Thomas había caído en una especie de coma, no abría los ojos, no sentía, no hablaba. Después del tratamiento simplemente recostado en su cama, no era el Thomas de antes. Carrie a su lado, lamentándose de haberlo obligado a someterse al proceso medico. La mente de Thomas, siempre en otro lugar. La incertidumbre de Carrie le rompía el corazón, estaba perdiendo al amor de su vida, y todo por una 'negligencia médica'. Odiaba a Lawrence con toda su alma y no quería verlo para nada, no contestaba sus llamadas, no respondía a sus recados, para ella aquel doctor no existía.

Pero, Carrie estaba dispuesta a reclamarle el haberle hecho tanto daño a Thomas. Debía tomar responsabilidad y hacerse cargo de las consecuencias que tuvo el tratamiento.

Se acercó a su oído y con notable sufrimiento en su voz, le decía: "¿Pues que pastilla te dieron¿Qué clase de droga era esa, corazón?" El seguía inerte, como lo había estado desde hace 5 días. Carrie extrañaba el calor de sus manos, extrañaba sus besos, su mirada.

"Thomas, prometiste que nunca me dejarías sola. Me dijiste que todo estaría bien. ¿Por qué me mentiste¿Por qué ahora no estas conmigo?" Murmuró y cayó en un llanto inconsolable, se estaba muriendo poco a poco y tan dolorosamente, como se moría Thomas.

Su mente estaba perdida, su cuerpo seguía 'vivo'. Ella hablaba, el no respondía. Ella lo amaba y el se moría.

"¿Recuerdas la noche anterior al tratamiento? Tu me dijiste que nos mantendríamos juntos, y ahora tu me estás dejando." El sonido del timbre en la puerta, la interrumpió. Se secó las lágrimas y se corrigió el maquillaje.

Fue hasta la puerta y le abrió al enfermero que cuidaría a Thomas mientras ella estaba fuera.

"Pasa." Dijo Carrie ya sin ganas.

"Buenas tardes." Dijo el enfermero.

"Bien, ya sabes donde está todo lo importante, si pasa algo fuera de lo normal, me avisas. Mi número esta al lado del teléfono. No tardaré." Decía mientras lo guiaba a la habitación donde estaba Thomas.

Se acercó a la cama y lo besó en los labios. "Te Amo." Susurró.

"Cuídalo mucho, por favor." Tomó su abrigo y salió de la habitación.

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El doctor Lawrence se encontraba en su oficina como cualquier otro día acomodando papeles, viendo casos y preparándose para la siguiente cita. Quería hablar con Carrie, decirle que Thomas estaría con ella en cualquier momento. Que lo que pasaba era normal, pues para él, el procedimiento había resultado exactamente como el había planeado. A excepción de que Carrie se había negado a tomar alguna de las pastillas, ella se negaba a saber que era la realidad.

El teléfono encendió un foquito rojo y el contestó. "¿Si?" Dijo sin dejar de acomodar papeles.

"Doctor, la señorita Moss está aquí." Dijo Jennifer.

"Hágala pasar." Respondió el y dejo todo lo que estaba haciendo para ponerse de pie y abrirle la puerta.

"Pasa, Carrie, toma asiento." Dijo y abrió la puerta para que Carrie pudiera pasar.

"No pienso estar mucho tiempo, solo vengo a decirle que la condición de Thomas no mejora para nada. Si la situación empeora…" Su voz se quebró a la mitad del segundo enunciado, ella se rompió y se dejó caer frente a la silla a la cual el doctor le había apuntado para que tomara asiento.

"Yo ya no puedo, doctor. Usted me quito la mitad de mi vida, usted me quito mi todo. Yo lo quiero de vuelta, necesito a Thomas de vuelta." Sus ojos notablemente irritados por las lágrimas no podían dejar de llorar.

El doctor trataba de ayudarla a que se parara e intentaba desesperadamente a que se incorporara de nuevo a ella. Que se calmara, que respirara. Temía que tuviera otro colapso nervioso como su expediente médico lo mostraba. La tomó de los brazos y la jalo a si mismo para que se pusiera de nuevo en pie. Ella se dejó caer como un saco de huesos, sin fuerza, sin ganas, sin vida.

"¡Jennifer, necesito que vengas ahora!" Gritó el doctor exasperado. Normalmente, un psicólogo no pierde el control así, pero Lawrence se había unido de tal manera a esta pareja que la crisis por la que pasaban le afectaba mucho.

La secretaria entró rápidamente y al ver al doctor tirado en el suelo, y a Carrie inconsciente tomó de un cajón con llave una inyección. El doctor sujetó fuertemente el brazo de Carrie y la secretaria inyectó la sustancia. El color natural de piel de Carrie volvió a su cara. Sus mejillas se sonrojaron y ella abrió sus grandes y bellos ojos celestes.

