lo detuvo…
-No se si podré con todo esto…- le dijo y él se perdió en sus ojos, se sentía desilusionado tal como ella, no era justo que ella no intentara entenderlo…
-¿Me dejarás solo?- dijo él y entró, cerró la ventana y se quedó de pie frente a ella, sintiendo su incomodidad…
-No es que quiera… pero no puedo lidiar con la muerte de un inocente… es demasiado…
-Te lo dije hace siete años antes de irme… sin saber que sería la última conversación que tendríamos… pero lo recuerdo con exactitud… eres la esposa de un soldado… no puedes decirme que no…
-Es que se que no podré con todo esto… escucha… yo te prometo que mis labios están sellados… pero no quiero ser tu cómplice… seré tu esposa, pero no soy un soldado…
-¿Me harás arrepentirme de haber confiado en ti?
-No diré nada si es lo que te preocupa…
-Me preocupa tenerte de aliada…
-Para usarme a tu antojo… no Cevdet… no voy a poder… lo siento…
-Azize… ¿acaso sabes qué tuve que hacer para que los griegos confiaran en mí?
-No se si quiero saberlo…
-Te dije que un compañero, un hermano de armas me contó que ustedes estaban aquí y me pidió que me uniera para esta misión…
-Sí…- dijo Azize pensativa.
-Tuvimos que fingir que ellos querían escaparse… y que yo los delataba… y sabes lo que les ocurre a quienes quieren escaparse de esos lugares…
-Me imagino… los torturaron…
-Tuve que matarlos con mis manos…- dijo y ella se tapó la cara con ambas manos- y no hay un día en que no me sienta morir por haber tenido que hacerlo…
-Cevdet…- dijo con lágrimas en los ojos.
-Azize, escúchame… yo ya estoy perdido… debo cumplir con esta misión que en principio no acepté por venganza, sino porque creí que volvería a verlos a ti y a los niños…
-Pero…
-La venganza fue tentadora, lo admito… pero mi idea era solo salir de allí a salvo y reencontrarme con ustedes…
-No puedo creer todo esto…- ella estaba azorada.
-Azize… necesito que lo pienses… la verdad es que te necesito a mi lado… tú eres mi compañera, nos hemos elegido desde que eras una niña… tenemos una familia, una familia que me perdí de tener durante siete años… por eso te pido ayuda, necesito a mi mujer… a mi Azize… por favor…
-Cevdet…
-No digas más nada… por favor piénsalo… yo se que no me traicionarás si decides no apoyarme… pero necesito tu apoyo… te necesito como el aire que respiro…
La tomó de la cara y la miró a los ojos. Ella se quedó muda. Por supuesto que quería abrazarlo y no soltarlo nunca más, pero tenía un dilema, y debía tomar una decisión…
-No te molestaré más, te dejaré pensar… solo quiero decirte que te amo más que a mi vida y que tenía la esperanza de que pudiéramos continuar con nuestra vida juntos… porque somos el uno para el otro…
-Lo se… yo también tenía esperanzas…
-Bien, bueno… descansa… cuando tomes una decisión, hablaremos…
-Bien… de acuerdo…- le dijo y él miró sus labios brevemente, luego levantó sus manos y besó sus dedos con ternura.
Azize se quedó mirándolo cuando se fue. El dilema existía, y ella ciertamente debía tomar una decisión, pero su cuerpo y su corazón le pedían a gritos que lo aceptara otra vez en su vida, porque como él había dicho, eran uno para el otro…
Bueno, nadie dijo que sería fácil, sino más justo... veremos cómo sigue! Nos vemos en el próximo capítulo! Gracias por leer!
