Convicciones

Ethel y Sev se Aparecieron en la terraza de casa de Lauren.

-¿Te has mareado mucho, cariño? – le preguntó él.

-Buf… sí… Qué sensación más desagradable, de opresión, no podía respirar.

-Es sólo al principio. Por suerte no habías bebido, cuando lo hicimos con los Clash lo vomitaron todo.

-¿Lo hicisteis con los Clash? – asombrada.

-Sí, cuando vinieron a vernos hace dos semanas, pasamos la noche con ellos. Son quienes nos han buscado los conciertos por todo Reino Unido este verano.

-Claro…

-Y el próximo quieren ir de gira con nosotros, cuando ambos grupos hayamos sacado nuevo disco.

-Qué bien, qué bien, si me dejáis me apuntaré. Pero en ese caso no vas a tener tiempo de ir a España este verano ni el próximo.

-Me basta con tener unos pocos días. No viajaría en avión, lo haría con un traslador.

-¿Qué es eso?

-Un artefacto mágico que te transporta a otro lugar que puede estar en la otra punta del mundo. Aparecerse sólo sirve a cierta distancia, abarca Reino Unido pero no sirve para cruzar el mar.

-Vaya…

-Y sin haber estado nunca en España tampoco podría Aparecerme allí. El lunes iré a informarme a la posta de Diagon, que es el callejón mágico donde están los comercios, de cómo viajar a España con traslador.

-¿Y mi padre y yo no podríamos viajar así también?

-Sí, claro, y seguro que os sale más barato y os lleva menos tiempo que en avión. ¿A qué ciudad llegáis desde Londres?

-A Santiago de Compostela, y después vamos en tren hasta Ponferrada.

-¿Y ya tenéis los billetes?

-No, por fortuna no, pero con tanta antelación podríamos devolverlos sin perder apenas dinero.

-Estupendo, pues todavía no los compréis hasta que me informe el lunes.

-Muy bien.

-¿Te has recuperado?

-Sí, sí.

-Pues vamos dentro, a la chimenea.

-Por cierto, qué terraza más grande y linda.

-Sí, mi amiga Lauren tuvo mucha suerte cuando encontró este ático. Estaba sin arreglar y le salió muy barato, lo tiene también en alquiler.

-Vaya…

-Ya la conocerás, ya, es estupenda, lleva enamorada de mí desde los once años, cuando entramos al colegio.

-Wow…

-Pero ahora ya tiene pareja, ¿eh? Desde hace casi un año.

-Genial, cuántas competidoras.

-Muchas, muchas, cariño, desde que soy famoso, tanto por lo del ejército como por lo de la música, tengo mucho éxito con las mujeres. Ahora en el colegio ya me dejan en paz, pero para que lo hagan en el Club 100 debo encerrarme como he hecho hoy.

-Claro, por eso nos rechazabas de entrada.

-Pues sí, porque ya estoy harto.

-Eres increíble, cualquier otro aprovecharía para follar con tres o cuatro en una sola noche.

-Pero yo no.

-Te amo, te amo.

-Y yo a ti. ¿Vamos?

-Vamos.

Entraron en el ático, Sev prendió la luz y le dijo:

-¿Ves la chimenea? Vas a ir tú por delante, has de meterte dentro, pronunciar la dirección que voy a darte y arrojar un puñado de polvos del saquito que hay junto a ella.

-Vale.

-Hogwarts está lejos, ¿eh? Vas a viajar durante unos segundos por tuberías, no te asustes, caerás en pie sin brusquedad en la chimenea de mi vivienda. Estará a oscuras, así que sal de la chimenea para que llegue yo, y en cuando llegue prenderé las antorchas, en Hogwarts no hay electricidad.

-Vaya tela…

-Pues sí, el mundo mágico está muy atrasado en muchos aspectos, mi vida.

-¿Y por qué no hemos ido directamente a Hogwarts Apareciéndonos?

-Porque Hogwarts está protegido de modo que nadie pueda Aparecerse allí, de otro modo habríamos corrido peligro mientras ha habido amenaza de guerra. Todos los brujos, buenos y malos, han pasado por Hogwarts y podrían Aparecerse.

-Claro…

-Hogwarts es el único lugar seguro del mundo mágico, donde van los jóvenes a estudiar.

-Es apasionante, apasionante…

-Para años y años de aprender. Anda, ve.

