Disclaimer: Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.

Advertencias: Slash.

Capítulo siete: ¿Por qué?

Harry recargó la frente en la madera pulida de la puerta.

La puerta estaba cerrada.

La enfermera había sido muy clara.

Ella no quería verlo… No podía… Estaba muy débil.

El moreno suspiró de dolorosa manera y se preguntó si el tiempo era suficiente.

Él estaba haciendo lo posible. Desde hace ocho días estaba haciendo lo posible. Pero al llegar a esa habitación de lujo, en el hospital, donde no podía atravesar la puerta de madera; se preguntaba si en verdad valdría la pena.

Se había convertido en el complaciente amante de la persona que encontraría la cura para Ginny, pero no veía el momento en que todo eso llegara a su fin.

Ciertamente no tenía nada de qué quejarse.

Draco estaba siendo terriblemente complaciente… especialmente complaciente… Pero a medida que los momentos sexuales aumentaban, Harry se encontraba con más y más inquietudes. Su corazón se desgarraba más y más, de tal manera que no podía soportar el dolor.

El dolor aumentaba en vez de disminuir.

Las dudas aumentaban.

Y la razón era precisamente esa puerta cerrada que no le permitía ver el rostro de ella.

¿Cómo estaba ella?

¿Por qué no le dejaba entrar?

¿Por qué lo dejaba fuera?

Harry suspiró retirando la frente de la madera pulida y giró sobre sus talones para avanzar por el pasillo.

El nudo que se le había formado en la garganta le impidió intentar convencer a la enfermera.

No lo haría por esta vez.

Ya no lo haría.

Había resultado más doloroso que le negaran la entrada cuando intentaba hacer ejercer un derecho del que se había sentido merecedor.

Quizá no lo era. Quizá nunca lo fue.

Y a medida que los pasos lo alejaban de la habitación, aumentaban más las dudas y el corazón le dolía con mayor fuerza.

Dolía pensar… dolía respirar.

Al menos ahí, en el hospital, dolía.

Harry frunció el ceño ante ese pensamiento y se transportó a la mansión de Draco. Atravesó la puerta recordándose mentalmente que debía engañarlo, así que colocó esa máscara de neutralidad en su rostro, adornada por una tenue sonrisa.

Tenía que engañarlo. Porque si lograba engañarlo a él, a Malfoy, Harry lograría engañarse también a sí mismo.

Necesitaba engañar a ambos.

Harry se detuvo en el marco para ver a su protector y un fugaz pensamiento, del que no supo su procedencia, le hizo recordar lo ocurrido el día anterior… y el anterior a ese… y el otro…

La verdad es que había sido, excitante. Lo suficiente para que su cuerpo reaccionara al instante con ese, ahora, conocido escalofrío que recorrió su piel hasta hacerla sensible a cualquier señal que emitiera el rubio.

Había aprendido a conocerlo. A saber justo lo que quería y el momento en que lo quería.

Sabía el preciso instante en que Draco estaba de buen humor para tener sexo con él y lo había aprovechado. Había aprendido, también, a alejarse de hurtadillas cuando lo notaba de mal humor, y encerrarse en su habitación ignorando la desilusión que su cuerpo le hacía saber.

Lo sabía todo.

Bueno… no todo… Pero había un conocimiento que se le escapaba y no podía alcanzarlo.

Algo que el propio Harry no estaba seguro de querer saber y se conformaba con esa mirada azul llena de… algo… que lo enternecía en el momento justo en que sus brazos lo traicionaban y se enredaban en el cuello de Draco para permitirle derramarse en su interior.

Era… perturbador.

Harry apretó los labios y recordó que no debía pensar en eso. Recordó que debía engañarlo y se adentró en la biblioteca notando a Draco mucho más ágil que las veces anteriores.

Lo notó activo a medida que hacía registros y volvía a verter ingredientes nuevos en la apestosa poción, solo para volver a verter más y más ingredientes.

Entonces se dio cuenta.

Draco estaba de estupendo humor.

Sabiendo eso, Harry se encaminó hasta reducir la distancia y notó una esporádica mirada del rubio que le estremeció.

Draco estiró su cuerpo de manera felina y comenzó a guardar los pergaminos.

Finalmente suspiró y se dejó caer en el sofá con una preciosa sonrisa.

.- Que… placer verte de nuevo – saludó Draco.

Harry se limitó a acercarse. Acomodó sus piernas a cada lado de las caderas de Draco y se sentó completamente en sus piernas; recargando la cabeza en ese pecho.

.- ¿Aun es mejor que yo? – preguntó Draco.

