Capítulo 6: Ideas apasionadas.

Una saiyajin de segunda clase acompañaba a Brássica a las estancias privadas del Rey. En una enorme y lujosa sala, una mesa estaba perfectamente decorada con manjares diversos y flores. La de menor rango la invitó a sentarse para esperar la llegada del monarca, pero ella prefirió permanecer de pié para deleitarse en los bellos cuadros que adornaban las paredes.

Tan ensimismada estaba observando joyas únicas del escaso patrimonio artístico del Planeta, que ni siquiera notó que el Rey acababa de entrar y había despedido a los sirvientes de la sala.

- Es la batalla de los ozarus contra los Tsufur. - Brássica se sobresaltó y se volvió rápidamente hacia el origen de aquellas palabras. Enseguida se arrodilló ante el Rey maldiciendo una vez más el tener que hacerlo, pero algo la sorprendió increiblemente, y es que él la levantó tomándola de los brazos. Por un segundo sintió pánico de que intentase besarla o algo peor.

Pero Vegeta sonrió un poco al ver sus ojos asustados y soltándola pronunció con condescendencia. - No serán necesarios estos formalismos cuando estemos sólos. - Impresionante. Jamás pensó que el Rey le dijera algo como eso. Brássica sonrió un poco. Había pensado mal. Él podría tener a cualquier hembra que quisiera, no tendría necesidad de forzarla a nada. Que tonta había sido pensando tal cosa.

- Son magnificos. - Dijo ella refiriendose a los cuadros.

El Rey hizo un recorrido por la sala hablándole extensamente acerca de la historia de cada cuadro. Brássica quedó impresionada de nuevo al descubrir que se trataba de una persona con cultura y conocimientos extensos. La condescendencia con la que la estaba tratando le hizo reflexionar acerca de las ideas que habían en su mente acerca de él. Por un segundo casi se le pasó por la mente hablar con él, exponerle sus ideas abiertamente... pero no, debía ser cautelosa, tenía que hacerlo todo poco a poco. Quizás podría influir en él.

- Por lo que veo, guerrera Brássica, tienes gusto de todo lo que tenga que ver con la instrucción de la mente. - Dijo él acompañándola a la mesa para comenzar la cena.

- Así es. Siempre he pensado que la formación física, si no era acompañada de la formación intelectual, resultaba ser incompleta para el desarrollo integral del Saiyajin. Ya no vivimos en las cavernas... jajaja - Vegeta sonrió fijándose en sus labios. La frescura de sus palabras y acciones era renovadora. Jamás había conocido a una hembra así.

- Demuestras tener mucho juicio en lo que dices. Es muy grato encontrar a alguien con tus cualidades. Debo felicitarte por la labor que has desempeñado en el area de Documentación y Ciencia. - Sus ojos volvían a clavarse incómodamente en los de ella.

- Gracias. - contestó algo sonrojada ella.

Ambos comieron en silencio durante unos minutos, de un modo educado y refinado a pesar de consumir grandes porciones de alimento.

- Tengo entendido que tu nivel de pelea es muy elevado. Dime, ¿por qué jamás has participado en una misión de conquista?. - Brássica dejó caer el trozo de alimento que sostenía su cubierto. ¿Y si el Rey pretendía enviarla a alguna misión?. No, ella no lucharía jamás para beneficiar a Freezer.

- Considero que sirvo más adecuadamente a Vegetasei utilizando mi intelecto. Sin duda mi mejor cualidad es esa. - Respondió ella intentando controlar su nerviosismo.

- Si, en efecto nuestra gente tiende a formarse incompletamente, gustan demasiado de la acción en la batalla, pero siendo que abogas por una formación completa, creo que dejaste demasiado apartada la opción física en pro de la acción mental. -

- Le aseguro que tengo suficiente acción física. No hay semana en que varios guerreros poderosos me propongan como compañera. Hasta el momento he batido a todos ellos sobradamente. Le sorprendería saber que entre ellos se encuentran portentosas figuras de sus escuadrones de élite. -

- ¿Y cuál es el motivo de rehusarles a todos ellos?. - Preguntó el Rey con una sonrisa un tanto extraña.

