Capítulo 17. Acercamiento

EN LA ALDEA SIAKURAKO…

Ya hacia unas horas que habían llegado a la aldea y habían estado dando vueltas en busca de algún tipo de información. Preguntaron a un panadero si había visto a alguna persona que portara un traje negro de nubes rojas y para su buena suerte, el hombre les dio una respuesta bastante satisfactoria.

- Si, me pareció ver a tres personas con ese traje. Eran dos hombres y una mujer -dijo el panadero.

- ¿Y sabe hacia dónde se dirigían? -pregunto Sakura.

- No señorita, pero sé que se hospedaron en el hostal KIO. Lo lleva una anciana amiga mía. Seguramente ella puede ayudarles.

- ¿Por dónde queda ese hostal? -pregunto Shikamaru.

- Dos calles más adelante, joven.

- Muchas gracias. Vámonos -dijo volviéndose hacia sus amigos y siguieron más adelante donde encontraron un hostal.

- Debe ser ese -dijo Chouji.

Shikamaru se dirigió hacia la puerta del hostal, seguido por Chouji y Sakura. Avanzaron hasta la recepción y llamaron a la campana. Apareció una mujer mayor de pelo blanco, que les sonrió amablemente a los recién llegados.

- Buenas tardes, jovencitos ¿en qué puedo ayudaros? -dijo la mujer en el otro lado del mostrador.

- Hola señora, vera tenemos entendido que hace unos días se hospedaron aquí tres personas que llevaban unos uniformes negros con nubes rojas… - fue interrumpido Shikamaru.

- Lo siento, niños, pero aquí tenemos muchos clientes y yo no puedo andar divulgando quien entra o sale.

- Señora por favor -intervino Sakura -es muy importante para nosotros. Estamos buscando a nuestra amiga -dijo sacando una fotografía de Ino del bolsillo – Es esta chica, ¿le suena haberla visto?

La mujer se quedó mirando fijamente la foto que le había dado Sakura y tal como se reflejaba en el rostro de la mujer, la conocía. Esa muchacha de la foto, era la chiquilla rubia que vino la semana anterior en compañía de esos hombres.

- Si la he visto -devolvió la foto a Sakura y al momento que lo dijo, los rostros de los tres relajaron la expresión de sus rostros, mostrando otra más relajada. La mujer lo vio y decidió ayudarles, en verdad no parecían gente mala. Entonces suspiro - ¿Qué queréis saber?

- Todo lo que sepa. -dijo Shikamaru.

- Esa niña, vino de noche con dos hombres con las mismas ropas que decís. Uno de ellos, me pidió que le diera tres habitaciones, pero esa noche estábamos prácticamente completos porque estaba la feria puesta en el pueblo de al lado. Me pregunto si había otro hostal, pero como yo le dije que no, se quedaron aquí de todas formas, en dos habitaciones que si quedaban libres. -hizo una pequeña pausa – a la mañana siguiente, desayunaron y se fueron muy temprano.

- ¿Sabe dónde fueron? -pregunto Shikamaru.

- Sí, creo que se dirigían a una casa que está en las afueras de la villa, pertenece a un tal Keito.

- Por cierto, señora, ¿Qué aspecto tenían los dos hombres que iban con la ella? -pregunto Chouji dando un paso al frente.

- Uno tenía el pelo grisáceo, ojos violetas y una gran guadaña a la espalda. El otro, era más corpulento y tenía una máscara que le tapaba la mitad de la cara.

Esa descripción fue más que suficiente para Chouji y para Shikamaru que reconocieron al instante quienes la acompañaban. Kakuzu e Hidan…

EN LA VILLA DE LA HOJA…

La Hokage se encontraba en su despacho. Esos días habían sido muy complicados, por si no tuviese bastante con los avances de Akatsuki y la presión por parte de las otras villas, ahora también tendría que lidiar con los gritos y las quejas de sus propios ninjas.

