EN LA BASE DE AKATSUKI…
Tobi se encontraba en uno de los pisos bajos de la base, en una especie de laboratorio subterráneo. En él, se podía ver numerosas máquinas con largos cables que se bifurcaban y conducían a una serie de cápsulas enormes, aun tapadas por mantas negras que no dejaban ver su interior. En ese momento apareció Zetsu.
- ¿Has averiguado algo? -pregunto Tobi.
- Si, me he paseado por diferentes lugares y tal parece, que el rumor de que la Hoja esta secretamente aliada con Akatsuki, va ganando fuerza.
- Bien, con un poco de suerte las villas acabaran destruyéndose entre ellas sin necesidad de que yo intervenga. -dijo Tobi paseándose por el laboratorio.
- ¿Eso significa que no vais a seguir adelante con el plan?
- Al contrario, Zetsu, no tendría sentido que lo dejara ahora, después de todos nuestros avances. Además, a pesar de la situación de la Hoja, Tsunade aún cuenta con el respeto, e incluso la simpatía de algunos de los Kages y ellos no estarían dispuestos a atacarla sin concederle el beneficio de la duda. Si nos quedamos quietos ahora, podría descubrirse la inocencia de la Hoja. Lo que tenemos que hacer es caldear más el ambiente.
- ¿Y que tiene pensado hacer? -dijo Zetsu siguiendo a Tobi por el pasillo que formaban las cápsulas.
- Ya están listos -dijo Tobi parándose frente a una hilera de 4 cápsulas que tenían encendidas unas luces verdes – es hora de poner a prueba…– dijo quitando las mantas que tapaban las cápsulas, dejando ver que había personas dentro – …a los Kages.
EN ALGUN LUGAR A LAS AFUERAS DE LA BASE DE AKATSUKI…
Los tres habían caminado durante toda la tarde y ahora que era de noche, decidieron hacer una parada. Seguro que los ninjas a los que tenían que enfrentarse también habían parado a descansar. Según lo que dijo Pein estaban a tres días de la base y andando en su dirección tardarían un día o quizá dos en toparse con ellos. Pasado mañana con seguridad, entablarían combate.
Por su parte, Ino aun pensaba quienes serían los ninjas que deambulaban por ahí. No había duda que debían de ser de la Hoja, pues estaban dentro del País del Fuego. Sin embargo, podría no ser alguien conocido, pues si lo fueran, Pein les hubiera alertado de que ninjas eran para que estuvieran preparados, pero no lo hizo. Quizá no lo supiera o quizás se lo guardo para él, lo que estaba claro es que no debía de ser ningún ninja de elite, como Kakashi, por lo que dijo Pein. Aun así, estaba nerviosa.
Desde que salieron, Kakuzu estuvo observando a Ino. Su comportamiento era muy diferente al de días atrás. Ahora le ignoraba completamente y todas las palabras que le dirigía eran las justas y solo referentes a la misión. Había comenzado incluso a acercarse más a Hidan, a pesar, de lo mal que se llevaban. El silencio que reinaba en ese momento era sepulcral, los tres estaban sentados en el suelo, alrededor una hoguera. Lo único que podía escucharse era el crepitar del fuego.
- Mañana alcanzaremos a los ninjas, lo más probable es que nos los encontremos en dos días -dijo Kakuzu rompiendo el silencio.
- Eso espero, estoy deseando enfrentarme a ellos -dijo emocionado Hidan.
- ¿Qué opinas tú, Ino? -preguntó Kakuzu.
- Me pregunto… ¿de qué villa serán? -Ino tenía la cabeza agachada y la mirada perdida en el fuego.
- (Debe estar preocupada por eso, al estar dentro del País del Fuego, lo más probable es que sean de la Hoja, y hasta puede que los conozcamos. Mañana lo más seguro es que tengas que cortar tus lazos…) – Kakuzu observaba a Ino mientras volvía el silencio, que fue roto por Hidan.
- No importa de qué villa sean, con que pueda dar buenos sacrificios a Jashin-sama es suficiente -dijo frotándose las manos, como quien está a punto de degustar un menú.
