A rajatabla

Eran las diez de la mañana en el dormitorio de Minerva. Sev dijo a Lucius.

-Quiero hacértelo con la boca, me muero de ganas, va a ser la primera vez para mí.

-Wow…

-¿Quieres?

-Claro que quiero, yo también te lo haría si pudiéramos.

-Pues sí, una pena que yo no sepa todavía si estoy limpio, también porque nuestras primeras veces han tenido que ser con condón. Lo siento mucho, Lucius, no sabes cuánto lo lamento.

-No le des vueltas, Snape, no importa nada, así cuando nos lo hagamos al natural volveremos a alucinar.

-Allá voy, te la voy a poner con la boca también.

-No, Snape, no, que así da asco.

-Ningún asco, Lucius, toda la ternura del mundo, te adoro, te adoro…

Se la puso con la boca succionando, como le hacía Hipólita, luego la lamió de abajo arriba.

-¿Te está gustando…? – le preguntó Lucius - ¿No te da asco…?

-Nada tuyo me da asco, Lucius, lo estoy disfrutando mucho, me encanta… ¿A ti te gusta?

-Ya te digo que me gusta, lo haces genial, y las mujeres no se lo toman con tanta calma. Narcissa, cuando me lo hacía, lo hacía de manera que me fuera rápido, con prisa por acabar.

-Vaya…

-Y hace años que no me lo hace, por eso me gustó tanto la que me hizo Lauren la otra tarde, porque se lo trabajó mucho, pero no tanto como lo estás haciendo tú ahora, ella se la metió directamente.

-Claro… Ayúdame, acaríciame la cabeza.

-Claro que sí, amor mío.

Lucius le acarició la cabeza.

-Me encanta que tengas el pelo largo como yo.

-Bueno… tú lo tienes mucho más largo…

-Cierto, soy un brujo muy atípico, pego más entre los muggles.

-¿Nunca te han llamado maricón por eso?

-Nunca, a mí me respetan.

-Desde luego que lo hacen, sabes ganarte el respeto. A mí tampoco lo había hecho nadie hasta que lo hiciste tú la otra tarde.

-Vaya paradoja… Y apenas una semana después dejándote que me la mames y dándonos por culo… He recibido una buena lección.

-Pues sí, falta te hacía.

-Cómo me avergüenzo ahora de mi actitud.

-Ninguna vergüenza, Lucius, has sabido rectificar.

-Me has sacudido, Snape, en lo más profundo de mi ser y de la manera más brutal, mi nueva fecha de nacimiento fue el día de ayer.

-Y la mía, Lucius, y la mía…

A las dos de la tarde Lucius le dijo:

-Snape… Voy a ir pensando en marcharme.

-Desde luego.

-Si ya sabes quién se pone muy nerviosa quizá sí que nos la encontremos en casa.

-Buf…

-Tranquilo… le diremos que hemos estado de paseo.

-Vale, vale… Si te quedas hasta las dos y media, Minerva puede darnos noticias de la organización de esta mañana.

-Bueno… tampoco tengo por qué enterarme de todo lo vuestro. Confío en vosotros, y hazlo tú también en ellos, tómate el día de hoy de descanso.

-En cuanto te marches no voy a descansar, prefiero estar ocupado.

-Snape… tienes que aprender a no comerte la cabeza, de lo contrario eres peor que las mujeres.

-No puedo evitarlo, soy así.

-Puedes, ya te enseñaré yo, has de aprender a vivir tranquilo y ser feliz pase lo que pase – y vehemente – Hoy te lo tomas de descanso porque lo digo yo.

-Vale, Lucius, vale…

-Terminas esa canción.

-De acuerdo.

-Y en la cena tendrás noticias mías.

-Estupendo.

-Voy a esperar a que vuelva Minerva, pero no para enterarme de nada sino para asegurarme de que no te lías con la organización hoy mismo.

-No es necesario, Lucius, márchate ya, confía en mí.

-No confío, no. Además, hay otro tema del que sí me interesa enterarme y es de qué tal andan con la obra de la vivienda.

-Claro…

-Y debemos hablar de algo más, de Narcissa.

-Desde luego.

-¿Qué hago, Snape?

-Buf… Dile la verdad, sé sincero, Lucius.

-Voy a hundirla. No, no puedo hacerlo todavía, no al menos hasta que pase el peligro.

-Cierto.

-A ver si apaño mientras tanto.

