Los terrícolas estaban anonadados de lo que tenían delante suya, después de un mes entero de viaje al fin habían llegado al planeta de origen de Piccolo: Namekusei. Sus rostros de satisfacción lo decían todo, después de un largo viaje al fin habían llegado a su destino. Una muchacha de cabello azúl se acercó a una pequeña máquina cuadrada que había en la sala y empezó a girar y a apretar unos botones (cosas de gente inteligente supongo). Los otros tres simplemente miraban sorprendidos a la vez que felices por lo que tenían delante, tanto que no pudieron soportar la tentación de salir de la nave sin importales nada.
— Antes de bajar tendré que revisar los componentes de la atmósfera- ¡¿Qué hacen afuera?! — gritó Bulma histérica, llegaron hace un segundo y ya le estaban causando dolor de cabeza.
— Este lugar me recuerda muchísimo dónde me entrenaba el señor Piccolo — comentó Gohan, mirando con asombro el paisaje e intentando ver más allá de lo que sus ojos le permitían.
— ¿Mm? ¿Te refieres señor verde que te entrenó, Gohan? — está vez fue una inesperada chica, desconocida y ajena para el lector pero adaptada para encajar por el escritor; cabello ligeramente largo para que no estorbe en el combate, de color castaño, orejas puntiagudas, notablemente más alta que los otros pequeñajos (incluso que Bulma) y ropas muy similares a las de Gohan, solo que está poseía una bata blanca por encima que le llegaba a la cintura pero nada más que eso, una 'simple' y sencilla bata, muy parecida al dobok solo que en mangas cortas. ¿Así o más claro?
— Sí. Recuerdo que los saiyajins dijeron que el señor Piccolo era un namekusei — agregó Gohan, aclarando a la chica del porque se le hacía familiar el lugar.
— Es verdad Cinnamon, tú no estuviste cuando peleamos contra los saiyajin — dijo Krillin a lo que la castaña asintió, apesar de haberlos acompañado durante todo el viaje, desconocía un poco el contexto del viaje. La muchacha se adelantó y se agachó extendiendo la mano al suelo, sintiendo la tierra del lugar, como si la estuviera analizando.
— Supongo que al ser de la misma raza de los que habitan este planeta debió buscar un lugar parecido por mera naturaleza — concluyó Cinnamon, limpiándose la tierra de la mano con la cinta roja de su ropa, si lo hacía con la blanca se iba a manchar.
— ¡¿Se puede saber por qué bajan así como si nada, imprudentes?! — apareció Bulma de la nada entre Gohan y Krillin — ¡Pudieron haber muerto y todo el viaje habría sido para nada, dejen de ser tan impulsivos! — regañó. Krillin y Gohan se miraron confundidos, sin saber el porqué el enfado de su amiga científica aunque Cinnamon sí entendiera, prefirió ignorarla. Bulma solo bufó molesta — Solo recemos que el radar del dragón funcione aquí — sacó el redondo artefacto, nerviosa apretó el pequeño y único botón del apartado. Sus ojos jamás habían brillado antes en su vida al ver como pequeñas luces aparecían en la pantalla, tanto que en cuánto Krillin y Gohan lo notaron los tres empezaron a celebrar como si ya hubiesen ganado la guerra.
Mientras tanto, Cinnamon se dedicaba a ver el agua verdoso de lugar dado la casualidad que habían caído cerca de lo que parecía ser un río. Se preguntaba del porque el curioso color del líquido, lo tocó y se dió cuenta que se sentía como el agua de la Tierra lo que le causaba más curiosidad por el desconocido planeta pero había algo más que le incomodaba, no sabía el qué ni el como explicarlo, sentía varias presencias incómodas a su alrededor pero había una en especial que se alzaba sobre las demás; Una presencia que te obligaba a bajar la mirada si te encontrases delante suya. Cómo la de un tirano muy poderoso y fuerte.
— ¿Tú también lo notas Cinnamon? — se asustó un poco al escuchar a Krillin detrás suya, no se dió cuenta que se había alejado de la nave ni mucho menos que la celebración de los demás ya había concluído. Notó su expresión seria junto con la de Gohan que venía detrás de él, agradeció de no ser la única que lo sintió.
— Sí, es la primera vez que siento esta clase de sensación tan... ¿Malvada? No sé cómo explicarlo, ya he sentido el ki antes pero esto es otro nivel... — Krillin y Gohan asintieron abrumados, ¿quizá los namekusei no eran los únicos que estaban en este planeta?
