SE ARRIENDA HABITACION
Por Inuhanya
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Nota de Inu: Bueno, he aquí una segunda historia que tenía en la cabeza desde hace algún tiempo y no pude resistir más la tentación de publicarla y compartirla con los queridos lectores… je je… espero que les guste… je je… y no se preocupen, no he olvidado los demás compromisos que tengo con ustedes…
Aprovecho para aclarar que ninguno de los personajes de Inuyasha me pertenecen… sniff, sniff… sólo los pedí prestados… je je…
Un saludo muy especial para LadyJ07 y para todas mis amiguitas del msn, gracias por todo su ánimo y apoyo… Esto es por ustedes… aunque no sé en qué va a parar toda esta locura… mejor prepárense porque mi cabeza puede desvariar en cualquier momento… je je…
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Capítulo 1
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"Veamos… Arriendo habitación para persona soltera. Interesados comunicarse con el número..."
La joven esperó un momento mientras escuchaba a la otra persona escribir ágilmente en el teclado de su computador. Después de unos segundos, la escuchó nuevamente.
"Desea agregar algo más a su aviso?"
"Mm…" empezó ella mientras se mordisqueaba la uña de su dedo pulgar. "No. Eso es todo."
"Bien… El costo total será de 1000 yenes con una tarifa adicional de 100 yenes a la semana durante el tiempo que decida publicar su clasificado."
"Bueno, le agradezco mucho su ayuda."
"Con mucho gusto. Que tenga buen día, Srta. Higurashi."
"Gracias." Le respondió Kagome amablemente antes de colgar. Con un pequeño suspiro la joven de rizado cabello negro se dio la vuelta para mirar en forma apreciativa sus alrededores.
Lamentablemente la vista no era nada alentadora.
Hacía aproximadamente dos semanas que se había mudado para este gran apartamento buscando la independencia de su familia y esta era la hora en que no había terminado de desempacar todas las cajas con sus pertenencias.
Afortunadamente para ella, no tenía muchos muebles que acomodar. Un sillón doble color azul y una pequeña mesita rectangular de madera llenaban el espacioso salón junto con la mesa y las cuatro sillas del comedor. Todos regalos de su madre. También se veía a uno de los costados los primeros escalones de una escalera en forma de caracol que conducían hacia un segundo nivel que sobresalía abarcando la misma extensión de la sala.
Kagome levantó la vista hacia el 'techo' con una pequeña sonrisa en su rostro. Sí… ahí quedaría perfecto su taller.
La cocina estaba totalmente equipada con estufa y nevera y el patio de ropas con una pequeña batea y lavadora. El resto de muebles lo conformaban su juego de habitación: cama, mesa de noche y tocador. En el estudio, un modesto librero y un pequeño escritorio llenaban el espacio.
Sin embargo y a pesar de todo el trabajo que tenía por delante, la joven no podía evitar sino sentirse completamente feliz. Satisfecha. Por fin había podido conseguir el apartamento de sus sueños.
Tenía tres habitaciones, dos baños, sala-comedor, sala de estar, cocina y área de lavandería. En otras palabras… tenía lo básico y era suficiente para una jovencita como ella. Desde muy niña aprendió a valorar la vida sin lujos excesivos, al contrario, para ella la felicidad estaba en la sencillez y no en el materialismo exagerado.
Aquel lugar era espacioso, tenía una excelente ubicación y muy buena iluminación. Grandes ventanales rodeaban el amplio salón proporcionando una hermosa panorámica de la ciudad de Tokio. Una de ellas, con dirección al oeste, llevaba hacia un pequeño balcón cercado con una reja de hierro soldado de diseño muy simple pero de buen gusto.
La sonrisa de Kagome se amplió aún más mientras abría la puerta de vidrio corrediza y salía al exterior. Mm… nota mental: instalar cortinas para salvar la privacidad y comprar unas cuantas plantas para decorar el balcón.
Esto, por supuesto, cuando tuviera un dinerillo extra y libre de gastos.
Tan pronto como se detuvo afuera, fue recibida con una suave brisa que hizo ondear suavemente su suelto cabello negro. Ella cerró sus ojos brevemente mientras colocaba sus manos en el barandal de hierro y disfrutaba de la relajante sensación del viento sobre su suave rostro.