Desde que Sakura se fue con el equipo 10 a esa misión clandestina, Naruto y los demás no paraban de molestar para que permitiera una misión para ir en busca de Akatsuki. Incluso tuvo que encerrar a Naruto dos noches en prisión para que no se escapara y puso vigilancia a los demás por el mismo motivo. A ella no le convencían para nada esas medidas, pero los consejeros habían votado a favor de que la gente más relacionada con Ino se mantuvieran al margen. ¿Acaso no saben lo que le estaban pidiendo? No solo tenía que dejar de lado a la que fue una de sus alumnas, sino que, además, tenía que convencer al resto de sus amigos y familiares para que hicieran lo mismo. Nadie más que ella sabe lo difícil que se le hizo decírselo a Inoichi. Por supuesto, él no estaba dispuesto a abandonar a su propia hija y aun con la amenaza de que los ANBU irían detrás de ella, eso no le disuadió. La única razón por la que no iba a buscarla era porque era el líder de su clan y ahora que su hija no estaba tendría que hacerse cargo del liderazgo del escuadrón de interrogatorios. Mientras se perdía en sus pensamientos, se abrió de sopetón la puerta del despacho.

- ¿Por qué entras así? -grito Tsunade a Shizune

- Tsunade-sama hemos recibido noticias del país del Agua, los Akatsuki han atacado a la Mizukage y han matado a algunos de sus ninjas.

- ¿¡Que dices?! ¿Cuándo ha pasado eso? -dijo Tsunade alterada.

- Esta mañana, han clasificado el mensaje como urgente y lo han traído inmediatamente.

- Maldita sea, esos Akatsuki se mueven rápido. Primero fue Gaara y ahora Mei…

- Están atacando a todos los Kages…

- Si, pero hay algo que no entiendo…

- ¿A qué se refiere?

- Atacaron al Kazekage el primero y en lugar de ir a por el Raikage, el Tsuchikage o a por mí, se van a la otra punta del continente, ¿Por qué ese salto? ¿Por qué no ir en orden?

- Puede que quieran asustarnos, que estemos nerviosos, si no sigue ningún orden, no sabremos a quien van a atacar primero.

- Quizá sea eso o tal vez haya algo más. Lo que, si sabemos, es que no tardaran en atacar otra vez y debemos estar preparados. -Tsunade se levantó de la silla – Avisaremos de lo sucedido a nuestros ninjas y nos prepararemos para un posible ataque. (Veremos de que sois capaces, Akatsuki).

EN LA ALDEA SIAKURAKO…

El nuevo equipo 10 seguía su camino, dirigiéndose hacia donde les habían indicado hasta que divisaron la casa de ese tal Keito. Al mirar sobre sus muros al jardín descubrieron la macabra escena. Había acontecido una batalla en el jardín de aquella mansión y los cadáveres no habían sido retirados, aún estaban las armas, los destrozos y las marcas de sangre adornando el suelo.

Se adentraron al jardín para inspeccionar el terreno, se separaron un poco para buscar alguna pista de Ino.

- Sakura, Chouji, mirad. – Shikamaru se agachó y cogió un kunai del suelo, un kunai con una cinta morada.

- Es de Ino… -dijo Sakura

- ¡Sí! Por fin tenemos una pista

- Si Chouji, y también un rastro… -dijo Shikamaru mirando al suelo y siguiendo tres pares de huellas que se alejaban del lugar.

- ¡Sigámoslas! -grito Chouji, a la que Shikamaru asintió y avanzaron.

- ¡Esperad! Tengo que avisar a Tsunade, ella me pidió que la alertara de cualquier información sobre Ino -ambos asintieron con la cabeza y Sakura se mordió el dedo haciéndose sangre y ejecutó unos sellos - ¡Jutsu de invocación! -al instante apareció una babosa llamada Katsuyu {en su versión pequeña, no la grande por supuesto XD}.

- Hola Sakura, dime ¿para qué me necesitas? -dijo Katsuyu.

- Katsuyu necesito que le lleves un mensaje a Tsunade, pero es importante que nadie te vea -Katsuyu pidió a Sakura que continuara – Dile a Tsunade que hemos encontrado pistas sobre Ino, por lo visto ella y los dos Akatsuki; Kakuzu e Hidan estuvieron hace unos días en la aldea Siakurako. Hemos encontrado el lugar en el que hubo una batalla y estamos siguiendo el rastro de Ino. Informaré de todo lo que ocurra eso es todo, ve, deprisa.

