—Lo siento - susurro. La miró a los ojos por lo que pareció una eternidad, y tal vez lo fue. Siempre perdía la noción del tiempo cada vez que aquellos ojos dorados se posaban sobre ella - Algún día entenderás que esto fue lo mejor para las dos

¿Cómo es que llegamos a esto? Se sintió como si su alma se partiera en pedazos.

Incluso en ese momento tuvo que contener las ganas de reír, un corazón roto. Siempre pensó que la gente exageraba cuando decía que morían por eso. ¿Cómo podría alguien morir por una cosa así? Ahora entendía. Y no sería una muerte rápida.

—¿Por qué haces esto? Después de todo ... Y de nuevo era por culpa de Edward Cullen— ¿No he pasado ya suficiente? ¿No hemos perdido ya demasiado tiempo? . — Esto no es realmente lo que quieres. ¿Por qué sigues haciendo lo que él quiere? No tienes que escucharlo más, él no…

—¡Esto no tiene nada que ver con Edward! —Grito. Sus ojos se oscurecieron con ira, no sabía hacia quién. Pero la obligó a dar un paso atrás. Por un segundo no era el amor de su vida frente a ella. D estellos de ojos rojos y el dolor, aún podía sentirlo en su cuerpo, intentó con todas sus fuerzas no temblar pero al ver la mirada de arrepentimiento frente a ella supo que no lo había logrado— Esto no es por él, es por nosotras. ¿No lo entiendes? Esto está mal. Esto jamás iba a funcionar. Tu no perteneces a mi mundo y yo ya no pertenezco al tuyo.

—Aún podemos hacer que funcione, podemos…

—¿Hacer que? ¿Salir? ¿Cuánto tiempo? 5 años? Tal vez 10. Entonces tendrías 27, ¿Cuánto tiempo crees que podremos salir antes de que alguien note que tu novia sigue pareciendo de 17? No necesito leer tu mente para saber que no quieres vivir para siempre, no quieres esta vida. Y es la única que yo puedo darte. Si es que a esto se le puede llamar vida. - en un segundo estaba junto a ella, suspiro al sentir su piel fría de su mano contra su mejilla, y sin poder evitarlo se inclinó hacia delante. Quería recordar esta sensación porque sería la última vez que la sintiera - Si hubiera aunque sea la más mínima posibilidad de que cambiarás de opinión. Yo...

¿Tenía razón?

Di que sí. Dile que sí. Que dejarás que te cambie ahora mismo. Dile que estarás para siempre a su lado y que jamás volverán a separarse. Que aprenderás a amar su no vida por qué la tendrás a ella para siempre.

¿Quería ser un vampiro? ¿ Vivir para siempre? ¿Podría hacer eso? Ver cómo pasaba en tiempo, ver cómo todas las personas que le importaban crecían, tenían familia y envejecen, verlas morir… No lo sabía. No sabía si podía hacer eso. Y no creía que fuera a saber la respuesta en mucho tiempo. Tenía 17 años, no sabía si estaba lista para un para siempre. Pero sabía que quería a Rosalie a su lado.

Pero eso no era justo. No podía hacer que se quedara, que la esperara si no sabía si iba a poder darle todo lo que ella era. Pero la idea de jamás volver a verla, jamás a escuchar su voz, no sentir nunca más su mano sobre la suya, su piel contra su piel, jamás volver a sentir que pertenece a un todo. Que está exactamente dónde tiene que estar con quien tiene que estar.

Pero al sentir como la mano se retiraba supo que perdió su oportunidad, vio cómo la esperanza desaparecía de su rostro antes de que volviera a una expresión neutral.

—Por favor prométeme algo. Prométeme que vivirás tu vida sin arrepentimientos y que siempre seguirás tus sueños - pidió en voz resignada, no le dio tiempo de responder antes de continuar— Y a cambio yo te prometeré algo. Esta será la última vez que me verás.

No recuerda haber respondido pero recuerda ver cómo ella se alejaba. Y en un segundo se había ido. Como si jamás hubiera estado ahí. Y tal vez jamás lo estuvo.