Disclaimer: Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.

Advertencias: Slash.

Capítulo Cuatro: El precio

Harry avanzó por entre las callejas con pasos veloces.

Sus mejillas lucían sonrosadas debido al inclemente viento helado que chocaba en su contra, sin embargo no era relevante al veloz chico; quien realizó un difícil movimiento para esquivar a una pintoresca anciana y evitar caer sobre un esquivo gato a la vez.

No podía pensar en claridad.

Desde que esa ridiculez había iniciado, el hecho de pensar se había volcado hasta un sitio sin importancia.

Pensar dolía.

Era mejor caminar sin hacer caso a la cordura ya que, hasta ahora no le había servido para nada.

Mejor no pensar.

De todas formas su mente no podía olvidar la última frase que su preocupada amiga pronunció cuando le entregó un pergamino.

Imposible.

Un mago más grande chocó contra el hombro de Harry, provocando que perdiera el equilibrio.

Un golpe seco le hizo comprender que estaba en el suelo y desvió la vista hacia ambas manos.

Había colocado sus manos para caer; pero en la izquierda apretaba el arrugado pergamino.

Harry miró su puño apretado y las raspaduras sangrantes.

No importaba.

Lo que importaba era el pergamino en ella.

¡Imposible!

El muchacho volvió a levantarse para seguir corriendo y terminar de salir del callejón y aventurarse por una dirección que se denotaba aún más elegante.

Llegado a ese punto se detuvo en seco.

Jadeaba de manera dolorosa.

Le dolían las rodillas, y en algún momento debió recibir un pisotón ya que le dolía su pie.

¿Por qué estaba corriendo cuando podía desaparecer y aparecer?

Furioso por la situación desapareció con un sonoro CRACK y volvió a parecer ante la elegante puerta que se encargó de empujar para correr por el sendero hasta llegar a la lujosa estancia. Estando ahí, corrió hasta la biblioteca e irrumpió con absoluta violencia y plantarse frente a un tranquilo rubio que levantó la mirada y enarcar la ceja.

.- ¿Te atropelló un hipogrifo?- murmuró el rubio volviendo a colocar su vista en unas viejas notas.

.- ¡Tu padre lo creó!

.- ¿ Uhm?- Draco hizo una anotación más antes de colocar la pluma en el tintero y levantar de nuevo la mirada.

.- Es información bastante clasificada- continuó el moreno con un siseo- Tu padre recibió elogios por Lord Voldemort debido a la creación de una letal arma que perduraría aún cuando fueran vencidos.

.-"La manera más segura para asesinar, aun sin asesinos"- murmuró el rubio-, esas fueron las palabras de mi padre.

.- ¡¿Y cuando pensabas decirme?- exclamó el moreno.

.- No pensaba decirte - dijo el rubio con entera tranquilidad y volvió a tomar la pluma para continuar con sus anotaciones.

Harry apretó los labios.

Con un violento manotazo aventó la fina pluma, derramando el frasco de tinta negra sobre la fina madera de la mesa.

-¡¿Qué demonios haces!- El rubio rescató los pergaminos, alejándolos de la tinta -¡Deja de hacer estupideces!

-¡Te vales del sucio trabajo de tu padre para ganar fama!- acuso el moreno- No debe extrañarme que sepas perfectamente la manera de detener el contagio ya que debiste observar la manera en que fue creado.

El sonido de un fuerte bofetón cortó los reclamos.

Harry se tocó su mejilla enrojecida y miró a Draco.

.- No sabes lo que estás diciendo- gruñó el rubio con la rabia brillando en sus ojos claros- Un dato no describe toda la realidad.

.- Un dato que ocultaste- borbotó Harry.

.- ¿Qué mas te da?- el rubio frunció el ceño- Tu mismo mataste a mi padre. ¿No te basta eso?

.- Tu padre ha arrastrado muchas vidas a la muerte.

.- Y no te preocupó- acusó el rubio- Si te informaras antes de actuar habrías comprendido la importancia de mantenerlo con vida.

.- Yo no sabía.

.- Así te excusas ahora - se burló el rubio -, pero debes tener en mente que el principal culpable de que no se halla encontrado la cura, eres tú, Potter.

.- Yo... no...

Draco rodeó el lujoso mueble y tomó la mano de su acompañante para arrastrarlo por los pasillos de la casa hasta llegar a la habitación y arrojarlo sobre la cama.

Con la misma violencia se quitó la ropa ante los sorprendidos ojos verdes que le miraban.

.- Y ya que tienes "exceso de energía", me voy a encargar de "agotarla".

Harry se mordió el labio inferior sin comprender cómo había llegado a "esa" situación.

.- Quítate la ropa.

Santo cielo...

o.o.o.o.o

No lo comprendía.

La verdad es que Potter no lo comprendía.

¿Como iba a comprenderlo si no había presenciado el trabajo de su padre?

¿Cómo podía hacerlo, si no vio la manera en que un experimento provocaba cada reacción? No vio el horror de aquellos con quienes realizó sus primeras investigaciones. No pudo apreciar la sangre, ni escuchar los desgarradores gritos que emitieron.

