Vida regalada
A las diez y media llegó Lucius por Red Flu a la vivienda, Sev se levantó a saludarlo.
-Amor mío… - dijo Lucius.
Se abrazaron.
-¿Y Narcissa?
-Ahora viene, nos deja unos minutos, bésame… Prefiero no hacerlo ante ella, no todavía.
-Claro, claro…
Se besaron y dos minutos después dijo Lucius:
-Ya está bien, tendremos que esperar a que se acueste.
Se separaron y se sentaron.
-Hoy pasamos la noche con pociones de sueño, Lucius, si quieres, por si fuera la última.
-Vale, genial, anoche estuve a punto de proponértelo.
-Yo no lo hice porque habrían sido tres noches seguidas para mí.
-Por eso yo tampoco lo hice.
-¿Ha estado de nuevo Lestrange en tu casa?
-Sí, después de cenar. Ya ha reunido a sus acólitos, no vais a pillarlos mañana en casa, van a dedicarse a buscar, tendréis que ir por ellos de noche.
-Vaya… ¿Y quiénes son?
-Aquí tienes la lista, apenas un puñado, lo que te decía. Son los más peligrosos, por eso hay que cazarlos cuanto antes.
-Muy bien, voy a llevarle la lista a Sirius y Lauren y avisarlos de ello.
-De acuerdo.
Sev fue hasta la casa Sly y buscó a Lauren y Sirius, que ya estaban acostados. Se vinculó con ellos.
-Chicos, más noticias. El grupo más peligroso, los acólitos de Lestrange que van a dedicarse a buscar a Voldemort mañana, no los pillaremos en casa, hay que ir por ellos de noche.
-Buf… Si se enteran que hemos pillado a los demás huirán – dijo Lauren.
-Si han pasado el día buscando quizá no se enteren y en todo caso no tienen adónde, habrán estado ocupados buscando.
-Quizá lo mejor sea retrasarlo todo, cazar sólo a Lucius mañana y comenzar la caza de noche.
-Cierto…
-Claro, Severus, claro… Retrasamos doce horas la operación.
-Más, dieciséis, que comience a las doce de la noche de mañana, cuando ya estén en la cama, así los pillan a todos en casa y desprevenidos.
-Desde luego. Entonces por la mañana sólo comando de Deborah para que vayan por Lucius.
-Eso.
-Si no fuera por Paul no sería necesario llamarlo por la mañana.
-Cierto, pero Paul debe ir, es el único que sabe de Lucius, no quiero un accidente.
-No lo va a haber si no se resiste, Severus, no son asesinos.
-Pero es Lucius, Lauren, el número tres y quien me lio, le tienen muchas ganas.
-Cierto, cierto… ¿No es mejor que lo pillen también por la noche? Para que se encuentre con más Mortífagos en el Wizengamot, mejor para su coartada.
-Desde luego, aunque así me temo que lo retengan más tiempo.
-Eso es un mal menor, Severus, bien puede pasar unas horas en una celda.
-Por supuesto.
-Consúltaselo y nos dices algo.
-Venid conmigo uno de los dos.
-No, estamos metidos en la cama y pasa del toque.
-¿Tú tampoco quieres venir, Sirius? Tu prima ya debe haber llegado.
-Claro… - dijo Sirius – No, no, os dejo esta noche para vosotros, ya estaré con ella en otra ocasión. Es la primera vez en tres años que vas a verla.
-De acuerdo.
-Si aprueba la idea ya no vengas, avisas a Minerva que no vamos por la mañana. Si no la aprueba vienes de nuevo, te esperamos despiertos – dijo Lauren.
-Vale… estoy harto de subir y bajar.
-Pues da gracias que Sirius se ha trasladado y nos encuentras a los dos juntos, de lo contrario te tocaba ir también a la casa Gryff.
-Cierto, cierto…
-Si has de desplazarte es porque te has cambiado de casa tú.
-A ver si no me encuentro con Filch.
-Lleva el Mapa, Sev – le dijo Sirius.
