— Muy bien, dos naves esféricas llegaron a Namekusei y sentimos un ki maligno de la cuál no estamos seguros poder derrotar. ¿Qué proponen qué hagamos? — preguntó Cinnamon, en un tono algo sarcástico pero intentando pensar positivo apesar de que lo que dijo era más bien desmotivador.

— Yo... Siento que lo mejor sería retirarnos, ¿no? Sería imposible ganar si nos llegamos a encontrar con Vegeta — sugirió Krillin y con mucha razón, no tendría sentido encarar a la muerte.

— Pero Krillin, si nos marchamos Vegeta podría reunir las esferas y desear la inmortalidad — respondió Gohan — Y si mal no recuerdo; juró vengarse de nosotros — a la castaña no le entraba la cabeza el como un saiyajin podrías guardar tanto rencor a un niño y a su padre, pero bueno, "cosas de saiyajins" pensó.

— Y-ya... Es verdad — gruñó Krillin, aceptando la cruda verdad, daba igual lo que hicieran igual estarán muertos tarde o temprano.

— Supongo que no tenemos de otra — Cinnamon empezó a estirarse un poco y a crujir algunos huesos, llevándose la mirada de sus compañeros — Yo me quedaré, tengan por seguro que al menos haré el intento de recolectar las esferas — se acercaría a Bulma, pidiéndole el radar del dragón el cuál la peli azul se la entregó.

— ¡Yo también voy! — se animó Gohan, sabiendo que no tenían otra alternativa pero igualmente se encontraba motivado ante la misión que tenían.

— "No tenemos de otra, eh?" — repitió Krillin, suspirando — Yo también voy, me veré mal si me retiro así.

— ¿Y usted señorita Bulma? — los tres le miraron, mientras ellos era una mirada normal, para ella era más bien como si las miradas de toda la Tierra estuvieran sobre ella.

— Eh... Jaja... Verán — se rascó la nuca, algo nerviosa y presionada. Sin duda quería regresarse a la Tierra, pues ella no pintaba nada allí si de la nada todo el mundo empieza a lanzar ondas de ki a diestra y siniestra, incluso los mismos que le preguntaron tenían pensado enviarla de regreso, pero justamente cuando iba a dar su respuesta, se ve interrumpida por la voz de Gohan.

— Esperen... ¡Alguien viene! — el pequeño se giró hacía una colina de rocas que se encontraba del otro lado del río, quizá refiriéndose a qué alguien venía detrás de aquella estructura.

— ¡Aaah! ¡¿Es el saiyajin?! — Bulma se ocultó detrás de las patas de la nave, ¿qué otra cosa podía hacer?

— ¿Serán namekuseijins? — se preguntó Krillin, tan intrigado como asustado, aún así, tanto él como Gohan procuraron ponerse en posición de batalla; Cinnamon solo se mantenía al margen, murmuró:

— No, este ki desprende mucha maldad para ser un namekuseijin.

— ¿Estás seguro que es por aquí? — una voz chillona se escuchó detrás de la gigantesca roca.

— Si, el rastreador indicó aquí mismo — otra vez apareció, pero con tono bastante más grave.

La proximidad de aquellas voces iba creciendo hasta que por fin sus dueños aparecieron, a uno de los lados de la colina salieron dos siluetas claramente no humanas; Una especie rara de hombre pez sin nariz y con una cresta extraña sobre su cabeza además de piel escamosa y azulado, mientras que el otro es algo más "humano" si es que no contamos sus dos cuernos, color azul de piel, cabello morado y anchura anormal. Ambos poseían armaduras negras con hombreras marrones pero uno solo parecía tener una especie de cañón con su mano metida, algo raro de ver a los ojos de los terrícolas pero hubo algo que si reconocieron, las armaduras saiyajin que traían puestos, lo que realmente empezaba a causarles más confusión.

— Vaya, vaya. ¿Qué tenemos aquí? — habló el de los cuernos con tono altanera.

— Esos no son namekuseijins — mencionó el pez/humano, con su voz chillona pero igual de arrogante.

