Camino de Santiago

Esa noche Narcissa y Lucius fueron a dormir a Hogwarts, y también acudieron Lauren y Sirius a la vivienda de Sev. Cuando llegaron fue una gran alegría para todos.

-¡Prima…! – exclamó Sirius.

-Mi primito… que ya es un hombre… - dijo Narcissa, emocionada - No te habría reconocido…

Se abrazaron.

-Estás preciosa, preciosa…

-La próxima vez que quedemos vamos a ir los dos a ver a Andrómeda y Nimphadora, ahora la nena ya está durmiendo.

-Sí, por favor…

-Podemos quedar el sábado o el domingo por la tarde.

-Mejor el domingo, que ya habrán terminado las operaciones. Yo además estoy liado el sábado de noche.

-Estupendo, entonces así lo haremos. El domingo visita familiar, pasamos allí toda la tarde si quieres.

-Estupendo, estupendo…

-Déjame que salude a Lauren, anda.

Se separaron.

-Lauren, preciosa, que sepas que no te guardo ningún rencor, todo fue como tuvo que ser para que resultara redondo, tus padres nos libraron de una buena y ahora somos familia, muy satisfecha de serlo.

Se abrazaron también.

-Gracias, Narcissa, preciosa, cuánto mejor estar conociéndonos de este lado que del otro.

-Desde luego, porque pensabas hacerte espía, Snape se lo contó a Lucius y él me lo contó a mí.

-Lo habría sido con total seguridad de no serlo vosotros.

-Y todo se habría retrasado, habría estallado la guerra – dijo Lucius.

-Pues sí, porque no me habría marcado hasta después de graduarme.

-Eso, si yo te hubiera dejado - dijo Sev.

-No habrías podido evitarlo, Severus – respondió Lauren.

-Eso es lo que tú crees.

-Era por completo necesario, nunca habríamos descubierto la copa y el diario sin Lucius, lo sabes.

-Cierto, cierto…

Se sentaron todos en el sofá y los sillones.

-Bueno… ¿Por dónde comenzamos? – preguntó Lauren.

-Por el principio – dijo Narcissa – Contadnos Snape y tú cómo os pusisteis en contacto.

-¿Nos vinculamos? Porque la charla va para largo.

-Buaaah… sí… - dijo Sev – Va a ser muy, muy potente.

-Por supuesto que va a serlo, los cinco en el ajo – dijo Lucius – El más potente que hayamos hecho como Comunidad.

-Vamos a ello.

Se pusieron en pie y se abrazaron los cinco, cantaron el Vínculo como Comunidad cinco veces.

-Buaaah… alucinante, alucinante… - exclamó Sirius – La experiencia más intensa de mi vida. Habéis ganado en potencia desde el sábado, ¿eh?

-Desde luego que lo han hecho, están en plena vorágine – dijo Narcissa – Verás cómo nos abandonan dentro de poco para dedicarse a lo suyo, la otra noche no me dejaron dormir con los gritos.

-Vaya… - dijo Sev – Lo siento mucho, Narcissa.

-¿Para qué está el Muffliato, Severus? – le preguntó Lauren.

-Cierto, cierto, pero Lucius se lanzó sobre mí en cuanto entramos en el dormitorio.

-Lo que te digo, pasó toda la noche conteniéndose por mí el muy bobo – dijo Narcissa.

-Fue mucho mejor así – dijo Lucius – Hoy también pienso hacerlo.

-Si queréis que en verdad comencemos por el principio ha de comenzar Lauren contándonos sus planes peregrinos que elucubró cuando sus padres la pusieron al corriente de sus ideas – dijo Sev.

-Vaya… planes peregrinos, ¿eh? Destinados a salvarte – dijo Lauren.

-Cuenta, cuenta… - dijo Narcissa.

Charlaron durante algo menos de una hora, al cabo de la cual dijo Sev:

-Yo ya no me contengo más, llevo dos noches sin catarte, Lucius. O vamos al dormitorio o me lanzo ya mismo sobre ti.

-Vamos – dijo Lucius.

Ambos se levantaron.

-Ahí os quedáis.

-Mira que es chulito – dijo Lauren.

