Disclaimer: Ningún personaje es mío, son propiedad de J.K. Rowling.

Disclaimer 2: Los únicos personajes que realmente son míos son: Alyssa Potter, Rogue Turner, Cole McKey, Katherine Malfoy (la hermana pequeña de Draco) y Michael Ridley (bueno, este último es de mi hermana: Joy Evans).

Disclaimer 3: El personaje de Samantha Flathery es de Dikana, quien es la autora de Respuestas supongo que algunos ya lo han leído (Si no, se los recomiendo! ) así que espero no estropear mucho a la pobre de Sammy.

N/A:

Hola gente... Pues bien, les había comentado en el capítulo anterior que tuve que separarlo en dos, dándole a éste el nombre de "Jokes for protection" ya que se trataría de la noche del baile, pero cuando los atacan... muy típico, lo sé... pero no tuve otro remedio. Trataré de que no sea nada tedioso y que se diviertan muchísimo en este cap.


Capítulo 11: Jokes for protection

La música cesó. Algunos aplaudieron ante aquella bella melodía, otros dieron un beso a su pareja y otros tantos se abrazaron con emoción. Cole, Rogue, Ron, Alyssa, Draco, Ginny, Harry y Hermione hicieron una corta reverencia, caminaron fuera de la pista y se sentaron en las mesas para beber algo. Algo no estaba bien, Harry podía sentirlo y se puso alerta.

- ¿Qué pasa, cielo? Estás muy tenso – le dijo Hermione.

- Algo pasa... puedo sentirlo – dijo Harry mirando hacia la puerta. – El ambiente se está volviendo pesado, es como si... –

- ¿De qué hablas, Harry, qué hay en el ambiente? – preguntó Rogue.

- Él tiene razón, algo sucederá... – dijo Draco y también fijó su vista en la puerta.

De un momento a otro la felicidad se vería rota, el ambiente estaba volviéndose cada vez más pesado... y pensándolo bien, alguien faltaba en la fiesta, alguien que ultimadamente estaba muy sospechoso y demasiado agradable con todos: Michael Ridley. Una explosión interrumpió sus pensamientos, las alumnas gritaron y se arrinconaron en todo el Gran Comedor. Se escuchaban pasos fuera, Harry y compañía corrieron hacia el frente repartiéndose alrededor de todo el salón tratando de proteger a los más pequeños. Las puertas del Gran Comedor fueron selladas por el director.

- ¡Atención! – gritó Harry haciendo que la mayoría voltearan y guardaran silencio. – ¡quinto, sexto y séptimo se quedan, los demás¡¡FUERA! – los más pequeños se escondían debajo de las mesas.

- ¡Charlie Cameron¿dónde estás? – gritó Draco.

- ¡Aquí! – el niño salió de una esquina, varios chicos de su edad lo seguían. – Dime Malfoy –

- Charlie, junta a todos los de Slytherin. Irán a donde Harry y yo vayamos¿de acuerdo? – , el jovencito asintió.

- ¡Ernie Mcmillan! – el Hufflepuff respondió ante el llamado de Harry. – Ernie, dime el nombre de alguien de Hufflepuff - pidió.

- Sunny Carter y Justin McGregor de 2º– dijo el joven.

- ¡Carter y McGregor! – gritó Harry y acudieron dos pequeños de 12 años. – Chicos, necesito que reúnan a todos los de Hufflepuff. Les doy más instrucciones en unos minutos – los chicos asintieron y corrieron a buscar a sus compañeros. - ¡Kim! – le gritó a su compañera de equipo, - requiero que juntes a Gryffindor, dile a tu hermano Dave que agrupe a Ravenclaw – la joven Gryffindor asintió algo asustada en busca de su hermano para comenzar a reunir a Gryffindor y Ravenclaw quienes en el instante se agruparon sacando varitas y poniéndose alerta.

- ¡Harry¿qué haremos mientras! – le gritó Lupin corriendo hacia él.

- Repartiré a los demás – dijo el buscador estrella.

Todos los alumnos de 1ero a 4to curso se pusieron alerta de las instrucciones que luego Harry les daría. Mientras tanto, congregó a Hermione, Alyssa, Cole, Rogue, Ron y Ginny, para darle a ellos diferentes instrucciones. Lupin, Snape, Mcgonagall, Dumbledore, entre otros profesores también se reunieron. Harry comenzó a repartir a los chicos.

- Bien. Tenía varias bromas preparadas, pero esto se sale de control – los demás lo escuchaban atentos -, Hermione y Rogue, irán hasta las mazmorras, en la 5ta habitación del pasillo Sur está una soga amarrada a la perilla de la puerta... que los mortífagos los sigan, una de ustedes se quedará afuera tomando la soga, la otra entrará... –

- ¿Qué haremos dentro? – preguntó Rogue.

