Plan perfecto

Lucius y Sev charlaban en la terraza del ático de Lauren ante dos vasos de whiskey.

-Ultimemos detalles para olvidarnos del tema y poder disfrutar – dijo Lucius - ¿Cuántas personas saben que voy a hacerlo?

-Seis. Tú, Lauren, Sirius, Minerva, Dumbledore y yo.

-Siete con Narcissa. ¿Black lo sabe?

-Sí, lo sabe, se lo contó Lauren. No te preocupes, es completamente fiable.

-En una larga temporada no deberá hacer la Unión de las Almas con nadie más, ya lo sabemos demasiados.

-No la hará, Lucius, no te apures, los ingredientes están en mi poder. Por cierto, te los he traído.

-Muy bien, entonces me los das por si no volviéramos a vernos en una larga temporada.

Sev los sacó del bolsito y Lucius los guardó en el suyo junto con el diario.

-Espero que eso no sea así, Lucius.

-No te preocupes, no lo será, os visitaré en Hogwarts antes y después de lo del Wizengamot. Minerva pasa a ser mi enlace si puedo desplazarme por Red Flu a su despacho, prescindiremos de las llamadas telefónicas para que no debas contárselo a nadie más.

-Me parece genial, puedes confiar en Minerva.

-Qué paradoja, Gryffs y Slys unidos en la conspiración.

-Pues sí, un nuevo triunfo, hemos superado con creces lo de las casas enemigas.

-Minerva deberá estar disponible, va a tener que tomarse una temporada de descanso de impartir clase para estar para atenderme.

-Lo hará, tenlo por seguro, es la primera que piensa en vuestra seguridad.

-Que la sustituya el viejo.

-Claro que sí, él la instruyó en Transformaciones.

-Hablemos de esta noche, debemos coordinarnos. ¿A qué hora llegaréis al colegio?

-A partir de las dos podemos estar allí.

-Pero entonces os fastidio la noche de fiesta con los Clash.

-¿Lauren te lo contó?

-Claro que lo hizo.

-No tiene importancia alguna, Lucius.

-No, no, que esto no te robe ni un minuto de felicidad ni tampoco a mí, así también tengo tiempo de estar con Narcissa cuando vuelva del concierto, que no pienso perderme. ¿A qué hora llegasteis la semana pasada?

-A las cinco y media.

-Muy bien, hora hache, comienzo de la operación. ¿Cuánto tiempo os llevará destruir los Horrocruxes?

-Ponle una hora desde que lleguemos hasta que les explique todo a Albus y a Minerva.

-Estupendo, seis y media, el engendro se despierta y se alarma, a partir de ahí debo estar preparado. Esta noche no beberé y tomaré poción Estimulante para estar bien despejado.

-Estupendo, Lucius. ¿Tienes?

-Sí, Lauren me pasó un frasco lleno, Reparadora ya tenía.

-Maravilloso.

-¿Dónde vais a destruir los Horrocruxes?

-En la Sala de Menesteres.

-Muy bien, volved de inmediato al despacho de Minerva. En cuanto haya terminado me pasaré por allí para informaros.

-¿Quieres que esté Dumbledore?

-Mejor que no, sólo tú y ella, ya se lo contareis después.

-De acuerdo.

-¿Ellos saben que Lauren y Black lo saben?

-No, no lo saben.

-Mejor, así no molestan a Lauren para nada. Los Horrocruxes, tú solo con ellos dos. Tres testigos son suficientes, y más de ese calibre.

-De acuerdo, Lucius.

-No podré quedarme mucho tiempo, algo deberé dormir para prepararme para el día que quizá me espere. En cuanto Bellatrix se dé cuenta de que el negrero ha desaparecido la liará.

-Claro...

-Tranquilo, calculo que no lo hará al menos hasta mediodía, podremos dormir todos en paz durante unas horas con la Reparadora.

-Estupendo.

-A partir de media mañana, cada uno a lo suyo. Deberéis poner en marcha mañana mismo la caza de Mortífagos.

-Ahí entran Black y Lauren. Ellos tienen las direcciones de gran parte de ellos.

-Claro que sí, muy bien pensado, yo también os pasaré todas las que tengo.

-Maravilloso, Lucius. Es cierto que mañana es el mejor día porque es sólo el fin de semana cuando tenemos al Ejército completo concentrado en Hogwarts.

-Claro, claro…

Lucius se quedó pensando.

-Buf… Muy poco vais a poder dormir y, ¿qué excusa vais a poner si todavía no se sabe nada?

