El diario

El sábado a las doce y cuarto Sev se presentó en el despacho de Albus.

-Buenos días, aquí estoy.

-¿Comenzamos por el Vínculo?

-Comencemos.

Se tomaron de las manos y se vincularon como Comunidad. Cuando terminaron Sev le preguntó, vinculado.

-¿Te has vinculado con Minerva, Albus?

-No.

-Pues deberíamos vincularnos los tres para charlar en el Comedor de cualquier cosa por si hay alguna emergencia, ¿no crees?

-Cierto, tienes razón.

-Piensa entonces cuándo os va bien y lo hacemos.

-Falta que nuestro Vínculo sea lo suficientemente poderoso como para charlar en el Comedor.

-El mío con Minerva lo es, y desde la misión de la cueva siento una gran confianza en ti, Albus, me lo ha propuesto en el momento justo.

-Vale, vale…

-Salvo por algunas meteduras de pata que tienes, como proponer ante Sirius y yo que Parkinson habría podido ser agente doble. Precisamente ante Sirius, que es su pareja desde hace casi un año. Que sepas que si el miércoles no nos preocupamos por que estuvieras inquieto fue por tomarnos venganza por eso.

-Claro…

-Y que si nos hubiéramos vinculado antes habrías podido saber que estábamos bien y a salvo en todo momento rastreándome. No sabes sacar provecho de lo que tienes al alcance de tu mano, Albus, y elucubras con lo que no lo tienes.

-Tienes toda la razón, cuánto me queda por aprender de ti todavía.

-Que sepas que si estoy hablándote de todo esto es precisamente para reforzar el Vínculo superando las diferencias que pueda haber todavía entre nosotros. Tengo mucha más experiencia que tú en este tema, llevo casi un año vinculándome con muchas personas.

-Claro, claro… Me has sacado mucha ventaja en la práctica.

-Desde luego, Albus, porque no espabilas, podrías haberlo hecho, al menos con Minerva, hace mucho. Te recomiendo que si tienes algo que reprocharme, algo que solucionar conmigo, lo hagas ahora, es el momento adecuado, porque no llega con vincularse y ya está, hay que reforzar los lazos, la confianza.

-Nada, chico, nada, yo ya te debo la vida varias veces, aparte de todo lo que has hecho por mí y por todos desde que nos conocemos, mi confianza en ti es ilimitada.

-Cuánto me alegra oír eso, Albus, ojalá yo también pueda llegar a decirlo de ti algún día.

-Haré todo lo que esté en mi mano porque así sea.

-Pues ya sabes, Albus, a dejar de elucubrar y concebir planes peregrinos.

-Gracias también por tomarte tantas molestias por intentar educarme, yo ya pensaba ser un caso perdido.

-Pues ya ves que incluso a tu edad se puede cambiar, Albus, y todavía tienes mucho bueno que ofrecer. Espero que te queden todavía muchos años por delante y tener la oportunidad de aprender de ti todo lo que sabes, así me devolverías con creces todo eso que dices que hago por ti.

-Ahí estaré Prince, desde luego que sí.

-Pues comienza por explicarme el hechizo del bolsito, ya no voy a volver a ir cargado nunca más en mi vida.

Albus le explicó a Sev como hechizar un bolsito que él ya había convocado, tan pequeño que cabía en un bolsillo.

-Maravilloso, voy a hacerlo para todos mis amigos y les contaré que me has enseñado tú, así también serán tus amigos.

-Gracias, gracias…

-Gracias a ti. ¿Vamos al lío con el diario?

-Vamos, te explico. El diario de Voldemort es un Horrocrux que responde de manera distinta a los demás. El fragmento de su alma contenido en él tiene vida propia y se comunica por escrito con aquél que escribe en él.

-Vaya…

-Sospecho, por cómo responde, que lo creó estando todavía en Hogwarts, probablemente al matar a Mirtle, pero después que el anillo, después de haber matado a su padre. Sería, por lo tanto, el segundo Horrocrux.

-Vale, vale…

-Contiene una cuarta parte de su alma, mucho.

-Claro…

-Sospecho que estaba destinado a que ese fragmento de su alma poseyera a quien se comunicara con el diario, arrebatándole su personalidad y haciendo mella en su voluntad, una especie de posesión. Malfoy hizo bien en no escribir en él.

-Claro…

-Yo he tenido que escribir mucho para aprender su forma de comunicación y que el falso responda de manera similar, de forma que pueda llegar a engañarlo.

-Estupendo, Albus, vaya trabajo y riesgo.

