Capitulo 2: Nuevo Replanteamiento de Vida
Harry al levantarse del lugar duro, frío y donde le daba de lleno un viento helador donde le atravesaba hasta los huesos se dio cuenta de que se encontraba en lo alto de lo que parecía una enorme piedra con una forma extraña pero por acción de la naturaleza que se había formado con el continuo desgaste producido tanto por la acción de las riadas, lluvias como por la acción del viento dándole esa forma de cara humana.
Un poco más allá vio como unos animales enormes se alimentaban de un pasto amarillento que se parecía enormemente a la hierba pero un poco más grande, esos animales eran muy variados algunos de ellos se parecían a los caballos que alguna vez había visto en las noticias pero con un tamaño un poco más pequeño pero más fornidos, había bisontes que alguna vez había visto en alguna película de vaqueros a través de la reja de la alacena pero estos eran mucho más enormes y poseían una gran capa de grasa con un tupido pelo marrón, en un grupo más reducido se encontraba una manada de ciervos gigantes con varias hembras con sus crías y varios machos con enormes cornamentas que por lo menos debían de medir varios metros de ancho peleándose entre ellos para gobernar en la manada, recostados sobre algunos árboles sueltos de un bosque que se veía a lo lejos había una familia de leones enormes conocidos como leones de las cavernas descansando después de una cacería mientras que los pequeños jugaban entre ellos y con las colas de los adultos para luego en la edad adulta estar preparados para la supervivencia, y entre la arbolada que producía el bosque y la extensa pradera que se acompañaba de un pequeño riachuelo se podían divisar a la lejanía unos cuadrúpedos que medían varios metros de largo y ancho con varias toneladas de peso acompañados de unos enormes colmillos, se trataba de Mamuts lanudos que realizaban su costumbre emigración hacia pastos nuevos. Harry al ver detalladamente de todo esto, tuvo la certeza de que se encontraba en alguna época de la glaciación, solo y sin tener la más remota idea de como sobrevivir a lo que se le avecinaba.
Como buen Gryffindor que era bajó de la roca dispuesto a soportar y vivir en aquel lugar y como temía era un plan de Voldemort para tenerlo lejos de su tiempo para poder tomar el control del mundo mágico, ya que en su quinto año en Hogwarts descubrió que la razón por la que Voldemort lo quería ver muerto era por una profecía que decía que era el igual del Señor Oscuro capaz de derrotarlo. Con pasos decididos se encaminó riachuelo abajo camino al bosque donde le sería más fácil sobrevivir debido a que allí no había grandes depredadores y que los herbívoros aunque esquivos eran fácil presa para un solo individuo o eso pensaba él.
Se internó en el bosque con la varita levantada dispuesto a atacar a cualquier animal que se le acercase pero fue en balde ya que se pasó todo el día así sin conseguir nada. En los primeros días sólo se pudo alimentar de algunas hierbas que conocía por Herbología y de los cuidados que realizaba en el jardín de los Dursleys y sobre todo de agua del riachuelo pero no pudo cazar ningún animal ya que cada vez que se acercaba algún conejo, éste se alejaba velozmente dejándole con las palabras del hechizo en la boca y aún menos se atrevía acercarse algún animal muerte naturalmente o cazado por algún ser vivo por miedo a que le atacasen sin que se pudiese defender. Al cuarto día que iba paseando por el frondoso bosque de hayas y abetos se encontró una pequeña cueva donde penetró muy despacio y con la luz de la varita en alto para visualizar el mayor campo posible de la cueva, cada vez iba penetrando en la oscuridad de la cueva y alejándose de la salida hasta que al cabo de lo que parecían minutos llegó al final de la cueva donde por desgracia encontró a un oso de las cavernas de enormes dimensiones y negro como la noche que se confundía con las paredes oscuras de la cueva despierto por culpa de la luz de la varita.
Harry al ver a la criatura se había quedado paralizado ya que el animal al levantarse sobre sus patas traseras alcanzando una altura superior a tres metros de alto y rugiendo ferozmente era capaz de achicar hasta al más valiente de los guerreros. El oso empezó a remeter contra Harry que como pudo empezó a esquivar a la bestia cayéndosele las gafas al suelo y quedando solo trozos de cristal, en los primeros zarpazos desgarró la vestimenta del muchacho dejándole casi desnudo y con varios rasguños, con esos primeros movimientos del Oso, Harry se desnoqueó (se espabiló) y empezó a realizar movimientos rápidos para salir de la cueva pero era un poco tarde ya que el oso cavernero había tapado toda salida con su cuerpo y la única manera era pasar por encima de él. Intentó realizar algún hechizo pero ninguno que realizaba le afectaba al oso cavernero. El oso se volvió a levantar otra vez sobre sus patas traseras y arremetió contra el niño que vivió haciendo que retrocediese contra la pared y chocando contra ésta dejándole atontado, en ese momento el oso aprovecho para acercarse a Harry, levantó una de sus zarpas y cargó contra el muchacho que se encontraba aturdido dirigiendo una de sus afiladas patas a la cabeza para partirla por la mitad como hacía muchas veces en la tierra para buscar y comer sabrosas raíces.