-No lo tengo, lo tengo en casa, y no lo haría, me lo quito de encima. Hasta mañana.
Salió de casa de nuevo hacia el despacho de Minerva, ya en el piso del mismo se encontró con Filch.
-¿Qué haces que no estás en casa? – le preguntó el bedel.
-Filch, métete en tus asuntos o acabarás como la última vez – le respondió Sev sin dejar de caminar.
El bedel lo siguió.
-Cómo os aprovecháis de que no soy brujo.
-Pues sí, si lo fueras nunca te habrían dado este trabajo, tenlo por seguro. Así que no te quejes, ¿quién sabe lo que hubiera sido de ti?
Llegó hasta la puerta del despacho de Minerva y pasó a éste y su vivienda. Cuando entró, Narcissa se levantó a abrazarlo.
-Snape…
-Narcissa…
-Qué alegría…
-También para mí.
-Cuánto he deseado que llegara este momento. Ya no me importa nada que estés robándome a Lucius, me conformo con teneros a los dos en mi vida, soy muy feliz…
-Qué generosa eres, Narcissa…
-Claro que lo soy, ¿lo dudabas?
-En absoluto.
-Te lo debía, Snape, gracias a ti cambió nuestra vida a mucho mejor.
-Cierto.
-Pena que me da que después de haberte ofrecido a estar conmigo ahora ya no vas a querer.
-Quizá con el tiempo, preciosa.
-Tendría un hijo contigo con tal de catarte.
-Vaya… entonces lo haremos si quieres, claro que sí.
-Deja que te vea.
Se apartó de él, quedando tomados por los brazos.
-Wooow… estás guapísimo… guapísimo…
-Gracias, tú sí que lo estás. Ya lo eras, pero has mejorado con el tiempo.
-Yo no tengo ningún mérito, la vida regalada, me dedico a cuidarme y ya está, pero tú estás genial a pesar de todas las tareas a que te dedicas y todas las preocupaciones que tienes. Tienes mucho, mucho mérito, Snape.
-Gracias, preciosa, gracias.
-Sentémonos, anda.
-Sí, porque hemos de hablar de algo urgente.
Narcissa lo hizo junto a Lucius en el sofá y Sev en un sillón frente a ellos.
-Cambio de planes, Lucius, la operación comenzará por la noche para no poner sobre aviso al grupo de Lestrange.
-Muy bien, sí señor, para pillarlos a todos en casa. Y además, será más creíble que hayáis tardado un cierto período de tiempo en organizaros desde que hayan salido las noticias en El Profeta, menos sospechoso – dijo Lucius – Deberéis retener también a los familiares para que no vayan a casa de los demás a avisarlos.
-Claro… En un principio habíamos pensado en seguir yendo por ti por la mañana, pero después hemos pensado que es mejor que coincidas con más Mortífagos en el Wizengamot.
-Claro que sí, y si fuerais por mí y yo lo contara para poder cubrirme los pondríamos igualmente sobre aviso.
-Claro, claro… ¿Y si por esa razón te toca pasar varias horas en una celda del Wizengamot?
-No me importaría en absoluto, Snape, pero te aseguro que no será así, y si lo fuera mejor, mejor cuantos más me vean allí.
-¿No sospecharán que te libras por chivarte de ellos?
-Todos conocen lo bien que me muevo en el Ministerio, lo que van a hacer es suplicarme que los libre también a ellos.
-Claro…
-Estoy cubierto, Snape, no te preocupes más por mí.
-Vale, vale… Qué corrupto es el Ministerio.
-Ya te digo, pero suerte para mí.
-Voy a avisar a Minerva de que no van por la mañana, quizá ya se haya acostado.
-De acuerdo, ve.
Sev fue a avisar a Minerva, la encontró en su saloncito escuchando música clásica en el reproductor de casete a pilas. Se sentó con ella.
-Buenas noches, Minerva, cambio de planes.
Se los comunicó.
