Disclaimer: My Hero Academia [僕のヒーローアカデミア] — créditos a Kohei Horikoshi por los personajes usados dentro de esta obra. La historia es totalmente de mi creación.
Lo sabía, sabía que haberte dejado ir esa noche había estado mal. Te amo, te amaba entonces, pero no supe cómo decirlo. No quería aceptarlo,me negaba rotundamente. Pero yo lo sabía. Podía ponerle nombre a este sentimiento. Y yo era consciente de los tuyos; sabía que tú me querías tanto como yo a ti, pero aborrecía la idea de mostrarme vulnerable ante ti. Incluso después de haber desahogado mis sentimientos sobre todo lo relacionado con la caída de All Might.
Te hablé mal, grité, te asusté y me asusté. Sabía perfectamente que te había decepcionado, también me decepcioné, pero aún con todo eso no tenía el valor de verte a la cara. Todavía no era tiempo, pero es algo que no entenderías. Ni estoy dispuesto a compartir.
Te observé durante días, no te mostrabas triste, o al menos eso intentabas, pero yo te conozco como nadie. Esos ojos soñadores a mí no podrían engañarme, los he observado durante mucho tiempo. Para mí desgracia al bastardo mitad-mitad tampoco lo engañaste... él nunca pareció satisfecho con las respuestas vagas que tú soltabas, pero él prefería no presionarte. Preferiría darte el tiempo que tú necesitarás para confiar en él. Al menos, así parecía. Yo no estaba cerca, pero lo sabía. Nadie podía burlarme.
Aún así, ahí sin darme cuenta, estaba el principio del fin.
Los días pasaban y mi lucha interna no cesaba. Cada día me sentía más mierda, menos digno de tus sentimientos, que sin duda eran correspondidos. Tenía el corazón desgarrado, saliéndome por la garganta, ahogándome solo, sin poder exclamar por un grito de ayuda. El tiempo pasaba y me estaba cobrando factura, todos avanan y yo seguía estático. Sin poder moverme del gran hoyo en el que me había estancado. Sentía la asfixia, y nadie estaba para salvarme, ni siquiera yo mismo.
No podía acercarme a ti y eso me frustraba. Yo no me lo permitía. Mi meta era ser el héroe número uno, no podía desviarme de mis objetivos. Pero quiero ser fiel a mi corazón y estar contigo ¿Cómo lo hacía sí ni siquiera podía ofrecerte una versión decente de mi persona?
Así que me concentré en ser el mejor en la clase, el más poderoso… pero ni siquiera eso pude hacer, porque soy el tercero. En algún momento, tú y ese bastardo me han superado. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? Preguntas que no tenían respuesta y que me carcomen la cabeza. Se meten en mis pesadillas de inferioridad.
Me pudo el asco por mí mismo y el orgullo me come desde las entrañas.
Me odio.
Y eso me llevó a qué cada vez te evitará más, cada día rechazaba tus miradas y te dejaba con las palabras en la boca. No las soportaba, me desgarraba el pecho y me sentía tan solo. Era como un recordatorio constante de lo inútil que era pese a tenerlo todo a mi favor.
Me alejaba de ti pero siempre estaba pendiente de ti, nunca he dejado de estarlo. Siempre pendiente de como tus ojos dejaban de estar tristes, de cómo tus carcajadas con tus amigos eran más limpias, más sinceras, más brillantes.
Y era proporcional a la cantidad de veces en las que dejabas buscar mis ojos. También noté como tu actitud hacia mí también cambió, ya no te ponías nervioso cerca de mí, no tartamudeabas, te mostrabas seguro, firme, sonriente. Una versión de ti que yo desconocía, una que ni siquiera me mirabas...
Tú brillabas, dabas calidez a los que te rodean, pero ya no era para mí.
Una tarde, escuché que el Todotraumas y tú se verían en tu habitación para estudiar. Mis alertas despertaron. Porque desde el festival deportivo se habían vuelto amigos, pero no tenía idea que fueran tan cercanos. Sabía que siempre salían en grupo, sabía que hacían reuniones todos los viernes en biblioteca para estudiar, que los sábados por las tardes todo tu grupo salía a centros comerciales. Sin embargo, nunca los había visto hacer planes solos. Esto era simplemente… diferente. Y no podía decir porqué.
Puse más atención en su relación. Ese pedazo de mierda siempre te veía de reojo y se sonrojaba a ratos. Él escucha atentamente tus murmullos, con paciencia infinita y aportando ideas a tu maraña de pensamiento, alentandote a seguir con ellos. Siempre ofreciéndote una mano, estando a tu lado para apoyar cada uno de tus locos planes y diciendo que sí a cualquiera de tus peticiones. Él tenía un trato único hacía tu persona, para nadie era un secreto y yo me hice el ciego.