Harry en el momento que chocó contra la pared fuertemente alejándose de las zarpas del herbívoro vio las estrellas alrededor de su cabeza recuperándose unos segundos más tarde viendo como una de las zarpas de la bestia se dirigía a su cabeza para partirla por la mitad. Agachó la cabeza justo a tiempo y la zarpa pasó cerca de su cabeza rasgando fuertemente contra la pared desprendiéndose piedras de la pared a la vez que se transmitía por toda la cueva un sonido como el que se producía al rasgar una pizarra con las uñas. Harry aprovechando el desconcierto del animal, se levantó ágilmente y subiendo lo más rápido que podía y como podía subió a los lomos del oso cavernero, mientras que iba recorriendo todo el trayecto del animal, éste se movía alocadamente para tirar al intruso que se había subido a su espalda y con repetidas subidas a dos patas de éste para tirar a Harry y dejarlo entre sus patas pero no consiguió nada. Harry al final después de tanto movimiento y pelaje oscuro del oso pudo bajar a tierra firme y salir corriendo de la cueva y del oso cavernero para recuperar en lo alto de una copa la respiración y calmar los dolores que todo su cuerpo presentaba en esos momentos por los continuos forcejeos que había tenido que realizar entre el pelaje del oso mientras que chocaba contra el techo y las paredes con el movimiento. Pero no pudo ir muy lejos del animal cuando sintió en su espalda como cuatro cuchillos se clavaban en su espalda haciéndole caer al suelo como un fardo muerte. La sangre le corría por la espalda como torrentes desbordados en primavera por las tormentas, él la sentía como discurría por ésta y su corazón empezaba a acelerarse para llevar más sangre a los tejidos que pedían de ésta para poder obtener el oxigeno tan apreciado para realizar las reacciones metabólicas indispensables para la vida. Se puso de pie y empezó a caminar hacia el exterior lejos del oso que en esos momentos se había vuelto a dormir al ver como el intruso había caído al suelo sangrando y sin dar ninguna señal de vida notando como gotas de sangre caían a la polvorienta tierra.
Fuera de la cueva, Harry empezó a andar pesadamente alejándose de la cueva todo lo que podía notando como poco a poco iba perdiendo la conciencia debido a la falta de sangre cada vez más notoria en su organismo hasta caer pesadamente al suelo inconsciente.
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En otro lugar y época, en un castillo de enormes proporciones y cargado de magia llamado Hogwarts se encontraba en su despacho Dumbledore buscando entre todos los libros que poseía alguna posibilidad de que volviese a esta época pero había descubierto en estos que no había posibilidad de que volviese Harry utilizando un hechizo similar al de Voldemort sin causar el total desequilibrio de la magia y por lo tanto la muerte de todo ser vivo y que en otras tantas veces le habían resuelto algunos misterios aunque en esta ocasión no serían útiles.
Había enviado unos mensajes a través de Fawkes a los miembros de la Orden para realizar una reunión de urgencia para comunicar la repentina desaparición de Harry.
-Me alegro de que todos halléis llegado sin problemas hasta aquí- dice Dumbledore con todos los miembros reunidos- He hecho esta reunión urgente para comunicar que Harry de momento no podrá venir a Hogwarts ya que se ha ido a un sitio a realizar una misión para mí.
Dumbledore sabía que esas palabras no eran ciertas pero si decía la verdad entre los miembros de la Orden, se derrumbarían como un castillo de arena contra el agua del mar y ahora si que no tendrían ninguna posibilidad de enfrentarse a Voldemort. Algunos de los reunidos pensaban en Harry como un amigo y otros como un colega pero para todos, para la comunidad mágica, era el héroe que libró al mundo mágico y no mágico del mayor mago oscuro de toda la historia y si se sabía que había desaparecido por culpa de Voldemort aunque solo fuera en unos pocos luego se iba a extender al resto y se produciría un caos mayor que hace dieciséis años. Eso Dumbledore lo sabía y por eso prefería mentir a sus amigos por un bien mayor.
-¿Cómo es que Harry se ha ido a una misión?- pregunta histérica la Señora Weasley- Si solo es un niño.
-Por favor, Molly. Harry ya no es un niño, tiene dieciséis años y es muy capaz de cosas que adultos son incapaces de realizar. Yo tengo fe en él y todos debemos de tenerla- dice tranquilamente Dumbledore.
-Profesor Dumbledore, ¿qué misión es esa?- pregunta Lupin preocupado.
-Remus, llámame Albus que no soy tu profesor- contesta Dumbledore- Y en cuanto a lo relativo a la misión que tiene que realizar no se puede decir nada por cuestión de seguridad.
-Siempre ese Harry se divierte sin invitar a los demás- comenta divertida Tonks ganándose miradas divertidas por parte de los jóvenes y miradas reprovativas de parte de los más mayores.
-¿Y estará bien?- dijo la señora Weasley arremetiendo de nuevo con una de sus preguntas.
-Tranquila, es algo sencillo-le responde Dumbledore de manera serena tranquilizando al resto del grupo- También os he hecho llamar para deciros que el ritual que realizó Voldemort no le salió como lo tenía previsto y es probable que realice algún ataque para aplacar su frustración- miente de nuevo- Por lo que tendréis que estar pendientes y alertas estos días. Y Molly no digas nada a tus hijos sobre Harry, es una cosa de la Orden.
