Reparar

Sev y Lucius salieron al exterior de la casa y Sev pudo verla por fuera, una enorme mansión de planta baja y piso con un jardín enorme, vallado, alrededor.

-¿Qué te parece? – le preguntó Lucius.

-Buf… mucho… No me parece justo para nosotros solos.

-La compartiremos, Snape, estará abierta para mucha gente, para todos nuestros amigos.

-Así sí.

-Vamos a buscar a los pavos reales.

-¿Tienes pavos reales?

-Sí, blancos.

-Wow… nunca los he visto.

Los buscaron y los encontraron cerca del frente de la verja.

-Vaya… son preciosos…

-Pena que no hay ninguno desplegando la cola, lo hacen sólo durante el celo, ya los verás, ya. Qué ganas tengo de deshacerme de la maldita verja, de todo cuanto me recuerde mi etapa oscura, Snape. Pienso hacer en cuanto vuelva del Camino de Santiago, al tiempo que construya la casa para Dobby.

-Vamos, Lucius… no te agobies por eso ahora… Vamos a luchar y te animas, venga.

-Ya ni eso me apetece, aprendí contra ellos, Snape…

-Buf… Abrázame, anda…

Se abrazaron y Lucius lloró.

-¿No sería mejor vender la casa, Lucius?

-Buf… no sé… ¿Quién la compraría?

-Cualquiera que tenga el suficiente dinero, ya sabes, el morbo de la gente.

-Claro… Lo pensamos con calma, ¿vale? No encontraremos otra tan buena.

-¿Por qué no? Y si no la encontramos la hacemos construir a nuestra medida, esto demasiado para nosotros, Lucius.

-Claro… Aun así prefiero pensarlo, intentar superarlo sin tener que recurrir a eso. Esta casa es perfecta, perfecta, porque no tiene vecinos en millas a la redonda ni los tendrá si compramos los terrenos circundantes, Snape, quiero conservarla.

-Vale…

-Lo pensaré mientras estoy de camino, no quero precipitarme.

-De acuerdo, Lucius. Ya tengo la dirección y el teléfono del psicólogo muggle. Cuando quieras puedes llamarlo para concertar una cita.

-Ah, ¿sí?

-Sí, hazlo antes de salir al camino, para que te dé pautas a seguir.

-Claro…

-Y comienza a escribir tu parte del libro. Si quieres comienza por tu época oscura, para sacar fuera cuanto antes todo lo que te atormenta.

-Buf… Voy a estar muy ocupado, Snape, de aquí a que me marche. Aparte de preparar el viaje quiero dejar todo lo de Knockturn atado y bien atado para ponerlo en marcha cuanto antes, que la cosa no pare porque yo no esté.

-Claro…

-La mejor manera de reparar el daño que he causado. Eso me valdrá también como terapia, ver que pongo en marcha buenas obras y salen adelante.

-Desde luego que sí. Pues en ese caso has de contarme las cosas, Lucius, sacarlas fuera. Mañana cuando vayamos a la cueva de la Sala me cuentas, ¿vale? O si quieres ya mismo, en lugar de luchar.

-Si ya lo sabes todo, Snape.

-Pero no se trata de que ya lo sepa, sino de que tú lo cuentes y lo saques fuera, Lucius, que te sientas aceptado y perdonado de verdad.

-Claro…

-Te he descuidado, lo he hecho fatal. He debido darte la oportunidad de hacerlo desde que lo supe hace ya una semana, hemos perdido mucho tiempo hablando de cosas que no urgían tanto.

-En absoluto, Snape, no te sientas culpable porque de ese modo me haces sentir peor a mí también. Hemos hablado las cosas como han ido surgiendo, no me había sentido tan mal hasta hoy, estaba bien.

-Vale, vale…

-Ha sido a raíz de recibir tanto reconocimiento sin merecerlo.