-El que más porque puedo. Esta mañana el ministro de magia me ha ofrecido ser ministro de magia.

-Vaya tela…

-Ahí os quedáis.

Se metieron en el dormitorio desvinculándose de los demás y Sev se lanzó sobre Lucius.

-Wooow… estaba ansioso… - dijo Lucius.

-Hoy comenzamos a oscuras también y sin Muffliato, que oigan los gritos, me pone más.

-Vale, vale… Hoy eliges tú cómo comenzar.

-Muy bien. Quiero que me des.

-Vicioso…

-El que más. A oscuras, arrodillados al pie de la cama.

-Estupendo.

-Quiero que me rompas, que me duela, házmelo sin lubricante.

-Buf… ¿estás seguro?

-Sí.

-A ver si puedo entrar, ¿eh?

-Puedes, con paciencia puedes, te mojas con saliva.

-Vale, vale…

Lo tocó.

-Ya mismo, venga, ya estamos, sin desnudarnos del todo.

-Vale…

Se arrodillaron al pie de la cama, Sev apoyado en ella. Lucius entró en él con cuidado.

-¿Has visto cómo sí podías? Ahora dale caña desde ya, sin pensarlo.

-Allá voy, tú lo has querido.

Lo aferró por las caderas y se la clavó hasta el fondo, Sev gritó, Lucius se quedó quieto.

-¿Dolor o placer? – le preguntó Lucius.

-Todo… pero más dolor…

-No me parece bien, no voy a disfrutar, temo hacerte una avería.

-Dale, Lucius, dale, voy a alucinar. ¿A ti te ha dolido?

-Nada, es mejor sin lubricante para mí, me gusta más al natural.

-Pues dale, por favor, dale…

-De acuerdo, allá voy. Si no lo soportas avisa.

-Que sí…

Se lo hizo lento y profundo como a él le gustaba durante mucho tiempo, Sev gritaba cada vez.

-Wooow… Lucius, Lucius… El mejor de mi vida hasta el momento…

-Pena que tú no te vayas así. ¿Estás caliente?

-Sí.

-Entonces te lo hago con la mano.

-No, prefiero hacérmelo yo y que tú sigas clavándote así, agarrándome con ambas manos.

-De acuerdo. Podemos irnos a la vez por primera vez.

-Cierto.

-¿Quieres que volvamos a vincularnos antes?

-Sí, por favor, pero sigue clavándote mientras cantamos.

-Vale, vale…

Se vincularon de nuevo como Pareja, alucinaron más todavía que tres noches atrás.

-Wooow, Lucius… wooow… qué feliz me estás haciendo…

-Sigo un rato más y acabamos, ¿vale?

-Vale, vale…

-Empieza a darle con la mano al tiempo que te la clavo y cuando quieras terminar avisas.

-De acuerdo.

Siguieron así un rato más, Lucius clavándose en él y Sev haciéndoselo con la mano. Por fin Sev le dijo:

-Dale para acabar, Lucius, me ha llegado.

-Muy bien, voy a tope, me apetece mucha caña.

-Estupendo, a mí también sentirla.

Lucius le dio frenético y Sev a su vez, se fueron a la vez a los pocos segundos.

-Buaaah… qué descanso… tres días sin irme…

-Eso no es nada, Snape… ¿Cómo vas a aguantar todo el verano sin mí?

-No lo sé, me lo haré con alguna moza.

-No te dejo, si te lo haces no vuelvo contigo en septiembre. Recuerda, soy celoso, has de aprender a serme fiel.

-Buf…

-Es lo que hay, Snape, la única exigencia que te pongo. Ya te dije que lo pensaras de aquí al verano. Yo he dejado a una mujer que tenía para mí solo, más de cinco años de relación, por ti.

-Vale, vale…

-No quiero hacerme daño.

-Está bien, Lucius, recordaré esto y me lo haré solo.

-Si aprovechamos podemos guardar la abstinencia ambos durante el verano y hacer la Unión de las Almas en cuanto vuelva, he consultado las lunas.

-Ah, ¿sí?

-Sí. Nos van fatal.

-¿Y eso?

-La haríamos en creciente o en llena, ¿no?