-Está bien, Albus. Si no quieres que se sepa, no diré nada. Yo cumplo tus ordenes- dice seriamente y con un brillo de orgullo en sus ojos al recordar que el año pasado no había dicho nada sobre los planes de la Orden cuando Harry había preguntado sobre ese tema y Sirius se había ido de la lengua.
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Una vez, Harry abrió los ojos gimiendo de dolor casi inaudible cuando el sufrimiento era tan fuerte que lo hizo despertar durante unos segundos siendo consciente por unos breves instantes que a él le parecía que lo estaban llevando al cielo, sintió como era llevado suavemente y vio delante suya a una preciosa joven de cabellera roja y pensó que era un ángel que lo llevaba con sus padres y con Sirius.
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Pasaban los días y en los periódicos mágicos no salía la noticia de la desaparición de Harry Potter, el niño que vivió y eso a Voldemort lo estaba llenando de furia y frustración. Tantas molestias que había tenido que hacer para que nadie le interrumpiese durante el ritual y ceder unos minutos una parte de su poder dejándose ver por sus fieles débil para que luego ese viejo le dejase con la boca amarga de su triunfo. Sabía que su objetivo se había cumplido ya que no sentía la esencia mágica de Harry Potter y también estaba seguro que Albus Dumbledore habría contado alguna mentira a los patéticos de la Orden para que no estuviesen tristes y que el terror no se difúndase por toda la comunidad mágica. Él ya sabía que tenía que hacer para que ese temor volviese haciéndole de nuevo poderoso.
-¡¡Colagusano!!- grita Voldemort.
A los pocos segundos vio como un encapuchado bajito y tembloroso se acercaba hacia donde estaba él sabiendo que seguramente recibiría una pequeña sesión de tortura.
-Sí, amo- contesta temblando.
-Crucio- exclama apuntándole con la varita haciendo que Colagusano se retorciese en el suelo de dolor- Eso por llegar tarde a mi orden y esto- dice apuntándole de nuevo y aplicándole de nuevo la maldición imperdonable- Por ser un cobarde y temblar. Ahora quiero que reúnas al grupo de mortifagos que saldremos a divertirnos.
A los pocos minutos se reunió un grupo de cien mortifagos a su alrededor dispuestos a causar estragos a la orden de su señor y a recibir todas las ordenes que éste les indicase con temor de recibir una de su sesiones de tortura.
Todos ellos desaparecieron de la fortaleza del Lord que en tiempos antiguos había sido la Mansión Riddley y que ahora se había modificado con magia dándole la apariencia de un castillo por dentro y por fuera la que siempre había tenido para disimular ante el resto del mundo y que nadie se podía acercarse a él y ni siquiera aparecerse o desaparecerse de él sin que el Señor Oscuro te diese permiso debido a la alta seguridad que rodeaba la mansión -todo tipo de hechizos anti-muggles, criaturas tenebrosas de toda clase, trampas mortales y hechizos mágicos que si no sabías donde estaban te podían causar la muerte- y que ahora reinaba un silencio atroz solo roto por los chillidos de dolor de los presos que se encontraban en los calabozos.
De repente, en el Callejón Diagon aparecieron un centenar de encapuchados que rápidamente todo el mundo identificaron como mortifagos y empezaron a correr en desvandada empujando y arrollando a otros ciudadanos que se encontraban en el callejón. Ante el espectáculo, Voldemort inhalo aire para percibir el dulce aroma del terror.
-Como me gusta este olor, nunca me canso- comento divertido mientras empezaba a lanzar imperdonables.
Los mortifagos imitando a su señor también empezaron a echar maldiciones tanto a los transeúntes que huían del lugar como a las tiendas destrozándolas y dejando a su paso tanto cadáveres como a gente loca y tiendas destrozadas y consumiéndose en llamas y no hubo nadie que pudo impedir esta tragedia ya que los pocos efectivos de Aurores que llegaron fueron rápidamente aniquilados por las maldiciones imperdonables sin que estos pudieran hacer nada debido a que no podían aparecerse y desaparecerse por un hechizo que les había impuesto Voldemort nada más que habían llegado y los únicos refugios que tenían para cubrirse ante las imperdonables eran las llamas que producían los edificios dejando más débil aún al ministerio. Y antes de desaparecerse Voldemort dejó un mensaje a Dumbledore en la pared con sangre de los fallecidos que le decía "Pronto el mundo caerá a mis pies y nadie podrá hacer nada para impedirlo".
Ante ese ataque de Voldemort, la comunidad mágica se sumó a la histeria. Ahora todo el mundo desconfiaba de todos exceptuando de los más allegados y los más jóvenes y mayores de edad se metieron en la carrera de Lucha contra las Fuerzas Oscuras (la carrera para hacerse Auror) ya que el ministerio, mejor dicho Fugde, con acciones desesperadas intentaba mantener bajo control la situación permitiendo la entrada de todo el que lo deseaba en esa carrera y subiendo los sueldos de estos para incentivarlos y autoridad ante el desmadre que de nuevo estaba viviendo la comunidad pero el defecto que tuvieron los del ministerio por instancias de Dumbledore fue que no se permitió utilizar de nuevo a los Aurores las maldiciones imperdonables como hizo Crouch.
