Disclaimer: Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.
Advertencias: Slash.
Capítulo uno: ¿Esperanza?
.-La verdad es que se ve mucho mejor.
Harry levantó la mirada hacia su mejor amigo y forzó una sonrisa.
Desde su asiento podía ver ese brillo falso en los ojos azules, pero no se atrevió a hacer comentario alguno.
Estaba cansado de notar lo que notaba.
.- Yo también lo he notado – dijo el moreno girando su mirada verde hacia la bella joven que descansaba en la cama y tomó su mano fina apretando un poco – Esta mañana se ha despertado con ánimos de charlar más de lo común... Creo que esta mejorando.
Mentira.
Sin embargo ambos la acompañaron por falso convencimiento y Harry tuvo que ver a Ron inclinarse para besar la frente de su pequeña hermana, prometiendo volver, para volver a levantarse y avanzar hacia la puerta.
Ese gesto confirmo a Harry que la visita había terminado y se levantó, también, para acompañar a su amigo a la salida de la casa.
Ya estando fuera le pareció buena idea pasear un poco.
Eso alejaría un poco la tensión.
Aun cuando le daba tiempo de pensar, era preferible a verla a ella.
El problema no podía ser más incomprensible.
La enfermedad había aparecido repentinamente, justo antes de que un fuerte grupo de aurores desmantelara una fuerte agrupación de mortifagos.
Esa enfermedad comenzó a matar magos de todas las edades. Nadie pudo comprender la naturaleza de la novedosa enfermedad y el desconcierto aumentó al saber que imitaba admirablemente la disfunción del sistema inmunológico.
Al principio pareció "normal". Sin embargo los medimagos se encontraron con la sorpresa de que no había poción o hechizo capaz de curar sus síntomas.
Un acercamiento al subdesarrollado método muggle arrojó que no habían encontrado cura.
Una enfermedad sin cura.
No cualquier enfermedad. Se trataba de algo que no podía ser subsanado ni por métodos mágicos. Algo que atrajo la mirada de medimagos y que le observaron con meticuloso cuidado. Pero era, también, algo que cobró muchas vidas a medida que la era oscura se desenvolvía con mayor seguridad en una sociedad demasiado preocupada y asustada para acudir en busca de ayuda.
Se trataba de una doble guerra. Por un lado los aurores se veían obligados a organizarse una y otra vez para combatir y detener los planes de Lord Voldemort. Y por el otro, ese silencioso combate que medimagos iniciaron para detener una terrible enfermedad que apagaba mas, y más vidas.
A Harry le pareció terrible cuando se enteró.
Saber la situación de tan extraña enfermedad lo enfrentó a la posibilidad de morir sin "hacer nada".
Después de todo, la enfermedad se estaba propagando de una extraña forma y, ni siquiera los medimagos, sabían su dinámica.
¿Y si Harry se contagiaba?
Imaginarse bajo los padecimientos de la enfermedad le hizo comprender que no tenía tiempo.
No podía perder valioso tiempo en pensar en estrategias, muy especialmente cuando los hombres claves de cada uno de sus planes sucumbían ante los síntomas de la novedosa enfermedad.
Por ello apresuró las cosas.
Fue arriesgado y estúpido, pero funcionó.
Afortunadamente funcionó.
Harry agradeció una vez más su suerte y de nuevo se vio como el principal protagonista del final de una guerra.
Ahora daba un poco de tiempo a los medimagos para que hicieran lo propio, ya que, aún cuando Harry lo deseara, no podía definir esa guerra a su favor también.
No era capaz. No tenía los elementos.
Sin embargo había dado un ambiente pacífico para que, aquellos que tenían los elementos, hicieran las investigaciones necesarias para salvar las vidas de la gente.
¿Cuanto había pasado desde entonces?
Dos años.
Casi dos años en los que no se había logrado realmente mucho.
Solamente se logró detener la rápida propagación hasta hacerla mínima. Sin embargo, aquellas que se contagiaban tenían que enfrentar un triste y mortal destino.
Era eso lo que atemorizaba a Harry.
Su frágil relación podía acabar de la forma menos esperada.
Aún no había disfrutado de Ginny. Aún no se empapaba lo suficiente de su tierna sonrisa como para no extrañarla demasiado.