— Da lo mismo, se nos ordenó matar todo habitante del planeta. Los turistas no serán excepción — ambos rieron con maldad. Ambas bandas no tuvieron que decir nada para saber que iban a pelear sí o sí — Jajaja, que mala suerte tienen en estar en el lugar y tiempo incorrecto — exclamó a los terrícolas. Ya para ese entonces los "humanos" ya se daban cuenta que aquellos soldados armados no tenían ninguna buena intención. Ambas figuras empezaron a volar lentamente hacía ellos de manera amenazante.

— Ahora que lo pienso, ¿nunca me han visto luchar, verdad? Nisiquiera en las prácticas — apareció repentinamente Cinnamon entre Gohan y Krillin, acercándose para ver con detalle a los enemigos — No son fuertes, pero sí malvados. Será sencillo — antes de siquiera preparase para volar, un rayo láser púrpura voló sobre ellos. Para cuando los guerreros se dieron la vuelta, la nave había sido totalmente atravesado dejando un enorme hueco con partes del metal derretido; dejando la nave inservibe — Okay, eso es un problema... Uno muy grande.

— ¿Está bien señorita Bulma? — Gohan se acercó a auxiliar a la dama, pues se vió obligada a tirarse al suelo para no ser alcanzada por el rayo lo que llevó a mancharse toda su querida ropa. Cinnamon se regañó internamente por no haber actuado antes, todo por perder el tiempo.

— Muy bien, ahí voy — susurró. Dió un profundo respiro y una larga exhalación, quedándose de pie unos segundos sin moverse.

— ¡Jajaja! ¡¿Qué te sucede chiquilla, estás tan asustada que no puedes moverte?! — se burló el cara pez a risas junto con su compañero. De manera inesperada, su rastreador se encendió por sí solo, tomando por sorpresa al soldado — ¡¿E-eh?! ¡¿Qué sucede?!

— ¡S-su poder está aumentando! — habló sorprendido el otro soldado. Por estarse fijando en sus rastreadores, desviaron la vista; para cuándo quisieron volver a la joven, habían desaparecido.

— Vaya, nunca creí que Cinnamon tuviese un ki tan alto... — murmuró Gohan sorprendido, pero quedó aún más al ver cómo la muchacha desaparecía como si se tratase una mancha, giró su mirada hacía el cielo que era donde se encontraban aquellos tipos malvados. Krillin estaba tan atónito como Gohan. Los soldados solo buscaban con la mirada sus alrededores sin dar con nada, nisiquiera una silueta o alguna mancha que la delate.

— Ding dong — en apenas un par segundos Cinnamon ya estaba detrás de ellos. Nisiquiera les dió tiempo a girarse para atacar cuando ambas palmas de la castaña se había incrustado en sus espaldas, rompiendo la armadura y perforandolos. Después de un par de segundos, los soltó sin problemas, dejando que los cuerpos se hubieran en el agua, "haciéndolos uno con la naturaleza" pensaba. Bajó a tierra después de sacudirse las manos — ¿Nos vamos rápido? Sin querer aumenté mi ki de más, jeje... — rió algo apenada.

— Uy... Es verdad — dijo Krillin, dándose cuenta que el pequeño momento de gloria de su amiga traería consecuencias — Lo primero será buscar un lugar donde quedarnos, aprovechando que ni Vegeta ni sus amigos nos puede encontrar sin los rastreadores — el pelón se adelantó a recoger las mochilas, mientras Cinnamon animaba a Bulma que estaba al borde las lágrimas por no poder regresar a la Tierra, aunque los guerreros se hayan mantenido optimistas, la ingeniera simplemente sabía que no podría dormir tranquila durante los siguientes días.

Gohan se ponía su pequeña gorra que se le había caído por culpa del rayo que destruyó la nave, quitándole el polvo pero sus ojos accidentalmente volteaban a la castaña debés en cuando; No puede quitarse algo de la cabeza, algo que notó cuando Cinnamon derrotó a ese par de sujetos; Le parecía raro que esos dos hubiesen muerto de manera tan instantánea, no solo eso, sino que además pudo notar por un segundo como el ki de ella había aumentado más a como estaba anteriormente, pero como lo disminuyó enseguida no pudo confirmar nada. Sabía que Cinnamon no era terrícola como tal, "pero sino es así, ¿qué es exactamente?" se quedó pensando.