-Nada, no te preocupes, lo único que haremos será ponerlos sobre aviso para que estén todos atentos a las llamadas, se organizan por comandos.

-Desde luego, aunque lo mejor sería que mandarais a dos comandos de cada vez, no van a dejar de correr peligro también en esas operaciones.

-Cierto.

-Que no se jueguen la vida bajo ningún concepto, más vale dejarlos escapar.

-De acuerdo, Lucius.

-Y tú no participes, si te ocurriera algo todo se hundiría, quien está al frente no se la juega – vehemente.

-De acuerdo, Lucius.

-Así me gusta, si me entero de que lo haces huyo al extranjero y no me ves más.

-No lo haré, Lucius.

-Muy bien. Durante el día volveré a informar a Minerva según cómo me haya ido.

-Estupendo.

-Quizá el mismo lunes ya aparezca en El Profeta y podáis ponerlo todo en marcha.

-Maravilloso.

-Aunque sospecho que intentarán silenciarlo si son capaces de organizarse.

-Claro, claro…

-Tendréis tiempo de organizaros y yo de untar a los jueces.

-Y ellos de huir.

-También, pero si lo hacen al extranjero dejan de ser una amenaza para todos, dispersos.

-Desde luego.

-Os iré informando de ello, a mí me lo contarán. Haré una lista de todos, todos los Mortífagos, y los iremos tachando de la misma, según hayan huido o hayan sido atrapados. Los tendremos localizados, incluso podremos informar de en qué país se encuentran al resto de Ministerios de Magia, y si se quedan en Reino Unido cambiando de domicilio también podréis ir por ellos.

-Genial, Lucius, aunque podrían deducir que te has chivado tú.

-No tienen por qué saberlo. ¿Crees que no van a chivarse unos de otros cuando los llevéis a juicio, para que las penas que les caigan sean más leves? Van a entregarse unos a otros.

-Claro…

-Verás cómo los atrapáis a casi todos, no van a huir al extranjero, ninguno sabe idiomas ni la mayoría tiene tanto dinero como las familias de la cúpula.

-Desde luego.

-Ni les da la sesera para tanto.

-Claro que no.

-Van a tener que ampliar Azkabán, verás, verás.

-Estupendo.

-Quien ya sabes no huirá, intentará tomarse venganza, a ella la cazareis.

-Maravilloso.

-¿Alguna otra duda?

-No, Lucius, todo claro.

-Voy a beberme uno tranquilo, relajándome, el último de la jornada, y vamos a Camden a disfrutar. ¿No se nos habrá hecho tarde para ir?

-En absoluto, Lucius.

-¿Bebes conmigo?

-Desde luego. Echa sólo un trago en cada uno y lo multiplico.

-Vaya… claro… Como en mi casa lo hace todo el elfo no me entero de nada. Enséñame.

-Claro que sí.

Lucius echó un trago en cada vaso y Snape lo multiplicó con la varita, pronunciando el hechizo para que Lucius lo aprendiera, después fue por hielo. Cuando volvió Lucius le dijo:

-Siento mucho estar haciendo que bebas.

-No te preocupes, Lucius, hasta ahora sé controlarme. Ayer tuve ocasión de hacerlo en la orgía y no lo hice, y esta noche tampoco lo haré, es también el último para mí de hoy.

-Claro… anoche tuvisteis orgía… Cuenta, cuenta…

-Buf… Lo de anoche fue de alto voltaje, me dediqué principalmente a mi chico.

-Vaya…

-Nos dimos tres veces cada uno.

-Buaaah… - Lucius estalló en una carcajada, Snape también rio.

-¿Quieres detalles? ¿O te va a dar asco?

-No, no, ya no me da, me puede la curiosidad.

-Vale, allá voy. Las dos primeras a cuatro patas clavándonos de golpe.

-¿Y no te duele mucho?

-Duele, pero también es placentero si te preparan antes.

-Cuéntame eso, cuéntame.

Le explicó la sensación.

-Claro… qué bueno… Pues sí que he de probarlo, ¿eh? ¿Me lo harás tú?

-Vaya… claro que sí… – de viva voz, y vinculado - ¿Narcissa ya te deja?

-¿Lauren no te ha contado nada?

-No, no lo ha hecho.

-Tengo carta blanca contigo y con ella, ya me la concedió en cuanto charlamos del tema el sábado pasado.

-Wooow… estupendo…

-Ya estuve con Lauren aquí pero no follamos, porque ella no quería ir tan deprisa. Nos besamos, nos metimos mano y me lo hizo con la boca.