Esa era la segunda señal que no había visto, más bien que me negué a ver.
Pero ya no podían seguir con esa venda autoimpuestas.
Entonces, fue cuando me di cuenta de la forma en que él te miraba. Podría reconocer lo que había en sus ojos; porque solo había otra persona en este mundo que te miraba de esa manera, con tanta intensidad, con tanto amor...Claro que podría reconocer esa mirada dónde fuera, claro que conocía a esa persona.
Porque soy yo quien te mira así.
Los viajes para los entrenamientos de la licencia provisional, fueron en su compañía. Pasaba mucho tiempo a su lado, así que también aprendí a conocerlo. No, no te confundas. No le hablaba más que para lo estrictamente necesario, pese a eso, no perdí la oportunidad para tantear con quién estaba tratando. Porque para mí pesar lo estaba empezando a reconocer como un rival en más de un sentido.
Un día cuando esperábamos el shinkansen, noté que su fondo de bloqueo era una foto de ustedes dos juntos. Y eso me dió mala espina. Sabía que él estaba enamorado de ti, pero ¿Qué sentías tú por él? No pude reprimir esa sensación de ardor que se implantó en la boca de mi estómago. Así que me comencé a comportar más hostil con ese bastardo. Lo odiaba, lo aborrecía con cada fibra de mi ser. porque él estaba más cercano a ti de lo que yo podría estar en años.
«Quisiera ser él»
Un solo instante. Fue un pensamiento fugaz, uno que pasó por mi cabeza un segundo, pero fue suficiente, para sentir asco de mí y deseché la idea, pero estaba claro.
Le tenía envidia y no podía hacer nada para evitarlo.
Unas semanas después de tú te veías tan triste. Eres como un libro abierto para mí. ¿Lo sabías? Ocurrió casi al par de que empezarás tus prácticas de campo con Nighteye. Y aunque sabía que algo estaba pasando, no tenía ni idea de lo que podría estar revoloteando en tu cabeza que te acongoja tanto.
No fue que pude tener una escasa idea, cuando un día cualquiera, mientras estaba en la cafetería, caminando para comer con mis amigos, escuche tu voz temblorosa, lastimera. Intenté detener mi angustia, pero simplemente fue más fuerte que yo. No debía escuchar tus conversaciones, pero me podía más el querer saber de ti.
— Los héroes no lloran — arrancaste tus lágrimas de un manotazo. Eso me dejó más confundido.
«¿Qué pasa? ¿Podrás contarme si te pregunto?»
—No, Incluso los héroes deben llorar a veces— dijo ese... pedazo de idiota.
Le sonreíste con ternura, parece que era lo que necesitabas escuchar. A pesar de que el puto cuatro ojos estaba entre ustedes, sus miradas conectaron y parecía que lo demáshabía desaparecido. Fue imperceptible para las personas que no los habían observado tanto como yo.
Pero para mí fue claro, tú no veías a nadie así, y sin mencionar que ese bastardo solo se preocupa por ti.
Me largue de ahí, me sentí asqueado, me hierve la sangre. No pensaba con claridad y el cuchicheo ajeno parecían zumbidos que solo me provocan migraña. Mis náuseas aumentaron y mi mal humor se hizo más presente que nunca. Aún con todos esto sentimientos de ser yo quién consolará tus penas, no él, pero no me atreví. Porque yo no tenía derecho de nada, aún me sentía indigno de ti.
¿Aún habrá oportunidad de decirte mis sentimientos y ser correspondido o es que ya te había perdido?
No, aún había oportunidad. Todavía puedo hacer algo. Yo no puedo perder, pero no te merezco. Tú me amas... ¿Verdad? No hace mucho dijiste que yo era tu imagen se la victoria. Yo... yo aún era tu héroe... ¿Cierto?
Los días pasaron, llegué a la sala común para recibir la noticia que tú, cara redonda, pelos de mierda y el sapo estaban de misión. Una importante.
Supongo que era eso lo que no habían querido mencionar durante días. Estuve insistiendo a Kirishima que hablara, pero no lo hizo. Ni él, ni nadie de ustedes.
En televisión transmitieron parte de la operación. Sentí un vacío en el estómago al verte pelear. Por un momento sentí que iba a perderte. Me temblaron los dedos y dejé de sentir mis extremidades. Estoy seguro que perdí el habla y la capacidad de respirar con tranquilidad.
¿Por qué tienes que hacer todo tú solo? ¡Pueden matarte! Joder, no sabes como odio esa parte de ti. No la entiendo, sé que ya no eres débil, pero ¿por qué no te preocupas por ti? ¿Sabes lo horrible que es mirar cómo te destrozas? ¡Quiero que pares!
