Ino salió del despacho directa a su habitación. Las revelaciones de las que acababa de ser testigo rebotaban en su cabeza una y otra vez. Y cuando se halló más tranquila, su sorpresa se sustituyó por una gran preocupación. No sabía cómo lo habían hecho, pero según Pein, sus experimentos salieron bien y había conseguido clonar a los Kages. Que una organización criminal pudiese hacer algo así y después quisiera sustituir a los Kages reales, solo podía presagiar una desgracia. Si Akatsuki conseguía lo que se proponía y conseguía engañar a la gente de las aldeas, podría hacer lo que quisiera, incluso destruir el mundo ninja tal y como lo conocían. Podían enfrentar a los países unos contra otros y formar una nueva guerra mundial ninja. ¿Cuál es esa tercera fase a la que Pein se refería? ¿Y la Hoja…? ¿¡Qué pasaría con sus amigos de la Hoja!? Pensó en la forma de advertirles, de contarles esta terrible trama. ¿Pero cómo? Aunque ella llevara el uniforme de Akatsuki y luchara como si fuera una de ellos, lo cierto es que seguía siendo una prisionera. Estaba atrapada y aislada, sin poder escapar para alertar a Tsunade, sin poder confiar en nadie que los avisara en su nombre. Con esa misma impotencia oprimiéndole fuertemente el corazón se dejó caer en la cama. Empezó a sentir un fuerte escozor en los ojos y sin darse cuenta, de un momento a otro, profirió un gemido ahogado y cayó de rodillas al suelo, mientras lloraba desconsoladamente.
- ¿Qué puedo hacer? Ah…ah… No puedo hacer nada... Mis amigos están en peligro y no puedo hacer nada…nada…- Ino lloraba sin parar, nada en este momento podía consolarla se sentía perdida, decepcionada de sí misma. Quería ser una doble espía en Akatsuki para informar a su villa, pero hasta ahora no se había dado cuenta de lo difícil que eso era. -Solo soy una inútil…y… una estúpida -hablaba con la voz entrecortada producto de su tristeza. Ella estaba ahora tumbada en el suelo, el edredón de su cama estaba deshecho por la acción de haberse arrastrado hasta donde se encontraba y el lugar donde estaba su cara estaba completamente empapado por sus lágrimas.
Ino se sentía tan triste y sola, se encontraba tan entregada a su llanto, que no se dio cuenta que alguien la estaba observando. Esa persona cerró cuidadosamente la puerta para no hacer ruido y se acercó sigilosamente a ella. Tenía la cabeza escondida entre sus delgados brazos y su cuerpo se estremecía con cada doloroso gemido. De repente sintió como si alguien la levantara. Esa persona la estrechó entre sus brazos, un cálido abrazó que necesitaba más que nunca. Sin ni siquiera mirar al que la había rescatado del duro y frio suelo, ella hundió la cabeza en su pecho y se aferró a él. Por su parte, esa misteriosa figura guardo silencio y puso una de sus manos en la espalda de la chica reconfortándola.
- No llores más, niña… -mientras tanto paso su mano por la mejilla derecha de Ino limpiándole las lágrimas.
Ino abrió los ojos sorprendida. Su voz, la voz de ese hombre la conocía perfectamente. En varias ocasiones le había susurrado, hablado y gritado. Lo suficiente para reconocerla en cualquier parte. Con los ojos abiertos por la sorpresa solo se le ocurrió decir su nombre.
- ¡Kakuzu! -dijo ella apartándose un poco de él. Se quedaron mirando unos segundos.
Kakuzu se quedó perplejo cuando ella se le quedó mirando. Esta era la primera vez que la veía llorar, y aunque no le gustaba que ella sufriera, tenía que reconocer que estaba bellísima. Sus ojos resplandecían gracias a las lágrimas que furtivas, amenazaban con salir. Su cabello rubio revuelto por haberse restregado por el suelo y algunos de sus mechones pegados a su cara a causa de las lágrimas. Sus labios rosados ahora mostraban un color más intenso a causa de la rabia y la impotencia. Y los quejidos del llanto que aún no habían desaparecido del todo, la hacían contraer su pecho acompañándolos de suspiros. La última vez que la había visto tan hermosa, había sido en su primera misión, a la mañana siguiente cuando la vio dormida sobre él. Era un ángel. Solo él era consciente de cuantas veces la había imaginado desnuda sobre su pecho, durmiendo plácidamente y despertando sonriéndole, aferrándose a él. Por su parte ella empezó a pensar que el hombre amable y considerado que la salvó de Sasori todavía existía y estaba allí con ella, consolándola. Que, en verdad, a él también le pesaban sus lágrimas. Pero ambos debían volver a la realidad.