Y desde entonces, la guerra se declaró oficialmente abierta teniendo la ventaja los del lado oscuro ( mortifagos, vampiros, licantropos, gigantes, dementores,...) por la utilización de las imperdonables y sus métodos de matar ante los del Ministerio que lo único que conseguían era que se sumasen más nombres de gente entro la inscripción de los muertos.
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Harry empezó a abrir los ojos, señal de volver del mundo de la inconsciencia, y sintió como le dolía atrozmente la espalda pero que gracias a un ungüento en la espalda éste se diluía como el azúcar en el agua. Intentó mover alguna de sus extremidades pero comprobó que no podía moverlas debido a que se encontraban inmovilizadas, por lo que levanto la cabeza todo lo que pudo viendo que se encontraba en cubierto en lo que parecía una caverna que en cada lado había una especie de muretes de piedra delimitando lo que parecía una área de la cueva y luego en determinados sectores del área donde se encontraba había varias cortinillas echas con pieles de animales delimitando zonas de trabajo donde se encontraban utensilios de fabricar herramientas, un fuego apagado con varias útiles de cocina como piedras para calentar, lechos de dormir, un almacén donde se guardaban todo tipo de materiales que Harry sólo pudo identificar el material de que estaban echas y en la parte más central había una gran zona con un gran fuego donde deberían realizar las reuniones los miembros de la cueva y a la zona donde se encontraba él era un espacio un poco más grande que los de dormir donde había unos cuantos lechos vacíos y una despensa de hierbas.
Empezaba a tener hambre y aumentaba el dolor en la espalda notando de nuevo como la sangre empezaba a discurrir por su espalda pero no tuvo que esperar mucho para que alguien entrase en ese lugar. Lo que vio le dejó chocado, estaba observando una chica muy parecida a su amiga Hermione con unos años más (21 años) y con unos voluminosos y firmes pechos al aire haciendo que Harry se sonrojase y vestida con pieles haciéndole resaltar su esbelta figura. La joven al ver que Harry estaba despierto fue hasta él y empezó hablar en un idioma que éste no entendía.
(Yo lo voy a poner todo en el mismo idioma y hasta el tercer capitulo, Harry no entenderá lo que dicen los miembros del clan)
-Muchacho has tenido suerte, un poco más y hubieras muerto- comenta ésta mientras revisaba las heridas de la espalda cambiándole los ungüentos con mezclas que realizaba machacando plantas y calentándolas en agua hervida - ¿Cómo te encuentras?-pregunta una vez que se lo habían cambiado.
Pero Harry no entendía nada de lo que decía y no sabía como expresarse para hacerse entender que tenía hambre y que la herida de la espalda gracias a sus cuidados estaba mucho mejor pero lo único que se le ocurrió fue sonreírle tontamente.
En ese momento, un hombre alto de pelo rojo y nariz afilada entró en el recinto y al ver a la joven y a Harry se acercó a ellos.
-Hola, Hera. ¿Cómo se encuentra nuestro invitado?- pregunta el pelirrojo dándole un beso en los labios.
-Pues no lo sé, no ha abierto la boca. Me parece que no habla nuestra lengua- comenta Hera pensativamente- debido a que lo único que ha hecho ha sido sonreír que era lo único que haces, Ronna, cuando visitamos otros pueblos que no hablan el mismo lenguaje que nosotros.
Ante estas palabras, el aludido empieza a reírse recordando esos momentos en los que su pareja se intentaba comunicarse con miembros de otros pueblos cuando iban a comercial. Estaba en esos menesteres cuando un sonido de tripas lo volvió a la realidad bajando la vista al lugar donde se había producido el sonido y viendo a un Harry avergonzado por el sonido de hambre que habían producido sus tripas.
-Bueno, me parece que nuestro amigo tiene hambre, habrá que preparar algo de comer.
Ambos, Hera y Ronna, se fueron a la zona de la comida donde empezaron a preparar la comida mientras Harry se metió en sus cavilaciones sobre lo que le había ocurrido después de que se hubiese desmayado y autodeterminándose para aprender ese idioma si tendría que vivir con ellos cuando una hermosa muchacha de pelo rojo ardiente, ojos de un color cielo y piel tostada al sol entraba al hogar dirigiéndose a los otros dos. Harry estaba viendo como empezaban a hablar entre ellos mientras la que se parecía a su amiga Hermione cocinaba algo que olía muy bien por el olor que le llegaba cuando notó que la joven que hacía un momento había entrado le estaba observando desde allí haciendo que Harry se diese cuenta de que esa muchacha de aproximadamente su edad o un poco menor se parecía exageradamente a Ginny exceptuando esa expresión de chica pequeña dando lugar a una extremada belleza en su rostro, despacio y con admiración empezó a bajar la vista posándose en sus esbeltos, sinuosos y perfectos pechos que estaban al descubierto como los de su compañera.
Sin darse cuenta y mirando fijamente a esos pechos no se percató de que la misma joven que había entrado hacía un momento estaba a su lado con un plato de comida para él y otro para ella.
ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO ESTE SEGUNDO CAPITULO. LO HE RENOVADO RÁPIDAMENTE Y ESPERO HACER LO MISMO CON EL SIGUIENTE CAPITULO. DEDICO ESTE CAPITULO A TODOS AQUELLOS QUE ME SON FIELES Y ME AGUANTÁIS, ESPECIALMENTE A JESSY POTTER Y A POLLOMAN. SI ME DAIS IDEAS LAS AGRADECERÉ.