-Mucho mejor así, sí señor, y así no nos toca madrugar, ya estaba a punto de meterme en la cama.
-Pues puedes quedarte un rato más.
-Voy a hacerlo de todos modos. Hoy he tenido Giratiempo, he ido yo al Ministerio a registrar la chimenea.
-Claro, claro…
-Buenas noches, Prince.
-Buenas noches, Minerva.
Volvió a su vivienda.
-Bien… terminamos con las obligaciones… - dijo cuando entró.
-Pues ahora te sientas en el centro de los dos, que nosotros ya estamos siempre juntos y así nos tienes a los dos – dijo Narcissa.
-Qué maravilla…
-Espera, Narcissa, mejor que saque la guitarra y nos toque algo – dijo Lucius.
-Ni hablar, no le des trabajo ahora, vamos a charlar y disfrutar, tenemos mucho de qué hablar – dijo ella.
-Vale…
-Si le apetece tocar que lo proponga él.
-Jo… es que alucinarías, Narcissa…
-Ya vamos a tener muchas ocasiones, Lucius, lo primero es lo primero, primero charlar.
-Las mujeres, Snape.
-Además, vamos a vincularnos los tres, quiero alucinar con vuestra potencia.
-Vale…
Se pusieron en pie y se abrazaron para vincularse.
-Wooow… alucinante… – dijo ella.
-Todavía más poderoso ahora, ¿eh, Snape? – dijo Lucius.
-Desde luego, Lucius, cada vez estamos más unidos – respondió Sev.
-¿Cuándo vamos a vincularnos como Pareja?
-Cuando quieras, esta misma noche si quieres.
-Quiero, quiero.
-Va a ser brutal, sospecho que será más poderoso que el del trío que hice.
-Claro que lo será, por eso mejor cuanto antes, antes de que perdamos fuelle.
-Claro que sí.
Se sentaron los tres en el sofá, Sev al centro. Narcissa lo tomó de la mano y se recostó sobre su hombro.
-Eres una mimosa, ¿eh? – le dijo Sev.
-Desde luego que lo es, a mí no me deja en paz – dijo Lucius.
-Tú también eres un mimoso.
-Pero no me pongo pesado.
-Ponte si quieres, me encantan los mimos.
-Estoy cortándome por respeto hacia ella y ella no se corta.
-Lucius, haz lo que te venga en gana, ya te lo he dicho antes de venir – dijo Narcissa.
-Vaya… a mí no me ha dicho eso cuando ha llegado, me ha dicho que no podía besarme en tu presencia – dijo Sev.
-Me ha puesto como pretexto, ¿no? Siendo que es él, que le da apuro, es muy bobo.
-Vaya, Lucius…
-Pues sí, todavía nadie más nos ha visto besarnos – dijo Lucius.
-Lauren y Sirius sí.
-Cierto, pero fue en un momento de desesperación, ahí nada me importaba.
-Claro, claro… entonces si tú no te lanzas lo hago yo.
Sev se recostó en Lucius, que le daba besos en la cabeza, y Narcissa más todavía en él.
-¿Estáis cómodos? – les preguntó.
-Sí, sí – dijo Lucius.
-Yo también – dijo Narcissa - ¿No te aplasto?
-No, no – respondió Sev.
-Qué bien, mañana no hay que madrugar y hoy me he echado la siesta, puedo estar un buen rato con los dos.
-Estupendo.
-¿Comenzamos con la charla?
-Comienza.
-Que sepas que dejo a Lucius libre como un pájaro para que esté contigo. No voy a intentar retenerlo, me conformo con lo que he vivido con él hasta ahora, que ha sido mucho y muy bueno.
-Gracias, Narcissa.
-Snape, a rajatabla, no des las gracias por algo así – dijo Lucius – Narcissa lo hace por sus propias convicciones, no por hacerte un favor. Ya te lo ha dicho antes, te lo debe también desde el año pasado.
-Claro que sí - dijo Narcissa - De no ser por ti ni siquiera habría conocido a mi sobrinita, Nimphadora.