- ¿Qué…que haces aquí? -dijo ella irguiéndose y secándose rápidamente las lágrimas.
- Escuche quejidos desde mi habitación… -dijo el irguiéndose también pues se había arrodillado a su lado cuando la abrazó.
- ¿Y qué? ¿Has venido a burlarte de mí?
- No, solo he venido a ver qué pasaba.
- Pues ya lo has visto, estaba llorando -dijo ella de espaldas a él secándose las lágrimas y sonándose la nariz.
- Si, de eso me he dado cuenta…pero… ¿por qué?
- Eso a ti no te interesa -dijo dándose la vuelta.
- Sí que me interesa, mi habitación esta contigua a la tuya y si te pasas todo el día gimiendo y llorando me molestas -dijo tratando de ocultar lo que realmente pensaba.
- ¡Ah, perdona! No sabía que molestaba al señor, si lo llegó a saber hubiese llorado a través de un megáfono -dijo en tono de burla, con una de las manos apoyada en la cintura y la otra moviéndola al compás de cada palabra.
- ¿¡Te estas riendo de mí, niñata estúpida!? -Kakuzu frunció el ceño y dio un paso hacia ella.
- Lo único que te estoy intentando decir, es que me importa un huevo que te moleste. No dejare mis lágrimas guardadas por el descanso de ningún Akatsuki y mucho menos de ti -dijo señalándolo.
- ¿De qué diablos vas? Llevas días faltándome al respeto, sin importarte una mierda que te salvara de Sasori y tampoco que te salvara esta mañana de tu amiguita -lo último lo dijo con sarcasmo – Yo no soy un idiota para que te estas burlando de mí. Eres mi prisionera, ¡no lo olvides!
- No he olvidado que soy una prisionera… ¡pero tú no sabes lo que es el respeto ni te lo mereces! -su voz fue ganando fuerza poco a poco.
- ¿Qué?
- En cuanto a lo de Sasori, no creas que desconozco tus verdaderas intenciones. Y a mis amigos intentaste matarlos.
- ¿Qué dices? -dijo el sorprendido por lo de Sasori.
- Lo que oyes. En otras palabras, no te debo nada -dijo ella encarándolo.
- ¡Sí que me lo debes! Si no fuera por mí habrías sido violada ese día y hoy estarías muerta -él se hartó y al decirle esto la sujeto por los hombros, zarandeándola.
- ¡Suéltame desgraciado! ¿¡Que vas a hacer ahora, eh!? Como tus burdas tácticas de seducción no han funcionado, ¿¡acabaras lo que empezó Sasori!? -dijo Ino intentando liberarse del agarre de Kakuzu.
- ¿De qué cojones estás hablando? -ella se quedó callada mirándole con desprecio hasta que el la zarandeo en un movimiento que luego paró en seco - ¡HABLA!
- Te escuche…escuche lo que dijiste -dijo ella apretando los dientes y chirriándolos sutilmente.
- ¿Qué escuchaste?¡Dilo! -dijo mirándola atentamente.
- Escuche como le decías a Hidan que para lo único que me querías era para satisfacer tus deseos sexuales. Que solo era una mujer estúpida y sin valor, que tan solo podía aspirar a ser la zorrita de un hombre. ¡¿No fueron esas tus palabras?! – aunque Ino no lo reconociera pronunciar esas palabras la quemaban y la herían, pero no estaba dispuesta a demostrarlo, mucho menos delante del locutor de las mismas.
- Esa era una conversación privada, no debiste escucharla – ella había escuchado eso. Ahora Kakuzu se explicaba ese repentino cambio de actitud. Ella habría ido a llevar a bandeja y lo escucho todo.
- Claro, no debía escucharla. Sino tus planes… ¡no funcionarían! -dijo ella liberándose por fin de su agarre.
- Puedo explicarte eso… (En algún momento tendría que decirlo…)
- ¡No! No quiero escuchar ninguna explicación que venga de ti. En el momento en que te conocí tu carácter frio, huraño y agresivo, me convencieron de que no eras un buen hombre. Y si en algún puntual momento, pareciste sincero en tus atenciones, mi opinión real sobre ti se decidió en el momento en que oí esa conversación.
- Ino, yo… - dijo levantando ligeramente la mano y dejándola suspendida en el aire.
- Me has hecho la vida imposible desde que llegué, sometiéndome, gritándome, insultándome, haciendo todo tipo de cosas para molestarme. Has intentado matar a mis amigos en más de una ocasión y si aún te puedo seguir mirando a la cara, es porque ANBU te detuvo.
