Advertencia: slash, y que sirva ya para capítulos posteriores.

. . . . . . . . .

La luz al final del túnel

Lucius y Sev charlaban en la terraza del ático de Notting Hill ante dos vasos de té con hielo.

-¿De qué charlamos entonces hasta las siete y media? - le preguntó Lucius - Cuéntame de tus amigos, de esa gran familia que formaremos.

-Yo lo aprovecharía mejor en otra cosa, Lucius, si tienes permiso de Narcissa.

-Vaya…

-Claro, Lucius.

-¿Cuánto tiempo llevas pensándolo?

-Desde que hablamos la semana pasada estoy deseándolo, y desde que me has dicho que podías, ansioso. Por poco no me he lanzado sobre ti en Camden mientras comprábamos, viendo a otros chicos hacerlo en la calle.

-Claro… he debido suponerlo…

-No lo he hecho por no ponerte en un aprieto.

-Claro... ¿Por qué no me lo has dicho mucho antes? Ahora nos queda poco tiempo.

-Por eso mismo, Lucius, por no ponerte en un aprieto.

-Pero ya te había dicho que quería.

-Pero estas cosas hay que tomárselas con calma, y también debíamos hablar. Acabamos de sacarle la última punta al plan, que era lo primordial.

-Claro que sí. Qué respetuoso eres, Snape. Deja de serlo y lánzate, a mí todavía me resulta violento.

-Entonces no me lanzo, hago que te sientas bien primero. Vamos al dormitorio, si viene Sirius y no nos ve no entrará, ya lo tengo hablado también con él.

-Maravilloso.

-Por algo te he propuesto lo de la comida para llevar. Podemos dejarle una nota a Sirius y que vaya a buscarla mientras nosotros estamos a la faena. Seguro que después estás más relajado y cenas mejor.

-Claro, claro…

-¿Se la dejamos?

-Vale.

-¿Qué te gusta?

-No sé, nunca la he probado.

-Lo más ligero es el arroz tres delicias, está rico.

-Vale.

-Le pido al menos dos envases para ti. Voy a pedir tres para mí, podemos compartir el tercero si te quedas con hambre.

-De acuerdo, pide cinco para los dos.

-Muy bien.

Sev convocó un folio, sacó un bolígrafo del bolsito y escribió al dictado mental la nota para Sirius. Cuando terminó, Lucius dijo:

-Vaya tela… dictado mental…

-Sí señor. Me costó conseguirlo, ¿eh?

-¿En serio?

-Sí, hay que ser capaz de aislar los pensamientos que quieres plasmar.

-Cierto, cierto…

-Mucha práctica. ¿Vamos?

-¿No recogemos esto?

-Tranquilo, Lucius, ya lo hará Sirius también, no te apures.

-De acuerdo.

Fueron al dormitorio.

-Descálzate, anda, ponte cómodo.

Se descalzaron.

-Túmbate en la cama y cierra los ojos, olvida que soy un chico.

-Vale.

-De lado, te abrazo desde atrás.

-De acuerdo.

Se tumbaron así, Sev abrazó a Lucius y comenzó a acariciarlo, primero levemente, por encima de la ropa, todo el cuerpo, poco después dijo Lucius:

-Voy a quitarme el jersey, quiero sentirlo más.

-Dale, anda, yo también, tengo calor.

Se quitaron los jerseys.

-Cuando te sientas preparado para que siga, avísame o lánzate tú, ¿vale?

-Vale.

Continuó acariciándolo.

-Wow… qué bien lo haces, Snape, cuánto amor le pones.

-Desde luego, Lucius, porque te amo con toda mi alma, y esto no es nada de lo que puedo llegar a demostrarte, verás.

-Ya me llegaría sólo con esto, ya me siento mucho mejor.

-Pues no te conformes pudiendo tener mucho más, estoy dispuesto a cualquier cosa contigo.

-Vale, vale…

-No perdértelo por si saliera mal y no nos reencontráramos hasta dentro de muchos años en el cielo de los brujos.

-Claro que sí. Pasa a la siguiente etapa.

-Muy bien, me moría de ganas.

Lo acarició más intensamente.

-Wooow… - dijo Lucius – Vas a ponerme caliente…

-Y yo también voy a ponerme. Estás muy bueno, Lucius. Voy a confesarte algo, me he puesto mientras luchaba contigo.

-Vaya…

-De verte en acción, impresionante. Eres muy elegante luchando, me ha encantado, hemos de hacerlo muchas más veces.

