Desnudarse

Llegaron toda la familia a Diagon por Red Flu, el callejón estaba desconocido, lleno de gente paseando. Sev lideró:

-Lo primero, a reservar habitaciones al Caldero para todos los que queramos quedarnos, vamos.

Fueron precedidos por él, en cuanto entraron en el Caldero Chorreante la gente que lo llenaba lo aclamó:

-¡Snape! ¡Ha venido! ¡Por fin!

-Buf… - dijo Lauren – Ya reservamos nosotros, Severus. Para ti una para ti solo, ¿no?

-Eso – respondió él.

Las brujas y brujos se acercaban a abrazarlo.

-Nos has librado de la amenaza… Qué bien lo has hecho, Snape… Pasarás a la historia… El aspirante a Mortífago que venció a los Mortífagos… Qué historia, qué historia la tuya…

"Vaya… Ya tienen asumido que fui aspirante a Mortífago porque creyeron todo lo que salió en El Profeta desde el principio, qué bueno. Y aun así me aman, aceptarán también a Lucius."

Cuando terminó de abrazarlo toda la gente que lo rodeaba, la totalidad de los parroquianos del Caldero Chorreante, le dijeron:

-Has de hablar para todos, ¿quieres aquí o en el callejón?

-Aquí, aquí, quiero beber – respondió él.

-¡Claro que sí! ¿Qué quieres?

-Quiero whiskey muggle del bueno.

-Eso está hecho, que Tom vaya por él ya mismo. ¿Una botella te llegará?

-Desde luego, porque lo multiplico.

-Ya voy yo a pedírsela a Tom, no empieces sin mí.

Algunos habían subido una silla a una mesa que estaba en un extremo.

-Aquí, Snape, aquí.

-Buf… no…

-Sí, sí, que se te escuche bien. Cuando estés un poco más caliente y haya más gente en el callejón vamos a sacarte a hombros.

-Ni hablar.

-No puedes negarnos la fiesta, llevamos siete años esperándola y un año deseando conocerte, hoy te debes a nosotros.

-Está bien…

-Buf… no te imaginábamos así, ¿eh? Tan apocado. ¿Qué esperabas viniendo aquí hoy precisamente, viernes? A la mayoría nos han dado fiesta en el trabajo esta tarde para que viniéramos a celebrarlo, incluso el Ministerio ha cerrado.

-Vaya…

-Desde luego, es la fiesta de la década, nos has librado de la guerra. Levanta ese ánimo y créetelo, vamos a vivirla hasta la madrugada. Nos quedan doce horas por delante, Snape, bebe despacio.

-Está bien, allá voy, ya me lo creo.

Se subió a la mesa y se sentó en la silla, los codos en las rodillas, las manos juntas al frente.

-¿Ya ha vuelto quien ha ido a pedir el whiskey?

-Sí, Snape, te escucho. ¡Guardad silencio todos, de lo contrario se quedará sin voz en un rato y queremos pasar horas escuchándolo!

-Conozco un hechizo para amplificar la voz, puedo utilizarlo.

-No, no, si se callan se te escucha bien, qué desagradable un altavoz. ¡A callar!

Silencio absoluto.

-Muy bien, ¿qué queréis que os cuente?

-Lo primero, sácanos de una duda para que resolvamos apuestas que tenemos pendientes desde hace casi un año ya – dijo un brujo - ¿Es cierto eso que El Profeta decía de ti, que sabías más maleficios en primero que los alumnos de séptimo?

-Absolutamente cierto.

-¡Toma! ¡Os gané a todos! ¡A pagar!

-¿Quién fue el bobo que apostó a la contra? Era obvio que si quería ser Mortífago sabría maleficios – dijo otro brujo.

-No tan obvio, mis otros compañeros aspirantes apenas aprendieron algunos en cuarto año – dijo Sev.

-Ah, ¿sí?

-Desde luego, eran unos ineptos.

-Vaya… De cualquier modo deberíais haber cancelado la apuesta con lo que ha ocurrido esta semana. ¿Quién si no él ha enseñado a matar al Ejército de Hogwarts? Un tercio de los Mortífagos muerto en una sola noche. Di, Snape, los enseñaste tú, ¿verdad?

