Lo que me hace amarte

Ethel se puso su chaqueta de ante, se despidió con dos besos de Lucius, y ella y Sev salieron del Club 100. Se enlazaron para caminar juntos por la calle, y él le dijo:

-Qué feliz me estás haciendo esta noche, Ethel, qué feliz…

-Y tú a mí. Déjame decírtelo así, nunca habría soñado encontrar a alguien como tú. No es que te idolatre, es la pura realidad, no imaginas lo cazurros que son los chicos que no son brujos.

-Y muchos brujos también, no creas.

-Vaya…

-¿Sabes? Muchas veces me avergüenzo de ser hombre.

-Vaya…

-Claro… Los hombres somos hombres y la mayoría van a lo que van.

-Cierto.

-Yo mismo lo he hecho, he de admitirlo, pero contigo no voy a ser así en absoluto. Vamos a ir muy despacio, conociéndonos bien. Hoy, sólo besos y caricias.

-Vaya…

-Sí, Ethel.

-De acuerdo. Comienzo a contarte lo que te he dicho, todo lo que me gusta de ti, de lo contrario no me va a dar tiempo de aquí a casa.

-Vale, genial.

-A ver si lo recuerdo todo, ¿eh? Voy a hacerlo en orden cronológico, para intentar no olvidar nada.

-Claro que sí, cariño, y si olvidas algo no pasa nada, ya lo recordarás en otra ocasión.

-No, no, quiero decírtelo todo ya mismo.

-Vale…

-Lo primero, en cuanto has subido al escenario y te has puesto ante el micro. Qué planta tienes y qué bien te queda la ropa, estás buenísimo, ya me has puesto en cuanto te he visto.

-No has visto nada todavía.

-Ah, ¿no?

-No.

-No eres modesto, ¿eh?

-Pues no, uno que puede.

-Pienso que tú también vas a llevarte sorpresas conmigo.

-Ah, ¿sí?

-Sí, yo también estoy muy buena. No tengo mucho tiempo de hacer ejercicio físico, porque mientras no estudio ni doy clases ayudo en casa, ya sabes, mi madre tiene un trabajo muy esclavo. Pero aprovecho ese trabajo, voy yo a la compra y vuelvo muy cargada subiendo muchas escaleras. Vivimos en un edificio antiguo, lo más barato que encontramos, sin ascensor.

-Claro…

-Y el trabajo de la casa y caminar hasta las paradas de metro o autobús, ése es el ejercicio físico que puedo permitirme hacer.

-Vaya…

-Pero en verano, en vacaciones, voy siempre con mi padre y mis tíos y primos de paseo a las montañas del Bierzo. Ellos tienen coche y conocen todos los caminos, vamos a pasar el día entero en el monte muy a menudo, siempre que hace buen tiempo.

-Claro…

-Sí, sí, ese mes camino un montón, estoy en muy buena forma.

-Vaya…

-Bueno, te sigo contando, que en lugar de decirte lo que me gusta de ti estoy haciendo publicidad de mí misma, ya me verás.

-Desde luego.

-Lo siguiente que me ha impresionado ha sido cómo has hablado. Qué bien hablas, Severus, ¿lo tenías preparado?

-No, he improvisado.

-Increíble, increíble… ¿Cuántos años tienes?

-Diecisiete.

-Vaya tela… ¿Vas a escribir tú los libros?

-Sí, Lucius y yo.

-Te espera una larga y fructífera carrera como escritor. Sé de lo que hablo, llevo toda la vida leyendo un montón, desde muy pequeña, desde que aprendí. Gracias a las bibliotecas públicas he leído todos los clásicos en inglés y castellano.

-Vaya…

-Sí, tengo mucha cultura, algo muy bueno que ofrecer.

-Claro que sí.

-Te buscaré muchas letras de canciones, yo también pienso escribir en un futuro, en ambos idiomas.

-Claro, tú también hablas muy bien.

-Cierto, lo hago, sí. Sigo. Lo que has dicho cuando has hablado, que no te has valorado a ti mismo en ningún momento, sólo a Lucius. Hemos debido esperar a descubrirte cuando ha hablado él. Retiro lo dicho antes, sí eres modesto.

-Gracias, Ethel.

-Más cosas. Tu voz. Me alucina, incluso a través del micro, es muy bella, tanto hablando como cantando. Grave y profunda, pero no por eso deja de ser clara. Es alucinante, me pone un montón, te juro que me pongo caliente sólo escuchándote.

