La caza

En cuanto se metieron en el dormitorio, Lucius se lanzó sobre Sev, besándolo con desesperación y arrancándole la ropa.

-Al fin solos…

-Lucius, estás muy bobo, has podido besarme en su presencia, no le habría importado.

-Mejor contenerse, ahora va a ser mucho mejor.

-Cierto, lo está siendo, sí… Nunca nadie me había amado con la pasión que lo haces tú, eres muy apasionado, Lucius.

-Soy así contigo, con las mujeres no lo soy. Me vuelves loco, Snape, loco, loco… Si me hubiera lanzado a besarte habría sido peor, porque lo que quiero es sentirte dentro de mí, ya mismo, te quiero dentro, dentro…

-Lucius, tengo buena noticia, los resultados de las pruebas de enfermedades de transmisión sexual. Estamos todos limpios, es seguro hacérnoslo sin condón.

-Wooow… Entonces voy a hacértelo con la boca ya mismo.

-¿No querías que te diera?

-Después, tenemos muchas horas por delante, ¿no vamos a dormir con pociones de sueño?

-Sí, claro que sí.

-Pues ya está, voy a devorarte.

-Buaaah… qué ganas, seguro que es la mejor que me hayan hecho nunca.

-Desde luego, te voy a hacer una combinación de lo que me hizo Lauren, que lo hace genial, y lo que me haces tú.

-Estupendo, ya estoy duro.

Lucius lo tocó.

-Ya te siento, ya… ¿Quieres que prenda las velas?

-No, así, a oscuras, quiero sólo sentirte…

-¿No quieres ver cómo lo hago?

-No es necesario, lo reservamos para otra ocasión, me parece mágico hacerlo a oscuras.

-Vale…

Lucius se arrodilló ante él, se la aferró con la mano y comenzó a succionarle la punta con mucha fuerza, Sev le acariciaba la cabeza.

-Buaaah… - de viva voz – Parece que me la vayas a arrancar, me encanta, me encanta…

-¿No te irás?

-No, no…

-Cuando haya peligro de que te vayas avisa para que te apriete el punto.

-Vale, vale…

Un rato después se la mordió bastante fuerte.

-Wooow… maravilloso…

-Te gusta que te duela, ¿eh? Cómo te va la marcha, por algo te van más los hombres que las mujeres, nosotros no somos tan remilgados.

-Cierto, qué suerte haberme dado cuenta justo a tiempo de engancharte.

-Desde luego, también para mí, en el momento justo. Qué bueno, aunque mañana deba pasar horas en el Wizengamot voy a estar recordando todo esto y se me pasarán en un vuelo. Me está alucinando hacértelo, Snape, me encanta, nunca pensé que me gustaría. Quería hacerlo por darte placer a ti, por devolverte lo que me das, y ahora descubro que me gusta, es maravilloso.

-Es el amor, Lucius.

-Claro que sí, con cualquier otro me daría asco.

-Claro…

-Y lo mismo darle.

-Y a mí ahora también.

-Te amo, Snape, te amo…

Poco después le dijo:

-He empezado la casa por el tejado, debería haber comenzado por aquí.

Comenzó a lamérsela de abajo arriba.

-Wooow… sí… No importa, Lucius, yo tampoco te lo he hecho esta mañana.

-Pero ha sido para que nos diera tiempo a echar los tres, ahora no tenemos ninguna prisa.

-Claro, claro…

-Me gusta incluso cómo sabe.

-Vaya… Eso nunca me lo habían dicho.

-Pues sí, me gusta mucho el sabor de tu piel, de toda tu piel…

-Cada cosa que me dices es música para mis oídos, Lucius…

-He de ganarme tu amor eterno. Ya has oído a Narcissa, si me dejas me hundiré, y eres muy difícil de conservar.

-Nunca te abandonaré, Lucius, nunca, dudo que se pueda amar más de lo que te amo yo a ti, si te amara más moriría con el pecho reventado.

-Qué exagerado eres, Snape. Veremos si sigue siendo así cuando pase el peligro.

-Lo será, Lucius. Ni siquiera he sido capaz de abrazar a nadie desde el sábado, sólo hoy a Narcissa. Me has llegado muy, muy hondo, he de merecerte, eres el único que está por encima de mí.