-Cuando quieras, a mí también me has impresionado tú, también lo eres, alucinante. Por eso he aguantado una hora sin parar, lo he disfrutado mucho.

-Claro que sí, algo más que tenemos en común, no tengo muchos dignos rivales, y tú lo eres.

-Ya estoy…

-Yo también, ¿quieres sentirme?

-Dale.

Se aproximó a él por detrás haciéndole sentir su dureza al tiempo que lo aferraba por el vientre.

-¿Te resulta incómodo? – le preguntó.

-En absoluto. Yo también te amo, Snape, me pone más todavía.

-Estupendo. Paso a la siguiente etapa, si no puedes con ello, avisa.

Lo acarició con ansia al tiempo que se frotaba contra él, ambos comenzaron a jadear.

-Buaaah… - dijo Lucius – Increíble, increíble… Nunca me habían acariciado así, es alucinante, alucinante…

-El tipo de cosas que te pierdes por no hacértelo con un hombre, Lucius.

-Claro, claro… Se acabó, quiero esto para siempre.

-Bien…

-Cómo voy a lamentarlo si desaparezco esta noche.

-Eso no ocurrirá, Lucius, el plan es perfecto. No pienses en eso ahora, relájate y disfruta.

-Quiero besarte.

-Pues gírate y dale.

Lucius se giró y se lanzó sobre él aferrándolo por la cabeza, él continuó acariciándole la espalda.

-Wooow… qué bien besas, Snape…

-Y tú… estoy alucinando… Me encanta, me encanta…

-Quiero mucho de esto…

-Todo lo que quieras, como si no hacemos nada más.

-Pena de poco tiempo que tenemos… ¿Por qué no te has lanzado en Camden?

-Por respeto, Lucius.

-Maldito respeto…

-Pues sí, ha sido un error.

-Deberías haberlo hecho incluso antes, habríamos prescindido hoy de las compras, bien podía ir al concierto con la ropa que llevo.

-Tienes toda la razón. Lo siento, Lucius, me arrepiento mucho, perdóname.

-No te sientas culpable, yo tampoco te he dado pie a pesar de todo lo que ya sabía.

-Claro, Lucius, debías lanzarte tú.

-Cierto. ¿No tendrás el Giratiempo por casualidad?

-No. Te lo habría dicho cuando te lo he propuesto.

-Claro… buf… No importa, más desesperado, más intenso. Te amo, Snape, te amo.

-Si quieres voy a Hogwarts por él.

-No, ahora no quiero soltarte, ya no te escapas.

-Apuraremos el tiempo.

-Claro que sí, y no voy a hacérmelo con Lauren después de esto, quiero tu recuerdo durante toda la noche, hasta que me vaya a casa.

-Vaya…

-Claro que sí, Snape, estoy alucinando. No perdamos más el tiempo, vamos a desnudarnos.

-Claro que sí.

Se separaron y se desnudaron, se quedaron mirándose.

-Eres muy bello, Lucius… Me encanta tu cuerpo, los hombros tan anchos y tan estrecho de cintura, alucinante.

-La sangre pura, chico, no tengo ningún mérito. Tú sí que eres alucinante pero porque te lo has trabajado. Vaya cuerpo, ahora entiendo por qué están todas locas por ti, lo tienes todo, todo, el mejor amante con el cuerpo más armonioso y muy bien dotado. Eres un privilegiado, Snape, aprovecha todo lo que puedas.

-Ya lo hago, Lucius.

-Poco a poco has de ir contándome cómo se ha desarrollado tu vida en ese sentido.

-Lo haré, claro que sí.

-Por ejemplo, por qué dejaste a Lauren, no me cabe en la cabeza.

-Buf… es largo de contar.

-Claro que sí, en otra ocasión.

-Las tendremos, Lucius.

-¿Seguimos?

-Sigamos.

-Ahora quiero acariciarte yo, voy a ponerme las botas.

-Dale, dale…

Lucius se arrodilló a su lado y lo acarició con pasión, todo el cuerpo.

-Vaya, tela, Snape, qué duro… me pone a cien…

-Es lo que tenemos los hombres, Lucius, somos duros.

-Ya te digo. ¿Lo hago bien?

-Claro que sí, me alucina, prefiero que me acaricie un hombre que una mujer, y también que me bese.

-Vaya… estás más de ese lado que del otro, ¿eh?

-Creo que sí, aunque también me alucina follar con las chicas.