-Lucius, sí lo mereces, tus malas obras no borran las buenas. Has pasado tanto tiempo en el bando correcto como en el incorrecto y ha sido después. Ya eres otra persona desde hace año y medio, no te atormentes por lo que ya no puedes cambiar, has pagado con creces y has estado a la altura.

-Eso no es cierto, ya era malo cuando estaba en el colegio, he sido malo muchos más años que bueno.

-Pero fue debido a la educación que recibiste, Lucius, a ti también te lavaron el cerebro, tu familia y todos aquellos con quienes te relacionabas. No fue culpa tuya, eras joven e influenciable.

-Claro… Ahora me estoy sintiendo fatal también por los Mortífagos jóvenes que han muerto o van a ingresar en Azkabán. Yo los arrastré a todos…

-Buf… Lucius… y yo… Mulciber y Wilkes en prisión y Avery y Rosier muertos, quienes fueron mis compañeros durante tantos años.

-Y sospecho que van a pedirme que declare en los juicios contra todos, Snape, ¿qué hago?

-Declarar a favor de los que no tengan crímenes de sangre y permitir que se libren, Lucius.

-Claro que sí. No voy a poder marchar al camino.

-Sí, Lucius, sí puedes. Que aceleren los juicios de aquéllos que han de librarse, que pasen encerrados el mínimo de tiempo, y dejen para después de que regreses los juicios de los demás. Lo hablamos el lunes también con el ministro.

-Claro… Aunque no creo que el ministro pueda meter mano en los asuntos del Wizengamot, el poder judicial es independiente del ejecutivo.

-Buf… claro…

-No pasa nada, si no puedo no me marcho.

-Pues habla tú con los jueces, Lucius, los conoces. Al igual que han aceptado tus sobornos aceptarán también lo que les propongas.

-Pasa que la gran mayoría no han matado ni torturado, Snape, no han tenido oportunidad porque no ha habido guerra. Demasiados juicios en mes y medio, me van a robar todo el tiempo que debería dedicar a montar lo de Knockturn.

-Buf… cierto… Ya nos encargamos entonces los demás de lo de Knockturn, Lucius. Lo hacemos los sábados o con Giratiempo.

-Ni hablar, ni hablar, estáis en el colegio todavía y tú muy ocupado. Y no sólo eso, quiero hacerlo yo.

-Vale, Lucius. Entonces haz una cosa, prioriza. Pasa una lista a los jueces, el orden en que deben salir los juicios para que salgan primero quienes menos merecen estar encerrados. Tú mismo lo has dicho, no tienen crímenes de sangre porque no han tenido oportunidad de cometerlos, quizá no todos merezcan librarse, eso tú lo sabrás, que eres quien mejor los conoce.

-Vale…

-Soy de la opinión de que ningún adulto merece salir libre, al menos nadie que se marcara siendo ya adulto.

-Cierto.

-Aunque no tengan crímenes de sangre, ya sabían lo que se hacían.

-Toda la razón.

-Si fuera tú me preocuparía únicamente por los menores y de la misma edad que tú, son los únicos de quienes eres responsable, los mayores te arrastraron a ti a su vez.

-Cierto.

-Pues ya está, Lucius, ésos no son tantos, te dará tiempo a declarar en todos sus juicios, y si quieren que declares en los de los demás para condenarlos que esperen a septiembre. Lo de Knockturn es más urgente, ahora habrá que dar trabajo a los Mortífagos jóvenes también, no sólo a las viudas.

-Claro, claro…

-¿Ves cómo organizándose se llega a todo?

-Desde luego que sí – Lucius lo abrazó muy fuerte, Sev le correspondió – Qué buen compañero eres, Snape, sé que a tu lado voy a conseguir olvidar todos mis fantasmas. Te quiero en mi vida para siempre, para siempre, eres el mejor, el mejor, siempre encuentras la solución para todo, te amo, te amo, te amo…

-Y yo a ti, Lucius, amor mío… Para mí es fundamental hacerte feliz como tú lo haces conmigo, que estés bien. Es muy importante, Lucius, juntos lo lograremos, y si no lo logramos te Obliviaré.

