Planes de fiesta

La mañana siguiente, viernes, desayunaron los tres, Lucius, Narcissa y Sev, leyendo El Profeta, con nuevas detenciones de Mortífagos en primera plana.

-Muy bien, ocho de ocho de nuevo, esto marcha viento en popa – dijo Sev.

-Esta noche volveré a llamarlos para asegurarme de que no saben nada y recordarles que no deben salir de noche, les meteré miedo con la policía muggle – dijo Lucius – Ya los mandé bien lejos de Diagon para que no se les pase por la cabeza pasarse por allí, se perderían, milagro fue que llegaran todos hasta las pensiones.

-Cierto.

-Mira en el interior, a ver si pone algo sobre las declaraciones – dijo Narcissa.

-Es temprano para eso, Narcissa, secreto de sumario – dijo Lucius.

-Ayer no salió nada – dijo Sev.

-Pero quizá algún juez del caso se haya dejado sobornar por los periodistas para hablar del tema – dijo Narcissa.

-Tienes toda la razón, Narcissa – dijo Lucius – Ya busco yo.

Lucius tomó el diario y lo ojeó.

-Bingo, aquí está - leyó - Que yo he salido libre y que tu querida hermanita va de cabeza a Azkabán, cadena perpetua por crímenes de sangre de los que se ha auto-inculpado.

-Vaya tela… qué loca está… - rio Sev.

-¡Vaya triunfo, Snape! Ella sola ha firmado su propia sentencia, dice que declaró que no deseaba vivir más en un mundo del que Voldemort hubiera desaparecido.

-Buf… estaba enamorada de él.

-Hasta las trancas, Snape, hasta las trancas.

-Qué fuerte.

-Ya dicen Voldemort en El Profeta, ya no lo llaman Quien-Tú-Sabes.

-Buaaah… eso sí que es un notición.

-Van a comenzar las celebraciones, verás, este fin de semana.

-Claro… La gente ya cree que sea real que ha desaparecido.

-Ve esta tarde-noche hasta Diagon, báñate en multitudes tú que puedes.

-Cierto…

-Llevas más de un año trabajándotelo, lo mereces.

-Cierto, pero quizá el viejo quiera que toquemos en el colegio.

-Snape, vive a tope, en el colegio ya has tocado muchas veces. Gánate a la comunidad mágica que está esperando conocerte como agua de mayo. Es fundamental para tu futuro, para todo lo que deseas hacer en el futuro, los libros, dar a conocer la magia, todo.

-Está bien, voy a hacerlo, claro que sí.

-Así me gusta, mañana estará tu fotografía en primera plana, la caza de Mortífagos ya aburre.

-Claro. Busca el anuncio del Ministerio sobre el Fondo para la Reparación, Lucius.

-Estaba en primera plana también, Snape, ¿no lo has visto?

-No.

-Pues mira, mira. Fondo para la Reparación de los Estragos de la Guerra Mágica Severus Snape Prince, aportación del titular, cinco mil galeones.

-Buaaah… cinco mil galeones es un dineral…

-Ya te digo que lo es. Mucha gente va a verse motivada esta misma tarde a aportar, y más si te ven allí y hablas con ellos.

-Y también dice que se buscan ofertas de trabajo para las viudas de los Mortífagos, que se acuda al Ministerio a ofertarlas.

-Claro que sí, Snape, todo. ¿Pediste tú que usaran de nuevo tu primer apellido?

-Sí, Lucius, por ti, porque me llamas así.

-Wooow… me emocionas, mi amor, bésame, anda…

-Vaya… delante de Narcissa.

-Claro que sí, ya va siendo hora.

Se besaron.

-Pero si esta noche voy a Diagon de fiesta no voy a verte.

-Estaremos mañana por la tarde, que es sábado, nuestros sábados. Iremos a luchar a la cueva y después vendremos aquí a seguir luchando de otro modo.

