Para Imaginación Fanfiction del grupo Club de Lectura de Fanfiction. Este fic participa en el evento Drablethon, y tomamos el pedido con el IchiHime. Esperamos que no haya mucho OoC, pero es la primera vez que hacemos algo de ellos.
La caja seguía escondida en el fondo de su armario. Orihime no se atrevía a abrirla de nuevo, mucho menos a usar lo contenido en el interior: un conjunto de lencería. Había sido un regalo hecho por Rangiku, una de las mejores amigas de la ahora señora Kurosaki. Sin embargo, Orihime se consideraba poco atrevida como para usar el conjunto. Pedirle ayuda a Rangiku no estaba en sus planes, necesitaba una opinión más neutral, así que decidió llamar a Rukia, y en un par de horas la shinigami estaba en su apartamento.
—Te agradezco mucho que viniera y lamento las molestias, Rukia-san, esto es muy importante para mí.
Rukia ladeó la cabeza, negando. Ambas se encontraban en la pequeña sala, las dos muriéndose de nervios por resolver su problema y la otra por ayudar a su amiga.
—No es ninguna molestia. Dijiste que era un problema de chicas, ¿no? —Orihime asintió—. No soy buena en esas cosas, pero a ver, ¿qué es lo que te preocupa tanto?
Orihime le acercó la cajita. Por fuera nada fuera de lo normal, pero al abrirla Rukia entendió porque Orihime acudió a ella.
—¿Un regalo de Rangiku? —Advirtió la shinigami, más como afirmación que como pregunta.
Orihime estaba sonrojada de la vergüenza y volvió a asentir.
—Me lo dio en el intercambio de regalo de la Asociación de Mujeres Shinigami—explicó la pelirroja con nerviosismo—. No sé muy bien que hacer con esto...
—Úsalo—Rukia cortó el discurso de su amiga—. Ella suele regalar este tipo de cosas, y no está tan mal, ¿sabes?
No esperaba eso, mucho menos de Rukia, Orihime pensaba recibir otro tipo de consejo, no estaba segura de cuál, pero no ese.
—Bueno es que...—Orihime tardó en dar una respuesta, pues meditaba que palabras usar—, quizá es demasiado para mí. No soy alguien a quien le queden ese tipo de cosas.
Si bien en el pasado muchos se habían aprovechado de su inocencia, Orihime no era más esa chica torpe a la que usaban como si fuese una mujer florero. Y no es que le disgustase usar a su favor su atractivo físico, era que no quería su valor como mujer recayera en eso.
—¿Por qué? Eres una chica atractiva, tienes un esposo que te adora, no veo el problema.
—!¿Y si a el no le gusta?! !¿Y si piensa mal de mí?! —Orihime exclamó aquello con sorpresa, incluso para si misma.
En ese momento ella comprendió en donde residía su inseguridad. Estaba casada con Ichigo, sí, y tantos años de haber sido solo su amiga era diferente y complicado para ella romper todas las barreras entre ellos. Y el hecho de que estuvieran casados no quería decir que su relación estaba resuelta tampoco. Los dos estaban conociendo facetas del otro que eran extrañas hasta para ellos mismos: la sexualidad seguía siendo una de ellas.
Orihime salió de su ensimismamiento al escuchar la risa ligera de su amiga, lo que le causó desconcierto.
—Si piensa mal de ti entonces tendré que golpearlo—Rukia le guiñó el ojo—. Pero nunca sabrás si le gusta si no se lo muestras.
—Si, supongo que tienes razón—dejó salir un suspiro de alivio—. Es solo que todo se siente, ya sabes, diferente.
—Y que lo digas, pasé algo parecido con Renji.
Las dos pasaron el resto de la tarde compartiendo sus experiencias sobre como el matrimonio había cambiado sus vidas, y también recordaron los viejos momentos que pasaron juntas durante las varias batallas que atravesaron.
Llegado el atardecer, Rukia se marchó. Orihime pasó el resto del día haciendo la cena, sus habilidades culinarias mejoraron lo suficiente como para no matar a su esposo de una intoxicación, lo cual ambos agradecían.
Luego de ducharse, Orihime decidió probarse el conjunto, pues apenas y lo había mirado. Tan solo de pensar que Ichigo la vería con aquello puesto...Oh no, ya se estaba anticipando a que seria un hecho. No es como que su esposo no la hubiera visto desnuda y viceversa, era que se sentiría distinta al usarlo. Orihime apartó sus inseguridades y respiró profundamente antes de ponerse el conjunto. La tela era fina y muy suave pese a ser encaje, el sostén era muy cómodo y resaltaba su abundante busto de manera muy elegante, y la tanga no era tan incómoda como ella creía, además incluía unas medidas. Y el color era agradable a la vista, no era el típico rojo carmín, sino uno más oscuro, como el del vino. Tal vez el color era el indicio de su madurez como mujer, o eso quiso pensar Orihime. La pelirroja modeló frente al espejo varias veces, sintiéndose cada vez más segura con el atuendo; ahora le gustaba. Parecía una mujer elegante y muy femenina, sus atributos dejaban al descubierto la piel suficiente para tentar al observador.
—Orihime, ya estoy en casa—gritó Ichigo, y luego se escuchó el cerrojo en la puerta.
Ella no supo que hacer, no estaba preparada para que Ichigo la viera, no todavía.
—Voy en un segundo, la cena está lista—dijo asomándose por la puerta de la habitación.
Y justo antes de que ella intentase cerrar para cambiarse, su esposo entró al cuarto. Ichigo se quedó pasmado sin saber que decir a su esposa, y esta intentaba cubrirse inútilmente con una de las sábanas.
—¿Por qué te cubres?
—Yo...Solo me lo estaba probando, fue un regalo...—Ichigo alzó una ceja al oír eso—, de Rangiku, hubo un intercambio hace meses...
Sin saber que excusa poner, y al no ver respuesta por parte de Ichigo, Orihime se rindió y se sentó en la esquina de la cama.
—¿No comerás?—preguntó sin mirar a su pareja—, si no te gusta podríamos pedir algo a domicilio.
—Quizás prefiera comer otra cosa esta noche—El tono seductor en la voz de Ichigo hizo que Orihime comenzara a ponerse, ¿cómo decirlo?, emocionada, deseosa, hasta lujuriosa.
El de cabellos naranja se acercó hasta arrodillarse ante su esposa.
—Me quedé callado porque no tenía idea de lo jodidamente hermosa que te ves usando esto—expresó Ichigo con voz ronca, tirando del encaje del sostén, rozando con la tersa piel de la pelirroja.
Orihime se estremeció con aquella caricia, y agradeció internamente a Rukia por animarla a usar el conjunto, y a Rangiku por regalárselo. Aquella sería una noche memorable para los recién casados Kurosaki.
Ojalá que te haya gustado el fic, es la primera vez que escribimos de esta pareja. Gracias por la lectura y por la oportunidad de tomar tu pedido. Se aceptan criticas y tomatazos.