-A los Aurores no, a ellos los enseñan en la Academia.

-Bueno, bueno… ¿Qué porcentaje de Aurores había?

-Algo así como un veinte por ciento.

-¡Lo que os decía! ¡Los enseñó él! Cuéntanos cómo lo hiciste.

-¡Eh! Por partes, por partes – el que le había preguntado por los maleficios – Primero que nos cuente cómo aprendió tantos maleficios.

-Empieza por donde quieras, Snape.

-Pues sí, mejor por partes, os cuento cómo aprendí los maleficios y después cómo los he enseñado, no comencemos la casa por el tejado – dijo Sev.

-Dale, dale, todo es interesante. Nosotros nunca aprenderemos, por suerte o por desgracia.

-En primer año espié a Pince, la bibliotecaria del colegio, para descubrir el hechizo que protegía los libros de la Sección Prohibida y su contra-hechizo. Desde entonces he sacado de allí todos los libros que se me ha antojado.

-Vaya… ¿Y se dan cuenta de que faltan y no lo cambian?

-Sí.

-Qué bobos…

-Ya te digo.

-¿Y qué te empujó a hacerlo? ¿Ya querías ser Mortífago en primer año?

-No, lo hice por defenderme de cuatro chicos Gryff de mi año que me acosaban.

-¿Qué dices?

-Lo que oyes.

-¿Acoso escolar?

-Sí, cuatro contra uno.

-¿Y eran Gryff? Qué cobardes…

-Pues sí, lo eran pero han cambiado, ahora son mis amigos.

-¿Los perdonaste?

-Desde luego, uno de ellos me ha otorgado un buen trabajo de por vida, y está aquí con nosotros, Sirius Black.

-Vaya… claro… Gryff de tu año… El nombre de la Cátedra.

-Eso, por eso debéis perdonarlo también vosotros, eran chiquilladas.

-Lo hacemos, lo hacemos. Entonces, ¿practicabas los maleficios con ellos?

-Sí, pero nunca hiriéndoles de gravedad, sólo maleficios inofensivos, graciosos, mientras que ellos, con hechizos defensivos, me hacían daño bastante a menudo.

-Vaya…

-Acabé muchas veces en la enfermería, la última justo día y medio antes del follón, hace un año, con el brazo derecho, el de luchar, roto.

-Y aun así estuviste luchando toda la mañana para instruir al Ejército.

-Pues sí. Qué buena memoria tienes.

-Porque guardo todos los recortes sobre ti y vuelvo a leerlos de vez en cuando. Muchos de aquí lo hacemos, has sido nuestra esperanza, Snape.

-Cómo me alegra oír eso.

-Y por fin te tenemos entre nosotros, nos estás haciendo muy felices.

-Y vosotros a mí.

-Qué mirada más limpia tienes – dijo una bruja – Eres muy buena persona, Snape.

-Claro que lo es – dijo otra bruja - ¿Lo dudabas?

-En absoluto, y menos todavía con lo que acaba de contarnos, pudiendo vengarse de sus acosadores los perdonó. Sigue contándonos, anda. Si no usabas maleficios peligrosos contra ellos, ¿cómo aprendiste a matar?

-En tercer año recorrí entero el Bosque Prohibido y descubrí, en invierno, el nido de las acromántulas.

-¿Qué son las acromántulas?

-Unas arañas gigantes que viven allí, en comunidad, carnívoras, pueden incluso devorar personas.

-Buf… qué peligro…

-Ya te digo, si lo hubiera descubierto en otra época del año no lo cuento, tuve la suerte de que en invierno están aletargadas con el frío.

-Vaya tela…

-Me subía a los árboles cercanos, las sacaba del nido una por una con Imperius, les lanzaba Crucios y me las cargaba con maleficios asesinos. Después las eliminaba con Reducto.

-¡Con trece años!

-No, con catorce recién cumplidos.

-Estoy alucinando, todos lo estamos haciendo por dos muy buenas razones. Tu valor y el hecho de que fueras capaz de matar con apenas catorce años.

-Cierto.

-Hemos comenzado la casa por el tejado. ¿Cómo eras capaz de matar con catorce años? ¿Rabia acumulada contra tus acosadores?