- Escucha… -dijo por primera vez en mucho tiempo, su voz denotaba angustia.
- Aún tengo algo más que decirte. Quiero que sepas, que en el hipotético caso en que yo no hubiera escuchado esa conversación, jamás hubieses conseguido nada conmigo. Eres un hombre horrible, tanto por dentro como por fuera y dudo que haya una sola mujer en el mundo que pueda mostrar interés por un monstruo como tú -lo último lo dijo como si fuera un grito y al instante Kakuzu se abalanzó contra ella.
- ¡Maldita seas, niñata! Jamás ninguna mujer me había hablado así. Tú no sabes nada de mí, como te atreves a hablarme de esa manera -Ino estaba tumbada en la cama con Kakuzu sobre ella. Él la tenía sujeta del cuello. Las manos de ella aprisionaban las de él. En ese momento Kakuzu la mirada con odio, sus palabras le habían herido más profundamente de lo que ella pensaba.
- Se más de ti de lo que realmente me interesa. A ti solo te importa el dinero. ¿No es así? – dijo ella con el escaso volumen de voz que le permitía el agarre de Kakuzu y lo miró fijamente.
Durante unos segundos todo quedó en silencio, unos segundos que parecieron horas. Finalmente soltó a la chica lentamente y después frunció el ceño.
- Tienes toda la razón – dijo levantándose lentamente – lo único que me interesa es el dinero. Y, por cierto, esa es la única razón por la que a pesar de tus impertinencias todavía no te he matado. Pein me advirtió que perdería mi posición de tesorero si lo hacía -se dirigía a la puerta y puso una mano sobre el picaporte de la puerta y siguió – Pero llegara el día en que ya no seas útil para Akatsuki, y ese día yo mismo me librare de ti. No lo olvides -dicho esto abrió la puerta y se fue.
Al salir Kakuzu, Ino se quedó mirando la puerta fijamente durante un rato. Ahora estaba todo dicho entre ellos. Pero por alguna razón, a ella le costaba comprender porque todas esas cosas que le dijo a Kakuzu le hacían avergonzarse de sí misma. En su mente se había imaginado muchas veces insultándolo para vengarse de él, pero ahora que lo había hecho no le había producido el placer que imaginó en un principio. Conocía a Kakuzu lo suficiente para saber que no era de los que se quedaban callados mientras lo insultaban y que por eso podría haberla matado. Al contrario, se quedó en silencio soportando sus ofensas. Era una suerte para ella que Pein le amenazara con quitarle su puesto si la hacía algo. Aunque en el fondo estaba convencida de que existía otra razón para que no la tocaba, o quería creer que la había. Finalmente se tumbó en la cama abrazando la almohada y continuó llorando en silencio.
Pasaron las horas, ya era la hora de cenar y todos los Akatsuki estaban reunidos en la mesa, todos excepto Kakuzu e Ino. Algo que Pein se dio perfectamente cuenta, así como los demás miembros.
- ¿Dónde diablos están Kakuzu e Ino? -dijo refiriéndose a Konan.
- No lo sé, ellos no suelen retrasarse. Iré a buscarlos.
- Ya voy yo. Se me ha olvidado el collar en la habitación -dijo Hidan levantándose.
- No necesitas esa cosa para cenar -le soltó sin más Deidara.
- ¡Cállate blasfemo! No llevarla es un insulto hacia mi dios -dijo dándose la vuelta y saliendo de la cocina.
- Hmp, este tío es todo un fenómeno… -dijo Deidara con una gotita en la cabeza.
- Igual que usted con su arte, Deidara-sempai -dijo Tobi poniendo sus brazos detrás de su cabeza. Deidara se molestó ante el comentario y de un rápido movimiento creo una pequeña mariquita de arcilla explosiva, que hizó estallar en la cara de Tobi, haciéndole caer de la silla.
Hidan avanzó por el pasillo y en primer lugar entró a su habitación y tras coger el collar de la mesilla donde lo dejo se dirigió al cuarto del comensal ausente que estaba más cerca. Se puso en frente y tocó la puerta.
- ¡Kakuzu!
- ¿Qué quieres?
- ¿Vienes a cenar o qué?
- Estoy ocupado y no tengo hambre. ¡Lárgate!
- Vale, vale… Antipático de mierda -dijo dirigiéndose a la puerta de Ino mientras hacía burla a Kakuzu y llamó a la puerta.
- ¡Ino! -dijo esperando que ella respondiera.
- ¿Qué?
- ¿Vas a venir a cenar?