-Claro, claro…
-Es un sol, ojalá yo también tuviera una nena o un nene metamorfomago.
-Claro… pero son muy raros.
-Sí lo son, y también muy susceptibles de caer en manos de brujos oscuros.
-Claro, claro…
-Por eso Andrómeda también te estará eternamente agradecida, que hayas librado a su hija de la amenaza, de otro modo habría tenido que esconderla cuando le hubiera tocado venir a Hogwarts, al menos enseñarla a controlar su don.
-Claro…
-Lo habría hecho Minerva – dijo Lucius.
-O yo si ya controlaba de Transformaciones.
-Desde luego.
-Ella tiene pena porque no va a poder asistir al colegio muggle siendo que su padre es hijo de muggles, les va a tocar educarla en casa y va a crecer sin amiguitos – dijo Narcissa.
-Claro… pobre… ¿Y por qué no tienen otro hijo?
-Van a tenerlo, ahora que Voldemort ha desaparecido, claro que sí, no lo han tenido antes por la amenaza de guerra.
-Claro…
-Las conocerás también, Snape, cuando quieras les hacemos una visita. Ahora tenemos Red Flu a nuestra disposición y cuando sea seguro vendrás también a nuestra casa, tendrás tu dormitorio allí cuando quieras venir.
-Estupendo.
-Que sepas que esa casa quedará para vosotros, Snape, yo me trasladaré cuando nos separemos, la casa la aportó Lucius al matrimonio.
-Vaya…
-Claro, Snape, vivir a todo tren – le dijo Lucius – Te has buscado un buen partido.
-Wooow…
-A partir de ahora no te va a faltar de nada, todo lo mejor de lo mejor, de por vida, no vas a tener que preocuparte nunca más por el dinero, todos los lujos que te quieras permitir. Ya estuve hablando también con Lauren de las inversiones y cada vez seremos más y más ricos, viajaremos de verdad por todo el mundo, no sólo en la Sala de Menesteres. Vamos a tener una vida muy larga y feliz, todo lo mejor para los dos.
-Gracias, Lucius, gracias…
-Snape, no des las gracias, no por algo que mereces como el que más. Nos tomaremos con calma lo de tener hijos para tener unos años por delante de disfrutar solos, y después lo haremos también con ellos.
-Claro que sí.
-Ya le he dicho a Lucius que tendré un hijo con él o uno con cada uno para que no os quedéis sin niños, y que os dejaré criarlos. A mí con tener uno para mí me llega, ya tendré también a mis sobrinos– dijo Narcissa.
-Vaya… Ahora nos van a sobrar los niños, Lucius. Lauren se ha ofrecido a lo mismo, podemos juntarnos con cuatro.
-Buaaah… cuatro no, ¿eh? Con dos nos llega – dijo Lucius - Pues yo lo tengo con Narcissa como pensábamos y tú con Lauren, así uno sale rubio y otro moreno, hacen buena pareja. Y pueden ser de la misma edad, del mismo año en Hogwarts. Serán hermanos sin ser consanguíneos y compañeros de año, quizá se enamoren y también formen pareja.
-Claro…
-Al no ser consanguíneos pueden hacerlo, perfecto. ¿Te va a llegar con dos?
-Por el momento sí. Si en un futuro conozco una mujer, una alumna, de la que me enamore siendo ya mayor también querré tener un hijo con ella, los hombres podemos tener niños durante toda nuestra vida. No te preocupes, Lucius, si es así no te dejaré, nunca te dejaré, voy a estar contigo para siempre.
-No lo hagas, ¿eh, Snape? Lo hundirías – dijo Narcissa - Eres la razón de su existencia desde hace casi año y medio, él no va a dejarte.
-Lo sé, lo sé. Lo que me parece increíble es que tú lo hayas asumido tan rápido, Narcissa.