-Buf…

-Qué duro se me va a hacer si tengo que hacérmelo con ella, así te lo digo, ¿eh?

-Te comprendo, Lucius, a mí me pasaría igual con cualquiera ahora mismo.

-Me has vuelto del revés, Snape…

-Y tú a mí…

-¿El último?

-Nunca habrá último.

A las dos y media salieron del dormitorio, Minerva estaba en su despacho.

-¿Te marchas ya, Malfoy? – le preguntó ella.

-Sí, espero estar de vuelta antes de las ocho para que tengáis noticias en la cena.

-De acuerdo.

-¿Cómo va la vivienda?

-Viento en popa. Albus ha pasado la mañana entera y ahora está con su siesta, pero voy a continuar yo.

-Muy bien.

-¿Queréis ver lo que ya está construido?

-No es necesario, lo que sea servirá.

-De acuerdo.

-¿La organización?

-Todo correcto.

-Hoy no necesitáis a Prince, ¿verdad?

-No.

-Ya lo has oído, Snape, a casa.

-Vale… - respondió Sev.

-Venga, noticias en la cena.

-Que sí… Hasta la cena, Minerva.

-Hasta la cena.

Sev fue hasta la casa Sly y buscó a Sirius para preguntarle por la organización, pero estaba echándose la siesta. "Buf… qué desastre… ¿Qué hago ahora? Lauren quizá también sepa algo, voy a probar a vincularme con ella, no estaba en la Sala Común." Probó a vincularse con Lauren, que también estaba echando la siesta. "Buf… éstos apenas durmieron anoche, se la pasaron planificando. Bueno, eso significa que lo que hayan hecho esta mañana estará bien hecho, puedo estar tranquilo."

Fue hasta el Fidelius, convocó y hechizó un bolsito y lo dejó con una nota para Hipólita, después metió la guitarra en el suyo y se marchó a su claro del Bosque a terminar de componer la canción que había comenzado el día anterior. La terminó y comenzó con otra, 'Nunca habrá último'. Volvió para la cena, en cuanto se sentó se vinculó con Minerva.

-¿Noticias, Minerva?

-Nada por el momento.

-¿No ha venido?

-Sí, claro que ha venido, pero no ha habido reacción todavía.

-Vale… ¿Me cuentas de la organización?

-Prince, hoy relájate.

-Te ha aleccionado, ¿verdad?

-Sí, lo ha hecho, y lo ha hecho muy bien.

-Tengo quien me lo cuente, Minerva.

-Desde luego que tienes, Sirius si lo convences.

-Lo convenzo.

-Eso está por ver.

Minerva se desvinculó de él, él se vinculó con Sirius.

-Sirius, ¿estás ocupado?

-Sí, estoy hablando con Minerva.

-Buf… corta.

-No, Sev, corta tú.

-Vale, voy por Lauren.

Se desvinculó de Sirius y se vinculó con Lauren.

-Lauren, ¿estás ocupada?

-No.

-Cuéntame qué planificasteis anoche.

-No, Severus, hoy es tu día de fiesta.

-¿Tú también? – exasperado.

-Sí, yo también.

-Vais a volverme loco.

-Te vuelves loco tú solo. Relájate hoy y durante los próximos días. Hasta que salgan las noticias en El Profeta o tengamos próximo entrenamiento no hay nada más que hacer.

-Buf… Cuéntame al menos qué habéis hecho, por favor…

-¿No confías en nosotros? ¿No puedo contártelo mañana?

-Sí, claro que sí.

-Entonces espera a mañana, anda.

-Vale…

-Anda, cena tranquilo.

-Está bien...

Se desvinculó de Lauren, lo hizo con Hipólita.

-¿Has pasado por el Fidelius, Hipólita?

-Sí, Prince, por la tarde.

-¿Has visto el bolsito y la nota?

-Claro que los he visto, Prince, ya he hecho la mudanza.

-Genial, gracias, Hipólita.

Se desvinculó y continuó cenando tranquilo, a los cinco minutos Minerva se vinculó con él.

-Permiso para hablar contigo – le dijo.

-Estoy enfadado contigo, Minerva, no me apetece, me la has jugado con Sirius.

-Prince… habla conmigo…

-Dale, anda.

-No me has dado tiempo de contarte la buena noticia. Puedes trasladarte antes del toque, la vivienda estará lista.