-A darle a todo, como debería ser para todos. Hoy estoy sintiendo que vuelvo a nacer, ya no tengo prisa por hacer nada, lleguemos a lo que lleguemos, todo está siendo alucinante.

-También para mí.

-Gracias por la oportunidad, Snape, sin ti nunca lo habría descubierto.

-Gracias a ti, Lucius, me gustas más y te amo más que a mi otro amante.

-Claro… porque tenemos una larga historia en común.

-Vidas paralelas.

-¿Contarás esto también en tu libro?

-Desde luego, es la guinda del pastel.

-En un momento tan trascendental para ambos, saboreando ya la victoria, justo después de haberla planeado.

-Vamos a lograrlo juntos, Lucius.

-Tú y yo, la mancuerna perfecta.

-Eso, y estamos sellándolo justo ahora.

-Qué maravilla, qué bobo he sido por no habértelo propuesto antes.

-No te lamentes, Lucius, estamos disfrutándolo y será imborrable, es lo que importa.

-Te amo, Snape.

-Y yo a ti. Cuando te canses quiero acariciarte yo.

-No pararía nunca.

-Pues no pares, hoy eliges tú en qué quieres emplear el tiempo.

-Gracias, Snape. Vamos a dejar de hablar entonces, quiero sólo sentir, olvidarme de todo.

-Claro que sí.

Siguió acariciándolo varios minutos más, luego le dijo:

-Date la vuelta, ahora quiero verte y tocarte por detrás.

-Estupendo.

Se dio la vuelta y Lucius se quedó mirándolo.

-Eres perfecto, perfecto, maravilloso, qué espalda, alucinante, en ti también se nota la sangre pura aunque seas mestizo.

-Cierto, porque mi madre también es alta y ancha de hombros como yo.

-¿Y tu padre? ¿Cómo es físicamente?

-También es alto, y de joven era muy bien parecido, mi hermano se parece mucho a él.

-Vaya… Entonces tienes buenos genes por ambos lados.

-Sí, pero de cara soy idéntico a mi madre, parecemos hermanos en lugar de madre e hijo.

-Vaya, vaya… Allá voy. Aviso, también voy a tocarte el culo, ¿eh? No me quedo sin catarlo, es espectacular.

-Dale, dale, me va a encantar.

-Primero suave, quiero apreciar el tacto de tu piel.

-Dale, Lucius, dale.

Le acarició levemente la espalda.

-Qué suave eres, lo que te decía, la sangre pura.

-Qué bien acaricias, Lucius.

-Intentando trabajármelo, estar a tu altura.

-Lo estás.

Le acarició así todo el cuerpo por detrás.

-¿Estás disfrutando? – le preguntó.

-Por supuesto, mucho, Lucius. Me estoy emocionando, nunca nadie, de todas las amantes que he tenido, se lo había tomado con tanta calma ni lo había hecho con tanta ternura. Estoy a punto de llorar.

-Vaya… Yo tampoco se lo he hecho nunca así a Narcissa.

-Algo que has aprendido esta tarde, te vale también para ella y podéis hacerlo durante la abstinencia.

-Desde luego, gracias a ti de nuevo, que sepas que para mí también está siendo un placer.

-Me alegro mucho.

-¿Te ha bajado?

-Todavía no.

-A mí sí, pero no me importa, porque ya no me importa irme hoy, me llega con lo que nos dé tiempo, no quiero quemar las etapas a toda prisa. Ahora estoy seguro de que las cosas van a irnos bien, esta historia no puede acabar mal, no en este punto.

-Estoy seguro de que no lo va a hacer.

-Ahora voy a tocarte con ganas, seguro que vuelvo a ponerme.

-Dale, dale…

Lo acarició con pasión, también todo el cuerpo.

-Wooow… alucinante, alucinante… Ya me estoy poniendo…

-Para mí también, Lucius. Eres un artista.

-Si tú quieres irte dímelo, ¿eh? Haré lo que pueda.

-No, Lucius, a mí también me llegará con lo que nos dé tiempo.

-Estupendo entonces.

Lo acarició así durante un rato, al cabo del cual le dijo:

-Te toca, no quiero que nos perdamos el placer de que me lo hagas tú.

-Cierto, ya pasan de las siete y media.

-Nos queda casi una hora todavía, con cenar a las ocho y media nos llega.

-Buf… Sirius tiene que enseñarte a desfigurarte.