-No sólo eso, también fui un niño maltratado.

-Cuéntanos, cuéntanos…

-Soy mestizo, hijo de bruja y muggle

Les contó la historia de su infancia incluido lo de su hermano. Mientras tanto le llevaron el whiskey y entró mucha más gente al Caldero, de modo que ya no cabía un alfiler. Alguien hizo desaparecer todas las mesas y las sillas excepto en las que estaba él para que cupiera cuanta más gente mejor. Incluso vio a dos tomando notas, dos periodistas de El Profeta. No lo interrumpieron, cuando terminó, muchos lloraban, la bruja que había hablado dijo:

-Vaya tela, Snape… Cuánto nos toca sufrir a los brujos todavía por serlo, siendo que nuestra vida debería ser más fácil que la de los muggles. Hay que ponerle remedio.

-Es lo que pretendo hacer en un futuro, dar a conocer la magia a los muggles para que no debamos escondernos más. Colaborar con ellos y ayudarlos para que nos acepten, la sociedad ha cambiado, pienso que ahora ya no nos perseguirían como lo hacían hace siglos.

-¿Y cómo piensas hacerlo?

-Estoy haciéndome una fama en el mundo muggle como músico, como componente de un grupo que tocamos en Hogwarts, Sly Snake, y también en solitario. Cuando sea lo suficientemente famoso publicaré un libro que ya estoy escribiendo sobre la guerra mágica para que lo lean los muggles como novela de ficción y vayan acostumbrándose a la magia.

-No dejas de sorprendernos, Snape. ¿Músico también? ¿Cuándo tienes tiempo?

-Organizándome tengo tiempo para todo.

-El Ministerio nunca te dejará publicar ese libro - dijo un brujo.

-Lo harán, ayer mismo estuve hablando con el ministro, me propuso ser ministro de magia.

-Vaya… Se nos acumulan los temas, ¿eh?

-Cierto.

-Lo mejor será que continúes contándonos toda tu vida, lo que consideres conveniente, claro, desde el punto donde lo has dejado. Es un placer escucharte, Snape, hablas muy bien siendo muy joven, también será un placer leer ese libro. No debería ser únicamente sobre la guerra mágica, si no tu biografía al completo, deberías escribirla también. Todos, toda la comunidad mágica compraremos los libros. Cuéntanos toda tu vida, por favor.

-¿Estáis todos de acuerdo?

-¡Sí!

-Me va a llevar horas, y en ese caso voy a necesitar agua, no sólo whiskey.

-¡Agua para Snape, Tom! - dijo el brujo que le había pedido el whiskey - ¿Fresca?

-Sí, y hielo para el whiskey.

-Ya lo has oído, Tom. Esperamos que te lo traiga para que comiences.

-Estupendo.

-¡Tomad buena nota los periodistas de El Profeta y esta noche no cambiéis un ápice lo que cuente! ¡Si decís mañana una sola mentira no os compramos más, nos borramos de las suscripciones, esta vez somos muchos testigos y vamos a correr la voz! ¡Os hundiremos el negocio!

-Tranquilos, no lo haremos, y si nos cuenta toda su vida no podremos publicarla en un solo número ni mañana mismo, sacaremos una edición especial el domingo dedicada sólo a eso – dijo uno de los periodistas.

-¡Para hacernos pagar más, comprar el diario y la edición especial!

-No, no, será gratuita.

-Así me gusta.

-Tengo una idea – dijo Sev – Vuelvo a comenzar desde el principio y lo anoto todo al dictado verbal, así no tienen que anotar mientras escuchan y pueden publicarlo tal cual.

-¡Eso, eso! ¡Tu estilo es mucho mejor que el de El Profeta, y así no le cambian ni una coma! Luego haces copias con magia y nos las pasas a todos para que podamos comparar lo que has dicho con lo que publiquen.

-Estupendo, así lo haremos.

-Van a estar bien controladitos y van a ofrecerte ser periodista también.