- Cuando los mortífagos estén cerca del centro de la habitación gritará y el que se quede afuera jalará la soga, luego salgan de ahí cuanto antes y repórtense en el Gran Comedor – ambas chicas asintieron. – Estando aquí tendrán más instrucciones. Utilicen el pasadizo del despacho de Sprout –

- De acuerdo, nos vamos entonces – dijo Hermione haciendo que Rogue se apresurara para salir por la puerta de la derecha, hacia las mazmorras.

- ¡Esperen! – les gritó Harry. – No se vayan solas, llévense a chicos de 6to curso... – las chicas escogieron a 2 chicas y 3 chicos de 16 años, todos de Ravenclaw. Y luego se fueron. – Muy bien. Ginny y Ron... diríjanse al cuarto piso, torre Sur. Encontrarán cubetas de aceite de cocina y de automóvil - Ron lo miró con cara de no entender, - no preguntes luego te explico cómo lo conseguí. Igual, que los sigan los mortífagos y cuando pasen por ahí derramen las cubetas y transformen algo en una manta para detenerlos aún más. También lleven más gente, no los quiero solos -

- Hecho – dijo Ginny y se encaminó junto a Ron hacia el grupo de Hufflepuff, donde escogió a 5 chicos entre 15 y 16 años. Antes de salir se giró hacia su amigo y le gritó: - ¿También regresaremos aquí! – Harry movió la cabeza afirmativamente.

- Alyssa y Cole, irán hacia la torre Norte. A las afueras del salón de Astronomía está dispuesta una especie de telaraña, cuando los mortífagos estén cerca déjenla caer. La trampa está en la entrada del salón¿entendido? –

- Sí – respondió su hermana. – Llevaré chicos de Slytherin¿de acuerdo? – aunque Harry quiso responder que no estaba de acuerdo, no tuvo más remedio que decir que sí. Blaise Zabini y otros más se apuntaban para ir con Alyssa y Cole. Salieron del gran comedor.

- Es un peligro haberlos enviado así¿por qué lo hiciste? – preguntó Remus que se acercó. – ¿Estará bien Alyssa con tanto Slytherin? -

- Estoy seguro de que lo estará. Va cada heredero con su guardián – respondió Harry. – Mooney, tengo que llevar a los niños a la sala de requerimiento. Y además recuperar el Mapa que está en la cámara... –

- No seas tonto, Harry, llama a Jade para que lo traiga. Además nos sirve de protección – le comentó Draco viendo la situación.

Harry se concentró lo mejor que pudo, y enfocó la imagen que alguna vez había visto de Jade.

- "Jade, necesito que me traigas el Mapa del Merodeador. Sella la cámara. El castillo está siendo atacado, te necesito en el gran salón ya" -

- "Voy hacia allá. Despreocúpate" – le dijo el ángel mentalmente.

A los pocos minutos entraba al Gran Salón un ángel de cabellos largo y blanco, una túnica verde con dorado, sus ojos eran celestes casi no se le veían y sus alas eran como las de un águila, blancas. Entregó el mapa a los chicos y éstos lo abrieron para ver como estaban las circunstancias.

- Draco, iremos a la sala de requerimiento. Reúne un equipo para llevar a todos los niños. Son demasiados para nosotros – pidió y el rubio Slytherin buscó varias chicos de Gryffindor entre los que estaban: Neville, Parvati, Lavender, Dean y Seamus, dispuestos a luchar.

Gryffindor y Blackwood alistaron a los niños de Hufflepuff, Ravenclaw, Slytherin y Gryffindor. Los agrupó por tetras, uno por cada casa. Pidió que los que se quedaran cuidaran el gran comedor, le entregó el mapa a Remus diciéndole que viera su recorrido hasta la sala de requerimiento. Salieron corriendo del Gran Salón, en cada esquina se detenían a ver que nadie los siguiera, parecía que los demás grupos que estaban dispuestos en las torres y en las mazmorras habían logrado su cometido, que era despejar el castillo por completo. Antes de subir al séptimo piso, donde se encontraba la sala de requerimiento, Harry dejó a los chicos a cargo de Draco y los demás, exceptuando a Neville a quien le pidió que lo acompañara. El aludido estaba desconcertado¿Harry lo necesitaba? Era muy extraño.

- Nev¿ves la pintura de Barnabás "El Loco"? – el joven asintió. - Debemos pasar frente a ella tres veces y desear un lugar suficientemente grande para todos los chicos, un lugar que no se pueda ver¿me entiendes? -

- S-sí – respondió él.

- Vamos –

Ambos pasaron frente a Barnabás tres veces, pensando que necesitaban un lugar para proteger a los niños. Un lugar que fuera inmarcable. Un lugar grande y confortable para todos. De repente, una puerta apareció frente al cuadro que Harry y Neville habían visto ya tres veces seguidas. Neville se sorprendió, pero de inmediato captó la mirada de Harry, que estaba entre divertida y preocupada.

