CAPITULO 3 UN PAQUETE PARA ENTREGAR
En el instante en que Ino lo vio, recordó todo lo que su equipo y ella sufrieron al perder a Asuma, y todo por una maldita recompensa. Ese hombre, que estuvo a punto de estrangularla durante su última pelea, estaba ahí quieto, observándola, como disfrutando de su conmoción. Cuando Ino salió de su sorpresa, saco un kunai que guardaba bajo la almohada, y se abalanzó contra Kakuzu, aun sabiendo que con 4 corazones aparte del suyo no podría hacer nada contra él.
Kakuzu se sorprendió de la reacción de la chica, esperaba ver a una niñita temblorosa y asustada y en lugar de eso, vio a una mujer dispuesta a plantarle cara. En ese mismo instante, Kakuzu le sujeto ambos brazos con sus fuertes manos y apretó con fuerza, en la que llevaba el kunai, para que lo soltara.
Ino sabía que tenía mucha menos fuerza que él y aunque intento aguantar todo lo que pudo, Kakuzu no se detenía en su agarre y estuvo a punto de romperle la muñeca, pero ella lo soltó antes pues ya no soportaba más la fuerza con que la estaba apretando. ¿Qué podía hacer contra un hombre tan fuerte que había sido incluso capaz de levantar a Chouji y a ella sin el menor esfuerzo?
Cuando el kunai cayó al suelo, él aflojo su agarre, aunque en situaciones normales hubiera seguido para castigarla por haber intentado atacarle, recordó que su líder no quería que la chica sufriera daño alguno. Aun así, ella siguió pataleando e intentando golpear a Kakuzu con las manos. En ese momento se tuvo que poner encima de ella para apresarle las piernas y colocar le los brazos a ambos lados de su cabeza para que no los moviera.
Ante ese panorama a Ino solo lo quedaba un último recurso, gritar lo más alto que pudiera con la esperanza de que alguien pudiera oírla. Pero Kakuzu adivinó sus intenciones y antes de que pudiera abrir la boca, el akatsuki hizo que varias de sus suturas salieran de sus brazos y le taparan la boca.
- Cállate estúpida, nada ni nadie va a salvarte de mí ahora- dijo Kakuzu mientras que sus hilos se hacían más abundantes, sustituyendo a las manos de Kakuzu y en cuanto este tuvo las manos libres le dio un golpe seco a la chica haciendo que se desmayara- Joder, hay que ver como se defiende esta niñata- dijo mientras volvía la vista hacia la chica.
Ahora estaba dormida como lo estaba antes de que ella abriera los ojos, él se la quedó mirando fijamente, su rostro era plácido, no parecía que habían estado peleando hace unos segundos. Aún sobre ella, no pudo evitar bajar poco a poco la mirada hacia sus pechos, los cuales casi los tenía salidos del camisón debido al forcejeó de hace un momento.
Kakuzu parpadeó un par de veces, y recordó que tenía una misión que cumplir. Se levantó de encima de ella, la cargó entre sus fuertes brazos y salió de la casa por la terraza. Debía darse prisa, pues debía estar lo suficientemente lejos para que nadie lo siguiera.
Al día siguiente...
Pasaron las horas, Kakuzu ya estaba bastante alejado de la villa, y cargaba a Ino sobre uno de sus hombros, como si fuera un saco de patatas. Él no había parado de correr en toda la noche, para poder alejarse de la villa, y ahora que estaba lo suficientemente lejos, iba caminando, pero sin pararse. El bosque comenzaba a amanecer y los canticos de los pájaros se oían en todas partes. De repente Kakuzu notó como la chica se movía.
- Vaya parece que la niñata se ha despertado- dijo Kakuzu sin expresión en el rostro.
En ese momento Ino, abrió los ojos y recordó todo lo que había pasado la noche anterior, por lo visto lo de anoche no había sido un sueño, sino que era real, muy real. Ella frunció el ceño y haciendo que su mano se iluminara con luz verde, de algún tipo de ninjutsu médico, golpeó a Kakuzu en un costado, de modo qué de un momento a otro, este se quedó arrodillado en el suelo. No sabía que había sido ese ninjutsu, pero por lo que parecía con el podía golpear órganos vitales haciéndole mucho daño al enemigo.
Ino aprovechó la confusión de Kakuzu para salir corriendo en dirección contraria, pero Kakuzu utilizó su brazo y lo lanzó, agarrando por el cuello a Ino y arrastrándola de vuelta hacia él. Cuando Ino estaba ya a pocos metros de Kakuzu, este se levantó a duras penas y volviendo a colocar su brazo en su sitio, miro a la chica.
- ¿No te trae recuerdos esta postura? ¿¡Eh!?- dijo levantándola del suelo mientras la agarraba del cuello.