-Vaya…

Sev convocó un cuaderno pequeño y un bolígrafo y poco después le trajeron una jarra llena de agua fresca y una cubitera llena de hielo. Bebió agua, se sirvió otro whiskey y comenzó a contar su vida entera. Sólo se ahorró la parte de los Horrocruxes y todo lo referido a Lucius. Le llevó horas, mientras tanto le llevaron también algo de comer. Cuando terminó, esta vez también sin ser interrumpido, había escrito casi dos cuadernos completos.

-Buf… no me hagáis hablar más… - les pidió.

-Claro que no, todavía tienes que hacernos las copias, a ver cómo apañas con dos cuadernos.

-Mi familia me ayuda.

-Claro que sí – dijo Lauren.

-Pero hemos de quedar otro día, cuando la conozcamos de memoria y recordemos todo para debatir sobre ella – dijo un brujo.

-De acuerdo, lo haremos, el próximo viernes como hoy.

-Tenemos concierto de Sly Snake en el colegio, Prince – dijo Valerie.

-Lo retrasamos a la semana siguiente.

-Vale, vale…

-Vamos a organizarnos para copiar lo cuadernos y repartirlos.

-Claro que sí, pásanoslos y ya lo hacemos nosotros, descansa un rato. ¿Quieres ir a tu dormitorio?

-Sí, un rato de tranquilidad.

Sev bajó de la mesa, les pasó los cuadernos y Valerie lo acompañó hasta su dormitorio en el piso alto. De camino le dijo:

-Habitaciones gratis, Prince, para todos, por haber venido contigo. Y Tom no ha querido cobrarnos nada de lo que hemos tomado, ya va a hacer el agosto con todos los demás.

-Wow…

-Claro, Prince, tu tirón, lo merecemos.

-Claro que sí, cómo me alegro.

Tomó otro whisky en el dormitorio, tranquilo, reflexionando sobre lo que acababa de hacer, contar su vida casi al completo a mucha gente, y sabiendo que dos días después la conocería todo el mundo mágico.

Acababa de desnudarse ante miles de personas, una preparación para lo que vendría cuando publicara sus libros en el mundo muggle, que lo haría ante millones. Ya había abierto el camino, pues sabía que todos lo aceptarían sin cuestionarlo, al igual que ya lo habían hecho los brujos. Media hora después bajó, lo esperaban al pie de las escaleras.

-¿Estás preparado para la fiesta o quieres comer algo más primero? – le preguntó un brujo.

-¿Ya tenéis todos los cuadernos?

-Todos no, somos demasiados, pero sí los suficientes como para que no cambien una coma sin que todos los demás nos enteremos. Ya hemos quedado que el domingo volvemos todos aquí para hablar del tema cuando ya haya salido la edición especial del Profeta y hayamos tenido tiempo de leer y comparar.

-Estupendo.

-¿Quieres comer algo más? Aviso que ahora vas a pasar horas a hombros en el callejón, está lleno de gente deseando verte por fin, gente que no ha cabido aquí.

-Vaya…

-Desde luego, lo mereces, ya esta misma noche van a enterarse de tu historia.

-Gracias, gracias…

-Gracias a ti, Snape, por ser como eres, tan humilde al tiempo que único. Como dicen tus amigas, uno entre un millón, todas las brujas y muchos brujos han quedado enamorados de ti, vas a tenerlos a puñados.

-Ahora que ya no los quiero.

-¿Por qué?

-Porque estoy enamorado de uno y sólo uno, algo que no he contado. Cuando saque mis libros os enterareis.

-Vaya… más sorpresas.

-Pues sí, la mayor de todas.

-Esperaremos ansiosos entonces, ya voy a correr la voz sobre eso también para que no se conformen con lo que acabas de contar hoy.

-Claro que no, que no lo hagan, lo de hoy ha sido apenas un resumen, los libros serán más extensos.

-Estupendo. Ve a comer algo, anda, que antes no lo has hecho tranquilo y el alcohol puede sentarte mal.

-Muchas gracias.

Sev se acercó a la barra, donde estaban sus amigos. Les dijo:

-Voy a cenar en condiciones y vosotros también deberíais hacerlo, nos espera una noche muy larga.

-Ya estamos en ello, Prince – le dijo Valerie - Anda, ve a sentarte a la mesa que queda y ya pedimos algo, lo más saludable que tenga, para ti.

-De acuerdo.