— Seguramente Freezer sabrá que me he revelado — Vegeta se encontraba surcando los cielos de Namekusei con relativa lentitud para evitar ser localizado rápido por los hombres de Freezer, buscaba mantenerse al margen de ellos para en cualquier momento atacar — No podré con Freezer, pero sus soldados serán sencillos de matar. Solo debo esperar el momento adecuado — sonrió arrogante ante su malvado plan. Su rastreador volvió a emitir otro pitido — Veo que ese imbécil trajo consigo a Zarbon y al moribundo de Dodoria — descubrió.

— ¡Jajaja! ¡Ya te encontré Vegeta! — una voz chillona gritó en su rastreador, dejándolo casi sordo. Este día no podía ir peor — ¡Gracias a las órdenes del señor Freezer no hay nada ni nadie que evite que te mate! ¡Ajajaja! — no había ser más odioso en este universo que Cui, el autoproclamado "rival" de Vegeta. El saiyajin solo rió ante aquella falsa afirmación, respondiendo de vuelta al rastreador.

— No me hagas reír maldito adefesio, ¿tú matarme a mí? — detuvo el vuelo para detenerse en una colina con una mediana planicie, viendo en dirección de dónde había venido pues según su nuevo sentido del ki (el cuál le falta practicar) por ahí venía ese desagradable — Ya veremos rata inmunda, yo y la muerte te estaremos esperando, ¡jajaja! — bloqueo su rastreador para evitar recibir una respuesta del alienígena morado.

— ¡M-mgh! ¡Maldito, bloqueó las respuestas! — aceleró aún más su vuelo, gracias a qué el saiyajin iba lento pudo alcanzar su ubicación en poco tiempo, ahí estaba el saiyajin, esperándolo de brazos cruzados. El morado se puso delante suya a cierta distancia, con una sonrisa confiada; ambos eran bastante arrogantes en realidad — ¡Al fin llegó el día, los dos rivales dan fin a los problemas!

— ¿Rivales dices? Veo que sigues siendo el hazme reír, jaja.

— Y veo que tú poder ha disminuído — revisó en su rastreador y al igual que todo soldado de Freezer...

— Confías demasiado en ese aparato — bajó sus brazos — En la Tierra aprendí una técnica bastante interesante el cuál hizo que valiera la pena el viaje —

— ¿Mmm? ¿Una nueva técnica?

— ¡Ocultar mí poder! — Vegeta empezó a soltar un gritó ascendente a la vez que apretaba sus puños con fuerza mientras liberaba su ki. El rastreador de Cui empezó a pitar, casi a forma de advertencia.

— ¡¿Q-qué?! ¡¿Qué es esto?! — su rostro pasó a miedo absoluto, empezó a sudar de manera desesperada — 20 mil... 21mil... 22 mi- — el rastreador explotó en mi pedazos, dejándole una pequeña zona de su rostro con quemaduras superficiales — ¡¿Qué es esto?! ¡Se supone que teníamos el mismo poder! — retrocedió asustado.

— ¡Jaja! ¡¿Qué sucede?! ¡¿A dónde se fue esa confianza que tenías?! — se acercó al morado, con su puño encerrado delatando su ira.

— ¡O-oye Vegeta! ¡Qué tal sí... Eh...! ¡¡Y sé, ¡tengo una mejor idea! ¡¿Qué tal si unimos fuerzas para derrotar a Freezer, eh?! ¡¿Q-qué te parece?! — a contrario de sus palabras, él continúo retrocediendo mientras sonreía de manera cobarde.

— ¡Maldito miserable! ¡¿Te atreves a pedir piedad después de mofarte de mí de esa manera?! — continúo acercándose, al mismo ritmo que su "rival" retrocedía.

— ¡Te lo juro Vegeta, estoy diciendo la verdad! ¡Es más, nunca me agradó ese maldito de Freezer! — mintió. Lo que el guerrero de mayor poder no notó fue que el moradito empezó a acumular energía en ambas manos. Sus ojos finigeron ver algo detrás de Vegeta, y a manera de sorpresa gritó — ¡Oh, el gran Freezer! — su actuación era espelndida.