- Muy bien, informare a Tsunade-sama -sin más Katsuyu desapareció en una nube de humo.

- Bien, sigamos su rastro. (Ya vamos para allá Ino) -dijo Sakura mirando con decisión al frente.

EN LA BASE DE AKATSUKI…

Habían pasado dos días desde que Kakuzu dejo a Ino a solas en su habitación después de la severidad que esta había mostrado ante él, y desde entonces, no había cruzado palabras con ella. Ni siquiera entraba en su habitación pues ahora, era Konan la que le llevaba y traía la comida. Pues según las propias peticiones que Ino hizo a Konan estaba la de no querer que Kakuzu entrara a su habitación. Aunque el akatsuki demostraba en público que poco le importaba el cambio de actitud de Ino, no paraba de comerse la cabeza en cuanto entraba a su habitación y se quedaba solo. En ese momento sentía que la delgada pared que hace unos días le separaba de ella, ahora era como el más profundo de los barrancos.

Al otro de la pared se encontraba Ino sentada en la cama, la hinchazón de su mejilla había desaparecido por completo y aunque ella atribuía la rápida recuperación a los cuidados de Konan, esta pensaba que los antiinflamatorios de Kakuzu habían hecho la mayor parte del trabajo. No obstante, Ino no estaba dispuesta a reconocerlo. Habían pasado ya dos días sin que lo viera y la verdad no le apetecía nada verlo, y menos después de todo lo que escuchó.

Flash back de Ino.

Ya había terminado de comer y se había tomado las pastillas. Kakuzu le dijo que vendría a recoger la bandeja de la comida, pero pasados 10 minutos no hubo visitas. Fue entonces cuando decidió llevar ella misma la bandeja a la cocina, al fin al cabo, todos los miembros habían visto el golpe de mi mejilla así que ya no tenía nada que ocultar. Sin más se puso en pie y salió con la bandeja en la mano directa a la cocina. Al estar cerca de la puerta pudo oír como Kakuzu hablaba con Hidan, iba a abrir la puerta cuando oyó su nombre y se quedó a escuchar:

….Texto…

- Digo que debe de haberte picado un bicho para que hagas estas cosas, y quizás ese bicho se llame Ino… -dijo mirando de reojo a Kakuzu.

- No entiendo lo que dices, así que deja de molestarme -dijo dejando los últimos platos en el fregadero y escurriendo la bayeta para limpiar el mantel.

- Sabe muy a lo que me refiero…- después sonrió y prosiguió- pero puedo ser más claro, bien, esa chiquilla… ¿te gusta? – se le dijo acercándose un poco a él.

- ¡Que dices estúpido! ¡Deja de insinuar tonterías! -dijo el enmascarado notablemente nervioso y enfadado.

- No son tonterías, está claro que te traes algo con ella, que te interesa de alguna forma. Dime Kakuzu, ¿Qué te interesa de esa chica?

….….Texto….

- Hmp, ¿Qué puede interesarle a un hombre de una mujer joven? No me digas que no lo sabes Hidan. -El otro se quedó pensativo -Soy un hombre, por muy frio que sea tengo mis necesidades, pero no soy de esos tipos dispuestos a gastarse el sueldo por los servicios de una puta. ¿Entiendes? -termino diciendo.

- Ya veo…Así que solo la quieres para eso…

- Claro que sí. ¿Para qué otra como podría servirme esa idiota de Ino? Solo es una niñata estúpida que me han obligado a cuidar para un maldito experimento. Ya que no puedo librarme de ella, al menos la seduciré un poco para que satisfaga mis deseos sexuales. Al fin al cabo, solo es una mujer sin valor. Y las mujeres como ella solo sirven para ser las zorritas de un hombre.