Fue a sentarse a la mesa que había quedado con una sola silla encima, la bajó de la misma y se sentó. Nadie lo molestó, al poco rato fue Valerie a llevarle la cena.

-El pobre Tom está volviéndose loco, le ha tocado salir varias veces del Caldero por comida y bebida muggle para poder atender a todos adecuadamente. No contaba con esto, Lauren e Hipólita se han metido a ayudarlo a cocinar, esto te lo han hecho ellas.

-Estupendo.

-¿Sabes quiénes están también? Quizá te apetezca verlos.

-¿Quiénes?

-Andrea y Philip.

-Claro…

-Claro, él ha intentado entrar al Caldero cuando ha cerrado la librería y no ha podido, le han contado que estábamos aquí y ha ido a buscar a Andrea a casa.

-¿Están cenando también?

-Todavía no, acaban de entrar y pedir.

-Entonces que vengan a cenar conmigo.

-Muy bien, te los mando, pero no los esperes. Que no se te enfríe, han antepuesto tu pedido al de los demás.

-Está bien, está bien…

-Convoco dos sillas para ellos.

-Estupendo.

Valerie convocó dos sillas y se marchó. Sev comenzó a cenar, poco después llegaron Andrea y Philip, se sentaron y se vincularon con él.

-Hola…

-Hola, cariño… - le dijo Andrea y lo besó en la mejilla - Qué pena que estuviste en casa y no me pillaste.

-Pues sí, a mí también me dio mucha pena, debí avisarte.

-Claro, bobo…

-Hijo… - le dijo Philip.

Philip también lo besó.

-Nos han contado que también has hablado de nosotros.

-Por descontado, he contado toda mi vida.

-Vas a arreglarme la vida. Estas tardes, desde que el callejón comenzó a llenarse de gente, no ha dejado de entrar gente en la librería, y ahora cuando sepan que fue crucial en la historia voy a tener clientes a puñados intentando descubrir magias nuevas.

-No vendas ningún libro interesante, ¿eh, Philip? Te los compro yo.

-Claro que sí. Ya los tengo reservados en la trastienda a la espera de que tengas tiempo de echarles un vistazo.

-Estupendo. Y voy a arreglártela por algo más, una idea que me ha venido a la cabeza mientras contaba la historia. Mis libros se venderán únicamente en tu librería, todos los brujos los comprarán allí.

-Pero yo no vendo libros nuevos.

-Pero con ésos sí que lo harás, no pienso engordar a Flourish & Bloots. Te la debo desde que te quité el mercado de los libros de segunda mano de Hogwarts.

-Vaya… voy a hacerme de oro.

-Ya te digo, durante años, porque voy a publicar al menos cuatro libros, una trilogía sobre la guerra mágica y mi biografía.

-Estupendo…

-Y con el tiempo también mis composiciones, reunidas como un poemario cuando haya suficientes.

-Maravilloso…

-Nuestros nombres quedarán unidos para siempre. Ya me pondrás en contacto con editoriales para publicar en la mejor.

-Buf… No conozco editoriales mágicas porque no trato directamente con ellas.

-Entonces infórmate en Flourish & Bloots, aprovéchate de la competencia.

-Desde luego, lo haré. Le pediré a mi padre la próxima vez que venga a verme que se quede un rato a cargo de la librería e iré.

-Eso, eso, para tratar con ellos cuanto antes mejor. También quiero que los traduzcan y se vendan en todo el mundo. Tú los venderás por correo al resto de brujos del mundo, tendrás la exclusiva entre la comunidad mágica.

-Wooow… Prince… voy a necesitar ayuda…

-Pues que tu padre vuelva a trabajar y a cobrar un sueldo, así quizá tus padres puedan volver a tener casa propia y tu hermano pueda casarse y tener niños, todavía es joven.

-Deberías buscar un agente literario que te lleve el negocio si piensas escribir tanto.

-Tú vas a ser mi agente literario, no voy a engordar a un desconocido.

-Pero yo no tengo tiempo, Prince.

-Tienes, tienes, le pides a tu padre que se haga cargo de la librería. Hay tiempo mientras tanto para que te informes sobre el mundillo y aprendas. También lo harás en el mundo muggle, te harás de oro, Philip, de oro, ya sabes mucho sobre libros, eres ideal.