-Sí, mejor en creciente.

-Creciente el veintitrés de julio, el veintidós de agosto y el veinte de septiembre. Llena el treinta de julio, el veintiocho de agosto y el veintisiete de septiembre.

-Buf… Si la hacemos en septiembre son muchos días más de espera.

-Por eso he consultado también las de julio, mejor vuelvo del viaje más temprano. Perderé nueve días de agosto que no serán perdidos porque estarás de vacaciones, no nos despegaremos.

-De acuerdo, Lucius, estupendo.

-Y lo bueno es que tu festival en Francia cae antes de la creciente de julio, tendremos una última noche.

-¿Y te dará tiempo a completar el Camino de Santiago desde allí hasta Finisterre antes del veintidós de agosto?

-Claro que sí, Snape, caminaré de sol a sol si es necesario, y pienso salir más temprano para que sean dos meses completos al menos. Lo haré desde Bélgica u Holanda, quiero una expiación real.

-Claro, Lucius, claro que sí.

-Voy a salir y nos ponemos cómodos.

-Dale, anda.

Salió de él y ambos se desnudaron, prendieron las velas y fueron al baño para prepararse para meterse en la cama.

-¿Hoy pociones de sueño? – le preguntó Lucius.

-Sí, claro, pero yo sólo Reparadora, he echado la siesta desde la cena hasta las diez.

-Muy bien, yo también la he echado por la tarde.

-Estupendo.

-He traído el libro de vuelta para contarte lo que he planificado porque he de ir preparando el viaje, comprando todo lo necesario y reservando los billetes para ir y volver.

-Claro…

-Claro, Snape, claro…

Lucius cogió el bolsito de su mesilla y sacó el libro del Camino de Santiago y un cuaderno en el que había cosas anotadas. Le dijo:

-He decidido que no voy a usar magia en absoluto, voy a dejar la varita en casa o aquí.

-Vaya, Lucius, ¿ni siquiera Impervius si llueve?

-No, Snape, no, chubasquero o me mojo, expiación.

-Claro, claro…

-Además, va a ser en verano, si no me parece suficiente lo repetiré más adelante en invierno, con nieve.

-Buf…

-No es para tanto, apenas se atraviesan cordilleras, los Pirineos y otra al llegar a Galicia que no es tan alta. Para entonces ya estaré curtido de caminar.

-Claro, claro…

-Bastante ya va a ser que tengo dinero suficiente para equiparme y que no va a faltarme de comer ni de desplazarme. Los peregrinos medievales iban y volvían, muchos viviendo de limosnas.

-Cierto, cierto…

-Aun así voy a gastar lo mínimo, ¿eh? Ningún lujo.

-Claro que sí.

-Ya he hecho una lista de cosas. Lo primero, una tienda de campaña de una sola plaza, ligera, para no mojarme mientras duermo si llueve, porque voy a intentar no pasar una sola noche en hotel o pensión más que la que pase contigo en Francia.

-Muy bien, Lucius.

-Un buen saco de dormir, de plumas, que valga tanto para el frío como para el calor. Así duermo al raso siempre que no llueva y en cualquier clima, porque no siempre voy a encontrar lugares apropiados donde montar la tienda de campaña, no hay caminos señalizados, muchas veces deberé desplazarme por carreteras y dormir en las cunetas.

-Claro…

-Una esterilla de montaña para tender el saco sobre ella y aislarlo del suelo.

-¿Eso existe?

-Sí, sí, viene en el libro. Una mochila de montaña para llevar todo cargando con ello.

-Claro, claro…

-Unas buenas botas de montaña que voy a comprar enseguida para no llevarlas nuevas, haberlas usado ya para evitar rozaduras.

-Desde luego.

-Aparte voy a llevar las zapatillas que ya compré para no caminar siempre con las botas, si he de hacerlo sobre asfalto y no llueve mejor zapatillas.

-Buf… vas a ir muy cargado…

-Mejor, Snape, expiación. Esta temporada me entrenaré caminando cargado para que no se me haga tan duro en cuanto comience, y también medir a qué ritmo camino con mayor exactitud.

