El Gato ladrón y el Cachorro policía

Yu-Gi-Oh ... Seto x Joey

By Kaede Sakuragi

Capitulo 14

La segunda reunión llego, mas complicada que la anterior. Realizada en el museo de la cuidad. Un cambio de planes no aceptado por el CEO, pero era necesario si la dueña de uno de los más misteriosos tesoros milenarios quería presentarlo. Ishizu Isthar, una arqueóloga egipcia, hermana mayor de Marik y Malik. Una de las mujeres más bellas.

Había llegado a la Cuidad Domino luego del incidente en la casa de Kaiba, aun así no dijo nada por el motivo que venia. Los gemelos estaban muy nerviosos, no les convenía la presencia de ella en la cuidad, y menos en una de las reuniones. Había algo en ella, que los egipcios le temían.

Una gran alfombra roja caía sobre los escalones del gran edificio, reflectores de la policía vigilaba los techos cercanos, por su el ladrón aparecía de nuevo. Periodistas agolpados a las afueras del mismo, para ver a cada una de las celebridades aparecer en sus limosinas o autos últimos modelos.

Seto Kaiba bebía su tercera copa de champagne, estaba nervioso, pero no era para menos. Había ido a visitar sus artículos, que estaban expuestos en una de las salas mas custodiadas del lugar, junto a ellas, estaba la sortija de Ryu, y en una vitrina aparte, tapada con un terciopelo negro, el collar del milenio. Deseaba verlo, deseaba tenerlos en sus manos, para poder así terminar el conjuro y devolverme a su pequeño hermano su forma normal. Miro hacia un costado, vio en una de las esquinas al guarde espalda tricolor, llevaba un handy moderno, creación de la Corporación Kaiba, donde se comunicaba con el otro compañero, que estaba en la sala contigua.

Dejo su copa, en una de las bandejas que los mozos pasaban por ahí, para tomar otra, pero una pequeña mano, lo detuvo.

- Ya has tomado demasiado... Seto... – Yugi, su primo, quien cargaba al pequeño gato de la familia, lo miraba desaprovatoriamente.

- No me fastidies... – dijo molesto, pero el pequeño maullido molesto lo hizo bufar despacio -... Que has averiguado? – le pregunto en vos baja, mientras lo llevaba tomado del brazo, hasta uno de los rincones.

- Hermano ... es un sistema de presión ... – el pequeño gato, hablo despacio, mientras el CEO acariciaba su cabeza, para pasar desapercibido - ... Necesitaras algo de igual peso, para poder reemplazarlo, pero lamentablemente no sabemos ni como es, ni cuanto puede llegar a pesar ... – Mokuba había saltado a los brazos de su hermano, como rutina.

- No te preocupes ... esta noche cumpliremos la profecía y volverás a tu forma ... – susurro, mientras lo acariciaba por sobre el gran collar de cuero y diamantes que poseía. Era una reunión millonaria, y como uno de los tantos caprichos de los ricos, el ojiazul había llevado a su gato. Una buena estrategia y disfraz para el robo del siglo - ... Yugi, tienes que tener todo listo a la media noche, no más de eso ...

- Seto ... – dijo molesto - ... Ya todo esta listo ... solo falta que sea la hora ... – el otro asintió, mientras devolvía a Mokuba a los brazos del pequeño.

Sin decir mas se alejaron uno por cada lado. Pero lo que no sabían era que eran observados por unos ojos maliciosos, quien tenia el ceño fruncido. Sus pensamientos volaron, hasta unas tablillas viejas, que había visto en algún lugar, bufo por lo bajo, nunca había aprendido a leer bien los labios, pero si se había enterado lo suficiente, para adelantarse antes de media noche.

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El rubio estaba aburrido, recorría cada uno de los pasillos admirando desinteresadamente los cuadros, esculturas, alejándose sin preverlo, del bullicio del gran evento. Lo habían llevado con la excusa que "debía atender al pequeño Mokuba", pero este no se había despegado de los brazos de Yugi, cosa que también molesto a su compañero. Había escuchado el murmullo que Yami había dicho. " Un parásito al cual tenemos que también vigilar". Rió por lo bajo, el ojos amatistas nunca aceptaría que ese muchachito le atraía y además, le gustaba "molestarlo" como siempre le decía.

Sus pies lo llevaron hasta una de las alas cerradas, donde solo unas luces tenues iluminaban lo suficiente, para saber que tenia delante de el. Sus ojos se posaron en una gran tablilla de arcilla, donde había pequeñas figuras las cuales él no entendía, pero un particular dibujo llamo su atención. Podría jurar que parecía un dragón, el cual poseía una estela de fuego, según pudo interpretar que salía de su cabeza. Se acerco un poco mas, para ver detenidamente aquella obra, descubriendo que no era uno solo, si no tres especies de dragones, formando un triangulo, donde en el medio aparecía algo parecido a un hombre. Se alejo de ella, aturdido y desconcertado, había algo en esa tablilla que lo inquietaba.