- No tengo hambre, vete.
- Joder por una vez que soy amable, me caen por todos lados. De verdad, son tal para cual. -dijo marchándose por el pasillo hasta la cocina. Una vez entró se sentó de nuevo.
- ¿Y bien? -pregunto Konan
- Uno está ocupado y no tiene hambre y la otra tampoco tiene hambre. Así que hala, ¡que se vayan a la mierda! Vamos a comer. -dijo frotándose las manos y cogiendo los cubiertos.
- Puedo comerme sus camarones… -dijo Kisame mirando los platos de los ausentes.
- Kisame… -dijo a tono de reproche
- Venga Itachi, si no tienen hambre. -dijo cogiendo uno de los platos y zampándose la mitad de los camarones de un bocado - ¿Quiedez? -dijo Kisame a Itachi con la boca llena. Itachi se limitó a mirar a su compañero con una ceja arqueada y volvió la atención a su plato, a lo que el escualo se encogió de hombros. {Para los que no lo sepan los camarones son una de las comidas favoritas de Kisame}
Kakuzu se había encerrado en la habitación inmediatamente después de la pelea con Ino. Se había estado comiendo la cabeza y para alejar esos pensamientos de él, se puso con las finanzas de la organización. Sin embargo, a pesar de tener el escritorio llenó de papeles de presupuestos, recibos y facturas, no había logrado enfocarse en el trabajo y aún seguía pensando en cierta mujercita.
Él estaba en su habitación cuando escucho los quejidos de la muchacha y sin pensárselo fue a ver que le pasaba. Al principio, tuvo la inclinación de llamar a la puerta, pero ante los quejidos que seguía oyendo decidió abrir y punto. Al abrir la puerta vio parte del edredón en el suelo y ella sobre él llorando. Cerró la puerta despacio y fue hasta ella. Cuando la vio temblando en el suelo no pudo evitar sentir lastima por ella y la reconfortó entre sus brazos. Fue una gran sorpresa para él que ella se aferrara a su pecho sin preguntarse quién era el responsable del apoyo que estaba recibiendo. Cuando él la hablo y ella levantó su rostro mirándole, sintió deseos de limpiarle las lágrimas y besarla hasta que se olvidara de sus penas. Pero ella se alejó de él.
Y después, comenzó a insultarle y agredirle sin importarle que tan solo unos segundos antes se estaba abrazándola. Las cosas que le dijo. Jamás pensó que podría decirle cosas así. Desde que dejo su aldea, convirtiéndose en un criminal no volvió a sentir nada por nadie. Él controlaba muy bien sus impulsos y si alguien cometía la estupidez de sobrepasarse con él, ya sea con palabras o acciones, simplemente se lo quitaba del medio. Pero ella, había conseguido herirlo con sus palabras mucho más que las numerosas heridas que había recibido en el campo de batalla a lo largo de su vida. Hacía mucho tiempo que no le pasaba algo así.
No lo pensó más, directamente se dirigió a la estantería y apartó unos libros que había en la parte de arriba. Detrás había una botella de absenta con un vaso. Pertenecía a su reserva personal y aunque rara vez bebía y las botellas le duraban incluso años, siempre tenía alguna para su uso exclusivo. Alguna ventaja tendría que tener ser el tesorero de la organización. Cogió la botella y volvió a colocar los libros en su sitio. Echo los papeles del escritorio a un lado y dejo la botella encima, aun sin soltarla. En la otra mano tenía el vaso. Se quedó mirándolo, lo estrujo ligeramente y lo acabó lanzando a la otra punta de la habitación, produciendo el típico ruido del cristal al romperse. Después abrió la botella y se sentó en la silla. Estaba sentado con las piernas abiertas y no llevaba ni la capa de Akatsuki ni su camiseta. Lo único que llevaba puesto eran sus pantalones. Entonces empezó a recordar todo lo que le había dicho esa mujer.
En el momento en que te conocí tu carácter frio, huraño y agresivo, me convencieron de que no eras un buen hombre.
En este punto bebió un trago y cerró los ojos para acostumbrarse al fuerte licor. Cuando los abrió recordó de nuevo. {La absenta de la que hablo tiene 90 grados, ya que había varios tipos absenta, con diferentes grados. Para mí es muchísimo, no sé si alguno bebe este tipo de bebidas alcohólicas, pero como yo no, es como si bebiera alcohol para las heridas, jajaja}
En el hipotético caso en que yo no hubiera escuchado esa conversación, jamás hubieses conseguido nada conmigo.
Volvió a beber otro trago.
Eres un hombre horrible, tanto por dentro como por fuera.