- "¡Draco¡Muévanse!" – gritó Harry mentalmente, cosa que Draco recibió de inmediato y en unos cuantos segundos los veía venir.

Uno a uno fueron entrando los chicos, Draco contaba a los de Slytherin, Dean luego contó a Ravenclaw, Lavender a Hufflepuff y por último Neville veía que todo Gryffindor estuviera ahí.

- Jade, te quedarás con este grupo de chicos, protégelos lo mejor que puedas – dijo Harry haciendo que el ángel asintiera. – Dean, Seamus... ustedes se quedarán también... ¿alguien más se queda? -

- Si no te molesta, Lav y yo quisiéramos quedarnos – dijo una Parvati decidida.

- Es mejor, quédense... Nev¿vas o te quedas? – dijo el joven Gryffindor.

- Voy – sentenció Longbottom.

- ¡Chicos¡Se quedarán aquí hasta que vengamos para llevarlos a sus casas! – Harry se dirigía a los niños que ahora estaban más tranquilos, - ¡Dean, Seamus, Lavender y Parvati se quedarán también para protegerlos¡Nadie debe salir de aquí! – hubo un murmullo de asentimiento. – Nev, Draco... vamonos... –

Y salieron de ahí los tres, dirigiendo sus pasos hacia el Gran Comedor. Se detuvieron en una esquina escuchando pasos. El trío se puso alerta y sacaron las varitas. Cuando el sonido era más fuerte salieron para luchar, una veintena de mortífagos se aglomeraba alrededor de ellos y éstos se ponían espalda con espalda para protegerse.

- ¡Llegó la diversión! – dijo Draco con voz risueña y cantarina, arrastrando las últimas sílabas de las palabras.

- ¡Vamos a pelear! – dijo Harry y sonrió con malicia.

- ¡Jajaja¿Creen que van a poder con nosotros, chiquillos malcriados? – dijo un enmascarado que Harry reconoció como Anthonin Dolohov.

- No nos subestimes, Dolohov – le dijo Harry fríamente.

Empezaron la batalla cuerpo a cuerpo, Draco y Harry se movían con agilidad y sus hechizos eran firmes y certeros en sus blancos; Neville estaba teniendo algunos problemas, pero estaba corrigiéndolos rápidamente. Los mortífagos ya tenían varias bajas. Draco le susurró a Harry que debían llegar al Gran Comedor ya que se les estaba haciendo tarde. El pelinegro asintió y entre su batalla logró susurrarle a su guardián y a su amigo el siguiente hechizo que debían usar: Trou Noir.

- ¿Listos? – los otros dos asintieron y los tres alzaron sus varitas gritando: - ¡TROU NOIR! – en el suelo se formó un oscuro hoyo negro absorbiendo a todos los que estaban ahí cerca, incluyendo a Harry, Neville y Draco.

- Debemos cerrarlo – gritó Draco aferrándose a la orilla de una ventana.

- ¡Schliessen! – dijo Harry logrando que el agujero se cerrara.

Harry le hizo señas a sus amigos para correr hacia el Gran Comedor, usaron varios pasadizos en el camino. El joven rubio lo miró algo desconcertado por el hechizo antes utilizado y entonces se le ocurrió preguntárselo.

- ¿Dónde aprendiste ese hechizo? -

- En uno de los libros de la casa de Kiara – respondió Gryffindor ante la mirada incrédula de Neville, le restó importancia con las manos. – Vamos, estamos a pocos metros del Gran Comedor. –

Entraron los tres por la parte trasera del Gran Comedor, encontrándose con un lugar lleno de escombros. Dumbledore, McGonagall, Lupin y los demás profesores peleaban repartidos por todo el salón. Harry llegó a tiempo para rescatar a la profesora Vector de aritmancia y Draco ayudaba al profesor Flitwick con sus mortífagos. Luego de varios minutos, entre el heredero Gryffindor, el heredero Blackwood, Lupin y Dumbledore, consiguieron cerrar las puertas del salón y sellarlas. El heredero de Gryffindor se acercó al mapa del Merodeador que Remus había dispuesto en una de las mesas que aún seguían de pie.

Hermione, Rogue y su grupo de jóvenes estaban todavía en las mazmorras y había una gran motita con la leyenda: "Mortífagos". En la torre norte Alyssa, Cole y los Slytherin también estaban luchando con unos pocos. En la torre sur estaban Ginny, Ron y su grupo de Hufflepuff, poniendo en práctica la broma dispuesta. Finalmente, después de cómo treinta minutos se veía como las parejas dispuestas por Harry venían hacia el gran salón. La puerta sellada no tardaría mucho en caer ante los mortífagos, debían actuar pronto.

- ¡Harry! – gritó Hermione entrando con Rogue siendo ayudada por los demás chicos.