-Vaya…

-Claro… Y Malfoy también lo sabe.

-Wow…

-Te precipitas, Prince.

-Cierto, lo siento mucho.

-Si quieres ser un buen jefe has de aprender a delegar y confiar en los demás, Prince.

-Tienes toda la razón.

-Pues ya sabes, si no lo haces por ti mismo te obligaremos a hacerlo.

-Vale…

-Pásate por mi despacho a partir de las diez menos diez.

-De acuerdo.

-Cena tranquilo, anda.

-Muchas gracias, Minerva.

Cuando terminó de cenar se metió al Fidelius a acabar los deberes de la semana que le faltaban y después recogió todas sus cosas y las metió en el bolsito. A las diez menos diez salió de la casa Sly hacia el despacho de Minerva, la profesora lo recibió.

-Buf… qué día más largo…

-Desde luego.

-Te enseño la vivienda.

-Estupendo.

Pasaron a la vivienda.

-La sala de estar con la chimenea.

-¿Ya funciona?

-No, todavía no, hay que engancharla a la Red Flu.

-Claro, claro…

-Ministerio, a poder ser mañana.

-De acuerdo.

-Dos dormitorios dobles, esas dos puertas. Elige el que quieras, los dos tienen cuarto de baño.

-Vaya trabajo…

-Nos lo hemos repartido, Prince, no ha sido para tanto.

-Vale, vale…

Minerva se adelantó a abrir otra puerta, Sev la siguió.

-El comedor, sirven los elfos. He asignado a uno a tu servicio, Fisby, pronuncias su nombre y se aparece.

-Muchas gracias.

-Voy a retirarme y te dejo instalarte, quizá mañana me toque ir a mí al Ministerio con Giratiempo a primera hora. Ahora no podemos faltar ni Albus ni yo, él debe dar mis clases.

-Cierto.

-Nos toca trabajárnoslo.

-Gracias, Minerva.

-Deja de agradecer, Prince, nos toca.

-Vale…

-Quizá tengas sorpresa esta noche.

-¿Qué dices? – asombrado.

-Sí, Malfoy ha dicho que vendría si podía aprovechando que todavía no ha habido reacción.

-Vaya…

-Claro, Prince, claro… Por algo debía decírtelo en la cena.

-Cierto… Estoy perdiendo facultades, Minerva.

-No, Prince, no, estás agotado. Descansa.

-Desde luego, voy a instalarme y a dormir, si viene que me busque.

-Hablamos mañana a no ser que debáis avisarme de algo. Si es así ya sabes dónde está mi dormitorio.

-De acuerdo, Minerva.

Minerva se marchó y Sev se metió en el dormitorio más alejado de la puerta a instalarse. Al poco rato llegó Lucius.

-Vaya… has venido… - muy ilusionado.

-Desde luego que he venido.

-¿Algo nuevo?

-No.

-Estupendo, una noche más de tranquilidad. ¿Narcissa?

-Snape, no voy a dejar que te preocupes por todo el mundo, no yo, que he de educarte en ese aspecto.

-Vale…

-Ya puedes ir contándome qué has hecho cuando has salido del despacho esta tarde.

-Buf…

-Ir a buscar a Sirius y Lauren para que te contaran de la organización.

-Eso.

-Te voy a dar.

-Esta noche no, estoy agotado, voy a dormir.

-En lugar de echarte la siesta por si las moscas.

-Buf… claro…

-Lo que he hecho yo.

-Claro...

-Qué poco confías, Snape.

-Cierto. Lo siento mucho, Lucius, me he quedado tranquilo cuando he sabido que ambos estaban durmiendo porque he deducido que habían pasado toda la noche planificando, pero no he pensado en que podrías venir hoy mismo y ido al Bosque a terminar con la canción. He hecho lo que me habías mandado.

-Bueno… tienes razón… A partir de ahora voy a tener que hacerte un plan de vida. Voy a dejártelo por escrito mientras duermes.

-Quiero dormir contigo, Lucius…

-Te abrazo hasta que te duermas pero luego me levanto, yo no tengo sueño.

-Jo… qué bobo soy…

-Ya te digo que lo eres, pero eso se acabó con mi plan de vida. Has de cumplirlo a rajatabla, ¿eh?

-Lo haré.

-Ya termino yo de organizarte las cosas y tú mientras tanto me tocas la canción y te preparas para dormir.

-No, Lucius, no quiero darte trabajo.