No pudo escuchar más, Ino salió disparada hacía su habitación. Al entrar dejo la bandeja encima de la mesa y se sentó en la cama. Menuda estúpida estaba hecha, ¿Cómo pudo pensar que Kakuzu podría llegar a ser bueno? Era un Akatsuki, un asesino y ahora sabía que él solo tenía un único interés en ella: su cuerpo. Desde el principio había planeado esto y como la táctica de intentar violarla no funciono pues la seduciría. Esas fueron sus palabras ¿no? Ella sabía que Kakuzu era orgulloso y malhumorado, pero en algún momento llegó a pensar que debajo de esa fría coraza habría una riqueza de sentimientos fuera de lo normal, pero era mentira, ¡todo es mentira! Ese desgraciado solo jugó con ella para sus propios fines y no le preocupaba en absoluto lo que ella sintiera, total solo era una mujer sin valor. Esas palabras la hirieron más profundamente de lo que ella misma podía admitir y sintió como los ojos comenzaban a picarle y las lágrimas amenazan por salir. Pero en ese momento entró Kakuzu y su tristeza se transformó en un profundo desprecio.

Fin del flash back de Ino.

Llego a confiar en él cuando la salvo de Sasori y pensó que se preocupaba por ella al alertar a Konan para consolarla, pero lo cierto es que todo lo que hacía era para llevársela a la cama. Hombre despreciable, pervertido y sinvergüenza, pensaba Ino una y otra vez. A partir de ahora no se llevaría con él para nada, y solo lo vería en las misiones o en las reuniones de Akatsuki porque no tenía más remedio. Lo mejor para todos es que desapareciera.

EN ALGUN PUNTO DEL PAIS DEL FUEGO…

Shikamaru y los demás seguían su camino, y el rastro los llevaba hacia el frondoso bosque que cubría prácticamente todo el país. En algún momento el rastro parecía haber desaparecido, pero consiguieron volver a encontrarlo en pocos minutos. Tuvieron una gran suerte de que en ese momento hacía calor y no había llovido, por tanto, se podía seguir el rastro. Ajenos a lo que ocurría unos metros más adelante, una especie de planta carnívora surgía de la sombra de una de las caras más internas del bosque. Se abrió dicha planta, dejando ver a un hombre con piel mitad blanca, mitad negra y con una capa de Akatsuki que observaba atentamente a los intrusos.

- (Debo alertar a Tobi) -pensó Zetsu sumergiéndose en la tierra y desapareció.

Sakura se dio la vuelta de repente mirando hacia donde pocos segundos antes había estado Zetsu, pero no había nada.

- ¿Paso algo, Sakura? -pregunto Chouji.

- No, será mi imaginación -se dio la vuelta y adelanto a Chouji - Sigamos. -(Debemos encontrar a Ino con esos asesinos, ella corre mucho peligro).

EN LA BASE DE AKATSUKI…

Tobi se encontraba en el jardín, en el mismo lugar donde Ino había sido atacada por Sasori. A decir verdad, él observo todo el acontecimiento. Vio como Sasori llevaba a esa mujer hasta el lago y como poco después intentaba violarla. No era la primera vez que Sasori hacía algo así, siempre había encontrado cierta morbosidad en violar a mujeres y cuando se convirtió en un criminal, pudo dar rienda suelta a esos impulsos. Tobi lo sabía perfectamente, al fin al cabo, él había investigado a todos los miembros de la organización detalladamente antes de reclutarlos, ese era su trabajo. No tenía ninguna intención en detener a Sasori, cuando vio a este abalanzándose sobre Ino, y si en ese momento no hubiese aparecido Kakuzu, Sasori habría conseguido su objetivo. Lo cierto es que con el carácter que se gastaba Kakuzu, jamás pensó que ayudara a la chica, incluso con la amenaza de retirarle sus privilegios de tesorero. ¿Qué interés tendría en esa chiquilla?

- ¿Qué quieres ahora? -pregunto Tobi.

- Tengo noticias. Unos ninjas de la Hoja están por los alrededores de la base. Estarán aquí en un par de días. -dijo Zetsu apareciendo de la tierra.

- ¿Ninjas de la Hoja? ¿Sabes quiénes son? -pregunto Tobi volviéndose hacia Zetsu.