— No es la única, también se sienten varios junto a ese enorme ki — dijo Gohan.
— Es verdad aunque se ven que son bastantes débiles a comparación de ese.
— Venga chicos, no es para tanto. Recuerden lo fuertes que eran Piccolo y Kami-Sama, no es sorpresa que aquí igual hayan namekusei iguales o más fuertes — interrumpió Bulma, ya no quería escuchar malas noticias, solo quería un viaje en paz por lo que se mantuvo positiva, contagiando a Krillin y a Gohan tanto que hasta empezaron a reír, lamentablemente no les duró mucho.
— Esperen... — los ojos de Cinnamon empezaron a moverse por todo el paisaje, como si buscara algo con desesperación, su cuerpo giraba en todos direcciones hasta que repentinamente sus ojos se fijaron en un punto exacto en el cielo — ¡Ahí! — apuntó a una dirección exacta, para ese entonces las risas ya se habían detenido y pasaron a expresiones de sorpresa y principalmente terror.
En el cielo se encontraba lo último que se querían encontrar en esa situación y en ese planeta. Una cápsula redonda caía del cielo a forma de meteoro, Cinnamon solo sabía que de ahí provenía un ki bastante potente pero tanto Krillin como Gohan y Bulma conocían perfectamente aquella nave pues el mounstro que iba dentro era la causa por la que ellos estaban allí, en un planeta remoto con el objetivo de revivir a sus amigos.
— ¡N-no puede ser, es la nave de los saiyajin! — exclamó Krillin en terror — ¡Debe ser Vegeta!
— ¡¿Vegeta?! ¡No, no puede ser! — Bulma cayó al suelo de rodillas, con el rostro pálido. El solo recordar todo lo que causó ese desgraciado solo le daban ganas de tirar todo por la borda. Gohan y Cinnamon se mantuvieron calmados, pero por dentro estaban aterrados igualmente. Aunque la castaña jamás conoció al saiyajin, con solo percibir su poder sabía que nada podía terminar bien con eso andando suelto por allí.
— ¡Es verdad! — advirtió Gohan enseguida — ¡Hay que ocultar rápido nuestro ki o nos detectaran!
— Ay, es verdad — Krillin enseguida lo hizo. Cinnamon hizo lo mismo, a Bulma solo se le ocurrió ocultarse en una de las patas de la nave. Pasaron eternos segundos para que la cápsula se perdiera de vista y al fin pudieran hablar, curioso pues no había nada que le impidiera antes, supongo que así debe ser la presencia de ese villano.
— Bulma, lo mejor será avisar a la Tierra de la situación. Sería malo si murieramos y nunca supieron la razón, jajaja — bromeó Cinnamon, "algo de muy mal gusto" pensaron sus compañeros pero estaban de acuerdo en cuánto avisar a la Tierra. Mientras tanto Cinnamon volvió a mirar al cielo, sus ojos ahora mostraban más confusión que miedo — Eh... Chicos — volvió a avisar, pues al parecer estaban muy ocupados intentando contactar con la Tierra, los tres voltearon al cielo nuevamente y solo recibieron un frío balde de agua de realidad al ver otra cápsula saiyajin cayendo del cielo, al parecer en la misma dirección al de la nave de Vegeta.
— Maldición, ¿Qué rayos está sucediendo en este planeta? — Krillin empezó a frustrarse, no esperaban para nada está situación, mucho menos apenas llegando, apretó sus puños con fuerzas. Gohan y Cinnamon solo mantenían su rostro incómodo, ya nada era color de rosas a como llegaron. Nadie sabía el qué hacer.
Algo que diferenciaba totalmente el paisaje entre Namekusei y La Tierra era básicamente todo, el cielo, el agua, el césped azulado y por supuesto todas las especies de animales junto con su raza "dominante", (entre comillas porque se nota que los Namekusei respetan su entorno) era lo que marcaba una gran diferencia.
Gracias a la simpleza de Namekusei, nunca estuvo en el radar del Imperio de Freezer pues realmente a simple vista no tenía absolutamente nada que ofrecer aparte de agua y más agua pero algo hizo que Freezer se interesara fuertemente en este planeta tanto que incluso decidió venir el mismo en persona: Las Esferas del Dragón. Poderosos objetivos con la fama de cumplir cualquiera deseo a quién logre reunir las 7 esferas. Sin duda suena algo muy tentador por cualquiera ser vivo, da igual su estado o mentalidad.