-Pues sí, he debido preservarme, a alguien más joven o inexperto probablemente lo habría poseído. ¿Y sabes cuál era el objetivo de la posesión de una persona externa a él?

-¿Cuál?

-Liberar al basilisco.

-Vaya…

-Eso, ese diario estaba destinado a ser introducido en Hogwarts, debía estar a la espera de ordenarle a Malfoy que lo hiciera subrepticiamente.

-Vaya tela…

-Y hasta aquí puedo contarte. La siguiente hora quiero que escribas en ambos, el original y el falso, y compares las respuestas que te dan. Es una especie de test, por probarlo con otra persona que no sea yo. Métete en la personalidad de Voldemort y prueba a escribir el tipo de cosas que escribiría él para ponerlo a prueba.

-Claro…

-No te preocupes, tanto lo que escribes como las respuestas vuelven a borrarse a los pocos segundos.

-Vale, vale…

-A tu izquierda el original, a tu derecha el falso. Si sientes algo extraño al manipular el original, avisa y lo dejamos.

-De acuerdo.

Así lo hizo Sev, pasó la siguiente hora escribiendo en ambos diarios y comparando las respuestas que le daban, de vez en cuando comentándolas con Albus. El diario falso pasó el test.

-Un trabajo excelente, Albus, en menos de una semana. Eres el mejor, cuánto te necesitamos todavía.

-Todos somos necesarios, cada uno en nuestro papel.

-Claro que sí.

-Saluda a Malfoy de mi parte. ¿Me informarás mañana?

-Claro que lo haré, después de almorzar.

-Estupendo. Ve por Red Flu desde aquí si quieres.

-Vale, sí, nos vemos a las tres menos veinte.

Llevó el diario original a la Sala de Menesteres y después de almorzar fue por Red Flu desde el despacho de Albus a casa de Lauren, pidiéndole al director que saliera de la estancia para que no escuchara la dirección, lo que hizo.

Llegó al ático de Notting Hill, Lucius no había llegado todavía. Mientras lo esperaba convocó y hechizó un bolsito para él. Llegó Apareciéndose a las tres menos diez.

-¡Lucius…!

Se levantó a abrazarlo.

-Amigo… qué alegría… cuántas horas por delante… - dijo Lucius - He esperado ansioso este momento toda la semana… Siento mucho el retraso.

-No te apures, así me ha dado tiempo a prepararte un regalito que va a resultarnos muy útil esta tarde cuando vayamos de compras y después al concierto.

-Si el negrero no me convoca y puedo, ya sabes.

-¿No habéis vuelto a tener reunión?

-No. Pero ayer estuvimos almorzando en casa de Bellatrix y está que trina, porque el miércoles te vieron en Diagon poco antes de que pasara ella por allí, no te pilló por los pelos. Presiento que en cualquier momento va a irle con el cuento a Voldemort y van a querer liarla.

-Buf… metedura de pata por mi parte.

-En absoluto, que se fastidie. No sabes cómo nos reímos después Narcissa y yo a su costa.

-Claro, claro…

-No creo que sea hoy si no lo ha hecho ya. Ya sabes, viernes y sábado orgía, y ya se perdió la del viernes pasado.

-Cierto. ¿Te apretó las tuercas a ti?

-No, no, aquello ya está más que olvidado, la tengo bien engañada. Además, ¿qué podrían hacer contra ti por mucho que rabien? Te creen en Hogwarts y Hogwarts es lo último que atacarían sabiendo que el Ejército está concentrado allí.

-Estupendo. ¿Quieres que vayamos ya a entrenar o prefieres pasar un rato charlando primero?

-Vamos primero con la obligación, ya charlaremos cuando estemos cansados.

-Vale, aunque yo acabo de almorzar.

-Claro, claro, almorzáis a las dos.

-Eso.

-Entonces nos lo tomamos con calma.

-Sí, Lucius, sentémonos, anda.

Se sentaron en el sofá.

-Mira lo que te he hecho.

Le mostró el bolsito.

-Snape… no me hagas decir la palabra otra vez…

-Lucius… por favor… Es un bolsito hechizado, puedes meter todo lo que quieras en él, que no aumenta de peso ni de tamaño.

Lucius examinó el bolsito.

-Vaya… Pero la abertura es muy pequeña…

-Se amplía según lo que metas o saques.

-Claro…

-Y te cabe en un bolsillo, o incluso en el calcetín.

-Cierto.

-Para que te lleves al concierto todas tus compras de la tarde y no tengas volver aquí por ellas.

-Estupendo, estupendo.

-Es el primero que regalo, el viejo me ha enseñado a hechizarlo esta misma mañana.