-Cuando termines tendremos charla.

-Vale.

Un rato después se desnudaron del todo, prendieron las velas y se metieron en la cama, frente a frente.

-¿Tomamos ya la Estimulante? – preguntó Sev.

-¿Tú tienes sueño? Yo aguanto un rato más.

-Yo también, he echado la siesta.

-Ya, ya sé, te he despertado yo. Vamos con la charla, pero antes de comenzar, una pregunta. ¿Qué tal lo he hecho?

-Fantástico, Lucius, la mejor de mi vida, la más trabajada. Van a ser fantásticas si siempre me las haces así.

-¿Te llegará con eso, darme y que te dé? ¿No vas a necesitar coños?

-No, Lucius. No quiero estar con nadie más.

-Te lo pregunto porque yo voy a serte fiel, lo tengo muy claro, soy monógamo, Snape. No voy a exigirte fidelidad a ti, pero si no la guardas, quizá dentro de una temporada, cuando se te pase la locura conmigo, alucines con alguien nuevo, más peligro con una moza por lo que te aporte de diferente.

-Claro…

-Para ser fiel hay que desear serlo, Snape, poner voluntad, y quizá tú no estés todavía en ese momento de tu vida, preparado para ello. Eres muy joven, tienes la edad que yo tenía cuando le puse cuernos a Narcissa con Lauren. Te recomendé el día que nos reencontramos que no te engancharas todavía con nadie y ahora que soy el interesado estoy forzándote a que lo hagas conmigo. Lo que te decía ayer del egoísmo, Snape, yo también soy egoísta.

-Resistiré, Lucius, lo haré por ti.

-No tienes por qué. Puedes continuar viviendo tu vida y volver a buscarme cuando te canses, dentro de un tiempo. Estaré para ti, bien puedo pasar unos años solo, te esperaré. Lo que no quiero es mezclar, lo pasaría mal viéndote con otros u otras. Soy celoso también, ahora siento celos de todo lo que me has contado.

-Vaya…

-Sí, Snape, tengo muchos defectos, no estoy en absoluto por encima de ti, y ahora hablaremos de algo que te lo demostrará, tendrás que darme la razón. Piénsalo bien mientras vivimos la locura, si cuando se nos pase no te sientes capaz ni con ganas de serme fiel lo dejaremos durante un tiempo. Tú no llevas ni un año follando, para ti todavía es novedad, no me parece bien hacerte renunciar a las mujeres tan temprano.

-Claro… Pero no tengo por qué renunciar a las mujeres, Lucius, ni tú. Podemos tomar Multijugos cuando queramos y transformarnos en una.

-Claro… qué buena idea…

-¿Has visto? Transformarnos en los cuerpos de otras personas mientras seguimos siendo nosotros, con nuestra personalidad, para no aburrirnos nunca.

-Desde luego. Estupendo.

-Idea de Sirius para una orgía.

-Claro…

-Los ingredientes ya están comprados, la habría preparado ayer si no me hubieras ordenado que me lo tomara de descanso. La haré el próximo domingo.

-Muy bien, muy bien…

-Antes de fin de curso podremos probarla.

-A mí no me va a apetecer que te transformes, ¿eh? Ninguna mujer me pone como me pones tú, ya sabes que pienso que no se me levantaría, pero si para entonces tú comienzas a aburrirte me transformaré en quien quieras.

-De acuerdo, Lucius. En un futuro, cuando te sientas preparado, sí que me gustaría probarlo, experimentar el sexo como lo siente una mujer.

-Muy bien, en ese caso haré el esfuerzo, sabiendo que tu alma sigue intacta me pondré.

-Te pondré yo con la boca o como sea, acariciándote, hablándote, como sea.

-Claro que sí.

-Además, sí que hay algo de las mujeres que no he probado y me encantaría hacerlo, al menos una vez en la vida. Desvirgar a una.

-Claro… Yo he desvirgado a dos, me he llevado tu cuota.

-Cierto. Conseguiré cabellos de una virgen y te transformarás en ella, ¿vale?

-Buaaah… sentiré cómo me rompes con ese pedazo, brutal, brutal… Entonces transfórmate tú también en ella para sentirlo también.