Un trago más largo que el anterior, le hizo que cerrara los ojos fuertemente, profiriendo un gruñido y miró al frente.
Dudo que haya una sola mujer en el mundo que pueda mostrar interés por un monstruo como tú.
Esta vez no pudo evitar beberse media botella de un trago largo, incluso profirió un gemido de dolor, tanto por el alcohol quemándole las entrañas como esas palabras hiriéndole el alma.
Dejo la botella en la mesa y se levantó de la silla en la que pocos segundos antes estaba sentado y la tiro al suelo de una patada. También lanzó los papeles de su escritorio al suelo. Tan afectado estaba por las palabras de esa niñata que ni siquiera se dio cuenta que estaba pisando descalzó los cristales del vaso que había lanzado antes. Se dirigió entonces a la cama y se sentó, apoyando su cabeza en sus manos. Después se dejó caer de espaldas al colchón. Quedó mirando el techo durante un rato como único sonido de oía los latidos de sus corazones. Por último, recordó la última frase que ella le dirigió.
A ti solo te importa el dinero. ¿No es así?
- No…No siempre fue así… -sin más que decir, Kakuzu cerró los ojos y se sumió en los dolorosos recuerdos de su pasado.
Nota importante del autor:
En todo el drama de Naruto, tanto en manga, anime o libro de datos, no se ha desvelado nada en el pasado del Kakuzu, salvo algunos detalles muy puntuales. Esto hace que Kakuzu sea un personaje bastante desconocido. Para dar más profundidad a este personaje y explicar las inclinaciones de su carácter, decidió inventar una pequeña Saga del pasado de Kakuzu.
Esta Saga estará incluida dentro de la trama original, como una narración de los recuerdos de Kakuzu en la época en la época actual en la aldea de la Cascada hasta ingresar en Akatsuki. Esta comenzó en el capítulo 22 y durará hasta en el capítulo 29. Por tanto, no será hasta el 30 cuando vuelva a la historia original. Por eso, esa es la última vez que la Saga. Sin embargo, no recomiendo hacer eso. También te refiero a los recuerdos, a los que no se entenderá ni a lo que leen.
¿Por qué hacer una saga del pasado de Kakuzu?Bueno, al principio el puesto uno de los motivos principales es el hecho de que no es un personaje muy conocido, por qué es importante para mí, escribir relatos y vivencias de su pasado para intentar crear ese vínculo entre lector y personaje, que es Lo que realmente engancha a un fan. Quiero que conozcáis un Kakuzu a través de mí y que empaticemos con él, que entendamos porque Kakuzu es como es y viceversa. Hasta ahora, en los fanáticos que he leído, los recuerdos se escriben con flashback y no suelen ser muy largos. Pero hazme una Saga me permite explicar cosas con mucho detalle y que el lector sepa lo máximo posible, personaje y poder sentirse en primera persona cuando lean esa historia, es imposible conseguir un flashback corriente.
¿Qué aspectos incluyen la saga? Incluye aspectos del pasado de Kakuzu, reconocidos en el libro de datos y por tanto, son reales y reconocidos por Masashi Kishimoto, mezclados con una parte inventada por mí, que corresponde a un 90% del total de la saga. Se habla sobre el personaje previamente citado, Harumi, ¿Quién era ?, ¿Qué relación tenía con Kakuzu? ¿Qué sucedió entre ellos? Etc… También he hablado del castigo que recibió Kakuzu de su villa al fallar en la misión de matar a Hashirama, como se escapó con las técnicas prohibidas, porque mató a los ancianos de la aldea… y más cosas que tendréis que descubriréis vosotros mismos leyenda.
Por ultimo quiero decir, que como es una saga que no corresponde a la historia actual de Kakuzu x Ino, la fecha más rápida que los capítulos normales. Tampoco es mi intención tener muchas semanas con una historia pasada y que os olvidemos del drama principal.
AVISO IMPORTANTE: NO HAY OLVIDEMOS QUE ES UN FANFIC, Y POR TANTO ES INFORMACION EN UN 95% INVENTADA. PUEDE QUE HAYA INCLUIDO DATOS REALES PERO LOS ACONTECIMIENTOS QUE LOS ENGLOBAN NO TIENEN PORQUE SERLO. SI ALGUIEN QUIERE INFORMACION REAL DE LOS PERSONAJES QUE SE INFORMARÁ DEBIDAMENTE EN EL DATABOOK.
Si tienes alguna duda de la saga preguntadlo sin miedo, contestare siempre que pueda.
Eso es todo. Saludos y gracias por leer este mamotreto XD.