Harry al levantarse del lugar duro, frío y donde le daba de lleno un viento helador donde le atravesaba hasta los huesos se dio cuenta de que se encontraba en lo alto de lo que parecía una enorme piedra con una forma extraña pero por acción de la naturaleza que se había formado con el continuo desgaste producido tanto por la acción de las riadas, lluvias como por la acción del viento dándole esa forma de cara humana.
Un poco más allá vio como unos animales enormes se alimentaban de un pasto amarillento que se parecía enormemente a la hierba pero un poco más grande, esos animales eran muy variados algunos de ellos se parecían a los caballos que alguna vez había visto en las noticias pero con un tamaño un poco más pequeño pero más fornidos, había bisontes que alguna vez había visto en alguna película de vaqueros a través de la reja de la alacena pero estos eran mucho más enormes y poseían una gran capa de grasa con un tupido pelo marrón, en un grupo más reducido se encontraba una manada de ciervos gigantes con varias hembras con sus crías y varios machos con enormes cornamentas que por lo menos debían de medir varios metros de ancho peleándose entre ellos para gobernar en la manada, recostados sobre algunos árboles sueltos de un bosque que se veía a lo lejos había una familia de leones enormes conocidos como leones de las cavernas descansando después de una cacería mientras que los pequeños jugaban entre ellos y con las colas de los adultos para luego en la edad adulta estar preparados para la supervivencia, y entre la arbolada que producía el bosque y la extensa pradera que se acompañaba de un pequeño riachuelo se podían divisar a la lejanía unos cuadrúpedos que medían varios metros de largo y ancho con varias toneladas de peso acompañados de unos enormes colmillos, se trataba de Mamuts lanudos que realizaban su costumbre emigración hacia pastos nuevos. Harry al ver detalladamente de todo esto, tuvo la certeza de que se encontraba en alguna época de la glaciación, solo y sin tener la más remota idea de como sobrevivir a lo que se le avecinaba.
Como buen Gryffindor que era bajó de la roca dispuesto a soportar y vivir en aquel lugar y como temía era un plan de Voldemort para tenerlo lejos de su tiempo para poder tomar el control del mundo mágico, ya que en su quinto año en Hogwarts descubrió que la razón por la que Voldemort lo quería ver muerto era por una profecía que decía que era el igual del Señor Oscuro capaz de derrotarlo. Con pasos decididos se encaminó riachuelo abajo camino al bosque donde le sería más fácil sobrevivir debido a que allí no había grandes depredadores y que los herbívoros aunque esquivos eran fácil presa para un solo individuo o eso pensaba él.
Se internó en el bosque con la varita levantada dispuesto a atacar a cualquier animal que se le acercase pero fue en balde ya que se pasó todo el día así sin conseguir nada. En los primeros días sólo se pudo alimentar de algunas hierbas que conocía por Herbología y de los cuidados que realizaba en el jardín de los Dursleys y sobre todo de agua del riachuelo pero no pudo cazar ningún animal ya que cada vez que se acercaba algún conejo, éste se alejaba velozmente dejándole con las palabras del hechizo en la boca y aún menos se atrevía acercarse algún animal muerte naturalmente o cazado por algún ser vivo por miedo a que le atacasen sin que se pudiese defender. Al cuarto día que iba paseando por el frondoso bosque de hayas y abetos se encontró una pequeña cueva donde penetró muy despacio y con la luz de la varita en alto para visualizar el mayor campo posible de la cueva, cada vez iba penetrando en la oscuridad de la cueva y alejándose de la salida hasta que al cabo de lo que parecían minutos llegó al final de la cueva donde por desgracia encontró a un oso de las cavernas de enormes dimensiones y negro como la noche que se confundía con las paredes oscuras de la cueva despierto por culpa de la luz de la varita.
Harry al ver a la criatura se había quedado paralizado ya que el animal al levantarse sobre sus patas traseras alcanzando una altura superior a tres metros de alto y rugiendo ferozmente era capaz de achicar hasta al más valiente de los guerreros. El oso empezó a remeter contra Harry que como pudo empezó a esquivar a la bestia cayéndosele las gafas al suelo y quedando solo trozos de cristal, en los primeros zarpazos desgarró la vestimenta del muchacho dejándole casi desnudo y con varios rasguños, con esos primeros movimientos del Oso, Harry se desnoqueó (se espabiló) y empezó a realizar movimientos rápidos para salir de la cueva pero era un poco tarde ya que el oso cavernero había tapado toda salida con su cuerpo y la única manera era pasar por encima de él. Intentó realizar algún hechizo pero ninguno que realizaba le afectaba al oso cavernero. El oso se volvió a levantar otra vez sobre sus patas traseras y arremetió contra el niño que vivió haciendo que retrocediese contra la pared y chocando contra ésta dejándole atontado, en ese momento el oso aprovecho para acercarse a Harry, levantó una de sus zarpas y cargó contra el muchacho que se encontraba aturdido dirigiendo una de sus afiladas patas a la cabeza para partirla por la mitad como hacía muchas veces en la tierra para buscar y comer sabrosas raíces.