Paso por las distintas vitrinas, para posarse frente a una en particular. Dentro de ella se mostraba una piedra, la cual estaba dibujada con colores opacos, pero se podía observar bien la figura. Un dragón durmiendo sobre otro dragón, tranquilos, ambos eran distintos pero parecían que se amoldaban, pareciendo que ambos formaban uno más grande. Sus colas estaba entrelazadas, mientras sus cabezas estaban tan juntas, que de lejos, parecía que formaban un rostro y que este ... lo miraba fijamente. Un gran escalofrió corrió por su espalda, dando la vuelta y salir de allí rápidamente.

Busco los pasillos por donde volver hasta la gran reunión, pero misteriosamente no escuchaba ningún bullicio con respecto a esta. Siguió derecho, esperando encontrarse con algún guardia, aunque por lo bajo se maldecía porque sus compañeros se burlarían cuando se enteraran.

Caminaba pausadamente, ya que se sentía observado. El entrenamiento policial, le decía que no era un guardia. Sus sentidos se agudizaron, encontrando una sombra la cual, no estaba muy lejos de su espalda. Un poco mas, y daría la vuelta a una esquina, mejor lugar donde sorprender aquel que lo perseguía. Espero detrás de una escultura que había allí, sintiendo apenas unos pasos, dados en aquel piso pulido. Parecía que fuera un ladrón, caminaba con sigilo, igual que un gato.

La alarma del sentido común salto en su cerebro, estaba a unos pasos del famoso "The Cat". Solo un poco mas, saco su arma, para poder intimidarlo y así obligarlo a entregarse, era censillo en teoría, pero el sabia que si lo veía a la cara, a sus ojos, quizás sus ansias de verlo, haría cualquier cosa, menos arrestarlo. Espero segundos para que apareciera a la vuelta de la esquina, pero parecieron horas, hasta que vio como una mano se apoyaba en la pared, mostrando unos dedos largos, su corazón casi paro en seco, cuando vio solo la mitad del cuerpo aparecer. La iluminación del pasillo solo dejaba ver detenidamente, el cuerpo, ocultando el rostro entre las sombras. Maldijo en ese momento, la oscuridad.

- Intentaras matarme? O solo me contemplaras? – la vos de aquel sujeto era suave, varonil, y sensual. Joey sudo frió por unos momentos.

- Deténgase ahí...! Policía ...! Esta arrestado! – dijo en vos alta, pero no ocultando su nerviosismo, cosa que fue más notable cuando la otra figura, se recostó sobre la pared, aun ocultando su rostro en las sombras, y así cruzando sus brazos en su pecho.

- Detective Wheeler, yo creo que eso esta de mas ... – su vos era seductora, sorprendiendo así al rubio.

- Quién es usted? – dijo molesto, mientras se movía tratando de ver su rostro, no consiguiéndolo.

- ...jeje ... – una pequeña sonrisa salió de sus labios - ... Me has perseguido, me has insultado, y hasta obsesionado conmigo ... y aun así preguntas quien soy? ... – chisto su lengua - .. no ... no ... eres un cachorro policía muy malo ... y deberé castigarte por olvidar a este precioso gato ... – diciendo eso, no le dio tiempo a reaccionar.

Joey se distrajo por un momento, cuando vio como algo le arrojaba a la cara, cubriéndose esta con sus manos. Pero lo que no previno fue que este se abalanzara, aprisionándolo contra la pared contraria, donde la oscuridad reinaba, y nada frente a el se veía. Quiso protestar, pero su boca fue cubierta por otra, que lo besaba rudamente.

La fuerza que ejercía para quitárselo de encima, se fue desvaneciendo poco a poco, relajando sus cuerpo, y así sus brazos, que eran presionados contra su espalda, por el otro sujeto. Estaba atrapado entre la pared y aquel cuerpo cálido que se recostaba sobre el suyo, no pudo reprimir ni un solo gesto de excitación, gimiendo cuando su lengua jugo con la otra; cuando una mano se poso sobre su cintura, y así levantando lentamente sus ropas sintiendo el tacto frió de sus dedos contra su piel febril.

Para que desmentirlo, el gato tenia razón, estaba obsesionado con él, y por eso, estaba respondiendo a cada una de sus caricias. Inconscientemente levanto sus brazos, rodeando el cuello de aquel ladrón, para encontrar su cabello sedoso y fino, que desprendía un aroma a pino y esencias. Abrió apenas sus ojos, para poder observar aquel rostro, pero la oscuridad se lo impedía, pero si se percato de que el Gato lo observaba.