-Claro, claro…

-Calcetines apropiados, muchos pares, porque quizá no pueda lavarlos y secarlos todos los días, y llevar los pies limpios es primordial por lo mismo.

-Claro… ¿Sabes qué se me está ocurriendo para las rozaduras?

-¿Qué?

-El lubricante, Lucius, vaselina, si te roza te untas de lubricante y ya no te roza.

-Claro, claro… Hemos de escribir a los editores del libro para que lo incluyan como recomendación.

-Cierto.

-Al hilo de eso, un mínimo botiquín, lo necesario para curar heridas, analgésicos y medicinas para el estómago por si me sienta mal algo que coma y me coge lejos de un pueblo. Hay tramos en que los pueblos están muy alejados unos de otros y España todavía es bastante pobre, quizá no sea fácil encontrar un médico ni una farmacia.

-Cierto. Voy a sufrir por ti, ¿eh, Lucius?

-En absoluto, te escribiré todos los días a la dirección muggle que me des, pero tú no podrás escribirme de vuelta. Te contaré todo lo que me pase, será como un diario de viaje.

-Claro… Yo escribiré un diario también de mi gira para que lo leas a la vuelta.

-No pierdas el tiempo en eso, Snape.

-No es perder el tiempo, con el tiempo quizá también pueda publicarlo, la primera gira de un músico famoso, tiene interés.

-Desde luego.

-Y tu diario de viaje del Camino de Santiago, en la editorial que ha publicado este libro.

-Claro, claro… Increíble, al final voy a ganarme la vida con la literatura, ¿quién lo hubiera dicho?

-Pues sí.

-Ropa ligera para caminar, cuatro mudas, dos largas y dos cortas. Un jersey para las noches y un chubasquero para la lluvia. Cuando vaya a comprar todo lo de montaña me informaré de si tienen chubasqueros para mochilas.

-Claro… Qué buena idea para invertir si no existen, si no los tienen intentaremos convocar uno cuando tengas la mochila cargada, que se adapte perfectamente.

-Desde luego. Más cosas, un mínimo costurero para reparar los desperfectos de la ropa, voy a ajarla de tanto llevarla. Apenas cuatro mudas para dos meses, y seguramente use las mudas cortas mucho más que las largas, en pleno julio y agosto por países calurosos.

-Cierto. ¿Por qué no esperas al otoño, Lucius?

-Para coincidir con tu gira, Snape, y perder el mínimo de noches juntos.

-Cierto, cierto…

-Productos de aseo, a ver cómo apaño para lavarme si no paro en hoteles ni pensiones. Es lo que más duro se me va a hacer, no poder ducharme todos los días como estoy acostumbrado.

-Claro. En los ríos, en los arroyos.

-Claro, acampar junto a los ríos. Qué bonito, en comunión con la naturaleza. Estoy pensando en cortarme el pelo, mucho más cómodo.

-No, Lucius, no…

-Snape, si no puedo lavarlo a menudo es un incordio. El pelo sucio, no puedo tener mala imagen, necesitaré tratar con gente también durante el camino, no quiero tener mal aspecto.

-Entonces lávate en los ríos y fuentes, y si no puedes hazte una coleta.

-¿Como las chicas?

-Claro que sí, yo me la hacía para trabajar en San Mungo.

-Bueno… no me lo corto, pero también va a darme calor.

-Entonces haz como quieras.

-Te da mucha pena, ¿verdad?

-Sí.

-Entonces no me lo corto. Cuando lo sufra recordaré que lo he hecho por ti, merecerá la pena. Como me los pongas después de esto te mato.

-No, Lucius, no, voy a serte fiel, y más sabiendo lo que vas a estar sufriendo.

-Yo voy a pasar los dos meses de abstinencia excepto esa noche que te vea, expiación, y no me van a quedar energías para nada después de caminar de sol a sol.

-Claro…

-Más cosas. Una linterna por si me pilla la noche sin haber montado la tienda y cenado, y también quizá para caminar algún tramo de noche, más fresco.

-Claro, claro… Pero nunca por carretera, ¿eh?

-No, no, muy peligroso, ya lo es de día. Las carreteras españolas no son muy buenas, quizá no tengan un mínimo arcén.