"Ya todo está bien, ponte de pie." Dijo Lawrence y se levantó del suelo y apuntó hacia un gran sillón de color rojo brillante.

El doctor y la secretaria ayudaban a Carrie a levantarse para sentarla en el sillón, le quitaron el abrigo y la secretaria lo colgó. Mientras Carrie decía: "¿Porque no me dejan en paz? Déjenme morir, así como lo hicieron con Thomas. Déjenme estar con él, por fin con él."

Comenzó a llorar de nuevo, y Jennifer le pasó un pañuelo. Ella lo tomó sin darle importancia, parecía que se dejaba vencer por algo más grande que ella. Como si todas sus fuerzas se hubieran esfumado.

"Usted me debe una explicación. Dígame¿qué paso con esa pareja que trató antes con este mismo procedimiento¿Por qué ellos si son felices ahora¿Por qué ellos siguen juntos?" Dijo con un tono desafiante, exigiendo el esclarecimiento de las cosas, y secándose las lagrimas.

El doctor y su asistente se miraron fijamente. ¿Cómo es que ella había conseguido esa información? "No tengo por que darte explicaciones, si has obtenido esos datos sin mi consentimiento." Le respondió indignado y arrastró una silla para estar justo frente a Carrie.

Jennifer salió de la sala, cuando Lawrence le dijo con el rostro que ya todo estaba bien. Carrie se puso de pie. El doctor la jaló de la mano, obligándola a tomar asiento. Tenía muchas cosas que decir, y Carrie estaba obligada a escucharle.

"Tu quieres explicaciones, yo te daré explicaciones." Lawrence se escuchaba molesto, por primera vez desde que conoció a la pareja. Ella lo miró en suspenso, sus ojos se abrieron sorprendidos, nunca lo había visto así.

"Entonces, dígame la verdad¿qué sucedió con ellos?" Dijo ella subiendo su tono de voz, para darle a entender que no le temía. Que podía ser fuerte si se lo proponía.

"Baja ese tono, Carrie. Estaremos aquí un largo rato así que lo mejor es tener paciencia." Comentó el doctor.

Después de dos horas de argumentos, de justificarse, de explicaciones y demás. El doctor pudo por fin demostrar que todo estaba bien. Carrie solo quería escuchar que su Thomas volvería a estar con ella. El doctor le dijo que la pareja anterior ahora se encontraba bien, porque ambos habían tomado la misma pastilla. Le explicó como en su caso, las cosas no habían resultado de la misma manera, porque ella se había negado a tomar una píldora.

"¿La pastilla que tomaron ellos, es la misma que escogió Thomas?" Preguntó notablemente mas calmada pero aún llorando.

"Así es." Dijo el doctor.

"¿Y entonces para que alargar mi sufrimiento, doctor? Déme la pastilla que escogió Thomas, quiero estar con él." Dijo ella acelerándose un poco.

"Es solo que tu tienes que aceptar la realidad y escoger bajo tus propios instintos que píldora tomar." Argumentó y bajó la mirada.

"Pero si usted sabe que píldora debo tomar¿por qué no sólo me la da?" Insistía Carrie.

"Porque todo se basa en tu decisión, yo no puedo influenciar en lo que escoges. Yo solo te muestro las dos alternativas, los dos caminos que puedes tomar. Lo demás, ya depende de ti." Explicó el doctor y se quitó los lentes, se talló los ojos y dijo: "Suficiente por hoy, ven mañana. Así podremos seguir con el procedimiento."

Después de días de sufrimiento, las cosas por fin se aclaraban para Carrie. Pero¿qué pastilla debía tomar¿Cuál era el camino correcto para estar de nuevo con Thomas?

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Durante el camino a casa, en el coche, Carrie recordaba todos los momentos que había pasado con Thomas, y lo difícil que sería la decisión del día siguiente. ¿Cómo iba a saber que pastilla había escogido Thomas?

Al llegar a su casa ya estaba exhausta, y encontró al enfermero inyectándole algo a Thomas. Ella se exaltó.

"¿Pero que demonios estás haciendo!" Le decía molesta y le arrebató la aguja al enfermero.

"Inyectando las vitaminas de todos los días." Se justificó el enfermero y apunto hacia la caja vacía de la medicina.

"Ya vete." Dijo Carrie debilitada. "Ven mañana a la misma hora y toma las llaves del mueble aquel, para que abras."

"Buenas noches, señora." Dijo el enfermero y tiro la aguja a la basura.

"Buenas noches. ¿Cuál dijiste que era tu nombre?" Dijo Carrie quitándose los zapatos sentada en un sillón, bostezando.

"Hugo. . . Hugo Weaving." Dijo el enfermero.

"Cierras con seguro al salir, Hugo. Gracias." Dijo Carrie y cayó extenuada en la cama.

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Información Útil:

Hugo Weaving - A. Smith

n.n

-Felicidades-