Dobby
Sev y Lucius se dieron la mano y de inmediato se Aparecieron en un saloncito de casa de Lucius. Éste le dijo:
-He de deshacerme de un montón de trastos, la decoración es demasiado recargada. Ponte cómodo, voy a lavarme y cambiarme y a avisar a Dobby para que nos prepare la merienda. ¿Té con qué?
-Con cualquier cosa que no sea dulce.
-Con emparedados de pepino entonces, son mis favoritos. Te va a encantar cómo los prepara él.
-Estupendo.
Lucius se marchó y Sev se instaló en un sofá ante una mesita auxiliar. Cerró los ojos para relajarse, no se dio cuenta de que Lucius volvió.
-He tardado porque he puesto la protección de nuevo para que nadie pueda Aparecerse, al menos mientras queden ratones. Narcissa ya regresará por Red Flu, ya quedamos así.
-Muy bien.
Lucius se sentó junto a él y lo enlazó por los hombros.
-Dobby vendrá enseguida, ¿tienes mucha hambre?
-No, hemos desayunado muy bien.
-Estupendo. Entonces come poco, de lo contrario no tendrás ganas de cenar y vamos a hacerlo aquí, Dobby cocina muy bien.
-Prefiero en Hogwarts, Lucius, la comida sana.
-Tranquilo… Narcissa ya se ha encargado, desde que los padres de Lauren nos contaron, de buscar recetarios, comprar y aleccionar a Dobby. Nos preparará lo que más te apetezca siempre que lo tenga a mano. Ya te dije que Narcissa es una excelente anfitriona, ha estado preparándose para el momento en que pudiéramos tenerte en casa.
-Vaya… Entonces tú llevas comiendo sano también mucho tiempo.
-Desde luego.
-Estupendo, ¿qué es lo que mejor le sale a Dobby?
-Mi favorito es el risotto italiano. ¿De eso coméis en Hogwarts?
-Sí, claro que sí.
-Con una buena ensalada griega con queso feta.
-Estupendo, me apetece un montón, voy a merendar muy poco.
-Pues de eso seguro que tiene todos los ingredientes, porque lo comemos muy a menudo.
-Maravilloso.
-Pues ya tenemos menú. Se lo pides tú mismo y así vas entrando en contacto con él, verás qué majo es.
Dobby llegó Apareciéndose con una bandeja que dejó sobre la mesita.
-Aquí estoy, amo Lucius.
-Dobby, te presento a mi amor, Severus Snape. Ya te he hablado de él, y a partir de ahora lo verás mucho por aquí.
-Encantado, encantado, amo Snape, ¿cómo debo llamarlo?
El elfo le tendió la mano, que él le estrechó.
- Encantado, Dobby. Llámame sólo Snape, sin amo por delante, y tutéame.
-Vaya…
-Claro que sí, no soy el amo de nadie, siéntate un rato con nosotros.
-¿Puedo, amo Lucius?
-Claro que sí, Dobby, ya sabes que puedes hacerlo, que muchas veces te sientas a charlar con Narcissa y conmigo.
El elfo se sentó en un sillón frente a ellos, con las piernas colgando.
-Vale, vale…
-A partir de ahora no me preguntes si puedes si te lo pide él, ¿vale?
-Vale, amo Lucius.
Sev sirvió el té para Lucius y para él.
-Deja, deja, Snape, ya lo hago yo – dijo Dobby.
-Ni hablar, Dobby, descansa un rato, puedo hacerlo yo perfectamente – le dijo Sev.
-Vale, vale…
-¿Quieres tomar tú también?
-No, muchas gracias, Snape, yo ya tomé el té a las cinco.
-Dobby, ¿cómo eres capaz de Aparecerte estando puesta la protección?
-Porque eso no nos afecta a los elfos, nosotros hacemos magia sin varita, Snape.
-Sí, eso ya lo sabía.
-Nuestra magia es más poderosa que la de los brujos, ya nacemos con ella.
-Claro, claro… No deberíais ser esclavos.
-Eso mismo pienso yo, por eso acepté que los amos Narcissa y Lucius me liberaran. Como puedes ver, yo llevo ropa, cosa que no lleva ningún elfo, se visten con trapos.