-No, eso nunca, nunca olvidar para no repetir. He de recordar siempre, para siempre, lo que hice mal.

-De acuerdo. Ahora estás mucho más animado, ya no te duele la casa.

-En absoluto, es mi casa y quiero que la disfrutes, la mereces. Construir otra nos supondría un gasto de energía y esfuerzo que no nos podemos permitir, Snape, estás muy ocupado en cosas mucho más trascendentales, lo vas a estar toda la vida y yo también, he de quitarte trabajo, no dártelo.

-Estupendo, Lucius. Cómo me gusta que me abraces tan fuerte, nunca nadie antes me había abrazado tan fuerte.

-Ni a mí. Abrazos de hombre, Snape.

-Cierto. Ya te digo que estoy más de tu lado que del de las mujeres. Cuando vuelva a hacérmelo con alguna me va a saber a poco.

-Ya te digo, y a mí, yo no tengo ningunas ganas.

-Ni yo.

-¿Ni con Hipólita?

-No.

-Vas a perderla, Snape.

-Seguro que no, ahora se ha enamorado de ti también, me lo confesó anoche.

-Vaya…

-Pero nunca se lo hará contigo para no inmiscuirse.

-Mucho más madura que Valerie con tres años menos.

-Tres años y medio.

-Vaya tela, Snape…

-Por el momento sólo tiene ganas de besarte y en un futuro de acariciaros, le conté que tienes un cuerpo fantástico y que lo haces muy bien.

-Vaya… ¿Ella está buena?

-Está. Es delgada sin ser esquelética y está muy fuerte, muy musculosa. Lo único que no tiene bonito son los pechos, ella misma se queja.

-Ningún problema, valen las personas. Ahora, de cualquier modo, no me atraen ya los pechos de las mujeres. Me apasiona el tuyo, Snape, fibroso y musculoso, me muero de ganas de verte desnudo.

-Y yo a ti, Lucius. Ya sé qué podemos hacer, luchar sin camisetas y ponernos.

-Wooow… sí… Y nos lo hacemos en el césped, vamos detrás de la casa.

Se dirigieron hacia allí enlazados.

-Estupendo, me toca darte y hacértelo con la boca para que termines de animarte.

-Maravilloso. ¿No te importa que Dobby o Narcissa puedan vernos desde alguna ventana?

-En absoluto.

-A mí tampoco.

-Estupendo, Lucius.

-Va a ser una gozada, al aire libre como antes, pero ahora al sol. ¿Te lo has hecho alguna vez al sol?

-Nunca, Lucius.

-Yo tampoco, y esta tarde ha sido la primera vez que me lo hacía al aire libre.

-Yo follar también.

-Vaya… increíble…

-Somos vírgenes en muchos aspectos todavía, Lucius, nos quedan muchas cosas nuevas por probar juntos.

-Nos lo haremos también en la bañera del baño de prefectos, verás.

-Claro… Lo cerramos con un hechizo de mi invención que sólo yo conozco.

-Estupendo.

-Es el segundo que he inventado, el primero tuve que decírselo a mucha gente cuando todavía no podía usar magia fuera de Hogwarts.

-Claro…

-Para guardar las joyas.

-Cierto. Has de volver a convocarlas todas para que las vea, las expondremos en una habitación de la casa dedicada sólo a eso.

-Maravilloso, como han hecho los padres de Deborah.

-¿Fairbank?

-Sí.

-No lo merece.

-Desde luego que no.

-¿Vas a enseñarme el hechizo que me dijiste ayer, con el que ha dicho Valerie que voy a alucinar?

-Desde luego que sí.

-El Sectumsempra.

-Ése, empezamos por ahí, hace mucho tiempo que no lo lanzo ni se lo enseño a nadie.

-Maravilloso.

Habían llegado detrás de la casa.

-Voy a convocar un cojín y lo dejo sobre un seto para lanzarlo.

-¿Un cojín? – extrañado.