Las formas para obtener dichas esferas dependían de que esferas buscabas pues cada uno era custodiado por un anciano y cada uno te pondría una prueba de valentía y justicia para saber si eras digno o no de obtener dichas esferas. Eso sería lo natural, pero al tratarse de Freezer, ¿por qué el emperador del universo perdería tiempo en algo tan absurdo si puedes tomarlo por la fuerza?
— Aquí tiene la esfera, lord Freezer — uno de los muchos secuaces sostenía una gigantesca esfera anaranjada de cristal casi tan grande como su cuerpo, en el interior de dicha esfera se lograba ver la silueta de tres estrellas pequeñas.
— Excelente — celebró, con una voz demasiado formal pero que no daba para nada confianza — Ahora solo faltan tres más — el pequeño soldado se acercó a un secuaz que estaba junto a Freezer, dandoselo a un grandulon rosado muy desagradable a la vista; Con pinchos en la cabeza pero con varios cortados, de hecho, se le notaban muchísimas heridas de guerra e incluso algunas partes repuestas con metal, en especial una parte de su cara que abarca hasta el ojo, debió pasar alguna experiencia fea en el pasado — Cuídala bien, Dodoria. Vegeta también está detrás de las esferas — comentó, revelando el nombre rosado que solo asintió tomando la esfera, con esa ya tenía dos en ambos brazos gigantes. Un pequeño pitido muy característico empezó a sonar en uno de los rastreadores de los soldados, específicamente: el de Zarbon. Un soldado que se encontraba del lado contrario del gigante rosa, solo que este era verde y bastante más atractivo al poseer una figura más humanoide.
— Hmm... Curioso — murmuró.
— ¿Sucede algo soldado Zarbon? — preguntó Freezer.
— Al parecer uno de los tres individuos que localizamos con anterioridad no es un sujeto cualquiera — continúo — Logró aumentar su nivel de pelea de manera muy abrupta, después de matar a nuestros soldados volvió a descender de manera muy drástica, que extraño.
— ¿Ah, sí? ¿De cuánto se trataba, precisamente?
— Pasó de 500 hasta los 17,000 en tan solo segundos — respondió, realmente era un poder muy menor al suyo pero sin duda es uno muy inusual de ver.
— ¿17,000? Vaya — notó enseguida que era el poder más alto registrado desde que llegaron al planeta, además del de Vegeta, claro está — Aún así, es un poder bastante insignificante comparado al nuestro — Zarbon asintió estando de acuerdo.
— Por cierto, lord Freezer, Cui ha llegado al planeta para darle caza a Vegeta.
— Perfecto, ahora mismo ese traidor Vegeta es nuestra mayor prioridad. No podemos darnos el lujo de que ande suelto — habló el de los cuernos con tranquilidad.
— No sé preocupe lord Freezer, si mal no recuerdo Cui y Vegeta tenían un poder similar. Si logra sobrevivir andará más bien moribundo — comentó Zarbon pero repentinamente su rastreador detecta algo, nuevamente se encontraba escaneando a Vegeta — Mmm... ¿Qué es esto? — el rastreador azulado de Zarbon estalló en pedazos después de detectar un ki potente por parte de Vegeta.
— ¿Qué sucede Zarbon? — preguntó Dodoria.
— Que extraño, según mi rastreador Vegeta poseía un poder de 24,000 — informó — Pero quizá haya estado averiado, revisa el tuyo Dodoria, solo para confirmar.
— Jej, normal que esté descompuesto — el rosado apretó un botón activando así el rastreador que tenía ya en su parte mecánica de la cara, empezando buscando el ki de Vegeta — Era un modelo bastante... ¡¿Qué?! N-no es posible, el mío también marca 24,000 — dijo intranquilo con su chirriante voz.
— ¿Quiere decir que ya sobre pasó tu poder de pelea, Dodoria? Jajaja — rió al ver a su aliado sudando la gota gorda — No haz aprendido nada — se burló.
— Es natural que Vegeta se haya vuelto más fuerte — interrumpió Freezer — Después de todo casi muere en la Tierra el pobrecito, debió de haber aprendido algo allí que le hizo aumentar su poder de pelea — dedujo — Pero no pasa nada, después de todo ustedes igual podrán hacerle frente, ¿no es verdad? — con solo escuchar su tono de voz no hace falta que te diga directamente que estás muerto si le fallas.