Harry en el momento que chocó contra la pared fuertemente alejándose de las zarpas del herbívoro vio las estrellas alrededor de su cabeza recuperándose unos segundos más tarde viendo como una de las zarpas de la bestia se dirigía a su cabeza para partirla por la mitad. Agachó la cabeza justo a tiempo y la zarpa pasó cerca de su cabeza rasgando fuertemente contra la pared desprendiéndose piedras de la pared a la vez que se transmitía por toda la cueva un sonido como el que se producía al rasgar una pizarra con las uñas. Harry aprovechando el desconcierto del animal, se levantó ágilmente y subiendo lo más rápido que podía y como podía subió a los lomos del oso cavernero, mientras que iba recorriendo todo el trayecto del animal, éste se movía alocadamente para tirar al intruso que se había subido a su espalda y con repetidas subidas a dos patas de éste para tirar a Harry y dejarlo entre sus patas pero no consiguió nada. Harry al final después de tanto movimiento y pelaje oscuro del oso pudo bajar a tierra firme y salir corriendo de la cueva y del oso cavernero para recuperar en lo alto de una copa la respiración y calmar los dolores que todo su cuerpo presentaba en esos momentos por los continuos forcejeos que había tenido que realizar entre el pelaje del oso mientras que chocaba contra el techo y las paredes con el movimiento. Pero no pudo ir muy lejos del animal cuando sintió en su espalda como cuatro cuchillos se clavaban en su espalda haciéndole caer al suelo como un fardo muerte. La sangre le corría por la espalda como torrentes desbordados en primavera por las tormentas, él la sentía como discurría por ésta y su corazón empezaba a acelerarse para llevar más sangre a los tejidos que pedían de ésta para poder obtener el oxigeno tan apreciado para realizar las reacciones metabólicas indispensables para la vida. Se puso de pie y empezó a caminar hacia el exterior lejos del oso que en esos momentos se había vuelto a dormir al ver como el intruso había caído al suelo sangrando y sin dar ninguna señal de vida notando como gotas de sangre caían a la polvorienta tierra.
Fuera de la cueva, Harry empezó a andar pesadamente alejándose de la cueva todo lo que podía notando como poco a poco iba perdiendo la conciencia debido a la falta de sangre cada vez más notoria en su organismo hasta caer pesadamente al suelo inconsciente.
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En otro lugar y época, en un castillo de enormes proporciones y cargado de magia llamado Hogwarts se encontraba en su despacho Dumbledore buscando entre todos los libros que poseía alguna posibilidad de que volviese a esta época pero había descubierto en estos que no había posibilidad de que volviese Harry utilizando un hechizo similar al de Voldemort sin causar el total desequilibrio de la magia y por lo tanto la muerte de todo ser vivo y que en otras tantas veces le habían resuelto algunos misterios aunque en esta ocasión no serían útiles.
Había enviado unos mensajes a través de Fawkes a los miembros de la Orden para realizar una reunión de urgencia para comunicar la repentina desaparición de Harry.
-Me alegro de que todos halléis llegado sin problemas hasta aquí- dice Dumbledore con todos los miembros reunidos- He hecho esta reunión urgente para comunicar que Harry de momento no podrá venir a Hogwarts ya que se ha ido a un sitio a realizar una misión para mí.
Dumbledore sabía que esas palabras no eran ciertas pero si decía la verdad entre los miembros de la Orden, se derrumbarían como un castillo de arena contra el agua del mar y ahora si que no tendrían ninguna posibilidad de enfrentarse a Voldemort. Algunos de los reunidos pensaban en Harry como un amigo y otros como un colega pero para todos, para la comunidad mágica, era el héroe que libró al mundo mágico y no mágico del mayor mago oscuro de toda la historia y si se sabía que había desaparecido por culpa de Voldemort aunque solo fuera en unos pocos luego se iba a extender al resto y se produciría un caos mayor que hace dieciséis años. Eso Dumbledore lo sabía y por eso prefería mentir a sus amigos por un bien mayor.
-¿Cómo es que Harry se ha ido a una misión?- pregunta histérica la Señora Weasley- Si solo es un niño.
-Por favor, Molly. Harry ya no es un niño, tiene dieciséis años y es muy capaz de cosas que adultos son incapaces de realizar. Yo tengo fe en él y todos debemos de tenerla- dice tranquilamente Dumbledore.
-Profesor Dumbledore, ¿qué misión es esa?- pregunta Lupin preocupado.
-Remus, llámame Albus que no soy tu profesor- contesta Dumbledore- Y en cuanto a lo relativo a la misión que tiene que realizar no se puede decir nada por cuestión de seguridad.
-Siempre ese Harry se divierte sin invitar a los demás- comenta divertida Tonks ganándose miradas divertidas por parte de los jóvenes y miradas reprovativas de parte de los más mayores.
-¿Y estará bien?- dijo la señora Weasley arremetiendo de nuevo con una de sus preguntas.
-Tranquila, es algo sencillo-le responde Dumbledore de manera serena tranquilizando al resto del grupo- También os he hecho llamar para deciros que el ritual que realizó Voldemort no le salió como lo tenía previsto y es probable que realice algún ataque para aplacar su frustración- miente de nuevo- Por lo que tendréis que estar pendientes y alertas estos días. Y Molly no digas nada a tus hijos sobre Harry, es una cosa de la Orden.