Ethel se metió en la chimenea con un puñado de polvos Flu en la mano, pronunció la dirección que le dio Sev y lanzó el puñado de polvos a sus pies, desapareciendo con un fogonazo verde. Entonces él apagó la luz y repitió la operación, llegó largos segundos después a la chimenea de su vivienda.

-¿Estás ahí, Ethel?

-Sí, sí, me he sentado en el sofá.

Sev salió de la chimenea y fue a prender las antorchas con la varita.

-Vale. Voy a prender las antorchas aunque ya debe estar a punto de amanecer, estamos mucho más al norte.

-Claro…

-Pues sí, en los días más cortos del año amanece a las tres.

-Wow… Nunca había estado en Escocia.

-Si dormimos con poción Reparadora nos da tiempo de que mañana te enseñe el castillo y los terrenos que lo rodean.

-¿Qué es eso?

-Más Medimagia, una poción que inventé yo. Cada hora que duermes te vale por más de tres y se puede tomar más de diez días seguidos sin efectos secundarios.

-¿Y la inventaste tú? – muy sorprendida.

-Sí, la original sólo multiplicaba por dos. Soy investigador en Medimagia también, estoy formándome para ello.

-¿Y sin haber terminado de estudiar?

-Sin haber comenzado a estudiar. Las especialidades, los EXTASIS, se estudian a partir de sexto año.

-Vaya tela…

-La inventé durante la Navidad de quinto año, la mejoré y ensayé con ayuda del mejor investigador en pociones de Europa el pasado verano y la patenté en cuanto cumplí los diecisiete, en enero. Desde entonces se fabrica y se comercializa y ha tenido mucho éxito, se vende genial y estoy ganando mucho dinero con ella.

-Es que vaya chollazo, yo quiero de eso para la temporada de exámenes.

-Muy bien, te conseguiré el lunes también en Diagon, pero no abuses, yo prefiero no tomarla más de tres días seguidos.

-Vale, vale…

Sev se sentó junto a ella y le preguntó:

-¿Cuál es el plan para la noche? ¿Prefieres dormir ya o aguantamos un rato más con poción Estimulante?

-Lo que prefieras tú. ¿Tienes sueño?

-Tengo, y ya tomé Estimulante anoche, ésa no está mejorada y tiene más efectos secundarios, y la última semana he abusado de ella porque hemos estado de caza de Mortífagos, el ejército enemigo. Hoy no debería tomar, el lunes además, tengo Giratiempo.

-Buf… No me cuentes tantas cosas de golpe que tengo muchas preguntas, moreno.

-Buf… cierto, cierto…

Rieron.

-Mira, vamos a hacer una cosa, si te parece bien – dijo Sev - Dormimos ya y nos despertamos temprano, antes del desayuno, que nos servirán cuando queramos. Así tendremos tiempo de hacer cositas y continuar charlando, ¿vale?

-Vale.

-¿Tienes hambre ahora? Han pasado muchas horas desde que cenaste.

-Buf… Pero no es muy sano comer justo antes de dormir. No, no, ya desayunaré.

-Claro, a nosotros nos han traído comida para llevar justo después del concierto.

-Claro, los enchufados.

-Eso.

-Había olvidado que yo no puedo dormir hasta las seis.

-Claro… buf… Y además hay que volver a Notting Hill a llamar por teléfono, tampoco tenemos teléfono aquí.

-Vaya…

-Te acompañaré, desde luego.

-No, no, ni hablar. Duerme tú, si me das la dirección de allí ya voy yo, ya sé cómo va, yo tomo Estimulante de ésa.

-Ni hablar, me quedo contigo, quiero dormir contigo. Vamos al dormitorio y la tomamos, la tengo allí.

-Vamos entonces.

-Espera, en ese caso sí que vas a comer algo si has de aguantar todavía hasta las seis. ¿Qué te apetece?

-¿Qué hay?

-Lo que te dé la gana de comida sana.

-Vaya…

-Conseguimos cambiar los menús del colegio, ahora comemos comida mediterránea.

-Vaya… ¿qué me estás diciendo? – muy asombrada.

-Lo que oyes, así que si quieres comida española, pide.

-Sí, por favor, tortilla de patatas, un bocadillo.

-Ya me ha entrado hambre a mí también, adoro la tortilla de patatas. ¿Te gusta con cebolla o sin ella?