Toda la clase estaba en la sala común, con los mismos sentimientos de preocupación. Aunque dentro de mi arrasaba un huracán, por fuera, mi tranquilidad era abrumadora. Denki, es tonto, pero no es tan estúpido como todos creen. Fue el único capaz de darse cuenta de mi preocupación y molestó con ello.
De vez en cuando mis ojos iban al bastardo Mitad y mitad. Estaba pálido, sudando mientras te veía. Con las manos juntas, tapando la mitad de su rostro, rezando cuánta oración se supera, pidiendo por tu vida. Debo admitir que compartíamos el sentimiento. El cuatro ojos le daba confort con unas palmaditas en la espalda pero ni eso parecía calmarlo. ¿Cómo iba a hacerlo si eres punto de inflexión en su vida? Lo reconozco, porque también lo eres en la mía.
Nadie encontró la tranquilidad hasta que regresaste victorioso. Todos te recibieron con un abrazo, menos yo, por supuesto. Fuiste el responsable de atrapar al yakuza más buscado y el factor decisivo en el rescate de la niña. Te estás empezando a hacer renombre como héroe, labrando tu camino.
No podía quedarme atrás, debo ser capaz de correr a tu lado, de mantener tu ritmo.
Casi al mismo tiempo hicimos el examen para obtener la licencia, aprobamos. Ah tuve que hacer equipo con ese maldito para combatir contra un villano. Nos entrevistaron, la puta madre, ese pendejo dijo que éramos amigos. Jamás podría ser su amigo, ni en un putero de años. Lo aborrecía.
Durante el festival cultural, estuviste a su lado. Cada vez se hacían más descarados los sentimientos que él sentía por ti.
Después tuvimos ese enfrentamiento con los de la "clase B" claramente mi equipo ganó. Podía burlarme que el bastardo de Todoroki había quedado empate y él fuera del juego.
Esperaba que tú salieras victorioso de la misma manera aunque tenían desventaja numérica. Hasta que te vi descontrolado, salían algo negro de tu cuerpo. Estabas sufriendo, quería correr hasta ti. ¿Qué es lo que te estaba pasando? ¿Tiene que ver con el one for all?
Cuando la cara redonda y el emo de pelos morados te ayudaron me sentí aliviado. Ganaron el encuentro. Fuiste a hablar con All Might. Reclamé por dejarme fuera de la discusión. El viejito nos explicó a ambos sobre los sucesores del quirk que se te fue confiado, sobre cómo el núcleo cada vez se hacía más fuerte y como parecía que se activarán los kōseis de los antiguos portadores. No dijimos más, era confusos y llegamos a la conclusión de que había que investigar más a fondo sobre esto.
Una noche, después del festejo de navidadTodoroki nos invitó a ir con él a la agencia de Endeavor. Ambos aceptamos. Me gustaría decir que fui por motivos meramente profesionales y que no mezcle las cosas, pero estaría iba a desaprovechar la oportunidad de aprender del héroe #1 y mucho menos si tú estabas ahí.
Nos hicimos más fuertes y como consecuencia su amistad también. El detonante fue esa visita a su casa. Esa dónde su maldita Hermana te agradeció por ser su amigo, sobre todo por comprender los sentimientos de Todotraumas mejor que nadie. Yo tuve que tragarme su avance de mierda.
"Is qui iris una pirsona amable, Todoroki-kun".
Mis putos huevos
Cada que ese idiota tenía la oportunidad tocaba tu mano más de lo necesario, ahora siempre se sentaba a tu lado, te invitaba a salir juntos e incluso te vi visitandolo en su cuarto en varias ocasiones. Tenía que hacer algo... no podía perderte. Está vez iba en serio, él se estaba moviendo. No iba a quedarme atrás.
Estaba con mis ruidosos amigos, no sé de qué mamada estaban hablando, la verdad es que me importaba una mierda hasta que escuche tu nombre.
—Kamibro, ¿lo dices en serio? ¿Midoriya? -. Pelos de mierda lucía bastante sorprendido, y a mí me llamó la atención la mención de tu nombre. Levanté la mirada del cuaderno que tenía en la mano.
—¡Que sí! Lo escuché a Todoroki hablando con Yaoyorozu. Le estaba pidiendo consejos de cómo confesar sus sentimientos.
Estaba molesto, enfurecido y celoso.
—¡Hombre , pero qué varonil! Ya era hora —gritó Kirishima sonriendo.