-Vaya…

-Sí, Severus, sí, lo tienes todo, todo.

-A mí también me gusta la tuya, pienso que cantarías bien.

-Nunca he probado.

-Pues has de hacerlo.

-Cuando salga vuestro disco aprenderé las canciones, son apropiadas para que las cante una chica. Aunque opino que deberías cantar tú y no ella, triunfaríais todavía más.

-Buf… no podemos dejarla fuera.

-Pues al menos alternaros, cada uno la mitad de las canciones.

-Pues sí, lo pensaremos, no eres la primera que me lo dice.

-Claro que sí, Severus, no te desperdicies.

-Tengo disco en solitario también, salió en marzo, está en el Top 50, ya bajó del 20.

-Ah, ¿sí?

-Sí, el sencillo ha sonado en la radio, en julio saldrá el segundo.

-Vaya… Y yo sin enterarme porque apenas escucho la radio… ¿Es punk también?

-No me habrías identificado porque lo grabé con el nombre falso, Phelton Caipiri. Es pop, jazz y bossa-nova, con muchas composiciones mías.

-Vaya… el mismo lunes voy a comprarlo.

-No lo compres, te lo regalo yo. Mañana mismo te lo llevo a Times Square junto con un bolsito para que lo lleves, todavía me quedan discos de los que me dieron para mí.

-Estupendo, estupendo…

-Te regalaré también el de Hipólita, también me quedan. En ése también compuse y canté dos duetos.

-¿Hipólita Bowman?

-Sí.

-Ésa sí me suena, en la facultad hablan de ella, dicen que es espectacular.

-Lo es. Llegó al top 10 y sigue en el 20. El sencillo con el que ha triunfado se lo compuse yo, 'Hojas en el viento'.

-Vaya… Qué ganas de escucharlo, ya ansío que llegue mañana de noche. De vuelta a casa me encerraré en mi cuarto con el tocadiscos y dedicaré la noche a eso, a escuchar vuestros discos.

-Maravilloso.

-Se los pondré a mis padres también para que te vayan conociendo.

-Claro… ¿Van a venir mañana?

-Mi padre puede, sí, mi padre irá. Mi madre no sé, entra a las siete y sale a las dos, a ver si le da tiempo de llegar a casa y arreglarse.

-Esperadla aunque lleguéis tarde, empezaremos más tarde por vosotros. Quiero conocerlos a ambos, que les anunciemos juntos el compromiso.

-¿En serio? – sorprendida.

-Claro que sí, me muero de ganas de conocerlos. ¿Cómo se llaman?

-Mi padre Miguel y mi madre Ethel, como yo.

-Vaya… como Miguel Hernández.

-Eso.

-¿Y de apellido?

-Díaz Pozo.

-Así que eres Ethel Díaz.

-Eso.

-Me encanta, me encanta. Nuestros hijos llevarán tu apellido, no el mío.

-Ni hablar, quiero que lleven el tuyo.

-No, no, de lo contrario se perderá el de tu padre en Reino Unido, quiero que se conserve.

-Vaya…

-Se lo diremos mañana también.

-Cómo me gustaría que conocieras también a mis abuelos.

-Lo haré, claro que sí, a los galeses en cuanto vayáis a visitarlos y a los leoneses el próximo verano si no puede ser éste. ¿Cuándo vais de vacaciones a España este año?

-En agosto.

-Vaya… Estaréis allí cuando pase Lucius por Ponferrada.

-Vaya… estupendo… Pues que se quede en casa unos días y lo llevamos de excursión, claro que sí.

-¿Tenéis sitio en casa?

-Sí, sí, mis abuelos tienen una casa grande, de pueblo, ya sabes. Antes las familias eran numerosas y ahora que mi abuelo ya está jubilado de la mina se dedican a la tierra. Tienen tierras también, también les ayudamos en el campo cuando estamos allí.

-Vaya… Alucinante, intentaré ir en agosto unos días también, a ver si tengo tiempo.

-Sería estupendo.

-Mejor que en julio, en julio estoy muy liado con la gira con Hipólita. ¿Vendrías a alguna cita? Te llevaríamos con todo pagado, vamos por toda Europa. ¿Qué país te apetece más visitar?

-Italia, ¿vais a Italia?

-Sí, a Génova y a Milán, al norte.

-Buaaah… Sería fantástico, aunque preferiría Roma, Nápoles, Florencia o Venecia.

-Es donde hay tradición de jazz, pequeña.

-Claro, el norte, más europeizado.

-Eso.