-Claro… brutal, brutal… Nuevo material para otra canción, ya he terminado la que comencé ayer.

-Ah, ¿sí?

-Sí.

-Luego me la tocas.

-Vale.

-Charlemos de lo que quería hablarte, que me he ido por las ramas.

-Dale.

-Snape, no estoy en absoluto por encima de ti por el simple hecho de haberle lanzado un Avada al villano, cosa más fácil no podía haber, sin apenas riesgo. No considero que haya pagado mis deudas de sangre ni mucho menos, quizá me sentiría mejor si fuera unos años a Azkabán a pagar.

-Vaya, Lucius, no digas eso… te torturaron…

-Snape, sabes que yo también he torturado y asesinado, lo merecía.

-Jo, Lucius…

-He de buscar la manera de redimirme, de perdonarme a mí mismo, porque no lo he hecho. Necesito cumplir un castigo para estar en paz conmigo mismo, expiar mis culpas.

-Te entiendo, Lucius.

-Y contigo no voy a hacerlo porque lo aceptas todo de tan buen grado, me amas tanto a pesar de ello, que nunca me harás sentir como debo sentirme. Incluso me dices que te pone que haya sido un asesino.

-Claro que me pone, me da mucho, mucho morbo, adoro tu Marca Tenebrosa. Ya sé qué puedes hacer, lo que hacían los cristianos en el medievo, el Camino de Santiago. Todavía existe, uno o dos meses enteros caminando de sol a sol para llegar a un cabo que está en el noroeste de España, cargando con todo lo que necesites, durmiendo al raso y comiendo frugalmente. Tengo los libros, los consiguió Lauren, voy a dejártelos.

-Vaya…

-Una buena manera de comenzar una nueva vida.

-Claro…

-Y te buscaremos también un psicólogo especializado en el tema de curar heridas del alma de ese tipo. Los psicólogos deben guardar silencio sobre lo que les cuentan sus pacientes, no puede denunciarte, él sabrá tratarte adecuadamente.

-Muy bien, muy bien…

-Alguien acostumbrado a tratar con delincuentes, que sea ésa su profesión. En el centro de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos donde está recuperándose mi padre sabrán. Mañana mismo escribo a mi madre pidiéndole la dirección.

-Maravilloso. Cuántos recursos tienes, Snape.

-Porque ya llevo tiempo relacionándome estrechamente con el mundo muggle. Los brujos somos una población tan reducida que nos faltan muchas ramas de la medicina.

-Claro…

-Hemos de recurrir a los muggles para las enfermedades comunes, en especial las del alma.

-Cierto. Pues ya estoy pensando en marchar a hacer el Camino de Santiago este mismo verano mientras tú estás liado con la música. ¿Dos meses de locura te llegarán?

-Y si no me llegan la continuamos en septiembre. Ahora me da mucha pena no hacerlo contigo.

-Lo repetiremos el primer verano que puedas.

-Desde luego que sí, Lucius.

-¿Desde dónde he de partir para caminar durante dos meses?

-Desde algún punto de Francia. Puedes hacerlo coincidir para venir a vernos tocar al festival al que vamos a asistir en julio.

-Claro…

-Lauren y Sirius también vienen.

-Estupendo.

-Y allí podrás conocer a Hipólita, que sabe de ti.

-Vaya… ¿Cómo lo supo?

-Lauren le contó que había un espía y a lo largo de este año dedujo que eras tú por las historias sobre nosotros que oye contar. Es aficionada a espiar las conversaciones, le apasionan los espías.

-Vaya…

-Fue suya la idea de escribir el libro sobre tu historia, quería hacerlo ella.

-Claro…

-Y luego la de que el libro fuera sobre las vidas paralelas de ambos. No le he contado nada pero ya se huele que estamos juntos.

-Desde luego.

-Ella me dijo que eres tú mi alma gemela y no una mujer, y pensó en las tres partes en que se dividiría el libro. Es estupenda, en cuanto llegué al Club 100 la otra noche y no quise saber nada de nadie decidió abandonar el Fidelius que tenemos en común y trasladarse al dormitorio de cuarto año para dejarme tranquilo.