-Con cebolla, con cebolla, mil veces mejor.

-Estupendo, voy a pedirlo. ¿Quieres ensalada también?

-Vale, de lechuga, tomate, cebolla y aceitunas.

-Cómo nos vamos a poner.

-Eres genial, genial…

Se levantó, fue hasta el comunicador del comedor y pidió a las cocinas que les trajeran un bocadillo de tortilla de patatas, otra media tortilla en plato y con pan y una ensalada para dos. De allí se dirigió al dormitorio, prendió las velas y llevó a la sala la poción Estimulante.

-Muy bien, mientras esperamos que nos lo traigan vamos a tomar esto. ¿Cuánto pesas?

-Ciento veinte libras.

-Estás delgada, ¿eh? Para lo alta que eres.

-Estoy, estoy, mucho desgaste.

-Buf… ¿comes bien?

-No siempre, porque la mayoría de los días me toca almorzar en la facultad, porque voy a clase por la mañana y por la tarde me quedo allí a dar clase yo a mis compañeros.

-Vaya…

-Y muchas veces no está mi madre en casa para hacernos la comida, mi padre también come en el trabajo o se la hace él cuando no estamos ni mi madre ni yo. Mi casa es un caos, apenas coincidimos.

-Buf… qué vida más dura, cariño. Os retiraré de trabajar a todos, verás.

-Ni hablar, no puedes hacernos eso, nos robarías la dignidad.

-Bueno…

-Ya vas a ayudarnos en muchas cosas.

-Vale, vale… Te sirvo la poción, son las cuatro y media, tomamos para hora y media.

-Genial.

-Cuando se nos pase el efecto tomamos la otra.

-Estupendo.

Sev convocó un dosificador y se la sirvió, después se sirvió la suya.

-¿Ya notas el efecto?

-Sí, sí, es maravillosa, y lo que decías, sólo me siento despejada, no drogada.

-¿Has probado alguna droga?

-No, pero me han contado.

-Claro.

-¿Van a tardar mucho en traernos la comida? Me muero de hambre.

-Un ratito, cariño, porque no son horas de comer y he pedido que nos la hagan recién hecha, que no esté recalentada.

-¿Y quién trabaja en la cocina a estas horas? – casi exasperada.

-Los elfos.

-¿Qué es eso?

-Una especie mágica. No te cuento nada, cuando venga a traernos la comida lo verás.

-Vaya…

-Ya verás. No te asustes, ¿eh? Son muy graciosos.

-¿Y cualquiera en el colegio puede pedir comida cuando le venga en gana?

-No señora, sólo el profesorado y yo. Y yo puedo hacerlo desde hace una semana apenas, cuando construyeron esta vivienda para Lucius, su mujer y para mí, por si debían huir del ejército enemigo.

-Vaya…

-Antes vivía en la casa Slytherin, una de las cuatro del colegio, la de la primera canción del concierto.

-Vale, vale…

-Y si tenía hambre fuera de las horas de las comidas tenía que ir a las cocinas.

-Claro… No te han retribuido hasta ahora todo el trabajo que has estado haciendo.

-Pues no, ni quiero que lo hagan. El ministro de magia me ofreció una recompensa de cinco mil galeones y la rechacé para que salgan adelante las familias de los Mortífagos muertos o atrapados.

-Preguntas, preguntas. ¿Galeones?

-La moneda mágica, un galeón son aproximadamente cinco libras.

-Buah… ¿Rechazaste veinticinco mil libras?

-Sí señora.

-¿Y las donaste para las familias del ejército enemigo?

-Sí, cariño, muchos niños han quedado desamparados. Los brujos no tenemos paro ni ayudas sociales, y los cabezas de familia que no han muerto no saldrán de prisión. La prisión de los brujos, Azkabán, es una sentencia de muerte, te mata a no ser que seas muy mala persona, porque sus guardianes, los dementores, te roban los recuerdos felices, la alegría, te hacen deprimirte y mueres de tristeza.

-Vaya mundo inhumano y hostil, sin derechos humanos.

-Ya te digo.

-Yo que pensaba que era un chollo ser brujo.

-Pero debe ser así, tenemos mucho poder y quien lo utiliza mal debe ser castigado en la misma medida. Podemos matar con la varita, es un arma también, con sólo pronunciar un hechizo y tener intención de hacerlo. Y no sólo eso, con otro maleficio hacer desaparecer el cadáver y que no queden pruebas de nuestro crimen más que la propia varita, que debería ser inspeccionada para saber qué hechizos ha lanzado.