-Génova también debe ser una pasada, ¿eh? Un puerto en el Mediterráneo, con mucha, mucha historia. Nunca he visto el Mediterráneo.

-Pues lo veremos juntos por primera vez, mi amor.

-Wow… en castellano… Te amo, te amo. Déjame continuar, ¿por dónde me he quedado?

-Por cuando he hablado yo, mi voz.

-Claro… Lo siguiente ha sido cuando ha subido Lucius al escenario, lo tierno que has sido con él, cómo os habéis abrazado.

-Él estaba llorando, cariño, porque se ha emocionado.

-Claro… Y después cuando os habéis besado durante tanto tiempo ante todos, lo valientes que habéis sido. ¿Lleváis mucho tiempo juntos?

-Nos conocemos desde hace casi seis años pero pasamos tres sin vernos. Nos reencontramos hace dos semanas y nos liamos hace una.

-¿Qué dices? – muy asombrada.

-Lo que oyes.

-¿Y ya teníais más experiencias con chicos?

-Sólo yo, de una semana de duración.

-Vaya… Entonces habéis sido muy valientes, mucho. Los gays se suelen esconder de todos, incluso de sus familias, pasan años y años sin confesárselo a nadie.

-Cierto. Pues ya has visto, nosotros no, abrimos camino a los demás.

-Desde luego, debéis seguir haciéndolo, ¿eh? Hacedlo mañana en Times Square, que os fotografíen los diarios.

-¿Y tus padres?

-Ya se lo explico yo todo, mis padres son muy liberales, recuerda que mi padre es anarquista. En tiempos de la República se practicaba el amor libre en España.

-Claro…

-Pero no por ello han dejado de darme una buena educación en ese aspecto, por eso me he guardado hasta ahora.

-Desde luego que sí, y no sabes cuánto lo aprecio.

-Eso me han dicho siempre, que la virginidad es algo preciado para los hombres y debía dársela a alguien que la mereciera aunque no fuera el definitivo para mí.

-Has hecho muy bien, cariño.

-Sigo contándote, lo siguiente ha sido cuando ha hablado Lucius y por fin he sabido algo sobre ti, me ha apasionado. ¿Has pasado un año perseguido? ¿Desde los dieciséis?

-Sí, mi amor.

-Buf…

-Protegido en el colegio y con escolta cuando pasaba tiempo en el mundo mágico fuera de él.

-Vaya tela…

-Soy el Comandante en Jefe del Ejército Mágico.

-¿Qué dices? – muy asombrada.

-Lo que oyes, amenazado de muerte porque habría sido la razón de la victoria, se creó gracias a mí.

-Vaya… tan joven…

-En el mundo mágico ya soy mayor de edad, ¿eh? Con diecisiete. De lo contrario no podría hacer magia fuera del colegio.

-Claro… Vuelvo a retirar lo de que no eres modesto, sí que lo eres y mucho. Has podido anunciar eso tú mismo para presumir y no lo has hecho.

-No es ése el tipo de reconocimiento que busco, el de la masa. Me basta con el de las personas cercanas y ya lo tengo, como el tuyo ahora. Eso es a lo único que aspiro, no ansío la fama.

-Pero la mereces, y por otra parte debes estar ahí para ser un ejemplo, una inspiración para todos los demás como lo fueron todos los grandes luchadores por la libertad. Tienes el poder de mover masas, cambiar conciencias, sacando a la luz lo que eres. Debes hacerlo, estarás cambiando el mundo, haciendo un bien a todos los demás. Severus, hazlo, habla de lo que eres sin modestia alguna, demuestra cuánto vales, sé la luz que guíe a los demás en su oscuridad.

-Claro que sí.

-Estaré apoyándote siempre. Cuando lo sepa todo de ti te escribiré los discursos.

-Vaya…

-Claro… Si vienes a España este verano, o cuando puedas hacerlo, iremos a ver a los anarquistas de León. Mi abuelo todavía está en contacto con ellos, han resistido toda la dictadura en la clandestinidad.

-Wow… maravilloso.

-Verás qué historias, verás, de cuándo se echaron al monte durante y después de la guerra a continuar combatiendo. La guerrilla, el maquis.

-Claro… Las escribiremos, Ethel, o yo escribiré y tú traducirás.

-Claro que sí, vaya buen proyecto en común, será fantástico, antes de que mueran y se pierda su memoria. Podríamos grabar las conversaciones con ellos, compraré una grabadora de casete y lo haré este verano aunque tú no vengas. Es fantástico.