-Vaya gente fantástica de la que te rodeas, me muero de ganas de saber más de ellos.

-Te cuento todo lo que quieras, pero antes te toca, de lo contrario vas con retraso.

-Vale…

-¿Cómo quieres?

-Como quieras tú, antes he elegido yo.

-Quiero que me des.

-Eres un vicioso.

-Ya te digo que lo soy.

Pasaron muchas horas amándose, y se vincularon como Pareja, resultando el Vínculo más poderoso de cuantos habían realizado ambos hasta el momento. Quedaron traspasados por la emoción durante mucho tiempo, al cabo Lucius le dijo:

-Qué suerte no haber realizado todavía, ninguno de ambos, la Unión con nadie más, porque va a ser brutal cuando unamos nuestras almas de esa manera, la experiencia más trascendental de nuestras vidas como lo acaba de ser este Vínculo.

También Sev le tocó a Lucius la nueva canción que había compuesto, y miraron juntos los libros del Camino de Santiago, comenzando a planificar su viaje.

A la mañana siguiente Sev desayunó con Lucius y Narcissa en el comedor de la vivienda a las ocho y media. Les llegó El Profeta con la noticia de la desaparición de Voldemort en primera plana.

-Bien… aquí está, lo tenemos, comienzo de la operación.

Cuando terminaron de desayunar, Lucius y Sev se despidieron con pesar.

-Amor mío, no flaquees esta noche.

-No te preocupes, Snape, no hay problema alguno. Lo único que me va a agobiar es que voy a estar rodeado de todos los pesados suplicando que los libre de Azkabán, verás. A los jueces no los temo, ya he pagado mi cuota.

-Claro que sí. ¿Y si coincides con Bellatrix en la misma celda?

-Estupendo, ver cómo ella no sale y yo sí, porque estoy seguro de que ella no va a suplicar, va a ir a juicio con la cabeza bien alta.

-Qué loca está.

-Asistiremos al juicio.

-Desde luego.

-Quizá me pidan que testifique contra ella.

-Claro… ¿Y qué harás?

-Por el momento dar largas, depende de cómo vayan los juicios de los demás, porque el suyo saldrá el último. Si están condenándolos a todos a cadena perpetua y hemos cazado a casi todos quizá me arriesgue a testificar contra ella, contra ella sí, por la satisfacción que me dará ver la cara que pondrá.

-Por supuesto.

-Mañana vuelvo a desayunar contigo para que me des noticias de la caza.

-No, Lucius, ven en cuanto te suelten.

-No, si me vigilan para que no avise al resto de Mortífagos que quede por pillar.

-Claro… un fallo del plan.

-No, es necesario, a Narcissa también van a trasladarla al Wizengamot.

-Cierto.

-A ella más que a nadie, la hermana.

-Desde luego.

El día transcurrió tranquilo salvo porque ultimaron detalles, y a las diez de esa noche se reunieron a los comandantes de los doce comandos operativos, seis que no se concentraban en Hogwarts y otros seis que se alojaban en el castillo, para darles la tarea a llevar a cabo, la lista de Mortífagos que debían cazar y sus direcciones, cerca de ciento veinte, pues Sirius y Lauren habían aportado algunas que Lucius no tenía.

Los comandos que partían de Hogwarts acudirían por Red Flu desde el despacho de Minerva. El primero que partiría sería el encargado de cazar a Lucius, el comandado por Deborah. Paul ya había llegado y Sev habló con él en privado.

-Paul, no quiero accidentes, sé tú el comandante esta noche.

-Vale, hablémoslo entre todos y me otorgas el mando.

Se vincularon los seis.

-Paul es el comandante esta noche – dijo Sev.

-Prince, llevo un año preparándome y va a ser lo único que hagamos… - dijo Deborah.

-Deborah, esta noche debéis obedecer a Paul.

-Al menos en la primera operación – dijo Paul – Después puedes asumirlo tú, Deborah.

-La primordial, cazar a Malfoy – dijo Deborah.

-Va a ser muy sencilla, Malfoy no es de los que se resisten. Las demás serán más interesantes, no te apures – dijo Sev.