-No debe ser tan complicado, que lo haga mientras cenamos, vamos a apurar el tiempo como has dicho. ¿A qué hora viene Lauren?

-A las nueve.

-¿Y ella no ha aprendido a desfigurar como decía?

-Quizá sí, porque Sirius lo decidió el miércoles.

-Estupendo, entonces si Lauren sabe que me enseñe ella y así cenamos tranquilos con Sirius, él debe saber si ella sabe.

-Sí, él lo sabrá.

-Maravilloso. Venga, te toca.

Lucius se tumbó de espaldas y Snape se arrodilló a su lado, comenzó a acariciarlo levemente también.

-Voy a hacerte lo mismo que me has hecho tú, por delante y por detrás. Qué piel, Lucius, me alucina…

-Lo que te decía, la sangre pura. Pues va a ser la primera vez que me lo hagan, con Narcissa nunca nos lo tomamos con tanta calma.

-Vaya, Lucius, entonces os va a ir muy bien la abstinencia. Yo tampoco se lo he hecho nunca a nadie con tanta calma, eres el primero.

-Increíble, cuando más prisa deberíamos tener más tiempo nos tomamos.

-Es maravilloso, tendremos todo el tiempo del mundo, verás, vas a ser prioritario para mí.

-Y tú para mí, Snape, el próximo sábado si todo marcha bien, no voy a traer a Narcissa todavía, vamos a pasarlo solos también. Iremos a luchar y después nos encerraremos aquí, horas y horas solos, va a ser alucinante, alucinante...

-Estupendo, estupendo…

-Tienes callos en los dedos. ¿Trabajo manual?

-Sí señor, los instrumentos musicales, el bajo y el contrabajo.

-Claro…

-Qué sensible eres, Lucius. Te has dado cuenta por el tacto.

-Cierto que lo soy.

-¿Te molestan?

-En absoluto, me gustan, manos de hombre.

-Estupendo.

-Que por cierto, las tienes preciosas, tan grandes y finas.

-Como las tuyas, Lucius.

-Cierto.

-Tienes físico para la música.

-Ah, ¿sí?

-Claro, para tocar instrumentos es mejor tener dedos largos y finos.

-Vaya…

-Anímate, algo más interesante que hacer, tú te lo puedes permitir.

-Claro, claro… Lauren ya estuvo tocando el violonchelo para mí también.

-¿Te gustó? Todavía no toca muy bien.

-Bueno, se defiende.

-Las cuerdas son lo más difícil. Te recomiendo el piano, en cuanto te sientas ante él te suena bien. Yo te enseñaría.

-Cierto. Lo pensaré…

-Vamos a callarnos.

-Claro, claro…

Lucius cerró los ojos y Sev continuó acariciándolo varios minutos más, después lo hizo intensamente.

-Wooow… Alucinante, alucinante, me había bajado y me vuelvo a poner.

-Ya lo he visto, ya.

-Vas a batir el récord de veces que me ponga sin irme, Snape.

-Estupendo, si cambias de opinión te hago irte, ¿eh?

-Vale, vale… Por el momento sigue así, a las ocho y cuarto decidimos cómo acabamos. Depende de a qué punto hayamos llegado.

-Estupendo, Lucius.

Continuó varios minutos más.

-Ahora por detrás – le dijo.

Lucius se dio la vuelta, lo acarició levemente y después intensamente.

-Pasaría horas y horas así, qué ansia porque llegue el próximo sábado.

-Y yo… Voy a extrañarte mucho, Lucius, durante toda mi vida, cada noche que pase sin ti.

-Y yo a ti.

-Estoy loco por ti.

-Y yo por ti, ahora sí que podría decir en serio que dejaría a Narcissa por ti, quiero estar sólo contigo.

-No lo hagas, con todo lo que ha hecho ella por ti. Eres capaz de amar a varias personas a la vez.

-Eso espero. Esta misma noche lo comprobaré, aunque ya no me apetece, temo no ponerme con ella después de esto.

-Vaya…

-Pues sí, Snape, con ella son años de rutina.

-Cierto.

-De entrada, voy a aplazar la Unión, si estoy de abstinencia no voy a poder disfrutar contigo como me gustaría.

-Claro…

-Tranquilo, cuando se lo cuente lo entenderá al igual que lo entendió todo la semana pasada. Además, no es muy buen momento con la tensión que vamos a sufrir.