-A rajatabla, Snape – duramente.

-Vale.

Hicieron así, Lucius terminó de organizar el armario y Sev tocó la primera canción que había compuesto para él, 'La luz al final del túnel'.

-Wooow… es alucinante, eres un poeta, Snape, qué belleza… ¿Te das cuenta de que con el talento que tienes para tantas cosas no deberías perder ni un minuto con las tareas prosaicas de la vida? Por poco me privas del placer de escucharla por terminar de organizar el armario, cosa que podía hacer yo perfectamente.

-Tienes razón.

-¿Cómo te organizas en verano?

-Ayudo donde esté.

-Te quedas aquí a vivir y vas de visita a que te lo hagan todo.

-No, ni hablar, si me hacen la comida friego yo.

-Ni hablar, les tocas tu música mientras friegan ellos – duramente – A rajatabla, Snape.

-Vale, Lucius, vale…

-Además, si quieres verme en verano vas a tener que vivir aquí, yo no puedo más que venir aquí y a casa de Lauren, y en verano ella está allí.

-Cierto, cierto…

-Anda, ve a prepararte para dormir, voy desnudándome y metiéndome en la cama para calentártela. Con el tiempo iré trayendo cosas y las dejaré aquí para no tener que venir con los trastos cada vez. Hoy he traído el pijama y la bata que llevaba esta mañana cuando he matado a Voldemort, son trofeos para mí. Eso ya se queda aquí, me los verás puestos muchas veces.

-Qué uniforme de combate más curioso.

-Simulando que me había sacado de la cama.

-Cierto.

-Anda, ve.

Sev fue al cuarto de baño a lavarse los dientes y prepararse para dormir, mientras tanto le contó a Lucius:

-He comenzado con otra canción también para ti.

-Ah, ¿sí?

-Sí, Lucius, y me queda poco para terminarla, parte de la letra, la música ya la tengo.

-Vaya… ¿Y de qué va?

-Se llama 'Nunca habrá último', y va de cómo nos amamos, explícitamente.

-Wooow… debe ser brutal…

-Lo es.

-Pues guárdala para la próxima vez, hoy ya me ha llegado.

-Claro, Lucius, no la voy a tocarla sin que esté completa.

-Eso, producto terminado. ¿Y dices que has estado componiendo en el Bosque?

-Sí, Lucius, en mi claro.

-¿Tienes un claro que consideras tuyo?

-Desde luego, el año pasado era el Aula de Artes Mentales. Allí aprendió Oclumancia y Legeremancia mucha gente.

-Vaya… Algún día podrás llevarme.

-Desde luego, algún día recorreremos juntos todo el Bosque. Lo conozco como la palma de la mano, lo he recorrido decenas de veces.

-Claro… Yo también andaba por el Bosque, ¿eh? Cuando estaba en el colegio, pero no salía de los senderos por si me perdía.

-Vaya… nunca nos vimos.

-Cierto, nunca nos vimos. ¿Ya ibas de tan pequeño?

-Desde luego, desde primero, y en tercero lo recorrí entero por mi cuenta, descubrí incluso el nido de las acromántulas.

-Buf… qué peligro…

-Ya te digo, suerte que lo hice en invierno, de lo contrario no lo cuento. Este año llevamos a parte del Eejército a aprender maleficios allí.

-Claro…

-Yo aprendí allí, solo, encaramado a un árbol.

-Vaya tela, Snape… ¿En qué año?

-En tercero.

-Buaaah… Pero tú ya eras muy valiente mucho antes del follón…

-¿Tú crees?

-Desde luego. ¿En qué lado de la cama duermes?

-Me es indiferente, Lucius, elige tú.

-Yo duermo en el izquierdo porque siempre abrazo a Narcissa por detrás y ella prefiere dormir sobre la parte derecha del cuerpo.

-Vaya… Entonces duerme como dormía yo antes. Somos perfectos para complementarnos, Lucius.

-Claro...

-No me calientes la cama, ¿eh?

-¿Por qué no? Ya lo harás tú por mí en otras ocasiones, a Narcissa siempre se la caliento. A rajatabla, Snape.

-Vale… ¿Has hablado de algo con ella?

-Olvida eso también, es cosa nuestra. Por el momento nos hemos echado la siesta juntos y no me ha pedido marcha. Ya me ha notado distante para cómo debería haber estado hoy, así que las cosas irán cayendo por su propio peso. Mira que he pasado contigo casi ocho horas esta mañana, no es boba, ya se huele que hemos hecho mucho más que charlar.