Harry apretó los párpados. Ojalá no hubiera hecho esa pregunta. Ojalá no le hiciera dudar así.

.- Si…

Harry sintió los brazos del rubio en torno a su espalda e instintivamente se arqueó para que ambos pechos se tocaran. Los labios de él se posaron en la piel del su cuello y mordisquearon con esa suavidad a la que él respondió lamiéndose los labios.

Las yemas de los dedos de Draco se escurrieron por debajo de sus ropas hasta llegar a sus tetillas y el moreno gimió ante la caricia.

Sus caderas se movieron inquietas hasta encontrar esa firmeza en Draco y un jadeo le sorprendió de nuevo antes de frotarse contra ella con total descaro.

Sentirlo de esa manera se había vuelto algo absolutamente tranquilizador.

Tranquilizaba su dolor, sus dudas y a su corazón.

Anestesiaba todo aquello que le inquietaba para transformarlo en eso que ahora desabrochaba la camisa de Draco para exponer la piel de su pecho y frotarse contra ella antes de inclinar la cara y lamer una y otra vez.

Se había convertido en eso.

Por ella… con él…

.-... Malfoy… - musitó el moreno mordiéndose el labio inferior.

.- Últimamente estamos impacientes – se rió el rubio deslizando una mano hasta sus nalgas para apretarlas con lujuria – Me gusta eso – aclaró antes de meterse por debajo del pantalón para tocar esa delicada entrada y presionar un poco, arrancando otro jadeo del moreno - ¿Te gusta también, Potter?

.- Si…

.- ¿Me quieres dentro de ti?

Harry tragó en seco.

.- Si…

.- Pídemelo.

Harry se vio apartado y protestó al instante. Al abrir los ojos notó esa mirada atenta y expectante del rubio hasta fundirse con ella y complacerlo (de nuevo).

.- Malfoy… - gimió al sentir que sus pantalones y ropa interior eran apartadas, dejando desnudo su trasero – Yo… - gimió - … entra en mi cuerpo…

.- ¿En serio? – ronroneó Draco a su oído. Dedicando su atención a desnudar su miembro firme y dirigirlo a la fisura de Harry, tocando con la punta - ¿No olvidas algo?

Harry pensó que lo podía odiar en esos momentos.

.-… Malfoy… - musitó frotándose contra esa erección.

.- No puede ser tan difícil, Potter – dijo el rubio mordiendo la barbilla – Solo dilo…

.- Por favor… - Harry se apretó aun más contra él – Entra en mi cuerpo, por favor…

Una revolución azotó el corazón de Harry en cuanto sintió la manera en que el rubio se adentraba en su interior.

Lento, suave y firme.

Todo acompañado de esa lluvia de besos en su rostro y cuello. Todo con esas manos posesionándose de su trasero para ayudarle a subir y bajar, entrando y saliendo de él una y otra vez. Arrancando esos eróticos sonidos de ambas gargantas hasta que llegase el momento en que ambos los callaban con un beso.

Su corazón latió con más velocidad y Harry tuvo que darse cuenta de toda la esperanza que había depositado en su rival. Dejándolo entrar, no solo en su cuerpo…

Y… tuvo miedo.

Pero el sentimiento fue sobrepasado por aquella deliciosa sensación física que agitó más ambas respiraciones. Fue mayor el desgaste físico con el que acompañó ese firme miembro en su cuerpo hasta alcanzar el éxtasis.

Y lo sintió derramarse en su interior.

La fuerza con la que lo apretó pareció estrujar más que sus brazos y Harry tuvo la sensación de que algo estaba fuera de su lugar.

Algo estaba mal.

Y de nuevo, Harry no se sintió listo.

¿Cómo iba a estarlo en esas circunstancias?

No tenía seguridad de nada y lo estaba dando todo.

Harry jadeó dolorosamente ante eso.

¿Todo?

o.o.o.o.o.o

.- No es un dato que sea fácil de obtener- dijo Hermione antes de meter la cuchara con gelatina en su boca y tragó - Ron no tiene acceso a los detalles que Malfoy dio para lograr detener la enfermedad.

Harry suspiró y recargó la cara en sus hombros, apoyados en la mesa.

.- Siento que hay algo que debo saber- murmuró con cansancio-. Hay bastantes inquietudes que no soporto... Quizá si comprendiera la naturaleza de contagio, podría sentirme menos idiota en todo esto.

La mujer negó.

.- De trata de información clasificada...

.- ¿Información clasificada? – murmuró Harry con impaciencia – Ron esta por encima de cualquier individuo con influencias, ¿cómo pueden negarle esa información?