Fue difícil quererla, pero el solo pensar perderla le causaba aún mas temor que la idea de morir en manos de su vencido enemigo.
Harry no lo veía justo.
¡Claro que no lo era!
Apenas comenzaba a disfrutar de una vida común, al lado de una maravillosa persona. No le parecía justo que fuera a perder todo eso por un caprichoso padecimiento del que expertos poco sabían.
"No te preocupes", dijo ella con su bella sonrisa, cuando se enteró "... el tiempo que se me permita estar a tu lado me es suficiente".
Harry no pudo decir nada a eso.
No pudo contradecirla.
Sin embargo algo en su interior se rompió con el eco que un grito silencioso emitió en ese momento.
Deseó gritarle lo injusta que era.
Deseó reclamarle por lo egoísta que estaba siendo al pensar solo en ella.
¿Y él?
¿No necesitaba de más tiempo?
¿Cómo pudo limitarle eso? Necesitaría más tiempo del que ella tenía. Y ella ya se había resignado.
No estaba siendo justa, pero Harry no se lo dijo.
No tuvo el valor para hacerlo. Y solo pudo sonreír a medida que la enfermedad avanzaba en ella.
Ginny habría notado algo de no ser por esa admirable capacidad que Harry había desarrollado para mentir.
Claro que esa capacidad fue disminuyendo a medida que la salud de Ginny lo hizo también, y Harry pasó de aceptación a revelación.
Pensaba interponerse.
Enfrentaría a la enfermedad hasta la última de las consecuencias.
Aún cuando sus conocimientos de medicina mágica fueran mediocres. Aun cuando Ginny no se lo hubiese pedido.
Pensaba hacer todo lo que fuese necesario por ella. Claro que si.
o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o
Cuando Harry abrió la puerta tuvo que enfrentarse a la amable sonrisa de la señora Weasley, quien se adentró de inmediato y lo abrazó con esa maternidad tan característica en ella.
.- ¡Hola, cariño!- le besó una mejilla de manera ruidosa y caminó hacia la mesa para colocar una gran cesta de donde se desprendía un delicioso olor -¡Oh, mira todo este polvo - corrió hacia la cocina - No te preocupes por hoy. Tendré todo en orden en cuanto vuelvas.
.- Pero...
.- No puedes quedarte aquí, cariño - interrumpió la agradable mujer y caminó hasta él para empujarlo hacia la salida - Sé que quieres cuidar de Ginny, pero debes recordar que tiene más familia. Así que debes descansar un poco.
Harry deseó negar eso; pero de un momento a otro se vio en la calle y suspiró profundamente.
La verdad no agradecía la acción de la señora Weasley. Salir y estar solo le daba tiempo suficiente para recriminarse y culparse por la enfermedad de Ginny.
Aún así caminó hacia la parte opuesta de su casa para adentrarse en una de las calles principales y mezclarse con la gente. Gente que le saludó con una gran sonrisa y conversaba entre si, Todo eso recordaba lo que Harry había logrado.
Pero no se sentía mejor.
Quería salvar una vida más: La vida de ella.
Harry suspiró sin dejar de caminar. No tenía una idea clara del lugar al que iría, sin embargo encontró un podo de consuelo al alejarse.
Caminó sin rumbo hasta levantar la mirada hacia un letrero de madera y penetró el viejo bar con pasos lentos hasta acomodarse en una mesa vieja y pasar la mano por la flama de la vela.
.- ¡Señor Potter!- un viejo mago barrigón se apresuró a acercarse -¡Qué gusto que visite este sencillo lugar! - colocó una botella que parecía contener un caro vino -¡La casa invita!
Harry no se molestó en rechazar el obsequio. Desde el afortunado incidente que acabó con Lord Voldemort había tenido que acostumbrarse a la gratitud de la gente y comprendió que intentar rechazarlos era inútil.
El moreno miró la botella y una sonrisa torcida apareció en su rostro. Con un "accio" atrajo un pequeño vaso de cristal y se sirvió del líquido ámbar.
.- ¿Disfrutando de tu suerte, Potter?
Harry soltó un resoplido mezclado con una carcajada.
Era broma ¿No?