-De acuerdo, lo haré, podremos comprarle una casa a Hipólita en Godric's Hollow y tener otro niño ahora que ya no hay amenaza de guerra.

-Maravilloso…

-Pues sí, porque a mí ya se me va haciendo tarde – dijo Andrea – A partir de los treintaicinco aumenta mucho el riesgo de enfermedades congénitas.

-Claro…

-Ya vamos a buscar la casa este mismo verano, con ella, y apalabrarla, seguro que el pueblo se vuelve a llenar de gente dentro de poco – dijo Philip – Matrimonios sin hijos pequeños, los que han arreglado sus casas gracias a Andrea volverán, y los que no lo hagan las venderán.

-Claro, claro…

-Si quieres comprar una casa para ti allí ahora que ya no estás con Hipólita también deberías buscar cuanto antes.

-¿Ya os lo ha contado?

-Sí, por carta.

-Vaya…

-No te apures, son cosas que pasan. Era normal, ambos tan jóvenes, hicisteis bien en esperar.

-Gracias por comprenderlo, Philip.

-No me las des, nos basta con seguir en tu vida, que estés precisamente con nosotros en un momento tan especial para ti. Nos has arreglado la vida, Prince y lo sigues haciendo, a toda la familia.

-Vale, vale…

-Lo de la casa te lo arreglo yo – dijo Andrea – Ya tengo fichadas las mejores, e incluso puedes comprarla todavía sin arreglar para que te salga más barata, y ya te haría la obra nueva, gratis.

-Nada de gratis, Andrea, te pagaría.

-Ni hablar, puedo permitírmelo. ¿Cuántas habitaciones?

-Tres o cuatro, mejor cuatro, y una sala y cocina amplias, para poder meter cocina de leña y piano.

-Estupendo, ya voy a buscártela con cocina de leña antigua. ¿Con jardín?

-Sí.

-Maravilloso. En verano te la habré encontrado, sólo tendrás que pasar a echarle un vistazo.

-Genial. ¿Cómo va el trabajo?

-Buf… no doy abasto, hoy todavía no había llegado a casa cuando ha venido Philip a buscarme, ha tenido que venir a la obra por mí.

-Vaya…

-Claro, Prince, ha llegado el buen tiempo y es hora de arreglar los tejados, en invierno no se puede.

-Claro, claro…

-Este verano voy a trabajar mientras Hipólita no esté en casa, aprovechando, quizá el próximo año ya tenga competencia si el pueblo vuelve a llenarse.

-Claro que sí, haces bien.

-Y por si me quedo embarazada, intentaré que los meses más problemáticos de embarazo coincidan con el invierno para no desaprovechar.

-Claro que sí, tener el niño en primavera, respetar los ciclos naturales.

-Eso, eso.

-Entonces comenzamos a intentarlo ya mismo – dijo Philip – Este mes ya no tomas la poción.

-¿Ya mismo?

-Claro que sí, si te quedas embarazada en el próximo, junio, nacerá en marzo, deberás descansar al menos un mes después de parir.

-Claro…

-Y darle el pecho.

-Desde luego, el pecho puedo dárselo aunque esté trabajando, interrumpo y ya está.

-Pero mi madre o la tuya deberán quedar a su cargo mientras tú estás en la obra, no va a quedarse solo.

-Claro que no.

-Pues ya está, decidido, la próxima primavera bebé, y en verano bautizo por todo lo alto en la iglesia de Godric's Hollow.

-Bien… - dijo Sev – Qué ilusión me hace que lo hayáis decidido estando conmigo.

-Como que vas a ser tú el padrino.

-Ah, ¿sí? – muy ilusionado.

-Por supuesto, e Hipólita la madrina, cantaréis en su bautizo con el órgano de la iglesia.

-Vaya… mi primer ahijado…

-El primero de una larga lista, verás. Todo el mundo mágico va a pedírtelo, y a partir de ahora van a nacer muchos, muchos bebés de todos los que han estado esperando para tenerlos – dijo Andrea.

-Estupendo, en los noventa deberemos ampliar Hogwarts, las casas y las aulas.

-Seguro que sí, incluso el Comedor.