- Que piensas? – dijo despacio, mientras daba pequeños besos en aquel rostro, que pensaba que estaba sonrojado.

- Eres un ladrón, y yo un policía ... – el rubio apenas hablaba - ... yo ... – dudaba en cada beso que recibía – yo ... debería arrestarte ... ahhhh ... – sintió como su cuello era mordido despacio, mientras sentía que aquella mano fina moverse entre sus ropas, amasando sus nalgas - ... Además ... como se que eres tu ... ahhhh ... el gato ... – dijo entrecortado, cuando su entrepierna fue rozada.

- "Ojos Brujos – dijo despacio, mientras mordía el lóbulo de la oreja - Tus ojos me hechizan, como si fuera magia gitana. De un solo pasar, tu sonrisa se roba mi alma. Porque tienes que ser pecado ante mis ojos?.- beso su cuello - Con solo sentirte tan cerca, mi cuerpo reacciona como un imán, antes tus movimientos de tus cabellos, de tu aroma, y tu andar. Oh, condenada criatura. No te das cuenta que me embrujas cada vez mas? Que me tienes comiendo de tu mano, con solo mirarme a los ojos. Que mi castigo sea amarte eternamente. Pues no creo tener mas dulce condena" – al terminar de recitar lo beso apasionadamente, quitándole el poco aire que le quedaba en los pulmones - .. Dudas aun de mí ... Fue el primer poema que te escribí ... – Joey se dejo llevar por las caricias.

Que más podía hacer, eso era mas que suficiente para saber que aquel sujeto, que estaba posesionándose de su cuerpo, era el mismísimo gato. Sintió como su camisa estaba abierta, y su piel era recorrida por aquella boca, mordiéndose su mano para no poder gemir mas fuerte. Sintió como los pantalones caían sobre sus pies, para luego sentir una suavidad húmeda que recorría su hombría erecta. Llevo sus manos hasta los cabellos de aquel ladrón, intentando sostenerse y no caer al suelo; pensar que podría alguien descubrirlos lo hacia más excitante.

- Espera ... – dijo despacio.

- Que sucede? – le dijo el otro, mientras se levantaba y besaba sus labios, sin dejar de torturarlo con su mano.

- Alguien ... – dijo intentándolo ver en la oscuridad - ... Alguien puede venir y ... Ahhhh ... – casi grito cuando los dedos del gato, habían atrapado la punta de su hombría, pellizcándola fuertemente - ... Debo trabajar ... cuidar ... ahhhh ... No te detengas ... no ... aaahhhh ... aguanto ... – dijo ya desesperado, llegando hasta el limite de su resistencia, movió las caderas al compás de aquel ritmo, mientras el ladrón apoyaba su frente el su hombro.

Los gemidos se hicieron más rápidos, eran al mismo tiempo. En ese momento se dio cuenta que el otro, también estaba empalado, y además se masturbaba a la par de él. No supo porque, pero su mano se movió lentamente, hasta llegar a la hombría erecta y empezar a llevar el mismo movimiento que sus caderas. Segundos después, ambos dieron un gemido largo. Cayendo al suelo por el cansancio.

Joey sintió que besaban sus labios, para luego vestirlo. Apenas podía mantener sus ojos abiertos.

- Debemos regresar a la fiesta ... – dijo despacio, mientras se alejaba de él.

- Si ... debemos ... ... ... ... – automáticamente el policía se levanto sorpresivamente - ... COMO QUE DEBEMOS ...? – callo en cuenta que El Gato estaba alejándose – Espera un momento! – corrió de tras de el, para alcanzarlo, pero no se había percatado que había llegado hasta el pasillo principal, donde la reunión estaba en su apogeo.

Miro a todos lados, tratando de divisar algún sospechoso, o algo. Trato de recordar como estaba vestido, lo que las sombras apenas habían mostrado, pero su mente se nublo. Solo recordó aquel aroma particular a pino.

- Ah ... maldición ... – dijo despacio. Se encamino entre la gente hasta llegar al salón, donde diviso a sus compañeros, cuando estaba pensando en lo sucedido callo en cuenta algo - ... Oh por KamiSama ... nosotros ... yo ... él ... – sus mejillas se tiñeron de rojo, provocando una interrogación en sus compañeros que se le acercaron.

- Oye ... te encuentras bien? – Yami fue quien pregunto, mientras tomaba su brazo y lo llevaba hasta un rincón del salón - ... Joey ... que te paso, porque tienes esa cara? – como decirles ... estaba en un gran problema.

- Yo ... es que ... – se callo de repente cuando Duke lo interrumpió.

- Joey ... porque tienes un chupón en el cuello? – dijo sonriente, mientras le tocaba cerca de la oreja. Corrección, pensó el rubio, El Gato estaba en un GRAN PROBLEMA.