- ¡Feline! – llegaron Ron, Ginny y los demás Hufflepuff corriendo, llenos de harina y algunas plumas.

- Ya estamos aquí – dijo Cole cargando con Alyssa, quien cojeaba un poco. Detrás de ellos venían Blaise Zabini y los otros Slytherin algo maltrechos.

- ¿Están todos bien? – preguntó Remus y se acercó a Alyssa para revisarla. – Tienes un esguince en el tobillo – le dijo y la cargó en vilo para llevarla a una silla.

- ¿Qué le sucedió a Rogue? – preguntó Cole también cargándola y llevándola a otra silla.

- Recibió varios cruciatus y diferentes hechizos. Además ha usado los poderes de su guardiana Himmel y eso la debilitó – explicó Hermione.

- ¿Utilizaron las trampas? – preguntó Harry, mientras colocaba sus manos en el tobillo de Alyssa y murmuraba algunas palabras ininteligibles.

- Sí – respondió Ron. - ¿De dónde sacas tantas ideas, Feline? A veces me asustas –

- Debía estar preparado para Halloween y eso hice. Son bromas seguras, son las personas quienes las convierten en peligrosas – dijo guiñando un ojo a su mejor amigo.

- Sr. Potter, me dirigiré hacia los puntos de control para enviar a los prisioneros a una de los únicos calabozos que existen en el castillo – dijo Dumbledore y salió por la puerta trasera.

Mientras Draco daba algo de energías a Rogue, los demás se apiñaban alrededor del mapa. Los mortífagos de la Torre Norte habían sido capturados y seguían ahí. A los pocos minutos vieron una motita con el nombre "Dumbledore" que enviaba a los prisioneros a una de las celdas que estaban debajo de las mazmorras. Los prisioneros de la Torre Sur también fueron dispuestos allá, al igual que los de las mazmorras. Cuando creían que todo estaba controlado, el sello de la puerta fue roto y varios mortífagos entraron, el que lideraba estaba cubierto por una máscara negra y una capucha.

- ¡Tenías todo planeado¿eh, Potter! – dijo el líder quien era más o menos de la estatura del joven Gryffindor. El aludido se estremeció, esa voz era la misma que había estado escuchando en sueños. Esa voz distorsionada y fría. Él debía ser quien los traicionaba.

- ¿Quién eres? – preguntó Harry desesperado.

- Me reconoces¿eh, Potter?... Claro, cómo no reconocer mi dulce y distorsionada vocecita – dijo el hombre burlonamente. – Sí, idiota... soy yo... ¡vamos, pelea! – agitó su varita con fuerza y un rayo color violeta dio violentamente en el pecho de Harry. Todos se acercaron a socorrerlo.

- ¿Estás bien? – preguntó Draco.

- Claro, estoy bien – dijo él y se reincorporó. - ¿Es lo mejor que puedes hacer? – espetó con burla.

El individuo rió con sarcasmo y maldad impregnada. Los demás se desbalagaron por el salón y comenzó la lucha entre los mortífagos y los chicos, junto a algunos profesores. Harry seguía en su lucha con el líder. Cole estaba en una esquina estático, parecía como si algo pasara por delante de él, pero no lo veía... estaba como en shock. Rogue se acercó a ayudarlo y logró detener a los tres mortífagos que había alrededor atándolos con una cuerda.

- ¿Estás bien, Cole? – le preguntó su novia.

- S-si... digo no – dijo el chico desorientado.

- De nuevo esa desorientación en tus ojos¿qué pasa? –

- Nada, olvídalo – dijo él restándole importancia. – Te lo cuento luego –

Ayudaron a los demás a detener a los mortífagos, tan sólo quedaba el líder. Luchaba a golpes con el joven Gryffindor, Harry se había transformado en un gran león y trataba de arañar a su contrincante dejándole varias heridas en el cuerpo. En definitiva, el león detuvo al líder cayendo sobre él y quitándole la varita con su hocico, éste se dejó vencer.

- Bien hecho, Potter... has logrado detenerme, pero no será por mucho tiempo –

La figura sobre la que estaba Harry se desvaneció en una ola de aire. El joven Gryffindor recuperó su forma humana, incorporándose en sus dos piernas. Estaba algo herido, pero de todos modos vio como los mortífagos del gran salón también de desvanecían o huían. Los demás se acercaron a él.

- ¿Qué pasó? – dijo Hermione. - ¡Se supone que no puede desaparecerse! – exclamó indignada.

- De seguro debilitaron el escudo que no se los permitía – masculló el profesor Snape.

- ¿Están todos bien? – preguntó la profesora McGonagall.

- Sí – dijo Neville.