-Vaya…

-Aprovechando que a partir del martes, luna llena, comienzo mi período de abstinencia.

-Claro, claro… Jo… Y mañana no vais a poder…

-No importa, Snape, lo primero es lo primero, ya voy a reventar a Narcissa esta noche.

-Claro…

-Y Narcissa está pensándose lo de hacérselo contigo, con Lauren por el momento no quiere. Se le hace muy raro con una chica y a ella le gusta mucho follar, es lo único que ha hecho y con una chica no puede, aparte de que apenas conoce a Lauren, sólo la conoce a través de mí y desde hace una semana.

-Vale, vale…

-Y a ti no te ha visto desde hace tres años, no te ha visto cómo estás ahora. En cuanto te vea se enamora de ti, como todas.

-Vaya…

-Veremos cuándo tenemos ocasión, quizá el próximo sábado si ya he solucionado lo del Wizengamot.

-Ojalá. También puedes mostrarle en tu mente cómo soy ahora.

-No, no, que te vea en persona, y tú a ella. No voy a robaros ese placer ni esa sorpresa.

-Gracias, Lucius.

-Sigue contándome, anda.

-Después probamos en otras posturas, en pie y haciendo la cucharita.

-Buf… la cucharita… Qué difícil, ¿no?

-Sí que lo fue, sí. Pero aun así lo logramos, con paciencia, fue muy bueno porque nos fuimos a la vez, el que daba se lo hacía con la mano al otro.

-Claro… estupendo... ¿Y con la boca no os lo hacéis?

-No, decidimos esperar a tener los resultados de las pruebas, podríamos contagiarnos.

-Claro, claro… Porque hacerlo con condón con la boca debe ser asqueroso.

-Pues sí, Lucius, lo pensamos y lo descartamos. Sería la primera vez para ambos, no quisimos hacerlo así, muy desagradable.

-Desde luego, además, tuvisteis para no aburriros, lo hicisteis todo nuevo y os fuisteis juntos cuatro veces.

-Eso.

-Qué capacidad e imaginación.

-Claro, él ya no hizo nada más.

-¿Tú sí?

-Sí, con dos de las chicas. Valerie, la de la semana pasada, y Audrey, otra de mis amantes, mientras él se recuperaba.

-Snape, eres un portento. Cuenta, cuenta…

-Nada, follar sin más, era lo que más les apetecía a ellas.

-Buf… Presiento que hasta en eso vas a ponerme el listón muy alto siendo que te saco muchos años de ventaja.

-Sí, Lucius, tenlo por seguro.

-Suerte que podré verte en acción al menos con Lauren.

-Claro que sí, Lucius, nos lo haremos para ti.

-Estupendo, aprovecharemos mi período de abstinencia. ¿Y con Lauren nada?

-No. Esperando a poder follar sin condón, no queremos que nuestra primera vez sea así, y nos lo haremos solos, me muero de ganas.

-Claro que sí, gracias a la memoria fidedigna me he dedicado a recordar mi relación con Lauren durante esta semana. Fue espectacular, y eso que ella era virgen, fui yo quien la rompió.

-Ya lo sabía, me lo contó.

-Qué cerdo era, ella tenía trece años, yo diecisiete.

-En absoluto, Lucius, ella te buscó.

-No debí dejarme.

-Entonces nada habría resultado como ha resultado, estuvo bien así.

-Estuvo, estuvo. No voy a contarte nada de Lauren, que te dé ella las sorpresas.

-Claro que sí. Gracias, Lucius.

-Si la cosa sale mal y quieres incluirlo en tus libros que te lo cuente ella. Por eso lo he ocluido, y lo mismo con Narcissa.

-Estupendo, así lo haremos, porque también es parte importante de la trama.

-Antes me has dicho que también lo conocerá el mundo muggle.

-Claro que sí, lo publicaré como historia de ficción para que los muggles vayan acostumbrándose a la magia.

-Claro…

-La semana pasada se la desvelamos a los Clash.

-¿Qué dices? – asombrado.

-Lo que oyes.

-Eso Lauren no me lo contó.

-Para que te diera yo la sorpresa.

-La mejor historia que puedes contarme mientras vamos a Camden. ¿Vamos?

-Vamos.

Entraron en la casa y se Aparecieron en el parque de Camden Town. De camino al mercadito Sev le habló de los Clash. Después se dedicaron a las compras para Lucius, camisas negras, pantalones vaqueros rotos, una cazadora de cuero de segunda mano, ya desgastada, y unas botas militares como las de Sev. También compró discos de grupos punks que le recomendó Sev, incluido el de los Clash para los tres.