— ¡¿Qué?! — Vegeta se giró de golpe, fue tan inesperado, ¡era ridículo no haber notado su poder! Para su sorpresa, se encontró con montones de nada a dónde se supone que debía estar Freezer.

— ¡¡Jajaja, tonto!! ¡¡Muere!! — sin darle tiempo a girarse, Cui empezó a lanzar cobardemente una cantidad innecesaria de ráfagas de energía de manera desesperada a su oponente, tantos que al poco tiempo quedó jadeando del cansancio y con energía como para apenas poder volar.

El montón de polvo se disipó en cuestión de segundos, no había nada más rocas, había hecho un hueco enorme e irregular en el suelo. El ingenuo alienígena estaba tan confiado de su poco poder que creyó que lo había hecho polvo, que nisiquiera había dejado picadillo del "último" saiyajin.

— Imbécil, eso te mereces. Por muy fuerte que seas es imposible soportar eso... — jadeó aún cansado y empapado de su desagradable sudor.

— Que decepción, veo que sigues siendo igual de patético desde el maldito día en que te conocí — habló Vegeta, apareciendo detrás de Cui a solo unos metros de distancia.

— ¡¿Eh?! ¡¿Pe-pe-pero cómo?! — la voz del morado temblaba, casi como si estuviera apunto de ponerse a llorar.

— Desgraciado, ¡solo haz hecho que me enfade! — gritó, aumentando más su ki.

— ¡No! ¡¡No es posible!! — dió un último aullido para dispararse a volar a toda la velocidad que su poca energía le permitía. No sirvió de nada, Vegeta apareció delante de él impidiéndole que siga avanzando. Nisiquiera pudo soltar otro sonido que no sean jadeos de dolor a causa de Vegeta que le dió un golpe tan fuerte que le mandó a volar con su abdomen abollado por su puño.

— ¡Jajaja! ¡¡Muere!! — gritó con satisfacción, llevaba años queriendo hacer esto. Dirigió dos dedos hacia donde salió volando Cui, y casi como si se tratara de telepatía; explotó en mil pedazos dejando una cortina de humo carmesí — Jeje... Que fuegos artificiales tan desagradables — se burló, bajando al suelo antes de que le llegue el peste. Olvidó de una vez por todas la muerte y la existencia de Cui para pensar en sus siguientes movimientos, no valía la pena pensar más en él o siquiera mencionarlo.


— Que cansancio... — jadeó Bulma — Me duelen los pies, ¿qué acaso ninguno de ustedes me puede llevar cargando? ¡Eso no es forma de tratar a una dama!

— Con mucho gusto lo haríamos Bulma, pero tenemos que caminar para que no nos detecten ya que para volar necesitamos mucho ki y nuestros enemigos podrían encontrarnos enseguida — respondió Gohan, dando una explicación aunque razonable, no fue de agrado para la peliazul pues no quería aceptar la realidad, solo le quedó resignarse y seguir caminando.

— Hmm... Hay una cueva allí adelante — dijo Cinnamon, apuntando hacía una colina con un hueco.

— Es verdad, parece el lugar perfecto para descansar, ¿verdad Bulma? Ahí nunca podrán encontrarnos — Krillin se mantuvo positivo, al fin algo bueno resultaba.

— Ugh, si, que alivio... — fingió celebrar, estaba agotada. Para nada estaba acostumbrado a esos trotes.

Una vez se acercaron a la entrada de la cueva, pudieron quitarse las mochilas de encima, realmente no eran ningún problema pero si que estorbaban para la movilidad. Bulma al fin podía descansar después de horas caminando.

Cinnamon se estiró un poco y giró su vista hacía una dirección bastante específica, había notado algo, sentía una energía benévola por allá. Era algo muy raro en ella, pero podía sentir los sentimientos de las personas a través de su ki, no conocer su historia pero si saber el porqué lucha, incluso Mr. Popo se sorprendió cuando ella le contó.

— Oigan, ¿no sienten un ki por allá? — habló.

— Es verdad, pero se siente diferente — dijo Krillin, dejando su mochila en el interior de la cueva.

— Me pregunto si será de los namekuseijins — tanteó Gohan, mirando en misma dirección de Cinnamon con la misma curiosidad.