Poco a poco los alumnos que restaban de quinto, sexto y séptimo se aglomeraban hacia el centro. Blaise Zabini de Slytherin tenía una fea herida en su rostro, pero sonreía con satisfacción. Zachary Smith y otros chicos también de Slytherin estaban recuperándose. Luna Lovegood y Michael Corner ayudaban a algunos chicos de Ravenclaw, el cabello de la chica estaba algo enmarañado y su vestido estaba hecho jirones. Los alumnos de Hufflepuff eran auxiliados por Justin Finch-Fletchey. Finalmente algunas chicas de Gryffindor ayudaban a los chicos de su misma casa.

- Tenemos que registrar la zona – le susurró Draco a Harry. Ambos miraron en mapa. Todo parecía estar en su lugar, los prisioneros en las mazmorras, los niños en la sala de requerimiento y ningún rastro de los mortífagos.

- Todo volvió a la normalidad – dijo Harry. – "Jade, manda a los niños a sus respectivas casas. Dile a mis amigos que vengan aquí" – le dijo mentalmente a su ángel guardián.

Volteó a ver a sus compañeros, muchos estaban heridos y cansados. Sin embargo tenían que terminar con lo empezado. Seamus, Dean, Parvati y Lavender entraban al gran comedor detrás del profesor Dumbledore que apareció en el gran salón, se veía también fatigado. Madame Pomfrey iba y venía entre los alumnos y profesores más heridos; Cole estaba algo desorientado; Rogue estaba casi sin fuerzas; Ron lleno de harina; Ginny de aceite y plumas; Draco lleno de tierra y sangre; Alyssa y su tobillo adolorido; Hermione y su herida en un hombro; él... él y su desconcierto. Harry se subió a una de las mesas y pidió la atención del alumnado.

- Chicos, lo han hecho excelente – dijo el Gryffindor en voz alta. – Ya estamos a salvo... – una gran algarabía se formó, - por esta noche – agregó y el ruido de inmediato cesó. El director carraspeó un poco: - Ah, profesor Dumbledore... supongo que quiere decirnos algo -

- Gracias Harry. Muchachos, diríjanse a sus habitaciones quienes puedan hacerlo, los que no irán directamente a la enfermería – volteó a ver a la enfermera. – Madame Pomfrey¿podría escoltar a quien considere los más graves? –

- Por supuesto, profesor Dumbledore – dijo la enfermera mientras elegía a varios.

- Vayan todos a descansar que bastante falta les hace. Buenas noches – terminó el director.

Se fueron retirando uno a uno los que estaban enteros. Harry y compañía regresaron al mapa a verificar que todos volvieran a sus respectivas casas. Dumbledore se despidió de los chicos y también fue a su habitación. Los profesores se pusieron de acuerdo para hacer la guardia nocturna, todavía había peligro de que los mortífagos regresaran. El octeto también decidió irse a sus casas y descansar, si es que eso era posible. En el camino, antes de llegar a Gryffindor, se detuvieron.

- Ginny, ve a Hufflepuff. Da las noticias de lo que sucedió. No quisiera que agobiaran a los que pelearon – le dijo Harry con seriedad. – Sé que estás cansada, pero deben saber la verdad -

- Descuida. ¿Y la contraseña? –

- No la necesitarás, querida – dijo una voz suave. Era la Dama Gris de Ravenclaw. – Cada heredero puede entrar a su casa sin necesidad de pertenecer a ella –

- Perfecto. Nos vemos más tarde... Ron¿vienes? – su hermano asintió y la siguió.

- Yo iré a Ravenclaw – dijo Hermione. - ¿Quién va? –

- Yo iré – dijo Rogue.

- No creas que te dejaré. Estás muy débil – le dijo Cole.

- Entonces yo voy – dijo Alyssa y ambas salieron rumbo a su destino.

- Draco, te toca tu casa. Nada de mentiras. Los chicos que veas más sospechosos vigílalos – el rubio asintió. – Yo iré a Gryffindor, me corresponde. Mañana tendremos junta, luego les aviso la hora –

- Entonces nos veremos – dijo Draco alcanzando a Rogue y Cole quienes se habían adelantado.

En Hufflepuff

Ginny y Ron caminaron por un buen rato tratando de encontrar la entrada a Hufflepuff, la cual era una trampilla amplia en el piso, y no cuadros y/ o muros como Gryffindor y Slytherin. Luego de perderse un buen tiempo, la pelirroja dio con la puerta que tenía sobre ella un rostro labrado en madera.

- Bienvenida, Heredera – dijo el rostro y la trampilla fue abierta.

Ambos hermanos Weasley bajaron las escalerillas dispuestas hasta llegar a una sala común decorada con tonos amarillos y mostaza. La mayoría de los niños aún se encontraban despiertos, temerosos y con tremendas ganas de llorar. Al ver entrar a alguien distinto a su casa se tensaron.

- Tranquilos – dijo Ginny, - la profesora Sprout me dio la contraseña. Somos Ron y Ginny Weasley de Gryffindor -

- Tú estabas con Potter¿no es así? – dijo un niño de cómo 12 años de edad.