—¿Verdad que sí? ¡Se les notaba un montón! Me da mucho gusto que se esté preparando. Las chicas y yo habíamos estado intentando animarlos de forma discreta parece que por fin funcionó ¡Son tan monos!— reflexiona ojos de mapache y a mí me sienta como una patada en los huevos.
Porque sé que es verdad, es un secreto a voces, uno que no es receloso, uno que es compartido y apoyado.
—¿Tú qué dices Bakugou? Conoces a Midoriya desde niños ¿Alguna vez lo has visto enamorado? — cuestionó el puto cara flaca.
¿Es que acaso era imbécil o no sabía valorar su perra vida? ¡Yo odiaba lo que está pasando! ¿Cómo es que no sedan cuenta? ¡Joder! ¡Lo conozco enamorado! ¡De mí!
Todas esas cosas dolo se quedan en mi cabeza porque no me atrevo a decirlo en voz alta.
—No sé y me importa una mierda lo que le pase a ese puto nerd — me fui de ahí, casi corriendo. Estaba más que emputado, con ganas de estrangular sl primero que me pasará en frente. Eso no sería muy heroico de mi parte. No rentería contra la integridad de otro.
Mierda, mierda y más mierda. Quería gritar.
Iba a salir de los putos dormitorios y lo encontré en la puerta del edificio.
—Hablemos — le dije cuando pase a su lado, casi como un susurro. Se sorprendió pero no se movió de su lugar—.¡Que vengas, idiota!
¿Qué putas estoy haciendo?
Caminé lejos del recinto, él venía atrás de mí, sin decir ni pío. Así lo prefería, porque estaba intentando calmar mis nervios. Cuando estuve lo bastante lejos para que alguien nos escuchara me pare frente a él. Voltee a verle.
—¿De que quieres hablar, Bakugou?
No hubo espacio para rodeos. No cuando de está apunto de declarar la guerra.
—¿Qué mierda quieres con Deku?
—No entiendo tu pregunta—contestó desconcertado.
¡Claro, tú nunca entiendes nada, imbécil!
—¡La puta madre, bastardo! ¡¿Qué es lo que sientes por él, por Deku?!
—No tengo porque contestar esa pregunta, Bakugou— levantó sus defensas, aunque su cara la mantenía de un puto hielo, pero claramente estaba molesto.
—Te gusta ¿No es así? - grité perdiendo la paciencia, bien pudo ser un gruñido.
— Si fuera así ¿A ti qué te importa?
Sus ojos no había dudas de que estaba molesto por esto. No se dejaba intimidar por mí. Entonces yo me desconocí. Mi voz salió distorsionada de puro cólera
—Él es mío. Aléjate, dónde no te llaman maldito extra— sentencie. Sin dejar espacio para dudas.
—Creo que eso es algo que debería decidir Midoriya. Confío que sabrá qué es lo mejor para él.
—¿Ah? ¿Acaso estás insinuando que tú eres mejor para él que yo? Ni lo creas. Ni en tus putos sueños más húmedos.
— No, no lo insinuó, ni lo creo, Bakugou. Estoy seguro.
Ese hijo de perra
Lo que más me enfurecía de la situación, es que ni siquiera sé tomaba la molestia de cambiar su puta cara.
—Bastardo—. Farfalle con veneno, zizeando las pláticas. Lo tomé por la solapa del saco y él puso su mano sobre mi muñeca para comenzar a congelarse. Ya no había rastro de su neutralidad. Estaba enojados, tanto como yo.
Estábamos tan inmersos en nuestra pelea que no te escuchamos llegar
—¿Kacchan? ¿Shōto? ¿Qué está pasando? ¿Qué hacen aquí? dijiste sorprendido para mal. Pasaste tu mirada en los dos, y paraste en mi brazo. Ese que estaba tomándolo y que iba a congelar.
Chequee la lengua y lo empuje hacia atrás al soltarlo.
—Nada importante, Izuku. Ya conoces lo bestia que es Bakugou— se acomodó el saco y caminó hacia ti — ¿Crees que puedas ayudarme con historia? — cambió de tema rápidamente porque a ninguno de los dos nos conviene pelear frente a ti. Éramos conscientes de eso, y en un mutuo acuerdo silencioso obviamos la situación.
Tu solo sonreíste en respuesta.
Que horror, ¿Por qué tenía que ser testigo de esto? Es como si me estuviera presumiendo en la cara la cercanía que tenía contigo y yo no.
—Claro, pero ¿Podría ser alrededor de las 8:00pm? Lo que pasa es que en este momento voy a ir a entrenar.
No me quedé a escuchar sus malditos planes. Porque sabía muy bien lo que estaba pasando. El mitad-mitad se estaba burlando. Sus palabras resonaban en mi cabeza, su cercanía me mataba. Claro que cada vez estaban más juntos...