-Claro que sí.
-¿Conoces a los elfos de Hogwarts?
-No personalmente, nunca he hablado con ellos porque ellos nos tienen tanto respeto que apenas nos hablan, pero a partir de ahora pienso hacerlo.
-Es que no sé si te habrá contado el amo Lucius que quiero buscar una novia para tener familia.
-Sí, me lo contó, y a mí se me ocurrió que podrías pasar por allí a conocer a las elfinas para elegir con quién, servir allí cuando no te necesiten aquí.
-¿Podría, amo Lucius?
-Claro que podrías – dijo Lucius – Aprovecha el verano, que yo voy a estar de viaje y seguramente Narcissa también se marche a algún lugar o pase mucho más tiempo en casa de su hermana.
-Claro…
-Y aunque no lo haga, a estas alturas Narcissa ya ha aprendido también a cocinar con Andrómeda.
-Pero seguiría viniendo aquí a mantener la casa limpia.
-Eso como quieras, Dobby. Si no lo haces tampoco pasa nada, a nuestra vuelta ya contrataríamos gente para que hiciera una limpieza general.
-Vale, vale… Vendré, vendré si está aquí la ama Narcissa, yo puedo Aparecerme desde Hogwarts también, a mí no me afectan las protecciones. Y en Hogwarts, en verano, debe haber muy poco trabajo para tantos elfos.
-Claro… - dijo Sev.
-¿Tú estarás en Hogwarts en verano, Snape?
-Quizá de vez en cuando.
-Pues cuando estés te serviré también a ti, no sólo te haré la comida y te la serviré, también me encargaré de todas tus cosas, de limpiar tu vivienda, lavarte la ropa, ordenártela y todo.
-Vaya… estupendo…
-Y mando aquí a la elfina para que vaya conociendo a la ama Narcissa y se entienda con ella. Voy a buscarla buena cocinera, todo lo demás es muy fácil de aprender.
-Genial, genial…
-A ver si encuentro una que quiera ser liberada también.
-Claro, claro… Difícil, ya se lo ofrecimos el año pasado y ninguno quiso.
-Pero quizá si yo la convenzo sí.
-Sí, claro que sí.
-¿Han leído El Profeta, amo Lucius?
-Todavía no, hemos leído sólo los titulares y visto las fotos – respondió Lucius.
-Yo sí lo he leído, todo, todo…
-¿Sabes leer, Dobby? – le preguntó Sev, sorprendido.
-Sí, claro que sí, y escribir y hacer cuentas, gracias también a los amos Narcissa y Lucius, que me enseñaron.
-Vaya…
-Claro, siempre les estaré agradecido, tengo mucho que ofrecer a esa elfina a la que quiero encontrar.
-Desde luego que sí. ¿Cuántos niños quieres tener?
-Con dos me llega, han de dejarnos tiempo para que podamos continuar sirviendo.
-Muy bien.
-Dos para que se críen juntos y después sirvan también a los hijos que tengan ustedes.
-Con el tiempo podremos tener servicio de confianza también en Godric's Hollow, Snape – dijo Lucius.
-Cierto. De cualquier modo podríamos tener también elfos de Hogwarts, todos son de confianza.
-Desde luego, pues lo haremos mientras crecen los hijos de Dobby.
-Buf… Qué casa más grande vamos a necesitar…
-En absoluto, Snape, los elfos dormimos en el suelo de la cocina. Los amos me dieron habitaciones para mí y casi nunca las uso, prefiero seguir haciéndolo en la cocina – dijo Dobby.
-Vaya…
-Claro, acostumbrados a vivir en condiciones infrahumanas toda su vida – dijo Lucius – Pero eso va a cambiar, Dobby. En cuanto tengas novia construiremos una casa en el jardín para vosotros y tu familia, para que tengáis vuestra intimidad, a mi vuelta en septiembre, y a tus hijos los acostumbrarás a usar cama desde que sean pequeños, a leer y escribir y desear ser liberados.
-Deberíamos montar una escuela para elfos también – dijo Sev.
-Claro que sí, que acudan los hijos de los de Hogwarts y los de los que sirven a familias. No tendrá que ser muy grande, podrían enseñar a todos a la vez, los elfos no tienen una infancia muy prolongada, en siete años ya son adultos.