-Vale, Lucius, vale…

Sev fue a sus clases de la mañana, en las que no se vinculó con nadie, pero en el almuerzo lo hizo toda su familia con él.

-¡Cinco mil galeones, Prince! – exclamó Valerie – Aportados por ti. ¿De qué?

-La recompensa económica que quería darme el ministro.

-Claro…

-Esta tarde-noche vamos todos a Diagon a celebrarlo, van a comenzar las celebraciones. El Profeta ya llama a Voldemort por su nombre.

-Buaaah… la que vamos a liar... ¿Podemos contar que hemos participado en la caza?

-Por supuesto.

-Buaaah… vamos a ser héroes.

-Ya te digo. Ya no estás tan afectada, ¿verdad?

-No, porque con el Fondo vamos a arreglarle la vida a las familias. Yo también aportaré algo ya que nos va tan bien con Sly Snake, puedo permitírmelo.

-Claro que sí, Valerie.

-Y así me siento un poco mejor conmigo misma, y si puedo evitarlo no gastaré en psicólogo.

-Estupendo.

-Deborah, tú también debes hacerlo, también mataste.

-Valerie… - dijo Deborah, hastiada.

-¡Prince ha aportado cinco mil galeones, habría tenido la vida resuelta, quien más lo merecía! – de viva voz, muy enojada.

-Buf…

-Prince, dile algo.

-Yo no soy quien debe decir nada a nadie, allá cada uno con su conciencia – respondió él.

-Jack, ¿tú vas a aportar?

-Desde luego, yo también maté, y aunque no lo hubiera hecho – respondió Jack.

-Bravo, Jack. Sirius, ¿tú vas a aportar?

-Por supuesto, estoy ganando dinero a espuertas y ya no va a haber guerra – respondió Sirius.

-¿Potter va a aportar? ¿Has hablado con él?

-Claro que va a hacerlo, James asume toda iniciativa de Sev como propia.

-Lauren, ¿tú vas a aportar?

-Desde luego, yo podría haberme visto en esa contingencia si mis padres hubieran sido Mortífagos en lugar de simpatizantes – respondió Lauren.

-Deborah, eres la única ricachona de la familia que no quiere ceder.

-Valerie, déjame en paz... – se quejó Deborah.

-Entonces tú no vienes a celebrar, no lo mereces, si viene hacedle todos el vacío. Luego presumirá de que mató un Mortífago, el más fácil, el que vivía solo. Te vas a quedar sin Paul, Deborah, cuando se lo cuente, ya quedó bien calentito la otra noche por cómo trataste a Malfoy y su esposa siendo que Prince nos había dicho que los tratáramos bien. Y ya has visto que Malfoy ha salido libre, no tiene crímenes de sangre que le imputen. Son personas, Deborah, ¿tú qué sabes en qué te habrías convertido si hubieras nacido en una familia así? Antes decías que te ponía de Prince que hubiera podido llegar a convertirse en Mortífago.

-Buf…

-Olvídate de mí también, Deborah – dijo Sirius – Incluso aunque cambies de opinión, no sabía que habías tratado mal a mi prima.

-Buf…

-¡Bravo, Sirius! – exclamó Valerie - Vas a quedarte sola, que es lo que mereces, se te acaba el colegio y se te acabaron los amantes.

-Buf…

-Estás muy poco espabilada, Deborah, más pistas no pueden darte. Has tenido tiempo desde el sábado pasado, cuando Prince le dedicó el concierto, de caer en la cuenta. ¿Quién era ese héroe libertador que iba a jugarse la vida esa misma noche? ¿Crees que Voldemort ha desaparecido así como así, sin más? ¿Quién estaba en posición de cargárselo? - y de viva voz, con rabia - ¡Malfoy! - y de nuevo vinculada - ¡Malfoy es el héroe en la sombra, el espía y brazo ejecutor, y Prince es su luz al final del túnel, el libro que va a escribir! ¡Cuando lo publique se te caerá la cara de vergüenza, Deborah!