-Sí, sí, ya verás.

Sev convocó un cojín de forma cúbica y lo puso sobre un seto. Se alejó de él diez pasos.

-Ponte a mi lado, Lucius.

Lucius se puso a su lado.

-¡Sectumsempra! – lanzó el maleficio con la varita.

Aparecieron numerosos cortes de profundidad media en el cojín.

-¡Vaya tela! – exclamó Lucius - ¿Es Magia Oscura?

-Sí.

-Para desangrar.

-Eso.

-Wooow… Esto te hubiera hecho legendario entre los Mortífagos.

-Por supuesto que lo hubiera hecho, no eres el primero que me lo dice.

-¿Cuánta gente lo conoce?

-Un montón, pero nadie lo usa sin mi permiso, es mi sello personal.

-Claro…

-Esto ha sido un lanzamiento controlado, no indiscriminado, que practiqué para marcarle la cara a uno de los maléficos que quedaron en Hogwarts después del follón. Un Rave, violador, uno de los cinco que expulsamos.

-Vaya… Debiste marcarlos a todos, ahora ya no vas a tener oportunidad de lanzárselo a nadie más.

-Sí puedo tenerla, tiene contra-hechizo, escucha.

Se acercó al cojín y lo reparó con el contra-hechizo, Lucius se acercó a él para escucharlo atentamente.

-Qué bonito, ¿qué idioma es? No es rúnico.

-No es ningún idioma, es sólo la expresión de la intención de sanar. Lo primero que compuse en mi vida, inspirado por una vez que Lily Evans me sanó de las heridas de una paliza de mi padre.

-Vaya… ¿Y cuándo inventaste el hechizo y el contra-hechizo?

-En cuarto año, el maleficio antes de Navidad, con catorce, y el contra-hechizo después, con quince recién cumplidos.

-Wooow… Qué privilegiado me siento de tenerte, Snape, eres lo más de lo más.

-He cogido varios libros de Medimagia sobre creación de hechizos sanadores. Hay mucho que investigar en ese campo, muchas enfermedades no tienen cura mágica.

-Claro, claro que sí.

-El cáncer, por ejemplo.

-Vaya… ¿Y no sería mejor pociones para el cáncer? Es algo interno.

-Mucho más agresivas, se trata de destruir las células dañadas, las pociones harían daño a todo el organismo, los hechizos son mucho más localizados. Se podría operar y atacar los tumores directamente sin dañar los órganos.

-Claro... ¿Te ves operando?

-Desde luego, si es por salvar vidas.

-Hay que tener mucho estómago, Snape…

-Yo no abriría ni cerraría, para ser cirujano se requieren muchos años de estudio, sólo lanzaría el hechizo.

-Necesitarías una varita-bisturí.

-Existen, las fabrican los americanos, que están mucho más avanzados en Medimagia por la influencia de la sociedad muggle que los rodea.

-Vaya…

-Claro, para abrir y cerrar también, los medimagos cirujanos lo hacen así, no con bisturís muggles.

-Claro, claro…

-Cuando la necesite deberé viajar a Estados Unidos con un traslador por ella, porque ya sabes, la varita escoge al brujo y no al contrario.

-Desde luego. ¿Estás suscrito a la prensa especializada en Medimagia?

-No, no lo estoy.

-¿Y a qué esperas, Snape? Al menos tendrás el ejemplar en que apareció tu ensayo.

-Sí, ése sí.

-El lunes vas también a San Mungo a ver a Damocles y que te dé todas las direcciones de la prensa, inglesa y americana, especializada en Medimagia.

-Puedo preguntar por ella también a Flitwick y a Slughorn, que son quienes me dan clases de Encantamientos y Pociones.

-A Flitwick si quieres sí, pero a Slughorn ni se te ocurra, y además, no vas sólo a suscribirte, vas a pedirles también que te envíen todos los números atrasados desde que comenzaron a publicar. Seguro que muchos estudios no vienen en los libros.