-Vaya…
-Y aprenden muy rápido, son muy despiertos, y no necesitan ser instruidos en magia. Que aprendan las reglas básicas y cómo moverse por el mundo muggle, las transacciones monetarias y cultura general, para cuando la magia se destape.
-Desde luego que sí.
-Y a partir de ahí ya pueden continuar formándose por sí mismos.
-Claro, claro…
-La montamos en Godric's Hollow también.
-Podrían compartirla con los brujos pequeños, ellos acudirán apenas cinco años a la escuela.
-Claro… integración…
-Siguen surgiendo ideas para plantearle al ministro de magia. Es imprescindible que las plasme mañana mientras estáis en clase de castellano.
-Si no te aprueba lo de la escuela, que no te importe. Vamos a hacernos de oro con Knockturn, nos llegará el dinero para financiarla.
-Pienso que deberías venir tú también el lunes, Lucius, para hablar con él, seremos dos a hacer presión.
-Claro que sí, voy contigo, y así que ya me dé mi recompensa y de allí vamos a Diagon a terminar de comprar Flourish & Bloots.
-Estupendo.
-Cuando terminemos de merendar, antes de luchar, vamos a la sala donde maté a Voldemort y convocas estanterías para que dejes ya todos los libros que llevas. En tu vivienda de Hogwarts no van a caber.
-Maravilloso.
-Yo te los ordeno, Snape, recuerda que sé leer - dijo Dobby.
-Muchas gracias, Dobby. ¿Cuántos años tienes?
-Treinta, fui yo quien crio al amo Lucius.
-Vaya…
-Apenas estoy comenzando mi vida, los elfos podemos llegar a vivir hasta ciento cincuenta años.
-Vaya tela…
-Sí, sí, somos muy afortunados. Por eso en un futuro, cuando críe a mis dos hijos podremos tener más, todos los que queramos.
-Claro que sí. Si hay superpoblación entre los elfos cuando cambien sus condiciones de vida podrían servir a todo el mundo mágico.
-Desde luego que podrían hacerlo, y así todas las brujas y magos podrían trabajar aunque tengan familia, sin desatenderlos – dijo Lucius.
-¿Ya han pensado qué van a querer de cenar? – preguntó Dobby.
-Sí, Dobby – dijo Snape – Risotto italiano y ensalada griega con queso feta.
-Muy bien. ¿A qué hora?
-A las ocho – dijo Lucius - ¿Hay hongos en la despensa, Dobby?
-Hay, hay, de primavera, los compró ayer la ama Narcissa.
-Estupendo, entonces haz el risotto con hongos. Vas a alucinar, Snape, de eso no tenéis en Hogwarts, son muy caros.
-Wow…
-¿La ama Narcissa viene a cenar? – preguntó Dobby.
-No lo sabemos todavía, Dobby. Si viene vendrá avisará, no te preocupes, hay tiempo – dijo Lucius - ¿Has terminado, Snape?
-Sí.
-¿Y has descansado lo suficiente?
-También.
-Entonces vamos a seguir con lo nuestro si ya has acabado.
-Estupendo.
-Llevo esto a la cocina y voy a la sala grande a que me expliques lo de los libros, Snape – dijo Dobby.
-Estupendo, Dobby.
-Dobby, no tires lo que ha sobrado – dijo Lucius.
-En absoluto, amo Lucius, lo comeré para cenar.
-Ni hablar, cenas lo mismo que nosotros y con nosotros, déjalo en la nevera para cuando volvamos de madrugada, hoy vamos a llegar muy tarde y llegaremos con hambre, así que hoy no duermas en la cocina o te molestaremos.
-De acuerdo, amo Lucius.
Dobby se levantó del sillón, recogió todo en la bandeja y desapareció.
-Nosotros no podemos Aparecernos, hemos de ir caminando. Vamos, te guío, estamos en el primer piso.
Salieron del saloncito y se dirigieron por un corredor muy amplio con deliciosos suelos de azulejo hasta unas amplísimas escaleras dobles que desembocaban en el vestíbulo, de techo tan alto como la mansión y con una enorme lámpara de araña colgando.