-Cierto, cierto…

-Mejor tomarlo con calma. Y así también tengo más tiempo de explicarle muchas cosas de mí que todavía no sabe.

-Claro, claro…

-Y que quizá no acepte tan fácilmente como tú, otra razón por la que vas primero en mis prioridades.

-Claro...

-Me estoy sintiendo tan amado y deseado, Snape… como nunca antes…

-Yo también lo he sentido contigo, Lucius, como nunca antes.

-Sólo tienes un grave defecto, Snape, no puedes tener hijos conmigo.

-Cierto… qué pena…

-Y a una pareja de hombres nunca nos dejarían adoptarlos, la sociedad es muy retrógrada todavía para eso, al igual que no nos dejarían casarnos.

-Cierto.

-Como lo era yo hace apenas una semana.

-Pues sí, Lucius.

-Una pareja de mujeres lo tiene más fácil, una de ellas se queda embarazada de algún hombre y ya está.

-Claro…

-Pueden incluso tener un niño de cada una.

-Cierto.

-Pero nosotros no.

-Es una pena…

-Por eso haré un esfuerzo por mantener relaciones con mujeres, no quiero quedarme sin ser padre.

-Claro, Lucius, yo tampoco.

-Y si tengo un hijo con Narcissa lo compartiremos contigo, ya lo habríamos hecho. Ya es la tercera vez que te digo que serás su padrino.

-Desde luego.

-Participarás en su crianza y te harás cargo de él cuando esté en Hogwarts.

-Claro que sí.

-Pues ya está, ése será el hijo de los tres, aunque sólo tenga uno.

-Estupendo. ¿Cómo quieres continuar, Lucius? Son casi las ocho.

-¿Cómo continuarías tú? Guíame, anda, lo haces genial.

-Me muero de ganas de volver a besarte, apenas lo hemos hecho.

-Genial… sí…

Lucius se dio la vuelta y Snape se lanzó sobre él, ambos se aferraron por las cabezas, se devoraban.

-Buaaah… buaaah… nunca, nunca, me habían besado ni había besado así…

-Eres maravilloso, Lucius, virgen en tantos aspectos todavía, yo tampoco.

-Ya no quiero nada más por hoy, besarte así durante media hora, sin prisa, sin volver a mirar el reloj.

-De acuerdo, yo tampoco. Quizá Sirius llame a la puerta, ya debe haber vuelto con la comida para llevar.

-Claro…

-No pasa nada, le diré que salimos a las ocho y media.

-Estupendo, lo siento por él, va a perder una hora entera por esperarnos.

-No pasa nada, Lucius, lo comprenderá.

-Va a reírse de nosotros.

-En absoluto, verás cómo no lo hace.

-No me importa nada.

-Lucius, voy a cancelar los planes de sexo que tenía para esta noche. Quiero mantener tu recuerdo también quizá durante varios días, al menos hasta que sepa que estás fuera de peligro.

-Vaya, Snape… No lo hagas, no pierdas el tiempo, quizá pasen muchos días hasta que me prendáis y me libre del Wizengamot.

-No me importa, quiero guardarme para ti.

-¿Y tu orgía de los viernes? Que ya sabrás si estás limpio.

-No asisto y en paz.

-No hagas eso, Snape, vas a decepcionar a mucha gente.

-Que aprendan a vivir sin mí, tú eres quien más me merece, vas a librarnos a todos de la amenaza.

-Pero mientras yo no esté contigo puedes estar con quien quieras, no te prives ni los prives.

-Quiero, Lucius, serte fiel durante una temporada, lo deseo con toda mi alma, ser capaz de darte eso.

-¿Y cómo vas a explicárselo a los que no saben de mí?

-No he de explicarles nada, que no me apetece, que estoy saturado y en paz. Mi gente me conoce bien, si no quiero darles explicaciones no lo hago y se conforman. Incluso voy a dormir solo hasta que pueda hacerlo contigo.

-Vaya, Snape… no merezco ese sacrificio…

-Quien no te merece soy yo, Lucius, ojalá algún día llegue a estar a tu altura. Callemos y disfrutemos.

-Estoy loco por ti, loco, loco, loco…

-Y yo por ti, te adoro, Lucius, nunca había amado a nadie así…

Un cuarto de hora después llamaron a la puerta.

-Sirius – dijo Sev, y se separó de Lucius - ¡Salimos a las ocho y media, Sirius, tenemos tiempo! – dijo de viva voz.

-¡Vale, vale…! – se oyó desde fuera.