Hermione hizo un ademán afirmativo antes de suspirar y llevarse a la boca un dulce de chocolate.

.- No me estás escuchando – dijo ella con paciencia – No solo se trata de información clasificada. Se trata de información inexistente.

.- Creo que no comprendo – dijo Harry.

.- El ministerio de Magia no tiene esa información. Draco Malfoy jamás se molestó en darla.

Harry frunció el ceño ante eso.

.- ¿Es posible que haga eso?

.- No realmente – admitió ella - , pero si lo vemos de manera práctica, es comprensible.

.- ¿A qué te refieres?

.- Al ministerio de Magia no le importa la forma en que se inició el contagio; le importa el momento en que se detuvo… Y si Draco Malfoy pudo hacer eso a cambio de que no le hicieran preguntas, lo aceptan. Aceptan cualquier cosa porque Draco siga haciendo investigaciones hasta encontrar la cura… Si no la encuentra no importa, porque ya no habrá un caso más de infección.

.- Pero Ginny no entra entre los beneficiados… - musitó Harry.

.- Es perfectamente sacrificable para el ministerio de Magia – aceptó Hermione – Han salvado las vidas que pudieron salvar. Si no pueden salvar más, no importa.

Harry apretó los labios ante eso.

Sonaba bastante entendible, viniendo del ministerio de Magia. Sin embargo no lo aceptaba.

.- Quizá debieras preguntárselo a él mismo – sugirió Hermione.

.- Será un lindo momento – ironizó Harry – "Oye, Malfoy, ¿cómo fue que tu padre logró crear esa eficiente enfermedad?" – frunció el ceño – El que estemos teniendo sexo no significa que pueda hacerlo.

Hermione enarcó una ceja ante la accidental información y sonrió al ver el rojo rostro de su amigo.

.- Es cierto – admitió ella con burla – No significa que puedas preguntarle directamente lo que está pasando – perdió su sonrisa - ¿No es demasiado a cambio de nada?

.- Es la vida de Ginny – dijo Harry.

Hermione suspiró.

.- Si – dijo finalmente, sin expresar directamente lo que pensaba y recargó la barbilla en una mano - ¿Qué esperas lograr sabiendo la manera en que se infectó?

.- Espero comprender…

.- Estás trabajando por la cura – ella lo miró – Aun cuando sea con sexo, te esta costando… ¿por qué no lo dejas así?

.- ¿Por qué solo hubo ciertos infectados? – preguntó Harry - ¿Por qué se infectó ella? ¿Por qué no yo?... ¿Cómo?

Hermione comprendió todas esas inquietudes y suspiró.

.- Ron no puede conseguir esas respuestas – dijo de nuevo – Es el propio Draco quien las tiene, ya que él detuvo el contagio.

.- Lo entiendo…

.- Harry… - comenzó Hermione con inseguridad – La verdad es que no sé si esto sea mejor… Quiero decir… jamás te había visto tan tranquilo…

.- Solo es un trato por la cura – dijo el moreno.

.- Pese a eso – la muchacha frunció el ceño – fue Malfoy quien te regresó la esperanza… Ginny no ha podido hacerlo…

.- Ginny esta enferma…

.- ¿Eso la justifica? – preguntó Hermione con suavidad – Te deja fuera de su habitación día tras día y no atiende tus necesidades… Estás haciendo todo esto por ella y ella no responde.

.- Ella esta enferma – insistió Harry.

Hermione apretó los labios.

.- Si… - dijo finalmente - ; ella es la víctima aquí.

Hermione se preguntó qué pasaría cuando Ginny dejara de ser esa víctima.

No deseó que ese momento llegara.

o.o.o.o.o

Draco levantó la mirada.

Notar atento al moreno le hizo pensar que algo estaba pasando.

Algo que, sin embargo, no le importaba, ¿verdad?

Sin embargo…

… no podría seguir trabajando con esos ojos verdes clavados en él.

Y Draco estaba seguro que esa mirada no era de urgente deseo. Así que estaba a un paso de perder la poca paciencia con la que había tenido que trabajar ese día. Desde que una idea más, había sido un rotundo fracaso.

.- ¿Qué? – se fastidió Draco.

Harry suspiró.

.- Me estaba… preguntando si…

Draco giro los ojos al ver que no se animaba a decirlo directamente.

.- Mira, Potter – dijo – no tengo tiempo ni humor para verte titubear, así que dilo de una buena vez.

.- ¿Cómo es la naturaleza de infección?

Draco palideció.

Y vaya que lo hizo.

.- ¿Qué? – repitió Draco como si esperara que cambiase de pregunta.