- Sea como sea, será mejor que descansemos para mañana. Yo hare la primera guardia -dijo Kakuzu levantándose y adentrándose en el bosque mientras Ino miraba como se alejaba.
- ¡Bien! ¡A dormir! -dijo bostezando el jashinista - ¡Buenas noches rubia! -lo dijo en tono burlón esperando una respuesta enérgica y amenazante de ella, pero fue todo lo contrario, estaba como ida.
- Buenas noches… - sin más se tumbó dejando algo extrañado a Hidan, pero este no le dio más importancia y la imitó.
Al día siguiente despertaron aproximadamente a las 7:00. El sol comenzaba a penetrar a través de las hojas de los árboles, iluminando lo que la noche anterior solo iluminaba el fuego de la hoguera. Prácticamente, Kakuzu había hecho toda la guardia, tan distraído estaba que ni siquiera despertó a Hidan para el cambio. Siguió pensando en mil cosas y en ninguna al mismo tiempo. Esta era la primera vez que regalaba a Hidan unas horas más de sueño, pues acabo despertándolo a las 4:00, cuando la guardia la había empezado a las 23:00. A Ino por supuesto, no la despertó, sino que fue Hidan quien lo hizo. Aunque la poca delicadeza que mostró a la chica hizo fruncir el ceño a Kakuzu, en su rostro se dibujó una pequeña sonrisa al ver que la mujer pegaba un brinco y le metía un puñetazo a Hidan. Por supuesto, Hidan estaba a punto de pelearse con ella, pero Kakuzu decidió interrumpirlos.
- Dejad de hacer tonterías, tenemos una misión. Vámonos -dijo dándose la vuelta, a lo que ellos dos le siguieron con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
EN OTRA PARTE DEL BOSQUE…
Los ninjas de la Hoja se habían despertado muy temprano y tras recoger el campamento, se habían puesto en marcha. Pasaron un par de horas. Fue entonces, cuando Sakura se quedó quieta, sintiendo la señal de chakra que Tsunade y ella utilizaban para comunicarse a través de Katsuyu, y ejecutando los sellos adecuados hizo que apareciera la susodicha babosa en una estela de humo.
- ¿Qué sucede Katsuyu? – pregunto Sakura ante la mirada incrédula de Shikamaru y Chouji.
- Sakura, Tsunade-sama quiere que te informe de algo urgente que ha pasado.
- ¿De qué se trata?
- Veras, en primer lugar, parece que Ino junto con otro Akatsuki han atacado a todos los Kages a excepción de Tsunade y las relaciones internacionales están muy tirantes en estos momentos. Y, en segundo lugar, y también provocado por la situación, los ANBU ya han partido de la villa para dar caza a Ino.
- ¿¡Qué!? -dijeron los tres al unísono.
- Pero eso no es posible, ¿cómo que han atacado a mas Kages y encima ha sido Ino? ¡Debe ser una broma! -dijo Chouji sin dar crédito.
- Si los ANBU han salido en busca de Ino, su vida corre un grave peligro -dijo Shikamaru.
- Tsunade-sama me ha dicho que lo más seguro es que os hagan volver a la villa, y que los consejeros sospechan de cual es vuestra verdadera misión.
- Se nos agota el tiempo, tenemos que encontrar a Ino antes que los ANBU -dijo Shikamaru.
- ¿Y si no lo conseguimos? -pregunto Chouji preocupado.
- Debemos hacerlo -dijo Shikamaru con decisión.
- Gracias Katsuyu, por el momento seguiremos adelante. Informa a la maestra Tsunade de que estamos cada vez más cerca de Ino.
- Esta bien Sakura, se lo diré, pero recuerda las palabras de Tsunade-sama; si encontráis a los Akatsuki no entabléis combate a menos que no tengáis más remedio y por supuesto, informadla de todo.
- Si lo haremos, ahora debes marcharte -dijo Sakura.
- Si… -en ese instante Katsuyu desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Los tres siguieron su camino.