.- ¿Es envidia lo que noto?- contraatacó el moreno e hizo una señal al mesero antes de levantar la mirada hacia su interlocutor.
La verdad es que Draco Malfoy no había cambiado mucho. En esas facciones estilizadas se podía notar las inevitables marcas de la edad, sin embargo resultaba un sutil efecto que la edad había marcado en ambos.
Lo demás era exactamente igual. Su cabello rubio platinado peinado de forma implacable, ese brillo malicioso y burlón en su mirada, su sonrisa retorcida, llena de emociones ofensivas y superiores.
El mesero se acercó. Dejó un segundo vaso de cristal, provocando que una elegante ceja del rubio se alzara.
.- ¿Tiene veneno? - preguntó Malfoy. Y, contrario a lo que Harry hubiese esperado, se sentó en la misma mesa.
.- En ese caso beberíamos del mismo veneno - dijo el moreno con humor antes de servir el vino y lo suficientemente ocupado para no notar el nuevo movimiento de ceja en el rubio.
.- Bebamos - aceptó Malfoy.
Un frágil silencio se extendió por un momento. Harry no parecía estar incómodo con la compañía, aunque tampoco se preocupaba por charlar.
.- No pareces disfrutar de todo esto.
.- ¿"Esto"? - Harry apuró el resto del licor - ¿De que hablas Malfoy?
.- Irrelevancias - ironizó el rubio- Con tu nueva victoria gozas de un buen reconocimiento que cualquiera envidiaría. No existe nadie en la Comunidad Mágica que no conozca tu nombre.
Harry sirvió más licor.
.- ¿Envidias eso? - preguntó pensativo antes de beber un nuevo trago de licor- Ya veo - agregó con cierto deje de comprensión - Soy un tonto al no preocuparme por cosas comunes y corrientes.
Draco frunció el ceño. Sus dedos rozaron la orilla del vaso de cristal y frotó con suavidad. Parecía estar sumergido en sus pensamientos hasta que se puso de pie.
.- Eres un tonto, no importan las cosas por las que te preocupes Potter. Ser "bueno" equivale a renunciar a todo lo que realmente deseas.
Harry sonrió con burla.
Aún a esas alturas no podía comprender la naturaleza de la mentalidad de Malfoy.
Aunque... ¿Por qué tenía que pensar precisamente en eso?
Tenía muchas cosas en que pensar. Todas más importantes que Malfoy.
.- ¿En serio?- evadió el moreno - No es lo que toda la gente dice.
.- En ese caso no importa lo que la gente diga- señaló el rubio- Se trata de lo que tu sientas y verte bebiendo acompañado de tu eterno enemigo no es un signo de felicidad.
.- La eternidad es mucho tiempo, Malfoy- susurró el moreno.
.- ¿Es una propuesta, Potter?- preguntó con burla.
Harry sonrió.
.- No- respondió con suavidad, no con ello con menos firmeza.
Un silencio breve se extendió. Todo acompañado de un gesto indescifrable por ambos jóvenes, que habían encontrado características interesantes en sus respectivos vasos con licor.
Llegó un momento en que Harry se percató de la situación. Le resultó tan extraño que una burlona sonrisa escapó de sus labios y se levantó con calma.
.- Imagino que tienes otros planes - susurró - Sé que no todos los días te encuentras al "Sublime Harry Potter", pero no creo que desees consumir tiempo conmigo.
.- Todo depende- contradijo el rubio viéndolo desde abajo.
Harry frunció el ceño ante esa frase. Una risita escapó de su pecho e hizo una negación innecesaria.
.- Eres raro - decidió y se acomodó la túnica. Un elegante giro lo dirigió hacia la puerta y se alejó con rítmicos pasos.
Draco Malfoy recargó su mejilla en la mano sin dejar de ver al moreno. Una sonrisa retorcida apareció en sus labios y suspiró.
.- Eres un idiota- murmuró apurando el licor de su vaso- Un verdadero idiota.
o.o.o.o.o.o.o.o.o.
.- La verdad es que se ve bastante bien- dijo la regordeta mujer sin dejar de recoger cosas - Me ha platicado mucho de la ayuda que le das, cariño, pienso que gracias a ti es por lo que está esforzándose.
.- Imagino que la ha pasado bien - dijo Harry con tono tranquilo.