— ¡Si, lord Freezer! — respondió Zarbon con seguridad. Dodoria hizo lo mismo, pero un claro titubeó que se hizo notar. Otro pitido se escuchó en el rastreador de Dodoria, un pitido que solamente anunciaba que el ki de Cui desapareció en su totalidad, acababa de morir, el rosado se lo hizo saber a su jefe.
— Bah, era de esperarse — dijo restándole importancia — Mejor busquemos la quinta esfera, no perdamos más tiempo. ¿Ya rastrearon la siguiente aldea? — preguntó a uno de los soldados.
— El rastreador indica que hay 10 namekuseijins en aquella dirección lord Freezer — apuntó Appule, con su pequeño dedo hacía donde se encontraba la aldea más cercana.
— Excelente, vayamos entonces.
Freezer, Zarbon, Dodoria y los demás soldados se alzaron vuelo al instante después de fijar la dirección en que se dirigirían. Dejando en el olvido aquellas casas y cultivos destruidos por sus propias manos, varios namekuseijins yacían muertos en las tierras que acababan de abandonar, algunos en el suelo y otros incluso en el agua que solo buscaba huir de un inevitable final e incluso al más anciano con claras signos de tortura. Nisiquiera los niños se salvaron de la muerte y tiranía de Freezer.
Mientras las innumerables masacres que ocurrían en el planeta de Namekusei, nosotros pondremos la vista más al futuro, en el vacío y oscuro espacio lleno de puntos blancos que se hacían llamar estrellas y planetas. Pero en aquellas planetas y estrellas, una cápsula esférica pasaba a gran velocidad entre ellas pero sin entrar en su órbita gracias a la velocidad a la que iba.
Viendo a través del único cristal que había, se lograba ver una silueta recostada contra el alcolchonado de la cápsula, como el de alguien relajado en un profundo sueño aunque su pasajero lamentablemente no podía pensar lo mismo. Quién estaba sufriendo aquel profundo dolor punzante en su estómago se trataba de una mujer adulta de aspecto joven con claros signos de combate por todo su cuerpo, pero había algo que le estaba causando todo esas quejidos de dolor, la zona del abdomen de su armadura de encontraba totalmente destrozada; debió recibir un fuerte golpe que la dejó al borde de quedar inconsciente.
— Desgraciado... — gruñó con odio, jamás había llegado a tal situación antes. Con sus guantes blancos puestos, apretó un botón que se encontraba en el lado derecho de la cápsula, servía más bien para hacer un chequeo rápido en todo su cuerpo para saber si no se rompió algo por dentro, era bastante impreciso pero era mejor que nada dado su situación actual.
La chillona voz de la nave le decía los resultados del diagnóstico pero entre su mareo solo logró capturar dos cosas: "Estado crítico" y "Liberando máscara de oxígeno" la máscara se puso por sí sola, pudiendo al fin controlar su respiración sin sentirse asfixiada además de aliviarle un poco el dolor, no sabe que cosa le hayan metido en los pulmones pero le relajó bastante. Aún así, el mareo continuaba y apenas podía pensar de manera cuerda hasta que cayó inconsciente, fue el único momento del viaje en el que al fin podía sentir paz pero antes de caer rendida, no quitó sus siguientes objetivos de su cabeza:
— Namekusei, Esferas del Dragón y... Ese desgraciado de Ginyu.
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Hola! Espero que el prólogo haya sido de su agrado y si no es así, por favor coméntalo o házmelo saber ya sea en privado (¿Hay DM aquí?) o en los comentarios. Me encantaría escuchar las opiniones y críticas de las personas, ya que este fanfic lo subo con tal de mejorar mi forma de escribir, ¿y qué mejor forma que con la ayuda de los críticos de internet?
Cualquier cosa, errores ortográficos, de continuidad, o más, ¡dímelo!
Igual escucho sugerencias por supuesto, pero sería más bien a pequeños detalles, créanme que en mí mente tengo mucho planeado, al menos hasta la saga de androides.
Si sienten a Cinnamon muy fuera de lugar, tranquilos, es normal pues aparece de la nada un personaje random y entiendo la confusión. TODO se explicará en el futuro, paciencia. Espero se logren acomplar a ella.
pd: Estoy consciente de lo corto que es el prólogo, por eso lo subo junto con el primer capítulo.
Bonito día.