-Claro…

-Por cierto, me ha pedido que te salude de su parte.

-Vaya, hombre…

-Te aprecia, Lucius. ¿Te enseño el mío, que ya tiene cosas dentro y así ves cómo funciona?

-Claro que sí.

Sev sacó su bolsito del bolsillo, metió la mano en él, rebuscó y sacó la guitarra.

-¡Vaya tela…!

-¿Has visto? Una guitarra en el bolsillo.

-¡Es fantástico! Toca algo, por favor.

-Vale, pero poco, ¿eh? Un par de temas. Tengo que proponerte algo bastante urgente que nos va a llevar un rato.

-Vale, vale…

-Temas compuestos por mí, de mi disco.

-Estupendo.

Le tocó un par de temas de su disco.

-Vaya letras, Snape…

-Estaba en plena locura sexual, acababa de estrenarme.

-Ya lo veo, ya. ¿Y te dejaron grabar eso?

-Ya te digo, incluso a Minerva le gustan.

-Buf… Siempre me dejas alucinado.

-Guardo la guitarra, si nos sobra tiempo esta tarde te toco más.

-Muy bien.

-Lucius, no quiero que te tomes en el mal sentido lo que voy a pedirte, déjame explicarme sin interrumpirme.

-Dale.

-Muy bien, lo último que deseo en este momento de mi vida es que te ocurra algo, pero en la posición que estás y con el plan que tienes en mente eso podría suceder, y también sería muy lamentable que tu historia, tu legado, se perdiera. Quiero escribir esa historia como una manera de reconocerte cuando sea seguro para ti o de forma póstuma si desapareces, para que tu legado no se pierda bajo ningún concepto. El libro será famoso en el mundo mágico por ser quien soy y en el muggle cuando adquiera fama con la música. La manera más rápida de acceder a los recuerdos de tu vida personal para que conozca cuanto más mejor en el mínimo de tiempo, ya que el tiempo de ambos es precioso, es que me dejes leerte, todo lo que no quieras ocluir. ¿Estarías dispuesto?

Lucius se quedó sin habla, los ojos empañados.

-¿Qué dices, Lucius?

-¿Te tomarías esa molestia por mí? ¿Escribir todo un libro?

-No uno, Lucius, tres, sobre nuestras historias paralelas, que relataran toda nuestra relación y el desarrollo de nuestra lucha. Por supuesto que lo haré y no será una molestia en absoluto, será un auténtico placer, un disfrute, porque será una obra con una inmejorable razón de ser.

-No quiero que pierdas el tiempo en eso, Snape, tienes muchas otras cosas importantes, primordiales, que hacer en esta vida.

-Lucius, ninguna más que ésa, y soy el indicado, el mejor para hacerlo.

-Ya te dije que no necesito reconocimientos.

-Pero para mí es esencial, Lucius, no moriré tranquilo si no lo hago. Si no lo haces por ti mismo hazlo por mí, por favor. Si no me dejas leerte pienso escribirla igualmente con lo poco que sé, así que es mejor que lo hagas y la historia sea completa, por favor.

Lucius suspiró hondamente.

-Está bien. Me hacía ilusión ir contándote yo mismo las cosas poco a poco, pero tienes razón, quizá nos quede muy poco tiempo, pues pienso hacerlo en cuanto me deis el diario y me des el visto bueno en Duelo, que pienso va a ser muy pronto, esta tarde lo comprobarás. Léeme, ocluiré todo lo que no considere importante en la historia.

-Charlaremos de las cosas como si no las supiera, no te apures por eso, podrás contármelo todo poco a poco como querías. Anda, dame un abrazo, muchas gracias.

Se abrazaron y lloraron ambos. Suando se recuperaron Sev le dijo:

-He traído un libro para que no te aburras mientras te leo, ¿te apetece leer?

-Claro que sí, pásamelo.

Lo sacó del bolsito.

-Walt Whitman, 'Canto a mí mismo', poesía. Algunas de las letras de Sly Snake proceden de poemas suyos.

-Estupendo.

-Es muy apropiado para este momento y lo que vamos a estar haciendo.

-Muy bien, comienza cuando quieras.

Sev leyó todo lo que Lucius no ocluía durante casi una hora, pues con los recuerdos fidedignos que había adquirido habiendo realizado ya el ritual de la cueva la información se dilataba mucho más.

-Buf… lo tengo… - le dijo cuando terminó.

-Ahora ya conoces todas mis miserias, Snape – le dijo Lucius, cerrando el libro - ¿Sigues amándome como antes de comenzar?

