Bienvenidos todos ustedes, queridos lectores de esta plataforma!
Cómo están? Qué me cuentan de sus vidas en estas últimas semanas que le restan al 2021?
En fin, como pueden darse cuenta, les presento un nuevo fic totalmente distinto a lo que suelo mostrar. Antes que nada, cabe aclarar que este proyecto es bastante viejo y lo tenía guardado en algunas carpetas de un pendrive, por lo que trataré de ir publicándolo en cuanto pueda darle correcciones a ciertos capítulos.
Para quienes hayan visto solamente la película, habrán partes que se les hará confusa pero igual de viables. Sin embargo, aquellos que hayan leído el comic, le diré que habrán ciertas divergencias (es un AU por si no quedó claro) ya que a medida que leía el original habían algunas relaciones que me chocaban de forma personal (como de seguro que a muchos les pasó). Ojo, no quiero decir con esto que desprecio el trabajo canónico, pues lo respeto muchísimo, pero a modo personal siempre puedo imaginarme un escenario alternativo...más o menos como sucede en el videojuego homónimo.
Qué quiero decir con esto? Pues nada, que simplemente disfruten de la lectura y se rían por momentos.
Con cero ganas de ganarme una demanda, diré que ningún personaje me pertenece ya que todo corresponde a su autor original.
Capítulo 1
RING! RING! RING!
El timbre del teléfono resonó en el pequeño hogar humilde arrendado en la misteriosa ciudad de Toronto, Canadá. Donde un relajado Wallace Wells descansaba lánguidamente sobre el único sofá, el cual le pertenecía, mientras jugaba Final Fantasy II, en una consola que también le pertenecía, sobre una partida reescrita, la cual sí era de su compañero ausente de cuarto.
RING! RI…!
-Diga? – pausando de momento el juego y estirando la mano izquierda hasta la aledaña mesa, que por cierto era de su propiedad, Wallace interrumpió el tono de llamado para atender casualmente.
-Hola, Scott. Soy yo- una sensual voz femenina se oyó a través del parlante que poseía el tubo, llamando obviamente por una persona que no estaba allí.
Esto, por supuesto, fue algo que Wallace no quiso desaprovechar. Poniendo en práctica lo que su amigo habría hecho en una ocasión como esta de haber contestado la llamada, él permaneció en silencio y sonrió de manera burlona, aprovechando para disminuirle el volumen al televisor.
-Hola. Hola…Hola? – llamó repetidas veces la mujer al otro lado del teléfono, sonando incluso confusa al final cuando no recibió una contestación como esperaba.
A este punto, el hombre que vivía en el desvencijado hogar estaba realizando un inhumano esfuerzo para no reírse de la persona que llamaba, siendo que tuvo que morder su puño para ahogar tal impulso. Esta había sido la primera vez en tanto tiempo que se divertía a costa de alguien que no fuese aquel ausente amigo, y más si quien le provocaba tal júbilo era alguien que dañó antes de dicho amigo.
-Scott? Hol…? – una vez más la fémina voz de la interlocutora llegó hasta el oído derecho de Wells, el cual se vio en obligación de alejar el tubo para soltar una apenas audible risa antes de retomar su tarea principal.
La cual era responder el llamado como una persona decente.
-No, Envy. No soy Scott- dijo el varón, dejando a un lado el joystick y adoptando una postura mucho más relajada en el sofá.
-Oh…Eres tú, Wallace- siendo notable la decepción en el pronunciar de aquellas palabras, la mujer reconocida como Envy alegó.
-Qué pasa con ese "Oh"? Acaso no te agrada volver a escuchar mi voz, o tus oídos de perra se han vuelto más sensibles? – ponzoñoso y gozando de cada momento, el varón cuestionó, enredando los dedos de su mano libre en el ensortijado cable del teléfono.
No le hacía falta a él saber que ella estaba frunciendo el ceño por lo que escuchó. Y no era como si realmente le importara, no obstante necesitaba saber la razón del por qué justo ahora llamaba a su amigo. Después de todo, él fue uno de los pocos que estuvo allí para acompañarlo en su etapa depresiva.
-Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hablamos- enunció Envy luego de recuperar la compostura y no dignarse a responderle como en verdad deseaba al hombre.
De más estaba explayar que Wallace soltó un bufido exasperado previo a girar los ojos con suma exageración, siendo que él también se contenía para no insultarla más.
-Sí, mucho. Para qué llamas? – dignándose a responderle, el pelinegro terminó por formular la pregunta más ansiada que poseía a disposición.
-Scott está allí? – replicó con otra interrogante la fémina del otro lado de la llamada.
Poca necesidad requería Wells para reconocer que algo se traía entre manos Adams. Aun así, su racha maliciosa siempre estaba lista para torturar psicológicamente a cualquiera que le propusiese dañar a sus allegados.
-En estos momentos? – con una inocencia asquerosamente falsa, el único habitante de aquel cálido hogar comentó, desenredando sus falanges del cable telefónico.
-Claro- emulando al hombre desde más allá del escenario actual, Envy giró los ojos y procedió a responder como si fuese bastante obvio lo que pedía.
-Pues no se encuentra- sin hallar el menester de mentirle, Wallace alegó, poniéndose de pie y llevando consigo el marcador numérico del teléfono hasta la barra de la cocina, haciéndose de un vaso con agua.
-Eso apesta- oyéndose cómo la dama chasqueó su lengua primero, terminó por expresar lo que sentía respecto a lo parlado.
-Si tú lo dices…- quitándole importancia a la respuesta ajena, el varón miró de reojo el largo de los cables antes de decidir que tomaría algo del refrigerador.
Un silencio se creó en el diálogo, siendo notoria la incomodidad que había allí latente, donde ninguna de las partes en realidad deseaba hablarse. Dos cacofonías distintas eran capaces de percibirse a través de los parlantes, siendo que Envy escuchaba un símil a aceite hirviendo mientras que Wallace oía a gente hablando de fondo.
-Entonces…Para qué llamaste? – teniendo cuidado para no quemarse con el huevo que acababa de arrojar en la sartén, el compañero de cuarto que un ausente Scott tenía, cuestionó.
-Necesito en verdad hablar con Scott. Tienes alguna idea de cuándo regresará? – renegando a la idea de siquiera decir algo al pelinegro, la perra según palabras de Wallace, buscó saber del ausente varón.
-Mmh…Nop- decidiendo ser misterioso cuando en verdad estaba viendo cómo su comida se freía, respondió Wallace negativamente.
-Acaso se encuentra con alguien ahora mismo? Con una novia? Debo estar celosa? – soltando interrogante tras interrogante, la mujer averiguó con ahínco.
-Te permites ser celosa con lo que le hiciste a Scott? – incrédulo, inquirió aquel que cocinaba su cena ligera.
-Bueno, yo…- no sabiendo qué decir exactamente, Envy dejó morir su sentencia con solo dos palabras.
-Bah! Olvida lo que pregunté y dime qué quieres que le diga a Scott porque hace días que no vuelve- suponiendo que ninguna conclusión concreta obtendría de la llamada, el pelinegro le comandó a la fémina por información.
-No regresa desde hace varios días? – esta vez el turno de ser tomada por sorpresa le perteneció a ella, repitiendo lo que creyó de más importancia.
De inmediato una maldición se escuchó con claridad en las calles de Toronto, siendo que Wallace Wells, en un impulso de fastidio por la mujer que parecía no comprender las indirectas terminó arrojando la espátula que usaba en el aceite hirviendo, lo que ocasionó que dicho líquido saltara en forma de pequeñas gotitas y le quemara las piernas desnudas, comprendiendo ahora el por qué su compañero le insistía en que vistiera pantalones mientras andaba en casa.
-Vaya, no era necesario que me respondieras así…- escéptica, Envy dijo desde el otro lado del teléfono.
-Tampoco te creas tan importante, solo me saltó aceite en las piernas- se explicó el hombre, sirviéndose en un plato el huevo antes de condimentarlo como le gustaba y proceder a comerlo.
