Capítulo 4 "La primera noche"

Azize se tapó la cara con las manos, imposibilitada de moverse, estaba aterrorizada y se sentía desesperada y culpable por haber encerrado a su hija…

Vio que Cevdet se quitaba el saco del uniforme y lo mojaba para poder entrar a la casa…

Por un momento pensó en la posibilidad de perder a mamá Hasibe y Hilal, pero también a Cevdet y sus piernas se aflojaron… por suerte una vecina se acercó y la sostuvo, porque se sintió desmayar…

Escuchó los gritos de algunos que intentaban ayudar y no se quedó tranquila hasta que vio salir a Cevdet cargando a su madre…

La asistió allí, y vio que su marido volvía a entrar… ahora a buscar a Hilal…

Trató de concentrarse en ayudar a la pobre mujer, que tenía toda la cara manchada de hollín y respiraba con dificultad… estaba bien, algo aturdida y bastante asustada…

Los minutos parecieron horas, hasta que vio salir a Cevdet con su hija… el alma le volvió al cuerpo cuando la chica corrió para abrazar a su abuela, había temido que ella hubiese quedado atrapada en el fuego…

Una vez que abrazó a Hilal, desvió su mirada y vio a Cevdet arrodillado, tosiendo como un loco, sus pulmones severamente afectados por el humo…

No pudo evitar acercarse, sabía que todo el mundo los observaba, pero no le importó. Cevdet había salvado a su familia… que también era la familia de él, por supuesto…

Azize se lo agradeció y vieron llegar a Tevfik, dando órdenes… Cevdet reaccionó de mala manera cuando lo vio y le echó en cara que no había hecho nada por detener esos incidentes…

-Lo lamento por tu casa…- le dijo Azize con sinceridad y también para dejar que las cosas se enfriaran un poco.

-No te preocupes, lo importante es que todos están bien…- dijo el coronel y Cevdet lo miró con furia.


Cevdet despareció y Azize se quedó allí, hasta que amaneció, abrigando a su suegra y a su hija, mientras los vecinos ayudaban a apagar el incendio…

Ali Kemal y Yildiz habían llegado también y se sentaron a su lado. Por suerte tenían vecinos amables, que les prepararon sopa para mantenerlos abrigados y cálidos…

-¿Y papá?- preguntó Hilal, que todavía se sentía conmovida por el gesto de él de salvarla, cuando ella se había comportado tan mal con él…

-No lo se…- dijo Azize algo nerviosa.

-Ahí viene…- dijo mamá Hasibe con una sonrisa.

Azize se puso de pie y se acercó a él, que venía a caballo… él se perdió en sus ojos y habló bajo, para que ella pudiera oírlo…

-Vendrán conmigo a la mansión… allí tendrán lugar para mi familia… ¿estamos de acuerdo? - le preguntó y ella asintió.

Azize sintió un calor familiar en su cara. Él los haría alojar en la mansión griega, y aunque ella odiara la idea de estar ahí, era una oportunidad de tenerlo cerca… su corazón lo echaba de menos… tanto que se sentía morir…

Así como estaban, se subieron a un carruaje que él había enviado a buscarlos y que los dejó en la mansión…

Al llegar se encontraron con la desagradable sorpresa de que algunos miembros de la prensa habían sido llamados para fotografiarlos allí, como muestra de la buena voluntad de los griegos para con ellos…

Azize se enojó mucho, lo que menos quería era llamar la atención y menos todavía, colaborar para mejorar la imagen de quienes habían venido a robarles lo que era suyo…

Su estancia en la mansión no fue muy positiva al principio, tuvo sus pequeños roces con la señora Veronika, la mujer del comandante, y luego, durante la cena, la pasó bastante mal cuando su hija, que no podía quedarse callada, tuvo un intercambio con Vasili que originó que el general quisiera ponerla en su lugar, al punto de amenazarla con un arma e incluso disparar para asustarla…


Finalmente, cuando fue el momento de irse a su habitación, se encontró con que Cevdet tenía que irse y se molestó bastante, había momentos en que él terminaba creyéndose el papel que le habían encomendado en su misión y dejaba de ser ese hombre noble, agradable y dulce del que ella se había enamorado y ella realmente veía al enemigo allí…

Se cambió y se acostó. Estaba tan enojada… se suponía que esa noche ellos dormirían juntos ¿y él no tenía mejor idea que irse? Por más importante que fuera lo que tenía que hacer…

Trató de dormirse, no quería que él pensara que ella lo había estado esperando, el orgullo era primero… y cuando escuchó al carruaje detenerse enfrente de la casa, no había conseguido pegar un ojo y su corazón se perdió un par de latidos al verlo entrar…

Se acostó rápidamente y él tardó un poco en entrar. Ella se hizo la dormida cuando sintió que él se quitaba los zapatos y el abrigo…

Sintió su perfume cuando él subió a la cama y se acomodó a su lado… Azize reprimió la necesidad de abrir los ojos y entonces sintió el cuerpo cálido de él sobre ella…

Él suspiró, buscando despertarla y ella arrugó la nariz, tratando de no dejarse llevar… estaba enojada aún…

-Hueles a alcohol… ¿te divertiste?