-Bueno…

-Lo quiero vivo, quiero vérmelas con él, asistir a su juicio y verlo ingresar en Azkabán. ¿Os ha quedado claro a todos?

-Que sí, Prince…

-Muy bien, entonces conteneos de utilizar los maleficios que yo mismo os enseñé.

-De acuerdo.

-Ningún maleficio contra Malfoy y su esposa.

-Que sí… Todavía lo quieres, Prince, eres un sentimental.

-No tienes idea de cuánto.

Partieron por fin, y Sev durmió con la poción Reparadora de doce y media a tres para estar despierto cuando regresaran los comandos. Mientras esperaba sentado a la mesa de despacho de Minerva continuó con el libro que pensaba escribir sobre Lucius, que ya había comenzado durante el día. Pronto llegó el comando de Deborah.

-Diez de diez, todos cazados – le dijo – Tres muertos, uno por mi mano.

-¿Malfoy?

-Lo que has dicho, no se ha resistido. Nos ha llevado diez minutos, esperar a que se vistieran.

-Muy bien.

-Ya hemos avisado en el Wizengamot de que nosotros no volvemos más esta noche.

-Muy bien.

-El comando de Jack han terminado los primeros pero van a quedarse los últimos para informarte de las operaciones de todos, los doce comandos.

-Estupendo. ¿Quiénes más han matado?

-Valerie y Paul.

-Vaya… Valerie…

-Pues sí, lo ha lamentado mucho, porque ese Mortífago tenía niños, con el jaleo han salido de la cama y lo han visto todo.

-Buaaah…

-Que aprendan que su padre era un asesino, mira que resistirse con sus hijos presentes, han podido morir los niños también.

-Claro, claro… Pero querrán vengarlo de mayores, Valerie se ha ganado enemigos mortales esta noche.

-No es eso lo que le preocupaba. Ha llorado mucho y se ha hecho cargo de los críos, la esposa estaba histérica.

-Vaya…

-Vamos a dormir, que al final no nos han cancelado las clases de mañana.

-Dormid con Reparadora como he hecho yo.

-Pues sí, eso haremos, al menos Valerie deberá hacerlo. Está deshecha, desde ese momento ha funcionado como una autómata.

-Buf… voy a darle un abrazo… Ve tachando vuestros nombres de la lista. Cruz para los muertos, asterisco para los atrapados.

Sev se vinculó con Valerie y se levantó de la mesa.

-Valerie, cariño… ¿cómo estás?

-Qué duro es matar, Prince, esta noche he envejecido diez años de golpe.

Se abrazaron.

-Estaba preparada para hacerlo en combate pero no para esto, en casa con la familia, todos en pijama. Qué duro, Prince, qué duro, tres niños de entre siete y tres años, descalzos, ni siquiera se habían puesto las zapatillas.

-Jo… qué duro… Pero piensa en que les has hecho un gran bien a la larga, Valerie. Esos niños asistirán a Hogwarts, tendrán una vida normal que no habrían tenido de continuar vivo su padre.

-Cierto, cierto… Habrá que conseguirle un trabajo a la esposa.

-Claro…

-Lo hablaré con Jack y Sirius para ver si pueden enchufarla en alguno de sus negocios.

-Desde luego.

-¿Si no lo supero me Obliviarás?

-Claro que sí, preciosa.

-Gracias, Prince.

-Pero sería mejor que buscáramos un psicólogo que entienda del tema.

-¿Y qué le cuento, que he matado con un rayito verde?

-No, con una pistola, que eres policía.

-Todavía no tengo edad para ser policía, Prince.

-Buf… cierto… Pues le muestras la magia y le cuentas la verdad. No vas a ser la única que va a necesitarlo, habrá muchos como tú esta noche, verás.

-Claro que sí, Paul también está afectado. El que ha matado él también tenía críos, sólo que no se han despertado pero hemos tenido que despertarlos nosotros para que no se quedaran solos en la casa.

-Buf… muchos detalles con los que no contábamos.

-Desde luego. Los próximos años, en Hogwarts va a haber superpoblación de hijos de Mortífagos, porque pienso que han sido los únicos que se han dedicado a tener hijos a pesar de la amenaza de guerra.