-Wooow… Lucius, tu casa es alucinante…
-Nuestra casa. ¿No habías visto nunca una mansión?
-Sí, claro, la de los Steed y la de los Fairbank.
-No has visto nada todavía, cuando te la enseñe entera verás.
Bajaron al piso bajo, al vestíbulo, enorme también, y de allí a la estancia donde Lucius mató a Voldemort. Dobby ya estaba allí.
-Aquí fue, el escenario del crimen, ¿qué te parece? ¿La llenaremos de libros?
-Desde luego que sí, lo que no sé es si nos dará tiempo a leerlos en toda nuestra vida.
-Nos dará, nos dará, los brujos vivimos mucho tiempo. Si nos cuidamos viviremos al menos ciento veinte años en este mundo, verás.
-Eso espero.
-¿Cómo organizamos?
-Por el momento contra la pared, será una pena cuando deje de estar completamente despejada.
-Cierto. Reservaremos el espacio junto a la chimenea para los sillones de lectura, pasaremos mucho tiempo en ellos, y también podremos poner un escritorio para que trabajes, o si lo prefieres tendrás tu estudio en otra estancia.
-Me valdrá de cualquiera de las maneras, Lucius.
-Cuando conozcas la casa entera planificaremos.
-Genial. Convoco la estantería.
-Convoca, anda.
Sev convocó una estantería muy elegante de madera oscura, con aspecto de antigua, como algunas que había visto en las otras mansiones.
-Vaya… preciosa… - dijo Lucius – Había pensado con el tiempo en buscarlas en un anticuario pero no será necesario, Snape, qué buen gusto tienes. Ya las harás tú, así todas serán iguales, vas a decorar tú toda la casa a medida que vayas teniendo tiempo.
-No tengo ningún mérito, me he inspirado en otras que ya había visto.
Sev comenzó a sacar los libros del bolsito y a colocarlos en la estantería sin ordenarlos.
-Voy sacando los libros, Dobby, y te explico, van tres secciones completas de Flourish & Blotts, la librería de Diagon, Viajes, Astronomía y Herbología, y otros diez libros nuevos de Medimagia, usa cada estante para dos temas por el momento, Medimagia con Herbología y Viajes con Astronomía. Después hay dos docenas de libros antiguos de Bowman, la librería de viejo. Ésos son de temas diversos, los pones todos juntos.
-De acuerdo, Snape.
-Si confundes alguno ya los recolocaré yo, no te preocupes.
-No te preocupes tú, tengo la suficiente cultura como para saber distinguir un libro de Astronomía de uno de Medimagia, leo el diario desde que aprendí a leer y también los libros del amo Lucius, incluidos los del colegio. Me interesan especialmente además la Herbología y la Astronomía.
-Estupendo, Dobby, estupendo. ¿Llegarás a los estantes más altos?
-Desde luego, puedo hacer levitar los libros y levitar yo mismo.
-Wow…
-Claro, Snape, ¿cómo crees que limpio toda la casa? Hay muebles mucho más altos que éste.
-Claro, claro…
-Y los techos cuando se forman telarañas y las lámparas, todo, todo…
-Claro, claro…
-Los elfos son fantásticos como servicio, Snape, de otro modo, ¿cómo mantendríamos limpia la araña del vestíbulo? - le preguntó Lucius -¿Volando en escoba?
-Desde luego que no.
-Habría que montar un andamio.
-Claro que sí.
-Snape, dentro de cada sección, ¿te los ordeno por orden alfabético? – preguntó Dobby.
-No, Dobby, también por temas, y dentro de cada tema sí, por orden alfabético.
-De acuerdo.
-Y esta noche, Dobby, vas a pasar la velada haciendo fichas de cada libro para clasificarlos, tendremos también un fichero de la biblioteca para saber dónde encontrar los libros – dijo Lucius.
-¿Cómo se hace eso, amo Lucius?
-Que te lo explique Snape.
-Ahora te convocaré las fichas, Dobby. Apuntas la materia, el tema, el título, el autor y el año de edición, y dejas espacio libre por detrás de cada una para que lo complete yo una vez los haya leído. Voy a convocarte también mesa y silla a tu medida para que trabajes cómodo.