-Desde luego que lo hago, Lucius, más todavía, por haber sido capaz de redimirte de la manera que lo has hecho, y no sólo por eso, sino por haber sido capaz de no ocluirlo pudiendo hacerlo. Recuerda que yo también llevaba camino de convertirme en un asesino, no me espanto por alguien que lo haya sido, por algo te he dicho antes que era el más indicado para llevar a cabo la tarea, quien mejor podría comprenderte. Muchas gracias por abrirte a mí de esta manera.

-Gracias a ti por darme la oportunidad de hacerlo, abrázame.

Volvieron a abrazarse y a llorar, al cabo, Lucius se separó.

-Deberíamos ir pensando en ponernos a la tarea, no voy a quedarme tranquilo si no me pruebas con calma esta tarde y me das tu casi visto bueno, si no me dices al menos cuántas sesiones voy a necesitar, apenas nos quedan dos meses.

-Claro, Lucius, claro que sí, vamos a ello.

Se pusieron en pie.

-Vamos a Aparecernos directamente en el lugar donde vamos a luchar, no tendremos ni siquiera que caminar un trecho, sólo protegerlo por si pasa algún muggle.

-Estupendo.

Se tomaron de la mano.

-Vamos allá.

Se Aparecieron en un bosque, en un claro bastante amplio.

-¿Qué te parece? – le preguntó Lucius.

-Maravilloso, y no llueve.

-Eso no sería problema, Impervius y a correr. ¿Proteges o protejo?

-Protejo yo, tú no conoces el Muffliato.

-¿Qué es el Muffliato?

-Para que no nos oigan, inventado por mí.

-Vaya… increíble.

-Lo inventé en tercero, cuando todavía estabas en el colegio.

-Eres sorprendente, Snape, sorprendente. Ponle anti-muggle también, para que no sólo no nos vean ni nos oigan, sino que no puedan pasar. Ya sabes, sábado por la tarde, paseantes.

-Claro, claro...

Sev protegió el claro con los tres hechizos, desilusionador, Muffliato y anti-muggle.

-Estamos, en guardia – dijo Sev - Legales, no verbales y a poder ser sin Protegos. ¿Algún problema?

-Ninguno.

Reverencia y comenzaron. Lucius luchó encarnizadamente durante más de una hora, sin apenas emplear Protegos y dejándose alcanzar muy pocas veces, al cabo de la cual dijo:

-Basta, basta, un momento, necesito beber.

-De acuerdo. Lucius. Estás sobradamente preparado, eres casi tan buen duelista como yo, te falta muy poco para alcanzarme.

Lucius no respondió, conjuró un Aquamenti, y Sev hizo otro tanto. Cuando hubieron bebido dijo Lucius:

-Lo que te decía antes, que íbamos a tener muy poco tiempo. Todavía no me has hablado del diario.

-Ya tengo el falso y es perfecto, responde como el original.

-Buf…

-Lucius, tómate tiempo, tenemos dos meses todavía.

-Mejor cuanto antes, Snape, que les pille por sorpresa.

-Desde luego.

-Será esta semana, sólo tenemos que coordinarnos para que destruyáis los Horrocruxes, son todos los que hay según vuestras premoniciones. Ahora sólo falta que yo no falle.

-Cierto.

-Pues ya está, dentro de siete días estaremos celebrándolo.

-¿Cómo piensas escapar de los Mortífagos?

-De los Mortífagos no deberé escapar, deberé hacerlo del Wizengamot.

-Claro…

-Mis buenos dineros me costará.

-Claro, claro…

-Por fortuna nunca me relacionaron con ningún crimen de los que cometí.

-Cierto, pero si lanzas un Avada e inspeccionan tu varita se sabrá que has matado.

-Aparte de que no pienso dejar que lleguen a ese punto, quizá no emplee un Avada, quizá directamente el Reducto.

-No, Lucius, no puedes hacer eso, has de ver el cadáver y comprobar que está muerto para que sepamos que hemos destruido todos los Horrocruxes.

-Cierto.

-Puede haber creado otro en el intervalo de tiempo desde que los destruyamos hasta que te lo cargues.

-Claro que sí, aunque lo dudo, lo primero que hará será convocar la cúpula.

-Eso espero.

-Confía, Snape, hace mucho tiempo que no se ensucia las manos personalmente.

-Tengo una oferta para ti si no consigues librarte tanto de los Mortífagos como del Wizengamot.

-Ofrece.

-Vivir en Hogwarts.

-Vaya…

-Idea de Minerva. Narcissa y tú.