-He tenido un año de prepararme para algo así, Snape. Yo sí leí los capítulos de la Magia Roja que él se saltó, y ya llevo una semana haciéndome a la idea. En cuanto se lo propusiste y me lo contó sabía que si lo probaba se quedaría contigo, por lo que siente por ti y porque las relaciones entre hombres son más atractivas para vosotros, os aburrís menos porque podéis asumir dos papeles disfrutando en ambos.
-Claro…
-Que sepas que en cuanto me contó que le habías propuesto estar conmigo yo quería, pero le dije que estaba pensándolo porque decidí esperar a que primero probarais entre vosotros por si surgía la chispa, para no mezclar más todavía los sentimientos ni meterme por medio.
-Claro… Qué prudente eres, Narcisa, muchas gracias, nadie de quienes me rodean hacen eso.
-Porque te rodeas de chiquillos, Snape, nosotros ya somos adultos y nos tomamos más en serio estas cuestiones – dijo Lucius.
-Cierto, cuánto me queda por aprender, por suerte vosotros vais a enseñarme.
-¿Has leído el plan de vida?
-Claro que lo he hecho, Lucius, le he dedicado el descanso tras el almuerzo.
-¿Qué te ha parecido?
-Me ha emocionado mucho, me he sentido desgarrado con el último punto y con que te hubieras tomado la molestia de ayudarme así. Lo necesito mucho, mucho.
-Cómo me alegro de haberlo hecho, amor mío. ¿Has llorado?
-Sí, Lucius, mucho, no sabiendo si iba a verte esta noche.
-Cierto, te estoy haciendo sufrir, haciéndote vivir en la incertidumbre. Lo siento mucho, amor mío, intentaré compensártelo.
-No te preocupes, Lucius, no es culpa tuya, son las circunstancias que te rodean.
-Circunstancias que yo mismo me busqué.
-Por suerte, porque si no lo hubieras hecho nada habría salido como ha salido, todo redondo. No has de arrepentirte de nada, Lucius, todo ha estado bien.
-Gracias por entenderlo, amor mío, contigo me limpio de toda mancha, eres increíble.
-Voy a seguirlo a rajatabla, ya lo estoy haciendo.
-Yo mismo no te he dejado cumplirlo, te he obligado a preocuparte de nuevo por la caza de Mortífagos.
-Pero ya has visto que la he delegado.
-Sí, y además está bien que estés al frente, obtendrás reconocimiento al menos por eso ya que no vas a obtenerlo por haber instruido al Ejército.
-Cierto.
-Qué orgulloso estoy de ti.
-Y yo de ti.
-Y yo de ambos – dijo Narcissa.
-Yo también de ti, Narcissa, tú también te enfrentaste a Voldemort, tuviste un papel primordial.
-Cierto, pero metí la pata, la idea de buscar en el armario fue mía.
-Vaya…
-Buf… Qué tensión, podríamos haberlo hecho más limpiamente todavía.
-Cierto. Cuéntamelo desde tu punto de vista, por favor.
-Yo no tengo memora fidedigna todavía, Snape.
-Claro…
-Esperamos a que Lucius me lleve a la cueva.
-De acuerdo.
-Prefiero seguir charlando.
-Muy bien. ¿Cómo te planteas tu vida sin Lucius?
-No tengo prisa alguna por encontrar pareja, porque sé que lo haré. Lo tengo todo, belleza, bondad, dinero, y apenas veinte años. Voy a viajar todo lo que pueda en cuanto Lucius esté a salvo y dedicarme a conocer gente, ahora ya no me importa si es brujo o muggle. Me camuflaré de clase media porque no quiero enganchar a nadie por mi dinero, quiero que me amen por lo que soy. Cuando esté segura de que me aman por lo que soy desvelaré mi verdadera identidad y mi fortuna, un premio para quien haya caído por lo que soy como persona.
-Estupendo, muy buen plan.
-Y sabré distinguir si me aman gracias a que he tenido la experiencia con Lucius durante más de cinco años, él me ha enseñado lo que es amar de verdad.
-Cierto, Lucius sabe amar muy bien.