-Azize… por favor…

-¿Qué quieres?

-A ti… ¿no es obvio?

-Tan obvio que te fuiste y no me diste ninguna explicación, me dejaste sola en la primera noche en que volveríamos a compartir la cama…

-Tuve que hacerlo…

-Claro… bueno…

-Muéstrame tu cara…

-No… ya conoces mi cara…

-Quiero verte… necesito verte…- dijo y ella giró apenas su cara para mirarlo.

-¿Lo ves? Es la misma cara de siempre…

-Tuve tanto miedo de olvidarla… tanto…- dijo él y ella entrecerró los ojos.

-Pero no fue así…- dijo e inspiró, tenerlo tan cerca le impedía pensar.

-No… por suerte no… y tu recuerdo me ayudó a ser fuerte y pasar cada día, esperando el reencuentro…

-Sin embargo, te fuiste…

-Si ya discutiste lo suficiente, ¿qué te parece si pasamos a la reconciliación? Azize… mi vida… me estoy muriendo por ti… y se que tienes que decidir lo que harás, pero… ya que estás aquí, actuando de esposa sumisa porque no te quedó otra…- le dijo y ella alzó las cejas, él tenía razón- ¿por qué no me dejas disfrutar de mi esposa… de la mujer que amo y que amaré hasta que muera…?

-Cevdet…- suspiró ella, sin saber cómo hacer para escaparse…

-Calla…- le dijo sobre sus labios- de una vez por todas calla…- le dijo y se adueñó de sus labios.

Azize se estremeció al contacto de la boca de él en la suya. No había fuerza humana que pudiera distanciarla de él en ese momento, porque tampoco quería…

Quiso pensar, quiso hacer lo correcto, pero entre miles de pensamientos y suposiciones, llegaron los recuerdos y se rebeló el gran amor que aún sentía por él y se dejó llevar…

Rodeó con sus brazos su cuello y suspiró, permitiéndole el acceso a su boca mientras sentía como el deseo de él crecía y se hacía más que evidente…

El beso se interrumpió y él la miró a los ojos. Sonrió sin poder evitarlo, la mirada de ella era inequívoca…

-Mi vida…- dijo y ahora fue ella quien lo buscó con sus labios para besarlo…

Luego de unos instantes de dulce tortura, porque ambos necesitaban sentirse piel contra piel, él se incorporó y sonrió al ver sus labios rosados, hinchados por el ímpetu de sus besos y el roce de su barba…

Se quitó la ropa rápidamente y se quedó suspendido en su mirada, hambrienta, plena de deseo…

Antes de volver a ella, la hizo sentar en la cama y retiró con cuidado su camisón, y entonces ambos se posicionaron de rodillas, frente a frente y se perdieron en un abrazo interminable, cargado de deseo, pero también de nostalgia, de añoranza por ese reencuentro…

Cevdet la empujó suavemente hacia atrás y quedó al mando. Ella lo observó y cerró los ojos cuando sintió sus caricias, intensas y sugerentes por momentos, suaves y tiernas por otros y volvió a abrirlos justo cuando lo sintió parte suya, una vez más…

Se pasaron un buen rato amándose y luego, recuperándose del esfuerzo físico, tan añorado por ambos…

Azize apoyó su cabeza sobre el torso de él y Cevdet tomó su mano y entrelazó sus dedos con los de ella…

-Bienvenido…- le dijo ella y él la miró y sonrió con ternura.

-¿Al coronel griego también le das la bienvenida? - le preguntó.

-Desearía no tener que hacerlo…

-Lo sé… solo quiero que lo tengas en cuenta… sabes que me muero por tenerte otra vez a mi lado… en mi vida… pero no puedo dejar mi misión de lado, he trabajado mucho…

-Lo se… lo sé… y te prometo que lo decidiré muy pronto…

-¿Qué es lo que te impide tomar esa decisión?

-Supongo que un dilema moral…

-Entiendo… lo único que pido es que también pienses en mi amor…

-Lo haré…

-Descansa, mi vida…- dijo y la abrazó para dormir…


Bueno, finalmente se pudieron encontrar... veremos como sigue esta historia. Gracias por seguir leyendo! Nos vemos en el próximo capítulo!