-Cierto. No te preocupes, los educaremos, seremos una buena influencia. Anda, si Deborah ha terminado id a dormir, duerme con Reparadora esta noche.

-Desde luego que voy a hacerlo.

El comando de Deborah se marchó y al poco llegó otro con el resultado de seis atrapados y cuatro muertos, después otro de cinco y cuatro, otro de siete y tres, uno más de cuatro y seis y casi a las cinco llegó el de Jack, con los resultados globales de los siete restantes, treinta muertos y treinta y nueve capturados. De ciento dieciocho repartidos al principio de la noche no había escapado ninguno. En total sesenta y ocho atrapados y cincuenta muertos. Sev le preguntó a Jack:

-¿Lestrange?

-Capturada, pero la mayor parte de sus secuaces muertos, entre ellos su marido.

-¡Bien…! Ya ha comenzado a sufrir.

-Según me han contado no le ha importado lo más mínimo, iba insultando a los guerreros por los pasillos del Wizengamot.

-Qué loca está, va de cabeza a Azkabán.

-Seguro, mientras esperábamos a que terminaran todos los comandos, los Aurores que los custodian y los llevan ante los jueces nos han contado que no ha dejado de despotricar en toda la noche y que los jueces iban a dejarla la última, siendo que ha llegado casi la primera. Cuando le toque va a ponerlos a caldo, verás, va de cabeza a Azkabán.

-¿Cómo se han apañado para meterlos a todos en las celdas?

-Suerte que nos hemos cargado a casi la mitad, porque apenas hay seis celdas en el Wizengamot y cada una apenas tiene una tabla a modo de banco para dormir sobre ella. Once en cada celda, los Aurores se volvían locos para llevarlos a todos al baño.

-Buf… ¿Y a los familiares dónde los han metido?

-Varitas confiscadas y hacinados por los pasillos.

-Jo… pobres niños…

-Ya te digo, un montón de ellos, tus futuros alumnos. Aprende los apellidos de la lista, aprende, a algunos ya los tendrás en cuanto te gradúes.

-Claro…

-Nacidos antes de la ascensión de Voldemort.

-Claro, claro… ¿Cuántos en tu comando?

-Seis capturados y cuatro muertos.

-¿Has matado?

-A dos. A otro Julia y a otro Robert.

-Vaya… ¿Te ha afectado?

-Nada, y eso que uno tenía un niño pequeño, un bebé. No me ha afectado nada, le he hecho un favor a ese bebé que nunca conocerá a su padre. Mira que resistirse con un bebé en el dormitorio, en su cunita…

-Vaya tela… están muy locos, ¿eh?

-A ése lo conocía del colegio, y tú también, era de un curso más que Malfoy.

-Claro…

-¿Has visto que tus cuatro sombras también han caído?

-Sí, sí, dos muertos y dos capturados. Pobres, qué jóvenes.

-Que se fastidien. Cuando les dijiste adiós para siempre lo decías muy en serio. ¿Irás a los juicios de los dos que han quedado?

-No, sólo iré al de Lestrange. Lo que dices tú, les dije adiós muy en serio, no pienso volver a verlos en toda mi vida. No merecen que pierda un minuto con ellos, ya bastante tiempo me hicieron perder.

-Vamos a dormir, que nos queda el tiempo justo para hacerlo con Reparadora, mañana tenemos clase.

-Cierto.

-¿Tú ya has dormido?

-Sí.

-¿Y qué vas a hacer hasta las ocho?

-Escribir un libro.

-Vaya…

-El libro que anuncié en el concierto, a este paso podrá salir a la luz muy pronto.

-El del héroe libertador.

-Ése.

-Dime la verdad. ¿Se cargó a Voldemort?

-Caliente que te quemas.

-¿Y cómo no me cuentas algo así? – exasperado.

-Porque es peligroso para él, Jack.

-Ya sé quién es, además. Por eso has mandado al comando de Deborah por él cuando por el resto de peligrosos han ido los adultos, para poder controlarlos y que no le pasara nada. Malfoy.

-Caliente que te quemas.

-Vaya tela, Prince… ese libro va a ser muy interesante. Escribe, escribe, tenlo listo cuanto antes, nos vamos a dormir.