-Claro, claro…

-Y así conocerás los nombres de muchos colegas, los hospitales donde trabajan y podrás ponerte en contacto con ellos para colaborar. Cuando vayas por la varita podrás entrevistarte con ellos.

-Claro…

-Te acompañaré, visitaremos Estados Unidos.

-Desde luego que sí.

-El lunes hacemos así, primero Ministerio y después tú a San Mungo y yo a Diagon por el resto de libros de Flourish & Bloots. Llevaré las fichas de los que ya tienes de Medimagia para no traerlos repetidos.

-Estupendo, Lucius.

-Cuando volvamos a entrar en la casa convocas un par de estanterías más.

-Vale, vale… Lanza el Sectumsempra, anda.

-Muy bien, aléjate del cojín.

Se alejaron ambos unos pasos en la misma dirección.

-¿Intención? – preguntó Lucius.

-Dañar, simplemente.

-A ver si me sale tan agrupado como a ti.

-Yo lo conseguí imaginando la distribución y profundidad de los cortes.

-Vale. ¡Sectumsempra! – Lucius lanzó el hechizo y le quedó tan bien como a Sev.

-¡Bravo, Lucius! ¡A la primera, eres un as! Ya me estoy poniendo caliente.

-Buf… Pues todavía hemos de luchar, ¿eh? Vamos a quitarnos la ropa.

-Dale, dale…

Se desvistieron de cintura para arriba.

-Wooow… Lucius, qué bueno estás…

-Tú sí que estás bueno… me lanzaba ya mismo sobre ti. Quiero que hagas algo que te va a poner más todavía.

-¿Qué?

-Lanzarme a mí el Sectumsempra, al pecho.

-Ni hablar, si se me va la mano te mato.

-Venga, Snape, no vas a lograr la intención como para hacerme daño.

-Que no, Lucius, no insistas, que no.

-Tú mismo has dicho antes que sí podrías lanzarlo gracias a que tiene contra-hechizo.

-Pero nunca a ti, sólo lo haría en caso de que me viera atacado alguna vez.

-Vamos, Snape…

-Que no.

-Que sí, que te mueres de ganas.

-Nada más lejos de la realidad, voy a pasarlo fatal.

-Sólo un corte pequeñito, venga.

-Vale, eso sí.

Sev se alejó unos pasos de Lucius y le lanzó el Sectumsempra al lado derecho del pecho, logrando un corte pequeño que sangró de inmediato. Se acercó a él para curarlo, Lucius le preguntó:

-¿Te gusta el sabor de la sangre?

-Me encanta.

-Pues aprovecha.

-Wooow… Lucius…

-Claro que sí.

-Voy a ponerme muy caliente, ¿eh?

-Mejor, así luchas más motivado.

Sev lamió el corte de Lucius hasta que dejó de sangrar, él mientras tanto le acariciaba la espalda con intensidad, después lo cerró con el contra-hechizo.

-Wooow… Snape, yo también estoy caliente ya…

-Entonces vamos a darle antes de luchar.

-Vamos, vamos…

-Si quieres vas primero ya que estás listo, a mí no se me va a pasar haciéndotelo.

-Dale, venga.

Sev se arrodilló ante Lucius, le bajó los pantalones y se lo hizo con la boca durante mucho tiempo, deleitándose, mientras él le acariciaba la cabeza, hasta que le dijo:

-Dale para que acabe, de lo contrario no nos va a dar tiempo de luchar apenas.

-Allá voy.

Se lo hizo a ritmo medio, succionando con todas sus fuerzas y poco después Lucius se fue gritando.

-Wooow… Snape, cada vez lo haces mejor… Nunca me habías hecho acabar así, ha sido alucinante, alucinante…

-Porque me reservo las ideas para continuar sorprendiéndote.

-Claro, claro, a la próxima te lo hago yo a ti, cuánto me enseñas, Snape.

-Venga, me toca, ¿en qué postura quieres?

-Como quieras tú.