-Vaya, vaya…

-Así fue como Lucius se cargó al tirano, Voldemort, Avada Kedavra para matar y Reducto para desintegrar, limpiamente.

-Vaya tela… Aun así, vaya persona excepcional eres, rechazar veinticinco mil libras, que te hubieran arreglado la vida. Eres increíble, increíble…

-Ya casi las he recuperado, lo que he sacado de hablar a la prensa mágica y lo que Lucius va a darme de su recompensa. Tendría dinero de sobra para vivir de invertir si quisiera, pero no lo haré, seguiré trabajando en todo lo que hago.

-Desde luego que sí, no dejes ninguno de tus trabajos, son todos fundamentales. Ya te digo que por mi parte te robaré el mínimo de tiempo y te ayudaré al máximo. Qué gran honor para mí compartir la vida con alguien tan excepcional y determinante, me harás pasar a la historia a mí también aunque tampoco sea a lo que aspiro.

-En el desayuno de mañana nos llegará el diario, podrás llevártelo para leerlo.

-¿Y para ti?

-Lucius comprará un montón en Diagon como ha hecho hoy, o más bien se los regalarán, no te preocupes.

-Pero si se ha sabido que ha sido él quien lo ha hecho van a perseguirlo tanto los buenos como los malos.

-Pues no, los buenos no van a perseguirlo, van a recompensarlo, y los malos ya están todos atrapados.

-Pero quedan sus familias.

-Es un riesgo que hay que correr. Por eso hay que tratarlas bien, para que no quieran tomarse venganza.

-¿Y cómo sabéis que todos han sido atrapados?

-Porque Lucius los conocía a todos, era el número tres del ejército enemigo.

-¿Qué dices? – muy asombrada.

-Lo que oyes.

-Vaya historia de intriga…

-Mañana la leerás en El Profeta, ya verás.

-Buf… no voy a tener tiempo de leer dos diarios enteros antes de ir a Times Square, he de hacer el almuerzo para mi padre y para mí.

-Que te lo lea él mientras tanto.

-Claro…

-¿Quieres que le echemos un ojo al de hoy, al menos las fotos y los titulares, mientras nos traen la comida?

-Vale, así lo veo contigo, porque me va a dar pena no hacerlo mañana contigo.

-Claro… Pero es mejor emplear el tiempo en otros quehaceres, mi amor, ya que tenemos poco.

-Sólo una pregunta antes, ahora que has hablado de tiempo lo he recordado. ¿Qué es eso de Giratiempo que antes has nombrado?

-Un artefacto mágico maravilloso e infernal al mismo tiempo.

-Cuenta, cuenta...

-Podemos viajar en el tiempo hasta cinco horas atrás.

-Buah… ¿qué dices? – exaltada - ¿Y cambiar el pasado?

-Hay que procurar no hacerlo, porque se crearían paradojas. Se emplea para ganar tiempo, poder estar en dos lugares a la vez, no para eso.

-Claro…

-No los venden, los concede el Ministerio. Yo tengo uno para mí desde que soy Comandante en Jefe, hace casi un año ya.

-¿Lo tienes aquí?

-Sí, en el dormitorio, te lo enseño.

-Vale.

Sev fue por el Giratiempo al dormitorio, se lo dio a Ethel y volvió a sentarse junto a ella.

-Qué bonito es, parece una joya. ¿Y esta cadena tal larga?

-Para que podamos usarlo a la vez muchas personas. Lo he compartido con mucha gente, hay que pasarse la cadena por el cuello para usarlo.

-Entonces con esto tenemos todo el tiempo del mundo, volvemos atrás y ya está, nos da tiempo de leer el diario entero ahora.

Sev rio.

-Por algo te he dicho que también es infernal. Nuestro día, en lugar de veinticuatro horas, tendría veintinueve, te cargas los ritmos de sueño y vigilia, es malo para la salud utilizarlo indiscriminadamente. Yo lo hacía cuando me lo dieron y lo sufrí un montón, si fuera tan fácil desde luego que tendría tiempo para todo, pero hay algo más. Cada hora que vivo de más sigo envejeciendo, cuando cumplí diecisiete no tenía diecisiete, sino diecisiete más todas las horas de más sumadas, que fueron muchas. Soy más viejo de lo que marca mi edad cronológica.