¿Kacchan? ¿Shōto? ¿Qué está pasando? ¿Que hacen aquí?
Sonó en mi cabeza tu voz.
«SHŌTO»
Su nombre resonó en mi memoria, una, dos tres veces. Fue cuando lo noté. Tú no le hablas a nadie por su nombre. Jamás lo haces, mucho menos sin honorífico.
Repasé su conversación de nuevo.
Nada importante, Izuku. Ya conoces lo bestia que es Bakugou.
«IZUKU»
IZUKU...
I. Z.U.K.U.
LA PUTA MADRE QUE ME PARIÓ.
Ni siquiera me miraste después que él tomó tu atención. No hubo más Kacchan, solo Shōto.
Sentí que me faltó el aire. ¿Cómo es que había sido tan estúpido como para no notarlo? Te estaba perdiendo.
A Partir de ese momento las cosas se tornaron más tensas entre él y yo. Ya no solo éramos rivales aspirantes a héroes. Ambos luchamos por ti, era una guerra declarada. La tensión se sentía cada que estábamos cerca uno del otro.
Para mi fortuna, días después comenzaron nuestros entrenamientos con All Might. Todo fue después de una plática que tuvimos con él. Hablamos de los sucesores. Algo no me cuadraba sobre todo lo que nos estaban informando. Parecías no darte cuenta pero yo sí.
No quise preocuparte, así que simplemente no dije nada. Esperé a que pudiera hablar con él a solas.
Nuestros entrenamientos juntos se hicieron más constantes, empezaste a entrenar con tu black whip y el quirk que te hace flotar que fue de la maestra de All Might. Por fin sentía que algo estaba haciendo bien. Tu empezaste a reír conmigo, el tiempo que pasábamos juntos era cada vez más. Te tenía cerca y eso me hacía bien. También íbamos cuatro días a la residencia con Endeavor.
Todoroki lo había notado, no era estúpido sabía que había algo que había algo entre tú y yo, algo muy especial del cuál no estábamos dispuestos a compartir con nadie. La verdad sobre la naturaleza de ti quirk, solo nos concierne a nosotros.
Me gustaba restregarle en la cara el que compartimos un secreto. Ignorando el hecho de que si tú tuvieras la posibilidad correrías a decírselo.
Recuerdo muy bien el día en el que te quemé el cabello y se te hizo afro. Te veías tan lindo. Sonrío cada vez que meds imagen tuya viene a mi memoria. Aún así había momentos en los que me abrumaba por la culpa de lo que había hecho. Me alejaba de ti y me dedicaba a observarte interactuar con tus amigos. Estabas aprovechando a Sero, cara redonda y al sapo para poder dominar tus dos nuevos quirks en conjunto del air force.
Un día hablé con All Might sobre ti. En inicio el tema y yo confesé lo que pensaba de ti, y lo importante que eras para mí. Aunque de forma indirecta, era la primera vez que lo decía en voz alta. El viejito entendió todo sin decirlo explícitamente.
"Ayudarlo a entrenar es tu forma de redimirte ¿Cierto?"
Sí, sí era cierto. Solo sabía demostrar las cosas con actos, sólo así me sentía que podía ser digno de ti. Entre más fuerte te hacías, más grande era mi miedo de que no me necesitaras.
Llegó el momento en el que se nos informó sobre la misión contra la liga de villanos y el ejército de liberación. Justo para esto Endeavor nos había entrenado tan duro.
Ya eras capaz de usar el 45% del One For All sin lastimarte, pero aún así todavía no podrías ganar una pelea contra Shigaraki. No en el estado en el que se encontraba según la información que proporcionó Hawks sobre su declaración de guerra.
Ahí comenzó el caos. A nosotros se nos encargó la evacuación de la ciudad. Todo tu squad estaba ahí. De un momento a otro te quedaste pasmado. Lo sabías, iba por ti.
Corriste y no pude hacer más que ir detrás. Estaba asustado, pero al final era tu destino. Tenías que enfrentarte a él, pero aún no era tiempo. Preguntaste porque te seguía, en este punto solo yo podía hacerlo.
Yo te ayudaría a volar, esa fue mi respuesta. Diste las gracias. Sentías mi apoyo. Te dije que no eras el personaje principal, pero claro que era una mentira. Una que ojalá hubiese sido verdad. Porque tú eras capaz de dejarte de lado para dejarnos a salvo.
Te dije que eras solo carnada, pero no es cierto, lo que en realidad quería es que te alejaras de ahí. Que me dejaras pelear por ti para mantenerte a salvo. pensé que no podía quedarme detrás de ti. Yo tenía que ser digno y caminar a tu lado. Luchar hombro a hombro. Aún puedo seguirte el ritmo.