-Está bien, Albus. Si no quieres que se sepa, no diré nada. Yo cumplo tus ordenes- dice seriamente y con un brillo de orgullo en sus ojos al recordar que el año pasado no había dicho nada sobre los planes de la Orden cuando Harry había preguntado sobre ese tema y Sirius se había ido de la lengua.
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Una vez, Harry abrió los ojos gimiendo de dolor casi inaudible cuando el sufrimiento era tan fuerte que lo hizo despertar durante unos segundos siendo consciente por unos breves instantes que a él le parecía que lo estaban llevando al cielo, sintió como era llevado suavemente y vio delante suya a una preciosa joven de cabellera roja y pensó que era un ángel que lo llevaba con sus padres y con Sirius.
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Pasaban los días y en los periódicos mágicos no salía la noticia de la desaparición de Harry Potter, el niño que vivió y eso a Voldemort lo estaba llenando de furia y frustración. Tantas molestias que había tenido que hacer para que nadie le interrumpiese durante el ritual y ceder unos minutos una parte de su poder dejándose ver por sus fieles débil para que luego ese viejo le dejase con la boca amarga de su triunfo. Sabía que su objetivo se había cumplido ya que no sentía la esencia mágica de Harry Potter y también estaba seguro que Albus Dumbledore habría contado alguna mentira a los patéticos de la Orden para que no estuviesen tristes y que el terror no se difúndase por toda la comunidad mágica. Él ya sabía que tenía que hacer para que ese temor volviese haciéndole de nuevo poderoso.
-¡¡Colagusano!!- grita Voldemort.
A los pocos segundos vio como un encapuchado bajito y tembloroso se acercaba hacia donde estaba él sabiendo que seguramente recibiría una pequeña sesión de tortura.
-Sí, amo- contesta temblando.
-Crucio- exclama apuntándole con la varita haciendo que Colagusano se retorciese en el suelo de dolor- Eso por llegar tarde a mi orden y esto- dice apuntándole de nuevo y aplicándole de nuevo la maldición imperdonable- Por ser un cobarde y temblar. Ahora quiero que reúnas al grupo de mortifagos que saldremos a divertirnos.
A los pocos minutos se reunió un grupo de cien mortifagos a su alrededor dispuestos a causar estragos a la orden de su señor y a recibir todas las ordenes que éste les indicase con temor de recibir una de su sesiones de tortura.
Todos ellos desaparecieron de la fortaleza del Lord que en tiempos antiguos había sido la Mansión Riddley y que ahora se había modificado con magia dándole la apariencia de un castillo por dentro y por fuera la que siempre había tenido para disimular ante el resto del mundo y que nadie se podía acercarse a él y ni siquiera aparecerse o desaparecerse de él sin que el Señor Oscuro te diese permiso debido a la alta seguridad que rodeaba la mansión -todo tipo de hechizos anti-muggles, criaturas tenebrosas de toda clase, trampas mortales y hechizos mágicos que si no sabías donde estaban te podían causar la muerte- y que ahora reinaba un silencio atroz solo roto por los chillidos de dolor de los presos que se encontraban en los calabozos.
De repente, en el Callejón Diagon aparecieron un centenar de encapuchados que rápidamente todo el mundo identificaron como mortifagos y empezaron a correr en desvandada empujando y arrollando a otros ciudadanos que se encontraban en el callejón. Ante el espectáculo, Voldemort inhalo aire para percibir el dulce aroma del terror.
-Como me gusta este olor, nunca me canso- comento divertido mientras empezaba a lanzar imperdonables.
Los mortifagos imitando a su señor también empezaron a echar maldiciones tanto a los transeúntes que huían del lugar como a las tiendas destrozándolas y dejando a su paso tanto cadáveres como a gente loca y tiendas destrozadas y consumiéndose en llamas y no hubo nadie que pudo impedir esta tragedia ya que los pocos efectivos de Aurores que llegaron fueron rápidamente aniquilados por las maldiciones imperdonables sin que estos pudieran hacer nada debido a que no podían aparecerse y desaparecerse por un hechizo que les había impuesto Voldemort nada más que habían llegado y los únicos refugios que tenían para cubrirse ante las imperdonables eran las llamas que producían los edificios dejando más débil aún al ministerio. Y antes de desaparecerse Voldemort dejó un mensaje a Dumbledore en la pared con sangre de los fallecidos que le decía "Pronto el mundo caerá a mis pies y nadie podrá hacer nada para impedirlo".
Ante ese ataque de Voldemort, la comunidad mágica se sumó a la histeria. Ahora todo el mundo desconfiaba de todos exceptuando de los más allegados y los más jóvenes y mayores de edad se metieron en la carrera de Lucha contra las Fuerzas Oscuras (la carrera para hacerse Auror) ya que el ministerio, mejor dicho Fugde, con acciones desesperadas intentaba mantener bajo control la situación permitiendo la entrada de todo el que lo deseaba en esa carrera y subiendo los sueldos de estos para incentivarlos y autoridad ante el desmadre que de nuevo estaba viviendo la comunidad pero el defecto que tuvieron los del ministerio por instancias de Dumbledore fue que no se permitió utilizar de nuevo a los Aurores las maldiciones imperdonables como hizo Crouch.
Y desde entonces, la guerra se declaró oficialmente abierta teniendo la ventaja los del lado oscuro ( mortifagos, vampiros, licantropos, gigantes, dementores,...) por la utilización de las imperdonables y sus métodos de matar ante los del Ministerio que lo único que conseguían era que se sumasen más nombres de gente entro la inscripción de los muertos.