-Claro, claro… Para quien lo usa sigue pasando el tiempo.

-Eso. Hoy no pienso utilizarlo, ya voy a tener que hacerlo el lunes para poder ir a clase por la mañana y también a entrevistarme con el ministro de magia y a Diagon, y van a tener que ser al menos cuatro o cinco horas, un descontrol.

-Claro, claro…

-Lo siento, cariño, en otra ocasión.

-Vale...

-Si quieres úsalo tú sola, ¿eh? Pero no podrías estar aquí, te verías a ti misma dentro de un rato cuando llegáramos.

-Claro… buah… No, no, qué paranoia, no quiero, cuando lo haga lo haré contigo que eres quien controla. Con lo de dormir sólo dos horas y pico llega.

-Con dos horas y media nos llega, si nos dormimos a las seis y cuarto despertamos a las nueve menos cuarto.

-Maravilloso. Saca el diario, anda.

Sev sacó El Profeta del bolsito y lo desplegó por la primera plana.

-Buaaah… la foto se mueve… Es una filmación, en papel, qué alucine.

-Magia. Existen cámaras de fotos mágicas, hoy mismo me han regalado una pero no sé cómo funciona, te haría una foto si supiera.

-No importa, otro día.

-Qué pena, he tenido oportunidad de aprender y no lo he hecho porque me he enfadado con Lucius.

-Vaya… Llévala mañana a Times Square y nos la hacemos juntos allí, que nos la haga él.

-Vale, eso sí. ¿Qué te parece el titular?

-Maravilloso.

-Es un diario que ha tenido una evolución, la primera vez que salí en él me pusieron a caldo.

-¿Y eso?

-Porque aparentemente pertenecía al bando contrario, querida. Mis compañeros de año lo consideraban así y escribieron vilipendiándome cuando se supo que estaba en el bando correcto.

-Vaya…

-Pues sí, yo también pude estar en el otro bando, como Lucius, ése era el camino que llevaba. Por algo fuimos amigos durante tres años hasta que él se graduó.

-Cierto, algo ha dicho del camino que te había marcado él.

-Eso. Cuando leas el diario de mañana, que viene la historia completa de mi vida contada por mí, te enterarás.

-Estupendo. Pasa de página, anda.

-¿Te has fijado en la marca en el brazo de Lucius?

-No, a ver… ¿Una calavera con una serpiente?

-Sí, la Marca Tenebrosa, la marca de los Mortífagos, le pidieron que la enseñara.

-Vaya…

-Voldemort marcó así a todo su ejército y una vez marcado ya no te podías desligar, te eliminaban.

-Buah… claro, los desertores.

-Eso.

-Mañana le pido que me la enseñe.

-Claro que sí, está muy orgulloso de ella por la posición ventajosa que le otorgó, y se le está comenzando a borrar porque Voldemort ha muerto.

-Mejor, que pueda olvidar con el tiempo. ¿Puedo hacerte una pregunta? No me respondas si no quieres, es sobre él.

-Ya me la huelo, y sí voy a responderte porque lo contaremos todo en los libros.

-Son varias preguntas. ¿Él fue Mortífago convencido o ya era espía cuando se marcó?

-Fue partidario mientras estaba en el colegio, y en cuanto se graduó se marcó convencido y pasó así año y medio.

-Muy bien, meollo de la cuestión. ¿Cometió crímenes?

-En efecto, así fue, eres la primera persona a quien se lo cuento.

-¿Mató personas?

-Sí.

-Por eso va a hacer el Camino de Santiago. Ya me lo olía desde que me lo has contado.

-Claro, pequeña, por eso, está destrozado.

-Hemos de ayudarlo.

-Claro que sí, ya le he buscado un psicólogo muggle especializado en delincuentes.

-Claro, los psicólogos son como los sacerdotes, deben guardar secreto profesional. ¿Es religioso?

-No, los brujos somos ateos, cariño.

-Ah, ¿sí?

-Sí.

-Vaya… Pues en un caso así le ayudaría mucho, y más si va a hacer el Camino. La religión, expiar las culpas.

-Claro…

-Rezar y pedir perdón en cada iglesia por la que pasara, ir a misa.

-Claro, claro… Se lo comentaré.

-Yo no soy religiosa ni lo es mi padre, ¿eh? Pero tengo cierta cultura, en España lo son mucho.