— Alejate de mis alumnos — dijo el sensei. Plantando frente a él.
—Eres genial, Eraserhead.
Fue lo último que pude escuchar antes de que un anciano nos sacará de la pelea. Viéndolo bien me di cuenta que estaba con All Might en ó a regañarte, te dijo lo que ya sabíamos. No eras rival para él. Por sus palabras, entendí que él sabía sobre el OFA. Nos dijo que nos fuéramos de ahí, que no era lugar para nosotros.
Ni siquiera pudimos pensar en la huida porque llegaron tantos nomus que se nos fue imposible volver a agruparnos. Estábamos comenzando a cansarnos, ya no podríamos pelear contra Tomura. En algún momento llegamos a la pelea principal. Fue justo a tiempo porque casi perdemos a Aizawa.
Gritaste que el peor escenario era perder al maestro que te había cuidado y enseñado por tanto tiempo. Vimos a Gran Torino caer. Estabas perdiendo la calma, y yo junto a ti.
Peleamos todos con todo lo que teníamos, en el momento en el que sentíamos la victoria, se nos esfumó como agua entre las manos. El bastardo de Shigaraki, lanzó una bala anuladora de quirk.
Fue en cuestión de segundos. Lo qué ví, me dejó helado. Sin vacilar ni un poco, Aizawa se cortó la pierna para no dejar fluir la sustancia que contenía la bala dentro de su cuerpo.
Lánzaste tus látigos contra él, pero era tarde, había tomado el rostro del sensei. Cuando lo creí perdido, Todoroki llegó en el momento decisivo y creó una barrera de hielo. Pero Aizawa cerró sus ojos y con eso perdimos la ventaja de su anulación del kosei... Shigaraki podía deshacer todo lo que quisiera con solo tocarlo. Estábamos en peligro. Sentí miedo por un momento pero tú...
Nos salvaste.
Empezaste una batalla en el aire, uno a uno contra él. Te valiste de todo lo que tenías y habías aprendido. Empezaste a usar el 100 % de tu poder sin importar nada, sin importar que podrías perder la movilidad de tus brazos.
Te grité que te detuvieras, no lo hiciste.
Te estabas consumiendo, destruyendo tu integridad y la de mi corazón también.
Estaba ansioso cada segundo. Sentía retortijones en el estómago. Iba a vomitar estaba seguro. Estaba frustrado, preocupado y como nunca antes en la puta vida asustado. Tu control se volvía inestable, recordé la conversación que tuve con All Might. Esa dónde había aceptado mis sentimientos por ti.
—Cálmate, piensa en algo ¡Eres un puto pródigo! — m dije a mi mismo para buscar ser útil para ti. Esto se había convertido en una batalla de resistencia.
Estaban asombrados de tu poder. Yo también lo estaba, pero cada minuto que pasaba, cada segundo en el que no hacía nada era tiempo más cercano a tu derrota... por lo tanto tu muerte… Empecé a hacer un plan, sencillo y fácil de comprender. Esto será trabajo en equipo y confianza.
Todoroki me cuestionó un poco, Endeavor comprendió rápido. Y así fue que nos lanzamos a dar el golpe final.
—Midoriya, resiste firme —Dijo mitad y mitad a duras penas. Con la ansiedad impregnada en su voz temblorosa.. Su rostro también estaba desfigurado del dolor.
No funcionó... Fallamos. Endeavor no pudo hacer nada. ¿Qué carajos era esa cosa?
Te distrajiste cuando viste caer al héroe #1 pero yo tenía atento los ojos en ti, entonces lo ví. Shigaraki planeaba dar el último golpe. Mi mente se puso en blanco, antes de siquiera actuar. Mi cuerpo se movió solo...me negaba a perderte. Los recuerdos compartidos me llegaron como un destello antes de llegar a tu cuerpo y empujarte...
Dolor
Olor a sabge, el sabor de metal se hacía presente. El escozor de las heridas y la perdida de fuerza que me obligaban a cerrar los ojos. Había sido atravesado por unos látigos negros. Escupí la saliva que se había mezclado ese líquido rojo, pero tú estabas vivo.
Te mire a la cara
—No trates de ganar solo— dije antes de comenzar a caer. Ya no tenía fuerzas, pero estaba bien. Tienes otra oportunidad para seguir peleando. Estabas en shock. Intentaste llamarme, pero no salieron las palabras de tu garganta. Todoroki fue lo suficientemente rápido como para atraparme en el aire. Te escuché perder el control.
—¡MIDORIYA! — Gritó mitad-mitad. Fue tan desgarrador, tan desesperado, tan doloroso su llamado, que lo sentí como propio. No sabía que estaba pasando pero me dolió tanto... Y fue ahí que perdí conocimiento.