— No me sorprendería, son una raza tan pacífica — habló orgullosa la castaña, recordando que su maestro pertenecía a la misma raza — No como el otro ki gigante y malvado que viene en esta dirección — dijo como si se tratase de nada.

— ¿Q-qué? — Gohan se alteró enseguida al sentirlo, el enorme ki que habían sentido después de bajar de la nave venía en su dirección aceleradamente.

— ¡¡Tiene razón!! ¡¡Viene un ki muy grande en esta dirección!! — gritó Krillin, tuvo que jalar a una Bulma harta de la vida para que tuviera tiempo a esconderse. Cinnamon tuvo que hacer lo mismo con Gohan, había demorado segundos en reaccionar.

Todos se pegaron a las paredes de las cuevas, aterrados y rezando que aquellos con los ki malignos pasaran de largo. Bulma no sentía nada pero los guerreros podían sentir su corazón bombeando con fuerza y rapidez, jamás habían sentido un poder igual, nisiquiera sabían si pudiese existir tanto poder en un solo ser pero lo había y peor aún; era maligno. Descendieron a su ki a un nivel casi nulo. Bulma no comprendía que pasaba, nisiquiera entendía el como podían sentir eso a que llaman "ki" pero su opinión cambió en unos instantes en pocos segundos; Una serie de rayos de tonalidades púrpuras pasaron a grandes velocidades a varios metros de la cueva, cada uno con un ki distinto, uno más débiles y otros terriblemente fuertes, pero había algo que los relacionaba: Todos llevaban maldad dentro de su ser. El espectáculo no duró mucho pero Gohan y Krillin aún temblaban de miedo, ¡¿qué rayos acababa de suceder?! Cinnamon se mantuvo callada pero con el mismo temor. Los pobres terrícolas no sabían que sus problemas acababan de empezar.


La pequeña nave esférica continuaba su viaje a través del espacio a una velocidad constante, su única tripulante continuaba dormida, en un sueño bastante profundo y demasiado real.

Recordaba que hace pocas horas perdió a todo su escuadrón, recordaba la forma en como cada uno perdió la vida. Recordó como apenas y logró sobrevivir gracias a la patética estrategia en fingir estar muerta, algo que funcionó pero que se llevó todo su orgullo. Con su rastreador apenas funcionando, vió como en todos de sus compañeros indicaba un frío y vacío "0", algo que jamás creería ver en su vida. Los cuerpos sin vida de aquellos que incluso fueron mentores para ella, ahí estaban, muertos y sin nada que pueda hacer.

— Maldita sea, no puede ser... — se arrodilló por lo cansada y agotada que estaba, pero de alguna forma su energía iba en aumento — ¡No! ¡No! ¡No! — cada grito era un golpe al suelo, los alrededores temblaban y la tierra empezaba a agrietarse de manera peligrosa hasta que se detuvo.

Sus ojos se abrieron, viendo nuevamente el profundo y vacío espacio que a cualquiera le podría abrumar e incluso desesperar pero eso era común para ella. Se quitó la máscara de oxígeno y vió un pequeño mapa estelar que le indicaba cuánto le faltaba.

— "Un día y ocho horas" Ugh, que estrés... — murmuró. Ya estaba descansada, aún le dolía el abdomen pero al menos era tolerable. Buscó entre los cajones "ocultos" de la esfera algo que comer, recordaba que antes incluían algo pero buscó y simplemente nada — Jej, ¿qué te pasó Freezer? Antes eras chévere... — se rió, era eso o llorar de hambre y para nada caería tan bajo. Volvió su vista al espacio, viendo las estrellas pasando al lado suyo como si fueran pequeñas luciérnagas... pero más grandes, sí. Su vista se giró hacía un cajón que nunca revisó, enseguida apretó uno de los botones de al lado para abrirlo y para su decepción solo encontró un traje completo de maya púrpura oscura la cuál casualmente era de su talla, le venía bien porque el suyo estaba hecha pedazos por lo que tan decepcionante no era. Lástima que no podía hacer nada por su armadura.