-Desde luego.

-Mis abuelos y mis tíos y primos iban a misa los domingos durante la dictadura, y nosotros con ellos mientras estábamos allí, por aparentar.

-Claro…

-Ya sabes, la represión.

-Buf…

-Disimular en un pueblo donde todos se conocen.

-Qué chungo.

-Qué liberación cuando murió Franco, qué fiesta montamos, allí y aquí. Nos llamamos por teléfono y estuvimos casi una hora hablando, el sueldo de un mes en la conferencia se fue.

-Vaya tela…

-Media España lo celebró, con champagne que ya guardaban desde que enfermó. La vergüenza fue que muriera de viejo, en su cama, debieron atentar contra él como lo hicieron contra Carrero Blanco en el '73, como habéis hecho vosotros con Voldemort.

-¿Carrero Blanco?

-Sí, el presidente del gobierno, se lo cargó la ETA, los terroristas vascos, con una bomba bajo la calzada justo cuando pasaba su coche, una operación planeada al detalle durante meses, la operación Ogro. El coche voló tan alto que cayó en el patio de un convento sobrevolando el edificio, la pena fue que murió también el chófer.

-Vaya tela…

-El mes que viene son las primeras elecciones democráticas en más de cuarenta años, moreno, y han legalizado incluso el Partido Comunista que era el diablo rojo y ha sobrevivido en la clandestinidad. A ver en qué resultan, si no gana la derecha, promete el centro, un político que tuvo cargo durante la dictadura pero es bastante aperturista y moderado, Adolfo Suárez.

-Vaya…

-Nadie en mi familia vota, ya sabes, anarquistas, ni dios, ni amo, ni marido, ni partido.

Sev rio.

-Ni marido… y acabamos de comprometernos.

-Pero nos casaremos por lo civil, para tener papeles en regla, nunca por la iglesia.

-Pues a mí me habría hecho ilusión casarme en la iglesia de Ponferrada.

-Calla, calla, con el cura y todas las beatas… Ni hablar, yo no me caso por la iglesia, me desheredan, me echan de la familia. Y lo más importante, atentaría contra mis propias convicciones.

-Jo… qué pena…

-Acabas de decir que eres ateo. ¿En qué quedamos?

-Pero una boda en una iglesia es muy romántica…

-Tú has visto muchas películas. Nos casaremos en un jardín, al aire libre, y lo celebraremos en la posada de mis abuelos galeses. Si no cabemos dentro, fuera.

-Vale, eso también me vale…

-Y no pienso vestirme de novia, ¿eh?

-Jo… ¿por qué no?

-Blanco, símbolo de virginidad, me niego en rotundo.

-Vaya…

-Claro… ¿En qué quedamos? Te he enamorado porque he mamado el anarquismo y el trabajo duro desde niña, no pienso gastar un penique en un bodorrio más que para invitar a las familias y amigos. Ni hablar. Bastante va a ser que vamos a tener que traer a toda mi familia desde España, a ver si mis abuelos no están demasiado mayores para venir o no han muerto ya.

-Claro… Entonces nos casamos cuanto antes.

-Buf… no, no, vamos a aguantar un rato largo, que luego deshacerlo si nos arrepentimos es complicado, moreno. Y organizarlo con la cantidad de gente que ha de venir no es moco de pavo, ¿eh? Hay que pensarlo con mucha calma, a ver cómo hacemos para vivir juntos y esas cosas, porque yo quiero vivir contigo en cuanto lo hagamos, he de contribuir y por el momento no tengo medios ni voy a tenerlos hasta que termine de estudiar, otros tres años. En tres años pueden pasar muchas cosas, para empezar, ni siquiera nos hemos catado todavía, yo por el momento estoy confiando en tu palabra, pero si no funcionamos bien en la cama nada que hacer, chico. Quiero serte fiel y no pienso condenarme a un matrimonio que no me satisfaga lo suficiente.

-Tienes toda la razón. Qué sabia eres, Ethel, eres el contrapunto perfecto para mis arrebatos.

-No creas que no te lo agradezco, que estarías dispuesto a pagarlo todo tú con tal de que mis abuelos no se lo perdieran, pero te aseguro que a ellos no les va a importar. Les va a bastar con conocerte cuando sea el momento y saber que he encontrado una buena persona, la mejor. Bésame