Ella no pudo evitar inhalar aire profundamente.
El viento no solamente transmitía esa cálida sensación gracias al incandescente sol que iluminaba la despejada tarde sino que también era el medio que propagaba y llevaba hacia sus sentidos los deliciosos aromas de los árboles de flor de cerezo que gracias a la época estaban en todo su esplendor en su ciudad natal.
"Mm… que hermoso…" musitó ella plácidamente mientras abría nuevamente sus castaños ojos para divisar a lo lejos los primeros indicios del ocaso. Tenues tonalidades de naranja y rosa comenzaban a teñir el cielo y las nubes de blanco algodón en el horizonte. Otro día más estaba llegando a su fin y eso significaba que cada vez más se acercaba el fin de mes… y los finales de mes eran sinónimo de renta… sólo le quedaban dos semanas más para conseguir el dinero para poder pagar la renta del mes siguiente.
La joven aterrizó abruptamente a la dura realidad.
Auch…
Desde que cumplió su mayoría de edad su mayor anhelo siempre había sido tener su propio lugar, su propio espacio y no era porque quisiera abandonar a su familia… No… Al contrario, para ella su familia era y seguiría siendo uno de sus tesoros más preciados. Podría haberse quedado con ellos unos años más a pesar de ya haber cumplido los veintitrés años de edad y de haberse graduado de la universidad hace un poco más de año y medio pero… su corazón y su mente le decían que era momento de tomar las riendas de su vida y de echarse al agua para aprender a nadar y así valerse por sí misma.
Después de todo esa era su naturaleza… independiente y de espíritu aventurero, en el buen sentido de la palabra.
Fue entonces cuando tomó la decisión de buscar su propio apartamento. A pesar de los innumerables intentos de su madre para convencerla de lo contrario argumentando que aún era muy joven para vivir sola y que si se iba del templo lo único que lograría era pasar dificultades cuando bajo su techo nunca le iba a faltar nada, Kagome mantuvo firme su resolución y dos semanas atrás pasó su primera noche en este lugar.
Los ojos de Kagome se entristecieron ante el recuerdo.
Aún cuando nunca lo admitiría, estaba completamente de acuerdo con su madre. La vida no era nada fácil para una joven que apenas dejaba el nido, y mucho menos cuando debía asumir ciertas responsabilidades a nivel económico con el sueldo de una profesora de arte en una pequeña academia. Pero eso era parte de la vida que quería tener… el paso que nos tocaba dar a todos en algún momento de la vida… un paso importante que marcaba el inicio de la verdadera adultez…
Con eso en mente, entró de nuevo a su apartamento y no pudo evitar recordar en ese momento las palabras de su amiga Sango durante una de sus recientes visitas.
'Tengo una idea… Por qué no le arriendas a alguien la habitación que te queda desocupada? De esa forma tendrás un ingreso extra complementario a tu salario para poder completar lo de los gastos del mes y de paso tienes a alguien que te haga compañía… después de todo, este apartamento es demasiado grande para ti sola…'
Sí… esa sería una buena solución para la parte económica pero más que por el dinero, la sola idea de tener a alguien con quien compartir el lugar le agradaba muchísimo. De esa forma mataría dos pájaros de un tiro. Por un lado, combatiría y derrotaría a la soledad y por el otro, dejaría mucho más tranquila a su madre al saber que su 'pequeña' Kagome ya no estaría sola.
Todas esas razones la habían hecho tomar la decisión de publicar su aviso en los clasificados del principal periódico local.
Ahora faltaba esperar…
Sólo esperaba que no tuviera que esperar demasiado porque las cuentas sí que no daban espera…
Pero mientras tanto… ella exhaló un segundo suspiro esa tarde…
"Manos a la obra, Kagome Higurashi."
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Continuará…
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Nota de Inu: Sé que fue un capítulo un tanto corto pero era necesario dejarlo hasta ahí… digamos que es un pequeño aperitivo de lo que está por venir… je je… gracias a todos por leer y hasta una próxima oportunidad…
Muchos besos!