- Son dos hombres y una mujer, dos de ellos son los compañeros de equipo de Ino y la chica es Sakura Haruno, la otra alumna de la Hokage.

- Según nuestros espías Tsunade había cancelado cualquier misión de rescate…

- Quizá se hayan escapado de la villa y la Hokage no sepa nada.

- No lo creo, pero lo averiguaré.

- ¿Qué hacemos con ellos? No podemos permitir que encuentren la base. -dijo Zetsu.

- Por supuesto que no, pero sería muy descortés de nuestra parte dejar que se marchen con las manos vacías después de tanto viaje.

- ¿A qué se refiere?

- Han venido para buscar a Ino. Hagamos que los amigos se reencuentren, por última vez.

Pasó una hora desde la alerta de Zetsu, e Ino seguía en su cuarto, tumbada en la cama pensando en su familia, sus amigos y también los problemas que le daban el idiota de Kakuzu. De repente se escucharon unos golpes a la puerta, Ino se levantó cuando fue hasta la puerta y la abrió, ahí estaba Kakuzu.

- ¿Qué haces tú aquí? -dijo ella con el ceño fruncido.

- El líder quiere vernos, ponte la capa y date prisa. Hidan y yo te esperamos allí. -sin más se dio media vuelta y se perdió por el pasillo.

Ino aún estaba sorprendida, pensó que tras dos días de no verla y no haberle podido replicar nada cuando le echó de su habitación, le diría algo. Pero no dijo nada. Aparentemente también había abandonado la idea de seducirla. Aun así, es mejor no pensar en eso, se puso la capa y salió.

Cuando entró en el despacho vio que Kakuzu e Hidan estaban sentados junto a Pein, ella no perdió el tiempo y se sentó junto a Hidan, algo que dejo algo impresionado al jashinista.

- Ahora que habéis llegado todos, empecemos. Tenéis una misión, las villas están empezando a incordiarnos y como muestra de ello, han enviado a unos ninjas que están peligrosamente cerca de nuestra base.

- ¿Son fuertes? -pregunto Kakuzu.

- No son ninjas de elite, pero son lo suficientemente peligrosos como para tenerlos en cuenta. Pero eso no es lo que nos preocupa. Lo preocupante es que, si alguno de ellos se escapa, informara a su villa y tendremos que dejar esta base. ¿Entendéis lo que quiero decir?

- Nuestra misión es matarlos…- dijo Kakuzu.

- ¡Por fin podré ofrecerles buenos sacrificios a Jashin-sama! -grito emocionado

- (¿Ninjas de una villa?, ¿serán de la Hoja?) -pensó Ino.

- Ellos están hacia el norte, a dos días de aquí, partid ya.

- ¡Si jefe! -dijeron Hidan y Kakuzu al unísono.

Entonces partieron de la base hacia el norte justo donde les había indicado Pein.

EN LA VILLA DE LA HOJA…

La Hokage se encontraba en su despacho mirando la correspondencia que había sido enviada en los dos días anteriores. Sobre su mesa estaban los informes del Kazekage y Mizukage informando del ataque de Akatsuki junto a dos informes nuevos procedentes del país de la Tierra y del Rayo. En esos dos días también habían sufrido ataques, primero el Raikage y después el Tsuchikage. Ninguno de los Kages había resultado herido de gravedad, pero estos ataques parecían no tener la intención de acabar con los Kages. Estaba claro que querían otra cosa, pero ¿Qué? Fuera como fuese, faltaba el país del Fuego. Tsunade ya había dispuesto a sus ninjas en caso de un ataque y estaban preparados, a pesar de que el enemigo era perfectamente capaz de colarse, incluso con la mejor vigilancia. Ya lo habían demostrado en las otras villas. Sin embargo, había un problema aún mayor. En este momento, en el que todas las villas habían sido atacadas a excepción de la suya, eso daba fuerzas a los que consideraban que la Hoja y Akatsuki estaban unidos. Al fin al cabo, todos los ataques habían sido protagonizados por Ino y que la única villa sin ataques fuera su villa natal era muy sospechoso. Tsunade sentía como la cuerda que unía las buenas relaciones internacionales de la villa, comenzaba a tensarse y ahora, estaban amenazando con romperse.