- Así es. Vengo a ponerlos al tanto de lo que sucedió allá afuera – Ginny tomó aire. – Chicos, el castillo fue atacado y nos vimos en la necesidad de enfrentarnos con muchos mortífagos – los murmullos no se hicieron esperar. – Todos estamos bien. Habrán notado que varios de sus compañeros entre los 15 y 17 años llegaron cansados, les pido que los dejen dormir. Los mortífagos se han ido. Por favor, intenten dormir –

- ¿Estás segura? – la voz delgada de una niña asustada llegó a sus oídos, haciendo que su corazón se estrujara.

- ¿Cómo te llamas? – le preguntó.

- Lena de 1er curso –

- Bien, Lena. Claro que estoy segura. Harry ha verificado todo el castillo y los profesores ya se han puesto de acuerdo para que haya guardia toda la noche. –

- ¿Cerrarán Hogwarts? – gritó otro chico.

- No, por Dios que no lo hagan – intervino Ron por primera vez. – Tengan por seguro que Hogwarts no cerrará. El director mañana dará más información, por lo pronto es todo. Buenas noches, chicos –

- ¡Buenas noches! – respondió todo Hufflepuff de lleno.

En Ravenclaw

Alyssa era conducida por Hermione hacia Ravenclaw. La entrada estaba cubierta por una armadura. Se detuvieron en una armadura especialmente sucia y roída.

- Adelante Heredera – resonó un eco en la armadura.

Se encontró con Luna Lovegood y Michael Corner junto a todo Ravenclaw, quienes parecían esperarla. Todos permanecían callados, sentados en las butacas disponibles y algunos hasta estaban en las escaleras viendo entre la barandilla. Al verlos entrar prestaron atención.

- Buenas noches, muchachos. Somos Hermione Granger y Alyssa Potter de Gryffindor, pareciera que nos esperaban -

- Pasábamos por ahí cuando escuchamos a Harry decir que enviarían a darnos explicaciones – sonrió Luna con su mirada soñadora.

- Bien. El castillo fue atacado esta noche en medio del baile, cosa que fue realmente devastador – comenzó Hermione.

- Algunos de sus compañeros nos ayudaron con la pelea y están exhaustos – siguió Alyssa.

- No obstante el castillo ha sido desalojado – terminó Hermione. – Aún así habrá guardias toda la noche. Ahora, por favor duerman lo que queda de esta terrible noche –

- Suponemos que el director nos dirá algo mañana¿no? – dijo Michael.

- Es lo más seguro – dijo Alyssa.

- Que descansen chicos – Hermione los miro subir escaleras a unos y bajar a otros.

En Slytherin

- ¿No te has muerto, Malfoy? – preguntó un joven de séptimo curso cuando el rubio apenas entraba.

- No, Crabbe. Gracias por preocuparte – dijo sarcástico.

El rubio miró a su alrededor, había muchos chicos desconcertados y aterrados, pero también había quienes estaban con una sonrisa malvada en sus caras.

- El castillo ya está siendo vigilado – dijo a los pequeños. – No correremos ningún peligro... -

- ¡Demonios! Y yo que pensaba que por fin acabarían con todos – masculló Pansy Parkinson para que todos la escucharan.

- Pero ya viste que no¡maldita bruja! – espetó Rogue.

- Cuidado, Turner, no querrás perder algo más que tus fuerzas – amenazó la chica.

- Basta, Rogue – la detuvo Cole. – No vinimos a pelear –

- Chicos, váyanse a dormir – ordenó Draco. – Cole, mejor llévala a la cámara, aquí no es seguro –

- Pero... –

- Nada, Rogue. Cole y yo vigilaremos Slytherin. Necesitas descansar –

En Gryffindor

Harry entró a la sala común encontrándose con un mar de cabecitas y ojos observándolos. Harry resopló, sería una larga noche.

- Harry¿están todos bien? -

- ¿Qué pasó? –

- ¿Y los mortífagos? –

- Hey, hey... tómenlo con calma – les dijo. – Quiero que se sienten donde quieran y donde puedan – pidió y la mayoría lo hizo. – Escuchen no voy ni quiero mentirles¿de acuerdo? – asentimiento. – Esta noche fuimos atacados por muchos mortífagos. Hay mucha gente herida y otra solo está cansada – comenzó a explicar. – Neville, Dean y Seamus están en la enfermería, pero descuiden Madame Pomfrey sabrá que hacer –

- ¿Y dónde están los demás: Ron, Alyssa, Ginny y Hermione? – preguntó un pequeño rubio: Nick Carter.

- Deben venir en camino... – le respondió y suspiró. – En fin, quiero que todos vayan a descansar, el castillo estará siendo vigilado¿ok? –

- ¿Te quedarás despierto cuidándonos? – una pequeña niña de 11 años que tenía los ojos llenos de lágrimas le jaló el saco de su disfraz y lo conmovió.