Una risa burlona pudo transmitirse con claridad por el parlante del tubo, haciendo rechinar brevemente los dientes a Wallace, retomando segundos posteriores su tarea de devorar la improvisada cena que se preparó mientras pensaba en lo que realmente buscaba la mujer más allá del teléfono con su amigo.
-Y bien? Qué mensaje quieres dejarle a Scott, Adams? – tardando un instante en retomar la capacidad del habla por tragar un trozo de pan mientras veía cuánta distancia más le quedaba de cable antes de elegir sentarse nuevamente en su sofá, Wells indagó.
-No puedo llamar más tarde para tratar de contactarlo? – una vez la mujer se mostró renuente en su entonación, generando un profuso ceño fruncido en el pelinegro.
-E intentar manipularlo a tu antojo? – rápido, el hombre de cabellera negra contestó usando otra interrogante retórica.
-Bueno, puede que lo haya pensado un poquito. Pero respondiendo a tu pedido, este fin de semana vamos a tocar en el Lee Palace y tenemos varias bandas locales que harán de teloneros- admitiendo al principio sobre sus intenciones, la mujer comenzó a explicar por fin lo que el pelinegro buscaba saber.
-Ya? – fue todo lo pronunciado por Wallace, tratando por otro lado el comer lo más despacio posible su platillo.
-…Y la banda que iba a abrir el domingo, pues tuvo una pelea, una gran pelea interna donde terminaron separándose. Parece que el líder de la guitarra salía con el bajista, pero rompieron y todo se vino abajo. Incluso creo que el baterista está en coma- relató Envy lo mejor posible, todo para llegar al punto principal de su recado.
Tal historia poco le interesaba al pelinegro, quien se estaba haciendo la idea de lo que quería Adams con su llamada. Parte de él quería tenerla en frente suyo para decirle lo que en verdad pasaba, solo para disfrutar de sus reacciones. Pero luego de pensarlo un poco mejor, supo que lo mejor era dejar todo para una sorpresa final.
-Vaya, qué interesante…Y? – terminando la pieza de pan que tenía a mano y regañándose por no haber tomado más antes de sentarse, Wallace incentivó a la mujer a seguir hablando.
-Quiero y espero que la nueva banda de Scott y Stephen puedan tocar ese día…Sex Bob o algo así, no? – develando su menester ulterior, Adams comunicó antes de pronunciar no muy segura el nombre de la banda musical que Wells conocía.
-Es Sex Bob-Omb, no finjas demencia porque todavía no tienes la edad suficiente- dejando pulcro el plato que tenía sobre el regazo luego de comer, corrigió el único habitante de aquel hogar en Toronto.
-Sí, bueno. Mira, dile a Scott que los pondré en la lista de invitados del viernes para poder conversar y ponernos de acuerdo después del show- dándole poca renuencia al insulto del pelinegro, Envy parló.
Los ojos de Wallace se abrieron notablemente al comprender lo que quería la mujer del otro lado del teléfono, por lo que de manera refleja empezó a asir con fuerza el tubo mientras se contenía para no mandarla al demonio.
-Okay, ha sido un placer conversar contigo a pesar de que no fuera mi primer objetivo. Estoy feliz de haber tenido esta pequeña conversación- terminó de hablar Envy Adams, demostrando en su entonación un minúsculo ápice de honestidad, como si un viejo resquicio de ella aún siguiera intacto de su nueva actitud egoísta.
-Claro, seguro- atinó de responder el varón, alejando el tubo de la oreja izquierda con el propósito de colocar en su lugar correspondiente con el marcador numérico, escuchando consecuentemente un claro ruido que significaba su logro sin siquiera mirar en dicha dirección
CLICK!
Mirando a la nada misma, ya que sus ganas de continuar jugando se esfumaron al instante, Wallace se hundió en su sofá antes de soltar un largo gemido de frustración, pensando en cómo le diría al resto de los amigos de Scott sobre lo ocurrido segundos atrás.
-Mierda-
Final del primer capítulos damas y caballeros.
Qué les pareció la lectura?
Qué creen que pasará en el futuro?
Tienen alguna pareja especial con respecto a este fandom?
Le ven futuro a este fic?
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Saludos y hasta la próxima actualización de cualquier archivo word que tenga completo!