¡No comprendía nada!

Por ello no le justificaba sus reclamos. No le justificaba su furia.

¿Qué derecho tenía de reclamar si solo se había enterado de un miserable dato?

Ninguno.

Por eso fue que Draco violentó su cuerpo masculino.

Rabia, frustración, enojo.

Todas esas emociones se manifestaron en un acto sexual que lastimó la piel morena, arrancando gemidos de dolor y haciendo a un lado toda delicadeza.

Violencia. Fue eso lo que sucedió.

Draco no podía describirlo de otra manera.

Y la verdad era molesto tenerlo presente a medida que avanzaba por los pasillos del hospital, acompañado por un medimago que no paraba de hablar.

Reacciones y registros.

¿Qué importaba todo eso cuando su mente estaba llena de quejas y lágrimas?

El acto provocó dolor y no placer.

¡Fue abominable!

El rubio maldijo y entró a la habitación con la esperanza de callar los informes de su acompañante.

El panorama en el interior no lo contentó y salió de nueva cuenta.

La ocurrencia de que todo eso le estaba resultando demasiado irritante, hacía que no pensara en lo que era importante. Aunque a esas alturas no podía recordar lo que era importante.

.- Envíe un informe a mi casa- ordenó al solícito mago que avanzó con pasos veloces hacia la salida.

No podía permitirse ese tipo de distracciones, sin embargo la causa por la que esa cura se estaba haciendo le molestaba. Quizá aún más que el hecho de que fuera Harry quien se humillaba en su nombre.

Malditos ambos.

Si su madre hubiese provocado esa emoción en su padre no hubiera muerto.

Draco suspiró.

... aunque...

Había en todo eso una siniestra satisfacción que no se atrevía a admitir.

Ya no se trataba del reconocimiento que ganó al detener la propagación de la enfermedad. Se trataba del poder que el propio Harry Potter le había otorgado.

Y era... perturbador...

¿Harry lo había notado?

Imposible.

Había demostrado suficiente ingenuidad para no comprenderlo.

o.o.o.o.o

Despertó al sentir una suave humedad en la frente. Justo sobre su cicatriz. Fue entonces que vio esa débil sonrisa que provocó una reacción en espejo en Harry, pese a que el dolor no disminuyó.

.- Gracias...- musitó el moreno sin incorporarse.

Había llegado ahí al amanecer.

Con ella.

Por él.

Lo ocurrido la noche anterior le convenció de correr hasta donde estaba ella e ignorar la petición de una enérgica enfermera.

Afortunadamente ella lo había recibido.

Pareció renuente a hacerlo. Por un momento su mirada se notó molesta, pero Harry captó algo de comprensión también, y ella le permitió estar ahí.

No dijeron nada.

Harry se sentó en la silla que estaba a un lado de la cama y recostó la parte superior de su cuerpo para suspirar.

Ella no preguntó nada.

Se limitó a acariciarle la cabeza de esa manera suave y lenta hasta adormecerlo lentamente, haciéndole olvidar un poco el dolor que había sentido. Ayudándole a recordar la razón por la que todo había estado ocurriendo.

Y durmió en su regazo pensando en los resultados.

Era eso lo que importaba.

No la manera. Ni el dolor, ni la humillación.

Solo importaba el resultado.

Nada más debía permanecer en su mente, porque podría hundirlo.

Y no era recomendable que se dejara vencer por algo que resultaría irrelevante en cuanto ella estuviera bien.

Así que estaba bien.

El precio no sería nada si pensaba en ella totalmente curada.

Porque encontraría la cura.

Por favor… Tenía que encontrar la cura.

.- Harry…

El moreno suspiró al detectar esa debilidad en la voz de Ginny.

De nuevo odió notarlo y se incorporó para posar su vista en ella y sonrió.

.- No me eches…

Ella movió su cabeza de manera negativa.

.- Es muy duro que te quedes aquí, Harry.

.- Es más duro que me dejes ir…

Porque lo era.

Que lo dejara partir hacia esa elegante mansión era peor que estar ahí y ver su continua expresión de derrota.

Porque al menos ella le hacía recordar la razón por la que estaba sufriendo todo eso. Llegar al lado de Malfoy era olvidarse de todo para concentrarse en lo que estaba trabajando.

Y eso era peligroso.

.- Por favor…

Esa suplica terminó con la insistencia de Harry y se levantó con una sonrisa que intentó ser de comprensión.

Quizá no lo logró, pero no pudo darse cuenta debido a que ella hizo un astuto movimiento que le impidió estudiar su gesto con detenimiento.

Y de todas maneras había perdido la poca tranquilidad que logró atesorar al estar dormitando a su lado.

.- Te veré después… - prometió el moreno antes de salir y cerrar la puerta a sus espaldas.

Al instante la enfermera se acercó para entrar y Harry tuvo que ignorar esa punzada de envidia que sintió.