- ¿Cómo dices que te llamas? – le preguntó dulcemente y se agachó hasta quedar a la altura de sus ojos.

- Ariadne – dijo ella.

- Bonito nombre Ari – le sonrió. - Si es preciso me quedaré despierto. Si eso los hace sentir más seguros – voces de asentimiento. – Muy bien, a dormir todos –

Vio como uno a uno subían las escaleras. Dennis hacía su trabajo de prefecto y subía a los chiquillos a pesar de estar tan cansado. La sala quedó desierta y se sentó en una de las butacas. Escuchó como entraba alguien y giró la cabeza: Alyssa, Hermione, Ginny y Ron.

- ¿Está todo bien en Hufflepuff y Ravenclaw? -

- Todos se fueron a dormir. Había mucha tensión en Hufflepuff – explicó Ginny.

- En Ravenclaw ya nos esperaban, pero ya todos duermen – dijo Alyssa.

- ¿Y aquí? – preguntó Ron.

- Acaban de subir y debemos hacer lo mismo – dijo Harry cansinamente.

- Buenas noches, cielo – le dijo Hermione besando sus labios.

- Descansa, hermano – dijo Alyssa revolviéndole el cabello.

- Hasta mañana, Harry – Ginny le hablaba desde las escaleras y se despedía con la mano.

Ron y Harry las vieron irse. El baile había sido un caos desde la entrada mortífaga. El ojiverde lucía cansado, pero Ron no sabía que prometió quedarse despierto y debía cumplirlo. El reloj dio dos campanadas, puntualizando las dos de la madrugada. El pelirrojo tomó asiento junto a su amigo y lo miró.

- ¿Estás bien? -

- Sí – respondió él. - Debo hacer guardia – musitó.

- ¿Hacer guardia¡¿estás loco! – exclamó su amigo. – ¡Estás hecho un asco y luces exhausto! –

- Se los prometí, Ron... se lo prometí a Ari –

- ¿Ari? –

- Es una niña de primer curso – contestó Harry tallándose los ojos.

- Mira, iré a descansar unas horas, al rato vengo por ti – Harry asintió agradecido.

Ron subió las escaleras y desapareció tras la puerta del dormitorio. Al ojiverde le daba vueltas la cabeza. ¿Quién diablos era el otro traidor? Esa maldita voz distorsionada, el tono... el sabor que le daba a las palabras le era conocido. Repentinamente le vino a su mente los ojos color carmín y un nombre: Michael Ridley. ¿Dónde estaba¿Lo habrían atrapado? No. Jade dijo que todos estaban... ¿y si se equivocaba? Sintió que era observado y entonces volteó a las escaleras. Ariadne lo veía desde ahí y se sobresaltó al ser descubierta; terminó de bajar las escaleras y se acomodó junto a él.

- ¿Por qué no estás dormida? – le dijo sonriendo.

- Es que... no tengo sueño –

- ¿Aún tienes miedo? – le preguntó y la pequeña asintió.

- ¿Me puedo quedar contigo... un rato? –

- ¡Por qué no! –

Conversaron mucho rato. La niña había puesto un cojín en las piernas de Harry y se acostó su cabeza sobre él. Siguieron hablando y riendo un poco; Harry vio su reloj que apuntaba las cuatro de la madrugada. Volteó a ver a la niña para decirle que ya era demasiado tarde, pero ésta yacía dormida profunda y tranquilamente. El buscador sonrió para sí, quitando un mechón de cabello del rostro de la pequeña.

- Por este tipo de personas es importante destruir a Voldemort – se dijo y silenciosamente llevó a la niña a su habitación.

A las seis de la mañana Ron bajó y le pidió que se fuera a dormir. El joven buscador no titubeó mucho y fue directamente a su cama, donde se quitó el saco, las botas y su camisa, echándose a la cama con el torso desnudo. Jaló la sábana que estaba a debajo de su cuerpo, al parecer Ron había destendido la cama previamente, y al sentir el contacto tibio cayó profundamente dormido.

Sintió algo de frío y metió sus brazos bajo la sábana. Sintió también un escozor en los ojos y se los talló frustrado. Ya no tenía por qué dormir. Bostezó perezosamente y se estiro por completo. Vio a Ron en su cama también dormido... ¿qué no se suponía que debía vigilar? Buscó sus lentes y su reloj. 13:05 su estómago hizo ruido, estaba hambriento. Justo cuando se iba a levantar Alyssa entró a la habitación.

- Veo que despertaste – le dijo su hermana dándole un beso en la frente.

- He descansado lo suficiente – dijo él divertido. - ¿Dumbledore ya los llamó al salón? –

- Sí, a las diez de la mañana. Aclaró todo. Muchos padres quisiera recoger a sus hijos, pero ya sabes no pueden adelantar tanto las vacaciones de navidad¿no? – Harry rió ante el comentario.