-Increíble…

-Te protegeremos de unos y de otros, no tenéis más que acudir por Red Flu a su despacho, a cualquier hora del día o la noche. Voy a darte su dirección - se la dio.

-Eso sí que es un seguro de vida.

-¿Quieres luchar un rato más?

-No, no es necesario, me llega.

-¿Y lanzar unos maleficios para asegurarte de que puedes hacerlo?

-Bueno… ¿Dudas de mí después de lo que has leído?

-En absoluto, pero de eso hace mucho tiempo.

-No me temblará la mano, Snape, tenlo por seguro. Si fui capaz de matar inocentes lo seré de matar al villano, no sabes las ganas que le tengo al engendro.

-No lo dudo, Lucius.

-Volvamos a Londres, necesito un trago.

-Vamos.

Se Aparecieron en casa de Lauren y salieron a la terraza con el whiskey.

-Bebe uno conmigo, Snape, quizá sea el último.

Lucius sirvió whiskey para los dos.

-Buf, Lucius… no me digas eso.

-Has sido tú quien ha pasado una hora leyéndome para que no se pierda mi legado, Snape, idea tuya.

-He mermado tu confianza.

-Un poco sí.

-Pues con el combate he vuelto a recuperarla, saldrás de ésta.

-Hay muchas cosas que pueden salir mal, también puedo ir preso.

-Cierto. Escápate a Hogwarts en cuanto lo hagas.

-Buf… no… sospechoso… No puedo desaparecer así, he de responder ante la chusma, de lo contrario se me verá el plumero y nunca viviré tranquilo. No quiero pasar en Hogwarts toda mi vida.

-Claro que no.

-Tranquilo, ya te digo que no tengo crímenes de sangre en mi haber y no creo que el Ministerio organice caza de Mortífagos, deberéis hacerla vosotros.

-Y si es durante los próximos dos meses estaré yo a cargo, nadie te tocará un pelo.

-Sospechoso también, por mí es por el primero que deberíais ir.

-Buf… Vamos a pensar cómo arreglamos eso, Lucius.

-Nada, dadme tiempo para que unte a los jueces siendo libre todavía, luego me prendéis y me entregáis, me dejarán salir sin investigarme. La mejor coartada ante los Mortífagos, tenéis que prenderme para que resulte creíble que todavía soy uno de los suyos.

-Muy bien, Lucius, esperaremos a que nos avises para ir por ti.

-Quedamos así entonces. ¿Me enseñas ese diario?

-Claro que sí.

Sev lo sacó del bolsito y se lo tendió.

-Muy bien, muy bien, idéntico… Explícame eso de que responde.

Le explicó el funcionamiento del diario y cómo lo habían puesto a prueba.

-Así que pretendía que yo le hiciera el trabajo sucio en el futuro. Es seguro entonces que va a preguntarme por él cuando sienta que han destruido sus Horrocruxes. Éste es el más preciado, el que controla al basilisco que todavía cree que está en Hogwarts.

-Claro…

-Bien, bien, quizá ni siquiera convoque la cúpula, simplemente venga a mi casa sin avisar a nadie más.

-Sería genial.

-Redondo. El crimen perfecto, el ratón se mete en su propia ratonera.

-Claro que sí. Cuando te lo entregó, ¿cómo fue?

-Así, sin que lo supiera nadie más, y me dijo que no se lo contara a nadie.

-Bien… Porque no quiere que se divulgue que aprecia esos objetos.

-Exactamente.

-Entonces es seguro que no se lo cuenta a nadie más, va por el diario y en todo caso por la copa que tiene Lestrange, de la que dejamos también una falsificación.

-Maravilloso. Pero primero vendrá por el diario, porque para la copa ella tiene que ir a Gringotts, no es tan inmediato como lo mío ni le importa tanto.

-Muy bien.

-¿Quedamos ya cuándo lo hacemos?

-Dilo tú, Lucius.

-Mañana por la mañana, que Gringotts esté cerrado.

-¿Mañana? – alarmado.

-Sí, mañana, cuanto más temprano mejor, que Lestrange no se haya recuperado de su orgía, que Voldemort sólo pueda contar conmigo.

-Buf… Lucius… estás loco…

-¿Por qué? Ya está todo planificado.

-Voy a tener que sacar al viejo de la cama cuando vuelva esta noche.

-Que lo haga Minerva. ¿No os recibe ella cuando llegáis?

-Sí, claro.

-Pues ya está. Domingo primero de mayo del '77, día de la destrucción definitiva de Voldemort, aunque sólo unos pocos lo sabremos.