No sabía a ciencia cierta que es lo que había pasado, lo siguiente que recuerdo es estar en una cama de hospital, junto a mí estabas tú y a tu lado Todoroki. Aizawa se encontraba descansando en la cama de frente a la mía. A un costado de él, se encontraba Endevord, seguido de Gran Torino.
Supe que All Might había arreglado las cosas para que nos pusieran en un cuarto a todos juntos. Mi sorpresa es que una vez que todos estuvimos concientes, él llegó a visitarnos. Te abrazo y te dijo cuán orgulloso estaba de ti.
Una vez pasando el momento emotivo, comenzó la hora de la verdad. Se hizo un recuento de los daños, de cómo había terminado la pelea. Y entonces él procedió a contar el origen de está. Había llegado a la conclusión de que todos los presentes debían saber el porqué de las cosas. El como es que eras tan poderoso. De rodillas pidió ayuda para protegerte y entrenarte.
Nuestro secreto ahora también lo compartimos con Todoroki.
No podía sentirme más repugnante y egoísta ¿Cómo podía pensar siquiera en eso? ¿Que no era más importante tu seguridad?
Al pasar de unas semanas nos dieron de alta, había una tormenta y por supuesto fuimos directo a los dormitorios, en dónde nos esperaban con una "fiesta" de bienvenida. Nos recibieron entre aplausos y abrazos
Hubo lágrimas de angustia y felicidad.
Pero a mí no me engañabas, tú no estaba feliz. Te escabulliste de la sala común y saliste al patio, comenzaste a mojarte. Salí detrás de ti sin que nadie me viera. Sentiste mi presencia y volteaste a verme. Tenías los ojos llenos de lágrimas. No dije nada, y puse la sombrilla sobre ti. Corriste a abrazarme y te recibí entre brazos. Dejaste salir todo lo que te acongojaba.
—Todo esto es mi culpa, esto no hubiera pasado si yo fuera más fuerte. Si mis brazos no los hubiera dañado. Hubo muchas bajas , Kacchan. Lastimaron a Shōto y casi te pierdo a ti. Perdí la razón, todo me dió vueltas. Casi mueres por mi debilidad— llorabas con fuerza. Dejando salir toda esa carga que traías puesta. Esa que creías que solo te pertenecía a ti.
Llorabas con amargura, por las muchas cosas que guardabas dentro de ti. Los secretos y las culpas.
—Calma, esto no es tu culpa. Yo decidí saltar frente a ti. Tonto nerd, esto era inevitable. Si estamos vivos, es por ti — te dije con ternura, antes de darte un beso en la frente
Levanté la mirada y lo ví inmóvil, parado junto a la puerta con sombrilla en mano. Al parecer no había sido el único que te vió salir. Todoroki se veía dolido, empuñó la sombrilla antes de darse la media vuelta e irse.
Hoy era el día, hoy te lo diría. Los sentimientos me estaban desbordando por la garganta. Por fin había podido tomar una decisión. Aún me aterraba la idea de no ser digno de tus sentimientos.
—Oi, pelos de mierda ¿Sabes dónde está el bastardo de Deku?
—Está en la sala común Bakubro, no creo que sea un buen mome... — lo deje con las palabras en la boca.
Nada me detendría, hoy por fin me sentía con la libertad de decírtelo. Te amaba, te amaba más que a mí propia vida . Amaba esas regordetas mejillas, esa deslumbrante sonrisa que me iluminaba la esos ojos esmeralda que me llenaban de contrastes la vida. Amaba todas tus manías conocía cada uno de tus hábitos y en todas tus facetas.
Amo cada parte de ti, cada detalle que te hace tú. Te amo, Deku. No, solo al grandioso aspirante a héroe; Ese que está vanagloriado. Yo hablo del Deku que siempre corría tras de mí gritando detrás de mi "Kacchan". Ese que inútil que nunca se rinde. Ese que murmura tonterías, que piensa y piensa en cada una de sus opciones. Ese que lloraba por todo y moqueaba hasta más no poder.
Yo quería ser esa persona que te levantará de cada caída. Quería caminar a tu lado, no detrás , ni delante de ti. Quiero ir de tu mano y poder besarte a cada momento. Quiero crecer contigo como hasta ahora lo hemos hecho.
Todo lo que soy ahora es por ti. Tú, siempre has sido tú.
Me detuve en seco y paré mi monólogo mental cuando lo escuché.