Brássica se turbó nuevamente con aquella pregunta. Sin querer había entrado a conversar cuestiones demasiado personales. - Bueno, e... r..realmente... - Tragó saliba. - Aún soy joven como para unir a alguien. Prefiero esperar unos años antes de comprometerme. - Volvió a tragar saliba al notar como los ojos de Vegeta se seguían clavando en los suyos como queriendo desnudarle el alma.

- Tonterías. Lo que sucede es que esos infelices no eran dignos de ser tus compañeros. Alguien con tus cualidades debe aspirar a ser la compañera de un macho que te supere. Esa es la base de nuestra especie, y lo que hace que avancemos. - Brássica frunció el ceño. - "Un macho que te supere..." - Repitió mentalmente. - "Arrggghh... vamos... que me supere... por favor... ideosincracias estúpidas...".- Algo debió notar Vegeta en su expresión porque cambió de tema radicalmente.

- Sería muy grato si continuara exponiéndome las conclusiones de su estudio. -

La siguiente parte de la cena consistió en una brillante exposición. Vegeta la observaba, la escuchaba detenidamente, pensando en su interior la siguiente fase de su plan.

- Te felicito, es un estudio muy cuidado, sin embargo, no veo qué interés tiene para cuestiones prácticas. -

- Oh, por supuesto que sí las tiene. Esto demuestra que el potencial del nacimiento no es vinculante a la fuerza del adulto en un número de casos determinados, esto demuestra que la eliminación de los bebes considerados por debajo del canon de fuerza previsto para la clase, es errónea, y que estos merecen tener la oportunidad de demostrar su valía y... -

El ceño de Vegeta se frunció. Él mismo había debido eliminar a todos sus hijos, ¿estaba tratando de decirle que eso era innecesario?. - Es posible que en los guerreros de tercera clase no tenga importancia ese factor, incluso, tampoco entre los de segunda clase, pero sin lugar a dudas, en las clases altas, es impensable lo que dices. - Brássica sintió que el alma se le encogía con el rugido severo de su voz.

- Piense en cuantos guerreros se están desperdiciando, que podrían ser útiles y... - Ella había heredado la lengua de su padre y no podía callar cuando la pasión le inflamaba las venas.

- ¿Qué sugieres que hagamos con los mocosos, ¿eh? - Gritó él. - ¿Pretendes que enviemos a los recien nacidos a conquistar planetas para que demuestren su potencial escondido?. - Volvió a presionar burlándose de sus ideas.

- Seria preferible antes que matarlos. - Contestó ella acaloradamente.

Vegeta abrió los ojos ante semejante contestación. No esperaba que ella le fuera a plantar cara de esa manera. Ella se percató de que había ido demasiado lejos. Sólo por esa falta de respeto el podría eliminarla si quisiera.

- Le ruego que me disculpe por mi apasionamiento. No quise elevar mi voz. - Se disculpó ella enseguida.

- La pasión es una cualidad que aprecio en determinadas circunstancias... - Brássica estrechó los ojos tratando de cazar ese último comentario. - Pero quizás no sea tan descabellada tu idea. Dime, ¿Cuántos son eliminados anualmente?. - Brássica revisó unos documentos.

- Unos 150, el pasado año. - contestó tratando de adivinar por donde saldría el asunto.

- Podríamos conquistar 150 planetas... - Dijo acariciando su quijada. - Habría que perfilarla... pero sin duda... podríamos optar por enviar a los mocosos a planetas con habitantes de poder de pelea insignificante... Realiza un estudio, quiero que trabajes junto con el guerrero Zorn. Quedas relevada de tu ocupación actual para dedicarte exclusivamente a esta labor. A partir de ahora vivirás en las estancias Centrales del Palacio, y formarás parte de mi Consejo. Pero te advierto algo, no toleraré más faltas de respeto por tu parte. - Brássica abrió la boca de asombro. ¿Le estaba proponiendo ser su consejera?. ¿Elaborar un plan para salvar a esos niños de una muerte segura?. Podría infiltrarse en Palacio, y quizás descubrir las cabezas visibles de la sociedad secreta de la cual le habló su padre. Eran grandes noticias. Una oportunidad única... Tenía que aprovecharla. Después de todo el Rey no debía ser tan malo como ella lo juzgaba.

- Será un gran honor, Alteza. - Los ojos del Rey brillaron.

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