-Convocar ya sé yo también, Snape, y hacer desaparecer.
-Ah, ¿sí?
-Desde luego que sé, desde que nací, ya te he dicho antes que mi magia es mucho más poderosa que la de los brujos. Con que me convoques las fichas ya me llega, yo mismo les haré una caja de su tamaño del mismo color que la madera de la estantería.
-Estupendo.
-Y en otra ocasión convocas un mueble como fichero, Snape – dijo Lucius.
-Desde luego que sí, a juego.
-Al final voy a darte un montón de trabajo si has de redecorar toda la casa.
-No me importa en absoluto, Lucius, va a ser un placer para mí hacerlo. Me encanta crear y disfrutar después del fruto de mi trabajo, va a ser un placer.
-Gracias, Snape.
-No me des las gracias por lo que es un placer para mí, Lucius, no te contradigas.
-Vale, vale…
-Y además, hay muchas cosas de la casa que se podrán salvar. La araña del vestíbulo me encanta, los suelos son magníficos y muchos muebles del saloncito me han gustado. Se va a tratar más que nada de vaciar que de crear nuevo.
-Estupendo.
-He terminado.
-¿No te llevas alguno para estudiar en Hogwarts?
-Por el momento no si me das la dirección de esta chimenea.
-Claro que sí.
Lucius se la dijo.
-Así cuando quiera cualquiera vengo directamente aquí a buscarlo desde mi vivienda.
-Desde luego, siempre si caen los ocho ratones que quedan, de lo contrario no te arriesgues.
-Vale, Lucius, vale, esta misma noche lo sabremos.
-Qué descanso. ¿Vamos a luchar?
-Espera, convoco las fichas para Dobby - convocó un paquete de cien fichas - Van cien, Dobby, suficientes por el momento.
-Estupendo, Snape, me esmeraré en hacer buena letra.
-Muchas gracias.
-Va a ser un placer para mí y más si me dejan leer los libros.
-Desde luego que puedes leer los libros, todos los que quieras, y llevarlos a tu dormitorio para leer en la cama, esta noche mismo.
-Gracias, Snape, gracias. Amo Lucius, voy a pedirle que me suba el sueldo. Si voy a tener casa propia quiero tener también mi propia biblioteca, para cuando nazcan mis niños.
-Desde luego que te lo subo, Dobby, al doble, ahora que ya no va a haber guerra y voy a hacerme de oro.
-Gracias, amo Lucius, gracias…
-No me las des, lo mereces, y cuando tengas tu elfina si no quiere cobrar te daré a ti su sueldo.
-Gracias, amo Lucius, gracias…
-No me las des, es de justicia. No sé qué haría sin ti, y a mí me sobra el dinero, Dobby, no me dejan pagar nada en Diagon excepto los libros nuevos, que nos han salido por la mitad de precio. Yo mismo voy a comprarte los libros para que te salgan baratos también a ti. Si quieres para ti alguno de los que mires esta noche me lo dices mañana y te lo traemos el lunes.
-Entonces convócame otro paquete de fichas, Snape, para que las haga para mí también de los que quiera, porque voy a querer todos los de Astronomía y Herbología, tengo un montón de dinero ahorrado de todo lo que me ha pagado el amo Lucius desde hace casi año y medio.
Sev convocó otro paquete de fichas.
-No te acuestes muy tarde, Dobby - dijo Lucius.
-No, no. Si no termino hoy continúo mañana y los próximos días – dijo Dobby.
-Voy a convocar otra estantería para tus libros, Dobby, hasta que tengas tu casa – dijo Sev.
-No, no, ya lo hago yo en mis habitaciones, Snape, tengo espacio libre, así la hago a mi gusto.
-De acuerdo.
-Con el tiempo, si me va bien, Dobby, te pagaré también tus más de veinte años de servicio. Tú me criaste, si soy lo que soy, si al final de todo resultó que salí buena persona fue gracias a ti – dijo Lucius.
-¿En serio, amo Lucius?
-Claro que sí, podrás comprar todos los libros te venga en gana, tienes tanto derecho como yo a vivir bien.
-Gracias, gracias…
-No me las des, lo mereces, Dobby.