EN OTRA PARTE DEL BOSQUE…
Los tres Akatsuki seguían su camino hacia el norte, no cabía duda de que mañana combatirían con los de la Hoja {ya daban por hecho que eran de esa villa}, y durante las dos horas que habían trascurrido desde que se pusieron en marcha, no habían comentado prácticamente nada. Tal y como estaba el ambiente entre Kakuzu e Ino, ambos sentían que en el momento en que abriera uno la boca, el otro se le echaría encima, así que optaban por escudarse tras un silencio abrumador, sin embargo, cierto akatsuki no estaba dispuesto a aguantarlo.
- ¡Joder, esto es insoportable en serio! Porque no podéis hablar de nada, ¿eh? -dijo exasperado Hidan. No obtuvo respuesta. – Maldita sea, ya sabía que Kakuzu era un aburrido y un plasta, con él, hasta las piedras se suicidarían de aburrimiento – a este comentario Ino no pudo evitar sonreír -Sin embargo, pensé que tu serias diferente a él -dijo mirando a Ino, a lo que ella levantó la cabeza mirando a Hidan. Después este suspiró -en la misión anterior si hablabas más pero ahora se te está pegando su mal genio.
- Yo no me parezco en nada a este, ni quiero tener nada que ver con él. No nos compares. -dijo Ino mirando a Hidan, el cual la miraba sorprendido. Kakuzu por su parte había volteado la cabeza para verla y recibió una mirada tan fría como la que le dedicó en la habitación días atrás. Él tenía el ceño fruncido.
- Ten cuidado con la manera que usas para referirte a mí, niñata. No olvides que también soy tu carcelero y puedo hacer… -no termino la frase, Ino se acercó hasta él mientras hablaba e ignorándole completamente, solo se escuchó una cosa cuando pasó por su lado.
- Por poco tiempo… -dijo Ino con el registro más gélido de voz que pudo poner, dejando sorprendido a Kakuzu.
- (Jamás la había visto así…) -pensó Kakuzu, viendo cómo se alejaba Ino. Salió de su sorpresa cuando escucho reír a Hidan.
- ¡Jajaja!¡Menudos dotes de seducción tienes tú con las mujeres!¡Jamás te había visto con esa cara de imbécil, JAJAJAJA!¡JAJAJAJAJAJA! -Hidan soltó todo esto en el oído de Kakuzu, justo con la mano izquierda apoyada en su hombro. Tan distraído estaba Hidan que no se dio cuenta que Kakuzu tenía el ceño cada vez más fruncido y que estaba acorazando su mano izquierda. Rápidamente, Kakuzu se dio la vuelta y le propino un golpe tan fuerte que lo lanzó varias decenas de metros en dirección contraria a la que se había ido Ino.
- ¡Jashinista de mierda! – rápidamente se dio la vuelta y fue hacía donde se había ido Ino. – (Esa mujer está empezando a cabrearme).
Ino por su parte había acelerado el paso después de sobrepasar a Kakuzu. Por lo que parece, lo que le había dicho había causado una profunda reacción en él. Por una parte, se sentía orgullosa de haber provocado tal perturbación en un hombre tan frío como él. Por otra parte, se sentía un poco apenada y asustada, sobre todo por la reacción que eso podría llegar a provocar en alguien así. De repente, sintió una presencia y a continuación como alguien la sujetaba del brazo y la empujaba a un lado del camino, internándola en el bosque. Entonces, vio a Kakuzu, su cara había pasado de reflejar la mayor de las sorpresas al más severo de los enfados.
- No tienes ni idea, con quien estás jugando, niñata -dijo Kakuzu a escasos centímetros de Ino, la tenía acorralada contra un árbol. Él tenía las muñecas de ella fuertemente sujetas y una a cada lado de su cabeza. Ella estaba completamente inmóvil.
- Quizás seas tú el que no sepa con quien está jugando. Puede que sea una mujer y que tú seas más fuerte que yo, pero no te daré el gusto de humillarme. ¿¡Te enteras!? -dijo Ino sacando ese coraje que tanto la caracterizaba e intentando liberarse del agarre de Kakuzu.