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Harry empezó a abrir los ojos, señal de volver del mundo de la inconsciencia, y sintió como le dolía atrozmente la espalda pero que gracias a un ungüento en la espalda éste se diluía como el azúcar en el agua. Intentó mover alguna de sus extremidades pero comprobó que no podía moverlas debido a que se encontraban inmovilizadas, por lo que levanto la cabeza todo lo que pudo viendo que se encontraba en cubierto en lo que parecía una caverna que en cada lado había una especie de muretes de piedra delimitando lo que parecía una área de la cueva y luego en determinados sectores del área donde se encontraba había varias cortinillas echas con pieles de animales delimitando zonas de trabajo donde se encontraban utensilios de fabricar herramientas, un fuego apagado con varias útiles de cocina como piedras para calentar, lechos de dormir, un almacén donde se guardaban todo tipo de materiales que Harry sólo pudo identificar el material de que estaban echas y en la parte más central había una gran zona con un gran fuego donde deberían realizar las reuniones los miembros de la cueva y a la zona donde se encontraba él era un espacio un poco más grande que los de dormir donde había unos cuantos lechos vacíos y una despensa de hierbas.
Empezaba a tener hambre y aumentaba el dolor en la espalda notando de nuevo como la sangre empezaba a discurrir por su espalda pero no tuvo que esperar mucho para que alguien entrase en ese lugar. Lo que vio le dejó chocado, estaba observando una chica muy parecida a su amiga Hermione con unos años más (21 años) y con unos voluminosos y firmes pechos al aire haciendo que Harry se sonrojase y vestida con pieles haciéndole resaltar su esbelta figura. La joven al ver que Harry estaba despierto fue hasta él y empezó hablar en un idioma que éste no entendía.
(Yo lo voy a poner todo en el mismo idioma y hasta el tercer capitulo, Harry no entenderá lo que dicen los miembros del clan)
-Muchacho has tenido suerte, un poco más y hubieras muerto- comenta ésta mientras revisaba las heridas de la espalda cambiándole los ungüentos con mezclas que realizaba machacando plantas y calentándolas en agua hervida - ¿Cómo te encuentras?-pregunta una vez que se lo habían cambiado.
Pero Harry no entendía nada de lo que decía y no sabía como expresarse para hacerse entender que tenía hambre y que la herida de la espalda gracias a sus cuidados estaba mucho mejor pero lo único que se le ocurrió fue sonreírle tontamente.
En ese momento, un hombre alto de pelo rojo y nariz afilada entró en el recinto y al ver a la joven y a Harry se acercó a ellos.
-Hola, Hera. ¿Cómo se encuentra nuestro invitado?- pregunta el pelirrojo dándole un beso en los labios.
-Pues no lo sé, no ha abierto la boca. Me parece que no habla nuestra lengua- comenta Hera pensativamente- debido a que lo único que ha hecho ha sido sonreír que era lo único que haces, Ronna, cuando visitamos otros pueblos que no hablan el mismo lenguaje que nosotros.
Ante estas palabras, el aludido empieza a reírse recordando esos momentos en los que su pareja se intentaba comunicarse con miembros de otros pueblos cuando iban a comercial. Estaba en esos menesteres cuando un sonido de tripas lo volvió a la realidad bajando la vista al lugar donde se había producido el sonido y viendo a un Harry avergonzado por el sonido de hambre que habían producido sus tripas.
-Bueno, me parece que nuestro amigo tiene hambre, habrá que preparar algo de comer.
Ambos, Hera y Ronna, se fueron a la zona de la comida donde empezaron a preparar la comida mientras Harry se metió en sus cavilaciones sobre lo que le había ocurrido después de que se hubiese desmayado y autodeterminándose para aprender ese idioma si tendría que vivir con ellos cuando una hermosa muchacha de pelo rojo ardiente, ojos de un color cielo y piel tostada al sol entraba al hogar dirigiéndose a los otros dos. Harry estaba viendo como empezaban a hablar entre ellos mientras la que se parecía a su amiga Hermione cocinaba algo que olía muy bien por el olor que le llegaba cuando notó que la joven que hacía un momento había entrado le estaba observando desde allí haciendo que Harry se diese cuenta de que esa muchacha de aproximadamente su edad o un poco menor se parecía exageradamente a Ginny exceptuando esa expresión de chica pequeña dando lugar a una extremada belleza en su rostro, despacio y con admiración empezó a bajar la vista posándose en sus esbeltos, sinuosos y perfectos pechos que estaban al descubierto como los de su compañera.
Sin darse cuenta y mirando fijamente a esos pechos no se percató de que la misma joven que había entrado hacía un momento estaba a su lado con un plato de comida para él y otro para ella.
ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO ESTE SEGUNDO CAPITULO. LO HE RENOVADO RÁPIDAMENTE Y ESPERO HACER LO MISMO CON EL SIGUIENTE CAPITULO. DEDICO ESTE CAPITULO A TODOS AQUELLOS QUE ME SON FIELES Y ME AGUANTÁIS, ESPECIALMENTE A JESSY POTTER Y A POLLOMAN. SI ME DAIS IDEAS LAS AGRADECERÉ.