-Pero a cambio en España hay menos tráfico. Si lo ves demasiado peligroso camina por la cuneta, Lucius, por favor.

-Claro… Pero no siempre habrá cunetas, en las de montaña no las habrá.

-Buf, Lucius… Voy a sufrir mucho por ti, las carreteras de montaña, con curvas peligrosas sin visibilidad.

-Tienes que dejarme hacerlo, Snape, son tramos mínimos, y en la montaña no mucha gente tendrá vehículo.

-Los veraneantes, Lucius.

-Preguntaré por alternativas por caminos, si es necesario contrataré quien me guíe. Así también conozco gente ya que voy a pasar solo la mayor parte del tiempo.

-Vale, si es así me vale. El tiempo que nos queda voy a enseñarte castellano para que te defiendas al menos en España, que tengas cubiertos los tramos peligrosos, y así preguntas por caminos en toda ella, mucho más agradable y menos peligroso.

-¿Sabes castellano?

-Sé. Aprendí el verano pasado lo suficiente para defenderme en tramos así. Comenzamos hoy mismo en cuanto termines de contarme y mañana voy a Godric's Hollow por mis apuntes y te los paso para que estudies también por tu cuenta.

-Eres sorprendente, Snape, ¿de dónde sacas el tiempo?

-Ni yo mismo lo sé.

-El siguiente artículo de la lista es una cantimplora para el agua. La comida ya la iré pillando, comeré caliente una vez al día, el desayuno o el almuerzo, y después me apañaré con bocadillos y fruta, por suerte es verano.

-Cierto, podrías llevar un hornillo para hacerte el té, pero ya irías demasiado cargado.

-Pues sí, lo pensé y lo descarté, recomienda no llevar más de un diez por ciento de tu peso en la mochila para resistir.

-Claro… Deberías llevar dos cantimploras si los pueblos están alejados y pasas la noche lejos de ellos, Lucius.

-Claro, claro… Voy a anotarlo, y también el lubricante.

Sacó un bolígrafo del bolsito y lo hizo.

-Quizá el té debería llevarlo de aquí también, en España no son muy de té.

-Cierto.

-Llevar una buena cantidad y después buscarlo cuando pase por las ciudades, en los pueblos no van a tener.

-Cierto, en España son de café. Pides agua caliente y le echas tú la bolsita.

-Claro, claro… El inglés excéntrico, voy a ser la atracción cuando llegue a los pueblos.

-Por supuesto.

Rieron.

-Verás cómo te tratan genial cuando les hables en su idioma y les cuentes lo que estás haciendo. En España son muy religiosos y quizá muchos no hayan oído hablar del Camino de Santiago. Van a ayudarte mucho, quizá hasta te ofrezcan sus casas para dormir.

-Bueno… Prefiero dormir bajo las estrellas, nunca lo he hecho, y los cielos de España, de la España interior, deben ser espectaculares, tan seca.

-Cierto, cierto…

-Lo voy a pasar de muerte.

-Qué envidia me estás dando, Lucius. Lo dejaría todo por ir contigo.

-Hazlo.

-No puedo fallar al contrato, podrían denunciarme.

-Buf…

-Una pena, cuando lo hagamos juntos ya será la segunda vez para ti, no lo vivirás igual.

-Cierto. Pero te digo una cosa, prefiero hacerlo solo, mucho tiempo conmigo mismo para reflexionar mientras camino y no tener la distracción del sexo, Snape, un viaje interior a lo más profundo de mi alma.

-Desde luego.

-Te sigo contando más cosas que he planificado. ¿Cómo escribirte? Voy a llevar cuadernos y sobres desde aquí, de los de mandar por avión para que te lleguen cuanto antes. Los sellos tendré que comprarlos en cada país por el que pase.

-Claro, claro…

-Y cuando agote los sobres o los cuadernos comprar más en las ciudades. También le escribiré a Narcissa de vez en cuando.

-Desde luego.

-Y pilas para la linterna, si escribo de noche voy a necesitarla.

-Claro que sí.