En medio de este quebradero de cabeza, Tsunade recordó la visita de Katsuyu y la información valiosa que le dio de su alumna. Al parecer, estaban cerca del escondite de Akatsuki. Por un lado, estaba contenta al saber que estaban cerca de encontrar a Ino, pero, por otro lado, el equipo 10 se estaba adentrando en un terreno muy peligroso. Si por casualidad encontraban la guarida de Akatsuki, estarían en grave peligro. Por eso mismo, envió de vuelta a Katsuyu con Sakura para informarle que, si encontraban la base de Akatsuki, no entablaran combate con ellos a menos que fuera necesario y por supuesto, que la informaran inmediatamente.

Toc, Toc…

- Adelante -tras abrirse la puerta entraron dos consejeros de la villa, uno era Homura y la otra Koharu. -Así que sois vosotros…

- Siendo los principales consejeros de esta villa no puede pensar que nos quedaremos callados ante estos acontecimientos. Hemos venido a hablar de algo importante. -dijo Koharu.

- ¿De qué se trata?

- Nos hemos enterado de los desafortunados ataques que han sufrido el Raikage y el Tsuchikage. En vista que no hemos recibido ninguna petición de reunión, preferimos venir y resolverlo -dijo Homura.

- Muy bien, soy toda oídos -dijo Tsunade cruzándose de brazos.

- Llegados a este punto es cierto que debemos estar alerta para un posible ataque y esa preparación ya ha sido llevada a cabo y nos alegramos. Sin embargo, aún tenemos otro problema mayor. -todos se miraron entre ellos y Homura prosiguió -las villas acusan a la Hoja de traición, por la deserción de Ino, que además ha sido una de las protagonistas de todos los ataques a los Kages. Y el hecho de que la Hoja no haya sido atacada solo le da alas a los que piensan así.

- ¿Y como sugerís que solvente el problema?

Se hizo el silencio y ambos consejeros se miraron y asintieron.

- Aunque no ha podido venir, hemos hablado con Danzo sobre el tema y los tres hemos llegado a una conclusión. Los Anbu deben cazar a esa muchacha. -dijo Homura.

- ¿Qué? ¿Cómo que cazar? ¡Ella es mi alumna, no os refiráis a ella como si fuera un animal! -dijo Tsunade levantándose de golpe, tirando la silla en la que estaba sentada.

- Este es precisamente el comportamiento que debe evitar, señora Tsunade.

- ¿¡Que!? -dijo con el ceño fruncido y apretando los dientes.

- Le guste o no, actualmente la realidad es esta; Ino es una criminal que está dando muchos problemas. Sin embargo, usted da largas a la investigación de su paradero y a la actuación del cuerpo de asesinos, para acabar con ella. Lo malo, es que el resto de villas se ha dado cuenta de esas consideraciones. Esa es una de las principales razones por la que desconfían de nosotros.

- ¿Creen que estamos compinchados con Akatsuki? – fue más una pregunta retórica, pues no precisaba de una respuesta.

- Señora Tsunade, ¿puedo hacerle una pregunta? -pregunto Koharu, a lo que Tsunade asintió - ¿Dónde está el equipo diez y su alumna Sakura Haruno?

- En una misión en la villa de la hierba. ¿Por qué? – dijo mirando fijamente a Koharu. En sus ojos vio que la respuesta no la tranquilizó. Quizás…

- ¿Qué tipo de misión…? -dijo Koharu.

- Es confidencial – dijo Tsunade.

- Ya veo…Una vez que enviemos a los Anbu tendrán ordenes claras de matar a Ino, partirán dentro de dos días. -dijeron los consejeros retirándose, pero Koharu se paró en la puerta – Sería mejor que hiciera volver al renovado equipo 10, podría ser peligroso. -dijo mirándola fijamente – Adiós, señora Tsunade. -después se cerró la puerta.

- ¡Maldición! -dijo Tsunade golpeando la mesa.