-Ahora mucho mejor, ¿eh? Cuando era Mortífago convencido no tanto, sólo a mí. A ti te destrozó la vida.
-Cierto, cierto…
-Eras apenas un niño.
-Tienes toda la razón.
-¿Me perdonarás algún día, Snape? – preguntó Lucius.
-Ya hace más de un año que te perdoné, Lucius.
-Claro...
-En cuanto supe que habías cambiado de bando y más adelante cuando me enteré de que te habían torturado.
-Buf…
-Eso digo yo, buf… Esa noche me enfadé con Lauren porque ella se mostraba satisfecha.
-Vaya…
-Luego la entendí, ¿eh? Para ella significaba un gran triunfo, estaba orgullosa de ti pero también decía todo el tiempo que tú mismo te lo habías buscado.
-Vaya…
-Cómo me pone de ti que hayas sido Mortífago, Lucius, me apasiona.
-Wooow… Tú sí que aceptas la totalidad de lo que soy y he sido, qué ganas de hacer la Unión de las Almas contigo.
-Y yo contigo, en cuanto nos calmemos de la locura y seamos capaces de guardar el mes de abstinencia.
-Desde luego, no vamos a hacerlo ahora.
-Voy a comenzar ya mismo a escribir el libro en todo rato libre que tenga, porque me da la impresión de que no vamos a tardar mucho tiempo en poder publicarlo. Podemos hacerlo juntos y que sea de los dos, sería algo que tendríamos en común, una tarea que realizar juntos aparte de hacérnoslo a todas horas.
-Buf… Snape… yo no me siento capaz de escribir.
-Lucius, eres perfectamente capaz. Lo que redactaste ayer para mí estaba muy bien escrito.
-Pero me costó hora y media escribirlo, tuve que pensar mucho cada frase para que quedara bien.
-Bueno, bueno… Todo es ponerse, irás adquiriendo práctica, tú redactas las partes que se refieren a tu vida y yo las mías, las comunes juntos y te corrijo lo tuyo, escribe fluidamente y yo te ayudo después.
-Vale, si es así sí, si tú me lo corriges antes de llevarlo al editor. Me avergonzaría mucho que tuvieran que corregírmelo en la editorial antes de publicarlo.
-Claro que sí, Lucius, por supuesto que lo haré yo. Has de leer literatura también para adquirir estilo, es así como lo he adquirido yo. Hace un año no tenía apenas idea de literatura, ni siquiera había leído nunca una novela, ni poesía. Pero desde entonces he leído mucho y he adquirido vena poética.
-No entiendo cómo tienes tiempo para todo, a tu lado siento que he desperdiciado mi vida hasta ahora.
-Y yo – dijo Narcissa.
-Pues ya no más. Voy a pasaros muchos libros, todos los que he ido leyendo, ahora que estáis menos ocupados que yo. Los leéis y así después podemos charlar sobre ellos y comentarlos, algo más que hacer juntos.
-Estupendo – dijo Lucius - Con que nos digas los títulos nos llega, ya los compramos nosotros. Nos haremos una buena biblioteca en casa, verás, en la estancia en la que maté a Voldemort, que es enorme y está despejada, tendremos cientos y cientos de libros.
-Claro… qué feliz voy a ser entre libros…
-Claro que sí, será tu área privada. Cuando vivamos juntos cada uno tendremos nuestros espacios privados de la casa para no molestarnos ni aburrirnos de estar juntos todo el tiempo. Podrás estar solo siempre que quieras, un dormitorio sólo para ti, otro sólo para mí y otro para cuando queramos estar juntos.
-Maravilloso, aunque pienso que querré dormir siempre contigo.
-Qué bien, pero por si tienes más amantes.
-Claro, claro que sí. No viviré aquí en el castillo, viviré contigo en tu mansión, vendré cada día a dar clase pero iré a comer, pasar mi tiempo libre y dormir a casa.
-En nuestra mansión. También dispondremos un espacio para que tengas todos tus instrumentos incluido un buen piano de cola, tu sala de música donde te encerrarás a componer e incluso podrás dar recitales en casa.