-Cómprala, pero te la regalo yo.

-Ni hablar, ni hablar, ya me invitas a un montón de cosas, en todo caso a medias. Para eso me llega, déjame conservar mi dignidad, Severus.

-Desde luego que sí. ¿Has leído 'Homenaje a Cataluña'?

-Por supuesto que lo he leído, dos veces, la primera a los trece años.

-Vaya tela… Fantástico, lo comentaremos.

-Y también conocerás a los anarquistas de aquí, mi padre pertenece a un sindicato anarquista desde que trabajaba en la mina. Hablarás para ellos también mañana, estarán todos en Times Square, me encargaré de que mi padre los convoque, verás cómo llevan sus pancartas.

-Estupendo…

-Hace apenas una semana las sacaron para celebrar el Día de los Trabajadores, el primero de mayo.

-Claro… Pues coincide con la destrucción de Voldemort, qué bueno, no había caído en la cuenta.

-Y el día anterior, el 30 de abril, es el día internacional del sabotaje.

-¿Qué dices? – asombrado – Para los brujos es la noche de Walpurgis, la opuesta a Halloween, una fecha maléfica.

-Pues de ahí viene, seguramente.

-Desde luego.

-Muchos punks se les unirán, uniremos fuerzas gracias a vosotros.

-Claro que sí.

-Vamos más despacio, que de lo contrario no me va a dar tiempo a contártelo todo.

Aminoraron el paso.

-Ése es el hotel donde trabaja mi madre.

-Vaya… cinco estrellas…

-Ya te digo, un trabajo muy bueno. Pena que no le durará hasta la edad de jubilarse, las camareras deben tener buena presencia, ya sabes.

-Claro…

-Pero confía en que después la cojan como camarera de piso, para arreglar las habitaciones. Ahí ya tendría horarios menos complicados, podrán comprar una casa a las afueras de Londres y venir en autobús o metro.

-Claro…

-Por eso por el momento vivimos de alquiler.

-Desde luego.

-Sigo, que no acabo nunca. ¿Por dónde me he quedado?

-Cuando ha hablado Lucius.

-Ah, sí. Luego ha subido la chica y te has teletransportado.

-Eso.

-Hemos reído un montón.

-¿Sí? No me he enterado.

-Porque no estabas.

-Te voy a llevar al sitio donde he ido, a casa de una amiga en Notting Hill, y desde allí viajaremos por Red Flu, por chimenea, al colegio, en Escocia.

-Vaya…

-Vas a marearte cuando te lleve, ¿eh? Aviso.

-Vale, vale…

-Ya te acostumbrarás. Ahora que voy a saber dónde está tu casa vendré muchas veces a llevarte y traerte, verás. Podremos vernos siempre que tengamos tiempo los dos, mañana ya te traeré yo hasta aquí.

-Wow… qué chollazo…

-Claro que sí, por eso quiero conocer a tus padres cuanto antes, para poder entrar en tu casa y que te dejen andar conmigo.

-Mis padres no tienen nada que decir, Severus, ya soy mayor de edad y ya te digo que son liberales.

-Pero hoy vas a mentirle a tu madre, decirle que te has quedado en casa de tu amiga.

-Para no contarle las cosas tan de sopetón y por teléfono, pero en cuanto estemos cara a cara y haya leído los diarios le contaré la verdad. Va a alucinar, eres el mejor partido que hubiera podido encontrar, Severus. Mañana hay fiesta en casa, verás, a mi padre ya se lo cuento en cuanto llegue.

-Vale, pero del compromiso no les digas nada hasta que estemos los dos con ellos, quiero hacer las cosas bien.

-De acuerdo, esconderé el anillo para que no me lo vean, de lo contrario me van a preguntar. Nunca en mi vida he tenido una joya y menos todavía un diamante. Buf… menudo susto…

-¿Te has asustado cuando lo he hecho?

-Sí, pero he reaccionado muy bien, ya lo has visto, te he dicho que sí de inmediato. Ya tenía muchas y muy buenas razones acumuladas para hacerlo, no iba a ser tan boba de perder la oportunidad y que te echaras atrás siendo que tú lo has decidido teniendo muy poca información sobre mí, mucha menos que yo sobre ti. Habría sido despreciarte, hacerlo muy mal, habría roto toda la magia del momento, que ha sido maravilloso, inolvidable. Voy a seguir contándotelas.

-Sigue.

-Sigo con una pregunta, el concierto. ¿Compones tú los temas?

-Sí, la gran mayoría.