— ¡Espera Cinnamon, vas muy rápido! — gritó Krillin, que iba junto a Gohan detrás de la castaña, dando largos y rápidos saltos sobre las muchas colinas del planetas. La muchacha iba por delante de ellos por varios segundos hasta que se detuvo repentinamente en un acantilado cerca de un lago, dando la señal a sus compañeros para que se acercaran —. Recuerda bajar tú ki Gohan, lo último que queremos es que esos tipos nos detecten — el pequeño asintió a lo dicho por el calvo. Una vez los tres estaban en el mismo lugar, se pusieron pecho tierra y empezaron a arrastrarse al borde del acantilado. Se asomaron por la orilla con el mayor cuidado que jamás han tenido en su vida y así confirmaron sus temores, aquellos tipos con el ki maligno estaban asaltando un pueblo pero por al contrario de lo que creían, no era de manera violenta, más bien estaba todo en demasiada calma.

— ¡Lord Freezer, encontré a 5 individuos aquí! — exclamó uno de los soldados, idéntico a un humano — ¡Vamos, salgan de una vez! ¡Rápido! — amenazaron con unos extraños cañones en sus brazos, obligando a los habitantes a salir de una casa ovalada, muy parecida a la nave en que vinieron los terrícolas.

De la casa blanca ovalada salió primero un individuo robusto y con signos de vejez, de color verde, una cabeza grande con dos pequeñas antenas y ropa de colores cálidos. El trío de guerreros vieron sorprendidos a aquellos seres, por primera vez veían un namekuseijin que no era Piccolo. Acompañados del anciano, venían otros dos pequeños namekuseijins que claramente apenas pasaban por una etapa de infancia. Cinnamon no pudo evitar sentirse mal por los pequeños. 5 namekuseijins se encontraban de pie delante del mismísimo Freezer y sus soldados, aterrados por lo que sea que pudiese pasar. Los ojos de los namekianos se abrieron de par en para al ver cómo dos de los soldados que tenían delante sostenían 4 esferas del dragón, no podían creerlo, ¿qué les habrá sucedido a sus pobres hermanos?

— Me presento, mi nombre es Freezer — se presentó formalmente, un pequeño gesto que ocultaba un oscuro objetivo — Como verán, estoy reuniendo las esferas del dragón pero ahora que me doy cuenta, sé perfectamente que en cada aldea hay 10 habitantes. ¿Puedo saber que le sucedió a los otros 5? — el anciano se mantuvo callado, tenso y sudando de lo nervioso que estaba. Habló pero en su idioma natal, inentendible para el mismo y aunque fue buena idea, Freezer solo rió — Vamos, no es necesario que se moleste en actuar. Sé muy bien que puedes hablar nuestro idioma — el namekiano frunció el seño, daba igual lo que hiciera no le quedó otra alternativa.

— Todos están trabajando fuera del pueblo, los ancianos y niños nos quedamos aquí — dijo seco.

— ¿Ves? No fue tan difícil responder — sonrió Freezer, transmitiendo un sentimiento helado — Ahora, ya qué eso está resuelto. Díganme, ¿dónde está la esfera del dragón de está aldea? Sé perfectamente que ustedes tienen una — su voz continuaba con su tonalidad formal.

— ¿E-esfera del dragón? ¡No! ¡Nosotros no tenemos ninguna! — mintió el anciano.

— Ugh... Supongo que tendremos que pasar por esto de nuevo, ¿no? — suspiró el demonio del frío, decepcionado que no hayan querido cooperar y terminar todo rápido — Como se darán cuenta ya tengo en mí poder cuatro de las siete esferas del dragón. Según recuerdo... Sí, el segundo namekuseijin que matamos nos dijo algo muy interesante; que las esferas solo serían entregadas a una persona justa y de actos valerosos, se puso tan terco que tuve que matar uno de los suyos para que entrara en razón — el anciano gruñía de rabia, no podía creer que el ser que tenía delante hablara de una forma tan despreocupada sobre quitarle la vida a un ser vivo — También nos contó que las esferas del dragón fueron creadas por el más anciano del planeta y que las siete están protegidos por los siete aldeanos de cada aldea y para poder ser uno de ellos se hace una competición de fuerza y sabiduría, quién gane tendrá el derecho de proteger la esfera del dragón y como verás... Apesar de mis agotadores esfuerzos, los ancianos se negaron a darnos las esferas del dragón y como es obvio, me ví en la obligación de matarlos — dijo con falso arrepentimiento, como si lo hubiesen obligado a hacerlo. El anciano escuchaba incrédulo el relato del demonio del frío.

