A cientos de kilómetros de allí, también bajo una densa lluvia, una figura observaba la calle sin ser visto a través de uno de los ventanales del salón del número 12 de Grimmauld Place. Harry miraba con la vista perdida como corrían las gotas de agua por el cristal que nadie podía ver excepto Ron, Hermione y él, gracias al encantamiento Fidelio que su sabia amiga creó a la perfección.
A pesar de haberse prometido no volver a aquel edificio, el tener que cuidar de Kreacher una vez cerrado Hogwarts, y ladrones como Mundungus Fletcher que se llevaban los pocos objetos de valor de la casa de los Black que su padrino jamás apreció, hicieron que se pasara por allí desganadamente. Sin embargo, un suceso increíble hizo que se quedaran en aquel lugar en el que el retrato de la madre de Sirius les recordaba diariamente que no eran bien recibidos.
Pensando en quedarse únicamente unos días, una tarde en la que los amigos estaban tumbados en el sofá raído del salón, Harry, mientras miraba distraídamente a su alrededor, vio algo en el escritorio que recordaba haber visto en alguna otra parte, algo muy familiar. Gracias a una corazonada se acercó al escritorio y vio algo que le paró la respiración. Un guardapelo dorado se encontraba tirado tranquilamente en una esquina de la mesa. Lo cogió con ligero temor y le dio la vuelta. Una serpiente en forma de S le devolvió la mirada. Aquel guardapelo era el que una vez, una muchacha llamada Merope había vendido por unos míseros galeones y en el que tiempo después, un mago llamado Tom Ryddle, había puesto un trozo de su alma.
Mediante una ofrenda de sangre, pudieron abrir aquel guardapelo en el se encontraba una preciosa y brillante piedra oscura rajada por varios lugares formando una irregular cruz.
Se fueron corriendo hacia aquel raído tapiz del árbol genealógico de la familia Black, en el que el grabado de un Regulus Augustus Black les sonrió maliciosamente.
Desde entonces se habían quedado en esa casa llena de recuerdos de un Sirius que jamás volvería investigando el porqué su hermano, un famoso partidario de Lord Voldemort, había destruido un pedazo del alma de su amo.
Pero en aquel momento habían decidido descansar y dejar de leer aquellos cientos de manuscritos llenos de polvo que versaban sobre la historia de esa extraña familia. Mientras Harry descansaba apoyado contra la ventana, pensaba en lo que estaría ocurriendo en el exterior. No recibían correo para no ser descubiertos, aunque nadie pudiera ver la casa, y por lo tanto, no tenía noticias de la única persona que había fuera de allí que le importaba de verdad. Se preguntaba que sería de Ginny ahora, y si después de casi un año se habría recuperado. La echaba tremendamente de menos, y aunque solía estar muy ocupado, en momentos como aquel, no dejaba ni un minuto de pensar en ella. Últimamente, rememoraba uno de sus recuerdos más felices, que varias noches atrás le abordó en sueños. Volvía a ver a la joven tumbada en un sofá de la Sala Común tarareando con voz melodiosa una canción preciosa que él escuchaba completamente entregado:
Cuéntame que fue de ella
La que todo me entregaba
Y no puede amar
Una sonrisa triste se asomó en su rostro. No podía evitar sentir una punzada en el pecho al recordarla. Había sido tanto lo que habían pasado juntos en tan poco tiempo, había tantos recuerdos felices que al echarla de menos le acechaban…No sabía que era de ella, si habría rehecho su vida o si aún seguía como en la boda de Bill y Fleur, en la que había notado, aunque ella había intentado ocultarlo por todos los medios, cómo su cara había perdido el brillo de antaño y cómo sus ojos apagados le devolvían una mirada demacrada por las lágrimas. No quería que sufriera por él, quería que fuera feliz y recobrara la sonrisa, aunque no deseaba que por ello le olvidara.
Me pregunto si en su historia
Aún existo en su memoria
Dónde estará.