- Vaya al final la gatita saca las uñas, ¿eh?, pero es algo extraño, no puedo evitar pensar que en el fondo me tienes miedo.
- No te tengo miedo, imbécil -dijo chirriando los dientes y encarándose una vez más con él. Mirando fijamente esos singulares ojos verdes.
Fuego, eso es lo que Kakuzu veía en los ojos de esa mujer. Esa frágil e ingenua mujer que tenía delante de él le miraba con tal furia y coraje que le hubiera fulminado en un instante. Fuego, eso era lo que Kakuzu sentía cada vez que la tenía tan cerca de sí. Sobre todo, le encantaba verla enfadada, sus bellos ojos azules se iluminaban con el brillo que solo otorga un fuerte sentimiento, un sentimiento fuertemente arraigado que brotaba cada vez que discutían. Pocas mujeres podían rivalizar con él en mal carácter. Pero ella, luchaba, le gritaba y le insultaba como si no le importase nada. Como si no fuera consciente de que con un solo golpe podría matarla. Él la adoraba por eso. Era una mujer con carácter, inteligente y hermosa. ¿Qué más podría pedir? Nada, era perfecta. La deseaba, la quería para él. Solo para él.
- ¿Estás segura de eso? ¿no me tienes miedo… -esto último lo dijo acercando lentamente su rostro a ella. Ino se sonrojo al instante, recordando las últimas veces que había estado en esa situación. Sin querer no pudo evitar girar la cabeza para un lado y evitar la mirada de él. Kakuzu sonrió bajo su máscara de la actitud de la chica y acercó su boca a la oreja de ella y le susurró - ...Ino?
En ese instante Ino notó como su piel se erizaba ante el contacto del cálido aliento de Kakuzu sobre su oreja. Poco a poco, Kakuzu restregó sus labios aún tapados con la máscara por el cuello de la muchacha, haciendo que ella se estremeciera con cada caricia. Los suaves jadeos que ella emitía solo hacían que se excitara aún más. Entonces, puso las muñecas de la chica sobre su cabeza y agarrándoselas con una sola mano, se apartó la máscara con la otra.
- Así es como castigo a las mujeres como tú -no dijo más, sino que unió sus labios con los de Ino, y la beso más apasionadamente que las veces anteriores, haciendo que Ino se rindiera por completo a él, sin ni siquiera darse cuenta. Así continuaron unos segundos hasta que una voz les sacó de esas placenteras sensaciones.
- ¡KAKUZU!¡INO! ¿Dónde estáis? -gritaba Hidan por el camino por el que Kakuzu le había lanzado buscando a sus compañeros.
Entonces, Kakuzu se separó de Ino. Al hacerlo, Ino volvió a sus anteriores pensamientos sobre Kakuzu y se dio cuenta de que ese desvergonzado la había besado así sin más. Eso no iba a quedar así.
- Tú… ¡cerdo! -dijo ella intentando dar una fuerte bofetada a Kakuzu, pero él la paró en seco, sin siquiera mirarla.
- No te preocupes, dejaremos esto para otro momento, ¡vamos! -dijo mirándola y empujándola delante de él para que saliera hacia el camino donde estaba Hidan.
- ¡No habrá otro momento! -dijo Ino frustrada por el beso y por las insinuaciones de ese odioso hombre. Él no respondió simplemente se rio y volviéndose a colocar la máscara, siguió a Ino hacia el camino.
Al salir al camino se encontraron con Hidan. Mirando con atención, Ino se dio cuenta que tenía media cara morada e inflamada por el fuerte golpe que le había dado Kakuzu. No pudo evitar reírse.
- ¡¿Y tú de que te ríes?! ¡Maldita sea, Kakuzu! ¿Por qué me has pegado? No tenías por qué ponerte así, ¡solo era una broma! -dijo el jashinista frotándose el golpe.
- Tú te lo buscaste imbécil. Llevas años trabajando conmigo sabes que no me gustan las bromas.
- ¡Joder, duele! Ya verás cómo me hallas roto algún diente, ¡vas a pagarme el dentista!