-¿Letra y música?

-Así es.

-¿Para cuántas cosas vales?

-Para todo lo que he probado hasta ahora, mágico y no mágico.

-Buah, Severus… la vida a tu lado va a ser apasionante… Nunca aburrirse.

-Ya te digo que no, verás, verás cuando vayas descubriéndolo todo. Tengo muchos, muchos proyectos en la vida.

-Deberé dejarte mucho tiempo y espacio tanto para desarrollar tus otras relaciones como para que puedas desarrollar tu carrera en todos los ámbitos que desees. No te preocupes, si tenemos niños me encargaré principalmente de su crianza y encontraré muchas otras cosas que hacer para no echarte en falta, yo también desarrollaré mi carrera y escribiré.

-Muchas gracias, Ethel, eres maravillosa.

-Hay que estar a tu altura, chico. Pues te hablo sobre esos temas que has compuesto. Son maravillosos, todos, todos, tanto la letra como la música. No soy experta en música pero sí en literatura y sé apreciar las cosas bellas. Te digo que son lo mejor que he escuchado en toda mi vida, maravillosos, maravillosos.

-Muchas gracias, Ethel.

-No me las des en absoluto, gracias a ti por haberlos compuesto, por todo el trabajo que te ha llevado hacerlo. Te digo que no pienso perder oportunidad de volver a escucharlos, por eso pienso seguir acudiendo a todos los conciertos que deis hasta el verano, y después ya tendré el disco.

-Pero en el disco sólo van la mitad.

-Claro…

-No te apures, vendrás también con nosotros a los conciertos que demos en julio por Reino Unido.

-Estupendo. Sigo. Después de todo lo que te he contado, comprenderás que no podía perder la oportunidad de conocerte hoy mismo, por eso he convencido a mis amigas de que nos quedáramos hasta el cierre, porque habéis desaparecido y pensábamos esperar a que recogierais el tinglado para ofrecernos a ayudaros.

-Vaya…

-Claro… De otro modo nos habríamos marchado temprano a casa. Yo he madrugado, somos estudiantes a menos de un mes de los exámenes y mañana vamos a pasar toda la tarde liadas.

-Desde luego.

-Y estamos en primer año, es nuestra primera experiencia con los exámenes de la universidad.

-Cierto.

-Qué sorpresa cuando habéis aparecido los dos solos, ha sido maravilloso. Me han ayudado ellas, a Evelyn se le ha ocurrido lo de dejaros nuestra mesa para romper el hielo sin entraros de mala manera pensando que tal vez nos invitaríais a sentarnos con vosotros, pero como no lo habéis hecho de inmediato, he decidido lanzarme.

-Claro…

-Y os he halagado a los dos para tantear y que no fuera tan evidente que iba por ti, yo pensaba que erais gays por lo que había visto en el escenario.

-Claro.

-Qué suerte que Lucius haya confesado la verdad.

-Desde luego, se la debemos.

-Si hubiera mentido no habría llegado a decirte nada a ti, al menos no hoy.

-Buf… después de pasar tanto tiempo esperando.

-Tranquilo, lo hemos pasado genial comentándolo todo, lo que había ocurrido, las canciones, todo. Y has visto que al final ha merecido la pena, nos ha cambiado la vida a ambos en un aspecto que no esperábamos.

-Desde luego que sí.

-Antes de meternos en lo que hemos hecho déjame decirte algo más, mi primera impresión cuando te he visto de cerca.

-Dime.

Ella lo rodeó con ambos brazos.

-Mi moreno de ojos negros, imposible de encontrar en Reino Unido, he alucinado, alucinado. Eres espectacular, si antes te he dicho que me casaría con un minero leonés era por eso también, porque eres por completo mi tipo, cabello y ojos oscuros, piel clara, eres perfecto, perfecto, he caído rendida a tus pies.

-Vaya…

-Tú no te has llevado esa impresión de mí.

-No, cariño, yo ya no me enamoro del físico. Las veces que lo he hecho me ha ido muy mal, he de conocer a la persona.

-Claro, y haces muy bien.

-Pero aun así ya te digo que me pareces preciosa también. Tienes unos ojos alucinantes, grandes y almendrados, imposibles de encontrar también en Reino Unido, y el pelo espectacular, tan oscuro y espeso. Eres una maravilla, tú también me alucinas en ese aspecto aunque no sea lo que me ha enamorado de ti.

-Yo tampoco me he enamorado de tu físico, ¿eh? Ya te he contado la cantidad de cosas que me han alucinado de ti.