-Claro…

-Boba, boba, boba… - con profundo desprecio - Todo el mundo en el Club 100 cayó en la cuenta excepto tú. Milagro es que todavía estemos vinculados contigo, estoy alucinando, el Vínculo contigo de todos nosotros ya debería haberse roto.

-Lo siento mucho…

-¡Tarde! ¡Tarde! ¡Tarde! – de viva voz - Siempre esperas que te pongan las pilas, no nos mereces a ninguno. Desvinculaos todos de ella y que se lo pase sola, que se lleve un buen palo.

Lo hicieron, todos se desvincularon de Deborah. Sev le dijo a Valerie:

-Cariño, no te alteres así, no merece la pena, te va a sentar mal el almuerzo.

-Pues sí, encima eso, pero es que llevo toda la mañana peleándome con ella para que entre en razón. Es muy boba, Prince, y no merece el puesto que tiene, que ha tenido, ni como segunda ni como comandante de comando, no es una buena líder.

-Desde luego que no.

-Por fortuna ya no combatiremos a sus órdenes.

-Cierto.

-¿Quién sabe qué habría sido de nosotros?

-Anda, almuerza tranquila.

-Todavía me va a tocar soportarla dos meses más, pero ya no más, ¿eh, Prince? Cuando terminemos el colegio renuncio, no quiero volver a verla ni en pintura.

-Vale, Valerie, vale… Pues a todos los demás, venid hasta el despacho de Minerva después de clase de la tarde y vamos hasta Diagon a celebrar.

-Estupendo, si vamos contigo vamos a ser la atracción, nos emborrachamos en el Caldero, la liamos gorda.

-Sev, yo he de estar de vuelta a las diez para avisar a los comandos – dijo Sirius.

-Deja que esta noche se encargue Minerva, Sirius – dijo Sev.

-Vale, vale…

-¿Yo puedo ir, Prince? – preguntó Audrey.

-Claro que puedes venir, cariño… Perdona por no haberte hecho caso en toda la semana – dijo Sev.

-Es que acabo de enterarme de lo que pasó en el Club 100, pero ya he atado todos los cabos, ¿eh?

-Claro que sí, Audrey, tú sí que eres espabilada.

-Brother… - le dijo Ariel - ¿Me dejas emborracharme esta noche?

-Haz lo que te venga en gana, es la fiesta del fin de Voldemort, todos merecemos emborracharnos por eso y fuiste tú quien más contribuyó a que saliera del lío en que estaba metido. Es el mejor momento para tu primera borrachera, pero no olvides a Tobías, lo llevamos ambos en los genes.

-Cierto, cierto…

-Que no sea la primera de muchas.

-Vale…

-Mi primera no fue hasta los dieciséis, tú todavía tienes catorce.

-Vale, brother, vale…

-¿Alguna otra duda?

-Sí, hay que avisar a Paul – dijo Valerie.

-Lo llamo por Red Flu en el descanso tras el almuerzo. Que venga a las cuatro al colegio y vamos todos juntos.

-Estupendo.

-¿Alguna otra duda?

Nadie respondió.

-Muy bien, me desvinculo para terminar de almorzar tranquilo.

En el descanso tras el almuerzo Sev llamó por Red Flu a Paul desde su vivienda.

-Paul, soy Prince…

-Vaya… La otra noche no llegué a charlar contigo. ¿Me llamas desde Hogwarts?

-Sí.

-¿Y por qué no has venido directamente? A estas horas estoy solo.

-Claro… Tus padres trabajan los dos.

-Eso, Prince. Anda, ven y estamos un rato hasta que tengas que ir a clase.

-De acuerdo, Paul, allá voy.

-Vale, Prince, vale.

Fue por Red Flu hasta casa de Paul.

-Anda, ven aquí y siéntate, que tenemos mucho de qué hablar.

-Cierto.

Se sentó junto a él en el sofá.