En ese momento Ino recordó la primera pelea cara a cara que tuvo contra el Akatsuki, él estaba a punto de acabar con Chouji y ella le lanzó unos surikens para impedir que lo hiciera. En ese momento Kakuzu la miro como si fuera un gusano y aprovecho su distracción para agarrarla del cuello e intentar asfixiarla. Si no hubiera sido por Shikamaru, estaría muerta.
- La diferencia es que Shikamaru, no está aquí para salvarte- continuo mientras la apretaba un poco más.
- Yo…ya no… ¡necesito que me salven! - gritó mientras ejecutó de nuevo el mismo ninjutsu médico, esta vez en el brazo de Kakuzu, haciendo que la soltara al instante.
En ese momento Ino ya no estaba dispuesta a huir, o mejor dicho no podía, al menos no mientras estuviera el Akatsuki estuviera en pie, entonces decidió que utilizaría su ninjutsu médico sobre Kakuzu para inmovilizarle. Si conseguía utilizar el jutsu sobre su cabeza o sobre su médula espinal ya no podría moverse, al menos por un cierto tiempo.
En ese instante se abalanzó sobre Kakuzu, a él aún le dolían mucho los dos sitios donde le había golpeado, pero como un ninja acostumbrado a la batalla y al dolor, luchó contra ella como si nada. Debía reconocer que había mejorado mucho, su velocidad ahora era mayor e incluso se igualaba a la suya, es cierto que él tenía más fuerza, pero ella era más ágil y flexible que él y le esquivaba de forma bastante eficaz.
Siguieron así durante un rato, pero de repente Kakuzu acorazó su brazo y golpeando el suelo, haciendo saltar grandes trozos de roca, que obligaron a Ino a taparse y este aprovechó para asestarle un golpe en la tripa, sin embargo, Ino utilizó un clon de sombra y se abalanzó contra Kakuzu desde atrás. Pero Ino también fue engañada por un clon de agua que había hecho el akatsuki. El verdadero Kakuzu, apareció frente a ella.
- No está mal para una niña, pero el juego termina aquí- dijo Kakuzu mirándola desafiante.
- ¡Eso es lo que tú te crees! –dijo ella lanzando un kunai, mientras hacia un sello que él nunca había visto.
- ¡JA! Un esfuerzo inútil –dijo él, después del que el kunai pasara por un lado de su cabeza, aunque en el momento en que ella sonrió él sintió como que salía de una especie de ilusión y no era el kunai sino ella la que estaba detrás suya- ¿¡Qué?!
- ¡El inútil serás tú! - dijo tocando a Kakuzu con las dos manos, de nuevo con ese extraño ninjutsu médico, le impactó y esta vez fue en los puntos donde Ino había calculado que harían efecto.
Efectivamente Kakuzu cayó desplomado en el suelo, el jutsu le había afectado a la médula espinal y estaba paralizado. Esa chica había conseguido hacerle eso… ¿Cómo era posible?
- Te estarás preguntando como lo he hecho, muy bien te lo diré- hizo una pequeña pausa y continuó- cuando has golpeado a mi copia he aprovechado el momento para lanzarte un jutsu de traspaso mental, con él te he hecho creer que yo estaba delante de ti y te lanzaba un Kunai, cuando en realidad estaba detrás de ti-
- ¿Una técnica ilusoria? - dijo tirado en el suelo.
- No exactamente, lo que has visto no era una ilusión, el kunai y yo éramos completamente reales. Sin embargo, los años que he estado trabajando en los jutsus mentales he descubierto que se puede manipular no solo la voluntad de la gente con la que utilizo mis jutsus sino también su perspectiva, la forma en la que perciben las cosas, sus sentidos. En otras palabras, he manipulado la parte de tu cerebro que se encarga de tu vista, para que vieras una imagen real al revés - dijo sonriendo.
- ¿Y el kunai…? Ya veo, lo has lanzado para distraerme el tiempo suficiente para acercarte lo bastante a mí. Para que no me diera cuenta que estabas detrás.
- Exacto, el jutsu que yo he utilizado solo engaña a la vista, pero los ninjas entrenamos todos nuestros demás sentidos en la batalla por si alguno nos traiciona. Por eso, debía distraer tus otros sentidos- dijo Ino pasivamente.
- Ya veo de ahí que hayas utilizado esos extraños sellos, al mismo tiempo que lanzabas los kunais, para que creyera que me atacabas con algún jutsu de tu clan y que tuviera mi atención puesta en tus movimientos. Ha sido una buena distracción, reconozco que eres más lista de lo que parecías- dijo cerrando los ojos.
- Ya se ha terminado no puedes moverte, así que terminaré lo que paso hace años ¡cuando matasteis a Asuma! – dijo frunciendo el ceño y sacando un Kunai. - (Tengo que matarlo ya, la parálisis es solo temporal).