-Desde luego.

-Lo siguiente ha sido lo rápido que te has decidido a besarme.

-Es que lo has hecho genial, cómo me has provocado, me ha encantado, me alucina, quiero que lo hagas siempre que te salga.

-Moreno… voy a llamarte así. ¿Lo has entendido?

-Claro que sí, me encanta. Adoro el castellano, es un idioma mucho más apropiado para el amor que el inglés, las palabras de amor suenan mucho mejor. Sé un montón de ellas porque las aprendí a propósito y ahora voy a usarlas siempre contigo.

-Eres perfecto, perfecto, maravilloso, ésta es la noche más feliz de mi vida… Lo siguiente ha sido lo bien que besas, qué ganas le has puesto, pones toda tu alma en ello, te entregas por completo. Cómo me has tomado por la cabeza, me has vuelto loca, loca, me has puesto a cien.

-Y yo, yo ya lo estaba.

-A continuación me lo he trabajado para que a ti te gustara tanto como a mí.

-Y lo has conseguido.

-Y de paso he podido apreciar el pelo maravilloso que tienes, tan sedoso, tanto como tu voz.

Lo peinó con los dedos.

-El tuyo también es espectacular.

-Nuestros niños saldrán guapísimos.

-Podríamos tener niños rubios, ¿eh? Ambos tenemos los genes recesivos, mi padre también es rubio de ojos claros.

-Vaya…

-Sería muy especial.

-Ya te digo. Después hemos hablado y he sentido por fin tu mirada tan penetrante dedicada a mí. Qué mirada tienes, has terminado de encandilarme, moreno. En España hay un dicho, los ojos son el espejo del alma. ¿Lo has entendido?

-Sí, y no vuelvas a preguntarme, si no entiendo algo te lo diré. Es precioso, mi vida.

-Me has dejado alucinada con tu actitud tan respetuosa, tan distinta a la de cualquier otro chico que habría aprovechado la ocasión de desvirgarme cuanto antes. Eres alucinante, alucinante…

-Es así como hay que ser, mi amor.

-Y a continuación me has invitado a sentarme con vosotros por el resto de la noche y he puesto toda la carne en el asador. Me quedaba apenas una hora para ligarte y lo he conseguido.

-Por supuesto que lo has hecho.

-A continuación me he fijado en algo más de ti, en algo que yo me fijo mucho, tus manos, son preciosas.

-Vaya…

-Unas manos capaces de crear música, de dedicarse al arte.

-Soy pianista también.

-Ah, ¿sí?

-Sí, cariño, incluso doy conciertos cantando y tocando.

-Alucinante... Hemos llegado, es aquí.

-Muy bien.

Se detuvieron quedando frente a frente, abrazados pero mirándose.

-Y lo último que voy a comentarte es lo alucinada que me has dejado cuando me has pedido matrimonio. Desde luego eres una persona que tiene muy claro lo que quiere y va por ello sin dudarlo. Me has superado, si yo había puesto toda la carne en el asador tú me has entregado tu vida entera sin dudarlo, pase lo que pase, siempre mirando al futuro.

-Dudo que vaya a estar con alguien mejor que contigo, Ethel, eres quien más me merece y vas a compensarme con creces haciéndome compartir la vida que llevas. Tú también eres apasionante, cada minuto que pasa, con cada frase que pronuncias me lo demuestras, nunca nadie me había hecho semejante resumen de todo cuanto le gusta de mí, acabas de hacer que me sienta muy valorado y amado.

-Porque te amo con todo mi ser, mi vida, y para que nunca te queden dudas de que lo hago por interés debía decirte cuanto antes todo lo que me hace amarte.

-Quiero que lo escribas, la letra de esa canción, 'Lo que me hace amarte' y la incluiré en mi próximo disco en solitario, cobrarás los derechos de autor.

-Wooow…

-Y muchas más que escribirás, Ethel, para mí, un proyecto más en común.

-Maravilloso.

-Y se me acaba de ocurrir otro más. Traducirás todos mis temas al castellano y los grabaré en castellano también, tanto los que tengo en solitario como los de Sly Snake. Tendremos mercado en España y toda Latinoamérica y tú te llevarás los derechos de las traducciones.

-¿He de hacerlo ajustándome a la música ya creada?

-Desde luego, no es fácil.

-Vaya… Ya tengo algo en qué emplear el mes de julio si apruebo el curso completo, he de ponerme las pilas para hacerlo y estar libre.