-Así que Malfoy se ha cargado a Voldemort él solito.

-No, lo hizo con ayuda de Narcissa, formaron el escudo.

-¿Te ha contado la historia fidedignamente?

-Sí, pero no vas a entenderlo todo porque hay una parte de la misma que no conoces.

-Vale, vale… Y no hay tiempo de que me lo cuentes, ¿verdad?

-No con todo el detalle que mereces.

-De acuerdo, lo dejamos para otra ocasión entonces, seguimos en orden cronológico, que he comenzado la casa por el tejado. No respondas si no quieres. ¿Te has liado con él?

-Sí, Paul, y voy a serle fiel.

-No me creo nada.

-Pues créelo, va a ser un acto de voluntad y sabes que tengo mucha, mucha voluntad. Él va a dejar a su mujer por mí y estoy enamorado como nunca lo he estado de nadie, y él también.

-Vaya tela…

-Gracias a ti, si no lo hubiera descubierto contigo nunca habría sucedido. Muchas, muchas gracias, Paul.

-Yo te lo preguntaba para saber a qué atenerme contigo.

-Sólo te digo una cosa, nuestro Vínculo de Pareja es más poderoso que el de nuestro trío con Valerie.

-Wooow…

-Y cada vez que nos vinculamos como Comunidad con alguien alucinan con nuestra potencia. El de anoche con Sirius fue el más poderoso de todos los que había realizado, más incluso que los de Pareja.

-Vaya, vaya…

-Somos la mancuerna, Paul, y con un largo pasado común, la Pareja por excelencia.

-Claro que sí. ¿Planeasteis juntos lo de Voldemort?

-Por supuesto.

-Y ya lo sabías en el Club 100 y aun así no nos fallaste.

-Desde luego que no, también para que él nos escuchara tocar por si las cosas salían mal.

-Claro… Aun así, qué valor, Prince.

-Ya te digo. Me moría de ganas de que terminara el concierto y que viniera a verme o ir yo donde él.

-Claro, por eso te marchaste del camerino sin avisar.

-Por eso, Paul. Me vinculé con él y salí a su encuentro en la calle.

-Buf… y allí os despedisteis.

-Sí, fue desgarrador.

-Jo… y no supimos estar a tu lado.

-En absoluto, lo hicisteis genial, sólo quería estar solo.

-Eso nos dijo Sirius, por eso te dejamos en paz toda la noche.

-¿Qué tal con los Clash?

-¿Nadie te ha contado?

-No, no le he preguntado a nadie y me han dejado en paz.

-De muerte, Prince, de muerte, la que te perdiste. Los llevamos a King's Cross y dos de ellos se estamparon contra la pared. El único que pasó indemne fue Paul, el bajista.

-Vaya…

Rieron.

-Qué risas, te lo muestro.

-Vale, vale…

Paul se lo mostró, rieron un montón.

-Son geniales, ya nos han enchufado en diez salas de concierto en Reino Unido este verano.

-Wooow…

-Nos vamos a hacer de oro.

-Estupendo.

-Ahora falta cuadrar las fechas contigo, cuanto antes. Gracias a Malfoy y que no tenemos guerra vamos a poder hacerlo.

-Yo quiero vacaciones desde el veintiuno de agosto, para estar con él.

-Muy bien, como soy yo quien más tiempo tiene ya me encargo de hablar con Sophie y que nos las ponga cuando tú tengas hueco respetando también esas fechas, claro.

-Estupendo.

-Sigamos en orden cronológico.

-No, espera. Con Hipólita, ¿qué tal?

-Los tres enamorados de ella, diciéndole que se separe de ti y dé conciertos sola con la guitarra.

-Vaya…

-Nosotros también alucinamos, ¿eh? Nunca la habíamos escuchado cantar sola acompañándose ella misma. Lo hace genial, incluso la bossa nova la toca con su ritmo. Toca muy, muy bien, muchas horas le ha metido.