-Así lo escuchamos en casa de Lauren – dijo Lucius – He de comprar un tocadiscos.

-Claro que sí.

-Ya sé dónde. Lauren me mandó por la ropa que llevo a unos grandes almacenes del centro de Londres, allí tienen de todo.

-Estupendo.

-Voy a estar muy entretenido aunque se acabe mi relación con los Mortífagos, por fin vivir una vida que merezca la pena.

-Claro que sí. ¿Cómo volvemos? ¿Entramos en una cafetería a tomar algo y nos Aparecemos desde los servicios, o volvemos al parque?

-Nada, nada de tomar nada, mejor pasear, y sigues contándome de los Clash, te has quedado a medias.

-Estupendo entonces.

-Lauren también tiene refrescos, ya tomaremos algo allí.

-Muy bien, vamos.

Se encaminaron de nuevo al parque.

-Te prepararé mi refresco favorito si quieres.

-¿Qué es?

-Té con hielo.

-Buf… té… malo para los nervios… Prefiero tónica.

-Tiene té verde, muy suave.

-Tónica, tónica.

-¿Hambre no tienes?

-Mejor espero a cenar, hoy comeré muy poco.

-Has de estar en forma, Lucius.

-Lo estoy, Snape, ya me has visto combatir sin tregua durante más de una hora.

-Claro que sí.

-No como el engendro, que sospecho que no se ha enfrentado a un duelo en su vida.

-Cierto.

-Lo tengo chupado.

-No lo dudo.

-Pienso atacarlo por la espalda, no voy a esperar a que examine el diario. Si aparece en mi casa en cuanto hayáis destruido los Horrocruxes y no hay peligro de que haya creado otro de camino, ya no habrá riesgo de que me persiga porque nunca volverá.

-Muy bien, Lucius.

-Aunque me fastidia perderme su cara de susto cuando lo ataque.

-Cierto.

-Haré que se dé la vuelta.

-No, Lucius.

-Sí, sí, que vea la cara de la muerte, a la que tanto teme, en quien menos se lo espera. No quiero perderme esa satisfacción.

-Te entiendo, hazlo como creas conveniente.

-He recuperado la confianza en mí mismo, Snape, déjame hacerlo a mi manera.

-Desde luego que sí.

-Sigue contándome de los Clash, anda, que ya volvió a salir el tema.

Sev continuó contándole mientras volvían al lugar donde se Aparecían desde el parque, volvieron a casa de Lauren y Sev preparó té verde para los dos, que tomaron con hielo en la terraza.

-Cierto que es mucho más suave, es estupendo – dijo Lucius - ¿Lo venden también en los grandes almacenes?

-Pregúntaselo a Lauren cuando venga.

-Lo haré.

-Por cierto, no vamos a cenar con ella.

-¿Y eso?

-Vamos a hacerlo con Sirius.

-Vaya…

-Se moría de ganas de conocerte por si te pasa algo.

-Claro… Además, tuvisteis operación el miércoles, no te he preguntado porque es evidente que todo salió a pedir de boca.

-Así fue.

-Entonces cuando venga me lo contáis entre los dos, si quieres.

-Pensábamos dejar la charla para otros temas.

-¿Qué temas?

-Ayudarte los dos con Lauren.

-Ahora ya no hay prisa, Snape, hasta dentro de un mes nada más.

-Cierto.

-Hablamos de la cámara y del plan de esta noche, así lo testeo con alguien más, porque si no viene Lauren quizá no tenga tiempo de hacerlo con ella.

-Estupendo, así lo haremos.

-Entonces no va a enseñarme ella a desfigurarme por si lo necesito.

-Va a hacerlo Sirius, ha estado aprendiendo él para enseñarte.

-Vaya… se ha tomado esa molestia…

-Sí, Lucius.

-Entonces yo también voy a alegrarme mucho de conocerlo.

-Claro que sí, Sirius es fantástico.

-Qué ganas tengo de que pase el tiempo, poder salir a la luz, que mi historia se conozca y pueda relacionarme con todos con normalidad.

-Cuando sea así todos te adorarán, Lucius, serás el patriarca de nuestra gran familia, quien nos libró de Voldemort. Ya nunca estarás solo.

-Cierto, qué ganas, qué ganas…

-Nuestras premoniciones se cumplirán.

-Ya estoy imaginándolo, en el bautizo de mi primer hijo, una gran fiesta para todos.

-Claro…

-Así podrás ser su padrino sin que tengamos que hacerlo a escondidas.