- ¿Desde cuándo Ron vino a dormir? –

- Desde como las nueve, más o menos. ¿A esa hora comenzó a haber movilización de niños – explicó.

- Ah, bien. Iré a darme un baño. Luego voy a desayunar –

- ¿No te importa que lo despierte? –

- Claro que no, adelante –

Cuando salió del baño Ron ya estaba cambiado y listo para irse a comer. Bajaron al gran comedor, ahora ya repuesto, encontrándose con sus amigos ya dispuestos para alimentarse.

- ¡Buenas...! – le dijo Rogue. – Eres un flojo, Harry. ¡Es tardísimo! -

- No exageres. A ver¿a qué hora te levantaste? –

- Ehm... A las nueve – mintió.

- Mentirosa ¬¬. A las once y media – dijo Cole recibiendo un golpe de su parte. - ¡Auch! – todos rieron ante aquella escena.

- Tendremos junta al terminar de comer... ¿está bien? – dijo Harry.

- Sí, claro. Lo necesitamos – dijo Cole misteriosamente bajo la mirada preocupada de los demás.

Entraron a la cámara y se sentaron en los sillones disponibles. Alyssa sacó de su chaquetín una paleta y se la llevó a la boca como niña pequeña, luego le ofreció una a las chicas mientras el pelirrojo la miraba ceñudo por no ofrecerle a él. Cosa que Alyssa notó y sacó otra para dársela. Jade hizo acto de presencia.

- ¿Cómo están? -

- Bien, Jade. Todos descansados – respondió Hermione.

- A lo que veníamos¿no? – dijo Ginny yendo al grano.

- Me sorprende la extraña forma en que entraron al castillo – admitió Alyssa.

- Su profesor de pociones tenía razón, el escudo que les impedía aparecerse fue roto – dijo Jade.

- Forzosamente alguien debió estar dentro... no es tan sencillo – dijo Ron.

- Draco¿vigilaste Slytherin? – preguntó Harry.

- Cole y yo estuvimos despiertos toda la noche – respondió el rubio.

- ¿Algo anormal? –

- ¡TODO! - dijeron los dos varones de Slytherin. Draco añadió: - Los más pequeños estaban muertos de miedo, y como sabrás lo más grandes estaban amenazando y burlándose... aunque... – Draco lo miro pensativamente.

- Aunque ¿qué? – le dijo Ginny.

- No vi a Michael en toda la noche, ni en el baile ni cuando regresamos a Slytherin –

- Yo tampoco – dijo Harry puntualizando lo que Draco acababa de decir, pero no ahondaron más en el asunto.

- Harry yo..., tengo algo que contarles – dijo Cole. Harry lo instó a hablar: - ¿Recuerdan ese día que me notaron desorientado? – hubo un asentimiento unánime. – No le quise dar importancia, pero no era la primera vez que me sucedía. Últimamente ha sido más constante. Anoche de nuevo me pasó – dijo el Slytherin.

- ¿Y qué es lo que exactamente pasa, Cole? – le preguntó Alyssa.

- Son como flashes de algo que pasó, pero no logro recordarlo –

- Podría ser un hechizo desmemorizador – opinó Hermione.

- ¿Hay algo que los active? – le preguntó Ron.

- Pues... no – admitió Cole.

- Entonces podría ser cualquier cosa¿no? – dijo Draco mirando a Hermione quien lucía pensativa.

Harry bufó. Le molestaba no poder dar una explicación lógica a los sucesos. El buscador de Gryffindor se bloqueó, es decir, dejó de escuchar atentamente a su alrededor. Y lo había hecho a propósito porque la cabeza comenzaba a darle vueltas de nuevo. Vagamente lograba captar algunas de las cosas que sus amigos, novia y hermana le decían y asentían solo para no levantar sospechas. Ginny le pedía a Rogue que no dejara a Cole solo ni a sol ni a sombra, que si encontraba algo que activara esos flashes que se los comunicara inmediatamente; Alyssa, Hermione y Ron hablaban de los escudos; Draco lo miraba expectante, lo miraba con el ceño fruncido esperando a que aquel joven buscador le dijese algo, pero parecía no reaccionar. Finalmente, todos habían callado.

- ¿Estás bien, Harry? – le preguntó el rubio aún con el ceño fruncido.

- Sí, sí... sólo pensaba – respondió, - debo escribirle a Sirius y a Belle. Estarán aterrados con la noticia. Al rato nos vemos. –

Y salió de la cámara con la cabeza palpitando. Con un extraño sabor de boca en lo labios, como si lo que acabara de hacer hubiese sido una mentira, pero ¡no lo era!... no lo era. Suspiró resignado. Necesitaba despejarse y era pronto.


Glosario capítulo 11:

Trou noir: Francés. Agujero negro.

Schliessen: Alemán. Cerrar.