.- Tanto como me es posible - dijo Molly con una gran sonrisa - Aun así, pienso que debes pensar en contratar una enfermera.
Harry arrugó la frente.
.- Nosotros somos suficiente.
.- No, Harry - negó ella - No siempre puedes estar a su lado, además la misma Ginny me lo ha pedido.
Harry apretó los labios. Lo cierto es que no agradecía eso a la joven.
.- Comprendo - dijo simplemente - le pediré a Hermione que busque a una persona.
.- Es lo mejor, cariño.
El moreno permaneció apacible el tiempo que tardó la mujer en recoger sus cosas para irse. Recibió ese cariñoso beso en la mejilla y se sumió en el silencio tras cerrar la puerta.
¿Lo mejor?
¿Lo mejor para quien?
Harry suspiró y caminó suavemente hasta la habitación de Ginny. Antes de penetrar colocó una sonrisa en su rostro. Ver esa fragilidad en ella estuvo por derrumbarlo, pero se mantuvo firme hasta que sus pasos lo acercaron a un lado de la cama y pudo sentarse en la orilla.
Ella abrió los ojos y sonrió. Esa era la respuesta automática a la que Harry estaba acostumbrado, pese a todo el dolor que ella sentía. Y era lo que provocaba la propia respuesta del moreno, quien accedió a tomar la mano femenina entre las suyas.
.- Tu mamá me echó de la casa - informó con una sonrisa.
.- Lo siento - dijo ella - Creo que aún no se hace a la idea de que vivimos juntos.
Harry hizo una mueca. A su juicio jamás se harían a la idea. Tras dos años no se hacían a la idea.
.- A lo mejor deberíamos casarnos.
.- No - dijo ella con firmeza - No voy a dejar que hagas eso, Harry.
.- Quiero hacerlo.
.- Yo no quiero.
La verdad es que ese había sido el problema. Las cosas que ella quería no coincidían con las que quería él.
¿Habría sido un error iniciar esa relación?
.- Le pediré a Hermione que busque una enfermera para ti - el muchacho decidió cambiar el tema.
.- Gracias - susurró ella - ya no quiero ser una carga para ti, Harry.
o.o.o.o.o.o.o.o.o.o
.- Me parece sorprendente que no hallas estallado ya - dijo una enérgica Hermione cargando una pila de libros que Harry se encargó de quitarle.
.- No deberías cargar cosas pesadas - recriminó el moreno.
.- Estoy embarazada, no inválida - dijo ella con fastidio y se acercó a revisar los libros con sorprendente velocidad - He pedido los últimos informes respecto a las investigaciones hechas de esa enfermedad.
.- Son demasiados libros para no tener una cura decente - observó el moreno.
.- No se descubre una cura de la noche a la mañana - dijo ella pasando su dedo índice por las hojas.
.- Yo esperé suficiente tiempo, Hermione - suspiró él - Necesita una cura pronto.
.- Este tipo de guerra no se resolverá solo porque lo deseas, Harry. No deberías dejarte presionar por el carácter autodestructivo de Ginny.
Harry guardó silencio ante eso.
La verdad es que no se le ocurría para nada negar esa observación y solo dejó que su amiga consultara datos de manera atenta.
.- Oh, vaya - murmuró ella leyendo en el quinto volumen - ¡Caracoles!
.- ¿Encontraste algo? - preguntó Harry.
Hermione hizo una mueca y suspiró justo antes de mirar a su amigo.
.- Hay un mago que fue capaz de detener la enfermedad. Hasta ahora es quien posee las investigaciones más avanzadas y se piensa que podría llegar a la cura.
.- ¿Quien?
.- Draco Malfoy.
Notas de la autora: La enfermedad de la que se habla es una clonación "perfecta" del VIH, cuya función es eliminar las defensas del cuerpo. Desde luego la transmisión será distinta, pese a que los síntomas son muy similares.
Oh, si, lo olvidaba. Muchas gracias a quienes se molestaron en dejar un mensaje a la reseña. Sé que estuvo bastante subjetiva, pero solo era una manera de obligarme a seguir con este proyecto. Ahora si he comenzado por un principio mas comprensible, así que espero que no halla más dudas de las que debería haber.