-Más cosas, ¿cómo desplazarme? En barco de Dover a Calais y después en tren o autobús hasta el punto de partida, también para ver el paisaje. No voy a coger un avión para ir tan cerca, y me apetece más un viaje por mar y tierra, no he subido nunca a un barco y ya voy a hacer en avión el de vuelta.

-Claro que sí. ¿Has estado en Dover?

-No.

-Entonces vas a alucinar, es espectacular desde tierra, desde el mar debe ser impresionante. No te cuento más para que alucines cuando lo veas.

-Ya sé qué más voy a comprar. Una cámara de fotos.

-Claro que sí. ¿Mágica o muggle?

-Muggle, Snape, sin magia, artefacto extraño para los muggles a quienes les pida que me hagan fotos. Si encuentro algún brujo por el camino y tiene cámara mágica, que me haga alguna y me la mande.

Lucius anotó.

-Está bien, está bien…

-Te sigo contando, eso lo contrataré en una agencia de viajes desde ya, porque son fechas problemáticas. Aunque mejor salir a finales de junio que a principios de julio por quienes cogen vacaciones ese mes. Y así de paso me explican cómo llegar hasta Dover desde Londres y cómo desplazarme hasta el punto de partida que elija, que deberá ser una ciudad, la primera noche tendré que pasarla en una pensión si he viajado durante todo el día.

-Claro, claro…

-Por suerte en Holanda o Bélgica, principio del viaje, donde todavía andaré pez, hay mucha gente que habla inglés.

-Cierto.

-En Francia también aprenden inglés en el colegio, ¿eh?

-Cierto. En España no, aprenden francés.

-Pero español ya me enseñas tú, estoy cubierto. Más cosas, la ciudad donde tocas en Francia no cae en ninguna de las rutas, deberé desviarme y retomarla más adelante. Si no llego a tiempo porque se me complica la cosa o no he calculado bien me desplazaré en transporte público.

-Muy bien, Lucius.

-La ruta que retomaré es ésta, te la enseño. No va a parar a la ruta más popular sino a una que cae más al este en los Pirineos, el puerto de Somport, no el de Roncesvalles.

-A ver, a ver…

Lucius hojeó el libro y se lo mostró.

-Vale, tienes una ruta más corta por Francia y más larga por España.

-Más larga e interesante, pasa por lugares naturales y arquitectónicos muy interesantes que la otra no pasa. Canfranc, estación de tren modernista; Jaca, pequeña ciudad con mucha historia; a partir de allí recorre un buen tramo al pie de los Pirineos, a la vista de ellos; puedo desviarme a San Juan de la Peña, que es un monasterio románico excavado en la roca, y a otro, el monasterio de Leire, donde los monjes dan alojamiento a los peregrinos y quizá quedarme un par de días allí descansando justo a la mitad del viaje. Después Puente la Reina, también con arquitectura espectacular, y las hoces del río Irati, de paisaje alucinante. Justo antes de juntarse con la ruta que viene de Roncesvalles en la segunda Puente la Reina hay un lugar muy especial, la ermita de Santa María de Eunate, una ermita templaria de forma octogonal. Ideal para quedarme a dormir allí, queda a dos millas del pueblo para ir a desayunar.

-Qué envidia me estás dando, Lucius… Deberás acostumbrarte a pensar en kilómetros.

-¿Cuántas millas son un kilómetro?

-Cero coma seis millas. Mejor pensar que dos millas son tres kilómetros y pico.

-Vale, vale… También voy a armarme un follón con los precios de las cosas, tantas monedas diferentes a lo largo del viaje. Me engañarán, ya verás.

-Cierto. Aunque en Holanda, Bélgica y Francia no lo creo, y en España, aunque te engañen te seguirá resultando todo muy barato, España tiene un nivel de vida mucho menor que el nuestro. No hagas ostentación y no lo harán.

-Claro que no, voy a ir con lo puesto, con toda mi vida cargada a los hombros. Te sigo contando. Al hacer esta ruta me pierdo una ciudad interesante, Pamplona, pero prefiero pasar por el mínimo de ciudades, en los pueblos grandes también tendré servicios.

-Claro, claro…

-Ciudades, complicadas para atravesarlas y quedarse a dormir cerca. Quizá en alguna, si quiero tomarme tiempo para visitar su arquitectura deba quedarme a dormir.