-Cierto, aprovechando cuando la dejaba sola en mis locuras sexuales.

-Nunca dejes a Hipólita como pareja artística, Prince, es muy talentosa y trabajadora.

-Claro que no. Sigamos.

-Operación del martes. Voy a dejar a Deborah definitivamente, Prince.

-Ya sé lo que pasó, me lo contó Lucius, y hoy en el almuerzo Valerie ha sacado el tema a raíz de la noticia del Fondo para la Reparación de los Estragos de la Guerra.

-¿Qué ha pasado? Que no quería aportar dinero, ¿verdad?

-Eso.

-Buf… que le den por saco, no quiero más malos rollos en mi vida. Por el momento tengo a Valerie y ya me buscaré un chico.

-Haces muy bien, Paul. Que esté limpio, ¿eh? Pídele pruebas.

-Con condón, Prince, los homosexuales son muy promiscuos y no puedo esperar sinceridad de cualquiera como la tenemos entre nosotros.

-Cierto.

-Sin problema, siendo músico voy a tener donde elegir.

-Desde luego.

-Y si lo engancho y decidimos sernos fieles ya nos haremos las pruebas.

-Claro que sí.

-Sobre lo del Fondo he tenido una idea si a ti, que ya has perdido la recompensa del Ministerio por aportarla, no te importa.

-Di, Paul.

-Que donemos la recaudación completa de uno de los conciertos que demos en verano.

-Claro… Claro que me parece bien.

-Y lo anunciamos al público.

-Desde luego, contamos la historia.

-Estaría bien componer una canción sobre eso antes del verano para poder tocarla en ese concierto.

-Por supuesto.

-Voy a hacerla con Valerie, que ambos lo sufrimos de forma parecida, ella más porque lo suyo fue más trágico, pero yo también lo pasé mal, en lo suyo y en lo mío.

-Tendremos psicólogos, Paul, si los necesitas.

-Pienso que puedo canalizarlo bien a través de la música.

-Si necesitáis una mano para ponerle música a la letra me lo decís.

-Desde luego. Último tema urgente.

-Penúltimo.

-La planta baja que íbamos a alquilar, ya no vamos a usarlo contigo, ya no lo necesitamos tan grande.

-Buf… no sé… ¿Y cuando venga a ensayar el próximo año?

-Si estás con Malfoy irás con él a dormir.

-Claro, claro…

-Y yo a Valerie la traigo aquí sin problema, en mi dormitorio cabe una cama de dos, no de tres.

-Claro, claro…

-Lo digo para que vayas pensándolo. Hay tiempo, ¿eh? Hasta junio hay tiempo.

-Cierto.

-Piénsalo con calma y si no te decides lo cogemos aunque sea para que tengas donde dormir solo. Yo podré llevar también a mis ligues de una noche.

-Vale, Paul.

-Nos lo podemos permitir.

-Estupendo.

-¿Último tema urgente?

-Esta tarde vamos todos, excepto Deborah, a celebrar a Diagon la caída de Voldemort.

-Claro… Ya iba siendo hora de que comenzaran las celebraciones.

-La gente ha esperado al fin de semana.

-O no, no lo sabemos, ninguno hemos estado.

-Claro, claro…

-Pienso que ya debe haber habido jarana estos días, desde el miércoles que se supo que habíamos pillado a la mayoría e incluso desde el martes que salió la desaparición en El Profeta, al menos por la tarde.

-Desde luego.

-Pero lo que dices tú, hoy habrá mucha más gente y desde más temprano.

-Hemos quedado a las cuatro en el despacho de Minerva.

-Estupendo, allí estaré, hasta entonces voy a echarme la siesta. Hoy no me tumba nadie, voy a cerrar el Caldero, cogemos habitaciones y dormimos allí, que nos metan en la cama cuando caigamos.

-Maravilloso, me apunto.

-¡Choca ésa!

Chocaron las manos.