"¿Enemigos hasta la muerte?"

Disclaimer: Todos los personajes son propiedad de J.K Rowling, qué pena.

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"¿Enemigos hasta la muerte?"

03. Culpables

Hermione bostezó con fuerza, destensando así su mandíbula. Se deshizo de sus anteojos, le dolía un poco la vista.

Las horas le resultaban largas y tediosas, con el repicar del reloj, el rasgueo de su pluma sobre el pergamino, y la luz veraniega que inundaba su habitación desde la ventana mágica.

Miró sus manos, siempre le habían gustado sus manos, largas y siempre cuidadas, no tan estilizadas como las de otras trabajadoras de su sección, ni tan bien pintadas, porque nunca se las pintaba. Observó con detenimiento sus uñas, en algunas había pequeñas manchas blancas, su madre le solía decir que era debido a la falta de alguna vitamina, y su padre le decía que era por decir mentiras. Ella prefería decantarse por la primera opinión.

Sonrió, estaba sola. Sola en su silla de trabajo, con montones de libros y apuntes alrededor de ella, con sus anteojos sobre esos papeles, no escuchaba nada desde fuera, no por nada había echado un silenciador al pasillo, para que nada que sucediese la sacase de su profundo estado de concentración.

Fijó su mirada a la ventana, el cielo mostraba todo su encanto, un azul celeste que iluminaba a todos sus súbditos, dándoles las vida y el color de un nuevo día, con unas graciosas y chiquitas nubes blancas como algodones de azúcar. Todo lo demás era el infinito. Un infinito de cielo.

Hermione se recostó sobre su silla, alargó su mano y recogió sus anteojos, se lo puso, y echó una buena ojeada al techo. Era blanco, con un foco colgante en forma de lágrima, aquello le encantaba.

Volvió a su trabajo, y los nombres inscritos en la hoja no la sorprendieron.

Acusados: Fred y George Weasley.

Delito: Hacer estallar los inodoros del club "Sociedad Antimuggles".

Consecuencias: La inundación de todo el callejón.

Resumen:

Los gemelos Weasley tienen como directos enemigos la sociedad antimuggles porque el padre de éstos es un defensor de muggles. Además de que dan mala fama a la calle en que se encuentra su negocio, "Sortilegios Weasley".

Indemnización: 90 galones.

La castaña suspiró cansada. Estos gemelos nunca cambiarían.

Ya era la tercera vez, los gemelos siempre estaban metiéndose con esos brujos petulantes y racistas. Molly se estaba desesperando cada vez más, pues incluso habían llegado cartas con todo tipo de opiniones a La Madriguera.

Ordenó sus papeles, y cogió otros.

Leyó el nombre la siguiente acusada. Le sonaba de algo.

Acusada: Eleonor Branstone

Delito: Lanzar un hechizo desmenuzador contra una compañera.

Consecuencias: Dejar a la victima invalida durante una semana.

Resumen: Tras una discusión, Eleonor Branstone atacó a su compañera con un maleficio que hizo que todas los miembros de su cuerpo de cayeran al suelo, causando así terribles daños en la joven.

Indemnización: 115 galones

Hermione conocía a esa bruja, era una chica de Hufflepuff, muy callada y con aire decaído. Le costaría caro la rabieta contra la compañera.

Siguió revisando sus papeles hasta alguien tocó la puerta.

-"Adelante" – murmuró.

-"Me preguntaba si te gustaría ir a tomar unas copas esta noche, Hermy…"

La castaña se giró sobre su silla.

Delante de ella se encontraba el apuesto de Roger Davies. No era que le extrañase ese tipo de preguntas, ni mucho menos esas invitaciones, Anthony Goldstein y él se la pasaban todo el día insinuándosele.

Lo miró apesadumbrada. Le tendría que dar calabazas por tercera vez en esa semana. ¿Acaso no se cansaba?

-"Creo que no estoy de humor como para salir, Roger…" contestó evasivamente la joven.

-"Vamos, Hermy, trabajas demasiado y casi nunca te veo divertir. Ya va siendo hora de que salgas a algún lado, ¿no?" sonrió seductor el chico.

Hermione lo observó con el ceño fruncido. Era un hombre atractivo, pero eso no le quitaba lo mujeriego, como casi todos lo que eran guapos, pero… ¿Había escuchado mal o el idiota de Davies le estada diciendo descaradamente que no tenía vida social?

-"Lo siento, Davies, otro día será" ladró cortante la castaña, girándose nuevamente sobre su silla, trazó algo con obstinación en sus papeles.

Espero unos momentos para que el joven se largase, y al no escuchar nada, se relajó. Se recostó en la tapizada silla de cuero. No pensaba terminar enfadada ese día, ya tenía bastante poniéndose agria con la sola presencia de Malfoy, como para que otro mentecato la estuviese hostigando.

Tener a esos interesantes jóvenes persiguiéndola por todos lados para tener una cita con ella resultaba halagador en un principio, pero al de un rato ya la hartaban, ¿no conocían acaso un arte de seducción más discreto?