-Claro que sí, hazlo, Lucius.

-Voy a buscar guías de viaje durante este tiempo que me queda para no perderme nada interesante, guías más detalladas.

-Desde luego.

-Y algo más en las ciudades, el dinero. No puedo llevar encima todo el dinero que voy a necesitar desde el comienzo del viaje, imagina que me roban.

-Cierto, cierto…

-He de abrir una cuenta en un banco internacional que tenga sucursales en las ciudades de la ruta, preguntaré también en la agencia de viajes.

-Claro que sí. ¿Tienes documentación muggle?

-Tengo, me la hice en cuanto entré en contacto con los padres de Lauren por lo que pudiera pasar.

-Estupendo. Yo voy a hacerme con mi nombre real también ahora que ya no corro peligro, no quiero seguir usando el nombre y el pasaporte falsos.

-Pero guárdalo por si las moscas, ¿eh?

-Claro que sí.

-Te sigo contando. Una vez pase Burgos, como ya sabré a ciencia cierta a qué ritmo camino y cuántos días me quedan, sabré si llego a tiempo a Finisterre. Si no llego me saltaré parte de la meseta española en tren o autobús, son muchos días seguidos del mismo paisaje.

-Claro…

-Entre Burgos y León, parando en los pueblos más interesantes para no perdérmelos.

-Estupendo.

-Del transporte también me enteraré en las ciudades.

-Muy bien. También puedes hacer auto-stop.

-¿Qué es eso?

-Parar a los coches que pasan por la carretera para que te paren y te lleven haciendo este gesto.

Se lo mostró.

-Vaya… claro… ¿Cómo sabes eso?

-Por las películas. Si partes de una ciudad sales a las afueras y también de los pueblos en la dirección que quieras desplazarte, colocándote en un lugar donde puedan parar con una mínima seguridad. Así no tienes que esperar el transporte público, perderías mucho tiempo entre un pueblo y otro, no debe haber mucho servicio. Si mientras haces auto-stop se hace la hora de coger el autobús o el tren sin que te hayan parado, vuelves al pueblo y lo coges.

-Claro…

-Y si hay una estación de servicio, una gasolinera, mejor todavía. Hablas directamente con los coches que paren a repostar, puedes ofrecerles pagarles algo por llevarte.

-Claro que sí, qué buena idea.

-No montes con alguien de quien desconfíes, ¿eh? También es un riesgo, si fueras mujer no te lo habría propuesto.

-Claro, claro que no.

-Pero confío en que tú sabrás captar si puedes confiar o no en la gente al instante.

-Sabré hacerlo.

-Continúa, anda.

-Cuando llegue a Santiago me enteraré bien de cómo volver allí desde Finisterre, porque es muy remoto y en este libro no viene ninguna información, ni siquiera a qué distancia está.

-Pregunta también en la agencia de viajes para hacerte una idea si son dos, tres días o más y poder planificar.

-Pues sí, porque el billete de avión desde Santiago a Londres también quiero cogerlo ya. Por suerte el aeropuerto de Santiago es internacional, pero no dice si hay vuelos a Londres todos los días.

-Claro…

-He de estar de vuelta antes del veintidós de agosto, que es lunes. Los fines de semana habrá vuelos para la gente que hace escapadas de dos o tres días. Pero es mejor no volver el mismo domingo, mejor viernes o sábado para estar descansado, pienso que cuando termine el viaje voy a estar reventado.

-Cierto, cierto… Cuidaré de ti, Lucius, no asumiré ningún compromiso esos días, con nadie, te daré muchos masajes.

-Wooow… maravilloso.

-En todo el cuerpo.

-Sobre todo en la espalda y los pies.

-Claro que sí. Además, como Hogwarts estará vacío podremos disfrutar de la Sala de Menesteres, verás, haremos la Unión al aire libre, como ha de hacerse.

-Claro que sí, luna creciente, por la tarde-noche, que esté alta en el cielo.

-Veremos la puesta de sol desde el cabo como la habrás visto tú en Finisterre, y nos lo haremos en la playa, con una hoguera, mientras cae la noche.

-Maravilloso, bésame…