-El salón grande del primer piso es ideal para eso – dijo Narcissa.
-Claro que sí, en ése estaba pensando. Y por supuesto, tendremos servicio para que no debas preocuparte de las tareas prosaicas de la vida.
-Ya tenéis un elfo, ¿no?
-Sí, Dobby. Antes lo llevábamos fatal con él, pero desde que cambiamos y lo tratamos bien está encantado, lo liberamos y le pagamos.
-Vaya… Nosotros no conseguimos que ningún elfo en Hogwarts quisiera ser liberado y pagado.
-Cierto, nuestro elfo es muy especial, hemos tenido mucha suerte con él.
-Y él con vosotros.
-Ahora quiere buscarse una novia y así sería la segunda en el servicio, porque si algún día tenemos niños no nos llegará con un elfo, la casa es enorme y ahora apenas hay trabajo porque sólo los dos apenas ensuciamos, pero con niños se complica la cosa.
-Puede venir a Hogwarts a buscarla. Que venga de vez en cuando y atienda en las cocinas hasta que la encuentre.
-Claro, claro…
-Lo malo es que si tenéis los elfos no podrán atender a los muggles que vayan a la casa – dijo Narcissa.
-¿Por qué no? – dijo Lucius – Los muggles que vengan a casa sabrán de la magia, se lo contaremos nosotros. Vendrán por Red Flu o Apareciéndose, no vamos a hacer que vayan hasta allí en coche, pobres.
-Claro, claro…
-¿Dónde está la mansión, Lucius? – preguntó Snape.
-En Wiltshire – respondió Lucius.
-¿Y qué haréis con la mazmorra? – preguntó Narcissa.
-¿Tenéis una mazmorra? – preguntó Sev, sorprendido.
-Sí, la tenemos, razón por la cual Voldemort eligió mi casa como punto para sus reuniones.
-Vaya tela… Ya se me ocurre lo que podemos hacer, una sala de cine, con el televisor más grande que haya en el mercado, y también un proyector para ver las películas en pantalla grande, algo más con lo que estar entretenidos.
-Estupendo – dijo Lucius - ¿Sabes que nunca he visto una película?
-Yo tampoco – dijo Narcissa.
-Yo vi mi primera película el verano pasado, tampoco tuve nunca televisor en casa – dijo Sev.
-Claro…
-Y apenas he visto, ¿eh? Un puñado de ellas. Lo vamos a pasar genial.
-Seguiré yendo a veros a menudo. A ver películas con vosotros.
-Y en cine nunca he visto. También iremos al cine a Londres, tendremos muchas cosas interesantes que hacer.
-Claro, aunque tengamos niños podremos salir solos incluso de noche, los elfos cuidan muy bien de los niños.
-Claro que sí.
-Cuando ponga en marcha las inversiones compraremos terrenos alrededor y tendremos mucha extensión propia para pasear e incluso podríamos tener caballos, no hay ninguna otra casa cerca – dijo Lucius.
-Vaya… sería estupendo… - dijo Sev - El verano pasado tuve oportunidad de montar y al final no lo hice, fui muy bobo.
-Mejor, así aprendemos juntos, contrataremos un criador que nos enseñe cuando los compremos.
-Snape, ¿te has dado cuenta de que habla en plural todo el tiempo? – preguntó Narcissa.
-Sí, claro que sí – respondió Sev.
-Lo suyo es tuyo.
-Desde luego que lo es, pienso poner todas las propiedades e incluso el dinero contante y sonante a nombre de los dos en cuanto me separe de Narcissa y arregle cuentas con ella – dijo Lucius - Incluso aunque me dejaras, la mitad de lo que tengamos seguiría siendo tuyo, Snape. Y no te permito darme las gracias por ello, te pertenece por derecho. Hemos sido los dos quienes hemos vencido a Voldemort, los dos merecemos una vida regalada mientras vivamos en este mundo.