- ¡Mas quisieras! Te lo pagaras de tus ahorros, al fin al cabo, Akatsuki no tiene un seguro dental ni nada parecido -dijo Kakuzu cruzándose de brazos.
- ¡Eres un malnacido Kakuzu! ¡Y pensar que solo lo has hecho por ese comentario, anda que! -miraba a Kakuzu con el ceño fruncido y chirriando los dientes.
- ¿Qué comentario? -intervino Ino intrigada.
En ese momento Hidan vio la oportunidad de molestar a Kakuzu. Si le decía a la chica lo que le había dicho a Kakuzu y la reacción que este había tenido, podría alertar a Ino de que Kakuzu quería seducirla y joderle los planes que su compañero, le confeso días atrás. Aparte le haría pasar una gran vergüenza. Acto seguido sonrió maliciosamente, lo que alertó a Kakuzu de sus intenciones.
- Pues veras Ino, Kakuzu… -dijo acercándose a ella y quedando pegado prácticamente a su oreja.
Desgraciadamente para él no pudo continuar pues Kakuzu le volvió a propinar un fuerte golpe que le mando volando de ahí. Después puso su mano en la espalda de Ino y la empujo suavemente hacia delante.
- Sigamos caminando…
- ¿Qué pasa con Hidan? -dijo mirando atrás.
- Ya vendrá
A cierta distancia de ellos estaba Hidan recuperándose del golpe, cuando se incorporó escupió algo de sangre y…
- ¡KAKUZU! ¡CABRÓN! ¡ME DEBES UN IMPLANTE! -cogió el diente y haciendo aspavientos salió corriendo hacia donde estaban los dos Akatsuki, mientras gritaba como un loco.
EN LA VILLA DE LA HOJA…
La Hokage se encontraba en su despacho en compañía de Shizune. Ambas estaban esperando la señal de Katsuyu para escuchar las nuevas que tenía Sakura sobre Akatsuki. Solo tuvo que esperar unos escasos minutos.
- ¡Jutsu de invocación! -dijo Tsunade poco antes de hacer aparecer a Katsuyu.
- Hola Tsunade-sama y Shizune -dijo la babosa viendo a la primera y después a la segunda kunoichi.
- Bien Katsuyu, ¿Qué noticias tienes? ¿Cómo van Sakura y los demás?
- Siguen el rastro del que informaron la última vez, creen estar cerca de los Akatsuki, pues el rastro es cada vez más nítido.
- Bien, les informaste de lo que te dije.
- Si, Tsunade-sama -Katsuyu observó la señal de la Hokage y continuó -le informe del ataque a los Kages y también de la misión de los ANBU. Me dijeron no piensan retirarse de la misión y mucho menos ahora que están tan cerca.
- Decir eso es muy propio de ellos…-dijo Tsunade apoyando su cabeza en una de sus manos y sonriendo de medio lado.
- Si, pero si los ANBU siguen las mismas pistas que ellos y se topan con Sakura y los demás, podrían desconfiar y arrestarlos -dijo Shizune preocupada.
- Tienes toda la razón, pero ya pensé en eso y le entregué a Sakura algo con lo que defenderse. Como máximo castigo tendrán que volver a la villa. Confiemos en que averigüen algo antes de que ANBU los encuentren.
EN LA BASE DE AKATSUKI…
Pein y Konan se encontraban en el despacho. Pein estaba leyendo unos libros de la contabilidad que Kakuzu le dio poco antes de recibir la misión. Konan estaba sentada frente a él observando sus movimientos. Aunque no le molestaba para nada que su compañera de pelo azul le observara su actitud demostraba estar ausente por algo y por supuesto, Pein se dio cuenta.
- Pareces ausente Konan, ¿te sucede algo? – pregunto el pelinaranja sin apartar la vista de los papeles.
- Solo estaba pensando… ¿seguro que no sabes quienes son los ninjas que están merodeando por la base? – preguntó la mujer mirándole a los ojos.
- Sí que lo sé -dijo él sin más.
- Entonces… ¿Por qué? -dijo ella nada sorprendida, pues se esperaba que él lo supiera.