-Buf… qué apuro… - dijo Lucius, vinculado.

-Eres encantador, Lucius. Que no te dé ningún apuro, Sirius me ha visto en directo con Paul, verás cómo no comenta nada cuando salgamos a no ser que lo hagamos nosotros.

-Está bien, pero aun así voy a pasarlo fatal, conocerlo en esta situación.

-Te lo pondrá fácil, verás. Sirius es muy, muy buen amigo. Y te entiendo, a mí también me lo daría, yo también soy muy vergonzoso.

-Pues no lo pareces, Snape.

-Ya viste cómo la semana pasada me costó tanto contarte que me lo había hecho con un chico.

-No te costó nada, lo habías hecho por primera vez el día anterior.

-Pero te lo conté por ti, por mí mismo no lo habría hecho.

-Claro… Qué suerte que te haya abierto el camino, ahora no concibo haberme perdido esto contigo.

-Cierto, ni yo. Qué suerte, hemos de estarle muy agradecidos. Y Sirius ya te ama, Lucius, conoce toda la historia y está dispuesto a compartir a Lauren contigo. Está ansioso por conocerte, en lo último que va a pensar o a darle importancia es en que nos lo hayamos hecho.

-Claro…

-Claro, Lucius, claro… ¿Tranquilo ya?

-Sí, sí, aunque si es así mejor salgamos ya.

-No, Lucius, haz lo que te apetezca, no pienses en nadie más, querías media hora de besos. La comida para llevar la tomamos en un cuarto de hora.

-Vale…

-Allá voy de nuevo.

Se lanzó de nuevo sobre él.

-Qué paciencia estás teniendo conmigo, Snape.

-Toda la del mundo, Lucius, en este momento eres mi vida entera, yo también me quedaría sólo contigo y me bastaría, te lo aseguro.

-Qué feliz me hace escuchar eso y qué desgraciado al mismo tiempo porque no pueda ser así, necesitamos a las mujeres.

-Cierto.

-No voy a estar esta noche con Narcissa, dormiremos una vez que hayamos planeado.

-Vaya…

-No me arriesgo a fallarle en un momento así.

-Claro…

-Lo entenderá.

-Desde luego.

-Si muero moriré con tu recuerdo en la mente, mi último pensamiento será para ti.

-No me digas eso, Lucius.

-Te lo digo para que sepas cuánto te amo.

Lo abrazó con desesperación sin dejar de besarlo, Lucius también lo hizo.

-Estoy sintiendo algo que nunca había sentido por nadie. Si me faltas no quiero vivir más en este mundo, renunciaré a todo y moriré joven por volver cuanto antes junto a ti, Lucius.

-No, Snape, no hagas eso.

-Lo haré, no te dejaré solo durante tanto tiempo.

-La he fastidiado.

-En absoluto. Me has hecho sentir algo muy, muy profundo por la persona que más lo merece, tú.

-¿Y si el sueño de Lauren fue sólo un sueño?

-No, Lucius, no me digas eso, no me hagas pensar que quizá te pierda para siempre, porque entonces sí me resultaría insoportable la vida y me quitaría de en medio en cuanto escribiera el libro. Confía, por favor, confía en las premoniciones, son nuestra guía.

-Claro que sí. ¿No esperarías a acabar con Voldemort?

-Sí, por supuesto, te vengaría, lo mataría por mi propia mano aunque tuviera que convertirme en agente doble.

-¿Eso harías sólo por mi memoria?

-Desde luego, entregaría mi vida por ti, tanto te amo.

-Merlín… Snape, Snape…. Va a ser desgarrador separarme hoy de ti y más todavía verte en el escenario y no poder alcanzarte.

-Y para mí saber que estás abajo, Lucius. Adelantemos la operación, ya no voy a disfrutar con los Clash.

-Pero tus amigos sí, Snape, no se lo niegues, y para mí es mejor hacerlo habiendo dormido.

-Claro, claro…

-Así puedo quedarme un rato contigo por la mañana.

-¿Dejando sola a Narcissa?

-Claro, Snape, domingo, nadie va a venir a molestarnos temprano, y ella siempre puede ir a casa de Andrómeda, allí estará segura.

-Está bien. Entonces estaremos juntos esta madrugada, lo celebraremos, verás.

-Merlín… nunca, nunca me había sentido así… Estás dando un nuevo sentido a mi vida, Snape, más todavía de lo que ya lo habías hecho, eres mi luz al final del túnel…