-Desde luego.

-Y ahora he venido a dormir contigo, siendo que desde que nos casamos no había pasado una sola noche sin dormir con ella. Ella misma va a dejarme, Snape.

-Claro…

-La mejor solución, la menos humillante para ella.

-Por supuesto.

Sev salió del cuarto de baño y se desvistió.

-Nos han puesto bañera en el cuarto de baño, ¿sabías?

-Vaya, ¿sí?

-Sí, sí.

-Yo siempre iba a bañarme al baño de prefectos, cuya bañera es casi como una piscina.

-Vaya…

-Claro, Prince… ¿No lo conoces?

-No.

-Qué bobo eres, tienes enchufe con el viejo y Minerva y ni siquiera vas al baño de los prefectos.

-No sabía que eso existía.

-Pues pregúntales dónde está y que te lleven. Te bañas allí siempre que quieras, puede entrar cualquiera con la contraseña.

-Vaya… ¿por qué no me lo han contado en casa?

-Porque lo quieren para ellos y saben que tú se lo contarías a todo el mundo.

-Claro… La gente es egoísta, ¿eh?

-Ya te digo. Por eso has de cumplir mi plan de vida a rajatabla, para que nada ni nadie te robe el sueño ni la tranquilidad. Nadie lo merece, que cada cual se saque las castañas del fuego por sí mismo.

-¿Sabes qué haré con tu plan de vida?

-¿Qué, Snape?

-Otra canción, 'A rajatabla'.

-Estupendo, así lo tienes siempre bien presente.

-Desde luego.

-Qué pena me va a dar no dormirme contigo hoy siendo que es la primera vez que dormimos juntos…

-Cierto. Lo siento mucho, Lucius.

-Al menos tú sí que lo vas a sentir, voy a abrazarte por detrás como abrazo a Narcissa para poder salir de la cama sin despertarte.

-Gracias, Lucius.

-Uno de los puntos de mi plan de vida va a ser que dejes de dar las gracias por todo, en especial cuando se trata de obligaciones de los demás o placeres para ellos. Para mí va a ser un placer hacerlo.

-Vale, Lucius, vale…

-Aprende a distinguir cuándo te hacen un favor de cuándo no te lo están haciendo.

-Claro que sí.

-He de hacerte de hermano mayor ya que en nuestra etapa previa lo hice tan mal, y al parecer no has encontrado ninguno que te eduque adecuadamente, siendo que tú enseñas tanto a los demás. Has de endurecerte, Snape.

-Desde luego. El año pasado, cuando comencé a estar bajo amenaza lo hice mucho, ¿eh?

-Sí, pero después han estado tratándote aparentemente entre algodones siendo que en realidad no es así, ni siquiera te habían contado lo del baño de los prefectos. Qué valor.

-Pues sí, y uno a quien consideraba mi mejor amigo lo es, Remus, un Gryff. Es prefecto y nunca me lo dijo.

-Vaya… increíble…

-Pues sí, ya voy acumulando malos rollos con él, ya.

-¿Qué más? ¿Quieres contarme?

-No, Lucius, porque voy a dormirme ya. Estoy agotado, esta mañana nos hemos pasado.

Lucius se cambió de lado de la cama y Sev se metió en su antigua postura habitual. Lucius lo abrazó por detrás.

-Ya te digo que lo hemos hecho, nunca me había ido tantas veces seguidas. ¿Has bebido leche durante la tarde?

-No, Lucius, sólo un vaso en la cena.

-Pues muy mal hecho, porque ayer tampoco lo hiciste después de la orgía del viernes.

-Cierto, cierto…

-Mañana ya sabes, al menos dos vasos en cada comida.

-Cierto.

-¿Estás a gusto?

-Sí, Lucius, voy a dormirme enseguida, me siento en completa paz.

-Con suerte también te despertarás temprano. Si lo haces y yo estoy durmiendo despiértame, no quiero perder ni un minuto contigo.

-Nunca, Lucius, eso nunca lo haría.

-Hazlo, Snape. No sabemos cuándo podremos volver a estar juntos así y yo puedo seguir durmiendo cuando llegue a casa o echarme otra siesta.

-Claro…

-Júrame que vas a hacerlo.

-Te lo juro.