— ¡No! ¡Es imposible que ustedes hayan sido amables con ellos! — exclamó otro namekuseijin de cabeza alargada que se encontraba junto al anciano, la ira en su rostro era notable.

— Y veo que ustedes tampoco lo son con nosotros — los globos del lord se giraron hacia Zarbon — Pero después de hacer esto si que lo fueron. Soldado Zarbon, enséñales nuestra metodología — sonrió macabro.

— Encantado — sonrió el cara bonita. El soldado, desapareció en un instante, asustando a los aldeanos qué nisiquiera pudieron reaccionar a su siguiente acción hasta que escucharon un alarido de dolor: El soldado de piel verde le había dado una fuerte patada justamente en el cuello a uno de los namekuseijins ancianos, rompiendoselo totalmente y matándolo al instante.

— ¡¡Maldito asesino!! — el otro namekiano anciano gritó de ira, expulsando una fuerte onda de ki en dirección a Zarbon que lo había esquivado lanzando al aire una esfera del dragón y dando un ágil saltó. La onda de energía terminó dando a otro desafortunado soldado de Freezer que estaba en el lugar equivocado, matándolo al instante.

Zarbon estaba en el aire, sonriendo con arrogancia y con apenas una pizca de su energía, lanzó una esfera de ki al anciano que intentó matarlo. El namekiano nisiquiera era de clase guerrera, no pudo esquivarlo a tiempo, recibiendo toda la energía de lleno. El de largo cabello capturó la esfera una vez aterrizó en el suelo; para cuándo el ya estaba al lado de su lord, la polvadera de aquel ataque ya se había dispersado, dejando expuesto el cuerpo calcinado del anciano namekuseijin el cuál cayó al suelo enseguida.

— Maldito... — murmuró Cinnamon, intentando controlar su ki para que no explotara pero la sangre le hervía. Ver cómo matan a la raza de su maestro y sin hacer nada era como traicionarlo, sentía un extraño sentimiento de culpa, no podía explicar el porqué.

— Solo dime, ¿para qué quieres las esferas del dragón? — preguntó el anciano del pueblo, protegiendo más que nunca a los pequeños namekuseijins y resignado a que aquellos hombres no iban a negociar de otra forma.

— Nada especial. Solo la juventud y vida eterna — habló de su sueño como si fuera nada, pero para él lo era todo.

— Vaya, quiere lo mismo que Vegeta — dijo Krillin — Si es así no creo que estos hombres estén con ese saiyajin — dedujo, Gohan estuvo de acuerdo, Cinnamon no dijo nada.

— Si es eso es imposible, no pienso darle la esfera a alguien tan maligno como tú. Da igual que me mates — el anciano tomó valor para decir lo que dijo, por algo es el más valiente de la aldea.

— Jojojo, veo que no estás dispuesto a cooperar — rió Freezer — Ya veo, aunque me preguntó que responderás si matamos a esos niños, ¿qué te parece?

— ¡No! ¡¡Ellos no tienen nada que ver con esto!! — ocultó detrás suya a los pequeños. Tanto Gohan como Cinnamon estaban que no podían aguantar más el quedarse allí, Krillin era el único razonable pues quizá no tenía ese espíritu valiente de ayudar al indefenso ante enemigos tan fuertes pero debía tomar en cuenta que si morían todo habrá sido para nada.

— ¿Uh? ¿De dónde viene está reacción de energía? — Dodoria miró en dirección al horizonte después de recibir una reacción en su rastreador interno, pudo ver tres siluetas en el cielo que venían en su dirección a toda velocidad; se trataban de tres namekuseijins y tenían caras de muy pocos amigos — ¡Lord Freezer, mire esto!

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¡Hola, gracias por leer! Ya lo dije pero lo repito, cualquier error o sugerencia hágamelo saber, lo peor que les puedo decir es "No" pero siempre vendrá con un motivo.

No hay nada más que decir, tengan lindo, actualizaré en unos días, ciao.