-A cuatro patas, para que estés más cómodo que en pie, has pasado mucho rato en pie.

-Estupendo.

Lucius se arrodilló ante él.

-No tengo aquí el lubricante, ¿eh? No contaba contigo anoche.

-No importa, la última vez ya me lo hiciste sin lubricante.

-Vale, vale… Allá voy, cuando hayas tenido suficiente avisa, cierto que es tarde y no nos va a dar tiempo a luchar.

-Ahora me arrepiento un montón del tiempo que he pasado con Valerie.

-Claro, Lucius, claro, era nuestro sábado, cariño…

-Desde luego que sí.

-Tranquilo, estaremos mañana también, nos dará tiempo a hacérnoslo en la Sala.

-Maravilloso. Dale, venga, no perdamos más tiempo.

Sev se untó con saliva y se introdujo cuidadosamente en Lucius. Le preguntó:

-¿Te apetece caña?

-Sabes que siempre me apetece caña, dale sin más.

-Estupendo, allá voy.

Lo aferró por las caderas y se introdujo de golpe en él, Lucius gritó, Sev quedó quieto.

-¿Dolor o placer?

-Todo, pero me alucina, Snape, dale, dale.

-De acuerdo, tú lo has querido, si no lo soportas avisa.

-Que sí…

Le dio lento y profundo durante un buen rato, Lucius gritaba cada vez, lo que ponía frenético a Sev, que le dijo:

-No te cansa que te dé, ¿eh? Te gusta que te duela.

-Ya te digo, Snape, pero no es sólo eso, también me llegas muy profundo, me das un montón de placer al mismo tiempo, merece la pena. Y algo más, me alucina que me sometas así, prefiero que me des que darte aunque no me vaya, he vuelto a ponerme.

-Vaya…

-Voy a hacérmelo con la mano y nos vamos a la vez.

-¿Te sostendrás con una sola mano?

-Sí, Snape, la pongo al centro.

-Dale, anda, y avisa cuando quieras terminar.

Siguieron así un poco más, al cabo Lucius dijo:

-Dame caña, caña, toda la que puedas.

-Allá voy, no te caigas.

Se lo hizo muy frenético, poco después se fueron los dos gritando.

-Buaaah… alucinante, alucinante… Todo a la vez, el mejor hasta ahora, Snape… Y sin necesidad de Vínculo, cómo habría sido si lo hubiéramos hecho…

-Haberlo pedido, Lucius.

-Voy a tumbarme, túmbate sobre mí sin salir, necesito descansar, ha sido muy fuerte.

-Claro que sí, dale.

Lucius se tumbó y Sev a un tiempo sobre él, lo abrazó y le dio muchos besos en la cabeza.

-Eres maravilloso, maravilloso, el mejor amante que se pueda imaginar, tan sucio y tan tierno a un tiempo, un contraste brutal, el mejor, el mejor. Qué afortunado soy de que me ames precisamente a mí y de esta manera, Snape. Me sacudiste hace una semana, sigues haciéndolo cada vez que nos lo hacemos y seguirás haciéndolo siempre, siempre, porque no hay otro como tú. Voy a comenzar a cuidarme en lo que me falta por hacer, que es dejar definitivamente de beber, porque quiero mucho de esto durante la mayor parte de mi vida, no quiero deteriorarme por lo menos hasta los setenta, Snape. Quiero estar sano para ti y no faltarnos en este aspecto el uno al otro hasta que seamos muy viejos.

-De acuerdo, Lucius, si tú lo haces yo también lo haré.

-No tienes por qué, amor mío, eres más joven, disfruta unos años.

-No, Lucius, antes de la buena alimentación de Hogwarts tenía color cetrino, amarillento, lo sabes, quizá ya estaba tocado del hígado. Dumbledore me advirtió, y pienso que pudo deberse a la mala alimentación durante una prolongada época de mi infancia.

-Cierto, cierto, entonces déjalo también, Snape.

-Desde luego que sí, tú eres mi mejor motivación para hacerlo.