- ¿El de los 35 millones de ryo? - dijo él acordándose del sujeto en cuestión.
- Si, hasta aquí, ¡has llegado! –dijo abalanzándose sobre él dispuesto a acabar con sus 5 corazones.
- Ha sido una buena pelea, pero se acabó el juego- dijo mirándola a ella al acabar la frase.
De repente Ino había sido agarrada por ambos brazos por uno de los monstruos de Kakuzu, concretamente por el de la máscara del rayo.
- Pero ¿cómo? - dijo sorprendida y desconcertada
- Tu plan hubiera tenido éxito con mi compañero, pero yo nunca subestimo a un rival, aunque sea un niñata- dijo él levantándose a duras penas. El jutsu de parálisis tenía un tiempo limitado por lo visto.
- ¿Qué quieres decir con eso? - dijo la chica mientras forcejeaba con el monstruo de rayo.
- Tú me has explicado cómo me has engañado, así que yo haré lo mismo contigo, cuando he golpeado el suelo y te he lanzado esas rocas, ¿de verdad creías que era solo para eso? - ella se sorprendió ante ese comentario.
- Lo enterraste…- dijo ella mirándole cansinamente al entender lo que quería decir.
- Así es, después de sufrir dos golpes de tu ninjutsu médico, ¿crees que me arriesgaría a un tercero sin tener una estrategia? Claro que no, sabía que si me golpeabas en el punto justo no podría utilizar ningún jutsu durante un tiempo, el cual sería suficiente para matarme, por ello tome medidas. Además, ya me habían advertido de la clase de jutsus que utilizas- dijo el acercándose un poco a ella y cogiéndola de la barbilla para que lo mirara- Como ya te he dicho el juego termina aquí- la soltó y se alejó un poco de ella.
- ¡Maldición! – dijo ella en un último esfuerzo para soltarse.
- ¡Jutsu Trueno!¡Descarga efectiva! - al terminar la frase Ino fue electrocutada por una onda que la paralizó completamente - No te preocupes no es mortal, es solo para asegurarme de que eres una buena niña- dijo sonriendo bajo la máscara.
Después del jutsu de trueno, Ino cayo desmayada a los pies del Akatsuki. En ese momento, Kakuzu aún tenía el cuerpo algo entumecido por el jutsu e hizo que su monstruo cargara con la chica. Emprendieron rumbo hacia la guarida de Akatsuki.
Una vez en la entrada de la cueva hizo que su monstruo se introdujera de nuevo en su cuerpo, no quería que le vieran con aspecto de haber recibido daño, al fin al cabo, Kakuzu era muy orgulloso y le costaba reconocer que había caído en la trampa de otros. Además, si Hidan, veía que esa niña había conseguido hacerle tanto daño, estaría riéndose de él hasta que se acabara el mundo. Así que cogió a la chica en brazos y ejecuto el sello para abrir la puerta. En ese momento la roca se abrió dejando ver dos siluetas.
- Veo que ya estás aquí Kakuzu- dijo la silueta más alta
- Misión cumplida, Pein- dijo Kakuzu mirando a su líder con el ceño fruncido.
- Si ya lo veo- dijo acercándose a la chica, pero al ver que estaba herida…- ¿no te deje claro que no debías hacerla daño? ¿Y esas marcas? –termino diciendo al mismo tiempo que señalaba las heridas del cuerpo de la chica.
- La chica resultó ser más fuerte de lo que creía y no tuve más remedio, además lo que te prometí fue que no la mataría- dijo Kakuzu frunciendo aún más el ceño.
- Ah…Esta bien, supongo que tratándose de ti es un éxito que no la hallas matado- dijo el líder dándose la vuelta hacia Konan- encárgate tú de curarla, ya sabes dónde llevarla.
- Muy bien Pein, Kakuzu sígueme- Konan dio la espalda a Kakuzu, el cual la siguió por unos pasillos hasta que llegaron a una habitación contigua a la del Akatsuki.
- ¿Qué significa esto? – pregunto a la mujer de pelo azul.
- Cuando Pein te dijo que te ocuparías de ella lo dijo en serio, estando cerca será más fácil vigilarla- le dijo la mujer abriendo la puerta. Al entrar le señalo la cama- Túmbala ahí.
Kakuzu obedeció y dejo a la niñata en la cama. Aún le dolía el cuerpo por los golpes de la chica y al agacharse no pudo evitar hacer una mueca de dolor, pero Konan no se dio cuenta.
- ¿Ahora qué?
- Pein te lo dirá, ahora vete, yo me encargare de curarla.
- Muy bien- le dijo y salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí, pensando cómo diablos iba a terminar todo esto.