-Claro que sí.

-Como habría sido de estar los dos en el otro bando.

-Cierto.

-Pero cuánto mejor.

-Desde luego.

-Hazte a la idea de que mis hijos van a llamarte Snape, ¿eh? Cuando seas su profesor y Jefe de Casa.

-Vale, vale…

-Así los distingues de los demás, serán los únicos que lo hagan.

-Claro… Seguramente para entonces ya no seré Jefe de Casa.

-¿Y eso?

-Ya seré director.

-¿Qué dices? – asombrado.

-Lo que oyes.

-Cuenta, cuéntame eso.

Le habló de los planes con Albus y Minerva.

-Vaya tela… Subdirector a los dieciocho, y en cuanto aprendas te quedas solo.

-Eso es.

-Wooow, Snape… cómo te los has ganado en apenas un año, eres el mejor, el mejor.

-Gracias, Lucius. Minerva ya lo planeaba desde septiembre.

-Vaya…

-Faltaba que el viejo quisiera quitarse de en medio, y eso va a ser gracias a ti, porque vas a hacer desaparecer a Voldemort.

-Claro, claro…

-Espero que viva muchos años todavía para que me enseñe todo lo que sabe. Esta mañana nos hemos vinculado, su primer Vínculo.

-Vaya…

-Con Minerva todavía no lo ha hecho.

-Entonces debéis hacerlo los tres esta misma noche por si hubiera emergencias.

-Cierto.

-¿Os llegará la hora que habíamos calculado?

-Sí. Vincularse es un momento, la confianza ya está creada, hemos probado a alcanzarnos en el Comedor durante el almuerzo y lo hacemos.

-Estupendo. Puedes probar a rastrearme en cuanto destruyáis los Horrocruxes, así te enteras de lo que me está pasando.

-Cierto, lo voy a pasar fatal.

-En absoluto, porque apenas estaré en riesgo unos segundos, y así en todo caso puedes venir a echarme un cable.

-Claro…

-Te doy mi dirección de Red Flu - se la dio - Y una vez dentro de la casa te Apareces junto a mí para formar el escudo.

-Estupendo, Lucius.

-Dame tiempo, ¿eh? No vengas sin más, dame al menos medio minuto, no sea que haya venido con más Mortífagos y te la juegues también contra ellos.

-Vale, Lucius, vale.

-Si es así todavía no lo haré, esperaré a que se marchen, lo retendré.

-De acuerdo, Lucius. También podrías formar el escudo con Narcissa.

-Cierto… Pero no quiero ponerla en riesgo, Snape.

-Deja que lo decida ella, sería mucho menor riesgo para los dos, porque si te elimina también irá por ella.

-Claro…

-Eso, Lucius, eso, cuando llegues a casa os montáis la coreografía.

-Claro que sí. Buf… cuánta punta se le puede sacar a los planes.

-Ya te digo, lo de dejar la falsificación de la copa en la cámara se me ocurrió en ese mismo momento.

-Claro...

-Por algo te decía que te lo tomaras con calma, todavía estás a tiempo de echarte atrás, por una semana más no va a pasar nada.

-Ni hablar, pasaría toda la semana nervioso, va a ser esta madrugada.

-Bravo, Lucius, así me gusta.

-Con suerte dentro de doce horas ya habrá desaparecido.

-Con suerte.

-Qué satisfacción. ¿A qué hora tienes que marcharte hoy?

-Tenemos la prueba de sonido a las nueve, pero podemos llegar tarde. El Club 100 no abre hasta las diez y sólo necesitamos media hora para probar, quizá incluso menos, es la tercera vez que lo hacemos allí.

-Estupendo.

-A ti te quedará una hora más con Lauren. Has de llegar puntual, de lo contrario quizá no podáis entrar, la semana pasada se quedó fuera la mitad del público que vino a vernos.

-Vaya tela…

-No necesitarás desfigurarte, los de Hogwarts se ponen en las primeras filas para protegernos cuando bajamos del escenario, te quedas atrás y ya está.

-Lo haré de todos modos.

-El efecto se pasa en una hora, deberás ir al baño para volver a hacerlo.

-Claro, claro… ¿A qué hora viene Black?

-A las siete y media, nos queda media hora.

-Salimos a cenar a las ocho, entonces.

-O podemos cenar aquí comida para llevar.

-Ni hablar, un restaurante elegante, Lauren ya me explicó dónde. Quizá sea mi última cena.

-No digas eso, Lucius, no lo va a ser, el plan es perfecto.