- Tobi me dijo que no les advirtiera, pensó que así sería más divertido -dijo Pein levantando la vista chocándose de lleno con la mirada ámbar de Konan. Esta no parecía satisfecha con la respuesta así que siguió – Los intrusos son nada menos que la mejor amiga de Ino y sus compañeros de equipo.
- ¿¡Como!? -dijo sorprendida Konan. – Entonces Ino va a llevarse una gran sorpresa… -dijo con algo de preocupación por lo que sentiría Ino cuando los viera y con la mirada baja.
- ¡Vamos Konan no seas tan dramática!
- ¡Tobi! -no lo sintió entrar así que no se lo esperaba.
-Deberías alegrarte por ella, pronto vera de nuevo a sus amigos. Con lo bien que te llevas con Ino tendrías que estar más contenta. ¿No te parece que he sido muy bueno?
-Hmp -fue lo único que se limitó a contestar Konan. Ella sabía la intención que tenía Tobi al enviar a Ino a terminar con sus propios amigos, y estaba muy lejos de tener algo que ver con la amistad. Quería poner a prueba su lealtad y ya de paso convencer a sus compañeros de que era una traidora en el caso de que salieran con vida. Mientras Pein se limitó a observar la escena con una actitud seria.
- Bueno al fin al cabo, ella es solo un experimento de Akatsuki, esperó que no hallas olvidado eso, ¿verdad Konan? -dijo Tobi levantando los brazos y luego poniéndolos en jarras.
- Es cierto que he empatizado bastante con ella, las dos somos mujeres, pero no he olvidado el objetivo de Akatsuki, por ello no te preocupes.
- Ah… muy bien, ¡Me alegro! Sin embargo, no he venido a eso.
- ¿Entonces…? -esta vez intervino Pein.
- Bueno es hora de ejecutar la siguiente fase del plan. La fase anterior culminaba al conseguir sangre de los demás Kages y clonarlos. Ahora sustituiremos esos obedientes clones por los auténticos Kages. Para ello se necesitará un trabajo conjunto de todos los miembros de Akatsuki.
- ¿Por qué hablas de un trabajo conjunto? Hasta ahora, has ido tu solo con el clon para probarlo.
- Si eso es cierto Pein, pero para que la tercera fase del plan salga lo mejor posible es necesario que la desaparición de los Kages sea simultánea.
- ¿Simultánea? -pregunto Konan.
- Si veras, la tercera fase del plan consistirá en utilizar a los Kage para que ataquen la Hoja. Si sustituimos uno por uno, los verdaderos Kages podrían llegar a darse cuenta del engaño antes de llevarlo a cabo. Después haremos que los clones convenzan a sus ninjas de que la Hoja es culpable. La pobre Tsunade no podrá calmar a tanta gente enfurecida y conociendo a Danzo y demás consejeros de la villa, no dudaran en declinar la vía diplomática ante el peligro de que invadan la Hoja.
- ¿Y porque no matar a los Kages y deshacernos de los cuerpos? Zetsu se encargaría con gusto de eso y ya hemos comprobado que la técnica funciona -dijo Pein.
- Si la técnica funciona sin duda, pero Zetsu ha hecho una averiguación importante.
- ¿De qué se trata?
- Antes de probar el experimento con Ino, decidimos probarlo con un ninja mediocre. Salió bien la copia a la primera, así que pensamos que sería mejor deshacerse de las pruebas. De manera que matamos al ninja, pero vimos qué al morir, el clon también desaparecía -tanto Pein como Konan se sorprendieron de oír eso, aunque era lógico que una técnica como esa tuviera algún punto débil.
- Ya veo, de alguna forma ese clon está conectado a su predecesor y al eliminar al original, también desaparece el clon.
- Muy perspicaz Konan, por eso eres una Akatsuki. Por ello, Pein cuando informes a los demás miembros no se te olvide insistir en eso.
- ¿Cuándo se hará lo que dices? -pregunto Pein.
- Cuando el equipo de Kakuzu mate a los niñatos de la Hoja. -dijo Tobi con una maliciosa sonrisa ocultada bajo su máscara y el mostrando su sharingan.