Se la veía tan dulce al sonreír…parecía como si nunca hubiera roto un plato. Además cada vez que oía su risa era como si algo cálido y suave naciera en su interior y se expandiera a cada parte de su cuerpo, reconfortándolo y llenándolo de fuerzas. Todo aquello le hacía darse cuenta de cuánto la quería y cuánto quería poder volver a sentir su mano enredado en sus descontrolados cabellos color azabache.
Aún recuerdo que era bella
Y cómo me miraba
Y ahora que perdí su huella
Sé que la adoraba
Se llevó, mi corazón.
Lo daría todo por estar a su lado, por notar una vez más sus labios. Era tan fuerte el deseo de abrazarse a ella y que la joven le dijera con voz susurrante que todo iba a acabar, que no había de que preocuparse pues todo iba a tener un final feliz. Sin ella, le faltaba algo y no sabía muy bien el qué, sólo sabía que quería volver a sentirlo otra vez.
Todo por ella
Por culpa de ella hay un vacío
Aquí en mi alma
Que nada llena
Quizás lo más fácil fuera que la olvidara, que se centrara en su destino para poder cumplirlo pero… ¿cómo podía olvidar aquella melena pelirroja moviéndose al viento al acercarse a él para poder darle un beso? Iba a ser incapaz de esquivar los recuerdos de aquella caída de la noche abrazada a ella, sintiendo su calor corporal en su piel; de aquel paseo por el verde frescor del campo de quidditch acompañado de una entretenida y gratificante charla; o del escalofrío que le recorría la espalda sólo con mirarla y darse cuenta de lo especial que era. No podía hacerlo porque todo eso le perseguía.
Es mi condena
Porque no puedo olvidarla
Cerró momentáneamente los ojos y vio su rostro sonriéndole otra vez. Y oyó su voz. Notó como cada palabra le recorría la espina dorsal hasta llegar a su corazón, mientras empezaba a respirar más deprisa. Quería aguantar y soportar estar sin ella pero las ganas de abrir los ojos por la mañana para encontrarla entre sus brazos y volver a oler aquel aroma a flores de su pelo eran demasiado fuertes.
Todo por ella
Sólo por ella es que aún
Me muero yo de ganas
De tenerla, de sentirla y abrazarla
Todo lo daría yo por ella
La lluvia había cesado y había dejado paso a una luna menguante que destacaba por su brillo en el negro cielo de la noche. Rememoró con ilusión un beso de buenas noches que un día le dedicó con especial cariño, bajo una luna como la que hoy lucía. Jamás se había parado a pensar por aquel entonces en un día en el que despertara y no le pudiera decir desde el fondo de su alma y acompañado de una caricia un "buenos días". Pero ahora que ya no podía hacerlo, lo echaba en falta. Sólo en sus sueños podía sentirla otra vez y notar como su cariño irreal le servía para refugiarse.
Cada noche al ver la luna
La imagino enamorada
Como ayer
Aunque ya no esta conmigo
En mis sueños la persigo
Donde esté
Todo aquello había servido para darse cuenta de lo que sentía y de que sin dudarlo volvería a sus brazos y jamás la abandonaría. Que haría lo que fuera por ella, lo que Ginny le pidiera. Y sabía muy bien que por mucho que ambos se quisieran volver a ver, ella le pediría que persiguiera con gran valentía su destino. Y por supuesto, Harry lo haría.
Todo por ella…
NA: olaaa!bueno saludo aquí xk en el otro capítulo se me fue…asik aprovecho ahora y os digo a los k lo hayan leído k siento mucho haber estropeado la literatura castellana al escribir esto, y k J.K.Rowling me a pedido k no escriba más, xo yo, tan chula como siempre, pos he escrito otro capítulo y puede k escriba más…(d verdad k lo siento xo esk si m lo dejo dentro es peor, jeje). Aunk en realidad la culpa es d paulimari digo…..d zalamandra! (jej), xk fue la k se puso pesada pa k lo publicara, asik matarla a ella…
Weno, sea lo k sea lo k opineis sobre el fic dejar RR please!
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