-"Qué pesados llegan a ser…" murmuró la ex Gryffindor.

-"Ya lo sé, querida" soltó una voz cantarina detrás de ella.

La castaña dio un respingo. ¡Maldito sea!

Roger rió con ganas, recostado en la pared. Hermione lo fulminó con la mirada.

-"¿Se puede saber que haces aquí todavía, Davies? Creí haber dejado claro que no pienso salir esta noche".

-"Y yo creo que he dejado claro que no me voy de aquí sin una respuesta afirmativa" canturreó con esa sonrisa de autosuficiencia.

La chica bufó molesta. ¿Quién se creía ese modelito barato para perseguirla así?

-"Ya puedes pasarte todo el tiempo que quieras aquí esperando por una respuesta de tu gusto. Yo me largaré dentro de casi nada a casa".

-"Te acompañare, como buen caballero que soy" se apresuró a decir el Ravenclaw.

Hermione rodó los ojos.

-"Nunca pierdes una oportunidad, ¿verdad, Davies?" preguntó enfadada.

-"Nunca, mi señora" y sonrió mostrando su anacarada dentadura, mientras salía de la habitación.

Hermione se dejó caer de nuevo en su silla, ese día parecía haberse torcido a otros horizontes.

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19:58 PM

Cerraban el Ministerio, aunque hubiese gente trabajando todavía dentro.

Hermione Granger se apresuró a recoger sus cosas antes de que el cuerpo atlético del Ravenclaw apareciese por la puerta. Se arregló la bufanda alrededor del cuello, y con un paquete de papeles bajo el brazo salió de su departamento.

Echó a andar muy deprisa por los pasillos, cogió el ascensor impaciente y al llegar casi a su destino, que era la cabina muggle del centro de Londres, se encontró justamente enfrente de Anthony Goldstein besándose con una chica rubia, y para más, rubia de bote.

Una oleada de asco la inundó, dejándola con una mueca de desprecio en medio del pasillo. ¿Goldstein después de cansarse de rogarle a ella fue a donde otra?

Repugnante, pensó la castaña, siguiendo su camino rumbo al ascensor que la trasportaría al mundo Muggle.

Desgraciadamente, la suerte no estaba de su parte ese día, y al salir se encontró con Davies y Malfoy, los dos hablando a saber de qué.

Hermione se tapó media cara, intentado en vano no ser vista.

-"¡Espera, Hermione!" gritó el Ravenclaw. Hermione se detuvo en seco y lo miró con aire homicida.

-"Dejame en paz, Davies. ¿Qué parte de "No quiero salir contigo" no entiendes?" dijo la castaña, sin poder morderse la lengua para contenerse.

Podía oír a Malfoy detrás de ella reírse de su situación.

Roger Davies había dejado de sonreír y la miraba avergonzado y triste, como si le hubiera desilusionado.

Por unos segundos sintió pena por el joven enfrente de ella, pero él lo tenía que asumir. No le dio tiempo ni siquiera a replicar porque sin más preámbulos, se dio la vuelta y siguió su camino, aunque no puedo evitar escuchar el comentario de Malfoy a tan sólo unos pasos.

-"Tranquilo, Davies. Ya sabemos que Granger es una frígida, tan sólo se hace de rogar pero no es mucha cosa". Malfoy rió con crueldad.

Aquello era el colmo. Eso ya no podía permitir, y menos de semejante basura como la que era Malfoy.

Había pasado un día terrible, lleno de trabajo, reuniones y chicos persistentes en que saliese ese viernes y ahora se encontraba con la guinda del pastel.

Hermione se volvió a girar, dejó caer el paquete de papeles que automáticamente se esparció por el suelo y se encamino con velocidad hacia el rubio, que dejo de reír cuando la chica saltó sobre él. Hermione atacó con una rabia y ceguera que nunca antes había experimentado.

Una sed de venganza circulaba por sus venas sin dejarla pensar con racionalidad, sintió como sus puños golpeaban fuertemente la cara y el torso del rubio, y como éste gritaba al inepto de Davies a que lo ayudase, aunque ya estuviese cogida de los brazos por el Ravenclaw.

Ella siguió moviéndose como una fiera salvaje y dando patadas al aire, gritando todos los insultos posibles e imposibles al rubio que la miraba atónito.

Cuando pudo coger aire con algo más de normalidad, se soltó de los brazos del chico de Ravenclaw y mirando con autentico odio al rubio recogió sus cosas tiradas y se volvió a encaminar por un callejón.

Al dar la vuelta, echó a correr todo lo que le daban sus piernas, con lágrimas en los ojos.

¡Qué vergüenza había pasado!

No podría volver a verle la cara nunca más…

Dios mío, pensó la chica angustiada. ¿Acaso tendría que vivir con la espina de Draco Malfoy durante toda su existencia?

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Simplemente no podía creérselo, ¿Granger acababa de darle una paliza?. No era una paliza exactamente, pero esa era la intención de la morena.