.- Es absurdo – dijo con molestia – Tengo tanto derecho de estar en esa habitación como ella.

.- No para Ginny – dijo Hermione. Quien lo había acompañado hasta el lugar, pese a que mostró desacuerdo – No debiste venir tan repentinamente – reprochó ella – Ginny ha estado muy voluble.

.- En verdad lo necesitaba.

Hermione dejó mostrar un gesto preocupado.

.-Malfoy ha empezado a presionar, ¿no? –arrugó la nariz – Deberías dejarlo, Harry. Nada garantiza que la cura se encuentre a tiempo, si es que se encuentra. Malfoy no es una garantía.

.- No hay otra garantía – dijo Harry – Aunque lo deje, no hay nada más y no puedo dejar de intentarlo.

La muchacha suspiró.

.- Eres un necio – le dijo con resignación – Solo espero que obtengas aquello que esperas… Y que sea a tiempo.

Harry suspiró.

También lo esperaba.

o.o.o.o.o.o.o

Las razones de su padre dejaron de justificarse en el momento en que Draco pudo tomar verdadera conciencia de aquello que quería crear.

Un hechizo bajo la máscara de una enfermedad. Oculta bajo síntomas muggles que eran suficientemente horrendos como para convencer a medimagos capaces, de atacar la sintomatología.

Ese fue el error de esos magos. Se habían olvidado que vivían en una comunidad mágica para atacar por medios médicos.

Que ingenuos.

Draco no podía culparlos; al menos no enteramente, sin embargo la idea de que acusaran sus acciones (las de su padre y suyas) no era algo que pudiera soportar. Especialmente porque solo Draco se sentía con ese derecho.

El ruido de la puerta de la biblioteca llamó su atención y levantó la mirada para verle.

Vaya que el maravilloso héroe de la comunidad mágica era insistente, ¿cierto?

Draco sonrió. Su padre estaría absolutamente orgulloso de él.

.- Eres un verdadero idiota- murmuró con melancolía y recargó la espalda en el respaldo de su cómodo asiento- No tienes que darme tanto poder.

.- ¿Basta?- preguntó Harry.

Draco soltó una carcajada ante esa pregunta.

.- ¿Que si basta?- repitió el rubio.- Claro que no Potter. No me bastan unos instantes para cobrarme toda la rabia que he acumulado por tu estúpida existencia, paralela a la mía.

Harry arrugó la nariz.

.- Yo no tengo la culpa de adquirir esa fama.

.- No me vengas con esa mierda- escupió Draco sintiendo que podría perder la paciencia de nuevo- Tu famosa vida te abrió mas puertas de las que puedas controlar. No tuviste que pasar por las dificultades de los demás... ¡Viviste a costa de los demás!

.- ¡Eso es mentira!

.- No lo es- el rubio arrugó la frente- Eres un pobre héroe que vivió bajo la visión de aquellos que te manejaron y no pudiste ver más allá del blanco y negro. - Se pasó la mano por el cabello- y lo comprobaste ayer al llegar diciendo estupideces.

.- Oh- Harry torció los labios- Así que es eso... No soportas que hablen de tu padre, aún cuando sabes que es verdad.

.- Es eso- admitió Draco con un descaro que sorprendió al moreno- No soporto que hables de mi padre ni que me culpes por sus acciones.

.- Eres el tipo de persona que haría cualquier cosa por ganar reconocimiento. Me parece bastante casualidad que seas precisamente quien logró detener el contagio.

Draco recargó la mejilla en una de sus manos y apretó los labios.

La tentación de repetir su reciente muestra de poder comenzaba a ser más grande; sin embargo Harry había llegado a interrumpir una interesante hipótesis respecto al trabajo de su padre que estaba ansioso por probar.

.- ¿Y por qué crees que deseo encontrar la cura?- preguntó el rubio con tranquilidad-. Bastante reconocimiento he logrado hasta ahora.

.- Un Malfoy jamás tiene suficiente-, dijo Harry con amargura

.- Eso es lo que piensas, ¿no?- el rubio sonrió de manera extraña.- Es lo que piensan todos... ¿No puedo dar una sorpresa solo por ser un Malfoy?... Vaya... No sabía que mi destino era irreversible... ¿No es triste?

Harry frunció el ceño.

.- ¿Que quieres decir?

.- ¿Porque no haces uso de esa admirable capacidad deductiva tuya? Seguramente encontrarás la manera de sorprenderme.

Harry habría querido decir algo a eso, sin embargo estaba bastante confundido y dio la oportunidad al rubio para que lo empujara fuera de la enorme biblioteca y cerrara la puerta, prácticamente en sus narices.

¿Qué demonios había sido eso?

.- Idiota.

Continuará...

Notas:

Agradezco a quienes han estado leyendo este fanfic, pese a sus esporádicas actualizaciones.

Un beso a mis dos preciosas betas, quienes esclavizan sus cualidades a mis deseos mundanos XD y, desde luego, a todos los que tienen el suficiente estómago para atreverse a leer lo que sigue.

Saludos.