—Izuku, sé que es egoísta decirte esto. Sé muy bien que estás en una situación difícil, y que estamos en medio de una guerra. Tal vez debería esperar para hacerlo, pero mi corazón dice que debes saberlo porque ya no puedo callarlo más. Te amo, te amo tanto que me duele.- te miró directo a los ojos
Y entonces me escondí en un lugar privilegiado dónde podía verte y escucharte, sin que tú lo notarás... tomo tus manos entre las suyas.
—No quiero seguir perdiendo el tiempo, ya no. Ese momento en el que Shigaraki por poco te mata, sentí tanto dolor que casi no lo resisto. Sentí que la vida se me iba — recargó la cabeza en sus manos. Se dió un momento para tomar un respiro antes de seguir—. Estaba tan asustado, joder. Tenía tanto miedo de perderte. No podría soportarlo Izuku. No podría soportar vivir una vida sin ti presencia que me alivia el dolor que siento— Todoroki estaba llorando con amargura
Sabía que era sincero.
Llegó a mi mente su grito tan desgarrador, ese que hasta a mí me hizo estremecer... No había hecho nada para pensar que sus sentimientos no fueran sinceros. Te merecía más que yo, pero nunca sería suficiente. Porque tu eres tan maravilloso, que siento que nadie te merece.
Levantó la mirada.
—El futuro es incierto, mañana no se si estaré vivo, si tú lo estarás. No sé si mañana podré decirte lo mucho que te amo, o estrecharte entre mis brazos. No quiero quedarme con el remordimiento de que pude hacerlo. No quiero morir sin hacértelo saber antes. Sé que amas a Bakugou, se que él está en tu corazón, pero si tan solo me dejaras entrar. Sé que mi persona no es mucho, que tal vez no tenga tanto que ofrecerte pero te amo más de lo que alguna vez creí que podía amar. Si tan solo me dieras la oportunidad de dejarme quererte y hacer que me quieras. Te juro que trataré de todos los días hacerte el hombre más feliz del mundo. Porque eso es lo que mereces.
Se me fue la respiración. Él no había hecho nada de las mierdas que yo hice en el pasado. De hecho, no había hecho nada que hiciera dudar de sus sentimientos. Tal vez él era más merecedor de tus sentimientos de lo que yo era. Aún así moría porque lo rechazaras.
—Oh, Sho-Chan — dijiste entre lágrimas antes de lanzarte a sus brazos .— Perdóname por haberte preocupado tanto. Soy un inútil que sólo sabe cómo hacer preocupar a otros. Te lastimaron por mi debilidad, Kacchan casi muere por mi culpa. No te voy a mentir. Lo amo, lo amo como a nadie. Siempre lo he hecho y siempre lo haré.
Suspire aliviado, sentí que mi corazón brincaba de alegría. Sabía que no debería ser así, que no debería regocijarme de su mueca de dolor. No tenía ni idea de lo que venía después.
—Lo amo, como amo a mi madre. Marchan es mi familia. Lo amo de manera fraternal , como lo haría con un hermano. No voy a ocultarlon algún momento, lo amé románticamente, pero él me rechazó, así que aprendí a quererlo de esa manera. Después, llegaste tú. En el momento en el que pensé que jamás volvería a enamorarme, apareciste con esa sonrisa coqueta que me mata y esa paciencia eterna. Cada segundo que compartimos yo encontraba más y más razones para enamorarme de ti. No tengas miedo de amarme porque sin duda eres correspondido. Te amo tanto.
Y entonces te besó...
Me quedé sin habla,de un momento mi mundo se derrumbó. Mi corazon fallo, y sentí que esas palabras me atravesaron aún más de lo que me atravesó ese puto quirk. Incluso dolía más.
Quise irme de ahí como llegué, sin hacer ruido, pero no pude. Mis piernas fallaron y casi termino cayendo. mi hombro golpeó contra la pared. No tenía fuerzas para moverme. Me faltaba la respiración y dolía como la mierda.
Te diste cuenta de mi presencia y corriste hacía mí y lo dejaste de lado.
Mis mejillas estaban húmedas, vaya mierda.
—¿Kacchan? ¿Estás bien? ¿Te sucede algo?
Kirishima corrió hacia mí. Estaba alarmado. Esos bastardos habían corrido para detenerme y no interrumpirlos. Entre él y Kaminari me tomaron de los brazos para ayudarme a caminar. Quisiste tocarme pero no te lo permitieron.
—Creo que no es buen momento, bro. -dijo Kirishima.
—Pero ...
— Necesita espacio, Midoriya.— Mitad-mitad habló con firmeza y te tomo por los hombros para que no camines tras de mí.
—Kacchan... —dijiste en un susurro.
Mis amigos me ayudaron a caminar, no dijeron nada pero entendí con sus acciones que ellos estarían para mí.
Y al final, sí, te he perdido.