Tenía moretones en el torso y un pequeño rasguño en su pálida y tersa mejilla, eso le costaría caro.

-"Maldita impura, con sus malditos aire de grandeza, con esa maldito contoneo de caderas cada vez que pasa por las oficinas, llamando la maldita atención de todos los pervertidos que trabajan allí, principalmente del inútil de Davies y de Goldstein. Maldita seas, Granger, con esa maldita mata de pelo castaño, que te lo enroscas para luego jugar con ello, pasándotelo por los dedos una y otra vez… Eres una maldita impura que no sabe con quién se mete, y sin duda, no sabe de lo que soy capaz de hacer…" murmuraba el rubio, totalmente cegado de ira.

Se estaba curando la herida de la cara, soltando tacos y suaves gemidos, creyéndose sólo en su oficina. Se miraba detenidamente en el espejo.

Su precioso pelo rubio, estaba revuelto y algo mojado debido al sudor que le produjo el enfrentamiento con la leona. Volvió a rugir con firmeza.

-"Espero que nunca salgas de noche los viernes, para no encontrarte en ningún bar y partirle la cara a cualquier cerdo que se te acerque y así poder joderte la noche, y te quedes sola, Granger, tan sola que te de lastima tu propio reflejo… Maldita seas, impura desgraciada, la marca de tus uñas no se me olvidara, pero tampoco olvidaras mi recuerdo durante toda tu existencia…" golpeó la mesa con un puño.

Dejó la pequeña botella de alcohol sobre el escritorio, e hizo aparecer un mejor tipo de alcohol, vodka para que la cara no le escociese más y de alguna forma, poder desahogarse más a gusto.

Draco nunca hubiese imaginado, en su colérica concentración, que su mejor amigo se encontraba detrás de la puerta de su oficina, donde había escuchado todo se enrabietado monólogo.

Zabinni se alejó de allí haciendo el menor ruido posible, pisando con suavidad, casi de puntillas. Y no pudo soltar una carcajada cuando salió del Ministerio de Magia.

¡Draco Malfoy estaba magullado y dolido en su orgullo por una Gryffindor, y para ser aún más fuerte… de Granger!

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"¡Hola, holita! ¿Cómo están todos?" Puaghh, suena como Ned Flanders.

Bueno, que aquí tienen el tercero, en realidad ya lo tenía casi casi, pero es que entre movidas familiares y fraternales, pues no me he sentido tan bien como me gustase para subirlo... ahora tengo menos tiempo de lo usual. En fin, aquí tenéis el tercer capitulo.

Así que buen provecho, y dejarme algún 'eruptillo' como review, jeje

Contestación a los anteriores eruptillos (reviews):

Terry Moon: Los pensamientos profundos y conceptos intelectuales en esta historia serán poco comunes, pero ya veras como es que se lo tienen que currar para darse cuenta de lo que sienten y pasa... (Risa diabólica). Muchas gracias por tus ánimos, y espero tu siguiente review, ). ¡Besos!

Dore-Malfoy: Yo quede satisfecha con la actitud de Ginny, ya estaba harta de ser aquella joven sumisa y devota a su familia, carajo. Espero que te vaya a gustar ese Cáp. q es algo corto, pero ya vendran más. Muchas Gracias, y ¡besos!

PauMalfoy: ¡Hola, vecina! Gracias x el review. Y aquí tienes el Cáp., algo tarde, pero no nunca. ¡Besitos!

Sailor Alluminen Siren: (Tú eres otra con buena memoria para recordar todo el nombre.. jejeje). Muchas gracias por tu atenciones, y como ya ves, aquí lo tienes, tarde, pero lo tienes. Cuídate, y ¡besos!

Lara Malfoy-Lynn: Blaise escritor.. eso una idea más mía.. ya veras lo que le pasa... si es que para listos... bueno, no pienso dar muchas pistas, por lo que te agradezco tu review, y espero que este te deje algo de intriga para que me puedas dejar otro review. Gracias y ¡besos!

Nadeshiko Malfoy: Guapa! Gracias por las veces de cantidades que me dejas ánimos, eres un sol, jaja Espero que te guste este Cáp., y m dejes otro review! Gracias otra vez, y ¡besos!

Black Angel: Perdóname entonces la tardanza, jeje, es que ya sabes, los estudias llegan a resultar.. (&$"!..) Pero aquí está! Ya no tienes porque preocuparte más, ) Gracias, y besos!.

Zaira Malfoy: Parece muy segura de que te conozca, y me sorprende, porque ahora que leo tu review de nuevo después de varios meses.. no consigo recordarte. Pero tranquila, que me parece que ya me dejaste un review en otra de mis historias, así que muchas gracias, guapa, por leer. A ver si te gusta este chap. ¡Besos!

¡MUCHISIMAS GRACIAS A TODS!

Besos,

Genesys

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El arte necesita o soledad, o miseria, o pasión.

Es una flor de roca, que requiere el viento áspero y el terreno duro.

Alejandro Dumas Hijos

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